El problema muchas veces es nuestro, estamos tan mezclados con todo que no terminamos de convencernos que el Señor lo puede todo, incluso nosotros que venimos al Santuario buscando la sanación, hay muchos que cuando la reciben no creen, incluso algunos hasta se niegan a recibir la sanación. Oración del 14 de Enero de 2009
Habla Artemio:
Como todas las cosas del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
En el librito de los cancioneros, cuando comenzamos la Oración no se tiene que oír una sola palabra, ni siquiera una ¿eh?, pongamos las cosas en su lugar ¿eh?, bueno. Ya sé que el día está muy pesado, recién justamente me acordaba que en este momento Israel está bombardeando la zona de Gaza y de cada diez personas siete son niños, seguramente ellos deben tener algo peor que nosotros ¿no? ¿verdad?, no es porque hay que comparar para bueno, sino directamente pensemos: hagamos un poco de sacrificio porque lo nuestro no es tanto ¿no? y además pensemos que: tenemos agua para tomar, agua pura y ellos no, muchos no tienen otra que tomar el orín de los compañeros, no desperdician ni el orín.
Numero 5, a pesar de todo: sonríe que Jesús te ama…. Pasamos a 17 y decimos: hoy perdóname…. Bueno, vamos a leer la palabra pero para eso tenemos que prepararnos ¿eh?, entonces nos acomodamos bien, decidimos el lugar donde nos vamos a quedar y entonces así podemos atender, bueno, decídanse así hacemos las cosas rápido, no tenemos por qué esperar ¿eh?, hasta que nos acomodemos 11: cuando el pueblo alaba a Dios suceden cosas…. Bueno antes de leer la palabra vamos a pensar como hacer posible que las palabras entren en nuestro corazón para producir la sanación que vinimos a buscar, por supuesto, que algunos no vienen a buscar ni sanación ni nada, vienen para curiosear ¿no es cierto?, y bueno el Señor los trajo para curiosear, a Él le parece muy bien sino como se entera uno. Bueno, tenemos que ir preparando para escuchar la palabra porque es lo único que nos sana, nada más ni nadie más, entendamos desde el comienzo ¿no?, la palabra del Señor entra en mi corazón y Él produce todo lo que nosotros necesitamos, bueno.
Entonces, además de viento nos hacemos un poco de aire a nuestro corazón para ventilarlo de un pasado difícil, de muchas cosas que no, que no nos conviene tener porque sino el corazón se mantiene cerrado, no se abre y no funciona esto ¿no?, bueno. Entonces, partan de la base, el escuchar la palabra y su explicación es la que realmente nos sana, para poder entender la palabra decimos así simplemente: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Muy bien, atendiendo eso nos preparamos para escuchar la palabra y su explicación, hoy es miércoles 14 de Enero, como todos los miércoles honramos a San José, que es el Patrono nuestro siempre y que todos los miércoles hay que honrar ¿verdad?, día miércoles 14 hoy es San Felix de Nola, el Evangelio de hoy el de Marcos 1, 29 a 39. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. “Jesús fue a la casa de Simón y Andrés con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, por lo que enseguida le hablaron de ella. Jesús se acercó, y tomándole de la mano, la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos. Antes del atardecer, cuando se ponía el sol, comenzaron a traer a Jesús todos los enfermos y personas poseídas por espíritus malos. El pueblo entero estaba reunido ante la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos con dolencias de toda clase y expulsó a muchos demonios; pero no los dejaba hablar, pues sabía quién era. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario. Allí se puso a orar. Simón, es decir Pedro y sus compañeros fueron a buscarlo, y cuando lo encontraron le dijeron: todos te están buscando. Él les contestó: vámonos a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he salido. Y Jesús empezó a visitar las casas de oración de aquella gente, recorriendo toda Galilea predicaba y expulsaba los demonios” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Bien, entonces el Evangelio de este día, Marcos, nos está revelando que Jesús entra a la casa de la madre de Pedro y la encuentra enferma, la toma de la mano, la levanta y la mujer queda sana, la madre de Pedro, ella en forma inmediata, viendo que había visitas en la casa se pone a servirlos. Ahora bien, miren ustedes, ya tenemos a esta altura del Evangelio algo que es clarísimo, la actitud de Jesús, tomar de la mano, ese tomar de la mano es muy simbólico en la Biblia, porque a través del Antiguo Testamento nos encontramos muchas veces con la expresión: la mano fuerte de Dios, la mano fuerte de Dios, fíjense ustedes como todo se va cumpliendo y así como Dios preparaba todo lo de su Hijo también preparaba por supuesto las cosas que se decían, cómo se decían. En el Señor, Dios Padre, siempre hubo un plan, ustedes dirán: pero ¿qué es esto de que Dios haga planes?, no, no es justamente que Él haga planes sino como Él vive en un continuo presente ¿eh?, entonces ve el futuro, ve el pasado, ve el presente, ve todo ¿eh? ¿verdad?, Él sabe todo de nosotros, qué va a pasar con nuestra vida, con todo lo que vamos a hacer a lo largo de los tiempos, siempre, porque el Señor vive en un presente constante, no tiene pasado ni tiene futuro, siempre está allí, es lo mismo que nosotros vamos a hacer cuando estemos del otro lado, no tenemos tiempo, allá no se usa el reloj para medir el tiempo, nosotros tenemos días de 24 horas, meses de 30 días, semestre de 6 meses, años de 12 mes, no, del otro lado no hay nada, todo es un continuo presente, bueno.
Y aquí en esta expresión de la madre de Pedro, cuando dice: la tomó con sus manos para levantarla ¿eh?, hace referencia, como les decía antes a la mano fuerte de Dios ¿eh?, pero esa mano fuerte de Dios, para que realmente sea fuerte en nosotros tenemos que creer que es fuerte ¿verdad?, y todavía uno no amaneció a todos estos problemas, evidentemente que no nos puede parecer fuerte la mano del Señor. Si nosotros supiéramos ya de todo lo que puede hacer el Señor estaríamos sanos, todo el tiempo que hay entre lo que nos pasa y la sanación, todo ese tiempo, en gran parte depende de nosotros ¿eh?. Señor, vos que hiciste todo tan perfecto, yo tengo necesidad de que me sanes ¿eh?, la palabra necesidad es tan humilde, necesito Señor tu sanación ¿eh?, si esa expresión, por muy mal que estemos, por todo lo que nos pasa, la decimos con toda el alma, cualquier cosa puede ocurrir ¿eh?, todo, no vamos a pensar que el Señor no se las aguanta para hacer en un abrir y cerrar de ojos todo lo que quiere hacer ¿mmm?.
El problema muchas veces es nuestro, estamos tan mezclados con todo que no terminamos de convencernos que el Señor lo puede todo, incluso nosotros que venimos al Santuario buscando la sanación, hay muchos que cuando la reciben no creen, incluso algunos hasta se niegan a recibir la sanación, pero ese es un problema que tiene mucha gente, hay gente que está muy contenta contando la cantidad de veces que la operaron, de los dolores que tiene y a veces compiten entre las vecinas diciendo: mmm, a usted le duele la columna, si supiera que a mí también me duelen los pies y los dedos. Es decir, muchas veces los dolores son una forma para competir, para producir lástima a los demás para que sientan por uno un poco de afecto, la lástima es sentir afecto por uno, doloroso pero es así, bueno.
Esta es la primer parte que decimos del Evangelio: la tomó a la madre con la mano fuerte y la levantó, ¿qué hace la madre de Pedro?, se quedó piola, dice: que bien que estoy, que piola me siento, no, enseguida se puso a servirlos ¿eh?. Entonces, aquí podemos ver que el Evangelio nos está diciendo, que la madre de Pedro se ponga a servirlos quiere decir que hay una relación muy estrecha, muy grande entre la vida de conversión, porque evidentemente cuando nos sananos nos convertimos, salvo que seamos muy desorejados que no querramos reconocerlo pero nos convertimos ¿eh? y la conversión siempre va seguida del servicio: ¿qué puedo hacer yo?, ¿en qué puedo ser útil?, ¿para qué me necesitan?, en la familia, con los hijos, los hermanos, con los demás, los de afuera, siempre trae la salud y la conversión, trae la disponibilidad para ponernos a servir a las personas ¿eh?, ya es matemático, una cosa está seguida de la otra, como quien dice: yo recibí esto pero no me quedo con este que recibí, además yo desde hoy voy a servir a los otros que me necesitan, un aspecto de todo esto.
También hay algo que tener en cuenta, Jesús expulsa los demonios, expulsa todas las cosas malas que hay en el hombre, ¿necesariamente es el demonio lo que expulsa el Señor?, no, todo lo que hay malo en nosotros, y vos dirás: qué, si nadie es perfecto, bueno, justamente por eso, uno revisando encuentra que a pesar de todo el corazón tiene orgullo, tiene soberbia ¿eh?. Yo veía ayer por ejemplo una suegra cuya nuera la llevaba en silla de ruedas, embarazada y decía: por más que me lleves yo no te quiero ni quiero a tu hijo, entonces le digo: pero es tu sangre, es tu misma sangre, si es la sangre de tu hijo, no, no lo quiero ¿mmm?. Entonces, ¿podemos pedir tantas cosas cuando tenemos un corazón así?, no sé si endurecido, yo diría más que todo medio podridito ¿no?, porque cómo, si yo creo que mi nuera está embarazada, ese niño que viene es mi sangre también, entonces me estoy insultando a mí mismo ¿eh?, sin embargo no hubo quien la hiciera volver atrás, no la quiero y no lo quiero, bueno, yo fui respetuoso y dije: si vos querés así, adelante ¿mmm?.
Nuestro corazón está lleno de cosas que no son buenas, algunas porque nosotros queremos que estén allí, otras directamente porque no nos enseñaron nada mejor que eso, tenemos que reconocerlo, porque en los Mensajes Jesús y la Madre lo hacen, ayer con la Madre toda la tarde hablando y grabando, decía por ejemplo, hasta qué punto sus hijos y especialmente los que sirven en las Iglesias, es decir lo sacerdotes, hay montones de santos varones ¿verdad?, por supuesto, pero ella decía: ¿por qué no llevan la palabra?, pero no quiero que vayan a predicar, quiero que su presencia sea un ejemplo ¿verdad?, es decir predicar la palabra con el ejemplo. Si a vos se te acerca alguien con una arrogancia y te dice algo, no le podes creer, porque decís: a vos te falta mucho todavía para enseñar algo, te falta ser humilde ¿no es cierto?, bueno, es otro aspecto del Evangelio de hoy.
Cuando Jesús expulsa, cuando hablamos de expulsar los demonios no es solamente los demonios así tan terribles ¿no es cierto?, sino las cosas malas que tenemos, que por supuesto si las dejamos agrandar y crecer es posible que esas cosas malas le den entrada al demonio, como no ¿eh?, como no.
Ahora bien, en la otra parte, dice: Jesús se levantó temprano para ir a orar, vos dirás: pero el Señor haciendo todas las sananciones que hacía, Hijo de Dios, mitad hombre y mitad Dios, heredero de su Gloria y todo, ¿cómo va a orar?, ¿tiene necesidad?, parece que sí, parece que sí y mucha ¿mmm?. Nada en la vida se consigue sin esa vuelta hacia nosotros mismos donde nos vemos a nosotros cómo somos, hacia dónde vamos, qué queremos y hasta cuándo ¿verdad?. Si Jesús se pone a orar y era Dios, cuánto más tendremos que hacerlo nosotros ¿no?, es decir si no es oración será un momento de reflexión, si no es reflexión será una jaculatoria, pero es ese despegue ¿no es cierto?, de salir de uno mismo para entrar en contacto con el Señor.
Es decir, nosotros podemos dar mucho pero también tenemos que reflexionar mucho porque así no se agota nuestro caudal de dar ¿verdad?, reflexionar ¿por qué?, porque es ponerse en contacto con el Señor. Como decimos a la mañana por ejemplo, las mismas palabras de la Santísima Virgen: he aquí tu sierva, hacé conmigo todo lo que vos quieras ¿eh?, eso ya es una enorme oración y Jesús se levantaba temprano para reflexionar, para orar.
Y terminando con el Evangelio dice: tenés que venir Señor porque toda la gente te está esperando, no dice, no solamente aquí, tenemos que ir a muchos lugares que nos están esperando ¿eh?. Es decir, cuando uno tiene sembrada en su corazón la palabra de Dios ¿verdad?, por supuesto que necesita seguir sembrándola, pero una vez sembrada, una vez sembrada ¿no?, germina y da fruto, bueno.
Pensemos en todas estas cosas, la sanación de la madre de Pedro, el gesto de Jesús de dar su mano ¿eh?, la mano fuerte de Dios ¿eh?, la actitud de la mujer cuando se pone a servirlos, se levanta que estaba muy afiebrada, ya no tenía más fiebre y se pone a servirlos, es decir, siempre la conversión, la sanación lleva al servicio, yo no me puedo quedar con esto solo para mi, yo tengo que participar de este tesoro a los demás ¿no?. Hay gente que es valiente y se atreve a decirle al médico: el Señor me sanó, pero otros no, temen que el médico se enoje y que ya no lo atienda bien como antes, que duro que es eso ¿no?, una forma de negar también ¿no?.
Estamos tan metidos dentro de las cosas que gustan o no gustan, y les voy a pedir perdón que tome agua delante de ustedes, si alguno tiene agua que tomar tome, no hay ningún problema.
Entonces, además la expulsión de nosotros, de nuestro corazón todas aquellas cosas que no necesariamente son demonios pero no son buenas ¿eh?, nuestro corazón parece a veces ¿no?, pero tiene un cascarón duro, envidia, celos, maltrato con los demás, es decir, ser insensible ¿eh?, yo puedo pisar una cucaracha en el piso pero una cosa es poner el pie arriba para decir: querida, no podés estropearme la comida, pero otra cosa es apretarla en el suelo y ver con bronca, ay si, como para disolverla, son dos formas diferentes de matar la cucaracha, en una hay una actitud de venganza: me jodiste, tomá ¿eh?, y en la otra hay una actitud: si te dejo vivir se me va a llenar la cocina de cucarachas y después me van comer todos los alimentos ¿eh?, son dos actitudes diferentes; claro, ustedes dirán: pero uno ya es grande para hacer eso, sí, pero no te das cuenta que al lado tuyo está tu criaturita que ve lo que estás haciendo, mira el pie que aplasta y mira tu cara de satisfacción porque: la agarré, desgraciada, ya nunca más la papa ni la cebolla ¿eh?, actitudes totalmente distintas ¿eh?, bueno.
Nuestro corazón no es solamente que hay que limpiarlo para el Señor, hay que limpiarlo también para los que crecen a nuestro lado ¿verdad?, porque sino van a aprender cosas horribles de nosotros, ¿alcanzo a explicarme?, bueno.
Es decir, nunca uno termina de conocerse, nunca, porque ese ejemplo tan simple de aplastar un bicho ¿no es cierto?, una cosa es aplastar como decir: bueno basta, porque tu vida me está molestando y otra cosa como disfrutando la muerte del otro, claro, nos mira nuestro hijo y dice: que bueno ¿no?, ese es mi papá, el niño cree que su papá es lo mejor que hay pero mi papá mató una cucaracha y sentía una alegría bárbara porque podía vengarse de las comidas que le había hecho ¿eh?, bueno.
Así es entonces con todas estas cosas que nos trae la palabra de hoy, con la sanación de la madre de Pedro, con la mano fuerte de Dios que está expresada en toda la Biblia, tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento y además de eso tenemos la vocación de servicio, cuando uno recibe al Señor en su corazón inmediatamente empieza en nosotros la necesidad de ponernos a servir, incluso participar, ¿de qué?, participar de todo lo bueno que tenemos, por qué no salir y comentar: Señor, no puede ser que solamente te ame en silencio, cuando los demás me vean alegre y me digan: ¿qué te pasa hoy?, ¿te levantaste con el pie derecho?, bien, por qué no le decimos: no, lo que pasa es que estoy en paz con el Señor ¿eh?, o nos quita a los hombres virilidad por decir que creemos en el Señor ¿eh?, no ¿verdad?, porque somos retorcidos los seres humanos ¿se dieron cuenta ustedes?, pero no es por nada, sino ya tenemos nuestra naturaleza así un poco como averiada ¿no?, es decir, a veces salen cosas de nosotros que ni por casualidad creíamos que la teníamos, es cuestión de darle lugar nomás, por eso ese control constante que tenemos que tener sobre nuestra persona, porque nosotros podemos hacer muchas cosas buenas y también muchas cosas malas ¿eh?.
Atendiendo a todo este que dijimos, humildemente le decimos al Señor de la Misericordia, que está aquí entre nosotros, ustedes tienen calor, ya lo sé, pero mucho de ese calor no es por el tiempo, es por los rayos del Jesús de la Misericordia, que como es como un fuego ¿mmm?, porque el Señor usa siempre: en el bautismo de agua y fuego, siempre lo que arde, lo que quema congrega a las personas a su alrededor ¿eh?, eso es muy de la pampa el fueguito encendido y un cerco de personas como adorando el fuego mientras come o toma mate, lo que arde congrega a los seres en torno de su llama.
Y como dice el Señor: como el fuego del Corazón Mío se ve desde tan lejos, por eso la gente, las personas de muchos países llegan hasta aquí a buscar los auxilios de su Misericordia, de Mi Misericordia dice el Señor ¿eh?, que precioso.
Entonces, mucho de vuestro calor no es calor del tiempo, aunque hace mucho, es el calor de los rayos del Señor ¿eh?, más aún, cuando uno se está sanando de algo siente un calor muy grande aunque sea pleno invierno ¿eh?, un calor muy grande, otros traspiran mucho, es decir siempre se produce en el cuerpo cosas así extrañas ¿no?, que lo alteran al cuerpo pero el calor es una de las más comunes y además también en las sanaciones se ve el gran dolor, lo que dolía cinco va a doler como cien porque es como lo último y se va ¿eh?, por eso, tener en cuenta todas estas cosas, y todos los días ir como descubriendo por qué camino va el Señor, qué cosas le gustan y qué cosas no le gustan ¿eh?.
El Señor está ahí entre nosotros, detrás de la señora de remera blanca ¿mmm?, está la Virgen María que ya terminó de pasar por todos porque había empezado antes que yo llegara, está Santa Teresita, hay un montón de Santos, Ángeles y sobre todo me llama la atención los familiares que a ustedes los acompañan, familiares que ya están muertos pero que los siguen auxiliando, siguen dándoles tantas cosas ¿mmm?, por eso siempre en las oraciones alguna persona que pasa al frente, me dice: he visto a mi papá, he visto a mi mamá, hoy he visto a mi tío, etc., he visto a mi mamá que la conocía por fotos nada más ¿eh?, ¿por qué?, porque esos seres que nosotros amamos y ellos nos aman, nos han traído a este lugar.
De eso hay que tomar conciencia mis hermanos, entiéndanlo, todo lo que pasa entre ustedes y aquí, aquí y entre ustedes ¿no?, no es solamente algo humano, es como decía Monseñor el otro día, Monseñor Aguirre: es un pedazo de Cielo, un pedacito de Cielo aquí abajo, es como ya sentir la vivencia, la experiencia, como quieran llamar, de Dios, ya entre nosotros, eso tenemos que tener en cuenta. Si tenemos un corazón con una cáscara muy dura, seguramente no vamos a ver nada, ni vamos a entender nada, ni vamos a sentir nada, pero si el Señor los trajo aquí más que tonto sería uno de decir: bueno, quitemos la cáscara a ver como se funciona de otra manera ¿mmm?.
Señor de la Misericordia, que los rayos que salen de tu Corazón lleguen al nuestro, que pasen sanando Señor todas aquellas cosas que no están en orden, todos aquellos problemas que nos perturban la vida, Señor, el Evangelio de hoy es claro, además de las cosas malas vos expulsabas los demonios. Bueno, la presencia del demonio puede manifestarse de muchas maneras, cuidado, puede haber posesión, obsesión, infección, uno puede andar con el demonio por ahí sin darse mucha cuenta, solamente un estado de infelicidad y un carácter re podrido, eso es fruto del demonio ¿no?, bueno.
Entonces, pensar: ¿no estaré yo un poco tomado?, ¿no será que mi corazón no es totalmente del Señor?, sino que el maligno está haciendo estragos en mí y se va apoderando de a poco hasta que se queda con todo y a veces no hay que engañarse, porque justamente hoy refería que el Santo Cura de Ars ¿no?, a veces se aparecía a la Virgen y decía: Juan esto, Juan lo otro, toda primorosa y que se yo, y él decía: retirate que no sos la Virgen, retirate que no sos la Virgen y después de ordenarle varias veces se retiraba insultando ¿mmm?, hasta el demonio toma la forma de la Virgen para engatusar a la gente, cuidado. Si vos sos una persona que nunca tuviste ni cinco de vida devota y de repente te aparece algo que parece que es el Señor o la Madre ¿mmm?, tenés que volver a tu corazón y pensar: ¿será el Señor realmente o su Madre?, ¿o será el maligno que se me presenta de esta forma para engañarme y hacerme caer en cualquier cosa? ¿eh?.
Claro, hay que tener muy en cuenta esto, por una razón muy simple, con estas cosas no se juega porque eso involucra nuestra vida, nuestro futuro, nuestro futuro, el de nuestra familia, el de todos los que se relacionan con nosotros ¿eh?.
Una de las cosas fundamentales para ver esto es repetir varias veces: Corazón Inmaculado de María, o bien: Jesús cubrime con tu Sangre Preciosísima, si esto que veo es bueno vos lo vas a continuar y sino que desaparezca, porque a todos nos gusta ser protagonista y contar después: sabe doña María, anoche la Virgen me vino a saludar ¿será la Virgen o ser el malo?, como dice el Padre Pío que nos quiere engañar ¿mmm?, siempre nos gusta jugar a los santos, es decir, decirle a los demás: mira lo bueno que soy, la Virgen me visita, no nos engañemos, hay que tener cuidado, hay que estar seguro y para eso la mayor seguridad es una vida piadosa, una vida donde no se albergan las cosas malas, una vida donde la lengua tiene que estar en el lugar que le corresponde, porque a mí no me pueden decir que alguien que lo visite la Virgen si tiene una lengua que descuartiza a todo el mundo ¿no es cierto?, las cosas son muy claras ¿eh?, muy, muy claras.
Justamente hoy le refería a mis compañeros aquí, que un día San Felipe Neri, un Santo de la Iglesia muy conocido, fundador de una orden, se enteró que una de las monjes de un Convento cercano hacía sanaciones y además veía a la Virgen, a Jesús, bueno dijo Felipe, vamos a visitar a la monjita, pero en el camino Felipe se metió en un charco y se embarró bien los zapatos, bien, llega al Convento, golpea, entra, las monjas lo reciben con muchas ganas y tenía más cerca… (se dio vuelta la cinta)…, no Padre, hay hermanas encargadas de sacar la basura, yo no, una hermana se los va a limpiar porque está bajo de algunas eso, mío no, entonces Felipe, San Felipe Neri, dice por dentro: Dios mío, ésta ni ve la Virgen ni a Jesús ni es sanadora de nada porque con la falta de humildad no puede recibirlo al Señor ni mucho menos ni hacer nada bueno ¿mmm?.
Entonces, eso nos está indicando que la humildad es la madre de todas las virtudes, no podemos con soberbia decir: sí, porque yo converso con el Señor, porque la Virgen me visita, bueno si la Virgen te visita demostrámelo con tu vida, con tu amabilidad, con tus gestos buenos ¿eh?, demostrámelo con tu amor, demostrámelo, entonces puede que te crea, sino estás jugando un papel ¿eh?, y nos gusta mucho jugar al santo a nosotros ¿eh?, nos gusta a los seres humanos ¿verdad?.
Cuidado entonces, el Evangelio de hoy lo dice ¿eh?, el Señor expulsaba los demonios pero todas las cosas malas también, vivir haciendo ese equilibrio constante entre todo lo exterior, el mundo que nos rodea, las cosas que nos pasan y nuestro corazón, vos dirás: en estos tiempos la bondad se ha desvalorizado, a los buenos se los considera tontos para no decir buenudos ¿no?, buenudos dije ¿eh?, bueno, se ha desvalorizado la bondad y no conviene mostrarse bueno porque los demás te toman al churrete ¿mmm?.
Mis queridos hermanos, es preferible que nos tomen al churrete por buenos y no por dañinos, por otra parte, la bondad no quiere decir que uno sea sumiso como para decir siempre que sí, como para aceptar todas las cosas, no, la bondad y la humildad tienen sus exigencias ¿eh?, tu vida es muy importante para mí, yo te amo con toda mi alma pero no te metas en la mía porque llega hasta allí y ahí empieza la mía ¿eh? ¿verdad?.
Que lindas palabras sería que usaran los hijos como con la madre que les dije
antes ¿no?, yo le dije: vos no estás conforme que tu hijo se haya casado, no, ¿y por qué?, porque me lo quitó, entonces yo pensaba para mis adentros: ésta mujer no es mala, está enferma, porque solamente una madre enferma puede querer a su hijo para ella, en vez de querer su felicidad formando un hogar, teniendo familia, etc., ¿o acaso los hijos no se nos dan como prestados hasta que levantan vuelo y hacen el nido en otro lugar?, ¿por eso se deja a los padres?, no, por supuesto que no, pero hay límites en todas las cosas para decir: esto hasta aquí, desde aquí en adelante no.
Y por qué no voy a decir un recuerdo de mi mamá, que era una mujer muy grande ya y se quedaba sola cuando yo trabaja en algunas escuelas medio lejos y llegaba a las 01:30, 02:00 de la mañana, ella normalmente me recibía despierta y nunca una protesta si quedaba sola, tenía una perra enorme que la cuidaba, decía: ella me cuida muy bien, es como si fuera la Providencia la perra esa ¿no?, bueno, pero jamás me dijo: por qué dejás a tu madre hasta las 02:00 de la mañana sola, nunca, esa fortaleza de no meterse en la vida de los otros.
Que lindo si todos los hijos pudieran decir de sus madres o sus padres lo mismo, yo no veo tantos ejemplos, la vida de un hijo hay que cuidarla pero no poseerla y dañarla, nada que ver ¿eh?, nada que ver, valga este pequeño ejemplo de mi mamá, porque es lo mejor que me pasó en la vida ¿saben?, aunque ella me ofreció ya en su panza a la Virgen y ya en adelante no tuve nada de libertad para mí, nada, absolutamente, porque todo fue para el Señor, pero esa salvación de ella y de mí tuvo un precio, tengo que ofrecerlo al Señor y a la Madre, pues bien, yo lo acepto, y puedo decir ahora que es lo mejor que me pasó en mi vida mi mamá y pienso que todo hijo dirá lo mismo, por una razón muy simple ¿no?, hemos vivido nueve meses en la panza de ella alimentándonos de su sangre ¿verdad?, y yo me pregunto: ¿tenemos coraje ahora, pudiendo no hacerlo, llevarla para que termine sus días en un geriátrico?, queda la pelota picando ¿eh?, porque hay muchos casos en que se justifica esa muerte en cuotas llevando los padres allí pero en otros caso no, no.
Por eso, miremos nuestra vida, nuestras cosas, el Señor nos trajo a este lugar, hoy nos muestra esta palabra, esta palabra tiene que servir para alentar, corregir, mejorar, auspiciar mi vida, la palabra del Señor, la vocación de servicio de la madre de Pedro, el ser tocado con la mano fuerte de Dios, la reflexión de Jesús, la oración en la madrugada para tener un día lleno de gracia ¿verdad?, saber que el Señor es capaz de expulsar de nosotros todas las cosas malas pero primero de todo sanarnos de las enfermedades ¿verdad?.
Entonces, esta palabra tiene que ser fundamental y funcional, es decir servirme en la vida para mejorarme, el Señor los trajo, aquí nadie viene porque se le da la gana, el Señor los trae y cuida muy bien a quien trae ¿eh?, por razones muy simples, a veces para que uno no pierda tiempo, a veces para no renegar tanto y sobre todo a los que más necesitan, para pavadas no, puede esperar, puede esperar.
Por eso, a ver si somos capaces mis hermanos de meternos dentro de esa rueda del Señor, que gira hasta la eternidad para llevarnos a nosotros a una vida eterna, en paz y felices, no solamente nosotros sino todos aquellos con los que hemos vivido, que hemos amado y que todavía seguimos amando, partieron antes, partiremos algún día nosotros ¿eh?, y al partir nos encontraremos con aquellos que amamos. Sería feo estar en la oscuridad, convivir con un corazón con cascarón duro que no le entra nada ¿no?.
Por eso, Jesús de la Misericordia tené compasión de nosotros, compasión quiere decir: sentí junto, es decir sentí lo que nosotros sentimos, danos todas las fuerzas para vivir de acuerdo a una vida que valga la pena, hay que honrarla a la vida, no desgastarla, desgastarla, estropearla, manosearla, no, hay que honrarla.
Por eso Señor, en este día y todos los días a que alcance nuestra vida tenemos tantas ganas Jesús y tenemos también la necesidad de que nos cobijes en tu Corazón, mirá Señor, uno no es pretensioso, si no es el Corazón tenenos al menos en el hueco de tu mano siempre allí protegidos contra todo y contra todos, dale Señor, si no somos dignos de entrar en tu Corazón Señor por lo menos llevanos en el hueco de tu mano.
Lo voy a sentir Señor porque cuando tu mano se mueva yo sentiré tus dedos y sentiré como marcándose en mi cuerpo esa mano dura y fuerte que tenés Señor para dar respuesta a todas nuestras preguntas, para solucionar todos nuestros problemas, poner en orden nuestra vida y hacer que transcurramos los días en paz, rumbo a esa eternidad donde viviremos para siempre una felicidad total.
Sí Señor, vos presidís la asamblea, está lleno de Ángeles, Santos, todos y montones de familiares de ustedes, todos juntos Señor podemos decirte que estás Señor: tan cerca de mí….
Está aquí y por supuesto vamos a pensar que nada mejor que pedirle la sanación para todo lo que nos pasa, no solamente las cosas del cuerpo sino también las del alma, los problemas que tenemos con nuestros hijos, con nuestra esposa o esposo, con los parientes que no me pasan bolilla, con todos aquellos que no se llevan bien y me están molestando, con todos Señor, vos solucionás todo. La palabra que escuchamos Señor es palabra de vida y nosotros esperamos la bendición pero eso es algo más, lo fundamental es tu palabra Señor y la bendición que nos dio tu Mamá durante toda la oración a cada uno, hemos respirado el aire de la Madre y también el aire que vos respirás Señor, qué más necesitamos para estar fuertes, firmes, felices, sanos, buenos, humildes ¿eh?.
Te decimos con toda la profundidad y el fervor que nuestro corazón es capaz: sáname Señor con tu Espíritu…. Renovamos las promesas del Bautismo….
Quiero sentir Señor el fuego de tu amor en mi corazón, me trajiste a tu Santuario Señor y al Santuario de tu Mamá porque querés darme lo que necesito, por eso lo estoy esperando Señor confiado, tranquilo, sí Señor, estoy esperando, estoy esperando Jesús todo lo que necesito, son tantas las cosas Señor, pero vos Señor en un abrir y cerrar de ojos nos llenás de todo lo que necesitamos, pero no solamente Señor queremos eso sino que también queremos darte gracias por todo lo que nos has dado siempre, por todo, sí Señor, nos has dado siempre todo, estoy viendo gente hasta cerca de la calle, no sé si oirán desde allá.
Que el Señor derrame sobre cada uno todas sus gracias y bendiciones, sobre las fotos que todas traen Señor, hacé el milagro permanente de la vida y de la salud, abran vuestros corazones, el Señor quiere entrar y traer todo nuevo, todo nuevo, todo nuevo.
Yo te amo Señor, te amo con toda la fuerza de mi alma, estoy usando las palabras de mis hermanos para decírtelo Jesús, te amo con toda mi alma y sé que las esperanzas que has puesto dentro de mi alma no serán defraudadas porque vos decís siempre Señor que sos un pagador de promesas, es decir, nunca prometés algo y después no lo cumplís, más aún, aunque a veces nos falle la fe cuando esperamos los milagros vos lo cumplís Señor, porque nunca dejás un milagro a medio terminar, nunca, vos las empezás y las terminás y tomás tu tiempo Señor, que el tiempo de Dios no es igual al tiempo nuestro ¿mmm?, pero siempre lo hacés Señor.
Mirá a cada uno de los que están en las fotos, a cada uno de las personas que están pensando que no están bien, están enfermas, que necesitan tu auxilio y también estoy viendo a ese muchacho que recuperó sus ojos, su vista, totalmente y a su mamá que camina normalmente, que hermoso, te damos gracias Señor por ese chico que consiguió sus ojos de nuevo y ve mejor que nosotros, mejor, mejor, bueno.
Que lindo Señor es poder decirte gracias por lo que vos prometés, no dejás así nomás, lo cumplís Señor, siempre, siempre Jesús, siempre.
Veo tantas personas que se han sanado, la mayoría de las veces los que se sanan vienen una vez y no vuelven más a dar gracias ¿no?, que pena, mientras que esta señora y ese chico dos por tres están aquí para decir: gracias Señor, no es fácil no ver nada y de repente ver más que lo que vemos nosotros ¿mmm?, que hermoso, bien.
Señor, con toda la fuerza volvemos a decirte: sáname Señor con tu Espíritu….
Señor de la Misericordia has presidido nuestra asamblea junto a la Madre y todos los Santos, los Ángeles, que preciosura Señor, te damos graci