Mi Hijo y Yo no vinimos a acampar en estas tierras irredentas, irredentas, no vinimos a acampar para que todo siguiera igual, no, no lo olviden, nada seguirá igual y con toda la paz, con todo el amor los hombres irán aprendiendo a decir su palabra, no es fácil poder decir lo que uno quiere cuando nunca estuvo acostumbrado a eso. Mensaje del 16 de Julio de 2008

Habla Artemio:

Día 16.

Dice la Virgen:

El cansancio de este día, te voy a explicar, se debe a que estuvimos con vos en todas las zonas de Bolivia, es decir las zonas que se han separado, en teoría o con la intención que tienen los que la gobiernan, es una afrenta al Creador, a esta Madre que siempre bregó por la unión de todos los hermanos bolivianos, que triste es esta situación, esas divisiones tan terribles, pero no por otra cosa sino porque en el fondo hay problemas económicos que están provocando las divisiones y por otra parte no pueden tolerar, no por otra parte sino en todos no pueden tolerar que un indio les esté mandando, que sea el presidente de la nación. Podrá ser de este hombre lo que sea, gobernando o no, pero… (se dio vuelta la cinta)…, gobernando o no, pero que nadie olvide que con Mi Hijo en el año ‘95, próximo a los quinientos años de la conquista, vinimos a estas tierras a acampar, estamos siempre pero especialmente para que por fin la palabra liberación sea una realidad para tantos hombres y mujeres y niños que nunca pudieron decir su palabra, tampoco se pudo oír su voz y si su voz se oyó pronto desapareció porque fue liquidada.

Se escucha el gorjeo de los pájaros en todo momento…

Cuántos años de injusticias, cuántos años de dolor, cuántos años sin que la palabra de Mi Hijo sea escuchada, alguien dirá… (se escuchó un fuerte gorjeo de un pájaro)…, alguien dirá: pero ¿y todos aquellos que representan al Señor aquí en la Tierra?, cuando no dicen nada o lo dicen por lo bajo y no se comprometen con el pueblo, entonces, entonces no están sirviendo a Mi Hijo sino a los opresores que se valen de cualquier cosa para someter a las personas. Sí, por supuesto, toda la América soportó y soporta cosas terribles, hay algunos países que parecería que están soportando mucho más, nunca se puede comparar porque siempre los dolores son personales y las injusticias son de cada lugar pero entiéndanlo, así de esta forma no, no se puede vivir sin dejar vivir a los demás, no se puede comer mientras los demás ni siquiera las sobras tienen de esa comida, no se puede respirar aire puro cuando el hermano lo está respirando contaminado, no se puede mirar el Cielo cuando otros no los pueden levantar, ni siquiera un poco de la Tierra madre.

Pueblos hermanos de América, entiéndanlo, que llegó el momento de los que no tienen voz, no se olviden, parecería que en el fondo o desde el fondo de la historia, las palabras de Juan el Bautista vuelven a repetirse en estos lugares, sí, vuelven a repetirse. Mi Hijo y Yo no vinimos a acampar en estas tierras irredentas, irredentas, no vinimos a acampar para que todo siguiera igual, no, no lo olviden, nada seguirá igual y con toda la paz, con todo el amor los hombres irán aprendiendo a decir su palabra, no es fácil poder decir lo que uno quiere cuando nunca estuvo acostumbrado a eso.

Por eso las primeras palabras a veces son hasta disonantes o desubicadas que es propio de quien no ensayó nunca pero alguna vez tenía que ensayarse para poder decir la palabra que cada uno debe decir por su condición esencial de persona humana, por las libertades esenciales que el Padre les dio desde el comienzo de los tiempos.

Así como están las cosas no, no solamente me refiero a este país sino que estoy hablando de toda América. ¿Solo de América alguien dirá?, no, otros días hablaré de otros lugares.