Lo único que hay que hacer es estar disponibles y decirle al Señor: mirá, este soy yo, estas son las cosas que pasan ¿qué puedo darte Señor?, yo no lo sé, vos sí sabés, tomá de mí lo que te parece bien.
Oración del 07 de Mayo de 2008
Habla Artemio:
Buenas tardes.
Tomen el cancionero por favor, 06, todo esto lo empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Hoy perdóname…. Bueno hemos venido de lejos, no tan lejos, cerca para honrar al Señor y a su Mamá, yendo hacia los 14 años de sus Apariciones diarias en este lugar, 14, 13 se cumplió en Marzo y entonces lo menos que nos puede pasar es estar triste ¿no?, por eso le decimos con todo nuestro corazón: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. De nuevo: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. Ahora pensando en lo difícil que es vivir, estamos enfermos o no lo estemos, de cualquier manera es tan difícil vivir y además sabiendo que hay tantos hermanos nuestros sufriendo, cien mil perdieron su vida en Oriente y la guerra con todas sus cosas, sus muertes y también por supuesto el dolor que tiene Bolivia, el inmenso dolor, además de eso pensemos en todos los problemas del país, que son muchos, pensemos en todos los hermanos que necesitan de nuestra oración y de nuestro recuerdo, pensemos en todos y como no nos alcanza la vida ni nuestro aliento para eso, entonces le pedimos el auxilio al Señor diciéndole así: pon aceite en mi lámpara Señor….
Sí Señor, necesitamos de tu gracia para vivir Señor y mucho más para vivir bien, en todo momento, a cualquier hora y a través del tiempo, cuánto necesitamos de vos Señor, para escuchar tu palabra y poder atesorarla en nuestro corazón humildemente decimos: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Sentados todos, no se levanten, hoy es día miércoles 07 de Mayo, miércoles 07 de Mayo, como todos los miércoles está destinado a honrar a San José, acuérdense siempre, San José, estaba mirando que mañana es Nuestra Señora de Luján, el viernes Nuestra Señora de los Milagros y por supuesto el domingo 11 es Pentecostés, cincuenta días después de la Pascua, es la venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los Apóstoles, que semana hermosa que tenemos, a pesar de todos los dolores del mundo y de las cosas, tendremos que pedirle al Señor con mucho esfuerzo y devoción que termine con tantos males ¿eh?, entonces acuérdense, todos ustedes están bajo el Patrocinio de San José, todos ¿eh?, porque él dijo: todo el que pisa este lugar yo soy su patrón ¿mmm?.
El Evangelio de hoy es de San Juan, 17, 11-19, como ustedes pueden ver han oído todos estos días los Evangelios son de Juan y siguen los de Juan, sí, dice así: “Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras Yo vuelvo a ti. Padre Santo , está diciendo y se refiere porque el domingo fue la Ascensión del Señor, acordarse de eso, el domingo la Ascensión y el próximo Pentecostés, la venida del Espíritu Santo prometida por el Señor, dice aquí: Padre Santo, guárdalos en ese nombre tuyo que a Mí me diste, para que sean uno como nosotros, se refiere a la Santísima Trinidad, que son tres personas distintas y un solo Dios. Cuando estaba con ellos, Yo los cuidaba en tu nombre, pues tú me los habías encomendado, y ninguno de ellos se perdió, excepto el que llevaba en sí la perdición, pues en esto había de cumplirse la Escritura , se refiere a Judas, ninguno de ellos se perdió, dice el Señor, claro, menos uno ¿no?, Judas. Pero ahora, que Yo voy a ti, y estando todavía en el mundo digo estas cosas para que tengan en ello la plenitud de Mi alegría. Yo les he dado tu mensaje y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Se refiere, al decir el que está en el mundo, se refiere al que sigue los dictados del maligno, de Satanás, a eso se refiere Jesús: Yo les he dado tu mensaje y el mundo los ha odiado, claro, cuando uno trasmite la palabra, el que está en la oscuridad no quiere ver la Luz ¿eh?. No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del maligno, del demonio. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Es decir, todos nosotros no somos del mundo y ni él tampoco, es decir no pertenecemos al demonio sino al Señor.
Entonces sigue y dice: conságralos mediante la verdad, tu palabra es verdad. Así como tú me has enviado al mundo, así Yo también los envío al mundo; por ellos ofrezco el sacrificio, para que también ellos sean consagrados en la verdad”. Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Bueno, en todos estos Evangelios de Juan de todos estos días que pasaron y los que siguen se hace referencia: tú me mandaste, Yo vine, Yo voy a vos, en una palabra, repitamos esto, Jesús nace, se cría, predica, muere, después de muerto resucita se aparece a los Apóstoles, primero María Magdalena y a su Mamá, ahora bien, pero Él dijo: Yo no me voy a quedar siempre con ustedes sino que me iré al Padre pero les enviaré el Consolador, es decir el Espíritu Santo. ¿Eso quiere decir que ya no lo vemos más al Señor?, no, sino que además tenemos el consuelo constante del Espíritu Santo que está en nuestra alma ¿mmm?, si nosotros queremos ¿verdad?, ¿pero quiere decir que Él ya no está más con nosotros?, no, al contrario, al darnos su Espíritu Santo se hace una unión muy grande con Jesús también. Él no, en la Ascensión no es que se vaya para siempre sino al enviarnos el Espíritu Santo es para que nosotros entendamos más las cosas, por eso al comienzo cantamos: ven, ven, ven, Espíritu Divino ¿mmm?.
Ustedes tienen por ejemplo que los Apóstoles, hasta la venida de Pentecostés conocían muy poco y nada, lo amaban a Jesús pero relativamente porque todavía no sabían las cosas, pero cuando el domingo festejemos Pentecostés, el próximo, entonces ahí vamos a encontrarnos con que los Apóstoles reunidos en el Cenáculo con María Santísima reciben el Espíritu Santo. Y cuando salen afuera las personas que los ven dicen: ¿qué les pasa a los Galileos que son las nueve de la mañana y ya están mareados?, como queriendo decir: han pasado la noche en fiestas y ahora, todavía están mareados ¿mmm?, pero lo que les pasaba era que al recibir el Espíritu Santo, como nos pasa a nosotros, nos sentimos mareados, porque el Señor entra en nosotros, es lo mismo que pasa cuando alguien pasa aquí al frente y se cae ¿mmm?, no se cae, algunos tienen miedo pánico de caerse, pero el caerse es una gracia muy grande porque vos venís acá buscando sanación ¿verdad?, pues bien, si son tantos tus dolores y tus problemas y no solamente tuyo sino de otros entonces caés al suelo, porque el Espíritu Santo entra en vos y te tiene un rato en el suelo allí, pero no es una cosa fea ni horrible ni nada por el estilo como algunos creen, no.
Así como los Apóstoles andaban como borrachos en la calle en Pentecostés, así nosotros también muchas veces estamos borrachos, mareados por el Espíritu Santo y a veces pasa aquí en la Capilla, otras veces puede ser cuando ustedes están en la pieza rezando o en cualquier lugar, es cuestión de que te pongas en contacto con el Señor y vas a sentir que hay como un mareo, eso no es nada malo, al contrario, hay que alegrarse. Alguien me decía: yo no puedo escucharlo nunca porque cuando llego delante suyo me caigo, y bueno, pero eso es una gracia del Señor y eso no solamente pasa en la Capilla, a veces en la cola del supermercado, hay gente que se marea y tiene que tenerse para seguir caminando, pero no es porque yo lo quiera, ocurre ¿mmm?, entonces yo trato de alejarme, de no acercarme tanto a la gente para que no se caiga, si es mareo, pero algunas veces también se caen, si es mareo nada más pasa desapercibido: un bajón de presión, pero no es la presión, es el Espíritu Santo que te tomó ¿mmm?.
Bueno, entonces, en este día el Señor nos recuerda que Él va al Padre, el Padre a través del Espíritu Santo, Él y el Padre vienen a nosotros, todo preparando ¿qué?, la ida hacia los cuatro puntos cardinales de los Apóstoles, en aquél momento de los Apóstoles que había, ahora todos nosotros deberíamos ser apóstoles para llevar su palabra, todos, sin excepción ¿mmm?. En aquél momento el Señor le dice a ellos: vayan a todos los lugares de a dos en dos y lleven Mi palabra, porque cuando reciben el Espíritu Santo empiezan a hablar en todas las lenguas del mundo conocido en ese entonces. Por eso, uno de los carismas del Espíritu Santo es hablar en lenguas, alguno dicen: de repente empecé a hablar un idioma que no entiendo ¿será malo esto?, no, eso no es malo, es un carisma, un don del Espíritu Santo hablar en lenguas, ¿por qué?, porque se vuelve a repetir lo de aquél entonces, normalmente el idioma que se habla es el arameo antiguo ¿eh?, en este momento hay un solo pueblo en el mundo, en Pakistán, que habla el arameo antiguo, lo demás ninguno, pero también en lenguas se puede orar en griego, en hebrero, en cualquier idioma.
Bueno, y cuando el Señor nos manda de a dos en dos para que vayan a todos lados y bauticen a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ¿eh?, entonces los Apóstoles le preguntan a Jesús, ya lo dijimos el otro día porque todas estas cosas hay que repetirlas siempre porque hacen al Evangelio del día: Señor cuando estemos en lejanas tierras ¿cómo nos van a conocer que somos cristianos Señor?, y Jesús les contesta: y porque se aman. Quiere decir que la característica esencial que los cristianos tenemos que tener es el amor mutuo, el amor que nos tenemos, si no nos amamos no somos cristianos, por una razón tan simple como esa ¿eh?, porque se aman les contesta Jesús los van a conocer, y agrega: sanan a los enfermos, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos. No se refiere solamente a los muertos que pueden estar enterrados ya, se refiere a todos aquellos que tienen el alma muerta y que necesitan empezar a vivir de nuevo.
Ahora bien, cuando el Señor dice eso: porque se aman, ustedes dirán: pero esto lo vinieron diciendo siempre, porque ya en el Antiguo Testamento está la tabla de Moisés donde el primer mandamiento dice: amen a Dios sobre todos las cosas y al prójimo como a ustedes mismos, estando ya ese mandamiento en la tabla de los diez mandamientos, cientos de años antes de Jesús, por qué entonces Él dice, cuando habla del amor que se tienen que tener, dice, horas antes del calvario: les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado, pero ¿cómo dirán ustedes?, ¿cómo es que es nuevo?, si hacía muchos siglos que ya en la tabla de los mandamientos estaba esto, pero el Señor le da una dimensión distinta, en la tabla de los diez mandamientos el amor que pide Dios, que el pueblo judío recibe, era el amor por obligación: yo te amo porque debo amarte, porque es una obligación mía amarte. Y nosotros sabemos que las cosas que se hacen por obligación tiene un efecto relativo, no sirven en gran cosa y menos en cosas del amor, uno cuando ama debe amar en serio, no por lo que recibe, no porque alguien le dijo: tenes que hacerlo, no porque tengo intereses en lo que vos me vas a dar, simplemente en el amor que Jesús nos dice, cuando dice: de un mandamiento nuevo, es decir, te amo, no porque lo que sos, ni por lo que tenés, ni por lo que hacés sino porque sos vos.
No hay ninguna razón especial para ese amor, como no tiene que haber ninguna razón especial para que vos quieras, ames a todas las personas que se encuentran con vos en el camino de la vida y no solamente eso sino no nos hemos acordado nosotros de toda la gente, ¿por qué está el globo terráqueo acá arriba?, porque le presentamos al Señor, esto Jesús quiso que lo pusiera acá, no se me ocurrió a mí, se le ocurrió a Él, porque quiero ver continuamente a todos los pueblos de la Tierra ¿eh?, justamente aquí delante para tenerlo siempre presente.
Entonces, nuestra vida no se realiza dentro de cuatro paredes en nuestro hogar, donde está el padre, la madre y los hijos y afuera que siga el mundo rodando, no, el que cree eso bueno, no es lo que corresponde ni conviene, el mundo de los cristianos está formado por todos los hombres, incluso aquellos que no son cristianos, que pertenecen a otra religión ¿verdad?.
Les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado y Jesús está en la cruz, esas seis horas que estuvo, está allí, después resucita, etc., pero el Señor quedó esas horas en la cruz, derramó su sangre en el calvario y a través de todo lo que sabemos para pagar nuestras deudas.
Es por eso que, el otro día me llamó la atención el día domingo cuando un señor ya anciano le vi una cara así de una santidad muy grande, a lo mejor aquí hay algún pariente de él, no me acuerdo de dónde era, y cuando salió de la Capilla le sangraban las manos pero no había ninguna herida, le traspiraba sangre, ¿qué es esto dijo él?, y se sintió como alarmado, no querido, no te alarmes, es una gracia del Señor, Jesús cuando está sufriendo yo lo encuentro sudando sangre ¿eh?, la sangre es el símbolo de la vida y cuando se derrama sangre no es como tener un cartelito: mirá que bien, derramas…, no, no, no, la sangre es una forma de pagar, pagar ¿qué?, las deudas, no sé si las deudas de uno, no creo, aunque podría ser también sino las deudas de los demás ¿mmm?.
Imagínense ustedes, cuántas injusticas vemos en estos días en nuestro país o en el mundo ¿verdad? para restablecer el equilibrio alguien tiene que pagar ¿verdad?, porque cuando el desorden es grande, sea por el motivo que sea, por el ciclón en el Oriente o por lo que fuera, alguien tiene que hacer un equilibrio entre todo lo malo con lo bueno y para eso hay que pagar ¿mmm?, porque Dios nos manda…, no, no, no, porque el ser humano libremente elige pagar, no sus deudas sino las de otros. Cuando uno ve en el mundo tantas injusticias, entonces uno dice: por qué será, uno tiene que pagar.
El otro día estaba yo, toco un caño del calefactor caliente y me quemo la mano, por supuesto, todavía se ve, en ese momento, ¿qué se me ocurre decir?, no me estoy poniendo de ejemplo, les cuento cómo me va, nada más, entonces dije: uy, debe estar muriendo alguien sin los auxilios del Señor, bueno que sirva este sufrimiento para que ese señor muera con los auxilios del Señor, ojo, no me estoy poniendo como ejemplo, solamente les cuento como me va, que uno puede incluso encontrar algo positivo de una cosa tan simple como quemarse los dedos en un calefactor, y se ve que la quemazón no era tanta porque se me pasó a las dos horas, por supuesto que uno pone las manos en el hielo para, bueno.
Pero, es decir, todos tenemos que tener la tendencia por ser cristianos a tratar de resolver el problema de la falta ¿verdad?, de lograr ese equilibrio, no solamente en nosotros sino en los demás, puede ser la familia o puede ser cualquiera ¿mmm?, hay tantos que necesitan, tantos, que uno no lo sabe ni los conoce, pero uno lo ofrece, la Misericordia del Señor toma eso y lo aplica en donde Él quiere. ¿Qué es lo que dice nuestro Señor todos los días cuando viene?, Yo soy la Misericordia ¿verdad?, y quien se ampara en Mi Misericordia tiene la solución en sus manos de todos los problemas, por eso alguna persona viene con muchas privaciones porque no tiene un centavo y sin embargo el Señor de repente, esa persona va a su casa, se pone a hacer algo y se le reproducen las cosas como si se multiplicara así como los panes y los peces, eso es obra de la Misericordia, a nosotros no nos parece raro porque estamos acostumbrados a ese tipo de cosas, nada de raro ¿eh?.
Lo único que hay que hacer es estar disponibles y decirle al Señor: mirá, este soy yo, estas son las cosas que pasan ¿qué puedo darte Señor?, yo no lo sé, vos sí sabés, tomá de mí lo que te parece bien. Si nosotros nos fijamos muchas veces somos una queja constante, nos duele el huesito dulce, el callo nos hace ver la fiebre, el otro dolor, que tengo dolor de hueso, es la predica de todos los días acá delante ¿mmm?, ¿y si empezamos a ofrecer nuestro dolor para que la Misericordia de Dios la aproveche para llevar consuelo a gente que no lo tiene por ejemplo?, por qué tenemos que ser una queja constante.
Ustedes saben muy bien que cuando uno tiene algo y lo da ya no le queda, ya no lo tiene, lo ha dado ¿mmm?, yo no discuto, hay que pedirle al Señor no sufrir porque Él dice que tenemos que hacer la cruz lo más liviana posible ¿verdad?, pero estamos en el mundo y dos por tres sufrimos, por qué no ofrecemos el sufrimiento, ¿por quién?, no sé Señor, el que vos creas que lo está necesitando, o bien por este hijo mío que está en la droga o toma demasiado o se acuesta a las nueve de la mañana y en vez de ir a trabajar sigue durmiendo, lo puedo ofrecer por cincuenta millones de cosas.
¿Por qué digo todo esto?, por el Evangelio de hoy está diciendo esto ¿no es cierto?, habla del mundo, habla de los hombres y como los hombres pueden servir al mundo, como cada uno tiene que ser apóstol también, discípulo del Señor llevando la palabra adónde vaya, pero antes no como esos que andan por la calle con una valijita y te abruman con palabras, noo, esa no es la forma, la forma es el ejemplo personal de cada día, tu vida tiene que ser la mejor forma de llevar la palabra, no ir a cargosear puerta por puerta decirle: porque yo le traigo ta, ta, y dejá largar el rollo, cualquier cosa, con todo el respeto del mundo lo digo pero no es la forma, Jesús lo dice en el Evangelio con toda claridad: no salgan a evangelizar, háganse de amigos para que los reciban, no salgan a evangelizar, la forma es hacerse de amigos para que los reciban, y ¿cómo uno se hace de amigos?, con el ejemplo, buen día doña María, como está usted hoy, cómo se levantó, cómo anda de esa tensión ¿eh?, bien ¿por qué?, es decir, como queriendo decir: usted se está interesando por mí, quiere decir que me ama de alguna forma, no lo dice pero lo está sintiendo, buen día don José, cómo está hoy, se lo ve cada vez más joven, pero no mintiendo porque la gente no es tonta, se da cuenta, porque si vos ves las cosas bien vas a ver en todos los demás todos los progresos que tienen ¿eh?.
Háganse de amigos dice el Señor, para que los reciban, entonces ese hombre no hace falta que les digas nada porque tu presencia le va a decir, es como aquellas buenas señoras que creen hacer una gran obra cuando visitan a los enfermos, pobres enfermos que están allí más chau que hola ya a veces y ¿qué pasa?, y empiezan a rezar el Rosario o esos rezos largos y el pobre enfermo está harto, cansado, porque ni alcanzan las fuerzas para un Padre nuestro, lo que tenes al ver a un enfermo tenés que tocarlo, tenés que decirle: cómo te va, yo deseo que estés bien, levantate pronto, vamos a hacer esto y lo otro, no acordarme del Padre nuestro y el Ave María, no porque lo rechace sino porque no hace falta, el Padre nuestro tiene que verse hasta en la ropa que llevas, no vas a ir a visitar a un enfermo con un traje sino directamente con una ropa sencilla ¿no? ¿verdad?.
Jesús nos propone que Él se va como se fue el día de la Ascensión el domingo pero nosotros estamos esperando el Espíritu Santo, ¿para qué?, para ser cristianos en serio, ¿de qué forma?, saliendo a evangelizar pero no como hacen con la carterita algunos ¿no es cierto? a cansar la gente sino a dar el ejemplo de que uno los ama y la gente no es tonta, se da cuenta, se da cuenta si vos fingís el afecto o si lo estás sintiendo de veras y si vos cristianos sentís el afecto por los demás, por una razón muy simple, es mi hermano, Jesús murió en la cruz tanto por él como por mí, así de simple.
Bueno, entonces atendiendo todo esto, humildemente nos ponemos con nuestra mente a pensar en toda nuestra familia, en todos los que necesitan, en cada uno de nosotros con las cosas que nos pasan y humildemente le decimos: mirá Señor, el Evangelio de hoy es precioso porque nos estás pidiendo Señor que salgamos a los caminos a llevar tu palabra pero no aturdiendo a la gente hablándole de vos, no, si ellos nos preguntan hablemos de vos, sí señor, pero si no nos preguntan demos el ejemplo de que los estamos amando, de que lo acompañamos en el camino, nos acercamos en la cama de un enfermo y el enfermo se siente mejor, no como algunos ¿no es cierto?, que a lo mejor pueden cansarlos nada más. Así simplemente, pensando que este ser es hermano mío y entonces tendré que darle pero no algo dicho de la boca para afuera sino lo que uno siente en el corazón, como dice la Virgen muy seguido: todos me honran con la boca rezando y rezando pero mientras rezan tienen el corazón en otra parte, es cierto, pero eso no lo puedo medir yo, solamente el Señor que ve las cosas y uno mismo cuando se da cuenta que tantas palabras a veces están de más, porque el corazón no lo está sintiendo.
Señor de la Misericordia, por intercesión de tu Madre, la Santísima Virgen, aquí estoy Señor cada uno dirá por supuesto, aquí estoy Señor, este o esta según, soy yo así, con mis defectos y mis virtudes, mis cosas buenas y mis cosas que no son tanto, aquí estoy Señor, este día y todos los días a que alcance nuestra vida, ¿y por qué Señor quiero así estar?, porque quiero estar disponible para vos Señor, quiero que tu Misericordia me use, me use para llevarme a todos los lugares donde hay necesidad de mi presencia Señor, estoy diciendo lo que cada uno debe decir se entiende ¿no?, bueno, quiero que me lleves Señor, llevame a todos los lugares donde necesitás para que mi presencia calme los dolores, de sonrisas, de gestos, apoye una mano sobre el hombro o acaricie la cabeza, Señor todo lo que vos quieras hacer que haga; ustedes dirán: pero hoy yo vine aquí para sanarme del cáncer que tengo o los dolores de la columna que a todo el mundo le ocurre ¿no?, de todos los dolores de la columna o de las hemorroides o del juanete o del dedo chico del pie derecho o de los ojos o de lo que sea.
Mis queridos, cuando uno se acuerda de los demás termina por olvidarse de las cosas propias dolorosas, está más que comprobado que aquél que vive ofreciendo sus dolores se sana mucho antes que aquellos que no ofrecen nada y que siempre tienen un mal humor grande cuando sufren. No nos podemos librar del sufrimiento en la vida porque por el hecho de estar en el mundo sabemos que vamos a sufrir porque, bueno porque si hace frío tenemos frío, si hace calor también, si somos jóvenes porque nos falta crecer, si somos grandes porque ya se nos termina nuestra vida y siempre tenemos algún motivo, pero ya es hora que un cristiano no piense tanto en uno sino piense en los demás y entonces yo me estoy desilusionando porque yo vine aquí para sanarme, no para pensar en los demás, por supuesto que tenés que sanarte, claro que sí, pero empezá a humanizar tu enfermedad, ¿en qué sentido?, en darle un sentido diferente al que tiene, no puede ser que vivas quejándote, o le cuentes las operaciones a tus vecinos como si fueran medallas de la guerra que sufriste en la vida porque algunos me cuentan las operaciones que tuvo como si fueran condecoraciones que le hicieron los médicos ¿no?, bueno.
Por eso Señor, yo quiero estar bien, quiero que me sanes, pero para eso sé que la condición que vos querés de mí es que yo confíe en vos Señor y confiar significa que también yo tengo que convertirme, si soy un zaparrastroso Señor no puedo pedirte que vos me des tu gracia, si tengo un genio, si estoy que se yo, vos no te hacés cargo de un roñoso, vos querés que yo sea humilde, que sea generoso, que tenga buen carácter, que no esté estropeando todos los familiares que tengo cerca con mi genio, no, vos querés que sea dócil Señor para que tu Espíritu Santo entre a mi alma y la transforme, no nos olvidemos Señor, claro que sí, que la sanación va de la mano de la conversión, yo tengo que convencerme de todo lo que me amás Señor, cuando yo me convenza de eso estoy convirtiéndome y cuando yo me convenzo de todo lo que me amás la enfermedad que tengo da a desaparecer de mí, ¿por qué?, porque si vos lo hiciste todo Señor, qué te cuesta mirarme simplemente para dejarme sano, el problema soy yo Señor, mi poca confianza Señor, queriéndote resolver los problemas a vos, si yo te ofrezco mis problemas Señor es para que vos lo soluciones, no te puedo decir cómo tenes que hacerlo porque vos sos Dios, y en consecuencia ves todo, ves el hoy, el mañana y el siempre, entonces no te voy a decir: sí Señor, yo quisiera, no Señor, vos sabés como es todo, sabés como soy yo, sabés todo lo que estoy sufriendo, sabés esto, sabés, sabés, sabés Señor y entonces tomate de esto y hacé, sáname, no me des tanto dolor, hacé posible que mi alma gire ciento ochenta grados par que te empiece a mirar como el Padre que sos, el amigo que tengo, el compañero que conquistó mi vida, te tengo que mirar así Señor y entonces hasta la enfermedad más horrible huye de nuestro cuerpo, huye, huye, ¿por qué?, Señor porque vos sos el orden y la enfermedad es un desorden, vos sos el amor y la enfermedad siempre es como un fruto de algo malo que nos pasó alguna vez.
Por eso Jesús vos tenés la solución de todos los problemas y tu Madre intercede continuamente para que haya solución a todos los problemas, si esa solución no llega tal vez tenga que buscar yo adentro de mí la culpa, es decir, la culpa no, sino el escaso conocimiento porque cuando uno conoce poco ama poco, ojo, no me refiero a conocer mucho por los libros, me refiero a conocer mucho con el corazón, es decir con el amor, ¿o ustedes tienen que hacer un curso para como amar a vuestro esposa, vuestra novio, novia o esposo?, no, se siente así de simple, porque el corazón lo hace ¿verdad?.
Entonces, el conocer mucho con el corazón significa amar mucho al Señor y amarse mucho uno porque vos te das cuenta cuando un enfermo quiere sanarse y cuando viene a decirte: chau ¿eh?, uno se da cuenta ¿verdad?.
Por eso Señor, en este día repito y termino y todos los días a que alcance la vida quiero estar cerca tuyo Señor y si es posible y yo soy digno metete en mi corazón y quedate ahí para siempre, Jesús que lindo que estés viviendo en uno, que lindo que el Espíritu Santo, que el domingo próximo vamos a festejar como venida de Pentecostés, esté continuamente… (se dio vuelta la cinta)….
Mirá Señor todas estas personas que están aquí delante tuyo, yo creo que si miramos bien, la mayoría, yo diría el 99 y más por ciento está tan ansioso de ser feliz, estar en paz y alegre y vos le ofreces Señor todas las posibilidades, solamente hay que aceptarte Señor, hay que ser buenito y decirle: vení Señor, mirá, yo estoy aquí, humildemente te digo, vení a habitar mi corazón porque sin vos no se puede vivir, ya a esa conclusión he llegado Señor, sin vos no se puede vivir, vení Señor, hoy vení Señor y quedate para siempre conmigo, pensando Señor que como aquí venís todos los días y a cada rato estás: tan cerca de mí…. A ver con mucho fervor, a ver, en serio: tan cerca de mí….
Está con nosotros, ha presidido la asamblea, la Madre pasó bendiciendo la mayoría ya, aprovechemos que el Señor está con nosotros ¿eh? y que nuestro corazón está disponible para decirle con todo nuestro amor: sáname señor con tu Espíritu….
Sí Señor, el fuego tuyo, del Espíritu Santo quiero que llene el alma de cada uno para que se vayan de aquí pensando: el Señor dijo cuando uno viene acá no se va como vino y siento en mi corazón que eso me está pasando, sí Señor, yo confío plenamente que ya nada va a ser igual, nada.
Además, sé que alguien está pensando en este momento por eso lo hago, porque ya parecía que había terminado, alguien está pensando: mi casa, dirá todos mis problemas, mis cosas, me parece que en mi casa está el demonio y usted habló del demonio antes en el Evangelio, entonces para todos aquellos que tienen dentro de la casa cosas que ven que no son normales, para todos aquellos yo le pido a nuestro Señor Jesucristo, Señor de la Misericordia, que se instale en el hogar de cada uno de ustedes, sobre todo aquellos que están esperando en este momento esto que yo digo, se instale allí y corra todas porquerías que puede haber, desde el pasado más remoto hasta hoy y en adelante, todo lo que sea, cualquier tipo de mal dado, tirado, llegado de la forma más diversa, llegado a través de regalos o las casas con memorias donde vivieron personas malignas antes, todo, el Señor pasa sanando y limpiando todo, porque el Señor así lo quiere.
(Habla una señora que da su testimonio: bueno, quiero decirles algo, compartir algo de lo vivido recién, cuando estaba dando la Oración Artemio, la Madre estaba pasando, la Madre, la Virgen estaba pasando ahí en el medio entre toda la gente y el Espíritu Santo como si fuera un adelanto del domingo, en forma de paloma revoloteaba entre todos nosotros, pasaba por las cabezas hasta le pasaba como arrasante en la cabeza a la Madre. Estaba Santa Rita por aquí adelante, se le posó en su cabeza y luego venía en sus patas como si fuera un triángulo, como si fuera la Trinidad, como simbolizando que Él venía como si fuera la Trinidad a traernos Dios Padre, Hijo y Él mismo Espíritu Santo, quería que todos se fueran sabiendo que Ellos está entre nosotros, no es solo palabras, Jesús se manifestaba acá también al frente y luego como una cruz muy blanca que emitía luz hacia todos nosotros, Santa Teresita también estaba y un montón de Santos y Sacerdotes conocidos y algunos desconocidos. Bueno era compartir con todos, me pidieron que se los haga saber para que se lo lleven en el corazón)… (habla otra señora: yo soy Fanny de Río IV, estoy aquí sentada en la Oración de cuando llegué sentí como algo, como algo en mi corazón, toda la orilla mío como si flotara, como algo hermoso, entonces cuando empezó la Oración, cuando empezó el señor Artemio a hablar fue algo muy bonito, la Madre se presentó pero una Madre muy joven, la Virgen María como cuando ella era Niña, muy joven, muy hermosa. En las manos tenía algo como si fueran perlas para anotar a todos nosotros, vi muchos Ángeles, vi vestida de marrón, debe ser Santa Teresita, no la conozco, acompañándola a la Madre, también estaba la Madre de Calcuta, Teresa de Calcuta, de aquél lado, en aquella ventada de allá está Teresa de Calcuta y está San José, radiante, vestido de un marrón tirando a ese marrón clarito africano, no lo puedo describir bien el color, tiene todo como una capa, como un tapado y todo acá a la orilla todo así como si fuera en arabesco todo en color más brillante, es hermoso, tiene el cabello que cae sobre los hombros, crespo, color negro, los ojos son grandes, San José es un hombre joven, muy joven también lo veo y lo vi hace un rato y está todavía aquí, está presente, con la barba se une el cabello, es un hombre hermoso, alto, musculoso, que bonito que está San José y para qué le voy a decir las palomas, hay muchas palomas, muchas palomas y la Madre tiene en la mano derecha tiene perlas, muchas perlas y hay como una llovizna que cae sobre todos nosotros, como si lloviera pero no es como si fuera agua pero son así, no puedo explicarlo, estoy muy emocionada Artemio, es muy bonito lo que me hizo ver el Señor. Gracias) ….
Las perlas son gracias, gracias para cada uno de ustedes ¿eh?, las perlas significan, piedras preciosas o perlas siempre están indicando eso ¿eh?.