Lo más grande que se hace siempre en la vida es a cambio de nada, si alguien lo quiere reconocer, pues bien, depende de los demás, pero ese sentimiento de hacerlo sin esperar recompensa es lo único que puede salvarnos de todo mal ¿mmm?, cuando nuestro corazón llegó a entender eso lo entendió todo. Oración del 04 de Mayo de 2008
Habla Artemio:
Como todas las cosas en la vida, si no lo hacemos tenemos que acostumbrarnos a empezar todo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
24 en el cancionero todos digamos: hoy perdóname…. Venimos a alabar al Señor y a mostrar toda nuestra vida así como si estuviéramos desnuditos como cuando vinimos al mundo, así delante del Señor pensamos que tristes no podemos estar ¿eh?, porque que mejor que estar delante del Señor, por eso decimos con todo nuestro fervor: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. De nuevo: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo….
Ahora pensamos que quien puede decir que la vida que tiene entre sus manos es fácil, quién, al contrario, nuestra vida, todos, de todos es difícil, nos levantamos a la mañana y ¿qué va a pasar durante todo el día?, y cuando llegamos a la noche decimos: otro día más, porque a veces no son problemas tan grandes, son problemas de enfermedad, son problemas de el trato que tenemos con la gente, que a veces es tan difícil, tal vez nosotros tengamos buenas intenciones pero las intenciones de los otros a veces no son tan buenas e incluso a veces nosotros mismos podemos tener intenciones creadas en cada cosa ¿no?, por eso, se hace necesario tremendamente tener la asistencia del Señor en nuestra vida, no es cuestión de cumplir, entiéndanlo, es una cuestión de vivir de otra manera, vivir de otra forma, tengo que cumplir esto, tengo que cumplir con lo otro, nada que ver, no, no, yo debo hacer esto porque me siento mejor, porque estoy bien, es lo mismo que cuando uno entra en algo, como quien dice entra en órbita, cuando nosotros no estamos con el Señor no estamos en órbita, porque quien nos creó no tiene nada que ver con nuestra vida, entonces pensemos: cómo hacemos para poder entrar en la órbita del Señor.
Dicho con otras palabras, cómo podemos ver a ese ser que nos creó como un Padre, porque creer en Dios todos creen, todos, es muy difícil encontrar un ser humano que no cree en Dios, todos creen, el problema reside que en ese ser que uno llama Dios, así a secas ¿no?, se convierta en un Dios que es nuestro Padre, nuestro hermano, nuestro amigo, nuestro compañero, y en la medida que pasa eso tiene que haber en nosotros una entrega grande, total, completa; algunos me dirán: yo ya lo hice, hacelo de nuevo, porque tal vez necesitemos todos los días entregarnos nuevamente y si lo hiciste alguna vez y te parece que ya está, no, nunca uno llega a estar plenamente con el Señor, tal vez demande toda una vida, no podemos decir: fui a Misa y ya cumplí, ya está, está todo resuelto, me han visto a los demás y yo mismo me siento que no, no, así no, habrá que buscar ¿no es cierto?, qué formas de vida llevar y cómo relacionarnos con ese ser que es nuestro Padre.
Ahora, nosotros se lo vamos a decir de esta manera porque necesitamos la gracia del Señor que nos de todo lo mejor, así como una lámpara necesita del aceite para seguir ardiendo, nosotros también necesitamos de la gracia del Señor para vivir bien. Entonces le decimos: pon aceite en mi lámpara Señor….
Bueno, esto es muy importante pero al hacerlo con el corazón porque uno diariamente se encuentra con montones de personas que sobre Dios parece que lo sabe todo, pero ¿qué pasa?, no es cuestión de saber tanto sobre Dios, sí, por supuesto, que quien más conoce más ama, sí, pero el problema es establecer esa relación como les decía recién ¿eh?, que en la hora más serena de la noche o en el día o en el trabajo o cuando hay un problema, poder decir: Padre necesito tu mirada sobre mí para aliviar mi vida, mis cosas, tengo un problema muy serio, ¿con qué?, ¿cómo voy a llegar a mañana?, ¿qué hago?, ¿qué no hago?.
El ser humano que logra ofrecerse totalmente al Señor pero en serio ¿eh?, no así nomás, ofrecerse plenamente, ese ser encontró la punta del ovillo de toda su vida, pero para eso hay que pedir el auxilio del Espíritu Santo y ahora lo vamos a pedir para entender con el corazón el Evangelio de este día pero también como una prolongación para entender todas las cosas que nos pasan. Normalmente cuando a nosotros nos ocurren cosas así cosas que no son lindas, enseguida pensamos: hay qué habré hecho, el Señor me la está haciendo pagar, o bien otra cosa: cuántas pruebas me pone, o bien diciendo: sin embargo yo no hice tanto mal en la vida para que me pase todo esto, o: qué hice de mal para que me pase. Cuando a uno le ocurren cosas si uno tiene ese constante ofrecimiento al Señor lo que tienen que preguntarse es esto: con esto que me está pasando ¿qué me quiere decir el Señor?, pero para poder hacer ese razonamiento hay que partir de una base, Él no me castiga, si me pasa algo malo es porque los demás, las cosas, la gente, una piedra en el camino, que se yo, me hizo caer, me hizo resbalar, me quebré una pierna, que se yo, cualquier cosa. ¿Qué me estás queriendo decir Señor con esto?, vos nos querés mi mal, en consecuencia, algo me estás queriendo decir con esto que me pasa, ¿qué me querés decir Señor?, ¿qué me querés decir?. Y también pensar en esto: ¿cómo vas a aprovechar Señor esto que me ocurrió?, porque hay que partir siempre de una base, aunque a veces hay días que nos vaya mal y muy mal ¿verdad?, reconocer que el Señor recoge donde no puso, saca donde no puso y recoge donde no siembra. El único que pueda hacer eso es Él, entonces no puedo decir yo: y pero todo como está no puede ir bien, no Señor, si vos estás conmigo y eso es consecuencia del ofrecimiento que te hice de mi vida, entonces yo estoy seguro que estás conmigo, entonces no tengo miedo de nada, ¿qué va a pasar mañana?, mi querido, si no sabemos si llegamos hasta mañana, vamos, quien está seguro de llegar hasta mañana, yo no, ustedes no sé ¿mmm?.
Bueno, por eso, a cada momento le alcanza su propio esfuerzo, el mañana está en manos del Señor y mañana cuando me levantaré, abriré los ojos y diré: hoy ¿qué?, ¿por dónde voy Señor?, ¿qué debo hacer?, parecería que no hay otra salida que ponerse en manos del Señor y que ese ponerse en manos sea una iluminación grande del Espíritu Santo que entra en nosotros para decirnos y cuando ya uno se hizo el hábito de dialogar con el Espíritu Santo ¿eh?, cuando uno se hizo ese hábito acuérdense que hasta los actos más simples del día lo va a guiar el Señor y como Él nos ama bien, no nos tiene ni envidia, ni celos ni nada por el estilo, entonces siempre va a ir bien, ¿y los días terribles?, también en esos días lo vamos a encontrar al Señor, porque tampoco se hagan la ilusión de que porque estoy con el Señor todo me va perfecto, no, Él no nos prometió eso, estar en la vida, hay que luchar, hay que ganar el pan con el sudor de la frente, parir los hijos con dolor y todas las cosas por el estilo ¿mmm?, pero como siempre les digo, estar con el Señor cambia toda la perspectiva del ser humano, todo, absolutamente todo.
Entonces para que Él venga a nosotros le decimos: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Hoy es el Santo de Florian y Paulino pero lo que conmemoramos hoy especialmente es la Ascensión del Señor, ya vamos a explicar todo esto para que pueda entenderse, el Evangelio de hoy es de Mateo, 28, 16 a 20, quiere decir capítulo 28, versículo 16 al 20: “los once Discípulos, partieron para Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Cuando vieron a Jesús, se postraron ante Él, aunque algunos todavía dudaban. Jesús se acercó y les habló así: me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la Tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean Mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que Yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia”. Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Algunas palabras para entender el Evangelio de hoy, Jesús resucitó, se aparece a María Magdalena, a su Madre, a los Discípulos y después dice: bueno Yo los voy a dejar pero me voy a ir para enviarles un Consolador que esté siempre con ustedes ¿mmm?, por eso hoy se conoce como el día de la Ascensión, conmemoramos ese día cuando Jesús pasa al otro lado, ¿eso quiere decir que ya nunca más va a estar con nosotros?, por supuesto siempre, porque como ayer les decía, el Espíritu Santo es una de las motivaciones fundamentales para que Jesús esté con nosotros.
Pero vayamos un poquito más lejos con lo que dice el Evangelio de hoy: los mando a todos los lugares del mundo a bautizar a las personas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, a todo esto alguien le pregunta: Señor, ¿cuándo estemos en lejanas tierras cómo nos van a conocer que somos cristianos?, y Jesús les responde así simplemente: porque se aman y agrega: sanan a los enfermos, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos ¿mmm?, con eso los van a conocer; vos dirás: pero antes de la aparición de Jesús, ¿de esto no se habló?, parece que no, porque quien vio todo el pasado, toda la historia de la humanidad hasta el advenimiento de Jesús en verdad no pasó mucho, que una persona que profesara ciertas ideas, diera la vida por las ideas que estaba predicando no había pasado nunca, que alguien diga: nada hay tan grande como dar la vida por los amigos, no lo había dicho nunca nadie.
Claro, y si lo hubieran dicho nosotros creemos siempre las palabras que van acompañadas de ejemplos ¿mmm?, las cosas que se creen tienen que ir acompañadas de ejemplos, ¿en qué sentido?, y que podemos seguir al Señor, Él realmente da la vida no solamente por los amigos sino por todos los hombres muriendo en una cruz, derramando toda su sangre por nosotros, nos cuadra que en su boca haya expresiones como esta: no hay amor más grande que dar la vida por un amigo, no hay, ¿es más grande dar la vida por un amigo que el mismísimo matrimonio que está fundado en el amor?, sí, es más grande, porque en el matrimonio hay intereses comunes, dos personas se buscan para ser una, en la amistad que dice Jesús es mucho, va mucho más, por eso dice: es lo más que puede ocurrir, porque es entregar la vida sin nada a cambio.
Eso es lo que desconcertó a todos los hombres de su época y de todas las épocas, que Jesús haga todo a cambio de nada y si ustedes se ponen a pensar un poquito todo aquél ser que hace las cosas con amor profundo las hace a cambio de nada, es el amor que la madre siente por su bebé, lo hace ¿por qué?, porque es su hijo, para que el chico le agradezca el día de mañana, no, y ya vemos a veces como agradecen los hijos mandándonos al geriátrico, bueno pero eso es otra historia.
Lo más grande que se hace siempre en la vida es a cambio de nada, si alguien lo quiere reconocer, pues bien, depende de los demás, pero ese sentimiento de hacerlo sin esperar recompensa es lo único que puede salvarnos de todo mal ¿mmm?, cuando nuestro corazón llegó a entender eso lo entendió todo. Ahora, hay una cosa interesante que sigue en el Evangelio este, aquí está cortito pero sigue más ahí ¿eh?, Jesús dice, no tantas horas antes de morir en la cruz, dice: les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado, les doy un mandamiento nuevo, pero ¿cómo, ya no sabíamos por la tabla de los diez mandamientos que había que amar al prójimo como a sí mismo y a Dios sobre todas las cosas?, sí, eso lo había hecho Moisés muchísimos siglos atrás, pero ¿qué pasa?, para entender lo que dijo Moisés en aquél entonces hay que entrar dentro de la ley que tenían los judíos y si amaban a algunos era porque alguien me lo mandaba, si no mataban es porque alguien me lo manda, y si no hago esto, lo otro o lo otro o lo otro es porque me lo están mandando pero cuando Jesús habla de un mandamiento nuevo nadie te manda a amar al otro, tiene que surgir de tu propio corazón, porque sino ya no es el amor que Él pidió, así de simple.
Alcanzan a medir la diferencia entre todo el Antiguo Testamento, toda la parte primera de la Sagrada Escritura, ¿sí?, desde Moisés se cumple con los diez mandamientos, incluso en las confesiones te dicen: ¿cumple con los diez mandamientos?, sí, está bien, claro que cumplo, pero hay un mandamiento nuevo que no se los estoy diciendo yo, lo dice el propio Jesús, les doy un mandamiento nuevo, pero ¿cómo, ya no lo estaba en los diez mandamientos esto?, sí, pero de otra forma, con otro sentido ¿mmm?, allá: amarás al Señor, tu Dios, con toda tu alma y todo tu corazón y al prójimo como a vos mismo, es un mandato, es una imposición, amen sino ustedes son cola de rata ¿eh?, amen, es obligación. Pero les voy a decir: les doy un mandamiento nuevo, nos está diciendo que hagan esto, ámense unos a otros como Yo los he amado, pero con una finalidad diferente, no para cumplir con algo, no para cumplir con la ley, no porque sea bueno hacerlo sino porque surge del amor personal, mientras no entendemos eso no estamos dentro del Cristianismo, tengan en cuenta eso, mientras no se ama al prójimo, si quiera un poquitito, no tanto como Jesús nos pidió, no está uno dentro del Cristianismo ¿mmm?, sí, porque yo soy cristiano y católico y todos los domingos a Misa, sí, es óptimo ir los domingo a Misa a mi me llena de gozo porque se reedita otra vez el sacrificio de la cruz, perfecto y tomo su cuerpo, etc., me llena de gracia, está muy bien, pero ¿y el resto?, ¿qué pasa cuando uno sale de allí?, ¿quiénes son mis hermanos?, ¿quiénes son los que están cerca?, ¿quiénes son los que están más allá?.
Por ejemplo, en este día, en este momento, se han cerrado los comicios en Bolivia, esos comicios, esas elecciones es para hacer algo que es terrible, yo no me quiero poner como ejemplo, te cuento como me va, yo estuve sufriendo todo el día porque ya sé cuál va a ser el fin de estas elecciones y el fin de las elecciones es para perjudicar a millones de personas que siempre esperaron una liberación que no les llega a ninguna parte, ahora con Evo Morales les había llegado, pero los grandes intereses no lo permiten ¿eh?, y vos decís: pero ¿y usted es pariente de alguno?, no mis queridos, son hombres y mujeres que nunca tuvieron nada ¿mmm?. Había llegado a la presidencia uno de sus tierras, el primer indio que llegó, como en un Mensaje dice Jesús: hoy es un día de Gloria para América porque uno de sus hijos asume la presidencia de su Nación y hoy estamos asistiendo, en este momento se cierran los comicios, para separar a Santa Cruz del resto de Bolivia, ¿por qué?, porque Santa Cruz es la provincia más rica y la otra parte, quedan tres estados todavía bastantes ricos y toda la otra parte es de la miseria, entonces equiparando con todo lo que se saca en Santa Cruz y en los otros tres estados alcanza para cubrir todas las necesidades de Bolivia, pero veinte familias con más de ochenta mil hectáreas dominan hoy las elecciones; vos dirás: ¿y qué?, a mí me duele, y si no te duele a vos es porque no lo entendiste a Jesús todavía, así de simple, porque es tu hermano el que está padeciendo, así de simple, no lo conocés, está lejos, lejos, cerca, pero es nuestro hermano ¿eh?.
Hoy hablo por lo de Bolivia pero habría cincuenta millones de cosas a que referirnos igual ¿no es cierto?, bueno, entonces, les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otros como Yo los he amado, tenemos que descubrir esto mis queridos, sino estamos todavía afuera, estamos queriendo entrar tal vez pero la mayoría por ahí nos recalca: ¿cumple con los diez mandamientos?, y sí, claro que cumplimos, pero el asunto no es cumplir con los diez mandamientos, es sentir al hermano como prójimo, por eso para Jesús es un mandamiento nuevo, dice lo mismo que el otro, pero Él dice que es nuevo porque la dimensión en la que Él lo da es la dimensión del amor; entonces vos dirás: ¿quiere decir que para Jesús todo es medio facilongo nomás?, nooo, el amor del Señor es muy exigente, solamente que de otra manera, así como el esposo no le pide a la esposa: che, tenes que serme fiel, no me pongas los cuernos o de la esposa al esposo, bueno, noo, no hace falta, se sobreentiende que tiene que ser fiel. Si hay dudas es porque ya las cosas no funcionan ¿eh?, si yo estoy junto a una persona, confío en ella y la amo, es mi otra mitad ¿verdad?, no hace falta que le recomiende adónde fuiste, qué hiciste, por qué esto, por qué lo otro, no, porque se sobreentiende, el amor entre los seres que se aman se sobreentiende, no hace falta decirlo, los gestos, en la mirada, en la mano sobre el hombro, en donde sea.
Entonces, ¿ven?, el amor del Señor no es que sea así facilongo nomás total todo es posible, todo está permitido, no Señor, no está todo permitido, está permitido aquello que el amor puede dejarme hacer y no más y no más, bueno.
Entonces, en el Evangelio de hoy estamos viendo con toda claridad que el Señor nos invita a ir por el mundo a predicar su Evangelio, algunos a los pastores, a los curas, sí, pero a todos, a cada uno de ustedes también, a cada uno, no se crean que ustedes están libres ¿eh?, no, no, no, todos. Es lo mismo que decíamos ayer y cuando uno encuentra algo precioso ¿verdad?, quiere comunicárselo a los demás: sabés lo que me pasa, sabés lo que tengo, y así ocurre con el Evangelio, si yo me siento feliz y bien te digo: sabés che, esto es así, que te parece, con todo el respeto, para no herir su conciencia, pero con claridad, con claridad. Jesús le dice: saldrán a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, harán esto para extender Mi palabra, ahora, recién cuando los Apóstoles reciben el Espíritu Santo en Pentecostés, entonces sí ahí le dice: vayan de a dos en dos a predicar la palabra, es cuando los Apóstoles le preguntan: Señor pero a nosotros nos mandas a tierras extrañas, ¿quién nos va a conocer?, y muy simple: van a conocer que son cristianos porque se aman, así de fácil, no dice se quieren.
La palabra querer me resulta tan pesada, porque hay muchos que detrás de la palabra querer se escudan, escudan todo su afecto, no, querer uno quiere tomar agua, uno quiere comer polenta, uno quiere ganar un buen sueldo, eso es querer, amar es otra cosa, es ponerse en la dimensión del otro, es mirar con los ojos del otro ¿eh?, o como por ahí hay cartelitos que dicen: amar es nunca tener que pedir perdón ¿verdad?, que está por ahí, en esas cositas que cuelgan en las librerías, está muy lindo, ahora, ese es el amor verdadero, el resto no sirve, como querer, ay yo te quiero tanto, ayyy que feo que está eso, yo te amo y se terminó; vos dirás: si pero como le vamos a decir a un hombre yo te amo, escuchame, vos sabés que el alma no tiene sexo, el alma no tiene sexo mis queridos, o ustedes ¿qué creen?, cuando vayan a la otra vida van a andar desplegándose, sí, porque yo soy varón, sí porque yo soy mujer, no, nada mijito todos serán ángeles dice, el sexo sirve en la Tierra porque siguiendo el mandato de Dios Padre que dice: aquí tienen la Tierra llénenla ¿eh?, bueno pero cuando pasemos al otro lado el sexo ya no corre ¿eh?, así que aquellos que creen que se la van a pasar piola allá no, hay otras cosas para pasarla piolamente, no, eso no.
Por eso, el alma no tiene sexo entonces uno dice: amo a alguien y díganlo sin vergüenza, que sea un hombre, que sea una mujer, que sea la mujer de otro, que sea lo que sea, yo te amo porque, eso quiere decir que tengo que pensar mal porque te amo, no, pará, ¿qué hay detrás de cada cosa así, malas intenciones?, uno se proyecta, cuándo vamos a tener ese amor que tienen los chicos cuando son pequeños, que son tan directos, espontáneos y puros en el amor ¿mmm?, un niñito abraza con todo el alma y los grandes son tan reacios a poner una mano sobre el hombro y si piensan que sos rarito ¿mmm?, no mis queridos, cuánto tenemos que avanzar en la vida ¿no? todavía para entender lo esencial ¿mmm?.
Una sola vez escribe Jesús en la arena cerca del Mar Muerto, una sola vez escribe en la arena y nunca nadie supo qué es lo que escribió, hasta que en una Revelación aquí en el año 97 dijo, cuando se le preguntó: Señor, ¿qué escribiste en la arena?, lo único que escribió ¿eh?, escribí: Padre, Abba, Padre, los hombres todavía no conocen lo esencial ¿eh?, Abba, Padre, Papá, los hombres todavía no conocen lo esencial, ¿y qué es lo esencial?, lo que estamos hablando hoy, vayan a los cuatro vientos y lleven Mi palabra y bauticen a todos, y sí Señor pero ¿cómo nos van a conocer?, y porque se aman. Eso no quiere decir que puede haber discusiones a veces subida de tono, sí pero se nota cuando una discusión subida de tono es fruto de una indignación momentánea y fruto del amor y se nota cuando en la discusión subida de tono hay todo una bronca interior, las cosas se notan y la gente no es tonta, se da cuenta ¿eh?.
Por eso, ámense unos a otros como Yo los he amado, ahí en la última parte del Evangelio de hoy dice: Yo estaré con ustedes hasta el fin de la historia, y en otro Evangelio dice: hasta la consumación de los siglos, claro, va a estar siempre con nosotros y pensando que ese es el más grande de todos los mandamientos: ámense unos a otros como Yo los he amado.
Habrá que pensar en esto, cuando alguno me dice: ¿y qué tal andamos con los diez mandamientos?, y muy bien pero hay uno que me gusta más todavía que es el que dejó Jesús, el otro está precioso pero el de Jesús está más completo y me conforma mucho más, porque fijate vos, que en el otro hay no matar, no hacer esto, no hacer lo otro, pero si vos amás a alguien no lo vas a matar, si vos amás a alguien no le vas a desear la muerte, si vos amás a alguien no le vas a hacer una zancadilla para traicionarlo, así de simple, el amor como decía San Agustín ya en el siglo IV: ama y haz lo que quieras, porque el que ama no se equivoca nunca; vos dirás: ¿nunca?, bueno suponiendo que a veces uno se equivoque en algo pero cuando uno lo hace por amor hay que pensar que Jesús toma eso y hace que no produzca ningún daño, ¿por qué?, porque se hizo con amor.
Tenemos que entrar en esta dimensión, no porque a mí se me ocurra sino porque es la que Dios quiere, Jesús nos dijo claramente: vayan y prediquen la palabra a los cuatro vientos, ¿y en qué nos van a conocer?, ya se los dije, pero no solamente que se aman sino una manifestación de eso es sanar los enfermos, expulsar los demonios y resucitar a los muertos, el Señor puede referirse al muerto que está muerto como Lázaro, pero también cuando nosotros estamos tan lejos del Señor y haciendo tantas cochinadas por ahí estamos muertos, somos muertos sin sepulturas, no damos olor pero no sé.
Entonces, lo segundo después de ese amor que el Señor nos manifiesta es sanar los enfermos, pero no le dice a uno o dos, nos dice a todos, por eso, ustedes han pensado por ejemplo que los matrimonios tienen, yo diría la obligación, más que obligación el deber de bendecir por la noche a sus hijos y de esa forma pueden sanarlos, ¿sabían eso?, con el sacramento del matrimonio o por el hecho de estar juntos tienen la capacidad para sanar a vuestros hijos y sanarse los esposos entre sí, eso viene aparejado o junto con el sacramento del matrimonio, no se lo olviden nunca y yo estoy tan convencido de eso, cuántas veces las mamás teniendo a su hijito en los brazos ¿verdad?, queriéndolos como los quieren, lo sanan de tantas cosas, mucho más que cualquier médico, con cualquier medicina, así como con la leche de sus pechos ¿eh?, bueno.
Todos tenemos que pensar en que debemos sanar a los demás, a veces con una palabra, con un gesto, con una palmada o directamente hacerlo con toda la intención: yo quiero sanarte, le pido al Señor en una oración que te sane, al decir yo quiero sanarte, quiere decir: le estoy pidiendo al Señor que te sane, el único dador de todo bien, pero nosotros tenemos que ser su instrumento ¿no es cierto?, tenemos que ser su instrumento.
Por eso, teniendo en cuenta todo esto que vinimos diciendo, digámosle con sinceridad y con un corazón muy ardiente de afecto: Señor de la Misericordia enseñame a amar a los demás, yo no lo sé todavía Señor o si lo sé es poco lo que hago, dale Señor, enseñame cómo debo hacer. Y yo sé Señor que aquellos antiguos que vivían tantos años eran justamente porque se amaban y te tenían a vos siempre presente entonces su vida se prolongaba por muchos años, como vos queres que sea ahora también, Yo no quiero enfermos dice Jesús, vine a sanarlos, porque los hombres tienen que morirse de viejos y no por enfermedad, porque la enfermedad es un desorden, lo dije unas quinientas millones de veces y lo voy a seguir diciendo otras quinientas millones, la enfermedad es un desorden, pidamosle ese orden al Señor para lo que nos pasa pero no solo la enfermedad del cuerpo sino también la del alma. Nunca nadie me dice Señor yo quiero sanarme de mi orgullo, de mi soberbia, yo soy jodido, la cago a palo a mi señora, le doy todo lo peor de la vida, nadie me dice eso che, que pena ¿no?, esa enfermedad es más grave que un cáncer ¿eh?, porque el cáncer lo padecés vos mientras que los golpes se los das a otro, bueno… (se dio vuelta la cinta)….
Cómo puedo hacer Señor para que sea sincero, para que no mienta, como puedo hacer Señor para que sea humilde, simple, cómo puedo hacer Señor, cómo puedo hacer Señor para quitarme estos egoísmos, estos celos que me estropean la vida, cómo puedo hacer Señor para no sentir bronca y si la siento cómo hacer para sacarme la bronca, cómo hacer Señor para vivir así simplemente, eso no quiere decir que vaya a vivir como un tonto y que le aguante a los demás cualquier macana, no, hay que pedirle los derechos que uno tiene, por supuesto, pero hay tanta diferencia en darle la trompada a uno con amor que dársela con bronca, ustedes dirán: ¿cómo dice eso?, y sí, así de simple, se nota, si te doy una zamarreada con amor se siente hasta nivel piel, ahora si te la doy con bronca para hacerte mal también se siente, no estoy aconsejando que golpeen a nadie, por favor, pero quiero decir que hasta en los actos violentos, cuando molestan los demás o uno quiere defender ciertas situaciones ¿verdad?, se nota cuando uno lo hace con la buena intención, con una recta intensión, danos Señor recta intensión de nuestra vida.
Señor de la Misericordia, vos me trajiste aquí porque el asunto es que yo no te elegí Señor, vos me elegiste a mí, ahí está tu grandeza Señor, yo ni me acordé de vos, vos te acordaste de mí porque desde hace milenios me estás amando y entrando en la forma de amor que vos tenés, me doy cuenta que yo no vine, vos me trajiste, yo no te amé, vos me amaste primero y me hiciste despertar a una vida diferente.
Y ahora en esta vida diferente Señor me siento tan bien, que lindo sueño se consigue cuando uno hunde la cabeza en la almohada pensando: hice todo lo imposible, no tengo nada de qué arrepentirme y si tengo, bueno me arrepiento y no lo haré más, que distinto se duerme cuando uno no tiene pesos en la conciencia, pero es fácil no tenerlos, es muy fácil, pidiendo humildemente, simplemente, mirando a la gente, qué necesita, qué le pasa, no quiere decir que me voy a desprender de todo para darle a los otros, me desprenderé de aquello que el otro necesita y normalmente no son cosas materiales, son una palabra, un gesto, una mirada, nada más, una mirada a veces puede transformar una vida, por qué somos tan reacios a mirar bien, a poner la mano sobre el hombro, a tocar a los demás, ¿por qué somos tan reacios? ¿mmm?, ¿por qué?, porque el mensaje que le dan los ojos, la voz, las palabras es mucho pero la mano sobre el hombro de alguien es como si viviera la mitad de la vida.
Señor, cuánta suerte tenemos Señor en ser tus hijos, cuánta suerte Señor que nos llamaste, nos trajiste, nos amaste y nos amás, ¿por un día o dos como aman los seres humanos?, no, hasta la consumación de los siglos, en esta vida y en la otra.
Piensen, al principio decíamos: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo ¿no es cierto?, y ven ahora después de todo lo que hablamos que es cierto, no podemos estar tristes, puede haber momentos difíciles porque todos somos humanos ¿no?, pero el Señor está con nosotros, Él todo lo puede, no lo fuimos a buscar, Él nos vino a buscar para amarnos, entendamos esto, ¿el resto?, el resto como dice Jesús no es lo esencial ¿eh?.
Pensando en todas estas cosas le presentamos al Señor todas nuestras enfermedades, nuestros problemas, nuestros dolores y también le ofrecemos todos los dolores que sentimos, las cosas que nos pasan, todo, todo, porque siempre al pasar por el dolor tenemos cosas hermosas para que Él nos ayude a llevar la cruz que tenemos, ¿qué cruz?, esa cruz que tenemos que hacerla lo más liviana posible pero tenemos que llevarla, no tenemos otra. A veces tenemos una cruz de la cara, a veces tenemos la cruz de la estatura, a veces tenemos la cruz de una mujer que no sé o de un hombre y bueno, no sé, a veces tenemos la cruz de, bueno, tantas, cada uno sabe lo que tiene.
Por eso, reconcíliense con el Señor, piensen: desde que yo empecé a hablar, desde antes está ahí delante presidiendo la asamblea, está todo triunfante y asintiendo con la cabeza cada una de las palabras que digo y mientras tanto la Madre ocupadísima ya bendijo la mitad de esta Capilla y está empezando con la otra mitad, los bendice y los sana ¿mmm?, por eso la bendición mía ¿qué vale?, al lado de la bendición de la Madre y del Señor ¿eh?, siéntanla que llega hasta ustedes y le pasa la mano en la cabeza y los toca, les toca donde tienen enfermo ¿eh?, aunque ese lugar sea la cola, la Madre no tiene ningún prejuicio en tocarles la cola, cómo la Madre se va a avergonzar en tocar lo que el Señor no se avergonzó en crear, así de simple.
Bueno, Señor mirá, es tanto lo que estás cerca de nosotros que ya no sabemos dónde terminas vos y empezamos nosotros, por eso te decimos así con tanto amor: tan cerca de mí….
Y por supuesto porque está aquí triunfante y lleno de gloria le pedimos que se acerque a nosotros para sanarnos, definitivamente de todos nuestros problemas: sáname Señor con tu Espíritu….
Sí Señor, quiero que el fuego de tu Espíritu Santo entre en nuestra vida en este momento y nos traiga toda una vida nueva, donde realmente podamos confiar Señor en que vos estás siempre pendiente de nosotros, porque como decíamos nosotros no te llamamos, vos viniste a nuestra vida, eso es lo más hermoso que nos puede pasar, porque parecería que cuando pedimos que alguien nos ame nos sentimos hasta mal porque: pero ¿y si no quiere?, pero con Él no nos pasa eso, porque Él vino a nosotros, golpeó la puerta de nuestro ser: abrime hijo, Yo te creé a Mi imagen y semejanza, Yo te amé siempre, dejame que te siga amando y más ahora que estás enfermo, que tenés un cáncer que te come los huesos y el páncreas y el hígado y no sé los pulmones y otras cosas, que tenés esto, lo otro, lo de más allá, mucho más ahora quiero entrar en tu corazón y quedarme allí para siempre.
No se nieguen a recibirlo, es tanto lo que Él puede darnos, todo directamente, mirá que nos faltan cosas a los seres humanos ¿eh?, mirá que nos faltan cosas, amor, comprensión, que alguien nos tenga en cuenta, a veces hasta mendigamos una caricia, a veces hasta mendigamos una caricia y el Señor está allí disponible para darnos todas las caricias que querramos.
No olvidemos todas estas cosas porque el amor del Señor no tiene comparación con nada ni con nadie. Que hermoso es poder sentir el amor del Señor ¿eh?.