Una vez más Mi Hijo volvió a demostrar que Él cosecha donde no siembra y recoge donde no pone, quiero decir, lo que estaba tal vez prohibido por los hombres, de repente Él te la regaló, así de simple, así de grande, así de infinito y ahí está el Cuerpo de Mi Hijo en pequeños trocitos de pan para permanecer allí para siempre.
Mensaje del 11 de Junio de 2008

Habla Artemio:

11 de Junio de 2008.

Dice la Virgen María:

Me gusta volver a recordar, hace unos meses cuando Mi Hijo, un domingo que no fuiste a Misa, y dijiste: que lástima porque no puedo comulgar, entonces Él arrancó de su Cuerpo un pedacito y lo hizo caer sobre vos diciendo: “Yo soy el pan bajado del Cielo”, tomaste el pedacito, comiste un poco, lo trajiste adentro, tal vez sin tener conciencia de todo lo que había pasado, lo guardaste unos días hasta que Mi Hijo te dijo: bueno, ya me has tenido aquí suficiente, ahora llevá esto a la Capilla. Entonces de acuerdo a como te dijo Mi Hijo hiciste, lo llevaste y lo pusiste en un armario hasta que un miembro del grupo dijo: semejante tesoro debe estar bien guardado, por eso hizo instalar una caja fuerte para que estuviera el Cuerpo de Mi Hijo guardado. Desde entonces, Él dijo muchas veces ya, refiriéndose a ese Sagrario: así como este es único en el mundo, porque todas las Iglesias tienen su Sagrario con Mi Cuerpo consagrado por los hombres, en este caso, Él arrancó un pedacito de su Cuerpo y te lo regaló, usando sus palabras: te regalé un pedacito de Mi Cuerpo, porque por circunstancias, que no importa decirlas o no, no te es permitido tener un Sagrario, pero Él quiso.

Una vez más Mi Hijo volvió a demostrar que Él cosecha donde no siembra y recoge donde no pone, quiero decir, lo que estaba tal vez prohibido por los hombres, de repente Él te la regaló, así de simple, así de grande, así de infinito y ahí está el Cuerpo de Mi Hijo en pequeños trocitos de pan para permanecer allí para siempre.