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Oración del 28 de Mayo de 2008

Está bien procurar la sanación física, claro, si hay un cáncer que me está comiendo hay urgencia para sanarse pero qué dijimos antes: que la sanación tiene que venir junto con la conversión, en algún momento, en algún momento va a tener que ocurrir que digamos: ¿qué está pasando en mi vida?, ¿quién soy yo?, ¿de dónde vengo?, ¿qué pasa?, ¿qué me ocurre acá dentro?, ¿por qué es posible que yo no puedo perdonar?. Oración del 28 de Mayo de 2008

Habla Artemio:

Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Miércoles 28 de Mayo, hoy los Santos son Justos y Germán y como todos los
miércoles veneramos a San José, Patrono de la Iglesia Universal, Patrono de tantas cosas, de tantos trabajos y sobre todo el Padre Adoptivo de Jesús, el Evangelio de hoy es de Marcos, capítulo 10 y los versículos son 32 a 45, dice: “otra vez Jesús reunió a los doce para decirles lo que le iba a pasar: estamos subiendo a Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros, que se burlarán de Él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán. Pero tres días después resucitará. Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir. ¿Qué quieren de Mí?. Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu Gloria. Jesús los llamó y les dijo: como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes, por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos. Sepan que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre ”. Esto es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Vamos a aclarar un poquito la palabra del Evangelio para tratar de entender en profundidad lo que dice o algo por lo menos. Cuando los Discípulos le dicen a Jesús: te vamos a pedir algo Señor, que cuando llegues a tu Reino nos sientes a tu lado y Jesús le dice, evidentemente que ellos querían un privilegio ¿no?, y el Señor le dice: no, y después le da a entender que en el Reino todos tienen que ser servidores porque el máximo servidor es el Señor. Nosotros vemos a veces en los grupos humanos, en las organizaciones religiosas, siempre hay alguien que quiere destacarse entre los otros, se vuelve a repetir la escena del Evangelio de hoy: alguien quiere ser un poco la estrella, es decir brillar entre los demás. Yo he hecho montones de retiros aquí, en Bolivia, en Chile, en el Paraguay y siempre he visto lo mismo, que las grandes cosas a veces se estropean ¿verdad?, porque hay algunos que creen saberlo todo y el único que lo sabe todo es el Señor, o bien cuando empezamos a crecer, un poquito, que no es crecimiento sino que es tal vez un error ¿no?, creer que uno creció enseguida uno: porque lo que hago yo el otro no lo hace, no, todos somos diferentes en consecuencia cada uno tiene su propio proceso de maduración, no se puede comprar nada y menos las cosas de la fe, porque cada uno tiene su propio planteo, su propia vida, su propia manera de ver, de sentir. Ya San Pablo en las Epístolas lo dice: que el máximo tribunal que puede juzgar la vida del hombre es su propia conciencia, entonces tendremos que preocuparnos que nuestra conciencia esté clara, esté lo suficientemente limpia para ver con claridad las cosas que nos pasan.

Justamente, algo que debemos pedir en las sanaciones es que nuestra conciencia sea clara, no confusa, no difusa, no contradictoria, y ¿cómo se consigue eso?, también para la conciencia hay sanaciones, nosotros así primeramente atendemos si nos duele la rodilla o el codo o el ojo o lo que sea, pero yo no veo que nadie me pida: por favor, quiero ver claro las cosas que pasan a mi alrededor y en el mundo, nadie cree que puede estar enfermo en su conciencia, nadie, pero un corazón lleno de odio, de rencor, alguien que no perdonó a lo largo de los años no puede tener una conciencia clara para ver las cosas, porque alguien que no puede perdonar, porque dice: es demasiado lo que me hizo, esa persona no tiene conciencia clara, está viendo todo a través de eso que le pasó ¿mmm?, y no es justamente la vida que nos propone el Señor eso.

Ya sabemos que todo, a todos nos fue siempre en la vida de una forma, de una manera, cincuenta cosas nos pasaron y si estamos aquí es porque sobrevivimos a un montón de problemas y cosas que nos ocurrieron, estamos acá, por supuesto, se les nota en el rostro a cada ser humano, a todos se nos nota en el rostro las huellas de vuestra vida, todo se nota en el rostro, es como si uno tuviera un mapa donde está indicado todo lo que nos fue pasando a lo largo del tiempo y más años pasan, más se da que en el rostro se manifiesta todo lo que nos ocurre.

Está bien procurar la sanación física, claro, si hay un cáncer que me está comiendo hay urgencia para sanarse pero qué dijimos antes: que la sanación tiene que venir junto con la conversión, en algún momento, en algún momento va a tener que ocurrir que digamos: ¿qué está pasando en mi vida?, ¿quién soy yo?, ¿de dónde vengo?, ¿qué pasa?, ¿qué me ocurre acá dentro?, ¿por qué es posible que yo no puedo perdonar?, y si pero como me violaron, ya sé, eso pasó cuando eras chica o chico, que sufrí tantas injusticias, sí, pero eso está en el tiempo, no podes que esos problemas estén obnubilando, es decir oscureciendo tu forma de mirar las cosas actualmente ¿eh?.

Entonces, vengamos al Santuario a buscar la sanación de nuestros problemas físicos, claro, tenemos necesidad de estar bien o nuestros problemas psíquicos pero pensemos también que en general y la mayor parte de los problemas que tenemos en el cuerpo antes estuvieron en la mente, sí señor, y mucho más cierto tipo de enfermedades que se manifiestan así en forma concreta.

Entonces, no equivoquemos los términos, pensemos, ¿cómo tengo que hacer yo?, y preguntárselo al Señor también: ¿cómo tengo que hacer yo para sanarme? ¿mmm?, cuando Jesús dentro de las primeras Revelaciones se ve claro una cosa, ¿qué es lo que se ve con máxima claridad?, el Señor viene a renovarlo todo, a hacerlo todo nuevo, comenzando por nuestra vida, porque no se puede pensar en cosas a lo lejos cuando todavía no tenemos en claro todo lo que nos está pasando. Ustedes dirán: pero ya tengo tantos años, qué voy a ponerme a pensar ahora, bueno pero despacio, puede ser que, entendemos siempre nosotros, entendemos que tenemos que sanarnos, sí o sí, pero a veces nuestra enfermedad está tan avanzada cuando nos presentamos delante de Dios, tan avanzada, que uno está a disposición de la naturaleza que ya no da más en nuestro cuerpo ¿verdad?, justamente hoy alguien habló por teléfono y dijo: toda la familia está sumamente agradecida, enormemente agradecida porque fulano de tal murió en paz, sin ningún dolor, con total conciencia de que entraba en el Reino, ¿se entiende lo que digo?, fulano de tal decía el nombre de la persona, que hará un mes estuvo acá, murió pero tan bien, tan en paz, tan consciente de todo.

Entonces, ¿ven?, el Señor se preocupa incluso de traernos aquí cuando ya nuestra vida a veces está muy desgastada por la enfermedad para darnos un buen fin, no es el caso de las personas que están hoy día aquí, no, no es el caso, les estoy contando un caso especial, de alguien que vino ya en sus últimos momentos, agradeciendo la paz que tenían y como quedó toda la familia, porque reconozcan hermanos que uno de los grandes problemas que nos preocupa a todos es la muerte, tal vez porque sea o es algo desconocido, pero acuérdense, Jesús dice: no hay muerte, hay un cambio de estado, dejamos de estar así como estamos ahora para pasar a vivir en otro lugar.

No existe la muerte, no existe, entiéndanlo, dentro de la mirada del Señor la
muerte no existe, entiéndanlo, escuchen esta expresión del Señor, hay un cambio de estado, todo va a ser precioso, depende de cómo vivamos, por eso les decía recién que muchas veces el Señor trae a algunos para que tengan el fin de sus días feliz y en paz, porque también en eso hay una sanación, también en eso, no es el caso de ustedes hoy, pero a veces ocurre.

Entonces, no confundamos las cosas, venimos al Santuario para o por nuestras enfermedades, bien, está bien, es legítimo eso, pero una vez que estamos aquí tenemos que pensar que toda nuestra vida debe girar… (los niñitos que van y vienen por favor quédense quietos, los padres entiéndanlo, nos distraen, que se queden quietitos, aprendan a criar a sus hijos porque ustedes me parece que no saben. Perdonen ¿eh?, pero yo soy muy directo, bueno)….

Bueno, entonces venimos con el propósito de sanar nuestras enfermedades, pero por qué nadie me dice: tengo un corazón lleno de egoísmo, tengo una vida, porque a mí me violaron, sufrí injusticias con la señora de mi padre, que se yo, tantas cosas, nadie me dice nada de eso y sin embargo en el noventa y tanto por ciento es el origen de las enfermedades que tienen ahora, no se olviden de esto.
Si no sanamos nuestro espíritu no vamos a sanar nuestras enfermedades físicas, pongamos en orden nuestra vida, todo ese pasado difícil, lleno de cosas, alguno se dirá: y sí, pero el problema está en que el Señor no me va a perdonar si empiezo yo a enumerar las cosas que hice a lo largo del tiempo, mi querido, entendelo de una vez por todas, el Señor ya te perdonó todo lo que hiciste, ya no lo tiene más en cuenta, así que empezá una vida nueva desde hoy, empezá en serio, no le reproches después al Señor: no me escuchas. Lo dice el Evangelio: vine a servir, vine a traerte la vida en abundancia dice el Señor ¿eh?, y todos somos iguales, exactamente iguales.

No piensen el que está a mi lado dirá: debe estar, que se yo que le pasa al que está a mi lado, a lo mejor está a kilómetros mucho más cerca que la Luz que yo, no sé, no comparemos, no critiquemos, no nos metamos en la vida de los demás, no entremos a formar parte de la vida del otro si no nos debe interesar, nos debe interesar los otros para ayudarles en todo lo que podamos pero no para meternos en su vida y dictaminar: esto es bueno, esto es malo, no dijimos al comienzo que depende siempre las cosas de la conciencia del hombre, lo dice San Pablo, no lo digo yo.

Por eso, tengamos al venir al Santuario las cosas claras, hoy, pero ¿solamente a sanar mi cáncer?, no, yo tengo que renovar toda mi vida, tengo que poner todo en orden porque sino mi vida es un problema grandísimo, no sé qué hacer con mis años, no sé que hacer con los problemas que tengo, no sé qué hacer con todo lo que me pasa, alguna vez habrá que decir basta y si alguien toma en exceso hay que pensar: tengo que curarme, y si alguien dice: tengo que curarme porque tomo en exceso y después de haber sido tratado por médicos y que se yo y no se sana, bueno habrá algún otro problema, pues bien, enfrentémonos al Señor y díganle: qué me pasa Señor, que yo quiero dejar de tomar y no puedo, quiero dejar de pegarle a mi mujer y no puedo, quiero dejar de gritarle a mis hijos y no puedo, quiero ser una persona decente y no puedo, quiero guardar mis manos y no meterme nada de otro en los bolsillos y no puedo, habrá que enfrentar al Señor y decirle: ¿qué pasa Señor?, haceme ver claro, llevame delante de cualquiera para que yo pueda sanar mi corazón porque esto a medida que pasan los días se va agravando.

Entonces, sí, cuando pensamos en venir aquí pensamos en sanarnos, y claro, y está muy bien, pero no solamente lo que tengo entre manos sino toda mi vida, tiene que haber en mí una conversión, girar ciento ochenta grados si es necesario y si no queres, sos libre, pero tampoco le pidas al Señor que te sane, porque no hay ningún derecho en querer conservarse en lo que uno quiere, de lo que uno desea y pedirle al Señor, por eso es como decirle: aceptame así dañino y maldito como soy porque yo no pienso cambiar, entonces a otra cosa, te equivocaste de lugar y además el Señor entiende que tal vez no comprendas todavía, como los Apóstoles que querían estar a la derecha y a la izquierda del Señor como si fuera algo, un privilegio, que se yo, cuántas cosas.

Mis queridos, ya sé que a veces las palabras mías pueden ser duras en lo referente a la vida y a la muerte, en lo referente a cómo vivimos y cómo sería mejor que viviéramos, en cuanto a la crianza de los chicos, o el deseo de que no haya ruido. Ahora está en silencio pero después cuando estamos haciendo la sanación cada uno se corta solo en cuanto a hacer bulla ¿eh?, hay gente que viene con mucha devoción y quiere estar en silencio y en paz, no vengan aquí a comentar cosas y cosas, guarden silencio que mientras tanto piensen: estoy delante del Señor, vine a sanarme, no puede ser así tan simple como cuando voy a comprar un kilo de papas, pago y se terminó, no, no confundamos tres Ave María por un dolor de rodillas, no, eso es otra vida, eso como dice Jesús: la vida de un bebé de pecho, nosotros tenemos que ser adultos en todas las cosas que hacemos.

Señor de la Misericordia mirá nuestra alma, nuestro cuerpo, mirá nuestra vida, acá dentro Señor hay tantas personas enfermas del cuerpo pero casi un noventa por ciento está enferma del alma, no es feliz Señor, no está alegre, la alegría no llamó a la puerta de su corazón, vive, no, pero eso no es vivir, eso es durar ¿eh?, no Señor, que los hombres vivan realmente, que empiecen distinto, a avanzar de otra forma.

Pongan ante las manos del Señor todo lo que tienen ustedes, aquí está Señor, yo te lo doy, te lo doy para que lo transformes si es necesario, lo cambies también si hay algo que no sirve y ya en este momento para no repetirlo en cada uno después te pedimos Jesús que todos los presentes, si alguno lo hizo ya no importa, se sanen de los problemas hereditarios que están arrastrando, sea en el orden físico, psíquico, espiritual, cultural, o lo que sea, basta de heredar cosas del pasado, nunca más Señor quiero heredar cosas malas, lo bueno sí, ¿y qué se puede heredar?, todo mis queridos, cualquier cosa se puede heredar, desde el color de los ojos, hasta la forma de caminar o el cáncer de hígado que tenés trabajando en este momento, todo se puede heredar y mientras no se sanen aquellos elementos pequeñitos que se llaman genes, si no se cambia eso no hay sanación y esa sanación que se haga siete generaciones hacia atrás, siete en la Biblia significa siempre, entonces que se sanen todos y a su vez toda la descendencia, yo quiero estar en paz, no quiero que mis hijos nazcan ni taraditos, ni dawn, ni diferentes, ni enfermos, que después de tantos años van a estar muy mal, que su corazón no funcione, que la válvula, que esto, que aquí, que allá, todo, sanación total, definitiva, por siete generaciones hacia delante, es decir siempre.

Jesús ya en el 95 lo decía: si supieran lo que es sanar la herencia estarían todos pidiéndolo a los gritos, por una razón muy simple, porque ya no nacerían más chicos diferentes, todo sería distinto.

A pesar de eso sigue siéndolo de una manera, por eso ofrezcámosle nuestra vida al Señor, ¿qué quieren, que enumere los que acá dentro han sido violados, algunos físicamente y otros de palabra?, si ustedes quieren yo los enumero, no los voy a señalar con el dedo pero los enumero, cuántos hay, cuántos hay que el tema que me obsesiona, golpeadores, hombres golpeadores acá dentro cuántos que hay y tal vez ustedes son fruto de algún golpe de vuestro padre cuando estaban en la panza de mamá, cuidado, eso pasa ¿eh?, y acá dentro, que te parece, diría yo dieciocho casos en que han recibido golpes ya en la panza de mamá, tu vida no puede ser tan buena si te pasó eso mi querido, pensá en el disgusto enorme de tu madre cuando te llevaba, pensá en el disgusto enorme y decir: cómo saldrá este niño porque mi esposo me dio una patada, no mis queridos, y acá dentro a pesar de que todos tenemos una pintita muy de normales pero hay gente que es golpeadora, basta che, acabala con eso, que estás haciendo un daño muy grande y tampoco esas palabras hirientes que son más filosas ¿eh?, termínenla con eso che, basta, distinto es el problema de la droga, que acá dentro hay ocho drogadictos, pero ya va por otro camino eso ¿mmm?, tal vez esos que son drogadictos y que están aquí presente han tenido una educación deficiente, dejen que vuestros hijos vayan a cualquier parte, hagan lo que quieran y los manden a ustedes, van a terminar después atendiéndolo como drogadictos o algún tipo de adicción: el alcohol, la velocidad o lo que sea ¿mmm?.

Señor, vos nos traes aquí para proponernos un plan de vida distinto, diferente, vos querés que estemos bien, que nuestro corazón se llene de alegría, que seamos felices, por eso Señor indicamos qué debemos hacer, cuándo, cómo, de qué forma, no podemos así Señor, no podemos vivir, no podemos pensar: y total uno se muere y listo, no, listo no, el hombre no termina nunca, va a quedar para siempre, toda una eternidad. ¿No creés que el Señor te trajo aquí hoy para darte una oportunidad grande para que sanes tu vida?, ¿no creés que a lo mejor Él te trajo para decirte: mirá, aquí te sirvo todo en una bandeja, cambiá.

Señor Jesús, cómo te amamos Señor, sabiendo que una palabra tuya puede cambiar nuestra existencia, modificar nuestra realidad, ponernos limites en las cosas que estamos mal, sabemos Señor que nosotros te lo pedimos y escuchamos tu palabra vos vas a ordenar todo lo que tenemos desordenado, hay tantas cosas, a veces nos creemos que todo está bien, que somos perfectos, que esto y que lo otro. Nadie se crea perfecto, el Evangelio se lo dice, nadie se crea perfecto ni nada por el estilo, todos tenemos que convertirnos todos los días un poquito más, un poquito más, siendo más humano, más comprensible, más humilde, más simple, más lleno de paz.

Sí Señor, estás aquí con nosotros, presidiendo la asamblea y acercándonos nosotros a vos y vos a nosotros, sentimos el calor de tu cuerpo, tu mirada detenida sobre nosotros, sentimos la respiración y también sentimos que tu Madre Señor pasó por cada uno dándole la bendición y la sanación, por cada uno. Señor, te amamos, no sabemos de qué forma, no sabemos si bien o mal, no sabemos nada, pero te amamos Señor, por eso estamos acá, no queremos seguir sufriendo Señor, ni nosotros ni ninguno de los que nos rodean, no queremos Señor, porque no está bien eso, es algo que no termina, algo que nos embreta una vida difícil, terrible, danos una mano Señor, nos trajiste aquí, por algo Señor, por algo Señor, hacenos pensar: si los traje aquí no creen que es la gran oportunidad para empezar vuestra conversión, todo lo que hacía de malo, porque todos saben qué es malo y qué no es malo, no jodan.

Entonces, haceme cambiar Señor, estás tan cerca de mío Señor, tan cerca que te digo y todos también: tan cerca de mí…. A ver se lo vamos a decir de nuevo pero más fervoroso: tan cerca de mí…. Y si está qué hacemos, lo invitamos a nuestra casa y ¿cómo le hablamos?, ¿qué le decimos?, bueno voy a empezar diciéndole que cuando tenía ocho años mi tío me violó, no, no, no le puedo decir eso, no, Él ya lo sabe, entonces le voy a decir que mi mamá vivió sufriendo siempre y que yo recibí tan malos, no, no, eso tampoco puedo decirle Señor, simplemente: le hablaré sin miedo al oído….

Y antes Señor de pasar sanando, para todos los hermanos que están aquí presentes, en este día humildemente te digo: que te instales en la casa de cada uno de los presentes y empieces a sacar todas las cosas que no están bien, todas las maldades hechas, tiradas, deseadas, arrimadas, maldiciones y todas las porquerías que hace la gente cuando no tiene otra cosa que hacer y nos desea el mal. Señor, instalate en la casa, que en este momento se terminen los ruidos, no se abran más las puertas y se cierren solas. Señor, mirá todo lo que pasa, crujen los muebles, las cosas no van bien, una tras otras las desgracias nos siguen, nosotros creemos que es mala suerte, pero no es mala suerte, es que aquí no está el Señor en este casa, piense cada uno en su casa, en sus propiedades, en las cosas que le pertenecen, hasta en la olla, o en la cafetera, en el televisor y en la radio, en el control remoto y en la sartén para los bifes, piensen en todo, porque en una de esas en la sartén o en la olla alguien te la regaló con el objetivo de hacerte mal.

Sí Jesús, limpiá todo, absolutamente todo, en la casa de todos los que están presentes, quedate allí Señor y después de limpiar todo y al mismo tiempo si queres limpiá la vida de cada uno, hurgá en el pasado, sacá a relucir las cosas viejas para poder sanarlas, como vos sos el Señor de la Misericordia ya de antemano perdonás todas las cosas, solamente nosotros te la vamos a presentar.

Sí Jesús, con toda la fuerza y poder del Señor de la Misericordia y con mi invocación sugerida por el Señor esta mañana, yo te pido con todas mis fuerzas humanas que vos te instales como dije, en la casa de cada uno de los presentes y de los familiares y hagas una limpieza muy grande de todo lo malo, aunque a veces los familiares ni crean en vos Señor, pero yo creo en vos y entonces vos vas a limpiar todo, sí Señor, todo va a ser tan diferente después, vamos a estar tan contentos y felices que todas las cosas malas se terminen, la mala suerte ya no va a poder hacer daño a nosotros y vamos a pensar: ¿no seremos nosotros los que no hacemos las cosas bien?, porque eso de echarle culpa a la mala suerte es fácil ¿eh?, a veces somos nosotros que atraemos las cosas malas, nuestro desgano, nuestra indiferencia, nuestra pereza, sí Señor.

Yo te pido Señor con todas las fuerzas humanas, que vos con todas las fuerzas de tu Misericordia Divina, invadas los hogares de cada uno y hagas una limpieza general de todo lo malo, en las cosas y en las personas y los animales, las plantas, en todas esas casas que se llaman casas donde hay memoria, es decir pasado difíciles, es decir, ya en este momento por obra y gracia del Señor de la Misericordia queda todo borrado lo malo, absolutamente y si hay algún niño por ahí, aborto, enterrado en esas casas, en este momento Señor yo tengo la intención, como cada uno lo sabe, yo tengo la intención de bautizarlos en tu nombre y en el nombre del Padre y del Espíritu Santo para que pueda tener la paz y no ande por allí molestando para encontrarse con la Luz del Señor.

Entonces, el bautismo para todos esos niños sepultados, me refiero abortos,
tengo la intención de hacerlo, de bautizarlos en este momento, sí Señor, cada uno cuando llegue a su casa piense: todo está limpio, el Señor me está esperando, viene conmigo, pero también está aquí, me está esperando, porque eso me prometieron allá en el Santuario que eso ibas a hacer vos Señor, yo te lo prometo mi querido, claro que sí, es mi obligación moral prometerte que el Señor va a estar en tu casa y te va a defender de todas las cosas malas que te pasaron, te pasan y podrían pasarte pero que ya no van a pasar más.

Y ahora, sí te decimos todos juntos: sáname Señor con tu Espíritu…. Con fuerza, pensando en todas las cosas que no tenemos bien: sáname Señor con tu Espíritu….

Entrá en mi corazón porque yo estoy preparado para recibirte, tengo tanta necesidad Señor de tu gracia y de tu Misericordia, tengo tanto apuro Señor para vivir por fin una vida distinta, quiero estar bien Señor, quiero estar en paz, solamente vos me podrás dar la paz que dura, la paz que es para siempre, hay tanta necesidades y tan poca armonía dentro de mi casa, entonces ayudame para mejorar todo lo que no está en orden, las cosas que no están bien y todo aquello que realmente me está perturbando a mí y a toda mi familia.

Sí Señor, cuánto necesito Señor de tu auxilio, la llama de tu Espíritu que entre a mi hogar, que entre en mi vida y me de todas las cosas que me hacen falta. Sí Señor, acordate Jesús de todas las mujeres embarazadas para que sus hijos nazcan bien, sanitos, que estén bien y aquellos que desean tanto tener un hijo y hasta ahora no pudieron, que hoy la Madre, nuestra Madre, la Virgen, los haga fecundos para que puedan engendrar, sí Señor, solamente vos podes transformar y hacer de los desiertos los vergeles más hermosos, sí Señor, que esta luz de tu amor llegue a cada uno, es mi deseo, mi intención y la razón de ser de mi existencia, pedir por tu felicidad, tu vida, tus cosas y todo lo que es tuyo.

Tené seguridad de que esto va a hacer, yo te lo aseguro que va a ser, porque el Señor te ama y no va a destruir lo que le pedimos y además todos aquellos que todavía entre sus parientes hay alguno que está en la oscuridad, en este momento le pido al Señor… (se termina la grabación) ….

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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