Por eso, cuando aparecen los profetas de la decadencia para hablar de cosas terribles, opongan ustedes a eso un corazón hermosamente iluminado por los rayos de Mi Hijo como Señor de la Misericordia. Mensaje del 13 de Noviembre de 2008

Habla Artemio:

13.

Dice la Madre:

Ahora en este día 13 rememoremos los viajes tuyos al África con todos los problemas del Congo, del antiguo Congo, ahí el Señor te envía para hacer muchas cosas por tanta gente que sufre.

En estos días, estoy diciendo lo que ocurrió y que vos la mayoría lo comprobaste, te envió a distintos lugares de Europa, donde hay un descreimiento muy grande en temas religiosos y te sembró en tantos hogares, te llevó a muchos sitios para llevar su palabra.

También en estos días, lo digo para que quede en los Mensajes, no quedó ningún lugar del Oriente sin que el Señor haya producido con vos la multiplicación para llevar según los lugares su palabra, su Misericordia.

También el Señor llevó tu presencia a distintos lugares de los Estados Unidos donde se produjo ese milagro tan grande que muchos, ni siquiera los más optimistas habían pensado que llagaba tan pronto.

Por eso, cuando aparecen los profetas de la decadencia para hablar de cosas terribles, opongan ustedes a eso un corazón hermosamente iluminado por los rayos de Mi Hijo como Señor de la Misericordia, claro que puede haber problemas, ¿acaso no fue toda la vida de los seres humanos una suma de problemas?, pero en todo caso que los problemas sean un incentivo para generar en ustedes situaciones nuevas apelando con todas las fuerzas a la Providencia y a la Misericordia de Mi Hijo. Claro que hay problemas pero ¿son realmente?, ¿son realmente problemas o es una forma de mirar que tenemos la realidad?, una misma realidad es distinta según los ojos que la están mirando, ¿cómo son vuestros ojos, llenos de la Misericordia de Mi Hijo o desprovistos totalmente de esa fuerza maravillosa que todo lo transforma y lo hace bello y magnífico?.
Mis queridos, cuánto los amo, Mis brazos están abiertos, esta Madre está siempre pendiente de todo, de cada una de las cosas de vuestra vida, de cada uno de los momentos que viven.

Cuánto los amo hoy y siempre, denme permiso para que sea una metida en vuestras vidas, denme permiso porque todos son seres libres, por eso les pido permiso, déjense amar por esta Madre que los quiere tanto, los ama en profundidad y quiere ser la que les haga discernir vuestro corazón para entender los alcances tremendos, enormes, infinitos de la Misericordia de Mi Hijo.

Los amo, los amo hoy y los amaré eternamente.