Oración, humildad, paciencia y una tremenda esperanza en todo y para todo, la fe que es un regalo Mío, que llegue a todos aquellos que están disponibles para recibirlo, porque muchos no. Mensaje del 30 de Julio de 2008

Habla Artemio:

30 de Julio.

Dice Nuestro Señor:

Les hable Yo o les hable Mi Madre siempre es el Mensaje de la Divinidad, porque ella dice lo que Yo le digo.

Quiero expresar esto, que siempre hay un mensaje uniforme que parte de los que están en la Bienaventuranza Eterna.

Oración, humildad, paciencia y una tremenda esperanza en todo y para todo, la fe que es un regalo Mío, que llegue a todos aquellos que están disponibles para recibirlo, porque muchos no.

Yo sé que muchos observan todo lo que pasa en el mundo y es evidente que son muchas cosas no gratas, les pido que tengan para todo y hagan el esfuerzo para eso de pensar cómo veo Yo todo lo que sucede, en todos los cuatro puntos cardinales. Yo observo el mundo y los acontecimientos, observo los hombres y cómo usan su libertad, observo todo, siempre en vistas a la plenitud de los tiempos, que para eso falta mucho pero sí hay en muchas personas una actitud permanente como lo resumí en esa expresión, que salió de esta pampa gringa: la mitad del mundo tiene una flor en la mano y la otra mitad por esa flor esperando, ya sé que dirán muchas cosas pero Yo les pido que se esfuercen para dar las cosas desde un ángulo totalmente diferente a lo que mira todo el mundo, esfuércense por mirar las cosas, los acontecimientos, los hombres a través de las palabras de la Sagrada Escritura, de los Documentos de la Iglesia y cuando ven cosas que no están bien, cuando ven cosas que relajan la buena voluntad ofrézcanme todo que Yo en las duras y en las maduras estoy siempre construyendo ese mundo que Mi Padre me encomendó. Como tan bien lo dice San Juan, me hace decir San Juan: Yo vine para que todo se salve y nada se pierda, digo todo, incluyo a toda la naturaleza y sobre todo a los hombres, pero desde el punto de vista de la Creación todos tienen su importancia.

Detrás de cada una de las cosas que pasan pregúntense: ¿qué provecho sacará el Señor de esto?, y por otra parte: ¿qué me quiere decir Jesús con estas cosas que estoy viendo y estoy escuchando?, ¿qué me querés decir Señor?, díganse en lo profundo del corazón, pregúntenselo siempre, como les dije: en las duras y en las maduras.

Los amo mucho, así como hace dos mil años derramé Mi sangre por ustedes sigo haciéndolo, para pagar todas las deudas impagas que hay en el mundo por obra del mal uso de la libertad de los hombres.

Lo digo con dolor porque decir mal uso de la libertad es una consecuencia directa o indirecta de toda una situación familiar, social, económica, política y cultural en todos los órdenes, entonces viéndolo al hombre desde una perspectiva así no se lo puede considerar malo sino fruto de una circunstancia, como fue engendrado, como lo llevó su mamá en la panza, como nació, como se crío, resolvió la mayor parte de sus problemas de futuro entre los cinco y los siete años, digo esto por la importancia que tiene los primeros años.

Entonces, aquellas cosas que se van recibiendo a lo largo de la vida hacen eco en aquello que se fue formando en los años primeros. Entonces, en base a eso delante de un hombre, como una vez les dije: piensen cuando estaba en la panza de su mamá, ella soñaba, que madre no sueña cuando lleva un niño, que madre no sueña, bueno, si ese sueño se cumplió, amen a ese hombre y hagan por él todo, y si ese sueño de la madre no se cumplió, háganlo todo también por aquella madre, aunque no se lo merezca, pero ¿quién puede establecer si alguien merece o no?, si no es el Señor que les está hablando, ¿quién?.