Una forma maravillosa de ejercer la caridad, es saber visitar a un enfermo y tener el convencimiento que al salir de la casa del enfermo se quede Jesús allí al lado de él a hacerle compañía.

Mensaje del 23 de Junio de 1999

Dice la Madre Teresa:

El otro día cuando les hablé sobre los rezos por los enfermos y otras cosas sé que estuve un poco fuerte y dura con ustedes, pero yo no puedo ser de otra manera y si tuviera que decírselos otra vez se lo diría de la misma forma. No pueden reprocharme a mi dureza cuando en el corazón ustedes saben que es así, vos decís muy seguido que hay muy pocas personas que saben visitar a los enfermos, y es cierto, pues bien, cuando uno no sabe algo trata de aprender y si no puede aprender con medios humanos le pide luces al Espíritu Santo para prepararse como corresponde, eso les está indicando que el Espíritu Santo les daría normas muy concretas sobre cómo hacer para salir de la casa de un enfermo y que ese enfermo pueda ver la Luz del Señor, cuánta necesidad hay de personas que visiten a los enfermos y cuánta escases hay de personas que sean capaces de visitar a un enfermo.

Y ¿saben cuál es el motivo principal de todo?, que los hombres están demasiado sujetos a sus propios intereses, a sus preocupaciones, a sus luchas, a sus ideas, a sus cosas y cuando visitan a alguien llevan dentro de sí todo eso y en lugar de abrirse para receptar lo que ese enfermo diga, están tal vez pensando en sus propios problemas.

Una forma maravillosa de ejercer la caridad, es saber visitar a un enfermo y tener el convencimiento que al salir de la casa del enfermo se quede Jesús allí al lado de él a hacerle compañía, mientras no hagas así las cosas recomienda que es preferible no visitar a un enfermo para dejarle más dolor del que tiene.

Amén.