Entonces Mis queridos, abran una ventana en vuestro corazón para entender formas de amores diferentes y sino los entienden por lo menos respétenlos y antes de pensar cualquier cosa digan: no sé, no entiendo. Mensaje del 30 de Mayo de 2009
Habla Artemio:
Buenas tardes.
Como todo se empieza en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
Amén.
En el cuadernillo de los cánticos buscamos número 15, todos buscaron el número 15 entonces, después de hacer un silencio total vamos a empezar con el cántico número 15, le damos la bienvenida al Señor diciendo: que viva Cristo…, vieron que estamos un poco anémicos, no tenemos fuerza, empezamos de nuevo: que viva Cristo…, de nuevo: que viva Cristo…. Buscamos ahora el cántico número 20, así como aquí habla de una lámpara que para arder necesita aceite, así también nosotros necesitamos la gracia del Señor para continuar nuestra vida, de una u otra forma todos los que estamos aquí estamos enfermos y estamos necesitando muchísimo de la gracia del Señor, entonces número 20 le decimos al Señor: pon aceite en mi lámpara Señor….
Bueno, antes de leer la palabra vamos a pensar un poquito lo que significa la
palabra para nosotros, somos cristianos y nuestra vida tiene que girar en torno a la palabra del Señor pero no solo cuando uno está en el Templo sino siempre, en cada momento, a cada rato. El ser cristiano no es ir a Misa un día entre siete o rezar de vez en cuando o hacer trueque de un Rosario por un dolor de cabeza, no, no, el cristiano es aquél que vive de una manera, piensa de una manera, juega su vida de una manera y no a veces sino siempre ¿mmm?, entender esto.
Por eso, con todo nuestro fervor cuando leemos la palabra del Señor, porque en
primera y última instancia lo único que es capaz de sanarnos es la palabra de Jesús, nada más, todas las otras cosas que se hacen son un complemento, se puede hacer tanto, claro, pero ¿quién sana nuestras enfermedades, nuestros problemas, nuestras angustias?, ¿quién?, la palabra del Señor, ese respeto grande por el Evangelio ¿mmm?, por la palabra, tanto respeto que no se puede hablar por teléfono cuando uno está en el Templo ¿no es cierto?, eso tiene que sobreentenderse ¿verdad?, bueno.
Entonces piensen ustedes que, todas esas cosas distraen y recuerdo en este momento esa expresión en la parte de Moisés ¿no?, cuando ve la zarza ardiendo, un yuyo que se quemaba y entonces les pide a todos que no miren hacia ese lugar por el tremendo respeto hacia ese Dios que se manifestaba en un fuego, en una planta. Es decir, ante la palabra de Dios tenemos que como caer de rodillas como es todo para nosotros, porque hemos sido creados por ese ser a su imagen y semejanza, Él ha soplado en nosotros un alma inmortal. Cuando en la panza de mamá ¿verdad?, después del acto íntimo, papá y mamá todavía no se higienizaron y ya somos una persona, en consecuencia si tomo la pastilla del día después estoy haciendo un aborto ¿eh?, así de simple, en el mismo instante que el óvulo de mamá está en dirección y llega el espermatozoide de papá, en ese instante, piensen que rápido todo, porque el óvulo está dos segundos nada más y el espermatozoide llega, entra y ya hay una persona ¿verdad?, tener en cuenta estas cosas porque a veces podemos caer en cualquier, en cualquier trabajo que no es el conveniente.
La vida humana tiene tanto valor ¿verdad?, que hace ya muchos años Jesús en un Mensaje dijo, no me acuerdo si en el año 96 o 97, dijo que cuando uno veía a una mujer embarazada teniendo en cuenta que allí estaba el germen de la vida que hasta hacíamos muy bien en santiguarnos, en hacernos la señal de la cruz ante la presencia de una mujer embarazada.
Entonces, dentro de esta forma de pensar piensen ustedes en esos niños las garantías que tiene de ser una persona normal, feliz, porque fue un hijo deseado, no fue porque sí nada más, fue un hijo querido, amado ¿verdad?, que se lo pensó con el corazón antes. Entonces Jesús decía: que estaría muy bien santiguarse o por lo menos en la mente ¿no?, delante de la mujer embarazada, porque estaba el germen de la vida, ese germen, porque nunca en ningún momento el hombre se parece tanto a Dios como en el momento de la procreación, ¿por qué?, porque es creador también.
Tener en cuenta todas estas cosas y tomar todo esto con mucha seriedad, todo el amor del mundo pero con mucha seriedad. Cuidar todo esto porque sino después esos niños llevan durante toda la vida la carga de no haber sido deseados o haber querido despedirlos ¿no?.
Ustedes habrán visto que cuando yo empiezo la Oración voy y miro a todas las personas, afuera y adentro y en base a quienes están presentes el Señor me hace hablar, no lo que a mi se me antoja, jamás se prepara nada sino lo que el Señor quiere que uno diga. Hay por lo menos 20 personas aquí adentro que estas palabras que estoy diciendo les viene muy bien, como no miro a nadie, nadie se de por aludido pero no se olviden que venir al Templo del Señor de la Misericordia y de Nuestra Madre, la Virgen no se viene porque sí, hay un antes y un después de esto, porque este lugar fue elegido por Jesús y su Mamá el 11 de Marzo de 1995, 14 años y algo, toda una vida, toda una vida, donde en esos 14 años miles y miles y miles de hojas de Mensajes y hay gente todavía que no la conoce ¿no?, bueno cada uno sabe sus razones.
Entonces, todo esto era a propósito de que antes de la lectura de la palabra nos pusiéramos en condiciones para recibir la palabra del Señor, yo diría más, cada persona cuando piensa en tener un niño, lo empieza a amar ¿verdad? y supongo que tendría que decir como la Virgen María después de esto: he aquí tu sierva Señor, hágase en mí según tu palabra, porque nosotros creemos que ponemos nombres a los niños pero es el Señor el que les pone el nombre, cuando empezamos a vivir en la panza de mamá, Él nos mira a los ojos, a simple vista esto no se ve, nos mira a los ojos y nos llama por nuestro nombre, esto es todo un acto maravilloso llamar a alguien por su nombre, ese nombre siempre lo pone el Señor, bueno.
Entonces, para leer la palabra le pedimos al Espíritu Santo que llene nuestro ser para poder entender con el corazón lo que el Señor quiere decirnos, le decimos así humildemente: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Les digo por si quieren venir al frente y luego también dar la bendición, hay tres sacerdotes presentes, yo les doy la bienvenida al Templo y les digo que si quieren participar que pasen al frente, con todo el respeto y con todo afecto.
Hoy es sábado 30 de Mayo, estoy escuchando voces, he dicho que cuando escuchemos la palabra no tenemos que estar desatentos ¿eh?, bien, hoy sábado 30 de Mayo es el día de Santa Juana de Arco, una Santa de la Iglesia que fue quemada en la hoguera por bruja y después de quinientos años el Papa Pío XII, en 1950, el Año Santo, la eleva a los altares, poquito grande la diferencia, la queman viva y quinientos años después la hacen Santa ¿no?, y por supuesto mañana 31 es el día de Pentecostés ¿eh?, cincuenta días después de la Pascua, Pentecostés significa la venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los Apóstoles. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amén, podemos quedarnos sentados para estar a tono con los enfermos que no pueden levantarse ¿eh?, porque sino el Evangelio se lee de pie. En este día el Evangelio es de Juan, capítulo 21 y los versículos van, versículos quiere decir las partecitas, de 20 a 25, que tiene relación directa con el de mañana el Evangelio que también es 20, 19-23, es una prolongación. Leemos entonces el Evangelio de este día ¿eh?: “Pedro miró atrás y vio que lo seguía el Discípulos al que Jesús amaba, ¿cuál era?, Juan, Juan para este momento tenía dieciocho años todavía no cumplidos, era el Discípulo más jovencito de todos, más jovencito pero lo suficientemente fuerte y con las ideas tan claras que cuando llegaba a cualquier lugar que no querían a Jesús, quería hasta prender fuego la ciudad ¿no?, por eso a Juan y a algunos compañeritos lo llamaban hijos del trueno por su carácter muy fuerte y por el convencimiento que tenían de la doctrina del Señor. Entonces: iba y lo seguía el Discípulo al que Jesús amaba, el que en la cena se había inclinado sobre su pecho y le había preguntado: Señor, ¿quién es el que te va a entregar?. Al verlo, Pedro preguntó a Jesús: ¿y qué va a hacer de éste?. Jesús le contestó: si Yo quiero que permanezca hasta Mi vuelta, ¿a vos que te importa?. Vos seguime. Por esta razón corrió entre los hermanos el rumor de que aquél Discípulo no iba a morir. Parecería un poco confuso el Evangelio de hoy pero lo vamos a explicar para que se entienda bien, por supuesto, como hacemos siempre ¿verdad? y hasta parece un poco fuerte la respuesta de Jesús: ¿a vos qué te importa?, bueno. Jesús no dijo que no iba a morir, sino simplemente: si Yo quiero que permanezca hasta Mi vuelta, ¿a vos qué te importa?. Éste es el mismo Discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito aquí, y nosotros sabemos que dice la verdad. Jesús hizo también otras muchas cosas. Y si se escribieran una por una, creo que no habría lugar en el mundo para tantos libros”. Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Bueno, vamos a ver si aclaramos esto, no quiero decir que Juan despertaba envidias de sus compañeros pero todos notaban que Jesús lo quería mucho a Juan, eso también nos indica hasta qué punto cuando nosotros decimos que hay que amar a los semejantes es posible que a algunos semejantes los amemos más que a otros, por una cuestión muy simple, con algunos hay más afinidad, es lo que se dice en estos tiempos: más filin, más afinidad y además era el más chico del grupo, los otros eran hombres bastante grandes ¿no?.
Ahora, Pedro le preocupaba una cosa, ¿por qué si lo quiere tanto a Juan a mí me hace cabeza de la Iglesia?, cuando le dice: vos sos Pedro piedra y sobre esta piedra edificaré Mi Iglesia, por eso el primer Papa fue San Pedro y allí continuaron. Ahora, ¿por qué todo esto y además las cosas que van a pasar no lo hacen ver a San Pedro como muy ejemplar, no, ¿por qué?, en los días que precede en la crucifixión, los días antes, una noche le dice Jesús a Pedro: Pedro ¿me amás?, sí Señor, claro que te amo, bueno, cuidá Mis ovejas, es decir los cristianos, al rato vuelve a preguntarle: Pedro ¿me amás?, Señor, claro que te amo, no hace falta que te lo repita, bueno, cuidá Mis ovejas. Se lo pregunta por tercera vez: Pedro ¿me amás?, Señor, si vos lo sabés todo, ¿para qué me preguntás si te amo?, si vos sabés que te amo, claro, Jesús no solamente sabía sino también sabía que Pedro lo iba a traicionar porque se lo dice: antes que cante el gallo me vas a negar tres veces. Además Pedro no entendió la crucifixión de Jesús porque no faltaba mucho para que se cumpliera y Pedro andaba en tratativas para que Jesús no muriera en la cruz, no estoy hablando cosas que se me ocurren, me abstengo a documentos ¿no es cierto?, bueno, que andaba en tratativas porque él no podía soportar que ¿no es cierto?, siendo el que era muriera clavado en una cruz como las otras personas que el imperio romano cuando los mataban los colgaba en una cruz siempre.
Entonces, es decir la conducta de Pedro no fue ejemplar ¿verdad?, tuvo montones de defectos como los tenemos cualquier persona y como los otros Discípulos también pero en el caso de Juan no, Juan no le falló nunca al Señor, nunca. Más aún, en la crucifixión, cuando todos los Discípulos se hicieron humo ¿verdad?, se borraron, ¿quién estaba debajo de la cruz junto con María, María la señora de Cleofás, María Magdalena, otra María y Susana?, las mujeres que acompañaban al Señor, más aún, él estaba con ellas y si no fuera por el Evangelio de San Juan, que nos presenta a María y a estas mujeres al pie de la cruz, en los otros tres Evangelios: Marcos, Mateo y Lucas no está. Es decir, de no existir Juan no sabríamos que María estaba al pie de la cruz junto a los demás para recoger la sangre que caía, para limpiar el piso de las piedras con trapos para recoger la sangre del Hijo, tanto Juan está cerca del Señor que llegado un momento en la cruz le dice a la Madre: Mamá, Juan es tu hijo, y después le dice a Juan: Juan, María es tu Mamá.
Por eso, ni bien termina todo esto y después que Jesús es enterrado y resucita, Juan se lleva a la Virgen María a vivir con él y vivió con él tanto tiempo hasta que era una persona prácticamente anciana, la Virgen ¿no? y cuando vio que había problemas con unas personas que estaban cerca de la casa, unos judíos con los cuales tenía problemas Juan, no con los judíos sino con esos judíos ¿no?, entonces la mandó a Nazaret por temor pero sino la Madre vivió siempre con Juan, y ¿con quién más?, con María Magdalena.
Es interesante en este momento recalcar estas cosas para evitar errores, porque un canal de televisión pasó no hace mucho las relaciones amorosas de María Magdalena y Jesús que si bien no las cree uno pero a mucha gente la llama a confusión, no. María Magdalena nada que ver, sí ayudó a Jesús a escribir parte del Evangelio, todo el cuarto Evangelio, el Evangelio de Juan y tenían un trato de hermanos pero con un amor sublime. En uno de los Mensajes dados el año pasado la Virgen María habla y dice claramente como era la relación de Jesús con ella, de Jesús con María Magdalena y también habla de José, porque de José nosotros no conocemos nada, en la Biblia no dice nada de José, lo último que sabemos ¿no?, es que José y María cuando Jesús tenía trece años, doce, trece no cumplidos, lo encuentran en el Templo y le dice: ¿por qué te fuiste sin decirnos nada?, y entonces Jesús le dice: pero déjenme que me ocupe de las cosas de Mi Papá, de Mi Padre, esa es la última vez que la Biblia, los Evangelios lo nombran a José y a lo largo de la historia solamente Santa Teresa de Ávila escribe unas cuántas cosas sobre la vida de José inspiradas por el Espíritu Santo y las otras cosas escritas de San José son de San Juan Pablo II pero muy poquitito. Ahora, aquí en las Revelaciones la Virgen da detalles de la vida de San José, dice como era su carácter, su forma de ser y además aclara muy bien que José no era un viejo, un ancianito que lo pusieron allí, claro, al lado de una Virgen no van a poner un muchacho joven porque cualquiera pensaría ¿no? ¿mmm?, entonces San José es un anciano que se había consagrado en el Templo, no mis queridos, eso es falso, San José tenía 28 años cuando se casó con la Virgen María, era un hombre muy viril, por eso se lo representa a San José con una vara de azucenas, la vara de azucenas ¿qué significa para los hombres de aquél entonces?, el símbolo de la virilidad, es por eso que yo cuando viene algún matrimonio que no puede tener hijos al varón le pongo de Protector a San José, porque San José representa la virilidad, es decir la capacidad del hombre de engendrar y a la Virgen María por la fecundidad ¿no es cierto?.
San José tenía 28 años entonces, no era un viejito tonto como dicen por ahí donde el asunto ya no funcionaba, noo, nada que ver, el problema del amor de María y José es tan sublime y es tan precioso que cualquiera le daría envidia ver como un hombre con su virilidad y su fuerza amaba a María pero, y María a él y se ubicaba perfectamente que él no tuvo ni iba a tener relaciones nunca con la Madre de Dios, porque María dice con toda claridad: Yo he sido virgen antes del parto, durante el parto y después del parto, durante el embarazo y después del parto, si Dios hace todo mis queridos ¿no iba a ser eso con su Mamá?, bien.
Digo todo esto ¿por qué?, porque quiero hacer ver el papel que tiene Juan y que
tiene Pedro en el Evangelio de hoy ¿verdad?, porque esa tirantez un poquito y la expresión fuerte de Jesús: y él va a permanecer ¿a vos qué te importa?, y la verdad es que Juan vivió, lo que se sabe es más de 115 años y mientras los otros tres Evangelios: Marcos, Mateo y Lucas presentaron los Evangelios para el año 60 de la era cristiana ¿no?, Juan lo presenta recién al terminar el siglo I, por eso en la última partecita del Evangelio de hoy, todo esto dice: fue escrito por el Discípulo amado del Señor, y más aún, el Discípulo amado ¿verdad? escribe el Evangelio y durante muchos años lo tenia terminado pero no lo daba a conocer por una razón muy simple: Señor, decía, me parece que falta algo todavía, me parece que falta algo todavía, hasta que un día el Señor le dice: Juan, todo el Evangelio se puede resumir en estas palabras, ámense unos a otros como Yo los he amado. Cuando Juan escucha eso, que ya era viejito, cuando escucha eso directamente decide entregarlo, estamos cerca de terminar el siglo I, cuarenta años después que los Evangelios de Marcos, Mateo y Lucas ¿eh?.
Los cristianos debemos conocer todas esas cosas porque el conocer hace que podamos amar más, cuando uno entiende por ejemplo, por qué yo tengo que ocultar que José tenía 28 años, ¿porque un hombre de 28 años tiene mucha virilidad y mucha fuerza?, no mis queridos, digamos la verdad y tratemos de entender que cuando el Señor está de por medio en las cosas muy bien podía sostener a José en un estado muy puro, ¿por qué?, y simplemente porque Jesús era el Hijo Adoptivo de él, él era el Padre Adoptivo, ¿por qué entonces compararlo con cualquier hombre?, sepamos las cosas como son, no nos engañemos, porque cualquiera de ustedes el día de mañana se entera y van a decir: éste me engañó ¿mmm?.
Cuando Jesús no había terminado el año 1995, el primer año de las Apariciones, dijo: tenés que ser un Celoso Custodio de Mi Mensaje ¿verdad?, me dice a mí, bueno y yo traté de serlo, eso me hizo que no me fuera tan bien ¿no es cierto?, porque diecisiete veces me tajearon pero con cariño porque no me mataron, por ser Celoso Custodio de su Mensaje, se ve que a algunos no les gusta tal vez que uno sea el Celoso Custodio el Mensaje del Señor ¿mmm?.
El Evangelio de hoy está preciosísimo cuando dice: todo esto fue escrito por el Discípulo amado de Jesús pero no solamente por el Discípulo amado sino que además María, la Virgen le decía a Juan, era la Madre, cómo no va a saber tantas cosas, y además estaba cerca María Magdalena, que de paso les digo que no era una mujer de la calle ni mucho menos, habrá tenido sus cositas antes de conocer a Jesús pero no así como se la presenta ¿no es cierto?, bueno, que quede claro todo esto.
Y María Magdalena escribió muchas partes del Evangelio de San Juan ¿mmm?, es decir, era una mujer muy capaz y muy instruida, ustedes dirán: ¿por qué esto de los tres primeros Evangelios de ocultar a estas mujeres, la Madre y todas las otras mujeres?, porque en la cultura de esas épocas, griego, romanos y paganos, detestaban a las mujeres, la mujer era considerada como ahora en los países de Oriente una menor, es decir no tenía valor ¿verdad?. Entonces para no quedar mal con esas culturas, los tres: Mateo, Marcos y Lucas escriben el Evangelio pero no nombran a las mujeres, yo recién cuando dije que Susana estaba también al pie de la cruz, a Susana se la nombra tres veces nada más en el Evangelio, sin embargo Susana era…, bueno vamos a hacer callar a esos chicos porque nos distraen ¿eh?, Susana era la mujer que le hacía la comida a Jesús a veces cuando estaban cerca porque sabia qué cosas le gustaban, además, más de una vez curó sus heridas, pero no las heridas de la crucifixión, las heridas que tenía Jesús por todos los caminos por los que andaba descalzo ¿verdad?, además hasta Susana le había hecho al Señor un peine para que se peinara la barba y los cabellos hasta que Jesús ve a un hombre cerca del río que se peinaba con los dedos y entonces dice: para qué peine si Yo, peine por lo rudimentario por supuesto, si Yo también puedo peinarme con los dedos.
Bueno, vos dirás: son pequeños detalles que no hacen a lo esencial, cómo que no, cómo que no, si en los tres primeros Evangelios no nos nombran a la Madre del Señor al pie de la cruz qué pensaríamos nosotros, que la Madre de Jesús no hubiese aparecido allí, es que los otros Evangelios, los tres primeros quisieron quedar bien, no mal ¿no es cierto?, también los Evangelios pero no quisieron quedar mal con las culturas de ese tiempo, como queriendo decir: si nosotros destacamos el papel de estas mujeres entonces, entonces no nos van a creer, entonces directamente ni las nombran, pero triste sería para nosotros si no supiéramos esto ¿no?, ¿qué hubieran pensado ustedes que la Madre no hubiera estado al pie de la cruz?, bien.
Por eso lo que dice el Evangelio del Discípulo amado del Señor y todas las cosas, dice el Evangelio que este Evangelio de Juan trata son verdaderas y genuinas porque había sido su Discípulo amado y además había vivido siempre con su Mamá, la Virgen, quién más que él se había enterado muy bien de todas las cosas ¿verdad?.
Esto nos tiene que llenar de alegría… (se dio vuelta la cinta)…, a mayor conocimiento mayor amor, a mayor intimidad mayor afecto, siempre, no alguna vez, siempre ¿eh?, bien. Por eso todas las cosas que hemos visto, incluso la expresión fuerte de Jesús para Pedro: y si Juan se queda o no ¿a vos qué te importa? ¿eh?, es que a Pedro le picaba, porque cómo, él que le había traicionado, que le cuestionaba tantas cosas a Jesús ¿no es cierto?, lo nombra jefe de la Iglesia, y a Juan que lo amaba tanto no, pero dice allí: claro, porque a Juan le encomienda que escriba el Evangelio de la forma en que lo escribió.
Por eso, leído el Evangelio de Juan en el idioma original que es el griego ¿no?, es de una belleza tan grande pero tan grande, que la alegría del corazón es tanta que parece estallar leído así tan bien, primero del latín y luego al castellano, pero es realmente maravilloso y además esa expresión: muchísimas cosas más hizo el Señor pero, pero no alcanzarían todas las hojas.
Ahora, en un momento de las Revelaciones de Jesús aquí, en este lugar ¿no?, donde Él hizo su Casa con su Mamá, dijo: porque no sé quién cuestionaba que los Mensajes de Jesús eran muy largos, entonces Él dijo: lean el Evangelio de Juan y en la última partecita dice: muchas cosas más hizo el Señor que no alcanzarían las hojas para escribirlo todo, pero ahora aquí, en estas Revelaciones lo estoy haciendo, bien.
¿Estoy hablando por esto mal de Pedro?, no, estoy diciendo que lo niega tres veces, que le pide: Pedro, Pedro, ¿me amas?, y cuando ahora por ejemplo Jesús en las Revelaciones quiere decir algo referente a los Papas que viven lo dice de esta forma: Pedro ¿me amás?, entonces ¿por qué pasa esto, esto y esto otro?, el que está cerca de los Mensajes se habrá encontrado montones de veces con eso: Pedro ¿me amás?, bueno, si me amás Yo te dije que cuidaras Mis ovejas y ¿por qué pasa esto, esto y esto? y enumera tantas cosas.
Bien, todo esto es realmente preciosísimo porque vemos el aspecto humano de
Juan, vemos el aspecto humano de María, de las personas que le rodeaban, de María Magdalena y también el aspecto humano de Jesús, Jesús, el Padre hace que se encarne en María, la Virgen, en consecuencia Jesús, su naturaleza es mitad humana y mitad divina y ¿por qué esto?, porque Él anduvo por la Tierra, vivió como nosotros, pensó como nosotros, lloró cuando su amigo Lázaro muere, aunque sabía que lo iba a resucitar, se alegró enormemente con la resurrección de la hija de Jairo o bien le obedece totalmente a su Mamá en las Bodas de Caná de Galilea cuando la Madre le dice: Hijo, se ha terminado el vino y todos sabemos que en un casamiento no puede faltar el vino ¿no?, entonces Jesús le dice: Mamá, pero todavía no llegó Mi hora, ella no lo escucha y le dice a las personas que servían: hagan lo que Él les diga, entonces Jesús hace el primer milagro de su vida convirtiendo el agua en vino en las Bodas de Caná de Galilea, donde María, Jesús y los Discípulos habían sido invitados al casamiento.
Por eso, desde aquél entonces y siempre ¿no es cierto?, María es Mediadora de todas las Gracias, la Virgen María es la que le da al Hijo todos los pedidos que hacen los hombres, nada llega a Jesús si no es a través de la Virgen, basándose en aquello de las Bodas de Caná de Galilea: Mamá, todavía no llegó Mi hora, no importa, hagan lo que Él les diga. De ahí que nuestra devoción por la Virgen tiene que ser tan grande, pero tan grande, pensando que es la Medianera o Mediadora de todas las Gracias.
Bueno, cuando uno además de comentar el Evangelio revela todas estas cosas que les acabo de revelar, por ejemplo la virilidad de José con sus 28 años, o que Juan era llamado: hijo del trueno, por la vehemencia, la fuerza con que defendía la doctrina cristiana, que Jesús tenia que calmarlo: despacio muchacho, porque no podemos hacer las cosas así, bien, y viendo todo esto o pensando en la fiesta del casamiento en las Bodas de Caná de Galilea nos hace sentir tan bien, nos hace sentir gustosos de conocer a ese Jesús que mitad es hombre y mitad es Dios y al ser hombre siente como nosotros, vive como nosotros, llora como nosotros, se apena como nosotros, tenemos que descubrir eso mis queridos, la humanidad de Jesús además de ser Dios, bien.
Esta mañana la Madre, la Virgen María grabó, me pidió que grabara algunos Mensajes pero Jesús dijo no, Yo voy a dar Mi Mensaje delante de los hombres y mujeres y niños que vienen esta tarde. Por lo tanto, yo le pido que por respeto si no lo hacen por amor, que sean cuidadosos cuando el Señor habla, por una razón muy simple, es el Hijo de Dios y Dios mismo ¿no?, y como en todas las Revelaciones a lo largo de la historia de la cristiandad, el Señor toma la palabra de los hombres cuando quiere expresar algo, a todos les habla todos los días, por supuesto, pero me estoy refiriendo cuando les habla a todos los hombres del mundo, bien.
Entonces, todos muy atentos y por mi parte yo digo: habla Señor que tu siervo escucha, aquí en este lugar que hace ya toda una vida de 14 años en que has venido todos los días Señor con tu Mamá a traer Mensajes para todos los hombres del mundo y tu palabra Señor se conoce en todas las latitudes, justamente hoy llegaron correos electrónicos de México y el otro día de la India, nada menos que del sacerdote que fue confesor de la Madre Teresa de Calcuta, nada menos, ¿por qué dirán ustedes?, porque es cordobés de nacimiento, ese sacerdote que vive en Calcuta.
Habla Señor que tu siervo escucha.
Dice Jesús:
Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue no anda en tinieblas, Yo doy la vida en abundancia, solo espero corazones nobles y abiertos para recibir Mi palabra y Mis Mensajes, Yo soy la Luz, la Luz que ilumina el camino que ustedes recorren y no solo el camino físico sino también el camino espiritual.
Saben que los amo profundamente, saben que he muerto en la cruz por ustedes, si alguno escucha lentitud en las palabras es porque Yo estoy hablando en arameo y Artemio tiene que ir traduciendo, arameo es el idioma que Yo hablaba con Mis Discípulos y quien conoce algo sabe que siempre nos gusta hablar en nuestro idioma de origen.
Estuve escuchando y también dictando las palabras de comentario del Evangelio de este día, les propongo también que eso que se dijo sobre Juan, que era Mi Discípulo amado, quiero que tengan en cuenta que en la vida hay muchas clases de amores, porque sino no se puede entender la relación Mía con Juan, con Mi Mamá, con María Magdalena, con Susana y otras personas.
Les digo, está el amor que se sienten aquellos atraídos por afecto y sexualmente que forman las parejas, está el amor de los padres para con los hijos, el amor de los hijos para con los padres, está el amor entre los amigos, entre los que comen el mismo pan, es decir los compañeros, pero hay otras formas de amor que son tan auténticas y genuinas como las que he nombrado y otras que tienen una dimensión superior. No les es fácil a ustedes entender que Mi Papá Adoptivo José durmiera en la cama con Mi Mamá sin que pasara por ellos el más mínimo pensamiento de tener contactos físicos, además todo el afecto entre María Magdalena y Yo, que está elevado a un nivel de pureza total y completa. Ocurre que los hombres ven las cosas detrás de un cristal y creen que todas son del mismo color pero no es así, cómo explicarían tan fácilmente el amor tan grande entre San Francisco de Asís y Santa Clara y de otros tantos Santos de la Iglesia, ¿o alguno podría pensar por casualidad que entre Francisco y Clara había alguna otra intención más que la que vemos?, ocurre Mis queridos que tienen que distinguir con claridad los amores, en las parejas el amor tiene una profundidad muy grande, porque en sus corazones está el deseo tremendo de la procreación de hacer crecer la vida por un mandato de Mi Papá: aquí tienen la Tierra multiplíquenla, pero otro es el amor cuando los que están en juego son personas que no tienen intereses personales en sus objetivos.
¿Por qué digo Yo en un Evangelio: nada hay más grande que dar la vida por un amigo?, elevo a la amistad a un nivel superior al amor de pareja y de padres e hijos, ¿por qué?, porque en los otros casos hay intereses creados de alguna forma, en la relación de amigos no. Las parejas, a veces lo que llaman amor no es amor sino un amor en que a través de alguien yo me estoy amando a sí mismo, es decir aquellos que aman porque necesitan de la otra mitad favores de todo tipo, entonces ahí no hay una entrega total y completa sino es una entrega interesada y a veces mal interesada. Ya en la Sagrada Escritura, en el Antiguo Testamento se lee que el hombre siempre trata de arreglar sus cosas con sus esposas porque cuando llega la noche y la noche llama a cobijo hombre y mujer tienen que acostarse en el mismo lecho para procrear.
Con todo esto quiero hacerlos ver Mis queridos, hacerles ver con precisión que hay tantas formas de amores sobre la Tierra, no es Mi propósito que entiendan el amor místico que puede ver uno en tantos Santos de la Iglesia como San Juan de la Cruz, o el amor tremendo de una Teresa de Ávila por la obra que tenia entre manos, entonces, si no es posible entender las formas de amores distintas a la que cada uno tiene, pues bien, respeten otras formas de amor, respétenla hasta las últimas consecuencias.
Digo todo esto ¿para qué?, para que se entienda cuál era Mi relación con Juan y que en el Evangelio de hoy se ve como picándole un poquito a Pedro, claro, Pedro pensaba: si ama tanto a Juan por qué no le deja la Iglesia y me la deja a mí que yo no fui tan fiel con Él, al contrario, lo negué.
Entonces Mis queridos, abran una ventana en vuestro corazón para entender formas de amores diferentes y sino los entienden por lo menos respétenlos y antes de pensar cualquier cosa digan: no sé, no entiendo.
Cómo podríamos entender con tanta facilidad o facilidad al menos, aquellos versos tan preciosos que dicen: no me mueve mi Dios para quererte el Cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte, muéveme tu amor, que aunque no hubiese Cielo yo te amara y aunque no hubiese infierno te temiera, piensen en este tipo de amores: no me mueve, es decir no me hace que yo te ame porque me tenés un Cielo prometido, te amo porque sos vos Señor ¿eh?, mi Padre, mi amigo, mi compañero, mi compinche, el que comparte todo con conmigo sin ningún interés, sin nada de por medio. No te mueve mi Dios para quererte el Cielo que me tienes prometido, ni tampoco me mueve el infierno tan temido para no ofenderte, me mueve tu amor.
Bajando en la escala de los hombres, es lo mismo que cuando se le pregunta a dos personas que están enamorados: ¿por qué amás a tu esposa o por qué amás a tu esposo?, ¿cuál es tu respuesta?, no lo amo por lo que tiene, no lo amo por lo que es, no lo amo por lo que me da, no lo amo por lo que me atiende, lo amo porque es él, así de simple, nadie puede explicar por qué ama cuando ama profundamente, sí se puede explicar cuando dice: le amo porque me da seguridad, le amo porque mantiene a los hijos, le amo porque es un buen padre, pero siempre hay algo, pero el amor cuando es total, completo y definitivo no se puede explicar por qué se ama, le amo porque es él o le amo porque es ella, así de simple.
Entonces, estas comparaciones con los amores viene a propósito de la expresión del Evangelio de hoy cuando se habla de que Juan es Mi Discípulo amado y que Yo le encomiendo escribir el Evangelio, porque quien mejor que él lo podía hacer. Si bien a todos les llegó el Espíritu Santo para hacer las cosas, pero no olviden que los Apóstoles la mayoría eran analfabetos.
No quiero alargar demasiado pero les propongo Mis queridos que piensen las divers