Así que váyanse acostumbrando a mi figura, a lo tosco de mis sandalias, mis pies sucios.

Mensaje del 09 de Septiembre de 1997

Dice la Madre Teresa:

Yo no quiero ser pesada ni mucho menos, yo no quiero se un plomo ni mucho menos, yo no quiero ser entrometida ni mucho menos, pero desde el sábado pasado, muy rara vez se da que no acompañe a Jesús y su Madre acá, así que váyanse acostumbrando a mi figura, a lo tosco de mis sandalias, mis pies sucios, mi hábito con manchas de pus, de sangre, de orín, y de caca.

Bien, yo comprendo que vos hablaste de acuerdo a la realidad que te toca vivir.

¡Querido mío!, ¡si vos estuvieras estado un instante en esos lugares a los que llevaban y llevan a los hombres para que terminen de morir, un instante nada más, te estarías “rajando” de todos lados!

Vos reaccionas de acuerdo a tu realidad, pero desde hoy van a tener la voz cantante de otra realidad terrible. Yo no empezaba la mañana haciendo proyectos y planes, yo llegaba a cualquier lugar y lo primero que hacía era dar un recorrido para bajar los párpados a los que durante la noche se habían muerto, ¡se habían muerto de hambre! ¿Vos nunca viste a nadie morir de hambre?, ¡no sabés cómo es!, ¡no sabés cómo se retuerce el ser humano!, parece que muere y todavía vive porque todavía le queda un poquito de sangre para alimentar y una tiene que mirarlos así, porque ya nada se puede hacer, lo único que uno puede hacer tal vez es espantarles las moscas de los ojos, de la boca y de la nariz y de una que otra lastimadura en su cuerpo. No sé s sabrás que el hambre da una serie de erupciones que tienen pus y que atraen especialmente a los bichos para hacer bichos.

No creo tener o ser de mal gusto al referirme a estas cosas, pero viene muy bien, sobre todo porque a veces es necesario comparar el mundo en el que uno vive con el mundo en el que viven los otros.

Y sigamos más: pensemos que ya hoy he cerrado y he bajado los párpados de muchos que se han muerto durante la noche, pero mis oídos todavía siguen sintiendo el gemido de dolor de aquellos que por enfermedad, o por hambre, o por lo que sea, están dando sus últimos estertores antes de morirse, si esto fuera sólo un momento, diez minutos, una hora ¡qué fácil sería!, pero eso ocurre durante todo el día y a la noche uno se sienta en un lugar para descansar un momento y seguir dando fuerzas a los demás y no se puede conciliar el sueño por los gemidos de la gente que está sufriendo horrores., porque una cosa es decirlo y otra cosa es pensar en cómo están los intestinos y el estómago de un hombre que hace meses come poco o nada, y que cada día que amanece sigue igual que el anterior, ¡pero no dos días o tres días sino de lunes a lunes!

Esto que les digo no es nada si tienen también en cuenta también todo lo que hacen los organismos oficiales para que las mujeres aborten todo lo que puedan porque creen que están haciendo un beneficio muy grande, es decir prefieren que esos niños se mueran ahora porque dicen que van a ser infradotados y que se van a morir igual dentro de unos años en peor situación de la que están, pero la mayoría de las veces, cuando nacen niños así, no solamente se muere el niño sino también la madre. ¿Dónde está su padre?, a veces cerca, pero casi nunca.

Ponete a pensar en lo que es una madre desnutrida y casi muerta de hambre dando a luz un bebé que se muere y ella se muere después, ¿qué pensarías ante un cuadro semejante?, ¿Qué la redención de Cristo fracasa, pensarías que esta tierra es el mismísimo infierno?, ¿pensarías que todo esto es un clamor que sube al Corazón de Jesús para decirle algo?

Sería largo de explicar las causas de todo esto, pero esa es la realidad en la cual viví casi toda mi vida, no es lo mismo escuchar penas en algunas personas, "que me duele un hueso, el ojo izquierdo…”, no es lo mismo que contar todos los párpados que se han bajado durante la mañana de los que se han muerto, para que venga el basurero y se los lleve.

Vos decís que el castigo, cuando un entierro no se hace con el suficiente cariño, es por generaciones y estos que llenan las fosas comunes y los queman, ¿son llevados así con cariño? No son reproches ni nada, solamente es presentar una realidad. Y mañana Mis queridos hermanos, piensen cuando se levanten en que muchas religiosas, enfermeras y otras personas recorren esos lugares de la muerte, y mientras ustedes se higienizan en medio de un respetable confort, hay religiosas que cuentan cuántos párpados han bajado de niños, hombres y mujeres muertos. Entonces verán que todo lo que tienen a su alrededor es el mismo Paraíso y que si se quejan por algo es por ignorancia, porque si no tendrían que temer que el fuego del Señor los quemara de inmediato, ¡pero no el fuego del amor, el fuego de la indignación!

Yo no quiero amargarles la noche, solamente quiero proponerles que mañana, cuando ustedes se levanten, piensen que otras personas como ustedes también lo hacen, y no de la misma forma que ustedes sino a bajar los párpados de alguien que murió, de montones que murieron y no murieron en paz, la mayoría de las veces sin conocer el amor de Jesús y sin una palabra de afecto en toda la vida.

¡Es muy larga mi historia!, no crean que los voy a amargar con mucha frecuencia, aunque tendría argumentos para hacerlo, solamente voy a recordarles algunas cosas o hacerles conocer estas cosas.

Me resultó emocionante ver tu reparto de velas azules para que me honraran, ¡que hermoso gesto!, tené la seguridad de que no lo voy a olvidar y de que se lo presentaré al Señor para que este mundo sea más habitable.

Perdonen si con mi relato les amargué la noche, ¡perdónenme!, no fue mi intención hacerlo, ocurre que he vivido tanto con la muerte que no puedo hablar de otra cosa. ¡Los quiero mucho!, ¡los quiero enormemente! y no saben con cuánta alegría sigo todos vuestros pasos, ¡porque de mi no se van a librar jamás!

Amén.