Por eso, dos mundos, dos realidades diferentes, es posible que cuando uno se va de aquí se va un poco escandalizado pero es el escándalo que vino a traer Jesús al mundo, Yo he venido para que el mundo arda, no para que siga así, para que arda, para que se queme, pero que ese fuego salga de los corazones lleno de amor, pará, pará, pará, no con el fuego que destruye sino con el fuego del corazón que transforma la realidad ¿mmm?.
Mensaje del 06 de Junio de 2009
Habla Artemio:
Buenas tardes, como siempre y como deben hacerse todas las cosas
comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Todos tienen el cuadernillo de los cánticos, yo no, buscamos, estamos todos acomodados ya, buscamos el número 15 y lo recibimos al Señor con todo nuestro entusiasmo diciéndole: que viva Cristo…, a ver lo vamos a decir con un poquito más de ganas: que viva Cristo….
Bueno, vamos a ponernos en situación de recibir al Señor que nos trajo para darnos lo que nos hace falta, por eso, cada uno tiene que vivir en su interior todo lo que necesita vivir para irse de acá distinto de cómo vino, a veces uno oye cuando los chicos dicen que: cada uno hace la suya, en esto también hay que hacer la suya, es decir hacer la de uno. Todos tenemos necesidades de todo tipo, vivimos un momento en nuestra vida, el pasado ya no es, ya se terminó ¿mmm?, el futuro todavía no es pero tenemos éste momento para estar con el Señor, vos dirás: tenemos mañana, pasado, si, ya sé, siempre, pero lo fundamental es que el ser humano vive atado a un pasado por todo lo que pasó y dicen y se lamentan y casi sin ninguna necesidad por un lado y por otra parte sin ningún fruto y ¿qué me pasará en el futuro?, ¿qué podrá ocurrir?, ¿como estará la salud de nuestros hijos?, el pasado ya no es, el futuro tampoco, tenemos este momento que vivirlo con el Señor de una forma muy especial, porque si Él nos trajo por algo debe ser.
Además tenemos en cuenta aquello que Jesús dice: a cada día le basta su propio afán, su propio esfuerzo, el mañana es del Señor y tenemos que empezar a acostumbrarnos a vivir el momento, si bien pensamos algo en mañana y nos acordamos del pasado en muchas cosas pero siempre en forma positiva, no lo que me va a esperar mañana o pasado, como si fuera terrible o no tanto ¿eh?, y en el pasado: sí, porque yo la viví a todas, mi vida está llena de injusticia, ta, ta y uno enumera cosas, cuando está más o menos enumera las cosas buenas, cuando no está bien enumera las cosas malas. Vivamos este momento con el Señor ¿eh?.
Cuando uno puede vivir el momento éste del Señor todo en la vida se hace más fácil, algunos dirán: sí, pero yo tengo que terminar de sanarme o tengo que terminar con esto que tengo entre manos, con estos problemas, una de las grandes virtudes del cristiano es la paciencia, si yo pongo las cosas en manos del Señor ¿mmm?, tengo que tener la paciencia para esperar eso ¿mmm?. No sé si es un ejemplo que vale pero yo me acuerdo que cuando los indios, con ellos viví mucho tiempo, llegaba el momento de que los pastos empezaban a verdear ¿mmm?, ellos hacían lo que llaman: la veranada, es decir, que los animales comieran ese pasto, porque tenían la paciencia de que a los pocos días la leche iba a estar más gorda como para hacer los quesos o para tomarla. Es decir, si yo veo una vaca que come digo: ese pasto se convertirá en leche ¿eh?.
El ejemplo es un poco rudo pero es así como debe proceder el ser humano con la paciencia, lo que en este momento no lo tengo pero si yo estoy confiando ¿verdad? sé que lo voy a tener ¿mmm?, es como, ¿me explico lo que les dije?, el que mira al animal al comer el pasto sabe que es pasto se va a convertir en leche. Es lo mismo cuando estoy delante del Señor o me pongo en comunicación con Él con toda mi fuerza, todavía no se terminó mi enfermedad pero yo sé que el Señor ya lo tomó en sus manos y que con mi paciencia esto que tengo se me pasa ¿mmm?.
Están por supuesto los milagros donde la gracia del Señor es inmediata, completa y total, sí, también pero después del milagro viene un proceso hasta poder adaptarme a la vida que no llevaba, si yo estoy sentado y nunca pude caminar o mucho tiempo no pude caminar voy a tener que adaptarme ¿eh?, si yo no aprendí a hablar porque estaba sordo por ejemplo, tendré que empezar el proceso de enseñarle a ese niño como si tuviera un año aunque tenga quince ahora ¿mmm?. Entonces, esa tranquilidad y seguridad de que el mañana está en manos del Señor, es que así debe vivir el cristiano, yo no puedo tener lo que va a pasar mañana, aquí, ya, disponible, no, porque además para que llegue mañana faltan tantas cosas y tanto tiempo que además uno no sabe si va llegar a mañana tampoco. Entonces, tratemos de estar y vivir este momento con intensidad y como si fuera único, cuando uno quiere presentarle al Señor las cosas que le pasaron no lo hagan ahora, el Señor ya las ve, las vio, ya las entendió, las comprendió, lo que está necesitando es tu corazón disponible para cambiar todo eso pero no te pongas a enumerar: sí, porque aquella vez, que la otra, que esa injusticia que me hizo pasar cuando tenía diez años y así todo, no, el Señor ya lo sabe, para qué se lo vamos a decir, si hay necesidad de recordarlo en otro momento lo vamos a hacer pero mientras tanto no nos pongamos a enumerar todo ese pasado y al último nos demora en entender lo que pasa en este momento.
Es decir, es como las oportunidades, no se dan tanto, hay que aprovecharlas, uno no sabe cuándo se va a volver a repetir un momento ¿mmm?.
Viene a mi mente el camino que hicieron los compañeros de Emaús cuando van camino a Emaús y se les suma Jesús y entonces el Señor, había resucitado ya y le dice: ¿de qué estaban hablando?, pero ¿cómo? dicen, no sabés de qué podemos estar hablando si en estos días todo el mundo está hablando de lo mismo, que mataron al Señor y lo enterraron, bueno, etc., y Jesús se interesa, el mismo Jesús pero ellos no lo conocen y estaban tan metidos los compañeros de Emaús, en su propio pensamiento que Jesús está a su lado y no lo ven, lo escuchan pero creen que es cualquier persona ¿mmm?, y a veces nos pasa igual a nosotros, cuidado. Entonces, los compañeros de Emaús cuando llegan al camino donde se entraba al pueblo Jesús amagó como para seguir y entonces los muchachos le dicen, los Discípulos: no, no te vayas, entrá con nosotros, quedate, porque ya es tarde, viene la noche y la noche está cargada de peligros y entonces Jesús entra a quedarse con ellos, pero ellos no lo habían reconocido todavía, cuando están todos en la mesa comiendo, sentados a la mesa, al partir el pan recién ahí se dan cuenta pero en ese instante Jesús desapareció, porque fue una de las apariciones que tuvo después de muerto.
Es decir, los Discípulos se preguntaban después: pero ¿cómo?, lo tuvimos aquí al lado, sentíamos que sus palabras estaban tan llenas de amor, ¿cómo es posible que no nos dimos cuenta?, y se reprochaban unos a otros, pero ¿cómo?, hemos sido tan tontos de estar con el Señor y no saber, no entender que era Él que hablaba como habló siempre ¿no?, a los compañeros de Emaús se les pasó la oportunidad de entenderlo al Señor, sí, lo invitan a entrar al pueblo, pero se les perdió todo lo que Él dijo, ¿por qué?, porque estaban con sus propios pensamientos y esa es una de las cosas que tenemos que hoy preocuparnos, sacar de nuestra mente todo aquello, al menos por un momento, un rato, media hora o más, todo aquello que el Señor ya lo sabe, ¿para qué se lo vamos a repetir?, y tratar de ver qué me dice Él, ¿de qué forma y de qué manera?, a través de la palabra, ¿qué me está queriendo decir el Señor hoy?.
Por eso, cuidado con las oportunidades porque a veces pasan y no vuelven, hoy estamos acá, ¿estaremos otra vez aquí?, no sé, no sé, sé que estamos viviendo este momento, ¿habrá otro?, no lo sé, ustedes tampoco, seguramente habrá pero tenemos esto en este momento ¿eh?, bueno.
Entonces, para poder entender un poco más esto que estamos hablando necesitamos que el Señor nos regale su gracia y su fe, porque la fe es un regalo del Señor, por supuesto uno puede ser campo propicio para la fe pero es un regalo de Él, tenemos que ponernos a tiro ¿no?, para que Él nos regale, entonces con número 20 decimos, aquí habla del aceite para que la ponga en nuestra lámpara, habla de la gracia para que la deposite en nuestro interior, así entender más ¿eh?, entonces ya todos nos hemos ubicado y decimos simplemente: pon aceite en mi lámpara Señor…, ¿para qué le estamos pidiendo que ponga aceite en nuestra lámpara, gracia en nuestra alma?, para vivir este momento ¿eh?, Él ya está aquí con nosotros, está al lado mío, a mi izquierda y hay otros Santos también, esto no es de hoy mis queridos que pasa, hace 14 años y dos meses que todos los días pasa esto.
Por eso, no lo desaprovechemos ya que estamos aquí, entonces nuevamente: pon aceite en mi lámpara Señor…, y ¿por qué le pedimos esto?, ¿por qué le pediremos?, y seguimos: Señor Jesús tu eres mi guía…. Nos vamos a 23, número 23, a ver, somos nosotros los que esperamos ¿eh?, por eso: los que esperan…. Y ahora viene a nosotros cuando dice: si tu esperas…, para eso vinieron: si tu esperas….
Vamos a leer la palabra pero antes nos preparamos un poco, un poco bastante, le pedimos al Espíritu Santo que llene nuestra alma para poder entender mejor lo que el Señor nos quiere decir, entonces se lo decimos tan simplemente pero con fervor, le decimos: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Hoy día sábado 06 de Junio ¿mmm?, es el sábado anterior a mañana que es el día de la Santísima Trinidad, primero vimos la Ascensión, luego Pentecostés y mañana la Santísima Trinidad ¿eh?, bien, el Evangelio de hoy es de Marcos, capítulo 12, 38 a 44, eso quiere decir las partecitas que van desde ahí hasta ahí, vemos entonces: “en su enseñanza Jesús les decía también: cuídense de esos maestros de la ley a quiénes les gusta pasear con sus amplias vestiduras , ser saludados en las plazas y ocupar asientos reservados en las sinagogas, el Templo de los judíos, y en los banquetes; incluso devoran los bienes de las viudas mientras se amparan detrás de largas oraciones. Y dice: con qué severidad serán juzgados. Jesús se había sentado frente a las alcancías del templo, y podía ver cómo la gente echaba dinero para el tesoro; pasaban ricos y daban mucho, pero también se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Jesús entonces llamó a sus Discípulos y les dijo: Yo les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros. Pues todos han echado de lo que les sobraba, mientras que ella ha dado desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Primero el Señor nos hace ver a todos estos señores que les gusta pasearse con ropas ricas o lujosas entre la gente, que le rindan pleitesía, es decir honores ¿no?, hay muchos que les gusta eso, les gusta hacer largas oraciones para que los demás se convenzan de que ellos son buena gente pero tienen el corazón en otra parte. Es importante acordarse de esa expresión cuando dice: que nuestra boca tiene lo que reboza del corazón ¿verdad?, es decir, lo que uno dice es lo que siente íntimamente, pero esas personas que son así con el ánimo de figurar y de mostrar que tienen un montón y que pueden hacer con ellos todo lo que quieren, incluso comprar la vida de las personas ¿eh?, porque dice aquí que administran los bienes de las viudas, porque no lo dicen porque sí eso de las viudas, lo dicen porque en aquél entonces había una forma de hacer que las personas que podían se hacían cargo de las viudas y de los huérfanos, era una costumbre. Todavía en la alta Edad Media todos los caballeros eran defensores de pobres, menores y ausentes, en este caso los maridos de las viudas, porque viudas había montones porque los países vivían guerreando entre sí ¿verdad?, bueno, administran dice, los bienes de las viudas para quedarse ellos con las ganancias. Pobre de ellos dice el Señor, cómo serán juzgados, de una forma muy fea, ¿por qué?, porque hace ver que lo que pasa en esas personas nosotros llamamos hoy, en aquél entonces también: hipocresía, aparentar lo que no se es, yo quiero ser más que los demás, nadie es más que nadie, todos somos exactamente iguales.
Me acuerdo que no hace tanto estuve en un cementerio de Buenos Aires y llegaban todos los ataúdes muy lujosos, no tan lujosos, otros que eran los del Pami que no valían casi nada para cremarlos, es decir quemarlos a todos ¿no?, porque ellos tiraban sus cenizas y allí por muy lujosos que eran las cajas de los muertos y las otras que no lo eran tanto todos pasaban lo mismo, a ser quemados y les daban a los deudos un cajoncito con las cenizas, una caja con las cenizas. Por un lado estaban aquellos ricachones que traían todo el lujo y otros que no tenían nada pero los ambos grupos o varias personas se llevaban la cajita con las cenizas todos iguales porque no tenemos algo especial para cada uno ¿eh?, se dan cuenta, bueno.
Entonces, ¿por qué tanta diferencia?, ¿por qué hacer tanto, digamos, tanto alarde, tanto figurar por las cosas materiales que uno pueda tener?, como decía la Madre Teresa de Calcuta: yo no sé de dónde viene el dinero pero sí sé lo que hago con el dinero ¿eh?. En una oportunidad por ejemplo la Madre Teresa es invitada a Italia a inaugurar un hogar de ancianos pero lujosísimo, cuando entra la Madre Teresa y ve todos esos cortinados lujosos y todos esos pisos con alfombras ¿no?, ella le dice: pero ¿ustedes creen por ventura que acá dentro puede haber ancianos?, en estas alfombras así se tropiezan y se caen, estas cortinas tan lujosas las van a cuidar tanto para que ellos no las ensucien que al último no van a poder vivir acá y así como quien no quiere la cosa tira un fósforo en el piso para que se empiece a prender fuego la alfombra ¿no?, y se toma de las cortinas y las tira para abajo y las arranca, estaba gran parte de la sociedad italiana ahí, sin embargo ella le importó un pito, nada, dijo: éste no es un lugar para cuidar a la gente, es un lugar donde me quieren demostrar a mí todo el dinero que tienen para hacer un geriátrico con estas características, no, así no.
Es decir, todo persona que tiene dentro de sí algo, es decir si piensa de alguna manera, siente con su corazón rechaza todo aquello que sea lujo, que no sea necesario, bueno el lujo nunca es necesario ¿no?, pero a veces parecería que choca mucho más, así como chocan las vestiduras de los jerarcas de la Santa Madre Iglesia ¿eh?, yo a veces me pregunto si tantas capas sobre los hombros no terminan aplastándolos porque esas capas tienen tantas piedras incrustadas, tantas cosas que al último pesan una enormidad.
Bueno, pero ahí no termina el Evangelio de hoy, Jesús presenta a través de Marcos, presenta ese mundo totalmente irreal y falso de la gente hipócrita que quiere tapar con su dinero una vida mediocre, una vida desteñida, una vida que de valor tiene muy poco y entonces se sienta Jesús en la puerta de la Sinagoga, Sinagoga se llama al Templo que tienen los judíos, es la Iglesia de los judíos, entonces ve cómo los que tenían mucho hacían ver cuando ponían sus ofrendas ¿no?, como queriendo decir: yo ofrezco esto y ve después aparecer a una viuda que tenía dos moneditas nada más, lo único que tenía y las pone donde estaban las ofrendas ¿eh?, entonces Jesús nos hace ver que esas dos moneditas eran más importante que toda la fortuna que podían poner los otros, porque esa pequeña contribución de esta señora era dar todo lo que tenía y no lo que le sobraba.
Pero no nos quedemos con este ejemplo así porque estamos hablando de ofrendas nada más, pero la ofrenda tiene otra significación también, en la vida diaria que nosotros tenemos, en la vida diaria que llevamos cada uno también se nos presenta situaciones similares.
Es decir, ustedes vieron que tenemos la costumbre de dar todo aquello que de una u otra forma nos sobra entonces creemos que hacemos un montón cuando estamos dando aquello que nos sobra, no me refiero a cosas materiales, me refiero sí a las cosas espirituales, mientras sea algo simple nomás, no tiene tanta importancia pero yo voy a las cosas más complejas, no es cuestión de darle a los necesitados sino hacer que no haya necesitados, ¿y eso cómo se consigue?, haciendo que prevalezca la justicia, ¿en qué sentido?, si las organizaciones de los países tienen todo bien reglamentado en función del hombre ¿verdad?, todos tendrán acceso a los médicos para sanarse, tendrán acceso a todos los beneficios que da una sociedad organizada, pero por ejemplo, nosotros vivimos cerca de centros donde en general tenemos servicios para nuestra salud o alimentación pero hay gran parte de nuestro país y casi toda Latinoamérica, casi toda Latinoamérica que eso no pasa ¿eh?. Aquí vinieron no hace mucho, cuatro años, chicos y no tanto y algunos maestros de una escuela que está en Nazareno, es un pueblo en Salta ¿mmm?, que los maestros para ir a la escuela, los que vienen de Humahuaca, tienen que caminar nueve horas de a pie, de otra forma no se puede llegar, salvo que sea lomo de burro ¿no?, ahí nosotros empleamos muchas cosas. Ahora, esos chicos cuando estuvieron aquí paseando, unos 10 o 12 vinieron ¿no?, tocaban las cosas que había en la casa como si nunca las hubieran visto ¿eh?, por ejemplo ellos no conocen lo que es una aspirina por ejemplo ¿no?, si alguien tiene dolor de muelas o le duele una muela, todos saben lo que es el dolor de muela, es muy serio, directamente tiene que aguantársela o sacársela solo, si tiene un apendicitis tiene que llevarlo en una especie de camilla andando por los caminos de montaña que tienen que esperar que llueva para que las cabras hagan el caminito, después que llueva que las cabras hagan el caminito para saber por dónde pasar para no desbarrancarse, más vale ni empezar porque un camino de nueve horas para alguien que tiene un apendicitis que ya está no llega a tiempo, yo les estoy refiriendo un caso concreto, en ese pueblo Nazareno ¿no es cierto?, que agrupa a 17 municipios más chiquititos donde la gente vive porque vive si es posible vivir pero no hay ningún medicamento para tomar ¿verdad?, y la comida es harina de mandioca y maíz molido y de acuerdo a cómo viene el año, si llueve un poco o no sacan tantas espigas de maíz y hacen el cálculo para que alcancen esas espigas para pasar el año hasta la otra cosecha y las espigas de maíz son tan valiosas que las cuelgan en la pieza o donde duermen porque es la comida, no hay otra cosa. Y no te digo para encontrar agua los riesgos que tienen que ir.
Entonces, nosotros vemos dos sociedades, una sociedad donde prácticamente lo tenemos todo como nosotros y otros lugares muy cercanos a nosotros no tienen nada, ni siquiera lo elemental para vivir, donde los tatarabuelos sabían perfectamente el destino de los tataranietos porque la cosa nunca cambió, ¿desde cuándo?, ¿hasta cuándo?, algunos descubren los indios ahora y las personas que no tienen qué comer. Yo me acuerdo que en el año 69, 70, ya se enviaba ropa y comida a todas las diócesis del país para que repartieran y algunos descubren que ahora hay indios o personas que están necesitadas, digo indios porque están en la zona del Chaco, Formosa, Jujuy, Salta, etc., ¿no?, o el Sur ¿verdad?.
Ahora, el Evangelio de hoy nos remite a esas dos realidades, una realidad donde la gente lo tiene todo y otra donde no tiene nada, sin embargo Jesús al morir en la cruz muere tanto por nosotros que por ellos. Ahora, yo pregunto: ¿hasta cuándo esa injusticia? ¿mmm?, bueno, yo hablo de injusticias, pero no solamente se da allí, porque la justicia como la vemos todos los días actuar en los grandes centros, tiene tantas precariedades y es tan injusta valga la expresión, que no sé hasta qué punto es justicia, tal vez dominada por la política o algo por el estilo, yo pregunto a cada uno de ustedes que son gente bien nacida, son personas, son todos santos pero a la noche cuando se acuestan: ¿no les resulta un poco difícil conciliar el sueño cuando saben que esa cama calentita que tienen ustedes tal vez sean muy pocos los que tienen esa cama así calentita para dormir, porque los otros no ¿mmm?, ¿se puede dormir tan en paz, tan tranquilos?, ¿se puede dormir en paz cuando uno sabe que la justicia no existe, de que los políticos siguen hablando de todas las cosas para no hacer nunca nada?.
Cuando Jesús viene aquí en el año 1995, el 11 de Marzo, es decir vino siempre pero ese día se empezaron a grabar los Mensajes, ¿para qué?, algunos dicen: y sí, es como una forma de devoción, no, pará, pará, pará, cuando Jesús viene aquí dice: Mi Mamá y Yo nos instalamos en la pampa gringa ¿eh?, para dar desde aquí Mensajes, este lugar mis queridos, este suelo que ustedes están pisando es el lugar elegido por Jesús y su Mamá para vivir no sé hasta cuándo, nunca dijeron cuándo se irían, espero que nunca ¿mmm?, y entonces ya en el año, al fin del 95, 96, la Madre habló de una Ciudad de Dios. Cuando uno recibe los Mensajes no es tan fácil interpretarlos, hay que dejar pasar a veces un poco el tiempo, estábamos próximos a conmemorar los quinientos años de la Conquista en América, entonces Jesús dijo: ¿qué van a festejar, todo lo que han destruido?, ¿eso es lo que van a festejar?, entonces enuncia ya en los primeros Mensajes esa expresión tan terrible que a mí me carcomió durante tanto tiempo y me sigue carcomiendo: estamos cansados de caminar entre las flores que nacen de la boca de los muertos que esperaron una justicia que no les llegó de ninguna parte, generaciones y generaciones y generaciones, y yo pregunto: ¿hasta cuándo? ¿eh?... (se dio vuelta la cinta)….
… ni extrañas, es la comparación que hace el Evangelio de hoy con los dos tipos de sociedad es de todos los tiempos, fue cuando en aquél momento la Madre y Jesús proponen, proponen, porque ya pasaron dos mil años que Jesús vino al mundo y entregó su vida en una cruz por todos, entonces nosotros le creímos a medias, aunque lo decía el Señor y su Mamá, pero en aquél entonces habló Jesús y habló la Madre de la Ciudad de Dios y nosotros estábamos así medio con la boca abierta porque: y ¿qué será esto?, será, como uno estuvo tan acostumbrado a lo largo de toda la vida que siempre te prometieran y te prometieran, no Dios sino las personas, y nunca te den nada, entonces uno está acostumbrado a que las promesas resultan un poco ¿no es cierto? en el aire ¿verdad?, y ¿cuál es el concepto que ya en aquél entonces manifestaron Jesús y su Mamá?: nosotros, dijo, queremos que en este ligar de la pampa gringa se levante la Ciudad de Dios y a medida que fueron pasando los meses y el tiempo fueron dando características de lo que es la Ciudad de Dios, por ejemplo diciendo: observen todos los reventados, marginados y todos los que están en la cuneta de la vida, bueno, todos esos que no tienen acceso ni a la justicia, ni a los medicamentos ni a la medicina cara ni nada, todos allí tendrán el lugar; nosotros decíamos: y sí, a lo mejor dentro de dos o tres siglos ¿no?, y cuando hablábamos de una cosa o de la otra, no, en la Ciudad de Dios todo será de una forma tan perfecta dentro de lo precario que somos los seres humanos para que por fin se vea dónde está el Reino de Dios ¿eh?.
Fueron pasando los años ¿verdad?, siempre acariciando ese sueño, ¿será una promesa del Señor que va a cumplir alguna vez?, ¿será en el siglo venidero?, y Jesús decía: no, Yo vine aquí a la pampa gringa con Mi Mamá, hicimos nuestra carpa aquí, aquí ¿no?, para decirles a los hombres del mundo: vengan a ver, aquí van a tener un ejemplo qué es la Ciudad de Dios, donde todos tendrán sus derechos, donde todos tendrán acceso a los instrumentos más sofisticados, más difíciles que tiene la medicina pero para todos, sobre todo porque los que están en la cuneta de la vida nunca lo tuvieron ¿eh?.
En esa Ciudad de Dios que, ya prácticamente la estamos viendo, ustedes dirán: ¿cómo?, esperen noticias, dentro de días ya se les va a decir ¿no?. Habrá hospitales de altísima complejidad para las enfermedades más difíciles, habrá hospitales para los que tienen enfermedades infecciosas como los sidosos, tuberculosos, etc. ¿verdad?, y por supuesto cada hospital, porque los sidosos ¿adónde los mandan?, pregunten en Buenos Aires adónde van los sidosos y los tuberculosos, en Córdoba teníamos el hospital Tránsito Cáceres de Allende, allí yo fui a hacer prácticas muchas veces en psicología y era el lugar donde iban los tuberculosos ¿mmm?, bueno, pero todo esto no existe más, nada, nada.
En la Ciudad de Dios cada enfermedades tendrá su lugar para la atención
completa, los geriátricos no serán geriátricos como los que nosotros conocemos, serán lugares de residencia para los adultos-adultos, porque para el Señor no hay viejos ni viejas, hay adultos-adultos ¿verdad?, y así los niños de la calle, los drogadictos, todos aquellos como les dije que están en la cuneta de la vida, habrá seis hospitales con características diferentes, para cada caso, además de ese hospital central donde tendrá una aparatología para atender a todas las personas que será orgullo tal vez de América, sí, sí, de América ¿verdad?.
¿Para qué todo esto de la Ciudad de Dios?, que tiene por supuesto muchas hectáreas ¿no?, para decirle al mundo: miren señores, Jesús no da Mensajes así porque sí, ni da Mensajes para que los poden, porque ustedes vieron que las Revelaciones y los Mensajes cuando fueron dados a muchas personas todos los curas que estaban cerca los podaron lo suficiente como para no incomodar a nadie, aquí Jesús no le interesa incomodar a nadie, no, no, para que los países del mundo vengan a ver a esta pampa gringa cómo debe vivir un cristiano en una comunidad cristiana, así de simple y así de terrible, así de simple; ustedes dirán: palabras, puede ser, todo proyecto puede pincharse, ya lo sé, pero en lo que tenemos entre manos les puedo asegurar que no ¿mmm?.
Solamente piensen, para la zona de la cocina y de los comedores una manzana, qué les parece, bueno, allí la Madre, la Virgen, dijo: Yo no quiero casas chatas, quiero casas para arriba porque los adultos-adultos no puede tener sol alguna vez, por la mañana o por la tarde tienen que gozar del sol porque el sol es salud ¿verdad?, y podría hablarles diez horas seguidas de todo esto, pero que todo está, está, ya está, ya no es una idea allá lejana, como la zanahoria que se le da al burro para que camine, no, el Señor no se anda con chiquitas, le va a demostrar al mundo en la Ciudad de Dios cómo vive una sociedad cristiana.
Lo digo todo esto ¿por qué?, porque el Evangelio de hoy me invita a decirlos, fíjense: la capa social donde todo lo tienen, alargan la mano para que se vea lo que dan y la viejita que tiene sus moneditas ¿mmm?, bueno. Vos dirás: pero ¿y todo esto?, sí, la Ciudad tendrá todo adentro y ¿saben lo único que no va a tener?, policías, porque no va a ser falta ¿mmm?, la policía, hasta la palabra policía indica castigo ¿no?, con todo el respeto del mundo, indica castigo, entonces habrá algunos que son ordenadores, en toda sociedad hay que ordenar, esto aquí, esto allá, esto allá ¿no es cierto?, pero no habrá nada que castigar ¿mmm?.
Entonces, vendrán dice el Señor, de todos los países del mundo para ver cómo
funciona la Ciudad de Dios y la Madre agrega un poco irónicamente: los últimos que vendrán serán los cristianos, porque quieren mantenerse en las estructuras de que acá y acá, no hay otra cosa, los que tienen y los que no tienen, estos prevalecen, para estos sale el sol y para estos que se mueran, no, no.
Entonces cuando hablamos aquí en esta Casa que es la carpa del Señor y de su Madre no estamos diciendo cosas porque sí, estamos hablando de ese futuro que tal vez dentro de algunos días se les va a anunciar con detalles ¿no es cierto?, todo puede fracasar, yo no lo discuto, todo en la vida, pero fracasará ahora pero no dentro de diez, veinte, cien, doscientos años, tiene que hacerse alguna vez, ¿o acaso el Señor y su Mamá no dijeron que estaban cansados de caminar entre las flores que nacían de la boca de los muertos que esperaron una justicia que no les llegó de ninguna parte?. Por eso, el Evangelio de hoy nos dio pie para decir estas cosas, para que vayan pensando: pero ¿cómo, hace dos mil años que el Señor anda caminando por el mundo y la gente no le hace caso?, acá sí, somos tan locos y tan sabios que le hacemos caso, porque el hombre tiene que vivir bien, despacio y Jesús no murió por algunos en la cruz, murió por todos, ¿habrá defectos ahí adentro?, y por supuesto como en todas las cosas, pero se irá perfeccionando con el tiempo pero cuando las cosas las maneja el Señor todo es diferente ¿mmm?.
Pensar en esto, pensar en el Evangelio de hoy donde se ve con claridad esos dos mundos tremendos, vos dirás: sí pero hay muchos que a veces viven mal porque no quieren vivir mejor, y yo te pregunto: ¿alguno le enseñó a vivir mejor?, hay médicos que no cumplen con los valores fundamentales de la medicina, ¿alguna universidad les enseñó a cumplir? ¿mmm?, hay muchos abogados que directamente para ellos la justicia es algo, cualquier cosa, ¿alguna universidad le enseñó?, y aquellos que manejan las universidades, incluso aquellos políticos que a veces manejan todas las cosas, ¿le enseñó alguien a vivir de otra manera?, no podemos pedirle a los hombres nada si no le dimos los medios para que aprendiera a vivir de otra forma.
Yo le decía hace muchos años a los chicos, porque viví 40 años delante de las aulas, les decía a los chicos, no tan chicos, a los grandes y a los adultos-adultos: mientras sientan en vuestro corazón que les da bronca la injusticia son jóvenes, el día que aceptan las injusticias sin darle importancia, en ese momento aunque tengan 20 años ya son viejos que no tienen remedio, mientras en vuestro corazón haya un tremendo deseo de que impere la justicia, ¿y qué es la justicia?, darle a cada uno lo que le corresponde ¿eh?, que te parece, así de simple.
Mientras en vuestro corazón esté clarísima la idea de que la justicia tiene que ser para todos siguen siendo tan jóvenes, mientras que en el momento en que ya: y bueno, que va a ser, tal vez, porque la vida achancha viste, que los padres, quedan los hijos, y bueno, con tal que ellos anden bien, y lo demás que querés, noo, pará, uno no vive solo en el mundo, están nuestros hermanos y hay alguien que es nuestro Padre, no que nos va a retar ni va a castigar por eso, a nosotros en nuestro corazón tiene que surgirnos la idea de que el mundo es para todos, no es para algunos nada más, despacio mis queridos. ¿Por qué algunos pueden hacerse ecografías y tomografías computadas y la mar en coche, ¿pueden todos?, algunos nomás, en la Casa de Dios los primeros que se harán esos estudios serán aquellos que no tienen un centavo para pagar, así de simple y así de cristiano, así de Jesús ¿eh?, así de fácil.
Es hermoso ¿no?, es hermoso pensar en la Ciudad de Dios, todo tiene su tiempo, esperemos que tal vez dentro de días nada más podamos anunciarles con bombos y platillos pero con la humildad que nos caracteriza porque el Señor no quiere grandes ruidos ¿no?; algunos dicen: pero ¿cómo esto no se conoce en tantos lugares?, y si la Madre dijo: los siete primeros años de las Apariciones que se haga menos ruido que el pasto que crece, ¿qué ruido hace el pasto que crece?, ninguno, bueno así tenemos que vivir nosotros mientras ya se iba gestando esta Ciudad de Dios, ¿capacidad para cuántos?, por lo menos 100 personas en un pueblo que está dentro que van a vivir siempre ahí pero de entrada capacidad para más de 1000 de todos aquellos que necesiten una atención especial. Se terminaron aquellos geriátricos, algunos son normales que hacen buena obra, aquellos que son depósito de ancianos, donde la muerte se paga en cuotas, no mis queridos, una sociedad que no cuida a sus viejos es una sociedad de m. ¿eh?.
Así vemos en el Evangelio de hoy como se refleja claramente un mundo nuevo ¿eh?, es hermoso, es hermoso, sobre todo uno siente que el corazón palpita con mayor insistencia, porque todo aquello que uno esperó durante tanto tiempo, uno, Dios mediante, lo puede ver sin haber cerrado los ojos antes, que hermoso.
Por eso Señor te agradecemos hoy y siempre porque una vez más hemos visto que has elegido este lugar de la pampa gringa ¿mmm?, has elegido este lugar porque querés hacer justicia Señor.
Yo veía el otro día cuando coronaban a Nuestra Señora en San Nicolás, ¿ustedes saben lo que dice el derecho canónico respecto a esas coronaciones?, están totalmente en contra, ¿por qué?, porque se le saca al pueblo pedacitos de oro o piedras para ponerle un lujo a la Madre ¿eh?, y todo lo que sobró pasó a las arcas de quien organiza, el derecho canónico no quiere eso pero co