Tal vez no conocen todavía hasta dónde puedo llegar, es decir hasta dónde le pido yo al Señor llegar.

Mensaje del 12 de Septiembre de 1997

Habla Artemio:

La Madre Teresa se ha levantado y se ha puesto al lado de Jesús. Es la mitad de la estatura de Jesús, nunca creí que hubiera sido tan chiquita, y para colmo jorobada. Hoy yo pensé en que en la reunión de oración nombráramos a la Madre Teresa de Calcuta: Santa Protectora nuestra.

Dice la Madre Teresa:

Aunque vos no hubieses pensado eso, yo hubiese venido igual. Yo no tenía idea de que ustedes existían, pero sí tengo idea de que hay grupos o personas en la Tierra que están llevando el Evangelio a los demás en forma ejemplar. En el caso de ustedes, cuando "exploten" las Profecías y Mensajes, entonces allí llegará el mensaje hasta los rincones de la Tierra.

Vos decías que querés nombrarme Santa Protectora. Yo agrego: una especial Santa Protectora. Y desde hoy, con permiso de Nuestra Señora y de su Hijo, y por esa preocupación tan grande de María y de Jesús por América y el mundo, desde hoy las Profecías van a hacer también mucho hincapié, muchísimo hincapié en la India.

Porque cuando uno pasas al otro lado se informa inmediatamente de todo lo que ocurre, y yo ya podría recitar pasajes enteros de las Profecías y Mensajes. ¡Ya podría recitarlos! Y no quiero que mi querida India quede sin nombrar, especialmente, dentro de todo esto que se está preparando para el Tercer Milenio.

Yo siento un orgullo muy grande de estar aquí con ustedes hoy. Ustedes siempre me quisieron, ya lo sé. ¡Vos tenés varias cosas en la biblioteca sobre mí! Tenés un libro, "Todo es amor", que está por ahí y que es muy lindo, pero que con las traducciones ha sido violentado un poco.

Ya conocen mi temperamento. Parecería que yo quiero ponerme a luchar a vuestro lado, pero también delante de Jesús. Saben que yo puedo aportarles otro tipo de lucha. Las luchas de ustedes fueron muchas, lindas, grandes, pero yo estoy acostumbrada a otra forma de lucha. Esa forma de lucha es robarle todos los días algo a la muerte, y para quien no tiene más remedio, hacer que esa muerte sea digna, es decir que el Padre reciba a ese ser en su seno en forma inmediata.

¡No se librarán de mí fácilmente! Más de una vez me encontrarán por las piezas y el pasillo caminando. Yo aquí me siento como en mi casa (estoy hablando del cielo)

En este momento creo que voy a aportar un concepto que no es nuevo, porque ya está en el Evangelio, está en las cosas que pidió Jesús que leyeran y estudiaran porque servían, está en todo. Pero lo voy a decir nuevamente: este concepto es que no hay necesidad de tantas palabras en los mensajes sino que con pocas deben ser tratados en su real dimensión, y además deben profundizarse hasta donde ellas lleguen. El resto, esas lindas palabras que se pueden hablar en las apariciones, y de esto y de lo otro, le corresponde a otro tipo de lectura.

Esta mañana vos sacaste del ropero velas azules. No te gustaba el color azul, pero las sacaste y de repente empezó a gustarte. Entonces dijiste: "estas pueden representar el manto de la Virgen", pero lentamente y sin darte cuenta tenés sobre el escritorio el color blanco y azul, que son del color de las rayas que tiene mi sayal. El Señor parece que prepara todas las cosas, porque cuando el otro día vos pediste las velas, dijiste: "de cualquier color, pero no oscuras, ni negras, ni azules", ¡y Él te mandó trescientas azules!. ¡Nada, como dice Jesús, es casualidad! Sin querer sobre el escritorio me hacés un homenaje hermoso con los colores que distinguen mi sayal.

¡Entonces, Mis queridos, a no ponerse a pensar tanto en qué pasará mañana, pasado o pasado eh! Así como se armó el azul y blanco sobre el escritorio, cosa que no estaba prevista por vos porque hasta ni querías velas azules, y sin embargo se dio así, así va a pasar todo. Cuando hoy fuiste a buscar al cajón ibas a prender una vela rosa por la Virgen, o una celeste, pero trajiste la azul, la que menos te hubiera gustado y sin querer formaste sobre el escritorio los colores de mi tosco sayal. Bueno, así como pasó esto tan extraño y estrafalario, diría yo, así va a pasar todo, sin que ustedes puedan manejarlo.

Porque ustedes no quieran manejar lo que Dios está manejando. En todo caso presten las manos, presten la mente, presten el corazón, ¡préstense totalmente ustedes! ¡Dense ustedes! Y no quieran pensar demasiado en el mañana, que nosotros tenemos todo el tiempo del mundo para pensar las cosas.

¡Enseñar! ¡Deseen enseñar! Porque ahora, modestia aparte, tienen del otro lado, en el Cielo, a una persona tan porfiada como vos. Porque si te ponés a mirar, he sido tan porfiada por el Señor, ¡tan porfiada!, que fueron apareciendo cada día milagros en la punta de mis dedos.

Podríamos agregar a las Bienaventuranzas: "Bienaventurados los porfiados, porque ellos lograrán todo lo que se proponen", digo porfiado, no terco. Digo empujar para un lado con mucha más fuerza que la natural, la común y la que usa todo el mundo ¡A eso me refiero!

Además, en los Mensajes, con permiso de María y de Jesús, me voy a meter bastante. Porque ustedes en mí no van a tener a una protectora silenciosa y calladita que le está pidiendo al Señor que haga esto, que haga lo otro… ¡Noo, para nada!, ¡Le voy a estar pidiendo al Señor que haga esto o lo otro, pero por el otro lado estaré haciendo al lado de ustedes! ¡Al lado de ustedes!

Yo no quiero que mi palabra reemplace a la de nadie ¡Ni se me ocurre! Solamente que con la anuencia de María y de Jesús voy a decir muchas cosas, ¡muchas cosas! Todo está muy bien encaminado, pero la Gran Cruzada del Espíritu Santo no se va a hacer dando directivas de acción social, sino a través de mucha oración, con el auxilio inmenso de las almas del Purgatorio, y además de mucha oración, con mucho sentido místico en todo lo que se haga.

Por ahí en la historia hay una expresión hermosa que dice: "el bárbaro y el cristiano se pusieron de rodillas cuando estuvieron delante de sí". Y ahora los encumbrados y todopoderosos y los humildes y simples también caerán de rodillas, no porque se diga nada nuevo, sino que se dice lo mismo con una voz distinta.

Sigan en vuestros trabajos, sigan haciendo todo lo que hacen, ¡todo está muy bien!, pero tomen conciencia de que ahora hay como un terremoto constante, es decir yo, que va a movilizar todas las cosas. ¿Influye en eso vuestra confianza? Claro que sí, pero no es esencial ¡El plan del Señor se va a cumplir inexorablemente!

¡Un montón de gracias por acordarse de mí y esperar hacer una reunión para nombrarme protectora! ¡Un montón de gracias! Aunque si no lo hubieran hecho lo mismo estaría acá para poner toda mi fuerza, mi coraje, mi imprudencia y todo lo porfiada que soy al servicio de esta causa común, que es la extensión del Reino de Jesús, que es la extensión del amor, que es la extensión de hacer un mundo más habitable.

¡Gloria al Señor! ¡Gloria al Señor! Algunos me honran y creen que están honrando a un muerto y no saben que en este paso mío a la otra vida, se me ensancha a nivel del mundo toda la acción que antes no podía hacer porque tenía dimensiones humanas ¡Ahora sí, ahora sí!

Yo nunca he sido demasiado afectuosa, o mejor dicho sí lo he sido pero no demostrativa con mis afectos. Tal vez no tuve tiempo, porque la muerte de tantos me apuraba. Pero sepan que en un instante he tomado conciencia de todo lo que pasa acá, y que desde hoy tendrán una servidora de primer orden en todos los aspectos y en todos los sentidos.

Tal vez no conocen todavía hasta dónde puedo llegar, es decir hasta dónde le pido yo al Señor llegar. Y toda esta fuerza la derramo aquí, entre ustedes. ¡Un montón de gracias hermanos, un montón de gracias! ¡Y Gloria al Señor por todo esto!

Amén.