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Mensaje del 25 de Abril de 2009

Nos falta mucho mis hermanos, nos falta tantas cosas, ¿no será hora de descubrir que Jesús está caminando sobre el mar de nuestra vida?, ¿no será tiempo de descubrirlo ya?. Mensaje del 25 de Abril de 2009

Habla Artemio:

Buenas tardes.

Como todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Todos tienen el manual de los cánticos ¿eh?, bueno, saludamos al Señor diciéndole: que viva Cristo…, a ver con un poco de más ganas: que viva Cristo….
Bueno, estamos en el Templo del Señor del Misericordia y en consecuencia no podemos estar tristes a pesar de todos nuestros problemas, se lo decimos al Señor y lo decimos entre nosotros: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo….

Bueno, antes de leer la palabra tenemos que pensar que tenemos que ser dignos del momento de leer la palabra del Señor, para eso hay que prepararse, ¿cómo lo hacemos?, diciendo: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…

Sábado 25 de Abril, hoy es día de San Marcos evangelista, el Evangelio de hoy es de San Marcos también, 16, versículo 15 al 20: “al llegar la noche, sus Discípulos bajaron la orilla y subiendo a una barca cruzaron el lago rumbo a Cafarnaúm. Habían visto caer la noche sin que Jesús se hubiera reunido con ellos y empezaban a formarse grandes olas debido al fuerte viento que había. Habían remado como unos cinco kilómetros cuando vieron que Jesús caminaba sobre el mar y se acercaba, caminando sobre el mar, a la barca, y se llenaron de espanto. Pero Él les dijo: soy Yo, no tengan miedo. Quisieron subirlo a la barca, pero la barca se encontró enseguida en la orilla adonde se dirigían ”. Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Estamos en el sábado, domingo tercero de Pascua, el domingo pasado conmemoramos el día de la Misericordia, porque su Santidad, el Papa Juan Pablo II, siguiendo los dictados de Jesús instituyó que el domingo después de Pascua era el día de la Misericordia, por eso, el domingo anterior conmemoramos Pascua de Resurrección, el domingo pasado el día de la Misericordia y ahora estamos en esta semana después de haber festejado todo esto referente a la Misericordia del Señor.

El Evangelio de hoy nos habla de que Jesús viene sobre las aguas caminando, los Discípulos cuando lo ven se asustan y Él les dijo: soy Yo, no tengan miedo y llegaron enseguida a la orilla, este caminar de Jesús sobre las aguas significa que Jesús está caminando siempre sobre el mar de nuestra vida, nuestra vida a veces o casi siempre es como el mar, a veces está agitado, a veces calmo ¿no?, entonces eso de decir: Jesús venía sobre las aguas está queriéndonos señalar cómo el Señor camina sobre las aguas de nuestra vida, pero ¿por qué los Discípulos se asustan?, es raro ver al Señor caminar sobre las aguas o cualquier persona, porque cualquiera se hunde ¿no?, pero es interesante ¿no?, tener en cuenta que el Señor siempre está en nuestra vida, continuamente está, nada más que nosotros no lo queremos ver, no nos interesa verlo, tampoco queremos conocer mucho de él porque la mayoría de nosotros tiene todavía esa fe chiquita que hemos recibido en el Catecismo ¿mmm?, algún mandamiento, alguna que otra cosa pero así como crecemos en todos los órdenes, en la fe no pasa igual ¿mmm?.

Jesús camina siempre en nuestra vida, es una forma de decir, camina siempre a nuestra vida pero ¿cuántas veces lo notamos?, ¿cuántas veces nos damos cuenta?, ¿cuántas veces en los momentos de dolor, de pena, pase lo que nos pase, cuántas veces hemos descubierto que el Señor estaba con nosotros? ¿mmm?, y tantas veces nos sentimos desolados y tristes y está el Señor allí con toda su gracia para darnos todo lo que necesitamos pero nosotros no lo vemos, no queremos verlo, o tal vez por formación, por las cosas que nos enseñaron directamente uno ni quiere enterarse de Él, es una pena.

Y ¿qué pasa?, Él camina siempre en el mar de nuestra vida pero cuando estamos enfermos, cuando estamos angustiados, padecemos injusticias, etc., ¿no?, apelamos a Él, a veces sí, a veces no, a veces uno dice: ¿por qué me tiene que pasar a mí todo esto?, y está la otra expresión: ¿por qué no a mí?, ¿tengo corona?, no, entonces, porque tenemos que pactar con la vida, a los seres humanos nos va de una manera, esa manera está dada por el hogar donde nacimos, los padres que tuvimos, está dado por la gente que nos rodeó, los parientes que tuvimos, las personas que vivieron cerca nuestro, la escuela adonde concurrimos, es decir en la vida nos va de una manera ¿mmm?, por todo ese conjunto de cosas que traemos del pasado. A veces el pasado es muy bueno, lleno de satisfacciones pero otras veces ese pasado no es así como nosotros pensamos, es decir, quisiéramos que las cosas anduviesen siempre bien pero las cosas siguen haciéndose y se siguen dando y uno se pregunta: ¿qué es lo que pasa?.

Ahora, nos falta a nosotros tomar conciencia de algo, nos falta tomar conciencia que cuando Dios nos crea tiene un proyecto para nosotros ¿verdad?, que no deberíamos olvidarlo nunca, cuando ese proyecto del Señor tomamos conciencia de él miramos como coincide todo lo que nosotros hacemos con ese proyecto que el Señor tiene, lo importante es ver que lo que nos pasa está dentro del proyecto del Señor; vos dirás: pero si son cosas malas no las puede querer el Señor, no, por supuesto, pero ¿qué ocurre?, como somos seres libres, creados libres por Dios, ocurren las cosas, ocurren, por eso tenemos enfermedades, por eso padecemos muchas cosas, a veces sin querer somos objetos de críticas, de lo que sea, o bien padecemos injusticias o bien podemos tener un accidente o una enfermedad que nos carcome los huesos. Entonces por ahí uno empieza a vislumbrar que solo no puedo, ¿qué me está faltando?, solo no puedo y más en la noche, uno dice: pero que mal que estoy y estoy solo. Que razonamiento terrible ese ¿no?, ¿por qué?, porque cuando más tendríamos que tener conciencia de que el Señor está caminando sobre el mar de nuestra vida no lo tenemos en cuenta y entonces sufrimos solos y no hay peor cosa que sufrir solo, porque el sufrimiento es espantoso, pero si nosotros tenemos alguien, pero no un amigo solamente sino que ese que está cerca nuestro es el Señor, que no es cualquiera sino el Hijo de Dios y Dios mismo entonces toda nuestra vida empieza a cambiar.

La mayoría de nosotros razonamos como si fuéramos huérfanos, mientras que todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y cada uno tiene un proyecto que el Señor pensó para cada uno, ese proyecto se sella en el Bautismo, con el Bautismo, ¿por qué lo festejamos?, pero nadie se le ocurrió pensar: ¿por qué nos bautizaron?, en el Bautismo el Señor nos regala todas las virtudes, todos los dones y carismas que un ser humano puede tener, en el momento del Bautismo, pero ¿qué pasa?, las diversas cosas que ocurren en la vida hacen que esas cosas que nos regaló el Señor en el Bautismo se vayan perdiendo, perdiendo, perdiendo de a poco o muy rápido y nos encuentra en un momento de la vida solos, huérfanos sin saber para donde ir, es muy duro la vida nuestra si no tenemos a alguien de quién tomarnos, de alguien humano, sí, como no, pero sobre todo de alguien que tenga la fuerza suficiente, quién más que Dios ¿no? para darnos toda la fuerza que nos falta, porque mientras estamos bien, mientras las cosas marchan todo está lindo ¿eh?, nos creemos fuertes, nos creemos que todo lo solucionamos, que todo lo podemos, pero llega un momento que las enfermedades nos invaden, los años pasan y las cosas se nos tornan difíciles y tenemos miedo de avanzar, así como los Discípulos en el Evangelio de hoy tienen miedo cuando lo ven a Jesús caminar sobre las aguas.

Cuando estamos solos tenemos miedo, la madre por la noche se levanta diez veces a ver si sus hijos respiran bien, de vez en cuando mira a su esposo a ver como está, es decir, el ser humano no tiene seguro nada, nada, uno sabe que se acuesta pero no sabe si se levanta, uno sabe que puede vivir muchos años pero ¿quién te lo firma y te lo asegura?, uno amontona creyendo que va a poder disfrutar durante tanto tiempo, ¿y quién te lo asegura eso?. Ocurre que la mayoría de nosotros tiene miedo, como los Discípulos de hoy, del Evangelio de hoy, porque no está Dios en nuestra vida, y ¿qué es lo que hay en nuestra vida?, bueno, el rezo de algún Rosario de vez en cuando, ya cumplí dice uno, alguna jaculatoria: Jesús en vos confío, pero ¿es Jesús el amigo, el Padre, el compañero, el compinche el que nos acompaña al trabajo, el que nos atiende en todos los momentos de nuestra vida?, está allí como esperando pero nosotros no. Yo no sé, cuando se es demasiado joven y uno cree que tiene tanta fuerza entonces deja de lado al Señor pero cuando pasan los años o cuando hay problemas uno recurre al Señor ¿eh?, pero ¿de qué forma?, una forma desabrida, ¿por qué?, mirá Señor yo nunca te pasé bolilla pero ahora tengo esta enfermedad y vos tenés que sanarme, es lo mismo que cuando le decís algo a una persona amiga tuya que sabés que te escucha o una persona extraña, en este caso como nunca te has acordado de Él es una persona extraña, es una pena y uno creyó que con tantos Rosarios, que con tantas Misas, que con tantas cosas todo se arreglaba, sí, eso está muy bien, siempre y cuando haya en nosotros una buena relación con el Señor, es decir, es nuestro amigo, es nuestro Padre, es nuestro hermano, está en cada momento de nuestra vida, está aconsejándonos siempre o mejor dicho ¿le permitimos que Él nos aconseje?.

Los Discípulos tuvieron miedo, es el mismo miedo que tienen hoy los que están acá y están enfermos, es el mismo miedo que tenemos cuando estamos aquí al frente sentados, o en silla o con bastón o con lo que sea, tenemos miedo, qué pasará mañana, es como estar en medio de un río y morirse de sed. El Señor siempre nos ofrece todo, no algo, todo, pero siempre en nosotros hubo algún pretexto, sí, más adelante, vamos a ver, o bien concurrimos algunas veces a Misa para cumplir, cumplir, ¿con los amigos se cumple?, no, ¿con papá y mamá se cumple?, no, uno obra con ellos con un corazón lleno de amor ¿verdad?, entonces es otra la relación.

Cuando nosotros descubrimos como los Apóstoles descubren a Jesús que viene caminando, cuando nosotros descubrimos que Él está en nuestra vida entonces nuestro horizonte se amplía, las cosas que nos pasan tienen una explicación ¿eh?, ¿el mal también?, y sí, porque Jesús no lo provoca el mal pero Él puede aprovecharlo para sacar de eso algún beneficio, nunca del Señor esperen nada de mal ni ningún castigo, jamás, porque el Señor no castiga y tampoco pone pruebas, entiendan esto, el Señor navega por nuestra vida como en el Evangelio pero nunca se le ocurre probarnos a ver cómo somos capaces de algo, no, dice otro Evangelio que un hijo que le pide pan a su papá éste no le da una piedra y si pide pescado no le da una víbora, entonces cómo es posible si hasta un padre se da cuenta que a su hijo no le puede hacer daño, ¿vamos a creer por casualidad que Dios, el Señor de la Misericordia, nos va a poner a prueba por algo?. Cuando algo no anda bien tenemos que pensar: ¿quién usó mal su libertad, yo, los otros, los que estaban cerca? ¿eh?, ahora fijate vos, uno tiene un accidente y dice: pero si ese desgraciado hubiera pensado un poquito no me atropella, si ese que tenía que inflar las cubiertas las hubiese inflado bien no se reventaba, si ese que arregla el motor o la parte de electricidad o lo que sea, hubiera hecho las cosas en orden no me quedaría ahora en el camino por esto.

Es decir, el hombre está en el mundo usando siempre su libertad, para los demás y para él, puede hacer las cosas mal o puede hacer las cosas bien y eso trae sus consecuencias, uno sale a la vereda sin mirar y pasa un chico y lo atropella, ese chico debió saber por papá y mamá que en la vereda no se va en bicicleta, porque puede alguno chocarlo. Si uno saliera a la ruta diciéndole: Señor manejá al lado mío para que no me pase nada malo, si cada persona lo dijera seguramente no habría accidentes ¿no?.

Entonces, ¿qué es lo que pasa?, somos seres libres, podemos hacer todo lo que querramos pero muchas veces hacemos lo que se nos antoja y al hacer lo que se nos antoja sufren los demás y por supuesto también sufre uno. Es decir, falta el Señor en nuestras vidas, falta, vos dirás: no, no me venga a decir eso si yo soy de la cofradía de las damas no se cuanto y soy del Perpetuo Socorro, sí, está bien todo eso, pero eso no quiere decir que lo tengas en tu corazón al Señor, podés ser dama de no sé qué cosa y comulgar diariamente y estar muy lejos del Señor y tal vez esa persona que cumple con su trabajo, atiende a sus hijos, se da el tiempo para su familia pero de tanto trabajo hasta ni puede cumplir con el Señor en los ritos en que hay que ir ¿no?, tal vez tenga más la protección del Señor que los otros, porque nosotros somos así, cuando nuestro corazón es orgulloso y soberbio somos insoportables. El ser humano orgulloso y soberbio es insoportable, lo vemos en la persona que puede estar en la familia, lo vemos en el señor que nos atiende en el negocio donde vamos a comprar, lo vemos en todos lados, los soberbios y orgullosos son insoportables, ¿por qué?, porque el orgulloso y el soberbio hizo de su vida todo y cree que los demás tienen que rendirle culto todavía y pagan los demás, pagan, porque sufren las consecuencias de que ese hombre no use bien su libertad y ponga en peligro la vida de los otros sino ¿dónde están?, ¿qué otra explicación tienen los accidentes?, de todo tipo, las máquinas mal manejadas que puede llevarnos un brazo o no sé qué ¿mmm?.

Aquellos que dirigen el culto en nuestro pueblo ¿han pensado que si hubiesen hecho la sanación de la herencia de las personas no nacerían niños Down ni niños infradotados en general, defectuosos o lo que sea?, la mayoría de las cosas que soportamos son herencia de nuestros padres o nuestros antepasados, sea lo que sea y como dice el Señor: ya en el año 96 en un Mensaje, porque para los que no lo saben, aquí hace 14 años que Jesús y su Mamá vienen todos los días y da Mensajes para todos los hombres del mundo, bueno, ya en esos Mensajes hablaba de la sanación, hablaba de la necesidad que tiene el ser humano de tomar reparo, de tomar conciencia de que hereda de sus padres o sus antepasados virtudes o defectos, los defectos hay que suprimirlos y solamente el Señor puede suprimirlos, lamentablemente Jesús dice que: aquellos que dirigen el culto en vez de pensar en los hombres que están adelante piensan en ellos mismos en escalar posiciones, en juntar dinero, un montón de cosas por el estilo pero no se pone nadie en el lugar del otro y es muy doloroso, porque es lo común, es lo que en general se tiene en cuenta ¿eh?, es muy duro esto.

Por eso, es importante que cada uno de ustedes con los pastores de sus parroquias, le digan: padre, o al obispo, monseñor, ¿por qué no nos educa?, ¿por qué no nos sana la herencia?, ¿por qué no nos dice cómo debemos hacer?, piensan nada más en cobrarme el Bautismo, el casamiento y miran de reojo cuánto ponen en la bolsita los domingos, ¿o no?, bueno, hay que llamarles la atención y decirle: yo te respeto totalmente pero yo quisiera de vos aprender otras cosas, yo quisiera conocerlo a Jesús, ¿por qué no me enseñás a conocerlo?, ¿por qué no das cursos en tu parroquia de quién es mi Dios y mi Señor, ese que querés que vengamos a comulgar todos los domingos o todos los días?, ¿por qué no nos enseña quién es ese Dios?, ¿por qué no nos enseñan todo el amor que tiene?, ¿por qué tenemos que vivir huérfanos?, porque a ustedes no les alcanza el tiempo para atendernos, ¿por qué?, si se han dedicado a eso en la vida, ¿qué ocurre?, pídanle, pregúntenle: quiero conocer al Señor que usted representa, quiero ver a Jesús en usted padre, en ese momento voy a empezar a creer y voy a creer de otra forma, por supuesto que todos los seres humanos tienen defectos pero se notan los defectos cuando la vida es recta. ¿Por qué no me enseña cómo llegar a Jesús?, ¿por qué no me visita cuando estoy enfermo para alentarme?, ¿por qué no me ayuda con esta injusticia de mi marido que me pega como un condenado?, sí, no, no se extrañen, porque acá dentro hay 17 hombres que le pegan a su mujer, 17, no miro a nadie para que no se sienta aludido, acá dentro y los que están afuera; vos dirás: ¿pero será?, claro que sí.

Enséñeme padre a no pegarle a mi mujer, a descubrir el amor que ella me tiene y además sáname la herencia porque de todo padre pegador los hijos también son pegadores, es una de las cosas que me preocupa tanto porque cuántos seres que vienen aquí ya recibieron en la panza de su mamá los golpes del padre, ¿qué, eso los hace más machos? ¿eh?, ¿cargan mejor el aparato porque saben golpear a su mujer?, mis queridos, la ley de la selva, así no, así no, no se puede a esa mujer que está embarazada golpearla, arrastrarla por el suelo por los cabellos, por los brazos, embarazada, ese hombre no tendría que tener nunca más a la mujer a su lado porque el amor se gasta ¿eh?, si este hijo que es fruto del amor entre vos y yo lo estás golpeando en mi panza, ¿qué entendés de la vida y de todo?, ¿qué soy yo para vos?. Dije que acá dentro hay 17, cuando miré y vi eso, acá dentro y afuera, cuando vi eso digo: tengo que recalcar esto también, porque todo está en el Evangelio, porque todos estamos viviendo en ese mar de la vida en el cual transita Jesús y nosotros no vemos ni conocemos ni tampoco nos preocupamos por conocer.

Cuando uno más conoce más ama y si nos damos tiempo para todo ¿por qué no nos damos tiempo para conocer algo de nuestro Dios y Señor que tan maravillosamente nos creó un día, nos alienta y nos sustenta a través del tiempo?, ¿por qué no nos damos el tiempo necesario? ¿mmm?, vamos a orejear las cartas de los naipes al club, bueno, está bien que te distraigas pero dos días a la semana, ¿no te podrías quedar con tu familia para hacerles compañía, para ver que sienten tus hijos, para ver qué es lo que pasa en tu casa?, y tu señora si algún día te engaña vas a decir: pero ¿cómo?, y si vos la dejaste para ir a orejear las cartas ¿eh?.

Ustedes dirán: ¿por qué es duro así al hablar?, yo no soy duro al hablar, estoy cumpliendo con los mandatos del Señor que ya en el año 95 cuando viene aquí en los primeros Mensajes me dice: tenés que ser un Celoso Custodio de Mi palabra, de Mi Mensaje, entonces salgo en defensa de un niño golpeado en la panza, salgo en defensa de una mujer golpeada, salgo en defensa de aquella mujer que no tiene otra forma de ganarse la vida que abriendo las piernas. Yo hablo directamente y concretamente, porque no tengo miedo a nada ni a nadie, excepto al Señor, que no es miedo sino temor, que es una forma de tremendo respeto ¿eh?.

Entonces, el Señor camina por las aguas de nuestra vida ¿y nosotros qué, lo tenemos en cuenta?, a veces sí, cuando nos enfermamos pero ¿qué pasa?, estamos tan gastados por la vida que le pedimos: Señor, sáname, pero por dentro estoy creyendo que no me sana, porque todo ser humano que pide con plena confianza la ayuda del Señor, el Señor lo sana y hace los milagros más grandes, pero ¿qué pasa?, por el tiempo, por la cosas de la vida, por cincuenta mil motivos no creemos lo suficiente. No educamos a nuestros hijos para que no tengan que vivir la vida que nosotros vivimos, es decir, necesitan una vida donde tengan un padre, no solamente el padre biológico sino el Padre del Cielo, del otro lado, que está guiando todos sus actos.

Bien, ¿o acaso también no es hacer mal uso de la libertad cuando hay violaciones, crímenes y tantas cosas por el estilo?, ¿o ustedes creen que el Señor da permiso para hacer esas cosas?, no, el ser humano usando su libertad elige hacer eso; ustedes dirán: pero eso ya no pasa, sí, acá dentro hay 23 personas que han sido violadas cuando fueron pequeñas, 3 manoseadas nomás pero el resto violadas y me produce una profunda pena porque no pueden ni perdonar, no pueden ni calmar sus nervios, están depresivas o depresivos, están mal en todos los aspectos sin poder edificar su vida pensando que todos los hombres o todas las mujeres son iguales, que están programados para destruir su vida.

Nos falta mucho mis hermanos, nos falta tantas cosas, ¿no será hora de descubrir que Jesús está caminando sobre el mar de nuestra vida?, ¿no será tiempo de descubrirlo ya?, a veces uno lo descubre cuando tiene una enfermedad: Señor, parece mentira que tuve que estar enfermo para empezar a conocerte, pero estamos todos solos porque vuestro pastor, vuestro sacerdote ¿los visita cuando están enfermos?, ¿les da palabra de aliento, les da la bendición, les lleva la comunión?, y ¿qué esperan para reclamarle?, para que sean santos y no así gente que busca sacar dinero o tener una buena posición, porque la mayoría tiene casa, coche y todas esas cosas, con todas las buenas excepciones que hay. Pero no nos engañemos mis queridos ¿eh?, a las cosas hay que llamarlas por su nombre, la mejor forma de enseñar quién es Jesús es enseñándolo con la propia vida ¿eh?, bien.

Tener en cuenta todas estas cosas, el Señor está navegando el mar de mi vida, desde no ahora, desde hace milenios, porque nosotros ya éramos una idea en la mente de Dios…, esos chicos que gritan un poco llévenlos a pasear porque no aguantan ¿eh?, bueno, por una razón muy simple, distraen ¿no es cierto?, uno ama a los niños pero todo en su lugar.

Señor de la Misericordia, aquí estamos en este día y todos los días a que alcance nuestra vida, para Señor decirte todo aquello que necesitamos, porque tal vez hoy descubramos que sos nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro compañero, ustedes dirán: esas palabras ya las oímos otra vez, pero vos no sos el mismo de ayer, está en este día y la palabra que ayer a lo mejor no tuve eco en vos hoy sí lo tiene, entonces nada está repetido, nada está repetido, todo es nuevo, aunque la palabra sea la misma.

Ustedes saben que el Señor viene todos los días junto con su Mamá y también a veces los Santos y hoy están aquí por supuesto y me está pidiendo la voz el Señor para manifestarles lo que Él quiere manifestar en este día, no lo hace siempre, lo hace algunas veces y yo tengo que estar disponible para cuando Él hable y si cuando habla el Señor se nota más lentitud es porque Él habla en algún idioma que hablaba en aquél entonces, normalmente el Señor habla en el idioma arameo antiguo y hay que ir traduciéndolo.

Por eso Señor, vos trajiste a estas personas desde muy diversos lugares, desde un extremo hasta el otro de nuestra República y tantísimas veces hay extranjeros: españoles, italianos, mexicanos, brasileros, bolivianos, paraguayos, chilenos, chilenos sobre todo vienen muchos y de otros lugares también pero ya no son mayoría sino que son de vez en cuando.

Entonces, para todos los hombres Señor te digo humildemente: habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

Los saludo en este día con todo el amor que les tengo.

Las palabras de Artemio no, no fueron palabras… (se dio vuelta la cinta)…, a este Señor Jesús que después de dar la vida en abundancia, es cuestión nada más de abrir el corazón pero no abrirlo hoy solamente y después, sino mantener siempre abierto el corazón, hay tanta necesidad Mis queridos de que ustedes tengan apoyo en todos los órdenes de vuestra vida, alguien que repare las injusticias, alguien a quien pueda creerle cuando habla, alguien que los amó desde siempre y los seguirá amando eternamente, con quien tendrán que compartir toda una eternidad, porque así como los tuve en Mi mente hace miles de años así los sigo teniendo por toda una eternidad, pero cuando pasen a otra vida entonces mirarán Mi rostro cara a cara, lo mismo que al Padre y lo mismo que al Espíritu Santo.

Tengan en cuenta esto, si a veces vuestro corazón está un poco endurecido, porque la vida tiene muchos problemas, Yo lo comprendo muy bien pero si el corazón está un poco endurecido pídanme, porque ustedes son dueños de usar vuestra libertad, pídanme que ese corazón se ablande para que ese corazón que perdió la alegría, que no tiene paz, pueda Yo consolarlo y hacerles ver que la vida continua, que la vida puede seguir siendo siempre amor y proyecto, que si alguno parte antes pues bien, seamos respetuosos y pensemos en encontrarnos eternamente cuando se cierren los ojos, pero mientras tanto Mis queridos están sobre la Tierra, esta Tierra que los hombres han convertido en un valle de lágrimas, Mi Papá creó todo bien, cuando miró todas las cosas dijo que todo lo había hecho bien, con orden y después los hombres fueron usando mal su libertad.

Pero hoy les digo así como en el Evangelio a los Discípulos: no tengan miedo, que Yo los he creado a Mi imagen y semejanza, les he dado la vida en abundancia, después me he esforzado para que no tuvieran malos ejemplos, tuvieran guías espirituales, tuvieran, tuvieran, tuvieran, pero han tenido muy poco, porque los hombres normalmente piensan para ellos pero no para los demás y así nos encontramos en este día, donde veo que hay enfermos, gente que no puede caminar, otros tienen problemas en los ojos, otros en su estómago, otro en sus piernas, otro en sus pies, desde un simple callo hasta un problema de demencia senil, es decir la demencia o la alteración de la razón que viene después de muchos años.

Me encuentro con todo esto, con gente triste, con gente que perdió la esperanza, me encuentro con los que no tienen ya ganas de luchar, me encuentro con la gente que cree que, bueno cuando mucho puedo vivir sesenta, setenta años, Mis queridos Yo les dije ya una vez y veinte millones de veces más, que el hombre tiene que cumplir muchos años y no morirse ni por enfermad ni por accidente ni por nada, aquí estoy Mis queridos, para darles toda la fuerza a ustedes y a los demás, para que puedan cumplir muchos años.

Mis queridos, si ya en el Antiguo Testamento el profeta Isaías en el año 742 antes de Mi llegada ya hablaba de que morirse de cien años es una injusticia, en el caso de los accidentes y una estupidez y por el caso de aquellos que se abandonan y ya no quieren seguir luchando, porque en aquél entonces sin haber nada de la medicina que hay actualmente los hombres llegaban a cumplir doscientos o trescientos años, ¿por qué no ahora?.

Cuando Yo llegué aquí en el año 95 con Mi Mamá y acampamos en este lugar dije: que todo iba a ser hecho nuevo, que el Templo se iba a llenar de enfermos e iban a salir todos sanos, porque dije: todo va a ser hecho nuevo y aquél que no cumplía va a cumplir años y aquél que está triste dejará de estarlo y aquél que no tiene paz en el alma la tendrá y aquél que vio pasar la felicidad de largo, pues bien, la conseguirá, pero tiene que tomar conciencia Mis queridos, Yo estoy navegando el mar de la vida que ustedes están viviendo la vida que ustedes viven. Estoy delante y detrás, a derecha e izquierda, arriba y abajo, ¿por qué no echan mano de Mí?, y un buen día se deciden a preguntarme: Señor, tené compasión de mí, mirá lo huérfano que estoy, mirá lo solo que me siento, mirá Señor que no tengo a nadie que me ame porque los que tenía se fueron por las más diversas causas, Señor, vos podés darme, porque yo lo necesito, díganmelo, pídanme, ¿o acaso no se les dijo que Yo recojo donde no siembro y cosecho donde no puse nada?.

Entonces, la realidad tuya puede ser cualquier realidad pero Yo estoy siempre a tu disposición para darte todo lo que necesites y más todavía, porque seguramente vos creés que necesitás algún tipo de cosas pero Yo veo que necesitás muchas más.

Aquellos que tienen el corazón triste porque están solos, porque han perdido a sus familiares, aquellos que no se sienten amados por nadie, aquellos que creen que todos los ideales y la vida ya terminó por todo lo que pasó en el tiempo, Yo les digo: vengan a Mí que soy manso y humilde de corazón y que tengo todas las respuestas para vuestras preguntas y todas las soluciones para vuestros problemas, conózcanme.

Pero a Mí no se me conoce buscándome en los libros, no, hay que buscar en el fondo del corazón, apelar a todos los sentimientos más nobles que cada uno tenga y con toda la humildad decir: Señor, necesito tanto conocerte para amarte más, ya sé que estoy, dirán ustedes, amando a mi familia, mis cosas, mis necesidades, mi trabajo, pero todo eso es muy poco Mi querido para tu corazón.
Te levantás por las mañanas y tu trabajo es una rutina porque no hay más remedio y almorzás y después cena y mientras tanto trabajo y rutina, rutina y trabajo, ¿no pensaste que si Yo estoy navegando el mar de tu vida puedo traerte un trabajo precioso?, porque vos, apelándome a Mí vas a construir un trabajo precioso y cuando uno tiene o hace lo que quiere la vida es una fiesta.

Es tan simple decirme: Señor, tené compasión de mí, la palabra compasión dice todo, junto la palabra con y pasión sentir, es decir, ustedes me dicen: quiero Señor que sientas lo que siento yo, perdí a los que amo, no tengo ya propiedades o que se yo, no tengo trabajo, la enfermedad está calándome hondo, Señor hacé con mi vida un milagro, con mi enfermedad hacé que ella desaparezca, Señor, si no me alcanza la fe, díganme, dame más fe Señor, porque ustedes saben que la fe la regalo Yo, pídanme entonces: Señor, regalame más fe porque la que tengo no me alcanza Señor y que este pedido mío no sea por hoy y mañana solamente sino por el resto de mi vida, porque cada día el hombre tiene que seguir creciendo en la fe, que es un regalo del Señor, pero que viene cuando uno desea tenerlo.

Algunos dicen: ¿por qué yo no te veo Señor?, o ¿por qué a mí no me hablás?, ¿me lo pidieron?, ¿me dijeron quiero verte Señor?, por supuesto que eso involucra o tiene que ser tenido en cuenta como una consecuencia de llevar una vida de una manera, si a Mí se me piden las cosas una vez de tanto en tanto cuando hay necesidades y el resto lo pasan de cualquier forma no son Mis amigos, ni son Mis hijos, ni son Mis compañeros, Yo quiero que sean Mis hijos, Mis compañeros, Mis amados y que sientan sobre vuestra piel hasta el calor del Mi cuerpo y sientan vuestros hombros el roce de Mis manos cuando están abatidos, están tristes y ya les parece que la vida no tiene sentido.

No hagan Mis queridos como el ejemplo que se citó hoy, estar en medio de un río y morirse de sed, que pena, teniendo todo al alcance, solamente es necesario hacer que el corazón se vuelva humilde y simple, se vuelva sencillo así como el pasto que crece, la flor que se abre sin pedir ni siquiera una alabanza, cuando uno es así de humilde todo es posible y además les aseguro esto, cuando me pidan incluso las cosas más tremendas o difíciles si ustedes están convencidos al pedírmela que eso va a ocurrir, ocurrirá sí o sí. Cuando los milagros no se producen pregúntense: ¿estoy creyendo realmente o estoy buscando un pretexto pero en el fondo me quiero morir porque mi familia no me acepta, los años pasaron, porque no oigo bien, porque mis ojos no tienen luz, porque arrastro los pies al caminar y tropiezo con cualquier cosa, cuando uno está en esas condiciones a veces busca la muerte, porque se da cuenta que aquellos que uno procreó, es decir, le dio la vida pasan sin darse cuenta que papá y mamá necesitan siempre el afecto, siempre.

Aquellos que se olvidan Mis queridos de quien les dio la vida piensen que les espera años y vida muy dura, ¿por qué?, porque el hijo es sangre de la sangre de ese hombre o esa mujer que le dio la vida y cómo es posible que se lo olvide y se lo reponga en un depósito esperando la muerte y que venga lo más rápido posible así deja sus bienes para uno.

Estas palabras son duras pero no son nada más ni nada menos que las palabras del Evangelio porque allí también tienen aquella expresión: aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón.

Los amo profundamente, los traje aquí porque quiero darles todo lo que necesitan, no se olviden, no vinieron porque ustedes decidieron venir, Yo quise traerlos, en consecuencia, abran vuestro corazón que quiero entrar y como dice el Evangelio: y Yo entraré y cenaré y estaremos juntos compartiendo la mesa, se refiere a la cena de la vida, se refiere a compartir el pan pero no solo el pan de harina de trigo sino el pan del afecto y el pan de todas las necesidades que cada uno tiene.

Soy el Jesús de la Misericordia que les ofrece todo esto y mucho más porque Mi trabajo y Mi tarea y Mi vida es amar, no tengo otro oficio porque dentro del amor todo es posible, todo se soluciona, todo se ennoblece, todo es perfecto, déjenme entrar, déjenme entrar a vuestro corazón o por lo menos como dice el Evangelio: las a

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