Entonces Jesús no solo tenía autoridad para hablar sino que su autoridad era para sanar a los enfermos, para expulsar a los demonios, para resucitar a los muertos, para decirle a todos los hombres, especialmente los que están en la cuneta de la vida, es decir los que menos tienen, menos pueden, menos todo, que han vivido siempre en la injusticia, el Señor también tiene autoridad para decirles: tu vida va a mejorar porque Yo estoy de tu parte, ¿se dan cuenta?. Oración del 01 de Febrero de 2009
Habla Artemio:
Como todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, Amén.
Vamos a alabar al Señor, número 10: yo tengo un barco que navega por el mar…. Ahora vamos a escuchar como una forma de alabanza al Señor, todos aquellos que quieren dar testimonio por todas las cosas buenas que el Señor les ha regalado, por allá sé que hay una señora que lo quiere hacer… (una señora da su testimonio: buenas tardes hermanos, que el Señor los bendiga a todos y que puedan ser bendecidos como yo fui bendecida. Yo hace 9 años que vengo a este lugar compartiendo con Artemio, con Jesús, con María y con el Espíritu Santo y con todos los que están en este lugar, que vienen y descienden. Yo todos estos años he recibido un montón de bendiciones, primero me sanaron de las tiroides, segundo, un golpe que me di en el lumbar, también me sanó, me sanó de un cáncer en el pecho, me acompañaron en todo ese trance que uno tiene de las angustias, de los dolores, todo eso, sentí realmente la presencia, el amor, la Luz, un montón de cosas hermosas, porque cuando yo me enteré que tenía cáncer le dije a Jesús: Jesús si tu me necesitas aquí me sanarás y si me necesitas allá arriba aquí estoy. Cuando me dijeron: tu tienes la posibilidad de sanar, vine aquí de Artemio y me dijo: confía en el Señor que el Señor te va a sanar y aquí estoy, todavía no hace un año y ustedes me verán, estoy bien fuerte ¿eh?. Le doy tantas gracias porque puedo decírselos, puedo compartirlo, esa es una y la otra vez pasada estaba sentada ahí adelante y empecé a tener un fuerte dolor en mi cervical y pasé al frente y le digo a Artemio: ay como me duele la cervical Artemio, noo, Jesús te sanó, movela me dice la cabeza y Gloria a Dios no me dolió nunca más. Bueno aquí viene otra bendición, yo hace veinte días vine a este lugar porque mi marido tenía un cáncer fulminante, hermanos, Artemio me dijo: él está muy mal, vamos a pedirle a Jesús y a María que hagan una sanación sobre ti. Hermanos, mis queridos, el lunes fuimos a sacar una ecografía y mi marido no tenía cáncer, el martes fuimos a sacar los análisis, 14 análisis le sacaron y no había nada, todo estaba perfecto. Mi marido el domingo no podía hacer media cuadra y el miércoles salimos a caminar e hicimos 1 kilómetro juntos. Estas son las maravillas que hace el amor, el confiar, el amar y darle todo y entregarse todo al Señor, confía, Jesús nos ama, ¿y nosotros qué podemos hacer?, amarlo, servirlo, hacer todo lo que podamos hacer al alcance nuestro, yo estoy aquí, Jesús, María para servirles a todo aquél que le haga falta y para poder compartir y darle aliento a todo aquél que está pasando un trance difícil, solamente confiar y amar. Los quiero mucho, un beso a todos)… (un señor da su testimonio: hola, buenas tardes a todos, yo empecé a venir acá hace no mucho por alguien que me comentó que estaba esto en esto Templo, que Artemio hace sanaciones a través de un milagro que recibió para esto. Me encuentro con mi padre muy enfermo, vengo primero por mí, le comento a Artemio lo que pasaba, esto fue en diciembre del 2008. El 17 de diciembre mi papá va para hacerse punzar el hígado para una biopsia y le hacen de nuevo resonancias al hígado mientras que tenía un estudio hecho de endoscopía superior y por debajo en la cual diagnosticaban varias enfermedades también. El 19 el médico, el 19 de diciembre por supuesto el mismo médico que lo está atendiendo se encuentra con una sorpresa, en los nuevos estudios mi padre se encuentra sano gracias a Dios, gracias a Artemio que lo cura de acá y yo le estoy dando las gracias hoy a Él y a usted y al Señor junto por todo lo que ha hecho por mi padre. Mi tía tenía osteoporosis en la cervical y en la vértebra de la columna, se encuentra muy bien, anda bien, la hernia de hiato se curó, está bárbara. Gracias Artemio, gracias Dios, gracias Jesús, gracias a todos)… (otra señora da su testimonio: hola, buenas tardes a todos, soy de Santa Fe, Sancti Espíritu, Departamento General López, llegué aquí por amigos que me guiaron, me dijeron que tenía que venir a este lugar, yo no sabía que existía Justiniano, no sabía que existía todo esto, esta maravilla que tenemos, bueno vine el 02 de abril de 2008 por primera vez, después de haber pasado un montón de cosas, de padecer cáncer de mama, de pasar todos los estudios, todas las quimio, los rayos, todo y bueno Jesús en los rayos, en las quimio siempre estuvo a mi lado, en los rayos ni hablar porque le imploré tanto, le pedí tanto que me ayudara y me diera fuerza porque era terrible para mí todo, le pedí que me quemara la enfermedad pero que no me dejara quemar la piel porque Él sabía de los dolores, de los ardores y de todo, bueno que me ayudara. Se los garantizo que no me dejó quemar la piel, era increíble, mis compañeros que viajaban conmigo no lo podían creer, que estaba tan bien, que me decían: ¿cómo hacés?, y yo entro y rezo, pido, imploro y Él no me deja quemar, vieron como estoy y ellos me decían que no podía ser, y yo le decía que era cierto, que era así, que yo no les mentía porque Dios estaba conmigo en una lucecita que yo invocaba, en la cama de rayos que me ponían y yo lo miraba a Él ahí, en esa lucecita lo ponía a Él así que Él no me dejaba quemar a piel. Y así lo pasé, bueno, después de todo eso me dieron las drogas que dan después de rayos y quimio, fue más tortura que todo lo demás. Y bueno un 19 de febrero de 2008 me paré y quise apoyar los pies en el piso, era imposible, me dolían, todo, me paré y digo: basta, hasta acá llegué, no doy más, me paré frente a Dios y le digo: ayudame, no voy a tomar más nada, no quiero más nada, lo único que necesito es que me ayudes a vivir de tu mano y juntos, los dos y sino contigo Dios mío, contigo, allá que voy a hacer la mujer más feliz de la Tierra. El 19 de febrero de 2008 hasta hoy no tomé nunca más una droga, nunca, aquí me ven, el miércoles éste llevé todos los estudios, todo lo que me pedían los médicos lo volví a hacer los controles, no tengo nada, pero nada, los médicos no saben en este momento todavía que yo no estoy tomando las drogas, acá me ven. El 02 de abril cuando llegué acá y le comenté a Artemio de que llegaba por primera vez, de qué es lo que tenía y me dice Artemio: no tenés nada, estás sana y yo corrí la cabeza de él y lo miré a Jesús y le dije: gracias Dios mío, vos me sanaste, vos me sanaste, o sea que no tengo más que palabras de agradecimiento para Dios, para nuestro Padre, para María, para Artemio que me puso del todo en esa fuerza y esas ganas de seguir luchando y creyendo en Dios y poniendo todo lo positivo, la buena honda, todo, todo lo mejor, lo mejor, porque la verdad chicos, creer en Dios es lo único que nos va a salvar, Él nos hace todo, todo, todo, pónganse en manos de Dios, crean en Dios, abracen, protéjanlo, pídanle, implórenle que siempre los va a escuchar, siempre, se los garantizo que se los va a escuchar pero a mil, a mil, a mil. Gracias, gracias Artemio por ayudarme a hacer todo este paso, gracias por tener esto que nos brindás todos los días, gracias por escucharnos aunque estemos en la distancia porque yo desde mi casa nombro a Jesús y a María y te nombro a ti para que nos sigas ayudando todos los días a levantarnos. Gracias de corazón)… ¿alguien más quiere hablar?, bueno.
5, como una forma de agradecimiento decimos: sonríe que Jesús te ama…. Número 12 dice, confiando en el Señor como veíamos recién en esos testimonios, que otra cosa podemos hacer que aquellos que están enfermos, en un mal momento, con problemas, tenemos que cantar: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo….
Bueno, es cierto, no puede uno estar triste estando en la Casa del Señor sabiendo que el Señor aparece aquí por supuesto, desde hace ya 14 años en el mes de Marzo, el mes que viene 10, 14 años pero si uno no ve eso sabe que ahí a mi izquierda está el Sagrario, por eso hoy me llamaba mucho la atención que hablaran tanto acá dentro, yo pensaba desde mi casa: ¿no tendrán nada que pedir estas personas?, que hablan tanto y se aturden hablando y no solo eso sino que no se deja que los demás puedan concentrarse, Jesús está ahí en el Sagrario, ustedes cuando van a cualquier Iglesia ¿también hablan tanto?, no me parece bueno ¿no?, cuando van a una casa porque están invitados por alguien, en este caso por el Señor, están invitados por alguien ¿hablan de cualquier cosa a los gritos o atienden al dueño de casa? ¿verdad?, bueno, y aquí pasa lo mismo, no seamos descorteces con el Señor ¿eh?. Es decir, uno ansía tanto que sobre uno esté la mirada del Señor, eso uno lo desea con tanta fuerza: el Señor me miró y ya nada es igual, nada, el Señor me miró, es ese mismo Señor que cuando empezamos a vivir en la panza de mamá nos miró a los ojos y nos llamó por nuestro nombre, es ese mismo Señor que lo tiene a cada uno de ustedes en cuenta para sanarles, para darles, para protegerles, para todo, por eso los trajo, si ustedes creen que vinieron porque si no, el Señor los trajo.
Entonces, en este Templo o en cualquiera, sean respetuosos del Señor ¿eh?, hay mucha gente que ya tomó la costumbre de descalzarse en el Templo, que hermosa costumbre ¿no?, porque es una tradición bíblica que en los tiempos de Moisés cuando entraban en la zona del Santuario todo el mundo se sacaba el calzado, a veces uno no lo hace por comodidad o porque tiene miedo de resfriarse pero es muy útil eso ¿eh?. Y además directamente tocar con nuestra piel el lugar donde vive el Señor, hizo del lugar su Casa, que importante que es eso. Para el que no lo sabe el 10 de Marzo ya hace 14 años que Él viene todos los días junto con su Mamá, viene, permanece con nosotros, el que pasa temprano por la calle ve que la Madre está en el jardín, lo mismo que Jesús, siempre al amanecer, la Madre mira las flores, las toca, las cuida, mira aquellas ramas que fueron cortadas el día anterior porque viste, las personas a veces se llevan gajos ¿no?, y la Madre con dolor toca los tronquitos cortados, todo eso desde hace 14 años, toda una vida ¿o no es así?, piensen en un hijo de 14 años, dice: cuánto tiempo pasó, y en esos 14 años mis hermanos el Señor dio tantos Mensajes que más o menos ocupan unas veinticinco mil hojas que están por internet y además en los libros que aquí están para que se lleven ¿no?.
Ahora, que pena es que el Santuario no sea tan conocido ¿no?, ocurre que a veces como se les quita el trabajo a los curanderos ¿no?, entonces ocultan esto porque ellos pierden su sustento, pero mis queridos, que yo sepa el Señor no recibía nada a cambio por las sanaciones, ¿por qué lo va a hacer uno ahora?.
Cuando vean que alguien está cobrando es porque es alguien que te está viviendo ¿eh?, digo esto, no hace mucho que lo dije, pero digo esto porque acá dentro mirándolos he visto por lo menos que hay 60 personas que van de curanderos, que pena mis hermanos, no saben lo triste que es llevar el demonio a la casa en vez de llevar al Señor, que pena, a través de cartas, macanitas, caracolitos y otras cosas y por eso se paga mucho ¿no?, que dolor, cómo me duele todo eso ¿eh?. Justamente cuando empieza la reunión, siguiendo una costumbre que tenía Jesús yo paso y los miro profundamente a los ojos para saber cómo tengo que hablar, a quién me estoy dirigiendo y a todos, no porque quiera meterme en vuestras vidas sino por una razón muy simple, de que uno los ama, por eso se interesa en qué es lo que tienen, qué es lo que les pasa, de dónde vienen, en qué caminos oscuros o de luz andan ¿verdad?, bien.
Entonces, piensen: estamos en un lugar donde el Señor y su Madre, único lugar en el mundo, se los dice la hojita esa del agua, único lugar en el mundo, en Medjugorje también cada tanto aparece, la Madre, pero Jesús es el único lugar en el mundo. Esto se los digo ¿por qué?, para que tengan mucha confianza por haber venido a su Casa, a la Casa del Señor. Él por eso les asegura que no se van a ir como vinieron, ¿por qué?, si los trajo es porque quiere darles muchas cosas, tal vez ni ustedes saben todo lo que necesitan para ustedes, para vuestros hijos, nietos y más, cuántas cosas, una de ellas que parece tan simple y que las personas se sienten tan mal, siempre los matrimonios cuando la mujer está embarazada dice: con tal que sea sanito, con tal que nazca bien, con tal esto, con tal lo otro ¿no?, y Jesús dijo ya en el año 95 que hicieran correr la voz de la necesidad de sanar la herencia de las personas porque la mayoría de esas enfermedades o de esos estados así tan tristes con que nacen algunos, hecha la sanación de la herencia y creyendo que eso está es suficiente para que no nazcan chicos enfermos. El Señor tiene previsto todos, lo que pasa que a veces los seres humanos no queremos escuchar, es una lástima, porque cuando un niño nace enfermo, dawn o lo que sea los padres sufren toda la vida, es una pena ¿no?, pudiendo eso remediarse.
Bueno, vamos a escuchar la palaba ahora, la palabra del Señor es palabra de vida eterna, es la que realmente sana nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestra vida espiritual, la palabra del Señor es la que nos ubica en el tiempo y en el espacio.
Déjenla entrar a vuestros corazones para sentir dentro de ustedes cuánto los ama el Señor porque quiere ofrecerles toda su gracia o sus milagros para que estén bien, Él no quiere que sufran, no quiere que nadie diga: mi cruz es muy pesada, ya de por sí la vida nos da una cruz pesada por tantas cosas, a veces la cara es una cruz para algunos ¿no?, bueno.
Entonces, Él quiere que nuestra cruz sea lo más liviana posible, por eso Él jamás castiga, ni pone pruebas ni nada, la vida nos pone prueba, la vida es la que nos devuelve las macanitas que uno hizo ¿eh?, bien. Para prepararnos mejor para recibir la palabra vamos a decirle al Señor que envíe su Espíritu Santo, que es Dios también, para que llene nuestro corazón de expectativas, de ansiedad para escuchar lo que Él dijo ¿eh?, entonces decimos: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Muy bien, hoy es domingo 01 de Febrero, vamos a ver qué Santo es el Santo de este día y nosotros pensemos que mañana empieza la semana qué vamos a hacer con nuestra vida, ¿va a seguir como hoy o va a estar llena de alegría, de gozo o de tantas cosas?, depende de nosotros ¿eh?, es decir de nuestra fe para enfrentar todas las cosas para que todo lo nuestro cambie, alguno me dirán: pero si yo tengo fe por qué no me sano o lo que sea, habrá que preguntarle al Señor por qué Señor pasa esto ¿eh?, o todavía no dejé que llegara hasta mi corazón porque a veces uno cree que está cerca del Señor pero tal vez no, ese ya es problema de cada uno ¿no?. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Evangelio de este domingo 01 de Febrero es de Marcos, capítulo 1, de los versículos van del 21 al 28, es un hermoso evangelio, una hermosa palabra del Señor que vamos a escuchar con nuestro corazón bien abierto ¿eh?: “llegaron a Cafarnaúm , Cafarnaúm era una ciudad, y Jesús empezó a enseñar en la Sinagoga, la Sinagoga es el Templo de los judíos, durante las asambleas del día sábado. Su manera de enseñar, dice el Evangelio de Marcos, impresionaba mucho , la gente se sentía muy impresionada por su forma de enseñar, porque hablaba como quien tiene autoridad. No hagamos ruiditos porque la gente se distrae, cuidemos a los chicos para que la gente no se distraiga. Su manera de enseñar impresionaba porque hablaba con autoridad , es decir, cuando Él hablaba lo escuchaban porque su palabra tenía peso ¿mmm?, esa palabra era distinta a la palabra que usaban los sacerdotes del Templo, los maestros de la ley. Jesús entonces entró en aquella Sinagoga y vio allí a un hombre que estaba en poder de un espíritu malo, y se puso a gritar: ¿qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret?, ¿has venido a destruirnos?. Yo sé que eres el Santo de Dios. Jesús le hizo frente con autoridad y le dijo: cállate y salí de acá. El espíritu malo revolcó al hombre en el suelo y lanzó un grito tremendo, pero luego salió de él. El asombro de todos fue tan grande que se preguntaban unos a otros: ¿qué es esto?, una doctrina nueva, y ¿con qué autoridad habla este hombre?. Miren como da órdenes a los espíritus malos y estos le obedecen. Y así fue como la fama de Jesús se extendió por todo el territorio de Galilea” . Esta es palabra del Señor ¿eh?, te alabamos Señor y te damos gracias.
Que precioso es el Evangelio de este día y nos hace a nosotros reflexionar mucho sobre esto de hablar con autoridad, es decir, la palabra nuestra, porque eso nos está queriendo decir el Evangelio tiene que tener peso, ¿a que se refiere con esto?, a que cuando uno dice blanco, es blanco, cuando uno dice negro es negro, es decir, que la palabra de uno sea creíble ¿verdad?, pero más todavía, hay algo dentro de las personas, en este caso de Jesús ¿no?, que hacía que sus palabras convencieran. La palabra convencer viene de la relación de dos palabras, con junto y vencer triunfar, vencer junto, convencer no es lo mismo que imponer, imponer es decir: escuchá esto, atendé esto, convencer es llegar juntos a una conclusión, vencer juntos ¿eh?, bueno. Entonces su palabra convencía porque tenía peso, uno a veces cuando mira programas de televisión o escucha a algún político o a un artista o a cualquiera uno se da cuenta enseguida si lo que dice lo dice con autoridad o lo dice porque lo dice, cuando lo dice porque lo dice uno cambia de canal ¿no es cierto?, porque ya, otro mas, ya está ¿no?.
Es decir, todos tenemos el sentido común para darnos cuenta si el que nos habla tiene autoridad para hablar o no, traigo dos mil años desde atrás del Evangelio hasta el día de hoy para que el Evangelio nos sirva hoy a nosotros, no podemos entretenernos con dos mil años atrás, el Evangelio siempre es actual y tiene que ser una respuesta a cada una de las cosas que estamos viviendo, eso si la palabra de Dios es así tiene autoridad con nosotros ¿verdad? y nos va a convencer sino no, sino no.
Cuando un padre le habla a un hijo o un hijo a un padre ¿no?, uno se da cuenta si esa palabra tiene autoridad, yo veo por ejemplo ahí cuando los chicos hacen cualquier cosa los padres dicen: vení nene, vení, no hagas eso, dejá, no, no hagas eso, dejá, y el nene sigue haciendo sin ningún problema, esa palabra no tiene autoridad ¿eh?, si yo le digo a mi hijo: no hagas eso querido, si mi palabra tiene autoridad el hijo escucha y hay un problema dentro de la sociedad, nosotros los seres humanos estamos acostumbrados a que no le damos la importancia que tienen las cosas pero ¿ustedes creen que hoy día los padres y las madres con sus hijos tienen autoridad?, ¿la palabra le llega hondo a sus hijos para convencerlos?, a mí me parece que no, sino observen las estadísticas de los accidentes, la mayoría son jóvenes que andaban en moto o lo que sea pero no son personas de edad, los accidentes la mayoría son personas jóvenes ¿eh?.
Es decir, cuando un hijo se acostumbró sin tener la autoridad de su padre que le diga: esto es así, ojo, autoridad no es ser prepotente ni decir las cosas a los gritos, no, uno puede hablar muy bajito y sin embargo la palabra tener autoridad, más aún, yo diría que el hablar despacio o suavemente muchas veces es más importante que hablar a los gritos, porque a nadie le viene bien un grito, no, el grito no corrige, un grito irrita.
Bueno, volvemos al Evangelio: Jesús le hablaba con autoridad ¿eh?, y eso hacía que la gente se preguntara: ¿de dónde salió ese hombre?, ¿realmente es el Hijo de Dios, es el Enviado del Señor?, como será que hasta le dice a los espíritus inmundos salgan de acá y los espíritus le obedecen. Ahora, hay que tener en cuenta esas cosas y como la vida no es tan inmensamente larga, darnos cuenta cuando tenemos alguien delante que nos habla con autoridad o si nos habla por hablarnos ¿eh?, ¿para qué?, para no perder tiempo. Cuántas veces por escuchar a gente que no tiene una palabra exacta, es decir sin autoridad uno termina por no creer en nada ni en nadie, total todos te hacen el verso dicen ¿no?, total quien les cree, total, y cada tiempo que pasa mucho más porque antes, mucho antes la palabra era un documento firmado, hoy día ni la palabra ni el documento firmado ya valen, ya no, ¿eso qué nos está indicando?, que hay toda una crisis, un malestar dentro de todos donde nadie cree a nadie, nadie cree a nadie, por eso el gran mal de nuestro tiempo no son las guerras ni son las muertes ni es el hambre, el gran mal de nuestro tiempo es la falta de comunicación entre las personas, si pudiéramos hablar y que los otros nos creyeran sería tan distinto.
Uno ve por ejemplo que convocan a las conferencias de paz entre los países que están en guerra o en conflicto, cada uno lleva su carpetita, dice su discurso, no escucha a nadie y se va y la gente sigue haciendo la guerra, eso ¿qué indica?, que no hay comunicación. La comunicación es el gran drama de nuestro tiempo, porque si hubiera comunicación no habría ni hambre, ni guerras, ni destrozos ni nada por el estilo, no hay comunicación, la gente no cree a nadie… (se dio vuelta la cinta)…, no palabras, y es cierto, es cierto.
Entonces, cuando se habla en público o en privado que nuestra palabra imitando a Jesús tenga autoridad, en la familia, con nuestros hijos, con nuestra esposa, con nuestro esposo, con todos, no podemos decir cualquier cosa porque al día siguiente ya estamos arrepintiéndonos ¿eh?, por eso uno siempre es dueño de las cosas que calla y esclavo de las cosas que dice, una vez que las dijo empieza a rodar, esto le viene muy bien a las personas que son hasta profesionales de la mentira y de la calumnia ¿verdad?, muchísimos. Yo que puedo ver las almas que están en la oscuridad, en el Purgatorio, la mayoría de los que están allí sufriendo, queriendo ver al Señor, ¿quiénes son?, ¿quiénes son?, gente de lengua larga, porque es peor matar a alguien con la lengua que con un revólver, porque el revólver es sincero, es directo, alguien se para, aprieta el gatillo y uno sabe a qué atenerse, pero con la lengua uno nunca sabe a qué atenerse porque siempre se hace por detrás sin darle oportunidad a la gente para que pueda retraerse o cambiar el concepto que se ha emitido ¿mmm?, hay una mayoría general de personas que usan la lengua sin ningún escrúpulo, lamentablemente la mayoría son mujeres ¿no?, pero cuando los hombres son chismosos son peores que las mujeres, eso es matemático, Dios nos libre de los hombres chismosos porque son como veinticinco mujeres chismosas juntas, porque nuestra palabra no tiene autoridad ¿mmm?.
Y después hay otra expresión linda en el Evangelio sobre lo cual gira todo es que el Señor tenía autoridad para expulsar las cosas malas, hay muchos que dicen que pueden expulsar las cosas malas pero para poder hacerlo la autoridad la da el Espíritu Santo con un carisma que se llama expulsión de los demonios ¿eh?, no todos tienen ese carisma, son contadas las personas, entonces todos los demás que se dan la gloria, que se dan el lujo de decir: si, porque yo te puedo sacar el demonio, palabras, no es cierto, son contadísimas las personas que pueden sacar el demonio, ¿por qué?, porque la autoridad es algo que no se tiene de un día para otro, no se va a la escuela para tener autoridad, la persona de uno tiene que emanar autoridad, tiene que tener peso sino no, no pasa nada. Si podemos decir: alguien me dijo algo yo le creo, entonces es porque hay autoridad.
Entonces Jesús no solo tenía autoridad para hablar sino que su autoridad era para sanar a los enfermos, para expulsar a los demonios, para resucitar a los muertos, para decirle a todos los hombres, especialmente los que están en la cuneta de la vida, es decir los que menos tienen, menos pueden, menos todo, que han vivido siempre en la injusticia, el Señor también tiene autoridad para decirles: tu vida va a mejorar porque Yo estoy de tu parte, ¿se dan cuenta?.
Imagínense ustedes si los políticos realmente tuvieran autoridad, que maravilla ¿no?, pero lamentablemente y a veces no es por ellos sino es por los que hacen los informes pero la cuestión es que nadie cree en nadie, claro, es que los seres humanos fueron tantas veces engañados, que quien cree a quien ¿mmm?, quien cree a quien.
Bueno, así pasaba entonces la vida Jesús, yendo de un lugar a otro para sanar a
los enfermos, expulsar a los demonios, resucitar a los muertos y predicar la palabra del Señor a todos los que estaban al margen de la vida, es decir para todos aquellos que vivieron la vida padeciendo todo tipo de injusticias. Quién más que Jesús para creer en su palabra cuando dijo: ámense unos a otros como Yo los he amado, bueno, ¿y tiene autoridad su palabra?, ya lo creo, porque Él para amarnos a nosotros hasta dio su propia vida dejándose clavar en una cruz, entonces su palabra hasta cuando dice ámense unos a otros como Yo los he amado tiene autoridad porque Él con su propia vida nos enseña hasta qué punto Él nos ama incluso hasta perder la sangre por todo lo que nos ama y morir en la cruz.
Nadie puede decir: el Señor me engañó, me hizo creer una cosa por otra, nadie, nadie, porque Él en su vida y con sus actos siempre, siempre atestiguó lo que estaba diciendo para dar al final, cuando muere, derramar toda su sangre y entregar su vida por nosotros. Éste es el Jesús que nosotros amamos, el Jesús que no está ya clavado en una cruz porque estuvo seis horas allí nada más y la cruz se la lleva y se la recuerda porque uno ve en eso el símbolo del sufrimiento del Señor pero Jesús estuvo seis horas nada más. Por eso repito una y cien veces lo que ya dije, cuando entro en una Iglesia y veo en el altar mayor a un Jesús en la cruz digo: esta gente no entendió nada, ¿con qué autoridad puedo decir yo: Jesús está triunfante entre nosotros si lo estoy mirando a Jesús clavado en una cruz muerto?, cómo yo hago para enseñarle a un niño pequeñito o no tan pequeñito: sí, porque Jesús te ama un montón, te va a cuidar siempre, te va a dar todo, ¿quién?, papá o mamá, ¿ese hombre que está muerto en la cruz?, cuando yo entro a una Iglesia y veo al Jesús en el altar mayor crucificado digo: esta gente no entendió nada, tiene que empezar a estudiar todavía porque no entendió nada y más que no entender nada, por el estudio, será que tiene que abrir el corazón. Una cruz debe ponerse a un costado para que nos recuerde pero no en el altar mayor ¿eh?, por todo el valor que puede tener la cruz, que es enorme, pero yo no puedo mostrar como ejemplo a un hombre muerto, así de simple, ¿o ustedes le pueden creer a un hombre que está muerto?, no, así de simple. No hay lugar más silencioso que los cementerios, por una razón muy simple, porque están todos muertos, bueno para el que no puede ver sino andan todos los dueños de su cuerpo por ahí paseando ¿no? y le acompañan a uno cuando uno va al cementerio ¿mmm?.
Entonces, estamos ante la presencia de Jesús, un Dios que estuvo seis horas en la cruz y luego resucita y luego está triunfante entre nosotros, cuando un niño pregunta: ¿ése es el Jesús que tengo que amar?, sí hijo, éste es, entonces la criatura ve que es alguien que está triunfante, que está vivo ¿eh?, entonces le sirve de ejemplo.
En esto del Evangelio que el Señor dice: tenía autoridad para hablar ¿no es cierto?, también cuando uno entra a un Templo y ve a Jesús crucificado allí en el altar mayor, ese cuadro, esa actitud, esa forma de poner una cruz clavado ahí no tiene autoridad para decirme nada si soy chico, si uno es grande dice: bueno, es la cruz que representa, pero sino no me dice nada, al contrario, es al contrario ¿eh?, el ejemplo es negativo, ¿cómo papá, ése es el Jesús que me ama tanto?, si está muerto ¿eh?, que duro ¿no?, claro y ¿qué le vas a decir?, no, está vivo y resucitó, una criatura que sabe lo que es resucitar, volver a vivir ¿eh?, bueno.
Entonces, esto del Evangelio de este día es una forma de llamarnos la atención, de entrar a nuestra alma para decirnos: solamente podemos escuchar aquellos que tienen autoridad para hablar o para hacer las cosas, no podemos escuchar a los otros porque no nos sirven ¿eh?, es hermoso ver cómo los hijos delante de los padres que son tan bien: papá me servís de ejemplo, pero uno ve aquellos hijos delante de esos padres gritones, autoritarios, manda parte, que se creen siempre que la saben a todas ¿no?, los hijos por dentro piensan: pobre mi papá, no me sirve para nada este hombre, no me sirve de ejemplo, porque los chicos son muy sinceros, no te lo dirán pero lo sienten adentro ¿eh?, no, no me servís de ejemplo papá, no, no, no servís ¿eh?, y ustedes dirán: ¿y esto es muy grave?, no sé, que te parece. Los jovencitos a partir de los nueve años hasta los veinte están en la etapa de identificación sexual y entonces, entonces quieren ver al padre un hombre hecho y derecho, no solamente que tenga espaldas bien talladas, un bulto que valga la pena y una presencia bien sino que su boca diga palabras que corresponde ¿no?, los chicos miran todo, así como la niña mira a su mamá, ¿qué mira la niña en su mamá, le mira la cara?, no, la niña cuando está en la etapa de la identificación sexual le mira los pechos, las caderas, la fortaleza y si es capaz con sus manos, pero sobre todo los pechos y las caderas, ¿por qué?, porque la mujer busca la fecundidad cuando hay una identificación para su sexo, busca la fecundidad y una madre así promete fecundidad, es decir que puede dar vida ¿eh?, lo mismo el varón para con su papá.
Entonces, el Evangelio de hoy también nos sirve a nosotros, todos los seres humanos varones y mujeres, para saber que ese ejemplo del Señor de que todos decían: tiene autoridad para hablar, nos sirve también a nosotros para dirigir una familia, para hacer ver a nuestros hijos que nuestro sí es sí y nuestro no es no, pero no a los gritos ni a las patadas ni a los golpes sino con palabras amables, adecuadas, eso es. De qué valdría si el Evangelio de este día solamente uno explicara: sí, Jesús tenía autoridad pero hace pasó hace dos mil años, ¿y qué me sirve hoy la autoridad del Señor?, me sirve para calcar mi vida en ese ejemplo maravilloso que es el Señor ¿eh? ¿verdad?.
Por eso habrán visto ustedes que cuando las personas pasan, los matrimonios que no pueden tener hijos, yo les digo: bueno, le pedimos al Señor que ponga a María Santísima y a San José como Patronos de ustedes, ¿por qué?, San José por la fecundidad y María también por la fortaleza para procrear, es decir poder tener un niño, con el nombre de Nuestra Señora de la Dulce Espera, pero ¿por qué la fecundidad en San José?, sí, porque ustedes ven que la imagen de San José lleva siempre una vara de azucenas y para los tiempos en que ellos vivían las azucenas son el símbolo de la virilidad, porque San José cuando se casó con la Virgen María no era un viejito chocho que ya no se le paraba más como nos quieren hacer creer algunos, no, era un muchacho de veintiocho años, bien fuerte, bien fornido, lleno de toda la fuerza. Claro, algunos les conviene presentarlo como un viejito chocho porque no se animan a decir que la Virgen fue virgen antes, durante y después del parto, entonces si tiene un viejito al lado bueno pasa, pero si tiene un hombre hecho y derecho no es fácil decir eso, ¿cómo, qué hacía, iba al baño San José? ¿eh?, no mis queridos, eso va por otro lado para que se den cuenta.
No hay peor cosa que decir mentiras porque tiene patas cortas, que pena que durante tantos siglos nos dijeron que San José era un viejito, pobrecito él que ya no tenía ni ¿eh?, bueno, no, era un hombre de veintiocho años muy viril, con espaldas bien anchas, bien fuertes ¿eh?, con sus órganos genitales bien visibles y grandes, como para decir: acá no hay nada falso ¿eh?. Todo da la autoridad ¿eh?, todas las cosas, desde decir sí o no hasta sostener cualquier tipo de verdad. ¿Por qué en estos tiempos nadie cree a nadie?, y ya termino, nadie cree a nadie porque nadie tiene autoridad, nadie tiene autoridad, otro chanta más uno dice, bueno.
El Evangelio de hoy entonces invade nuestra vida para hacernos ver que ese Dios en el que creemos y al Dios que amamos, que ustedes han visto en los testimonios como de un día para otro devuelve la salud, ese Dios tenía autoridad cuando hablaba, cuando sanaba, cuando expulsaba los demonios, cuando resucitaba los muertos ¿verdad?, y cuando predicaba la palabra y les decía: Mis queridos, hagan las cosas bien porque las injusticias tarde o temprano