Entonces en este día, después de haber escuchado este Evangelio díganse en lo más profundo del corazón: tendré que escuchar el mandato del Señor que me dice que nos tenemos que amar todos como Él nos amó, hasta dar incluso la vida, Yo sé que muchos lo hacen pero no tanto, no abundan tantos los ejemplos Mis queridos.
Mensaje del 17 de Mayo de 2009
Habla Artemio:
Buenas tardes, como siempre, como se hace con todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Para recibir al Señor busquemos el cántico 15 y decimos: que viva Cristo…, somos muchos acá y cantan algunos nomás, los demás ¿no quieren que viva Cristo?, a ver todos: que viva Cristo…. Nos acordamos de la Madre, Mediadora de todas las Gracias, la Madre, nuestra Madre, buscamos el cántico 26 y decimos con mucho afecto por la Madre ¿eh?: mientras recorres la vida….
Ahora vamos a ver la palabra y los chiquitos que no están bien los llevamos a dar un paseíto, vamos a leer la palabra pero antes le vamos a pedir al Señor, bueno, vamos a ver que hacemos con el bebé, porque todos los demás están atendiendo.
Para poder leer la palabra le vamos a pedir al Señor que nos el discernimiento, la comprensión y todo lo necesario para poder entender su Mensaje, entonces con mucho fervor decimos: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Bien, vamos a leer la palabra, antes recordemos que los días miércoles tenemos en cuenta a San José, sábado la Virgen y el domingo el Señor. Hoy domingo 17 de Mayo, el Evangelio de este día es de San Juan, capítulo 15 y las partecitas son del 9 a 17, entonces: por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Vamos a ver toda esta maravilla de afecto que el Señor nos muestra hoy, dice así tan preciosamente en este día de San Pascual Bailón: ”como el Padre me amó, así también los he amado Yo: permanezcan en Mi amor. Si cumplen Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor, como Yo he cumplido los mandamientos de Mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que Mi alegría esté en ustedes y la alegría de ustedes sea completa. Este es Mi mandamiento: que se amen unos a otros como Yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos, y son ustedes Mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no los llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de Mi Padre. Ustedes no me eligieron a Mí; he sido Yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en Mi nombre. Ámense los unos a los otros, esto es lo que les mando” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Cuando ustedes invitan a alguien a su casa ¿verdad?, ¿se ponen a hablar entre ustedes y dejan a la visita como pagando ahí y hablan entre ustedes sin entenderla?, entiéndanlo hoy y siempre, vayan donde vayan, cuando uno escucha la palabra del Señor tiene que dejar todo aparte, si quiero cambiarme de lugar tengo que esperar que la palabra termine, si tengo algún problema, salvo que me esté orinando ¿no es cierto?, pero tengo que postergar un rato la ida al baño, por una razón muy simple, la palabra de Dios no es cualquier cosa, vayan donde vayan y piensen como piensen, por una cuestión de respeto, por una cuestión de toma de conciencia. Yo sé que cuando se habla no lo hacen por mal pero da a entender que uno la palabra de Dios ni siquiera le entra por el oído ¿no es cierto?. Y estamos aquí porque el Señor nos trajo y si nos trajo es porque quiere darnos lo que nosotros necesitamos, pues bien.
Así como cuando alguien llega a la casa ustedes no se ponen a hablar entre ustedes y dejan a la visita ahí parada con el Señor pasa lo mismo, con una condición diferente o una forma diferente, desde que antes que yo llegara aquí Él ya estaba allí delante presidiendo la asamblea mirándolos a todos, mirándolos a todos a los ojos ¿mmm?, bien. Y a veces da la impresión que los brazos de Él se hacen largos para tocar a algunos que lo necesitan mucho ¿eh?, y su mirada, cuántas veces decimos: cómo quisiera tener sobre mí la mirada del Señor, entonces ténganlo en cuenta siempre, si yo tengo un niño que a lo mejor hace ruido lo tendré que sacar porque yo soy respetuoso de los demás y no quiero que haya ruido porque los demás se distraen.
Con esto tengan en cuenta vayan donde vayan que lo Sagrado es algo tan importante, más importante que todo lo que puede pasarnos ¿mmm? ¿se dan cuenta?, no podemos distraernos de la palabra, bien. La palabra de siempre porque todos los días en las ceremonias religiosas siempre se lee el Evangelio que es la palabra de Jesús y puesta allí por los Evangelistas: Marcos, Mateo, Lucas y Juan, hoy es el Evangelio de San Juan, bien.
Lo que nos dice el Señor es lo que uno encuentra en la Sagrada Escritura cuando no faltaban muchas horas para morir Jesús los reúne, después de amonestarlos tres veces porque no podían estar rezando y se quedaron dormidos, pero Él les dice: les dejo un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado, como el mayor testimonio por un lado y testamento por el otro de todo lo que Él nos deja, ámense unos a otros como Yo los he amado. Más, San Juan que vivió más de 115 años ¿no?, durante mucho tiempo él tenía preparado su Evangelio porque los otros tres lo habían dado a conocer en el año 60 mientras que Juan lo da a conocer en el año 98, cuánto tiempo después, y mucho más para aquél entonces que no había medios de comunicación como ahora, comunicación era de boca a boca, no había diarios ni había ninguna cosa de esas ¿no?, bueno. Entonces, San Juan seguía con el Evangelio, seguía y seguía, y un día le pregunta el Señor: ¿por qué demorás tanto en presentarlo, en darlo a conocer?, porque me parece que le falta algo, y Jesús le dice: no Juan, no le falta nada, porque todo el Evangelio puede condensarse, resumirse, achicarse en esta expresión: que se amen unos a otros como Yo los he amado. Recibe tal impacto Juan de las palabras de Jesús que muchos años, cuando subía al púlpito a dar la homilía, esperaba que hubiera un clima de silencio y atención y repetía esas palabras: ámense unos a otros como Yo los he amado, siguiendo gran parte la forma que le había dado Jesús que todo el Evangelio podía condensarse en esa expresión: ámense unos a otros.
Y de esto hace dos mil años ¿no?, que no es uno y sin embargo el mundo sigue con guerras, sigue odiando, sigue sin perdonar, sigue haciendo todo lo que no es justamente ese mandamiento. Alguno dirá: no, pero si yo amo, sí, amás a tu esposa o tu esposo, amás a tus hijos, amás a tus amigos, pero eso es muy fácil mis queridos, quién no ama a los amigos, quién no ama a sus hijos, su familia, bueno, algunos no pero son la excepción, quién no ama a un amigo o a la familia, eso lo hace cualquiera, espontáneamente, instintivamente la madre está inclinada a atender a sus hijos, no solo los seres humanos sino hasta los animales ¿eh?, pero hay que probarse uno en ver cómo es posible incluso amar aquellos que nos desprecian, aquellos que no nos tienen en cuenta, aquellos que a uno lo destruyen de alguna manera, habría que probar si uno es capaz de hacerlo, porque como digo siempre el ser humano cree que todo está completo dentro de las paredes de su casa, cuatro paredes, bueno más de cuatro, pero la familia, él, su esposa, los hijos y estamos todos juntitos acá, nos queremos, salvo que alguno salga de paseo o lo que sea pero, mis queridos, que chiquitos si pensamos así es nuestro mundo ¿eh?, es un mundo muy pequeñito ¿mmm?.
Ahora, como yo digo siempre: el mundo no es pequeño, es pequeña nuestra forma de mirar, nuestra forma de atender, nuestra forma de ver quién llama a nuestra puerta para recibir una mano, un consejo, una palabra o un poco de azúcar y yerba. Tenemos que darnos cuenta que ese mundo tan pequeñito que tenemos ¿eh? no nos alcanza, no nos sirve, es demasiado poco, no nos alcanza para nada, ¿por qué?, porque los afectos, incluso hasta los afectos familiares a veces están en decadencia o a veces no se fusionan lo suficientemente bien pero no es por eso sino porque ese pequeño mundo donde estamos viviendo se agota ahí nomás ¿verdad?, pero quién es el que llama la puerta, quién es el vecino, quién es el que veo por televisión en el noticioso, quién es aquél otro que está muy lejos o no tan lejos, quiénes son esos seres, son personas, son nuestros hermanos y entonces; vos dirás: pero y ¿qué puedo hacer yo mirando un noticioso?, si hay problemas en una provincia lejana o en un país lejano, el solo hecho de hacer coincidir nuestro ser dándole alojamiento a ese ser lejano que veo por televisión cuando mi corazón está abierto para que ese ser entre, yo rompo los límites de mi casa y estoy dando cabida a un ser que no conozco su nombre, apenas su presencia a través de los medios de comunicación, pero hay algo fundamental con ese ser, que es mi hermano, ahí está la cuestión fundamental. Ese ser que se muere allá porque lo aplastó un escombro con una bomba que tiraron y todos los días en Pakistán, 30, 40 muertos, son tus hermanos y míos ¿eh?, y ¿qué pasa con nosotros?, ¿nos identificamos con ellos?, ¿pensamos un poquito en ellos?. Ustedes dirán: pero si no puedo hacer nada, sí, pero tu corazón puede aceptarlo como queriendo decir: a mí me duele, porque todo lo que le pase a cualquier hombre, en cualquier lado que sea, está comprometiendo mi propia humanidad, mi propio nombre. Cuando veo una injusticia, cuando me entero de algo que no está bien, que alguien padece por culpa de otro, estoy sintiendo que yo padezco también porque me solidarizo con ese ser que está padeciendo injusticias ¿ven?.
Por eso, no está completa ni por casualidad un amor que se refiere solamente que a los padres, a los hijos y algunos amigos, no, no, eso es poco y nada en comparación con todo lo que debería pasar entre nosotros.
Si esto fuera tenido en cuenta así nos daríamos cuenta que las cosas andarían por otro camino, además el Evangelio dice que nada hay tan grande como dar la vida por un amigo, ¿se pusieron ustedes a pensar?, primero, ¿tienen algún amigo?, porque una cosa es tener un amigo como aquél ser que está siempre disponible para escucharnos, aconsejarnos, guiarnos y a su vez es el ser que puede escucharme, que puede guiarme, etc. ¿no?.
Ahora, nosotros ¿daríamos un poquitito de nuestra vida por ellos?, no digamos toda la vida pero algo, no será que a veces cuando vemos que los amigos tienen problemas o están en peligro nos hacemos humo, nos borramos. Hay que pensar todo esto, primero, ¿soy digno de tener amigos?, y cuando digo soy digno ¿alguien puede confiarme algo, no soy un estómago resfriado que directamente me dicen algo y ya salgo a comentar a otro? ¿mmm?, ¿somos dignos de tener amigos?, y cuando los tenemos ¿seríamos capaces de sacrificarnos?, que no es sacrificio cuando está el amor de por medio ¿no?, no es sacrificio pero ¿estaríamos dispuestos a dar la vida por ellos?, no sé, yo les pregunto.
Fíjense ustedes que Maximiliano Kolbe, San Maximiliano Kolbe, un sacerdote que estaba preso de los nazis en la última guerra, me refiero a las dos guerras mundiales, la última, entonces él ve que un hombre, padre de familia, era llevado a la cámara de gas para matarlo y mientras lo llevaban él decía a los gritos: que pena, porque tengo seis hijos y esposa y ahora se van a quedar sin padre, porque más que él estaba prisionero pero se iban a quedar sin padre. Lo oye Maximiliano Kolbe, por supuesto Maximiliano Kolbe había sido un sacerdote franciscano que había hecho muchas cosas buenas pero en la prisión junto a todos los judíos ¿verdad?, oye eso y directamente sin dudarlo se dirige al guardia que llevaba a este hombre que tenía tantos hijos y le dice: ¿puedo pedirle un favor?, me imagino la mirada del guardia, dice: ¿no me puede llevar a mí a la cámara de gas?, y perdónele la vida a este hombre, yo no tengo ningún hijo, él tiene un montón y tiene esposa y el guardia le acepta, le acepta.
Maximiliano Kolbe muere en la cámara de gas que usaban los nazis para
terminar con sus enemigos.
Esto conmovió tanto al mundo que después de la guerra, no muchos años, San Maximiliano Kolbe, es decir Maximiliano Kolbe es elevado a los altares como Santo, porque si bien toda su vida había sido hermosa, esto de dar la vida por un hermano había colmado ¿no?. Ahora y fíjense ustedes que en la plaza de San Pedro cuando canonizan a Maximiliano estaba este hombre que él había salvado con su esposa y todos sus hijos y sus yernos y nueras oyendo al Papa que lo beatificaba, lo elevaba a los altares, todos estaban en la plaza de San Pedro, por eso, pasaron muy pocos años después de la guerra, bueno.
Maximiliano da la vida por un hombre, ahora en una situación semejante nosotros ¿qué haríamos?, hay que preguntarse a veces esto ¿no?, porque si bien no es tan fácil decir: doy la vida por alguien pero habría que preguntarse si no hay otras formas también de dar la vida, yo veo aquí muchas señoras que desde hace 30, 40 o más años están dando la vida todos los días para preparar la comida para su marido, para sus hijos, toda una vida, mañana, tarde, el café, merienda, almuerzo y cena, 40, 50 años o más, ¿quién lo reconoce?, a veces sí, la mayoría de las veces no, al contrario, se protesta cuando la comida no tiene suficiente sal o no está tan bien condimentada ¿mmm?, entonces pongámonos a pensar, hay muchas formas de dar la vida ¿mmm?, muchas, porque una cosa es hacer la comida con amor y otra cosa es pedir la vianda ¿no?, en todo caso el amor lo pondrá quien hace la vianda pero ¿eh?, bueno.
Entonces, también pienso en todos aquellos que muy de mañana parten a las fábricas o a cualquier lugar de trabajo ¿no?, y a veces de sol a sol sin venir a casa también están dando la vida, es decir, los grandes acontecimientos no se da solo en algunas personas, se da en muchísima gente pero depende siempre con la intención que se haga, porque a lo mejor esa mujer que hizo durante 40 años la comida vos hablás con ella y dice: sí, este mal tipo que es mi marido que me hizo trabajar siempre como una burra, eso es otra cosa ¿no?, una cosa es hacer bien la comida o lo que sea o limpiar o trabajar con mucho afecto, con mucho amor y otra cosa es hacerlo porque no tengo más remedio.
Cuántas cosas en la vida las hacemos porque no hay más remedio, y bueno, pero es así, y bueno que va a hacer, lo hacemos, es decir no hay solamente algunos ejemplos, hay muchos de los que dan la vida por los demás pero habría que hacer una distinción, una cosa es darlo por un familiar, por un esposo o por un hijo, una esposa y otra cosa es darlo por alguien desconocido o por alguien que de repente entra en tu vida, se involucra con vos y todo empieza a ser distinto.
Cuánta gente a veces se involucra con nosotros, es decir entra a forma parte de nuestra vida, ¿nos acordaremos siempre nosotros de esas personas?, ¿nos acordaremos realmente?, o ¿qué pasa con nosotros?, ¿es tan pequeñita nuestra forma de mirar?, no sé, cada uno tiene la respuesta si tiene una forma pequeña o grande de mirar, y ¿para qué en todo caso acordarse de los demás, para qué?, bueno porque surge espontáneamente el afecto cuando uno es una buena persona.
¿Qué pretende uno del ser humano?, ¿qué pretende Jesús?, que seamos buenos tipos, buena gente ¿eh?, no falsos, te digo una cosa y después hago otra, te doy mi palabra y después te falseo, no, eso no es ser buena gente, buena gente es el que dice blanco y sostiene que esto es blanco, buena gente es aquél que bueno no es infiel con aquellos que lo aman, que no paga mal por bien, buena gente es todo ser que de una u otra forma está al servicio de los demás, no sé para qué, para cualquier cosa, para cuando haya necesidad.
Eso hay que preguntarse porque sino nos preguntamos eso y no nos respondemos eso es posible que nosotros no hayamos entendido nada de lo que es el Cristianismo ni quien es Jesús, nada, entonces nosotros venimos al Santuario, todo muy bien, venimos con el propósito de sanar de una enfermedad, es decir, cuando las cosas aprietan parecería que cambia, que uno ya no es autosuficiente, es decir que no lo puede solucionar todo, que necesita de alguien que sea superior para solucionarlo. Cómo es, incluso nuestra relación con el Señor, ¿una vida de trueque?, donde por un Rosario dicho medio bostezando ¿no es cierto?, lo cambiamos por una familia normal o por una enfermedad que tiene el nietito ¿no?, no, eso es trueque, los cristianos estamos muy acostumbrados a hacer trueque, tres Padrenuestro por un dolor de muela, cuatro Ave María por un dolor de rodilla, Señor o hago una promesa y me voy caminando hasta no sé dónde ¿verdad? para que me des tal cosa, eso tampoco es conocer al Señor, porque si yo le digo: Jesús estoy enfermo de cáncer ¿verdad?, ¿me sanás?, bueno, basta, no hace falta que yo vaya caminando en peregrinación no sé adónde, valoro a quien lo hace porque si le sirve hacelo pero la cuestión es ésta, cuando uno le pide al Señor: quiero, necesito esto, ya tiene que pensar que Él se lo concedió, si vos creés que Él te pone condiciones para eso: ¿seré mal tipo yo que no me escucha el Señor?, no, no sos mal tipo, sos una persona que no conocés cómo es el verdadero amor, así de simple. Cuando le preguntás a tu esposa sobre algo y ella te lo dice ya está, si vos la amás y le tenés confianza ya sabés que lo que te dijo es cierto, bueno, por qué con el Señor hacemos trueque, yo no quiero analizar la conducta de nadie pero muchos de acá dentro vinimos al Santuario para hacer un trueque: y tengo que ir a pedirle al Señor que me mire porque las cosas no están bien, y sí, voy a tener que, no, no.
La relación con el Señor debe ser una relación de amigos, una relación de hijos con su papá, tiene que ser una relación de compañeros, la palabra compañero quiere decir el que come el mismo pan, si yo digo: Señor, ten compasión de mí, estoy diciendo: Señor, compartí esto que me pasa, con pasión, con junto, pasión sentir, entonces sentí Señor lo que me pasa, me duele esto o mi hijos tal cosa, pero que esa pregunta, que ese pedido sea una forma que uno tiene para relacionarse con los amigos, necesito Señor que esta biopsia me de bien, lo necesito Señor, bueno, entonces me desprendo de la idea de qué va a pasar con la biopsia: Señor, yo confío en que va a dar bien, punto, si yo confío que va a dar bien el Señor la hizo dar bien ya, pero si yo estoy dudando: y bueno, si me da bien voy a ir en peregrinación o voy a ir de rodillas, no, no, no, otro debe ser el trato con el Señor, si te sirve peregrinar hacerlo, sos dueño, pero la relación con el Señor es diferente, yo confío en vos, punto, se terminó.
Ustedes vieron que la expresión que hay debajo del Señor de la Misericordia es: Jesús en vos confío, listo, está todo dicho, pero eso de, yo le digo: bueno, estás sano, el Señor te sanó, y como quien no quiere la cosa dice: ojalá, cómo ojalá, puede ser, pero ponete a llorar de alegría, porque si el Señor te dijo que estás sano estás sano, no me digas ojalá, puede ser que sea así, ¿o vos querés seguir teniendo las enfermedades?, ¿o a vos te gusta que tu cáncer siga avanzando?, ¿te gusta morirte?, porque la forma en que uno trata al Señor parecería que sí, o bien: si, usted dice esto pero el médico, decime: tenés algo que no funciona bien, porque una cosa es aquél que maneja remedios, hace diagnósticos, santos varones que nos ayudan con la salud, claro, que sí, pero cuando empezamos la relación con el Señor cambia totalmente, ya no es aquél que se maneja como uno razonando a ver qué remedio poner, no, es el Señor, aquél que construyó, creó, hizo todo en el universo, todo, ese ser se va a arrugar cuando yo le pida: sáname el cáncer.
Se dan cuenta que estamos totalmente desubicados en la relación con el Señor y además es una prueba de falta de amor, necesito que me sanés Señor, mirá si vos me sanás yo, no, no, no, necesito que me sanés Señor, porque la palabra necesito no es quiero que me sanes, eso es soberbio, yo quiero, pará, necesito Señor la sanación. Lo mismo que yo digo cuando vas a pedir un crédito al gerente del banco ¿vas con prepo, abrís la puerta o la cerrás de un portazo?, noo, te ponés amable porque sabes que sino no vas a conseguir nada, pero escuchame, mucho más con el Señor ¿eh?, dador de todo bien, el que nos creó, el que nos alienta, nos sustenta, nos da vida en abundancia ¿mmm?.
Pero yo no sabía esas cosas alguno está diciendo por dentro, pero ¿quisiste aprenderlas alguna vez?, ¿fuiste de tu párroco, de tu director espiritual para que te enseñara?, o fuiste y escuchaste la Misa y te fuiste a casa y después a tu vecina le escupiste en la cara y a tu marido no te mostrás generosa por las noches en la cama, comulgá Señor, cuánto te amo, pero ¿y tu marido, que se pasa en vela, porque vos decís que no, porque no sé que te agarró?, no, estamos confundiendo todo, se nos han mezclado los líquidos y tiene que llegar un momento en nuestra vida que tenemos que mirar las cosas de una forma diferente. Hoy nos propone el Señor: el que confía en Mí tendrá la vida en abundancia, el que me ama a Mí es lo mismo que amar al Padre y el Padre me ama a Mí y te ama a vos, todas expresiones del Evangelio de hoy, no me he salido en absoluto en las comparaciones ¿eh?, bueno.
Entonces, ¿cómo estamos nosotros en este momento en nuestra vida?, en este momento algunos están pensando: sí, pero mi vida fue medio difícil porque sufrí injusticias, padecí, yo tengo mucha bronca por dentro, no se me dieron las oportunidades, me trataron mal, pero eso está en el pasado y de hoy en más ¿qué?, ¿es posible que vivas masticando un pasado que ya no es y no podes remediar?, sí, pero como el Señor me va a hacer caso a mí que hice 4 abortos, bueno, bautizá esos chicos, hacelos ir a la Luz y decí: Señor, tu Misericordia alcanza para todo, ¿o acaso no lo dijiste aquí más de cien veces?, antes a Santa Faustina en Polonia y luego siguiendo los Mensajes de Faustina, Santa Faustina aquí, cuántas veces dice el Señor que Él incluso antes de hacer las macanitas que hacemos ya las había perdonado, Él vive en un continuo presente y lo ve todo ¿mmm?.
Entonces, no es pretexto eso de decir: yo hice demasiado cosas, no merezco el favor del Señor, o bien de la otra forma: ¿por qué tiene que pasarme esto a mí?, ¿soy un mal tipo acaso?, nadie dijo que sos un mal tipo, lo que ocurre que en la vida nos va de una manera, a vos te tocó esto, al otro otra cosa, pero no es que el Señor te mandó esto ni para probarte, ni para castigarte porque fuiste medio jodido en algún momento de tu vida, no, no, Él está allí siempre disponible para darte lo mejor, y sí pero a mí me mataron un hijo o mi hijo se murió joven, ¿qué hice yo de malo para que pasara eso?, no, no, vos no hiciste nada de malo, pero no te la tomés con el Señor, porque en la vida te va de una manera, si a tu hijo lo mataron en un accidente quiere decir que alguien usó mal su libertad, iba demasiado rápido y lo pisó ¿verdad?, bueno, habrá que pagar las cosas humanas... (se dio vuelta la cinta)…, Sagrada Escritura, sobre todo en la Epístola de Santiago, en la Epístola de Pablo, en el Evangelio, Jesús no pone piedras en el camino, Jesús no castiga, está siempre disponible para perdonar y aquí no pasó nada ¿mmm?.
Que las cosas que nos ocurren en la vida son muy duras, y sí, claro que sí, y a veces uno protesta también, quien lee los Mensajes que desde hace 14 años, aquí el Señor y la Madre están todos los días, un día le pregunto: Señor, desde que tengo uso de razón te estoy sirviendo pero la verdad que no fuiste muy generoso conmigo, porque yo le hablo así directamente como les hablo a ustedes, no fuiste muy generoso conmigo ¿eh?, porque las pasé Señor y entonces la pregunta así, está en los Mensajes, pueden leerlas, allá por el año 98, 99, 98, y le digo: bueno Señor, ya que estamos hablando de esto señalame por lo menos en mi vida dos minutos de felicidad, Jesús estaba sentado en la mecedora que hay en mi biblioteca, se levantó y se fue, cuando vuelve a la noche me dice: hoy no te contesté porque no los encontré los dos minutos de felicidad en tu vida, a mí no me quedó otra pregunta, no, dije: bueno, me va en la vida de una manera, por qué te voy a reprochar Señor. O una vez por ejemplo me tenía muy abrazado y a mí se me ocurrió algo, abuso de confianza y digo: Señor, podrías sacarme esto de arriba, un problema que yo tengo en cuanto a mi salud, y me dice: no, con Mi Gracia te basta, nunca más se lo pedí, nunca más, con Mi Gracia te basta.
Entonces, ¿para qué cuento estas cosas, para ponerme de ejemplo?, por favor, les estoy contando cómo me va en la vida y que ninguno tenemos derecho a reprocharle al Señor que tenga en cuenta nuestro sufrimiento porque, ¿a Él se lo vamos a decir que murió en una cruz, derramó su sangre por nosotros, sufrió lo indecible?, ¿a Él le vamos a reprochar que estamos sufriendo, a Él?, somos desubicados entonces, porque Él dio testimonio de lo que decía, dio la vida por sus amigos, Él los consideró amigos, lo dice el Evangelio de hoy vieron, bueno y entonces derramó su sangre por sus amigos.
Tenemos que pensar esto, el Cristianismo y Jesús ¿no es cierto?, trae la buena noticia del Evangelio para que no nos llamemos a engaño, trae la Buena Noticia, la felicidad que todos tenemos que tener porque cuando decimos que se haga su voluntad es la voluntad de Él es que seamos felices, pero seguir a Jesús también es tener una espina clavada adentro y una espina que a veces puede durar toda la vida, o momentáneamente o mientras un cáncer nos esté comiendo, no sé, hay montones de formas diferentes, pero la Buena Noticia no es solamente Buena Noticia es también algo, aprendan de vuestro Maestro, como dice el Evangelio de hoy ¿mmm?, nosotros ¿queremos ser superior a Él y no sufrir nunca?, ¿sabemos aprovechar el sufrimiento?, ¿tomamos al sufrimiento como algo que nos redime de muchas cosas y muchas veces nos hace enderezar el camino que llevamos mal?, pero no porque el Señor lo quiera, Él aprovecha lo que nos pasa para enderezar nuestra vida ¿verdad?.
Por eso, toda la felicidad quiere el Señor, hágase tu voluntad decimos en el Padrenuestro y la voluntad de Él es que seamos felices pero esa Buena Noticia del Señor además es una espina clavada y eso lo decimos entre los seres humanos y lo decimos también en nuestra relación con Dios, quién ama sabe que el amor, la mayoría de las veces es sufrimiento y sino díganme las mujeres: ¿no parieron sus hijos con dolor?, ¡y qué dolor!, después se olvidaron porque el niño sonrió, está sanito y todo está bien, pero ¿no los parieron con dolor?, y qué dolor, ¿no lo llevaron nueve meses angustiados por no sabe qué pasaba, incluso estaban jugando la vida y la muerte?, bueno, ¿ven?, esos es fruto del amor, ese amor que tenés con tu esposo o tu esposa lleva en sí una cuestión importante, esa espina clavada adentro, clavada y que a veces dura toda la vida, ¿por qué?, porque el amor es un amargo ejercicio. La madre tiene 5 hijos, están todos sanitos, bien, pero por las noches se levanta sin hacer ruido, se asoma a la pieza de los chicos para ver si todos respiran bien, tiene temor, un poquito de temor, ¿por qué?, y porque si en una de esas está enfermo, si en una de esas tose, si en una de esas se resfrió, si en una de esas tiene muerte súbita, no sé, pero la madre siempre tiene temor. Por eso, el amor es dolor, siempre el amor es dolor y sino que me lo digan los hombres que trabajan de sol a sol para llevar el dinero a su casa para que sus hijos coman y para que tengan lo esencial ¿verdad?, que a veces los hijos no pagan bien, ya lo sé, pero hay que preguntarse también cómo fueron criados, porque algo está fallando, si un hijo es desconsiderado con sus padres, por supuesto que una oveja negra puede aparecer en cualquier familia pero habrá que preguntarse cómo fue criado para que me pague tan mal, a veces uno no tiene culpa pero las compañías, las cosas, la vida, etc.
Entonces, entendamos al Señor de la Misericordia, Él es todo amor, todo perdón y la promesa de una vida preciosa, pero eso no quita que al vivir en la Tierra, en este valle de lágrimas hecho por nosotros y no por el Señor, donde nos peleamos por las herencias que nuestros padres dejan, pensamos con el corazón en el bolsillo cuando hay que repartir algo ¿eh?, ¿o no?, ¿o no? ¿eh?, bueno, entonces ¿qué está pasando?, estamos viviendo mal, habrá que hacer algo para empezar a vivir bien, confío en mi mujer, pero ¿y si me engaña?, pero caramba, si te engaña bueno te engañará, te buscás otra, hacé que otra te ame, pero no andés malquistando en la vida por si acaso como ella es linda y alguno se va a fijar en ella, no querido, o al revés el esposo a la esposa.
El amor es confianza, el amor es fidelidad, el amor da sin esperar, el amor todo lo puede, San Pablo en una de las Cartas dice, en las Epístolas, dice: si tuvieran toda la ciencia del mundo, si tuvieran todo el oro en el mundo, si tuvieran todo el imperio, si tuvieran todo, todo, todo y les faltara amor, no tienen nada, no tienen nada. Es en gran parte la síntesis del Evangelio de hoy: ámense unos a otros como Yo los he amado, punto ¿eh?.
Entonces, estamos aspirando a tener la Buena Noticia del Evangelio de este Dios que se encarna en María, vive unos cuantos años y muere en una cruz por nosotros ¿verdad?, pero además de Buena Noticia el Cristianismo también es una espinita clavada dentro de nosotros o espina directamente, ¿por qué?, porque quien ama sufre, no es porque le fallen, no es porque, sino directamente el amor está pegado al sufrimiento, ¿por qué?, porque uno lo que ama tiene miedo de perderlo. ¿Cuáles son las palabras entre dos enamorados?, no me vas a dejar nunca ¿no?, no me vas a dejar nunca, y si yo estuviera inválida en una silla de ruedas y ya no serviría tanto como mujer ¿me dejarías vos?, ¿o no son esas las preguntas que se hacen los que están enamorados?, siempre tienen miedo de perder el amor que tienen, es natural a la esencia del hombre, cuando uno tiene algo quiere algo lo quiere para uno ¿verdad? y eso que quiere para uno anda con temor que alguien se lo quite o lo pierda, y si vos te enfermaras y yo quedo sola ¿qué hago?, y si vos te enfermás y yo quedo solo ¿qué hago?, ¿cómo es mi vida a continuación?, ¿no son esas las preguntas que se hacen siempre?, o sino no se las hacen las piensan y, pero tantísimas por el estilo ¿mmm?, me cansé de amarte, ¿será así o nunca me quisiste para nada?, ¿te cansaste ahora, por qué, porque tengo unos kilos demás, algunas arrugas y unos cuantos rollitos que ya no me podes llevar y mostrarme en malla?, entonces quiere decir que lo tuyo era una buena calentura y no era afecto porque estabas enamorado o me querías con un cuerpo de mujer preciosa, de modelo.
Entonces, siempre el amor es también dolor, no lo olviden y no se lo reprochen a nadie ni al Señor, porque Él nos trae la Buena Noticia pero la Buena Noticia está también en, además de ser muy feliz de saber afrontar en la vida aquellas cosas que no son fáciles. Nos amamos como me dicen algunas parejas, tanto, pero hace siete años ya y no podemos tener ningún hijo, nuestro amor se tambalea ya porque, ¿cómo, tan poco era que se tambalea porque no puede venir un hijo?, ¿han hecho todo lo posible?, ¿se lo han pedido al Señor que bendijera a ese matrimonio con un hijo?, ¿se lo han pedido?, acá dentro hay seis parejas en esas condiciones ¿eh?, no estoy hablando porque sí, seis parejas hay que están en esas condiciones, algunos ya abandonaron el deseo de tener pero otros todavía tienen ganas, no teman, no miro a nadie, miro al suelo.
Ahora, entonces Jesús nos trae el amor completo, ese amor que si no lo tenemos no valemos nada ¿eh?, porque todo el oro del mundo, todas las propiedades del mundo, toda la riqueza, toda la belleza, todo, si no tenemos amor no pasa nada, absolutamente nada, todo lo demás es paja, que se quema con cualquier fuego.
Entonces, entendamos el Mensaje del Señor de este Evangelio: nada hay tan grande como dar la vida por un amigo, pero eso duele también, yo lo amo a este ser porque es mi amigo, pero me cuesta hacer mucho por el porque estoy también sacrificando a mi familia, a mis seres queridos, entonces ¿nos hemos educado, o nos hemos puesto a conversar qué podemos hacer por los demás y todas las consecuencias que eso puede tener?, no, todo es muy fácil chicos cuando uno está calentito ¿no?, cuando se tiene pocos años, pero cuando empieza a pasar el tiempo aparece un niño dawn o aparece un niño micro cefálico o aparece, ahí ya el amor se viene abajo, cuántos dejan su hogar, maridos, cuando nació un niño así, pero fija