Estas alabanzas suenan a algo difícil de entender, todo lo del Señor es difícil de entender y muy fácil de entender, así como no es fácil de entender que para ganar la vida hay que perderla y para que la planta nazca es necesario que el grano se pudra en la tierra, es tan fácil entender. Mensaje del 04 de Agosto de 2008

Habla Artemio:

04 de Agosto.

Dice la Madre:

Pongan todas las cosas a alabar al Señor, las plantas con sus hojas, sus troncos, sus flores y sus frutos, la tierra feraz que produce el mil por uno.
Pongan todo a alabar al Señor.
Pongan las arenas del desierto, así como los campos verdes.
Pongan esos animalitos que corren sobre la arena cuando el sol les da.
Pongan todo a alabar al Señor, a los peces del mar, de los ríos, de los arroyos, a toda la flora y la fauna del mar, que entonen alabanzas al Señor, su Creador.
Y como otras veces les dije, pongan también a alabar al Señor aquellas cosas que no pudieron hacer, aquella vida o vidas que no pudieron vivir, aquellas hojas que cayeron sin que nadie las viera, aquellos ojos que esperaban tus ojos y una mirada y no la encontraron.
Pongan todo a alabar, aquello que hicieron y aquello que no hicieron, porque las cosas tienen en sí misma una necesidad que satisfacer, por eso, pónganlo a alabar.
Podrías tener una voz hermosa pero no la tenés, podrías cantar como los pájaros pero no lo hacés, poné todas esas carencias a alabar al Señor.
Podrías desplegar tus alas por los aires como los pájaros en el estío pero no es posible, podrías con una mirada de amor reverdecer los campos, recoger frutos y salvar a los que más necesitan pero no lo hacen, no lo hacés, poné todo eso que no hacés a alabar al Señor.

Estas alabanzas suenan a algo difícil de entender, todo lo del Señor es difícil de entender y muy fácil de entender, así como no es fácil de entender que para ganar la vida hay que perderla y para que la planta nazca es necesario que el grano se pudra en la tierra, es tan fácil entender.

Pongan todo lo que no entienden a alabar al Señor.
Pongan todo lo que no saben a alabar al Señor.
Nuevamente, pongan todas las precariedades que tienen ustedes, los hombres, los que ejercen el poder, todas las precariedades y todas las dificultades y todas las cosas mal hechas.
Que todos alaben al Señor, hoy y siempre, a cada instante, por los siglos de los siglos.

Amén.