Entonces, no mis queridos, aquello que no entendemos dejemos a un costado hasta entenderlo pero no pensemos mal, porque ¿quiénes somos los seres humanos para juzgar la vida de los hombres?, ¿quiénes?, nadie, con qué derecho podemos pensar, incluso yo estoy hablando de la Trinidad, estoy hablando de la virginidad de María pero también hablo de la vida de las personas todos los días ¿verdad?, cualquiera habla cualquier cosa de cualquiera sin importarle nada ¿eh?.
Oración del 04 de Enero de 2009
Habla Artemio:
Buenas tardes, como todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo, Amén.
Abrimos el librito de los cánticos, número 12, en el más absoluto silencio empezamos la ceremonia, si algún chico llora lo llevan a tomar aire ¿no es cierto?, no quiero oír ninguna palabra porque estamos en el Templo de la Madre y del Señor ¿eh?, ninguna cosa extraña aquí ¿eh?, por favor, bueno: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. Busquen ahora el número 20, cuando decimos que tenemos que poner aceite en nuestra lámpara le estamos pidiendo al Señor que nos de su gracia para seguir viviendo, para seguir estando, entonces con todo el fervor decimos: pon aceite en mi lámpara Señor….
Bueno, antes de leer la palabra vamos a pensar un poquito, la palabra del Señor de hoy no es tan fácil de entender pero lo vamos a hacer simple para que se entienda más, ocurre que las cosas a veces tan, tan simples cuando se refieren a Dios se vuelven difíciles, ya vamos a ver cuando les explique. Por eso, le pedimos al Espíritu Santo que nos de su gracia, su discernimiento y todo lo que necesitamos para estar cerca del Señor y comprender con el corazón, uno dice a lo mejor: ya esta palabra la conozco, porque me conozco los Evangelios de memoria, cada vez que uno lee nuevamente la palabra hay que pensar que como uno no está como la otra vez que la leyó ¿mmm?, entonces siempre es nueva la palabra, y además el Señor se encarga de que nosotros estemos siempre renovados para volver a escuchar lo que Él ya dijo, sino no tendría sentido que algo se venga repitiendo hace dos mil años, pero siempre es nueva en la medida en que uno está todos los días nuevo ¿mmm?; ustedes dirán: sí, pero todo esto ya lo sé, tengo unos años, ya lo viví, ta, ta, etc., quien dice eso todavía no aprendió nada, absolutamente nada. San Francisco de Asís con toda claridad dice: el ser humano se convierte hasta el último día, hasta el último momento, aquél que cree que ya llegó, que ya entendió, que ya sabe, que ya está todo listo, no entendió absolutamente nada, podemos tener una referencia, nos suena la palabra parecida pero nosotros no estamos iguales, no es el tiempo el mismo, no estamos iguales, entonces la palabra se vuelve cada vez más nutritiva para nosotros.
Que nadie crea que ya llegó, porque nadie llega a ningún lado, sino que hay que transitar un camino que todos los días es diferente, porque nosotros estamos diferentes, ¿quién puede decir que está igual que como estaba ayer?, no, nadie, lo de ayer ya es historia y el mañana todavía no existe y tenemos que aprovechar este momento, no como quien dice: si total esto lo sé, yo ya esto lo pensé, esta palabra ya la escuché otra vez, nada que ver, yo estoy distinto, cada uno tiene que decir, entonces lo que ayer me pudo haber parecido una cosa, puede que hoy me parezca otra ¿mmm?. Digo porque a veces ocurre cuando uno pasó tanto tiempo yendo a la Misa, a la Iglesia y dale, dale, parecería como si se están repitiendo las cosas y no pasa nada, quien mira las cosas así no se va a convertir tal vez nunca. Cuidado, podemos creer que estamos muy avanzados en las cosas del Señor, pero podemos llevarnos una sorpresa muy grande al darnos cuenta que todavía no sabemos nada.
Cuidado ¿eh?, cuidado, porque el Señor es algo tan recóndito, tan no oscuro sino como lejano que necesita nuestro diario conocimiento, nuestro a cada momento el conocimiento para poder nutrirnos de Él, por eso decimos: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Hoy es 04 de Enero, segundo domingo después de Navidad y el Santo de hoy son varios, Santa Ángela Defoligno, también tenemos San Rigüerto Obispo, la Beata Clara Ugarte, Santa Elizabeth, Santa Dafrosa y el Beato Luis de Gales, bueno. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Evangelio de hoy es el Evangelio de Juan, capítulo 1, del 1 al 18, dice: “vino un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino para dar testimonio, como testigo de la Luz, para que todos creyeran por él. Aunque no fuera él la Luz, le tocaba dar testimonio de la Luz. Ella era la Luz verdadera, la Luz que ilumina todo hombre, y llegaba al mundo”. Ahora, hace referencia a Juan el Bautista, que como ya hemos venido viendo todo este tiempo Juan se adelanta a Jesús para anunciar ¿eh?, es continuación de lo que hablábamos ayer, como Juan aparece antes entonces no está todavía plenamente convencido de que el que está hablando en Galilea era Jesús, entonces envía a uno de los Discípulos, Juan envía a uno de los Discípulos para ver qué pasaba y entonces cuando vuelve el Discípulo le dice: Juan, lo que yo vi cerca de ese hombre es que, los ciegos ven, los sordos oyen, los tullidos caminan y el Reino de Dios es explicado a los pobres y a los enfermos. Juan cuando escucha eso dice: entonces es el Mesías, el Enviado de Dios, porque solamente el Enviado de Dios puede decir eso ¿eh?, bien. Continúa el Evangelio, dice: “al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios , ya les explico. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra, y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe”. Donde dice Palabra lean Jesús o escuchen Jesús: “y en el principio existía Jesús, y Jesús estaba junto a Dios, y Jesús era Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Jesús y sin ellas no se hizo nada” ¿eh?.
Ahora ¿qué quiero decir?, piensen ustedes: en el comienzo de los tiempos Dios Padre crea al mundo ¿y dónde estaba Jesús?, estaba también junto al Padre, y ¿dónde estaba el Espíritu Santo?, estaba también junto al Padre, cada uno como una persona distinta, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y un solo Dios verdadero. Entonces, lo que nosotros conmemoramos para la Navidad es el Nacimiento de Jesús, es justamente cuando el Padre se decide a que Jesús nazca como hombre y Dios en el seno de una mujer, María ¿eh?.
¿Por qué todo esto?, porque cuando las cosas no anduvieron bien en el comienzo de los tiempos, el hombre usó mal de su libertad, estropeó las cosas, hizo lo que no debía ¿mmm?, entonces el Señor se disgusta y cierra como quien dice toda la corriente de gracia, la cierra, y dice: pero un día les enviaré al Redentor, al que los va a redimir de todo esto malo que han hecho. Por eso, Jesús ya estaba en el Padre ¿eh?, pero cuando llega el momento después de miles de años tal vez, se encarna en la Virgen María, pero Jesús ya estaba en el Padre y el Espíritu Santo también estaba, porque ¿qué es el Espíritu Santo?, el amor que hay entre el Padre y el Hijo, ¿y es Dios también el Espíritu Santo?, y es Dios también.
Pero hay que distinguirlos muy bien porque al Padre no lo podemos ver porque es todo Luz y no lo vemos, al Espíritu Santo lo representamos con una paloma como tiene en el Corazón Nuestra Madre ahí, solamente al que vemos, vimos y vemos es a Jesús, ¿por qué?, porque tomó cuerpo en la panza de María ¿mmm?, y fue siempre mitad hombre y mitad Dios, participó de la naturaleza de Dios y de la naturaleza de hombre y eso a nosotros nos favorece por la simple razón que al tener nosotros la presencia del Señor como hombre podemos verlo, tocarlo, sentirlo ¿eh?, y si es hombre conoce nuestra vida, nuestras cosas, sabe cómo sufrimos, qué pensamos, cómo hacemos ¿eh?.
Y sigue el Evangelio, dice: “apareció un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Hasta ahí lo que vimos. Vino como testigo, para dar testimonio de la Luz, para que todos creyeran. La palabra era la Luz verdadera, que al venir a este mundo ilumina a todo hombre. Dice: ella ya estaba en el mundo y el mundo fue hecho por medio de ella, pero el mundo no la conoció. No lo conoció y no solamente eso sino que además, llegado el momento, cuando termina la predicación Jesús muere en la cruz ¿eh?, por eso dice el Evangelio de Juan: la Luz vino a los hombres, pero los hombres no la conocieron ¿eh?, y lo mandan a matar. Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. De él yo hablaba al decir: el que ha venido detrás de mí ya está delante de mí, se refiere a Juan , porque era antes que yo. De su plenitud hemos recibido todos, y cada uno de nosotros. Por medio de Moisés hemos recibido la ley, pero la verdad y el don amoroso nos llegó por medio de Jesús”. Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Bueno, yo sé que no es tan simple entender esto, porque siempre cuando se habla de la Santísima Trinidad a los hombres les cuesta mucho entender cómo es esto que son tres personas y es un solo Dios y hay que hacer un esfuercito para entenderlo, porque si uno se hace simple, se hace humilde entonces entiende. ¿Saben cuándo uno no logra entender?, cuando uno razona demasiado y dice: a mí no me vengan con esas cosas porque yo, no, si es palabra de Dios yo tengo que ser lo suficientemente humilde para tratar de entender, si no de otra forma con un corazón muy amoroso y ardiente de fervor para poder comprender, pero no crean que en la Biblia está oscuro esto, vos decís: pero si el Espíritu Santo es el amor entre el Padre y el Hijo ¿estaba al comienzo de los tiempos también?, en el cuarto párrafo del Génesis, donde comienza el Antiguo Testamento, la primer hoja, cuando el Señor, Dios Padre crea el mundo, dice, el cuarto párrafo: “y el Espíritu de Dios revoloteaba sobre las aguas”, ¿a qué se refiere?, se refiere a que ya en el comienzo de los tiempos estaba el Espíritu Santo, es decir el amor entre el Padre y el Hijo, sino no iba a revolotear sobre las aguas ¿verdad?.
Entonces, esto los que tienen unos cuántos años se leía en la última parte de la Misa ¿eh?, decía: el Evangelio de Juan y después decían: el Verbo se hizo carne, el Verbo, en latín por supuesto, todo en latín: y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y el Verbo vino a nosotros, es decir Jesús, pero no lo reconocimos ¿eh?, y lo matamos en la cruz, bueno.
Ahora, y de todo esto nosotros ¿qué sacamos para nuestra vida diaria?, recién le dije: al Padre no lo podemos ver, porque el Padre no tiene cuerpo, al Espíritu Santo no lo podemos ver, lo imaginamos como una paloma, es cierto, el día de Pentecostés se ven que caen plumitas acá en la Capilla como si fueran de palomas, pero al que vemos, oímos, tocamos, etc., es a Jesús, ¿por qué?, porque mitad de su naturaleza es humana, porque nació de una mujer humana, la Virgen María y tomó de ella la parte humana, pero también es Dios porque el Padre envía al Arcángel Gabriel a fecundar a María con el Espíritu Santo para que nazca Jesús.
Viene otro problema, que la mayoría no quiere entender, porque mira las cosas nada más que en forma humana, la Virgen María fue virgen antes, durante y después del parto ¿mmm? y en muchos estoy viendo que está corriendo el pensamiento: deje de contar cuentos, es así, si el Señor creó todas las cosas, puso todo en orden, tantas maravillas hizo ¿le iba a costar mucho hacer que la Madre de su Hijo permaneciera Virgen antes, durante y después?, a esto lo confunden a veces las sectas ¿eh?, porque habla de que María tuvo más hijos, por supuesto que tomando las cosas desde otro ángulo porque cuando dice por ahí: Jesús y sus hermanos fueron a tal lugar, claro, Él siempre habla de hermanos y los hermanos ¿quiénes son?, todos, todos los hombres pero María fue antes, durante y después virgen ¿eh?.
Entonces, el problema de la Santísima Trinidad se une al problema de cómo entender esto ¿verdad?, la Madre en varias oportunidades pero hará cosa de seis meses tiene un Mensaje o más, tiene un Mensaje en donde dice que hay varias formas de amor, nosotros conocemos la forma de amor que existe entre un hombre y una mujer, entonces proyectamos todo en nuestra mente como si todos los amores fueran iguales, el que siente un hombre y una mujer, estamos, pero dice la Madre, el hombre y la mujer y también padres e hijos ¿no es cierto?, bueno, pero la Madre dice: hay otras formas de amor, que son más elevadas ¿eh?, la forma de amar que tienen los hombres es algo injertado en el corazón del hombre para que se multiplique la especie humana, por eso la pasión más fuerte que hay en el hombre es la pasión sexual, ¿por qué?, porque de esa manera se asegura que el mundo se pueble de hombres ¿verdad?, pero hay otros amores más elevados donde la pasión sexual no existe, donde la atracción física no existe, ¿qué existe entonces?, una atracción espiritual.
Nosotros así nos encontramos en la historia del Cristianismo de cosas preciosísimas como el amor de San Francisco de Asís y Santa Clara ¿verdad?, que pasaban largas horas conversando, el que mira las cosas desde el punto de vista humano nada más, pensará: lo que habrá hecho Francisco con Clara, pero si se conoce un poquito nada más de la vida de Clara y de Francisco, uno se da cuenta que no hubo nada más que una compañía espiritual muy grande, donde no se habla de sí mismo sino que se habla de los otros, mientras que los enamorados hablan siempre de sí mismos, yo veo por el corazón de mi esposa, la esposa dice: yo toco por las manos de mi marido, yo veo, siempre porque son una sola carne ¿verdad?, pero la Madre dice: hay otras formas de amores. Y entonces en esas otras formas de amor se explica los amores de Jesús con Juan y con la Magdalena por ejemplo, Juan era su Discípulo predilecto, Juan tenía diecisiete años cuando murió Jesús, era el más jovencito de todos ¿eh?. Cuando en la Última Cena Juan recuesta su cabeza sobre el Corazón del Señor, los que estaban allí dicen: miren cómo se aman, pero eso no quiere decir que se estén amando de una forma humana, no, en todo caso de un padre a un hijo por las edades ¿no es cierto?, pero nunca de forma humana, había mucho más, tal es así que ese Discípulo predilecto, Juan, es el que después va a escribir el Evangelio ¿verdad?, porque cuando muere Jesús le dice a María que lo cuide y a Juan que la cuide a María, María va a vivir siempre con Juan hasta casi su vejez ¿verdad?, entonces cuando Juan escribe lo que acabamos de leer hoy y muchas cosas más, no es solamente lo que aprendió del Maestro sino además de lo que aprendió de María, que había vivido tanto tiempo más y había entendido las cosas como una persona adulta al lado de José y al lado de Jesús.
Por eso nos maravilla el Evangelio de San Juan, porque está escrito por alguien que bebió, mamó directamente las cosas como fue Juan, nada hay tan hermoso como el Evangelio de San Juan, los otros nos parecen muy buenos, claro, pero el Evangelio de San Juan es preciosísimo, ¿por qué?, quién mejor que el Discípulo amado podía escribir sobre su Maestro ¿eh?, quién, los otros decían: miren cómo se aman, es el mismo Juan que siendo un muchachito al pie de la cruz está allí presente y no lo niega, mientras otros como Pedro, Santiago, etc., lo negaron muchas veces y cuando las papas quemaban se hicieron humo, mientras que Juan no ¿eh?.
Entonces, las palabras de Juan tienen que impresionarnos de otra manera ¿por qué?, porque él puso la cara, su cuerpo, su vida al lado de la Madre de Jesús ¿no es cierto?, y al lado de las otras mujeres que fueron con Él ¿verdad?, y si no fuera por Juan, yo lo dije tantísimas veces, no sabríamos que la Virgen María estuvo al pie de la cruz, los otros Evangelios no lo dicen eso, porque había intereses especiales, no malos pero para no influenciar más en contra de la gente de ese entonces.
Pero sigamos, estábamos hablando de los amores diferentes ¿verdad?, así como se vio lo de Clara y Francisco, a lo largo de la historia, de la religión Católica Apostólica Romana tenemos otros amores preciosísimo como San Benito y Santa Gertrudis por ejemplo ¿verdad?, San Alfonso María de Ligorio y Santa Mónica, tenemos todo el afecto que se tenían el Padre Pío, San Pío de Pietralcina por esa niña que se acercó a él, que quería irse, le dice: no, vos venís a cuidarme a mí las llagas y todo y fue como una especie de la otra mitad ¿no es cierto?, para comentarle sus problemas y sus cosas, lo mismo que Francisco y Clara, lo mismo que Benito y Gertrudis y podría citarles montones de ejemplos ¿eh?.
Hubo otras formas como San Juan Bosco que tuvo durante tantísimos años su madre, mamá Margarita y la eligió a su mamá como confidente ¿eh?, pero siempre son amores especiales, que tenemos que esforzarnos y no lo vamos a entender, solamente podemos decir: Señor, hacé que entienda algo por lo menos de este amor tan profundo, que hay mucho más allá del amor que se puede tener un hombre y una mujer en la pareja o de los padres a los hijos o de los hijos a los padres, hay otros amores mucho más elevados, más profundos, donde ya no se piensa en uno sino que se piensa en los demás, ¿o qué pudo haber hablado Santa Clara y San Francisco que no fueran cosas que se referían al prójimo, como organizar esto, lo otro, cómo enfrentarse con los enemigos de todos los días? ¿eh?, porque los tuvo San Francisco como lo tuvieron todos ¿eh?.
Bueno, pero ya eso es una historia que se hace larga ¿no?, pero a veces es interesante, sobre todo para entender esto de la Trinidad, para poder entender que hay amores superiores al que podemos sentir entre un hombre y una mujer o padres e hijos y de hijos a padres, hay otros amores mucho más elevados, pero como miramos todo desde un ángulo nada más, el ángulo que nosotros tenemos, entonces creemos que todo es igual, por eso rápidamente negamos a veces la virginidad de María ¿verdad?.
Entonces, no mis queridos, aquello que no entendemos dejemos a un costado hasta entenderlo pero no pensemos mal, porque ¿quiénes somos los seres humanos para juzgar la vida de los hombres?, ¿quiénes?, nadie, con qué derecho podemos pensar, incluso yo estoy hablando de la Trinidad, estoy hablando de la virginidad de María pero también hablo de la vida de las personas todos los días ¿verdad?, cualquiera habla cualquier cosa de cualquiera sin importarle nada ¿eh?.
Por eso, una de las peores cosas por las cuales uno no puede ver al Padre cuando uno se muere, una de las cosas más terribles son los problemas de la lengua ¿mmm?, algunos piensan que son problemas del sexo, no, dice el Señor, en el sexo dos se ponen de acuerdo, hacen lo que tienen que hacer y punto, es importante pero nunca lo es tanto, es decir lo dos se hacen responsables de lo que hacen, salvo que sea una violación, pero lo difícil es conservar la lengua en su lugar y la mente en su lugar para no pensar mal de nadie. Por eso, si nos espera algún día mucha oscuridad del otro lado, que se llama Purgatorio, es por haber usado mal nuestra lengua, digo esto a propósito de que también usamos mal nuestra lengua o nuestra mente para pensar en todas las cosas que les estoy diciendo.
Entonces, no creamos que todo el mundo es nuestro mundo y ya está y se terminó todo, el mundo no es chiquito, es chiquita nuestra forma de mirar, qué podemos ver los seres humanos, ¿acaso logramos conocer las intenciones de alguien? ¿eh?, si a veces ni conocemos nuestras propias intenciones, ¿podemos conocer las intenciones de alguien?, bueno.
Entonces, estamos hablando de la Santísima Trinidad que nos presenta el
Evangelio de San Juan: y en el principio era el Verbo, es decir la Palabra y la Palabra era Dios y Dios estaba…, claro, Jesús estuvo siempre con el Padre y con el Espíritu Santo, un día aparece como Dios hombre en el seno de María ¿verdad?, entonces padece todo lo que padece un hombre, hace todo lo que hace un hombre pero ese hombre era también Dios ¿verdad?.
Cuando estamos delante del Niñito en el pesebre pensemos y desdibujemos un poco la mirada para ver que detrás de ese Niño está esperando una cruz, ¿qué cruz?, la que va a llevar Jesús, es decir todo está muy bien la alegría de la Navidad ¿verdad?, pero no olvidemos que esa Navidad también está diciendo que ese Niño va a crecer, va a vivir mucho tiempo y va a morir en una cruz y va a derramar su sangre por nosotros ¿eh?, como la sangre de Jesús es como cualquier sangre de otro hombre ¿eh?, bueno.
Bueno, pensemos en todas estas cosas, cuando algo se nos presenta a la mente como difícil de entender no saquemos conclusiones de nuestra ignorancia ¿verdad?, y si, esto es así porque es así y se terminó, noo mis queridos, estamos haciendo una obra que no está bien, estamos confundiendo las cosas ¿eh?.
Recién cuando hablé de los amores que dijo la Virgen María habla de muchos amores más ¿verdad?, que solamente creciendo mucho espiritualmente se logra entender ¿mmm?, porque a medida que el hombre avanza con su razón y su corazón se da cuenta lo que el Señor dijo: que el alma del hombre y de la mujer no tienen sexo, cuando nosotros pasamos a la otra vida, pasamos como personas, pero ya no tenemos ningún deseo sexual, pasional, del otro lado no, ¿por qué?, dice el Señor: serán como ángeles ¿verdad?, porque todo lo que se refiere al sexo es sobre la Tierra para propagar la especie, del otro lado ya no, ya no ¿verdad?.
Entonces, vos dirás: y bueno, pero yo espero morirme para conocer del otro lado todo esto, es una pena, tenemos que conocerlo aquí, porque al conocerlo aquí va a ser que amemos mucho más y si amamos mucho más estaremos mucho más cerca del Padre y al estar más cerca será mucho más grande nuestra felicidad, porque todos aspiramos a eso y esa felicidad a la que todos aspiramos recién se va a conocer del otro lado, aquí tenemos chispazos de felicidad, nada más, aquél que dice: que es feliz, muy feliz, más vale diga: tengo mucha paz, pero felicidad así como quien dice, no. San Agustín lo dice ya en el siglo IV: Señor, nosotros andamos persiguiendo la felicidad pero no la encontraremos hasta que no estemos en vos totalmente, porque en gran parte la felicidad viene al no desear ni cosas materiales ni nada y como hombre vivimos deseando cosas entonces siempre la felicidad se nos escapa de las manos, del otro lado no porque ya no deseamos, el Señor desea por nosotros ¿eh?, bien.
Para entender un poquito esto pensemos: las grandes cosas que nos rodean, las grandes cosas del Señor pueden ser accesibles a nuestra vida cuando nuestra humildad es grande, ¿y qué es la humildad?, es no creerse más de lo que uno es ¿eh?, tampoco menospreciarse, no, uno dice: soy hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza, heredero de su Gloria, uno dice eso y lo dice bien, pero no alcanzamos a entender las cosas, apenas tenemos chispazos o flashes como decimos de las cosas esenciales, no hagamos que todo pase por nuestro cedazo, porque nuestro cedazo puede estar muy mal confeccionado y pensar mal de tantas cosas. Es preferible no pensar antes de pensar mal ¿mmm?, y en esto de la Trinidad pónganse delante del Sagrario y díganle al Señor: mirá yo no entiendo muy bien esto del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que son tres distintos y es uno solo, enseñámelo Señor, hacémelo sentir en mi corazón, no importa si no puedo explicarlo pero al menos que lo entienda en mi corazón, bueno.
Jesús de la Misericordia, aquí estamos reunidos en esta tarde y todas las tardes y días a que alcance nuestra vida, todos los que estamos aquí Señor vos nos trajiste, por algo será y si nos trajiste es por lo que nos pasa, lo que sentimos, lo que deseamos, lo que queremos, con todo. Cada uno de los que está aquí adentro es un mundo en pequeño, porque cada hombre es único, entonces Jesús de la Misericordia tené compasión de nosotros… (se dio vuelta la cinta)…, así como si estuviera delante de la nariz y no más lejos, creemos que no es pequeño, pero lo pequeño es nuestra forma de mirar todas las cosas, no entendemos Señor ni nuestra vida, ni la vida de las plantas, ni de los animales ni de todas las cosas, no lo entendemos Señor ¿eh?, somos como forasteros en el mundo, todo se nos es extraño, las plantas nos hablan como nos hablan los animales, las piedras ¿mmm?, y todo y nosotros no entendemos nada, lamentablemente no entendemos nada, danos Luz Señor para entender algo siquiera de todo lo que nos rodea, danos Señor un corazón abierto y generoso, un corazón humilde y servicial, danos señor todo lo que necesitamos para poder vivir como en este mundo tan difícil lleno de tantas cosas tremendas.
Te amamos Señor, por eso estamos acá y también estamos porque vos nos trajiste Señor y si nos trajiste es porque querés darnos todo lo que necesitamos, sí Señor, nuestros cuerpos están enfermos, nuestro pasado ha sido duro y difícil, nuestra vida está llena de nostalgia, de cosas que ya no son y que nos gustaría volver a tenerlas, nuestra vida se desenvuelve siempre dentro de cosas precarias, nos falta esto, nos falta lo otro, siempre nos falta Señor, pero lo que más nos falta es el amor Señor, es el afecto, a todos, nadie puede decir que le sobra el afecto, nadie puede decir que le aman demasiado, nunca, porque el ser humano es alguien que vive mendigando un poco de amor, siempre ¿mmm?, y todos los males que hay sobre la Tierra es por la falta de amor.
Hacenos entender esto Jesús, hoy y siempre, danos esa claridad mental para distinguir las cosas, no importa los años que tengamos, las cosas que hagamos, el trabajo que realicemos, no importa Señor ni en cualquier época, a cualquier edad podemos entenderte un poco más Señor para poder vivir un poco mejor, hasta llegar al último día Señor en que realmente ahí sí vamos a entender todas las cosas y te tendremos para siempre, ahora te añoramos, estás con nosotros y ya cuando te retirás un momento, o parece que te retirás ya sentimos nostalgia de vos Señor ¿eh?.
Por eso, danos ese entendimiento del corazón para comprender, es decir hacenos buenos Señor, que seamos buenas personas, humildes, simples, no puente roto, intragable, insoportable, gestos duros, voces fuertes, manos pegadoras, no Señor, ese no es el mundo que nosotros queremos, queremos voces suaves, palabras dulces, amorosas, por supuesto a veces también enérgicas para defendernos de tantas cosas, pero queremos ser buenas personas Señor, queremos ser bien nacidos Jesús, bien nacidos, que los demás vean en nosotros cosas que le indique: sí, es una persona bien nacida, no me va a traicionar ¿eh?. Eso que vean de nosotros Señor, buenas personas, buenos tipos, buenos, así que se note de lejos eso ¿eh?, ¿por qué nos cuesta tanto?, pero a veces es la caparazón que tenemos afuera, por dentro creo que todos tienen un corazón amoroso que está esperando y está queriendo dar todo lo mejor.
Vos Señor que estás presidiendo esta asamblea junto a los Santos y a los Ángeles y que mucha gente te está viendo, estás cerquita nuestro Señor, estás tan cerca, por eso hacé que nuestro corazón a veces endurecido por el tiempo, las cosas, una vida dura llena de injusticias, llenos de dolor, porque es cuestión de mirar, yo miré recién de ambos lados de la Capilla y acá y la mayoría son un montón de dolor apilado y también yo soy un montón de dolor apilado, nadie tiene el monopolio del dolor, todos tenemos montones de dolores apilados pero si tenemos Señor tu Luz nuestros dolores se esfuman, nuestras penas desaparecen y pasamos a ser lo que vos querés que seamos, pequeños diositos, porque estamos creados a tu imagen y semejanza Señor.
Que hermoso es sentir Señor tu presencia, recibir los rayos que salen de tu Corazón, que hermoso que es todo esto, yo cuando pensé venir a este Santuario, dije: y bueno será como otro Santuario, no, no, aquí está el Señor presidiendo la asamblea, está allí delante como el Señor de la Misericordia, porque esta es su Casa junto a la de su Madre, éste es su lugar, éste es el lugar donde Él acampó, en éste lugar acampó Señor, en éste lugar, ¿por qué?, porque habrá visto que había necesidades muy grandes en esta América para venir y acampar aquí, podrías haber elegido otro continente, otro país, otro lugar, pero viniste a éste lugar y nosotros Señor estamos recibiendo los beneficios de tu venida, que suerte que tenemos, que suerte es la nuestra de tenerlo aquí, de tenerte aquí junto a nosotros siempre, ¿qué nos puede preocupar?, ¿qué nos puede doler?, ¿qué enfermedad puede ser incurable?, ninguna, si está el Señor autor de todas las cosas que lo hace todo, solamente hace falta que te digamos: aquí estoy Señor, mirá, soy así, tomame como soy y hacé de mi vida medio precaria hacé una vida nueva, yo quiero ser un buen padre, una buena madre, quiero ser un buen hijo, quiero ser un buen hermano, quiero ser un buen esposo o esposa, quiero ser, tener una conducta genuina, que se vea claro, donde van mis objetivos, no puedo vivir engañando a los demás, porque nadie engaña a nadie en este mundo, lo que pasa es que a veces los que nos engañan nos ponen el pie sobre la cabeza y no nos dejan mirar otra cosa, pero nadie es tan tonto como para no saber que lo están engañando, nadie, nunca supongan eso ¿mmm?, bueno.
Señor de la Misericordia, que haya un antes y un después de este día en nuestra vida, rompé nuestra vida, hacela de nuevo Señor, hacela de nuevo si es necesario o mejorá lo que ya tenemos, lo más hermoso es que te tenemos aquí cerquita Jesús, tan cerquita, que te decimos como siempre lo hacemos: tan cerca de mí…., sí está aquí y yo hoy me decido a hablarle al Señor porque estoy dispuesto a cambiar en todo, o en aquellas cosas que no estoy bien, si como vivo me hiciera vivir tan feliz Señor no te diría de cambiar, pero como estoy viviendo me da lástima a mí mismo de cómo uno está, entonces tenés que venir a nosotros y hacernos cambiar ¿eh?, si de nuestra vida hasta nosotros nos avergonzamos cómo no vamos a querer cambiar ¿mmm?. Ocurre que ahora estamos todos cambiaditos, bañaditos y con la ropa puesta pero vos Señor nos ves desnuditos, como cuando vinimos al mundo ¿eh?, y no solo por fuera sino también por dentro. Por eso, qué te voy a decir Señor esto o lo otro, no sé, de cualquier forma te voy a decir muy despacito al oído: tené piedad de mí Señor.
Le hablaré sin miedo al oído….
Y si está aquí, por supuesto Señor que queremos decirte con todo el fervor, queremos decirte: basta ya de todo este pasado miserable, con dolores, enfermedades y porquerías, vení a mí Señor, saname, saname de todo Señor, tengo tanta necesidad. Repita cada uno en su interior: tené compasión de mí Señor, porque soy tan poquito, vení a llenarme con tu Luz, diga cada uno, vení a llenarme con tu Luz y pasá sanando todo, por eso te lo decimos así como un coro gigante que se levante en el día y en la noche: sáname Señor con tu Espíritu….
Levantamos todas las fotografías para que el Señor las pase sanando, todos los que están en las fotos, sus familiares, sus amigos, todos, pasá sanando Jesús todas estas personas, estos hermanos que están aquí presentes, liberalos de todo mal Señor, a ellos, sus familias y a todos los que aman, dale Señor, necesitamos que estés con nosotros Jesús, danos todo lo que nos hace falta Señor, el pan de harina y el pan de amor, necesitamos la humildad para conocerte, la comprensión para entenderte, necesitamos el amor para bañarnos en él y dárselo a todos y a vos especialmente Señor pero a nuestras familias, a todos los que amamos.
Sí Jesús, en lo más profundo de nuestro corazón Señor estamos sintiendo que vos con tus rayos de Misericordia nos estás inundando y nos das todo lo que necesitamos, sí Señor, estoy convencido Jesús que cuando me vaya de aquí, me vaya a mi casa, vas a venir conmigo Señor, te vas a instalar en mi casa, vas a sanar todo lo malo que hay en ella, las cosas terribles, las cosas pequeñas, todo, porque hoy empieza para cada uno una nueva vida, la vida plena en el Señor.
Alguno dirá: pero si yo estaba con el Señor, revisá bien las cosas, en una de esas vos te hacías la idea que estabas con el Señor pero era idea tuya nada más, todos los días hay que empezar de nuevo con el Señor, así como Él empieza de nuevo con las cosas, cada día con el amanecer le dice a todo: hágase todo de nuevo, así también necesitamos nosotros todos los días hacer todo de nuevo, dejar de lado las cosas malas y empezar a vivir como buenas personas, eso es lo que nos hace falta, pero no que lo pensemos nosotros sino que lo piensen los demás de nosotros ¿eh?, hay mucho tiempo para pensar bien de uno, que primero lo piensen los demás: es una buena persona.
Pónganse como meta, desde hoy voy a obrar en mi vida, en los negocios, en la venta de esto, como viajante, como carnicero, como panadero, como cualquier negocio que tenga: Señor, quiero que digan de mí que soy una buena persona, no quiere decir que por