Eso es lo que cada hombre que quiere avanzar tendrá que repetir cada mañana, repito, con un corazón nuevo por todo lo edificado ya pero que necesita como, si es necesario, empezar de nuevo, para que en base a lo que vaya ocurriendo en este día nuevo ver cómo se da la aplicabilidad de aquello: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Mensaje del 27 de Mayo de 2008

Habla Artemio:

27.

Dice la Madre:

Todo esto que fuimos desgranando en todos estos días apuntan a la santidad del hombre, obedeciendo aquello de que: sean perfectos como lo es el Padre Celestial, pero conviene recordarles una vez más que la santidad no es un lugar adonde se llega sino un camino por donde se transita y exige diariamente el esfuerzo laborioso y penoso para mantener ese estado. No puede uno decir: porque yo llegué a un grado de santidad y ya voy a prescindir de muchas cosas, no Mis queridos, ni los cargos dignatarios o los estados religiosos o laicos, nunca es seguridad por el estado, o por la situación o por las circunstancias a la que le han llevado en la vida pueden decir: llegué, no, cada mañana, ¿o acaso no se los vengo diciendo desde hace tanto tiempo?, cada mañana tendrán que volver a repetir, pero con un corazón nuevo y una esperanza mejor, cada mañana dirán, como Yo les dije y le dije al Arcángel Gabriel: “he aquí la esclava del Señor hágase en Mí según tu palabra”.

Eso es lo que cada hombre que quiere avanzar tendrá que repetir cada mañana, repito, con un corazón nuevo por todo lo edificado ya pero que necesita como, si es necesario, empezar de nuevo, para que en base a lo que vaya ocurriendo en este día nuevo ver cómo se da la aplicabilidad de aquello: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.

Ya sé que no es simple ni es sencillo cuando no hay tantas cosas que entorpecen el crecimiento del hombre, me refiero al crecimiento espiritual, pero esta Madre les aconseja que deben hacerlo y si ponen muy buena voluntad, usando de la libertad que tienen, poca o mucha, seguirá el proceso de acercamiento al Señor, que se dará siempre a través del acercamiento a los hombres, siguiendo el mandato de Mi Hijo: les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado.

¿Por qué nuevo, si ya en la tabla de la ley estaba?, pero en la boca de Mi Hijo tiene otra dimensión, no es una imposición, no es una obligación, no es algo que está escrito y hay que hacerlo sí o sí, no, es una apelación al amor, profunda apelación al amor de cada uno para decir.