Y como dice Jesús: “quién tiene ojos para ver que vea y quién tiene oídos para oír que oiga”.

Mensaje del 17 de Agosto de 1999

Dice la Madre Teresa:

He leído tus pensamientos y debés tener paciencia y debés comprender, no nos pongas a nosotros dentro de viejas estructuras porque si nosotros no comprendemos todo, entonces nada vale.

¿Por qué me mirás los pies sucios?, ya sé que bajaste la vista accidentalmente, pero a mí me encanta tener lo pies sucios, porque ¿existe en algún lugar algún esquema de vida donde diga que necesariamente los pies hay que tenerlos limpios?, por otra parte ¿qué es limpio y qué es sucio?, ¿porque algo que tenga tierra arriba está sucio?. Cuándo los hombres aprenderán a ver que las cosas sucias son otras y que mucha o poca tierra sobre la piel o donde sea, tiene menos importancia que una hoja que lleva el viento. Los occidentales se han tomado demasiado a pecho la limpieza exterior, mientras que sus almas están negras como la noche más oscura y nadie se extraña por eso, pero ya a esta altura de los tiempos la Misericordia del Señor les está ofreciendo todas las posibilidades de transformar el alma en otra cosa.

Cuántos han dicho y afirmado y vuelto a decir y cuántos les han hecho caso sobre hecatombes, cosas terribles para que el Señor ponga un nuevo orden sobre la Tierra, cómo se han frustrado las fiestas de aquellos que esperaron destrucciones para empezar de nuevo. Puede haber destrucciones por terremotos, huracanes o lo que sea, pero son fuerzas naturales y el Señor sufre con todo eso, Él ni las provoca, ni las consiente ni nada por el estilo.

Pero sépanlo: me encanta llevar los pies sucios para recordarles que muchos hombres tendrán que mirar su interior para valorar y comprender que en todo caso lo mío es un adorno y lo de ellos es algo terrible.

Y como dice Jesús: “quién tiene ojos para ver que vea y quién tiene oídos para oír que oiga”.

Amén.