El mundo mirará este lugar, la historia con sus cabellos blancos secará las lágrimas de aquellos que pudiendo venir a verme no lo hicieron, pudiendo sanarse no me lo pidieron, pudiendo vivir como personas y no lo hicieron, teniendo todo al alcance de la mano.
Habla Artemio:
Como todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, Amén.
Tomamos el librito de los cánticos…, buscamos entonces en el librito de los cánticos le damos la bienvenida al Señor ¿eh?, todos tienen el librito en la mano, número 15 le decimos al Señor: que viva Cristo…. A ver de nuevo con un poquito de ganas: que viva Cristo…. Muy bien, vamos a empezar esta oración antes del domingo de Ramos que conmemoramos mañana, la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, todo el pueblo, no los sacerdotes del templo esperan a Jesús con palmas, yuyos y tantas cosas y ponen a su paso para que no pisara la tierra sino esa ofrenda que le daban ¿eh?, por eso estamos en el comienzo de la Semana Santa o Semana Mayor y tenemos que prepararnos para eso.
La preparación para la Semana Santa incluye por supuesto que tenemos que pensar en todo lo que pasó el Señor desde, cuando nosotros preparamos la fiesta de Navidad lo hacemos con tiempo, con mucha alegría y con muchas cosas, como si fuera la fiesta más importante del año, no deja de ser importante Navidad pero cuando entramos en la Semana Santa es todo muy superior, ¿por qué?, porque allá conmemorábamos el Nacimiento del Señor, en este caso vamos hacia el Viernes Santo que es la muerte de ese Niñito que recibimos para Navidad, y ¿qué es lo que pasa?, el Viernes Santo muere pero después resucita, la imagen que tenemos que tener del Señor no es justamente la imagen de un Jesús muerto que está en la cruz sino un Jesús triunfante, porque esa es la imagen que tenemos que tener del Señor, el que triunfó de la muerte y en consecuencia todo eso hace que nuestra vida sea maravillosa, porque si Jesús no hubiera resucitado vana sería nuestra fe.
Entonces para prepararnos bien para todo eso nos vamos al cántico 20, si nosotros no sabemos tenemos que aprender, si las cosas nos resultan oscuras tenemos que, bueno, enterarnos. No puede ser que la relación con Jesús sea una relación como un trueque en un momento determinado necesitamos de Él, le pedimos a cambio alguna que otra cosita, le pedimos que nos sane o algo por el estilo, eso es un poco cómodo, al Señor no se lo puede tratar como a un kiosquero que uno le paga y Él le da cosas, como ejemplo, no puedo pedir por un dolor de columna y lo pago con tres Ave María. Los seres humanos estamos muy acostumbrados a un trueque con el Señor pero hay que pensar y pensarlo bien que ¿cuándo uno se sana de algo?, cuando uno decide sanarse de algo, es decir, hay una necesidad de que en nuestra mente se aclaren las cosas de tal forma…, bueno los chicos si gritan los sacamos afuera porque distraen al resto ¿verdad?, bueno, afuera se oye también.
Bien, tenemos en cuenta entonces estas cosas para no pedir cosas imposibles, es lo mismo que cuando hay un enfermo de cáncer o algo por el estilo, la familia le trata como si fuera no sé qué y le está pidiendo al Señor que le haga la sanación o el milagro del cáncer, mientras que la familia lo trata muy mal, todo tiene que estar lo suficientemente armado por nuestro ser para establecer con el Señor una relación hermosa de amistad.
Cuando uno necesita algo muy importante, ¿qué hace?, va consulta a un amigo y le dice: mirá, me pasa esto, lo otro, el amigo lo escucha, le aconseja, etc., tendríamos que hacer lo mismo con el Señor, exactamente lo mismo, que sea para nosotros un amigo, un hermano, un compañero en el cual confiar, en el cual depositar toda nuestra esperanza, nuestro amor, entonces la relación es diferente, no podemos ser de otra manera con el Señor.
Perdonen pero este micrófono hoy no funciona bien ¿eh?, bueno.
Decíamos entonces que hay una necesidad en nuestro interior de cambiar, cambiar ¿qué?, no sabemos qué, sabemos que nuestra vida como funciona no es lo que conviene ni es lo que corresponde, hemos llegado a la altura de la vida en que no sabemos bien qué cosas hacer y qué cosas no, necesitamos de la gracia del Señor para poder ubicarnos, conocerlo a Él, amarlo y obtener los beneficios de ese amor, por eso con 20 le pedimos al Señor que ponga en nuestro corazón la gracia, aquí le decimos que ponga aceite en nuestra lámpara. Cuando uno tiene que hacer que la lámpara funcione pone aceite ¿verdad?, también nosotros necesitamos el aceite para funcionar, en este caso la gracia del Señor, a ver si podemos entender esto, 20: pon aceite en mi lámpara Señor…. Por qué le pedimos al Señor que ponga aceite en nuestra lámpara, que ponga la gracia, su gracia en nuestra vida ¿eh?, se lo decimos ahora: Señor Jesús tu eres mi guía…. Con fuerza: pon aceite en mi lámpara Señor….
Entonces, tenemos una actitud de humildad cuando decimos: necesitamos Señor que llegues a mi corazón para darle juventud, lozanía, porque la juventud, la lozanía no es cuestión de años, es cuestión de una actitud del corazón, podemos tener 20 años y ser viejos recalcitrantes y a lo mejor más y muy buena gente ¿eh?, totalmente ubicados en el mundo y en la vida.
Por eso, estamos alabando al Señor desde el comienzo diciéndole al Señor que
viva el Señor, que viva Cristo y como una forma de alabanza vamos a escuchar algún testimonio, no sé quién lo quiere hacer pero, este señor es Roberto Pujal de Venado Tuerto, que luchó durante mucho tiempo con el cáncer… (un señor da su testimonio: buenas tardes, Dios los bendiga. Lo que yo les voy a contar también fue tarde para mí, cuando nosotros nacemos a veces nos preguntamos: si no lloramos nos pegan en la cola y lo primero, ¿por qué lloramos cuando nacemos?, ¿saben alguno de ustedes por qué?, somos tan…, de chico que sabe la vida que nos espera. Después seguimos en la vida que somos una sumatoria, no, nacer no nacemos porque nosotros queremos, nacemos cuando nuestros padres y la madre han fecundando un hijo, o sea tampoco tenemos ese poder de decisión. Seguimos andando por la vida y no nos gusta esto, no nos gusta aquello, no nos gusta esto, no nos gusta lo otro y resulta es una vida de miércoles y tampoco me gusta, entonces un día nos llama Artemio y nos dice: y bueno si no te gusta esto lo único que te queda es la muerte, esta loco, la muerte no la quiero, entonces somos sonsos. Nos van ocurriendo cosas en la vida, en esa sumatoria aparte nacemos y no nos va enseñando nada y todos terminamos de una misma enfermedad como la mía que se llama ceguera espiritual. Entonces es ceguera espiritual hasta que un día ocurre, todos los que están aquí nadie los llamó por teléfono, Artemio no nos llamó a ninguno, ningún amigo de Artemio, solamente alguno que de corazón los haya traído, pero siempre el sí fue de uno, eso es que Dios les está dando la oportunidad de la venida de acá y no renieguen de todo lo que pasó, lo que pasó fueron pruebas para que ustedes resistan a ver hasta qué punto tienen la creencia. Entonces hoy el que vino por primera vez o yo en el caso hace un montón de años que creí y usted lo pueden ver, lo mío me tocó, es poco lo que hay que hablar, lo pueden ver por afuera nada más, lo que pasa que el que la tiene por adentro es exactamente lo mismo, se sufre más y es más difícil explicarlo, pero lo que ven en las fotos es creer, es lo que decía, hay que tener paciencia. Lo primero que me dijo Artemio es que no tiene que manejar los tiempos uno, son los tiempos de Dios y la fe, la fe con calmándose viene y viene y viene. Por ejemplo, de por qué a veces cuesta revertir esto o por qué cuando nos pasa algo decimos por qué a mí, hay un cuento en el cual nos dice: un chico nace y es travieso y el padre a veces no lo sabe corregir, entonces va haciendo líos ¿no es cierto?, entonces un día lo llama el padre le dice: mirá así no podés seguir porque mal tratás a toda la gente y te vas haciendo mal vos, o sea, venimos naciendo hacemos rayas negativas y positivas y siempre más del lado negativo, pero papá no es tan así. Bueno, vamos a hacer una cosa, cada macana que vos hagás vamos agarrar y vamos a clavar un clavo atrás de la puerta de tu dormitorio, entonces el pibe fue haciendo en forma normal que llegó un día que se encontró que la puerta estaba llena de clavos y ahí se dio cuenta que realmente era una máquina de hacer macanas, entonces, ahora vamos a otro trato de ahora en mas, se los acorto ¿no es cierto?, por cada acto de buena fe que vos hagás, dice vos vas a sacar un clavo, entonces agarra el chico, cuando sacó la primer hilera dice: pude, entonces saca la segunda, saca la tercera hasta que un día: viste papá que no era tan malo como vos decías, vos exagerabas, dice: pero ¿cómo te quedó la puerta?, dice quedó sin ningún clavo pero andá a mirarla, fue, miró, no, quedó sin ningún clavo, la puerta está llena de agujeros, así tenés el alma, ¿entendieron?. Por eso estamos aquí, hoy es el día que Dios nos llamó para venir acá llorar, hacer todo y sincerarse, no hace falta ir adelante de un cura, ahí está Dios, díganle todo lo escondido, todo lo que tengan adentro, quédense a cero, de ahí empieza realmente la verdadera sanación, no sé si me he alcanzado a explicar. Saquen todo lo que tengan adentro y de acá en más, hoy han venido acá es porque desde que nacieron hasta acá han ocurrido cosas que mas cosas negativas, hay cosas positivas y negativas, no es todo tan malo pero llegamos acá con dolencias, algo les ocurrió, bueno entonces a partir de hoy tenemos que ser lo contrario, recién llegamos hecho una porquería hay que revertir eso, tenemos que hacer al revés de lo que hacemos. El amor al prójimo, una cosa muy sencilla, ayudar a otra persona, en mi caso yo cuando vine todo lo que pedí, lo que pasa yo no sé si ustedes me pueden creer a mí, todo lo que pedí se me cumplió y es así pero hay que sacar todo lo de adentro, no se puede venir con mentiras, como aquél que le roba un lugar a otro acá dentro no se puede curar, ¿me explico?, no se ofendan pero cuando éramos chiquitos, se resbalaba alguien, se caía en la vereda nos reíamos, tampoco nunca nadie nos enseñó, pero vio como uno va cometiendo cositas, bueno esas cositas váyanla pensando que tienen escondidas, las que no se acuerdan Dios se las va a perdonar igual pero hoy es el momento de que ustedes hagan un cambio, eso es lo que hoy cuento y que Dios cumple, sino fíjese, mi vida era imposible, o sea, yo más que rezar, hablaba mucho, siempre le he dicho: Dios, vos que sabés cómo va a terminar esto ¿voy a quedar lindo?, me contestó: milagros sí, imposibles no. Dios los bendiga)… , alguna persona quiere dar gracias al Señor por los beneficios que recibió, la mayoría hay caras nuevas, no sé si habrá alguien… (una señora da su testimonio: hola, buenas tardes hermanos, yo soy de Río IV, hace dos años para el día de la madre asistí a una Misa en la Basílica de San Isidro, bah, no sé si es Basílica, es una Catedral y a la salida compré en la santería que hay al lado pequeñita una estampita de Jesús de la Misericordia, muy parecida a esa pero es la otra imagen de Jesús de la Misericordia y yo quería tener la coronilla también, así que por esa razón la compre y también compre un pequeño Rosario y me lo dieron en una bolsita pequeña y yo lo guardé en la cartera y me olvidé. A la noche cuando estaba en Retiro para emprender el viaje hacia el interior toco algo y lo noto tibio, dije: pero yo soy la que estoy equivocada. Bueno, a partir de ese momento todas las imágenes que ustedes van a recibir aquí de la Madre y de Jesús de la Misericordia tienen el pecho caliente, presten atención porque esa maravilla acontece aquí)… .
Vamos a continuar entonces, algunos no se animan a dar gracias, pero después lo hacen en forma individual cuando pasan, es lo mismo, la cuestión fundamental es que no hagamos como dice el Evangelio que diez leprosos van a verlo al Señor para que les sane todo su problema, el Señor le sana pero vayan y preséntense al sacerdote, después de hacerlo vuelve solamente uno y Jesús pregunta: pero ¿cómo, no eran diez?, ¿y los otros nueve dónde están?. Por eso, hay que acostumbrarse con el Señor a ser muy agradecidos ¿eh?.
Vamos a leer la palabra del día 04 de Abril, festejamos también San Isidoro de Sevilla hoy y para que esta palabra despierte nuestra atención fundamental con mucho fervor le pedimos al Espíritu Santo que venga y nos de su fuerza para abrir el corazón y recibir la palabra del Señor, es la forma para encontrar una respuesta a todo lo que vinimos a buscar.
Por eso, simplemente: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Con todo nuestro fervor dijimos escuchamos el Evangelio de este día que es el de San Juan, capítulo 11, los versículos, es decir las partecitas van del 45 a 56. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. ”Muchos judíos que habían ido a cada de María creyeron ver en Jesús todas las cosas que tal vez habían esperado. Pero otros fueron donde los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron el consejo y preguntaban: ¿qué hacemos?. Este hombre hace muchos milagros. Si lo dejamos que siga así, todos van a creer en Él, y luego intervendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Empecemos a explicar un poquito sino nos perdemos ¿eh?, Jesús andaba por toda la Galilea y los lugares haciendo milagros, expulsando los demonios y resucitando los muertos, todos los milagros que el Señor Jesús hacía despertaba un gran entusiasmo en la gente pero al mismo tiempo aquellos que no querían esto hablaban muchas cosas que nada tenían que ver. Aquí habla de los romanos, etc., porque en ese entonces los judíos estaban bajo el dominio de los romanos entonces dice: vendrá alguien que nos destruirá, ¿por qué?, todos esperaban a un libertador, pero no a alguien que nos liberara de todo mal sino que esperaban a un líder político que echara del país a los romanos que hacía tiempo a ellos los tenían como esclavos. Además el pueblo hebreo durante toda su historia fue esclavo de muchas otras naciones, bueno… (se dio vuelta la cinta)…, ellos esperaban a un salvador pero cuando vino no lo conocieron, o mejor dicho: no lo reconocieron que era este y no otro. Por eso aún ahora los judíos siguen esperando, están como en el año 5000 y pico ¿mmm?, 5545, a lo mejor me equivoco, bien. Entonces como nadie entendía cuál era la misión de Jesús, que no era justamente una misión política ni nada por el estilo deciden matarlo antes que las cosas se pusieran peor. Jesús ve todo esto que pasa con mucho dolor.
Por favor, interrumpo para decir: apaguen los celulares porque unas de las cosas por las cuales el micrófono no anda es por los celulares encendidos ¿eh?, no compliquen las cosas por favor, bien.
Entonces, decíamos que no entienden la misión del Señor, no entienden los milagros, no entienden todo ese peregrinar por los distintos lugares, Jesús se retira entonces al pueblo de Efraín con sus Discípulos, ¿para qué?, Jesús además de Dios era un hombre, mitad Dios y mitrad hombre y como a hombre le dolía todo lo que pasaba, Él traía una misión, quería darle a la gente lo mejor pero la gente no lo entendía, por eso lo dice el Evangelio de San Juan, vino a los suyos y los suyos no lo comprendieron. Ya el pueblo hebreo había hecho esto muchas veces antes, todos los Profetas que fueron apareciendo, todos fueron muertos excepto dos, todos los demás murieron en manos de su pueblo, porque les hablaba justamente, esos Profetas, de una vida nueva, distinta, con otras características ¿no?, bien.
En ese tiempo que estuvo Jesús en el pueblo de Efraín sufrió mucho, por la simple razón que, si bien como Dios sabía que tenía que morir en una cruz pero también le dolía como hombre que fueran tan desconsiderados con una persona, caramba, si había pasado haciendo el bien, si había hecho tantas cosas preciosísimas en cuanto a, piensen, había venido por el pueblo, había venido a sanar los enfermos, a expulsar los demonios y resucitar a los muertos ¿eh?. En el corazón de Jesús había una pena grande porque pensaba: ¿cómo es posible?, ¿qué hay dentro de la naturaleza del hombre?, que alguien viene a traerle la verdad, el camino, la vida, la vida en abundancia y no quieren saber nada de todo eso, a los seres humanos nos pasa así muchas veces o casi siempre. Es decir, estamos siempre como desconfiando: ¿qué habrá detrás de esto?, ¿qué no habrá?, como si nosotros, los seres humanos, estuviéramos siempre a la defensiva teniendo miedo que nos tomen por el pelo, que nos cuenten mentiras, que nos digan cosas que no son las verdaderas.
Todo esto pensaba Jesús con sus Discípulos y también los Discípulos no se portaban del todo bien, por una razón, incluso llegaron a reprocharle a Jesús diciéndole: mirá Señor, nosotros lo abandonamos todo, dejamos, los que eran pescadores, dejaron sus barcas, otros sus oficios, etc., y pasa el tiempo, porque fueron tres años y pico los de predicación, los otros Apóstoles dicen: ocho meses, diez meses, pero fueron tres años y meses ¿eh?. Mirá Señor, nosotros no es que no te querramos, nosotros te queremos pero estamos esperando que vos nos traigas algo, queremos ver cosas, ahora y Jesús les decía: ¿no han visto milagros a montones?, ¿no han visto tantas cosas con las cuales pueden ustedes creer?, sin embargo los Discípulos no, ¿por qué?, ellos aún no tenían el Espíritu Santo para entenderlo al Señor, por eso después de Pentecostés, es decir la venida del Espíritu Santo los Apóstoles empiezan a entender pero mientras tanto son hasta duros con Él, incluso no lo siguen en todo, tanto es así que mientras, por ejemplo lo que conmemoramos mañana, mientras la entrada era triunfal lo siguieron pero cuando tuvo que seguir el camino al monte calvario y antes en el huerto de los olivos se borraron, solamente un solo Discípulo se quedó cerca, Juan, el resto no.
A veces uno piensa: por qué seremos así los seres humanos ¿no?, parecería que nada nos conforma, tenemos muchas veces la verdad delante de nuestros ojos y no queremos ver, tenemos a nuestro alcance toda la gracia del Señor y la desperdiciamos, tenemos en nuestros oídos las voces clarísimas de todos aquellos que están tratando de beneficiarnos y no los escuchamos, ¿qué nos pasa?, ¿qué nos pasa?. Todo esto se preguntaba el Señor en el pueblito de Efraín cuando estaba con sus Discípulos, además Él veía con claridad, entre esos Discípulos había uno que lo iba a traicionar, ¿cómo pasarían ustedes unos cuantos días con personas en las cuales saben que alguien los traiciona o los va a traicionar?, ¿cómo pasarían?, cómo pasarían esos momentos terribles cuando saben que cuando en los momentos que vendrán muy difíciles lo dejarían solo debe haber sufrido un montón.
Por eso en uno de los Mensajes, porque ustedes los que no saben, la mayoría, es que Jesús hace 14 años hizo el 11 de Marzo, que viene aquí todos los días con su Mamá, trae Mensajes, los da, los grabamos y los pasamos a ese medio de comunicación que se llama internet para que todos los hombres del mundo puedan escuchar la palabra el Señor, bien. En una de los Mensajes cuando pasaban la película: La Pasión, que los diarios comentaban que la gente se desmayaba en los cines, la gente comentaba que no podía resistir las escenas de dolor ¿verdad?, entonces en un Mensaje Él dijo: pero si las escenas de dolor físico, los golpes que me dieron, los azotes, las patadas y todas las demás cosas no eran nada, no fueron nada al lado de sentir el dolor tremendo de que los amigos, sus Discípulos, no lo entendieran. Ese era un dolor más grande que los azotes, los golpes y la sangre derramada.
Por eso, cuando pasan la película esa, hace pocos años, dos o tres, menos, y dice: pero, sí, está bien, sienten pena por lo que me hacen pero nadie se pregunta y nadie entiende lo que es ser traicionado por los amigos, abandonado por todos y en los momentos terribles estar solo, por eso uno piensa acercándonos a la Semana Santa, que empezamos mañana con el domingo de Ramos habrá que hacerle compañía al Señor porque está tan solo, hasta de sus mismos Discípulos, aquellos que habían visto tanto dolor en Él pero también habían visto milagros a montones sin embargo no, no entienden, no comprenden.
Yo me pregunto a mí mismo y le pregunto a cada uno de ustedes: ¿qué pasa en el corazón del hombre?, ¿somos tan lerdos en darnos cuenta cuando tenemos una luz adelante o tenemos la verdad que nos está alcanzando?, ¿tan lerdos somos?, ¿tan desconsiderados somos?, bueno, esos pensamientos lo torturaban a Jesús pero también pensaba: bueno, yo justamente vine a entregar mi vida para que esto no pase más.
Es necesario dice el Evangelio que muera un hombre ante que se pierda la nación ¿verdad?, que doloroso es eso, la incomprensión es lo peor que puede pasarle al ser humano, esa incomprensión llévenla a cada día de vuestra vida con la familia, con los amigos, con los que tienen cerca, estar incomprendidos, el que es incomprendido está aislado, el que está aislado sufre porque no puede comunicarse con nadie ¿mmm?.
¿Qué pasa en el corazón?, me pregunto y les pregunto a ustedes, porque esto de la falta de reconocimiento se da también en nosotros con nuestros padres, nuestros hijos, los que nos dan cosas, desde el almacenero que nos provee los productos, hasta el que dona sangre para darnos vida, no somos reconocidos, no nos acordamos más, ¿qué pasa en nuestro corazón?, ¿por qué ser tan desagradecidos?, ¿por qué no reconocer?, ¿por qué no pensar con el corazón para entender lo que no podemos entender de otra manera?.
Y yo dejo pasar mi voz para que el Señor hable, porque desde esta mañana que vengo viajando siempre el Señor quería manifestarse y yo le decía: Señor hablame a mí nomás, ya podrás Señor, porque muchas veces cuando la gente insiste tanto todos los días en ser atendidos tengo que dejarlo al Señor de plantón o bien sentado ahí una o dos horas esperando, que a veces ni siquiera puedo atenderlo, ustedes eso no lo saben ¿eh?, pero sí ocurre ¿mmm?.
Bueno, entonces no quiero hoy demorarlo más al Señor y decirle: habla Señor
que tu siervo escucha y repite lo que vos le decís.
Dice Jesús:
Hermanos queridos, estoy observando la presencia entre ustedes de muchas personas que su pensamiento no está aquí en el Templo, están en otra cosa, ahora les digo que les estoy hablando, además estoy ahí adelante presidiendo la asamblea, la reunión de ustedes y me siento con algunos como convidado de piedra, es decir a quien ni se lo atiende, ni se lo entiende, ¿cuesta tanto entenderme Mis queridos?.
Pónganse a pensar en la vida que llevaron, en las pobrezas que vivieron, en los días negros que todos de una u otra forma tuvieron, pónganse a pensar, ¿no creen que tienen necesidad de que alguien les traiga Luz?, ¿no tienen necesidad de que alguien les hable y les diga aquella palabra que renueve nuestra vida, les haga latir el corazón con más fuerza, les de el aliento para continuar incluso en los momentos tan difíciles?, porque todos tienen una vida difícil, pero están aquellos que con la vida difícil buscan una salida y una solución pero otros se revelan y directamente están procediendo no de la misma forma pero salvando las distancias en forma parecida a los sacerdotes del Templo: alguien está molestando, hay que matarle, porque sus palabras nos están llevando por mal camino, siendo que ustedes saben que no es así.
Mi Padre me envía y nos encontramos en el sábado anterior al domingo de Ramos y ¿saben?, siento un poco de pena, porque en vuestros corazones no hay el fervor que me gustaría que hubiera y en otros hay un fervor pero un poco equivocado, porque están buscando verme en la cruz para identificarse con Mi sufrimiento y decir: yo también estoy sufriendo, yo también estoy mal. Y se quedan con la imagen Mía sufriente, doliente, llena de sangre, azotes, golpes, patadas, mientras que eso pasó hace dos mil años y ahora estoy triunfante entre ustedes y en la Semana Santa van recordando todos los acontecimientos de Mi vida, la institución de la Eucaristía, del sacerdocio, además el Viernes de Pasión, ven ustedes como lentamente me conducen al monte calvario para ponerme en una cruz, que era la costumbre que tenían los romanos de matar a los delincuentes.
Pero recuerden un poquito hoy las que pasé en el huerto de los olivos, cuando veo venir a lo lejos después de haber rezado mucho, de haberle pedido al Padre: Abba, Abba, Papá, Papito, si puedes que pase esto sin que Yo tenga que morir, pero Mi Papá, Dios Padre, no me escucha ni quiere hacerlo y Yo tampoco esperaba que lo hiciera porque ya sabía que tenía que morir para derramar Mi sangre por todos los hombres de aquél momento, de todos los hombres que habían vivido ya y los que vivirán hasta el último día.
Piensen cuando voy a ver a los Discípulos que los dejé rezando y directamente se dormían, ¿no pueden, les decía Yo, permanecer un momento en oración?, ¿tanto les cuesta?, luego cuando veo venir a toda esa gente con antorchas, soldados romanos y a la cabeza de ellos venía un Discípulo que había compartido todos esos años conmigo, Judas, lo veía venir delante y cuando llegó allí donde estaba para identificarme, porque los soldados no me conocían, me besa en la mejilla. La traición es lo peor que puede pasar pero la traición de un amigo Discípulo es mucho peor.
Después de ser identificado he recibido tantos golpes, tantos, todas las burlas que pueden imaginarse, las patadas en todo el cuerpo, ustedes siempre veneran cinco llagas pero todo Mi cuerpo sangraba y donde no sangraba tenía moretones, esa es la imagen doliente Mía y luego la subida al monte calvario cuando me ponen en la cruz, clavan Mis manos, habiendo atado antes Mis muñecas con sogas porque sino me hubiera caído y no estaba con un soporte debajo en la cruz, estaba colgado y allí ¿en quién pensaba Mis queridos?, pensaba en cada uno de ustedes, pensaba en el futuro del mundo, en el futuro de cada uno, pensaba en ese momento que cada hombre es un proyecto del Señor y que por las más diversas circunstancias ese proyecto no puede terminar porque alguien en la sociedad se encarga de destruir. Muchas veces en la familia, muchas veces antes ya en la panza de vuestra madre o después y a lo largo del tiempo las distintas sociedades en las cuales conviven los hombres terminan destruyendo ese proyecto hermoso que Yo tengo con cada uno de ustedes.
Pero no se queden con Mi imagen doliente, no, la imagen que tienen que tener es la imagen que vio María Magdalena, la primer persona que me vio resucitado y después Mi Mamá, los Discípulos, tengan en Mí, sufran conmigo el calvario, pero tengan en vuestras retinas, en vuestros ojos la imagen Mía resucitado, tengan presente esa imagen cuando se asoman al sepulcro y ven a dos Ángeles y mortajas en el suelo preguntando: ¿por qué buscan entre los muertos al que vive?, ¿por qué buscan entre los muertos al que vive?, porque Yo estuve y estoy triunfante entre ustedes, no se queden con la imagen sufriente, doliente y terrible de la muerte sino con la imagen esplendorosa y triunfante de la resurrección. Si Yo no hubiera resucitado dice Pablo vana sería vuestra fe, ¿por qué?, porque con Mi Resurrección les abre el camino de la vida y de la vida en abundancia.
Mis queridos, entiendan una cosa, hace 14 años que vengo a este lugar todos los días donde con Mi Mamá acampamos en este lugar para quedarnos para siempre, 14 años y no son tantos los que vinieron, no se pregunta alguno por casualidad: pero ¿cómo?, si Yo te puse ahí muy cerca un Templo adónde ir a verme ¿cómo es que no fuiste a verme?, ¿qué pasaba en tu vida?, ¿había tanto egoísmo, había tanta soberbia, había tanto desconocimiento que estaba cerca tuyo y no me fuiste a ver?, por supuesto, no se los estoy diciendo a ustedes sino a todos aquellos que cuando lleguen a Mi presencia les voy a preguntar: ¿no estuve cerquita tuyo y vos no te enteraste para ir a verme?, tenías una enfermedad terrible y mortal no fuiste a pedirme que te sanara, tenías tu familia destruida y no fuiste a pedirme orden para esa familia, tomé la forma de pan que está en este Sagrario, porque no es pan consagrado por hombre sino que es pan directamente sacado de Mi Cuerpo y entregado y que está aquí en el Sagrario.
El mundo mirará este lugar, la historia con sus cabellos blancos secará las
lágrimas de aquellos que pudiendo venir a verme no lo hicieron, pudiendo sanarse no me lo pidieron, pudiendo vivir como personas y no lo hicieron, teniendo todo al alcance de la mano.
Algunos les parece extraño esas palabras que no entienden, pero ocurre que Yo le estoy dictando a Artemio Mis palabras en el idioma que Yo hablaba con Mis Discípulos, el arameo antiguo y entonces hay una traducción simultánea de Mis palabras al idioma en que hablan ustedes.
Mis queridos, Yo estoy acá presidiendo la asamblea, me tienen al alcance de la mano, sienten Mi respiración sobre ustedes, el calor que sale de Mi Corazón a través de los rayos de Mi Misericordia para llenarlos de vida y de vida en abundancia. Aprovechen este momento, extiendan la mano, es decir abran el corazón para que Yo pueda entrar y hacer todo nuevo, como decía… (se terminó la cinta)….
Continúa con el mensaje….
… demás mujeres y Juan, Mi Discípulo amado, recogieron en pedazos de lienzo la sangre cuando Lonjino me clavó el costado, no se estilaba en ese entonces clavar el costado pero como me vieron a Mí que ya estaba prácticamente muerto quisieron hacerlo, en los otros casos les quebraban las piernas a las personas para estar seguros que estaban muertos, en Mi caso no lo hicieron pero me clavaron en el costado. Ese costado que derramó sangre, es la misma sangre y agua que ustedes ven en el cuadro que tienen a vuestra derecha, eso está continuamente derramándose sobre ustedes y sobre todo el mundo y les digo: bienaventurados, es decir felices los que pueden entender, los que pueden estar cerca, los que pueden sentirse penetrados por esos rayos sublimes porque ya nada les faltará, tendrán la vida en abundancia, la sanación de vuestras enfermedades, la reparación de las injusticias, saciada el hambre de pan y de amor, todo, todo, quien se deja penetrar por esos rayos, que son la sangre que Lonjino hizo que Yo derramara cuando hundió su lanza en Mi costado.
Terminando Mis queridos, les digo: vivan esta Semana Santa, sí, pueden hacerlo con dolor del que sufre, pero piensen que después del Viernes Santo está la Pascua de Resurrección, después del dolor viene la alegría, después de vuestra enfermedad viene la salud, después de vuestro dolor por los problemas que tengan viene el esplendor de un sol maravilloso que les dará todo lo que necesitan.
Entiéndanlo así, entiéndanlo de esta forma porque no hay otra, entiendan que los amo, desde hace milenios cuando eran una idea en la mente del Padre, Mía y del Espíritu Santo, ya los amábamos, los seguimos amando por todo un tiempo inmenso, los amamos aún hoy y seguirá por toda una eternidad.
Entiéndanlo Mis queridos, cuando me vean en la cruz piensen: el Señor estuvo
allí por mí y para mi, no pensando que se los estoy reprochando, no, solamente diciéndoles lo que Mi Papá hizo que pasara para darles a ustedes la vida, para darles la luz, para darles todo lo que necesita el hombre para vivir como persona, con todos sus derechos y todas sus prerrogativas, es decir, el alcance de esos derechos.
Los amo Mis queridos, como los amé siempre, entiéndanlo, no me pongan triste, no me pongan sufriente, no hagan que llore ni que sude sangre como tantas veces Artemio me pregunta: ¿por qué Señor sudás sangre?, y Yo no le contesto, pero le contesto en su mente para decirle que es por todos los hombres que estoy sudando sangre.
Ya los dejo pero sientan el abrazo del Señor de la Misericordia que no solo los traspasa con sus rayos sino que además los abraza y les trasmite toda la vida en abundancia.
Entiéndanlo con el corazón Mis queridos, entiéndanlo, felices, bienaventurados aquellos que están en este lugar, en este día, porque todo lo que vinieron a buscar lo tendrán.
Habla Artemio:
Cantemos al amor de los amores….
Que cerca que estás Jesús de nosotros, tan cerquita, Señor esperamos que pases sanando Señor, además de haber gozado de tu palabra y de haber sentido el calor de los rayos y seguir sintiéndolo, esperamos que nos sanes Señor de todo lo que vinimos a buscar, para nosotros, nuestros familiares, nuestros amigos y todos aquellos que amamos, est