Por eso, los invito a ordenar vuestra vida, ¿por qué, porque a Mi se me ocurre?, no Mis queridos, porque al ordenar vuestra vida van a ser felices. Mensaje del 18 de Abril de 2009
Habla Artemio:
…, por eso, porque mañana ustedes no vienen o no están entonces hacemos también el Evangelio de mañana, leemos el Evangelio de mañana y hoy también termina la Novena a la Divina Misericordia que empezó el Viernes Santos ¿eh?, bueno.
Todos tienen el librito en la mano, en primer lugar antes de cantar vamos a hacer un silencio total, número 5: sonríe que Jesús te ama…, ahora teniendo en cuenta que todos los días necesitamos la gracia del Señor, nuestra lámpara, nuestra vida necesita el aceite que es la gracia para seguir ardiendo, es decir seguir viviendo. Entonces 20 decimos al Señor que ponga su gracia en nosotros para poder seguir con nuestra vida y además para conmemorar mañana el día de la Misericordia, para nosotros es fundamental, para toda la Santa Madre Iglesia que el domingo después de Pascua celebremos el domingo de la Misericordia instituido por el Papa Juan Pablo II, teniendo en cuenta todo eso decimos: pon aceite en mi lámpara Señor….
Ahora vamos a pedir que el Espíritu Santo llene nuestra alma para poder entender la palabra de este día, le decimos así simplemente con todo nuestro fervor: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Evangelio que corresponde al sábado Marcos 16, 9-15: “Jesús, pues, resucitó en la madrugada del primer día de la semana. Se apareció primero a María Magdalena. Ella fue a anunciárselo a los que habían sido compañero de Jesús y que estaban tristes y lloraban. Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no le creyeron. Después Jesús se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos que se dirigían a un pueblito, lo que fue el Evangelio del domingo pasado, los compañeros de Emaús. Volvieron a contárselo a los demás, pero tampoco le creyeron. Por último se apareció a los once Discípulos mientras comían, y los reprendió por su falta de fe, por su dureza para creer a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la Creación”.
El Evangelio de la Misericordia de este día domingo, lo hacemos los dos juntos, Juan 20, 19-31, es para que todos puedan tener el Evangelio de la Divina Misericordia, por eso: “llegó Jesús, se paró en medio de ellos y les dijo: ¡la paz esté con ustedes!. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los Discípulos se alegraron mucho al verlo. Jesús les volvió a decir: la paz esté con ustedes. Como el Padre me envió a Mí, así los envío Yo también. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: reciban el Espíritu Santo, a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, serán retenidos. Tomás, uno de los doce, llamado el mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros Discípulos le dijeron: hemos visto al Señor. Pero él contestó: hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos y no introduzca en la herida del costado, no creeré. Ocho días después, los Discípulos de Jesús estaban otra vez en casa, y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de los doce. La paz esté con ustedes. Después dijo a Tomás: pon aquí tu dedo y mira Mis manos; extiende tu mano y métela en Mi costado. Deja de negar y cree. Tomás exclamó: tú eres mi Señor y mi Dios”. En otro Evangelio se lee: Señor mío y Dios mío, pero es lo mismo. Jesús replicó: crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!”. Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Los Discípulo todavía no habían recibido la venida del Espíritu Santo, es decir Pentecostés pero ya cuando Jesús muere en la cruz reciben de alguna forma el Espíritu Santo, entonces quiere decir que de alguna forma podían entender lo que estaba pasando, sin embargo uno de ellos no cree.
Todo esto nos toma así, en este domingo, sábado y domingo después del domingo de Pascua, en la Pascua hemos conmemorado, recordado juntos la Resurrección del Señor, después de haber vivido todos los por menores de la Semana Santa recibimos lo maravilloso que es conmemorar el Jesús resucitado.
San Pablo dice: si Jesús no hubiera resucitado nuestra fe no tendría valor, ahora ustedes dirán: ¿por qué, qué novedad hay en esto?, bueno, la Resurrección del Señor por sí es novedad pero también para nosotros, ¿por qué?, porque hasta ese tiempo las diversas culturas que había en ese mundo antiguo, hace dos mil años no creían en que el alma después de muerto resucitaba, ellos creían en que el alma cambiaba de lugar para purificarse pero no, el Señor nos viene a decir eso, es maravilloso porque no es solamente la alegría de la resurrección del Señor sino es la alegría que nosotros vamos a resucitar con Él ¿eh?, cuando nosotros cerremos los ojos vamos a recibir en forma inmediata al Señor
resucitado.
Por eso, gozábamos tanto al conmemorar el domingo la resurrección del Señor, porque es también nuestra resurrección, es decir la seguridad que cuando cerremos los ojos algún día vemos al Señor cara a cara y no por un día o dos sino por toda una eternidad, bueno.
Entonces, ¿qué pasa?, para que podamos hilvanar la historia, dice que Jesús se va apareciendo, primero lo hace con María Magdalena ¿mmm?, también a su Mamá, la Virgen, a los Discípulos y también, lo que vimos el Evangelio del domingo pasado, cuando se presenta a los hermanos, a los compañeros que iban camino de Emaús, cuando Él va con ellos pero no lo reconocen, cuando entra al pueblo recién van a reconocerlo, bien. Ahora, se apareció Jesús a todos reunidos, en un primer momento sin Tomás y luego con Tomás, por eso porque Tomás dijo: si yo no veo yo no creo, estando con Tomás, después en otra reunión le dice: vení, poné los dedos en los agujeros de Mis manos o en Mi costado para que creas y también agrega el Señor: dichosos aquellos que no ven sin embargo creen ¿eh?, no todos pueden ver porque el ver al Señor es un carisma del Espíritu Santo y algunos tienen otros carismas pero no ese y no pueden ver pero por eso el Señor dice: dichosos, felices, bienaventurados lo mismo, es la misma palabra, bienaventurados los que no ven y creen.
Bueno, ustedes dirán: cómo es esto que estuvimos leyendo el Evangelio que se refiere al segundo domingo, al primer domingo después de Pascua como el día de la Misericordia, uno se pregunta pero ¿cómo, antes en todo el Antiguo Testamento, Dios Padre no era Misericordioso?, uno se pregunta: pero ¿cómo, no se viero en tantas oportunidades como el Señor mostraba su Misericordia?, sí, a lo largo de todo el Antiguo Testamento hay muchas manifestaciones donde el Padre muestra su Misericordia, Jesús no había venido todavía, viene hace dos mil años ¿no es cierto?. Lo vemos en montones de partes en el Antiguo Testamento y una forma entre tantas muy evidente ¿no?, es que, digo esto sobre todo para aquellos que opinan que el Señor, Dios Padre, es muestra muy castigador o tremendo con aquellos que se salen de línea, pero el Señor fue siempre, Dios Padre, muy Misericordioso. Tenemos montones de ejemplos, yo les cito uno nada más, solamente uno, cuando Jonás después de haber vivido todo lo que vivió y les anuncia a los que están en Nínive, una ciudad de aquél entonces, la Buena Nueva del Señor, Jonás dice: vos me prometiste Padre que cuando pudieras convertir a estos hombres los castigarías ¿no?, porque era una ciudad que se había dedicado a vivir de una forma indecorosa, entonces Dios Padre le dice a Jonás: Jonás, ¿cómo querés que condene a toda esta gente que hay aquí y además a todos los animales que ellos tienen?, ¿ven?, Dios Padre pone casi a la misma altura los hombres que los animales; ustedes dirán: pero ¿cómo eso es posible?, y muy simple, porque cuando el Señor crea, Dios Padre crea todo, no solamente crea el hombre sino los animales, las plantas, todo lo que hay en la naturaleza, por eso que ya el Padre era consecuente al decir: cómo vamos a castigar este pueblo y todos los animales que tienen ¿verdad?, entonces Jonás dice desilusionado: ya me parecía que un Dios Misericordioso no los iba a castigar.
Un ejemplo para hacerles ver que hasta el Antiguo Testamento tenían muy claro cuánto era, cuánta era la Misericordia del Señor, ustedes dirán: pero la palabra Misericordia a uno le parece que la entiende pero no es tanto, la Misericordia la define Jesús como el amor obrando, por eso que las obras de Misericordia que aprendieron ya cuando eran niños en el Catecismo, se acuerdan: dar de comer al hambriento, dar posada al peregrino, a los sin techo dárselos, a los que no tienen ropa vestirlos, a los que no tienen que comer darles de comer, bueno, lo que pasa que no es solamente eso las obras de Misericordia sino cuando dice: dar de comer al hambriento se refiere a todo tipo de hambre, el ser humano no solamente tiene hambre de pan, de harina de trigo sino que tiene hambre también, tiene hambre de afecto, de comprensión, de tolerancia, de respeto ¿eh?.
Es decir, todo aquello que se necesita cuando los seres humanos viven dentro de una sana convivencia, por eso es tan importante el Señor de la Misericordia, cuando el 11 de Marzo de 1995 aparece Jesús aquí por primera vez, desde entonces hace 14 años dijo: Yo soy el Señor de la Misericordia y los Mensajes que interrumpí en la década del treinta, de 1930 a 37 ¿no?, los continuo aquí, en este lugar de la pampa gringa, la otra vez fue en un país europeo, ahora dice: lo continua aquí en este lugar de la pampa gringa, ¿y por qué?, en aquél entonces el Señor fue muy claro cuando dijo: ustedes van a conmemorar los quinientos años de la conquista de América, entonces Yo vengo a anunciarles a este lugar, adonde ustedes están parados, el piso que ustedes están pisando ¿eh?, si no es posible que hagan fiestas respecto a la conquista de América…, por una razón muy simple, dice: la conquista americana no se hizo con la cruz y con la espada sino que se hizo solamente con la espada y en estos quinientos años se vivieron cometiendo todo tipo de injusticias, la Virgen dice más: Yo no veo una cruz sino veo una cruz tomada al revés, que es una espada.
Entonces, el Señor de la Misericordia conmovido por todo lo que pasaron los hombres en América, viene por todos los hombres del mundo pero especialmente por los hombres de América, que los cinco siglos de la conquista fueron para destrucción de la raza nativa, de todos los indígenas ¿eh? y después la destrucción de todos aquellos que no estaban de parte de las autoridades. Es decir, la cantidad de indios muertos desde el Norte hasta el Sur de América es incalculable, entonces Mamá, la Virgen dice: Mi Hijo y Yo estamos cansados de caminar entre las flores que nacen de la boca de los muertos que esperaron justicia y liberación que no les llegó de ninguna parte.
Por eso, nosotros, el día de mañana para nosotros es tan importante, así como el 15 de Septiembre para Nuestra Madre y mañana para el Señor, porque Jesús lo dice con claridad: viene como el Señor de la Misericordia para reparar de alguna forma todas las injusticias y todos los desórdenes que habían cometido. En nombre de Dios se cometieron todo tipo de crímenes en América, incluso de aquellos que hoy día honramos como próceres ¿verdad? actuaron de una forma terrible en contra de los nativos.
Es decir, en otras palabras, había una intolerancia total y además decían que lo hacían para predicar el Evangelio pero hay algo que tener en cuenta muy claramente, mientras el ser humano no tenga todo lo necesario para vivir con dignidad no hablarle de Dios, el hombre tiene que tener todos sus derechos, cumplir con todos sus deberes, vivir dignamente, tener un techo, vivir en paz, con su familia, tener igualdad de oportunidades para crecer, tanto sea espiritualmente como materialmente, en todos los órdenes. Mientras el hombre no tenga todo eso no hay ningún derecho en querer hablarles del Señor, ningún derecho uno tiene, más aún, les digo ejemplos como la Madre Teresa de Calcuta, ella estaba en la India, recogía a todas las personas que estaban muriéndose por las calles, las llevaba al lugar de la muerte para que tuvieran una muerte digna pero sabiendo que pertenecían a otra religión no les hablaba de Jesús, no les hablaba, salvo que la persona se lo pidiera, sino no, les daba toda la atención que era necesaria pero de Jesús no le hablaba, ¿por qué?, por tolerancia con las ideas que profesan los demás.
Es decir, y entonces: ¿cómo es esto que se manda a todas las personas en el Evangelio que vayan a todos lados, como leímos, a llevar la palabra?, ocurre lo siguiente, que hay formas y formas de trasmitir el Evangelio, uno puede querer que le informen sobre el Evangelio, pues bien, pero si la persona no nos pide: díganos, cuéntenos del Señor uno no tiene ningún derecho en meterse en su casa o golpear la puerta para decirle: yo le vengo a traer la palabra, como ustedes están acostumbrados en los pueblos que ven, que andan por las calles golpeando las puertas desde las ocho vieron, no, para eso no hay ningún derecho, en todo caso lo que uno tiene que hacer valer es siempre su ejemplo.
Les digo esto, varias veces lo cité y lo vuelvo a hacer porque son personas que no estuvieron antes, la mayoría, casi todos. Vivía en Francia un hombre llamado Carlos de Foucauld, Carlos de Foucauld, que tenía una vida bastante, bueno, no mala pero hacía todas las cosas indebidas, una serie de cosas que no eran tan malas pero tampoco muy buenas. Llegó un momento en su vida que dijo: no, basta y se fue al África porque Europa apenas cruzando el Mediterráneo está África, se interna en el desierto, busca un oasis, es decir un lugar donde hay agua, un ojo de agua para tomar, porque en el desierto no hay agua. Se instala cerca de ese oasis, cultiva la huerta, tiene frutales y una serie de cosas, pero por supuesto, al estar cerca de un oasis, sufrió las consecuencias de todas las tribus árabes o beduinos que pasaban por el desierto y hacían lugar allí en el oasis para que recogieran agua y tomaran agua. Pero ¿qué pasa?, al pobre Carlos de Foucauld lo trataban muy mal, lo despreciaban, le destruían sus sembrados, le destruían sus frutales, cuando a golpes prácticamente lo destruían y cuando se iba volvía a empezar, volvía como si nada hubiera pasado, sin abrir la boca, yo creo en este o en el otro, nada, nada, absolutamente nada. Más aún, cuando Carlos de Foucauld veía que cerca de allí había luchas entre las diversas tribus que pasaban por el desierto se acercaba y trataba de auxiliar a todos los heridos. Así pasaron unos cuántos años, muchos años ¿eh?, hasta que un día un jefe beduino se acerca a Carlos de Foucauld y le dice: yo te he visto a lo largo de muchos años cómo soportás todas las injusticias sin abrir la boca, te destruyen todo y no decís nada, al contrario, si hay alguno de nosotros heridos vos tratás de curarlo, de sanarlo, de auxiliarlo, y le dice el jefe beduino: tenés que decirme quién es el Dios que dirige tus actos, porque si el Dios que dirige tus actos hace un hombre así como te hizo a vos debe ser el Dios verdadero.
Es decir, lo que valió siempre fue el ejemplo, las palabras se las lleva el viento ¿eh?, las palabras se borran pero el ejemplo jamás. Entonces: ¿qué Dios es el tuyo para que haga hombres como vos?, que te hacen todo lo peor y vos sin decir palabras y seguís construyendo, te destruyen los sembrados, todo y vos volvés a plantar, ¿qué pasa en tu vida?, ¿qué hay en vos para hacer todo esto perdonando y siguiendo adelante?, esas fueron las palabras del jefe beduino: decinos quién es tu Dios, porque tiene que ser el verdadero.
Entonces, en ninguna parte en el Evangelio está que vayamos casa por casa, por supuesto el Evangelio de hoy dice: vayan a lejanas tierras a llevar la palabra, sí, pero hay formas y formas les digo, para eso incluso leemos otros Evangelios donde el Señor da normas de cómo comportarse en tierras lejanas ¿no? pero lo fundamental es que nuestra actitud, nuestra conducta, nuestra vida sea el mejor modo de trasmitir la palabra del Señor, porque nadie convence a nadie cuando ve de una manera distinta de la que estaba viviendo ¿eh?.
Entonces, el Evangelio también es claro cuando dice: háganse de amigos para que los reciban, no dice: métanse en las casas, violenten a la gente para llevar la palabra, no, por eso cuando Jesús viene hace 14 años y después siguió viniendo todos los días Él y su Mamá vuelve a repetir aquello que: la conquista en América no se hizo con la cruz y con la espada sino solamente con la espada, no toleraron nada de lo que había, en aquél entonces y actualmente y no solo en América sino en todos los países del mundo, la intolerancia es la base de todo, es decir los seres humanos no pueden aceptar que alguien piense diferente. Cuando uno acepta a los que piensan de otra forma entonces empieza a entenderse con los demás, no antes.
Por eso, mañana, en ese día tan hermosísimo de la Misericordia, que estamos viviendo por anticipado, el amor obrando, Jesús les hace una invitación a todos, ¿para qué?, para que con su vida, con su ejemplo, con su acción diaria demuestren ¿no es cierto?, hasta qué punto le siguen a Él en cuanto a todo lo referente a la Misericordia, que es el amor obrando. Si yo estoy aquí muy amablemente pero después cuando pasan dos o tres horas me empiezo a enojar con los que tengo más cerca, me enojo con los que quieren pasar antes y que se yo ¿no?, por supuesto que hay que hacer las cosas bien pero ¿dónde está nuestra Misericordia que a veces no podemos tolerar que alguien pase adelante?, a lo mejor en forma mala pero en todo caso tenemos que contribuir para eso, pero no solamente en este momento, yo lo digo porque muchas veces creemos que porque somos de comunión diaria o no perdemos la Misa tenemos derecho el resto del día a hacer cualquier cosa, no, esa comunión diaria o dominical tiene que manifestarse en un amor grande por nuestros hermanos sino la comunión no tiene valor, ningún valor. Común unión quiere decir comunión, entonces si vos no querés a las personas que te rodean, no querés a nadie, todo el mundo tiene defectos, todo, tu comunión ¿para qué te sirvió?, ¿para qué?, si no hay unión no hay fraternidad, no amás a los demás. Ahora, puede que a veces haya gente que no ame a los demás porque está enferma ¿verdad?, pero los enfermos tienen que recibir trato de enfermos y uno tiene que preguntarse: ¿qué pasa en mi corazón que yo no soy capaz de amar a los otros o digo por fuera que sí y mi corazón quiere destruir y pisotear a los otros?, entonces habrá que preguntarse: ¿qué me está pasando?, porque hay algo en mí que no funciona, ¿estaré enfermo?, ¿estaré mal?, ¿tendré algún problema especialísimo?, pero yo tengo que averiguar por qué me es imposible tratar bien a los demás, si soy empleado tratar como corresponde a los que vienen a comprar, si soy padre a mi esposa, si soy mujer a mi esposo, a mis hijos, es decir en todos los órdenes de la vida.
Por eso estamos pensando de qué forma, de qué manera después de haber recibido al Señor resucitado podemos aplicar en nosotros y en los demás eso que nos pide el Señor, su Misericordia, el amor obrando, de qué forma lo hacemos, habrá que replantearse toda la vida que llevamos, las personas con las que tratamos, nuestra familia, todo aquello y aquellos con los que uno se relaciona diariamente, ¿para qué?, porque es necesario armonizar, no podemos decir soy de Jesús cuando estoy poniéndole el pie sobre la cabeza a alguien, no puedo decir soy de Jesús y festejo la Misericordia cuando no pago los sueldos que corresponden, tengo las personas en negro, no les pago derecho como la jubilación o la obra social, cincuenta miles de formas hay en las cuales se ve si nosotros tenemos Misericordia o no, porque obramos con amar sino directamente no nos llamemos que somos cristianos y nada por el estilo, si somos intolerantes, si no aguantamos que otro piense de otra manera, eso no quiere decir que uno tiene que pedir sus derechos también, nadie tiene por qué pisarlo a uno ¿no?. Pero no se puede vivir con dos o tres caras, no puedo yo tratar a una persona que trabaja en mi casa haciéndola comer en la cocina porque no tiene derecho a comer junto a la familia, pagándole un sueldo miserable o si tengo una fábrica despidiendo porque tengo miedo de perder lo mucho que tengo, así en todos los órdenes.
En nuestro país ya se vio mucho cómo somos bastante egoístas cuando nos hablan de distribuir un poco más la riqueza ¿no?, no puede ser mis queridos, no, no puede ser, que alguien, por supuesto que si se lo ganó honradamente tiene derecho a todo lo que fue acumulando, pero eso no le da derechos para con los otros hacer mal las cosas. Las propiedades, el dinero y todo lo que uno puede acumular mientras sea legítimo es bendecido por el Señor, cuando no es legítimo no puede ser bendecido por el Señor, por eso en todos los órdenes y no solo en lo material sino también en lo espiritual, yo no puedo decirle a mi familia, a mi esposa, a mi esposo: te amo, veo por tus ojos, te amo con toda mi alma y después ¿no es cierto? saltando la tapia para ver que pasa del otro lado ¿no, o el alambrado o el tejido, bueno.
Por eso, nada de estafa en los afectos ni en lo material, nada de hacer sufrir a los otros, tenemos que vivir y dejar vivir a los demás, respetar los derechos de cada uno y cumplir los deberes que uno tiene que cumplir, bueno.
Teniendo en cuenta todas estas cosas le pedimos al Señor de la Misericordia, que nos ha inundado ya con los rayos preciosísimos que salen de su Corazón y está presidiendo la asamblea aquí junto con la Virgen que ya pasó bendiciendo a la mayoría de ustedes, ya están casi todos bendecidos.
Teniendo en cuenta entonces humildemente, yo pensaba decir algunas cosas pero el Señor me dice: quiero hablar Yo con Mis hermanos, con Mis hijos, con Mis compañeros, con todos. Esta mañana cuando yo dije: Señor vamos a grabar el Mensaje no me dijo nada, claro, se reservaba para la tarde, por eso como ocurre siempre uno humildemente dice: habla Señor que tu siervo escucha, cuando escuchan la palabra del Señor van a ver que hay un poco de lentitud, ¿por qué?, porque el Señor habla en hebreo que es el idioma que hablaba con los Discípulos, el hebreo antiguo, entonces Él habla en hebreo y hay que traducirlo, por eso a veces se va lento, bien.
Dice Jesús:
Lo mismo que dije cuando llegué en el Evangelio de hoy: la paz sea con ustedes, vuelvo a decírselos hoy, la paz sea con ustedes.
Mis queridos, en este sábado víspera de la Misericordia, cuando termina la novena que iniciaron el Viernes Santo… (se dio vuelta la cinta)…, decirles hasta que punto me preocupa cada uno de ustedes por lo que les pasa en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, con las cosas que tienen y las cosas que les faltan y me pregunto: ¿ustedes están viviendo de acuerdo a la dignidad esencial de la persona?, me pregunto y les pregunto: aquellos que tienen una familia ¿cómo es la relación con la esposa, con el esposo, con los hijos, con los que están lejos o cerca, con los demás?.
Por eso, los invito a ordenar vuestra vida, ¿por qué, porque a Mi se me ocurre?, no Mis queridos, porque al ordenar vuestra vida van a ser felices. Cuando rezan el Padrenuestro y dicen: hágase tu voluntad Señor, Mi voluntad es que ustedes sean felices, entonces se preguntarán: ¿por qué sufrimos con nuestras enfermedades?, ¿por qué nos va mal?, ¿por qué no tenemos suerte?, ¿por qué en la vida tuve que sufrir tanto?, ¿por qué, por qué, por qué?, Yo les respondo: Mi Papá en los comienzos creó una Tierra donde todo estaba en orden, ya se los dije otra vez esto, todo estaba en orden, los hombres usando mal su libertad desordenaron todo y entonces todo se alteró, ya no comió el león junto a la oveja, ya no hubo armonía con el amor perfecto entre los hombres sino que aparecieron las guerras, los desórdenes de todo tipo y pasaron dos mil años de que Yo vine y antes, tantos años, siempre pensando en que los hombres tienen que ordenarse y en los grandes grupos o en los pequeños el Señor va ordenando todo pero ustedes tienen que contribuir a eso. Mientras tanto muchos padecen en este valle de lágrimas, que es la Tierra, pero no lo hice Yo ni Mi Papá ni el Espíritu Santo, lo hicieron los hombres un valle de lágrimas explotándose unos a otros, haciendo las cosas que no se deben hacer, destruyeron, malquistaron o destruyen y malquistan, desordenan, quieren tenerlo todo sin repartir nada, el egoísmo y todas las cosas son la base de la convivencia entre los hombres, no es esa la palabra Mía ni Mi Mensaje.
Ahora bien, decíamos que estábamos en la víspera de Misericordia, tienen que convencerse Mis queridos, todos los males que hay sobre la Tierra solamente pueden ser solucionados por el amor, no hay otra forma, allí donde viene uno y hace diez pongan más amor que él y van a hacer cientos, allí donde alguien viene con intolerancia y falta de respeto pongan tolerancia y respeto y construirán la vida, allí donde falta todo, lleguen ustedes con amor y todo será una maravilla y florecerán las plantas, el suelo producirá frutos y los hombres empezaran a hablarse de otra manera.
Ahora, Yo los he traído en este día aquí, por el solo hecho de venir tienen todas las bendiciones y todas las gracias, aquél que pisa este lugar, al entrar el portoncito nada más, este lugar elegido por Mi Mamá y por Mi hace ya 14 años, el que entró ya su vida empieza a ser diferente, ya las cosas que pasaban ya no pasan o no van a pasar, porque aquí se dan los Mensajes de la Misericordia, Mi Mamá habla sobre todas las cosas, Yo les estoy dando las bases para edificar este Tercer Milenio a todos los hombres del mundo pero también estoy al lado de aquellos que están enfermos, que sufren, que no saben cómo hacer para dejar la situación que tienen y estar mejor, tanto sea espiritualmente como materialmente.
¿Saben Mis queridos por qué eso aquí sucede?, porque Yo dije un día, cuando un Discípulo me pregunta: Señor ¿cómo nos van a conocer cuando estemos en lejanas tierras?, y Yo les respondí: porque se aman y agregué: sanan a los enfermos, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos, esa es la forma, la manera, lo que ustedes van a demostrar adonde vayan y como aquí se demuestra eso, se sana a los enfermos, se expulsa a los demonios y se resucita a los muertos, es decir, aquellos que tienen muerta el alma ¿no?, y los otros si hay necesidad, si el Señor lo quiere.
Por eso, pasa en este lugar todo lo que pasa Mis queridos, ¿qué eso irrite a muchos?, ese es otro problema que a nadie le debe preocupar. El otro día les di el ejemplo, el ejemplo que ya ustedes conocen seguramente porque es conocido, cuando una víbora perseguía a una luciérnaga y la perseguía y la perseguía para querer comérsela, en un momento la luciérnaga Mis queridos, se detiene y le pregunta a la víbora: decime, ¿por qué me perseguís?, ¿por qué querés comerme?, ¿por qué querés destruirme? le dice la luciérnaga, y la víbora lo que responde es: me da bronca que tengas luz, me da brinca que brilles en la noche.
Cuidado Mis queridos, porque esto es de actualidad, es una vieja historia que anda de boca en boca pero aquí vuelve a repetirse, cuidado, no sea cosa que estemos en lugar de la víbora que persigue a la luciérnaga porque da luz, porque tiene luz.
Sanen a los enfermos, expulsen a los demonios y resuciten a los muertos, y porque se aman, de esa manera los van a conocer que son Mis Discípulos, ¿cómo andamos por casa?, ¿cómo es la vida de ustedes Mis queridos?, Yo les pregunto para hacerlos tener en cuenta esto pero porque ya lo sé, pero les pregunto: ¿cómo es vuestra vida?, se acercaron alguna vez a Mí para decirme: mirá Señor, me duele esto o estoy enfermo de tal cosa, convencidos de que con preguntármelo y decírmelo se van a sanar y las cosas se van a solucionar, entonces de esa manera todo se resuelve fácil y sencillo. Cuando el hombre cree de esa forma la gracia, Mi gracia sobreabunda y entonces el que se produzcan milagros es tan natural pero tan natural como que la lluvia hace caer agua de las alturas y la tierra la recibe, tan natural como eso.
Ahora, es una pena que en los primeros siglos del Cristianismo, hasta el siglo III se vivía mucho de esta forma, donde en las comunidades se compartía las cosas, cada uno le proporcionaba al otro lo que no tenía, no solo cosas materiales pero sí las espirituales, donde mutuamente se entretenían, se tenían entre todos, y ¿qué pasó después?, y el tiempo pasa, las costumbres cambian y también las personas pierden la vida que corresponde que lleven, su amor es escaso, su miseria material y moral es enorme, material ¿en qué sentido?, en su cuero, porque quien no vive bien no puede tener un cuerpo en orden, quien se abusa del alcohol, de las drogas, quien se abusa de cualquier cosa no puede tener su vida ordenada, porque dentro de la naturaleza hay una ley de la compensación, vos hacés algo fuera de esa ley de la compensación y las cosas no te vuelven bien. Les aclaro más, porque Yo siempre hablé con Parábolas, siempre y entonces también quiero decirles que montones de veces uno procede de la forma en que lo criaron, las cosas que les enseñaron, todo, porque el hombre es un fruto de una familia ubicada en un lugar y en un tiempo, entonces se tienen todas esas costumbres y se vive de esa manera.
Aquí se citó montones de veces y Yo lo voy a hacer otra vez, un hombre que vivía cerca de las montañas encuentra un día un huevo y dice: no sé de quién será, entonces lo lleva y se lo pone a una clueca para que lo empollara. Les estoy hablando con una Parábola que la tomo de la vida diaria de todo lo que ustedes saben. Pasó el tiempo, nació el polluelo, que era un pichón de águila y se crió este pichón junto a los pollos, así fue pasando el tiempo y el pichón se hacía cada vez más grande y un buen día el pichón de águila vio que en las alturas caminaba el hombre junto a los animales y vio en las alturas que volaba un águila y este pichoncito de águila miró eso y le dijo a uno de los pollos que estaban con él: me gustaría ser águila, y el pollo le dijo: pero naciste pollo y en consecuencia ni sueñes volar como vuelan las águilas.
Mis queridos, la mayoría de las personas funciona como el pichón de águila, criado en un lugar, en un tiempo, por una familia determinada que puede hacer todo lo mejor, pero con directores espirituales que no se preocupan a enseñarle la vida, no se preocupan en decirle todo lo que puede lograrse cuando el hombre toma conciencia del Bautismo que recibió del Espíritu Santo, entonces procede de esa forma, ¿qué le pasó al pichón de águila?, siguió viviendo entre los pollos, como un pollo más.
Entre ustedes ¿no hay montones, para no decir todos, que están viviendo de una manera relativamente mal, porque no han tomado conciencia de que tienen una dignidad tan grande por ser personas, hijos Míos y herederos de Mi Gloria?, ¿no los creé Yo acaso a Mi imagen y semejanza?, haciéndolos pequeños diositos, cómo se puede vivir como viven los pollos, si Yo los creé para que ustedes fueran águilas y a veces los directores espirituales, aquellos que tienen la dirección del culto, en los diversos pueblos, ciudades, los que tienen el poder en el orden religioso, parecería como si les gustara que la gente se criara sin saber, sin conocer, porque de esa forma pueden dominarlos más, lo digo con mucho dolor pero es así.
Por eso, ¿qué es lo que pasa en este lugar?, se los digo con tanto fervor y dolor al mismo tiempo, se aman, sanan a los enfermos, expulsan los demonios y resucitan a los muertos.
Por eso Mis queridos, tengan en cuenta, Yo los he traído porque quería decirles estas palabras que salen de Mi Corazón conmovido en estas vísperas del día de Mi Misericordia, Yo los creé águilas para que tengan el vuelo del águila, Yo los creé águilas.
Los amo profundamente, les doy todo lo mejor, los traje aquí para sanarlos de las enfermedades que tienen, de los problemas que les hacen tanto daño, los traje aquí porque los amo junto a Mi Mamá, que también está siempre a Mi lado para darles todo lo que ustedes le pidan, ya que ella es Mediadora de todas las Gracias.
Escuchen Mi palabra, entiendan lo que quiero decirles, ¿se han dado cuenta Mis queridos lo que es tenerme aquí entre ustedes?, ¿se han dado cuenta?, al alcance de vuestra mano, sentir que l