Pasando a otros términos, nosotros somos las ovejas y el Señor Jesús es quien nos cuida, y ¿qué nos dice al cuidarnos?, tengan confianza que Yo soy la Luz del mundo, la Luz, quien sigue Mi luz no anda en tinieblas, quien me sigue a Mí sabe que está en buen camino. Oración del 13 de Abril de 2008
Habla Artemio:
Buenas tardes.
Como todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, Amén.
Tienen la hojita de los cánticos, número 6: hoy perdóname…. Bueno, venimos de lejos, no tan lejos, cerca, no tan cerca, muy cerca, de alguna manera a darle gracias al Señor por todo y a pedirle por todas nuestras necesidades y como estamos delante del Señor no podemos estar mal, tenemos que estar felices ¿no? y contentos, entonces le decimos: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. De nuevo: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. Ahora vamos a ver cómo es posible que nuestra vida, es decir nuestra lámpara tenga el suficiente combustible para seguir ardiendo, es decir nuestra vida tenga la suficiente fuerza para seguir andando, entonces necesitamos de la gracia del Señor porque qué podríamos hacer solos los seres humanos, qué podríamos hacer solos, le decimos al Señor entonces, con fuerza, con ganas, sintiéndolo ¿eh?, sintiéndolo, realmente sintiéndolo, que ponga aceite en nuestra lámpara a ver: pon aceite en mi lámpara Señor….
Bueno ahora antes de leer la palabra, como siempre la palabra hace dos mil años por supuesto que se dice pero como en cada tiempo los seres humanos son diferentes y nosotros estamos cada día en una forma distinta al día anterior, por eso que la misma palabra puede tener efectos en nosotros distintos y puede indicarnos muchas más cosas, el conocimiento del Señor, me refiero al conocimiento con el corazón, es algo que no termina nunca y más uno conoce más lo ama. Me refiero a conocer con el corazón, eso no se lee en los libros, se siente, se quiere sentir… Los chicos son adorables, pero a veces hacen distraer ¿eh?, queremos estar en silencio, entonces cuidemos a nuestros niños que no hagan ruido.
Ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Vamos a escuchar la palabra de este domingo 13, cuarto domingo después de Pascua, el Evangelio de este día es de San Juan, capítulo 10, los versículos son del 11 al 18, en forma resumida que yo les ampliaré, dice así: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. El asalariado tiene un sueldo, las agarra y las dispersa, porque solo es un asalariado y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, conozco las Mías y las Mías me conocen a Mí, así como me conoce el Padre, también Yo conozco al Padre. Y Yo doy Mi vida por Mis ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este corral. A ellas también las llamaré; y oirán Mi voz, y habrá un solo rebaño, como hay un solo pastor. El Padre me ama porque Yo mismo doy Mi vida y la volveré a tomar. Nadie me la quita, sino que Yo mismo la voy a entregar. En Mis manos está el entregarla y también el recobrarla: éste es el mandato que recibí de Mi Padre. Yo soy la puerta, el que entra por Mí estará a salvo dice el Señor” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Jesús es muy claro cuando dice, Yo soy la puerta, tenemos que entender que en aquél tiempo hace dos mil años la puerta tenía un lugar muy importante, no era la puerta como ahora, la puerta de una habitación, la puerta que está cerca de la ventana que se la abre y se la cierra, no, se llamaba la puerta a la entrada a la ciudad y normalmente en la puerta estaban todos los que ofrecían sus mercaderías, era como un pequeño mercado la puerta de las ciudades, como para decirle a las personas que llegaban: bueno, compren acá todo lo que necesitan para el viaje del recorrido dentro de la ciudad, compren aquí, habría otros lugares también pero en la puerta estaban las cosas esenciales para la vida y Jesús se compara con la puerta ¿eh?, Yo soy la puerta de entrada ¿mmm?. En este caso de las ovejas la puerta de entrada al corral ¿mmm?, donde están los ovejas, ¿y quiénes son las ovejas?, somos nosotros las ovejas.
Ahora, da la impresión de que no todos los que cuidan ovejas las cuidan de la misma forma porque como dice el Evangelio, algunos son asalariados, es decir, se ocupan de hacer eso pero no las aman, sino directamente que las cuidan así como quien no quiere la cosa. Entonces Jesús dice: no, Yo amo a Mis ovejas y las ovejas me aman a Mí, ellas me conocen, conocen Mi presencia, conocen Mi voz.
Es evidente que hace referencia Jesús a todos aquellos que en el mundo andan predicando la palabra del Señor y todos los que predican la palabra del Señor pueden ser buenos o malos pastores. Ya sabemos que las ovejas son animales tan simples, tan dóciles que se dejan llevar ¿verdad?, de la oveja podemos esperar un poco de lana, un poco de leche y si la matamos carne, pero más que eso no podemos esperar ¿mmm?, mientras que quien las cuida tiene que pensar en todas ellas, es decir, no hay ninguna oveja que se destaque del resto, todas son iguales, habrá ovejas y carneros ¿no es cierto?, pero son todos iguales, pero el que las cuida es el que está pensando por todas las ovejas que tiene a su cargo.
Pasando a otros términos, nosotros somos las ovejas y el Señor Jesús es quien nos cuida, y ¿qué nos dice al cuidarnos?, tengan confianza que Yo soy la Luz del mundo, la Luz, quien sigue Mi luz no anda en tinieblas, quien me sigue a Mí sabe que está en buen camino y repetirá tantas veces: Yo soy la Luz del mundo, quien me sigue a Mí no anda en tinieblas, Yo soy el camino, la verdad y la vida, todas palabras del Señor que es el pastor y nosotros que somos las ovejas ¿mmm?. En comparación con Él ¿qué podemos dar nosotros?, tan poquito como dan poquito las ovejas, mientras que Él lo puede dar todo.
Ahora, cómo distinguir los buenos, de los malos pastores, de los que cuidan ovejas, es decir de las personas que hablan y dicen y muestran la palabra del Señor a los demás y son realmente buenos pastores y no son asalariados, es decir pagados para que hagan eso ¿mmm?. ¿No es tan simple?, no, no es tan simple, pero la Sagrada Escritura tiene una expresión muy interesante: por las obras los van a conocer, el árbol bueno da frutos buenos, el árbol malo da frutos malos.
Entonces, ¿cómo distinguir los buenos de los malos pastores?, según los frutos que dan, ¿y esto es difícil?, no, es muy simple, además las ovejas se dan cuenta si el que las guía es un buen pastor o no porque así como las ovejas sienten la presencia de su dueño que las sabe manejar bien y cuidar bien, también conocen cuando alguien no las ama y en el caso de los hombres que trasmiten la palabra hay una diferencia enorme entre aquellos que aman y aquellos que directamente dan la palabra porque reciben una paga, un sueldo, ustedes dirán: pero…, y sí, es así, es así. Yo les pregunto: alguien que recibe una paga para llevar la palabra, en este caso la palabra del Señor, ¿puede hablar lo mismo que aquél que lleva la palabra sin esperar ninguna retribución por lo que diga?, no, porque el que se decide a llevar la palabra sin esperar nada es aquél que realmente hace lo que hizo el Maestro ¿mmm?. Vos dirás: pero ¿el Señor no manejaba dinero?, ¿no tenían dinero para comer?, había alguien encargado para eso, en este caso con los Discípulos era Judas el tesorero del grupo ¿no?, bueno y no pensemos como le fue a Judas porque ya sabemos, esto no quiere decir que estemos en contra de la retribución pero hay formas y formas de recibir una paga. El educador recibe una paga, el médico, el abogado, el que recoge la basura, el empleado de cualquier lugar recibe un pago ¿mmm? por su trabajo, pero tendrá que cumplir con ciertas cosas sino no está a la altura de su trabajo ¿verdad?, pero aquél que trabaja en forma gratuita tiene que tener muchas ganas porque sin recibir retribución trabaja.
Entonces, otra de las formas para conocer a los buenos pastores es de aquellos que no reciben paga ¿verdad?, ustedes dirán: ¿y de qué viven?, bueno el Evangelio es muy claro cuando dicen: miren las aves del Cielo, que no siembran ni cosechan, sin embargo el Señor las alimenta, miren los lirios del campo, que ni Salomón en su mejor momento de su reinado tenía vestidos tan maravillosos como los colores de los lirios del campo, entonces las aves ni siembran ni ciegan sin embargo el Señor las alimenta.
Cuando nosotros los seres humanos organizamos nuestra vida tenemos que pensar seriamente que lo que nosotros hagamos no lo hagamos por lo que recibimos en paga, por una razón muy simple, siempre para conocer esto de los buenos y malos pastores ¿eh?, es decir, una cosa es trabajar y recibir la paga, otra cosa es hacer las cosas realmente muy bien y por eso recibir la paga que después la usará con su familia, con sus hijos y con todos los que de él dependen.
Un maestro está delante de los alumnos, uno supone que debe ser así ¿no?, no por lo que va a recibir a fin de mes sino lo hace porque ama a sus niños, a los chicos que le fueron confiados. Entonces, dentro de las profesiones hay aquellos que se trata con los seres humanos y otros no tanto o directamente no se trata, pero uno siempre distingue a aquellas personas que hacen su trabajo para obtener una ganancia o lo hacen porque realmente tienen ganas y ponen mucho amor en lo que hacen, también en esta cuestión de pastores o no también hay que aplicar esto y sobre todo en lo religioso, religioso no se puede mezclar con lo material, por lo menos así lo quiere el Señor, entonces ustedes dirán: pero de algo tenemos que vivir, y sí, ya aparecerá, miren las aves del Cielo que ni siembran ni ciegan sin embargo el Señor las alimenta ¿mmm? ¿verdad?.
Ustedes dirán: pero usted nos dice dos cosas que no tienen solución, nos dice que podemos estar trabajando sin poner el suficiente amor y por otra parte parecería que no hay que trabajar porque el Señor nos da el alimento, lo importante será descubrir que el trabajo que nosotros hagamos, en cualquier orden de la vida, sea levantando la basura, sea empleado de cualquier cosa, sea en donde esté, o bien devolviendo la salud como un médico, o bien el abogado con sus leyes nos defiende los problemas que tenga uno, pero se distingue fácilmente aquél que lo hace por amor, es decir, por servicio a los demás, que ese servicio después sea retribuido es una cosa parte, pero ¿ustedes irían de un médico que está pensando en si tienen mutual o le van a pagar la visita?, a ustedes les duele algo, les preocupa algo de vuestra salud o de la salud de vuestro hijo ¿verdad?, eso vendrá después, ustedes dirán: sí, hay términos medios, porque a veces hay gente que se abusa pero no son la mayoría.
Ustedes dirán: se están enredando un poco las cosas acá, no, es muy simple, el buen pastor da la vida por sus ovejas, el que quiere hacer las cosas bien las hace con amor y su trabajo será un servicio que presta a sus semejantes, esté donde esté, esté haciendo planillas en un escritorio, esté recogiendo la basura o esté sanando a una persona. Entonces tenemos que distinguir quien nos trata con amor, quien nos atiende si no con amor con el debido respeto ¿no es cierto?, con educación ¿mmm?, pero tenemos que distinguir el tipo de personas de la otra, tenemos que distinguir porque sino en el mundo todo nos da igual y por otra parte cualquiera se portaría de cualquier forma total le pagan y ya está, no. Los seres humanos todavía no hemos descubierto que todos los trabajos tienen que ser un servicio al semejante, así como el Señor dice: tienen que amarse unos a otros como Yo los amé ¿verdad?, así también el trabajo tiene que ser una forma de amor para relacionarnos con los demás, que después eso sea pagado, está bien.
Por ejemplo, supónganse ustedes, por ahí en un Mensaje el Señor dice, recuerda ¿mmm?, una situación donde el sembrador después de sembrar su trigo, de verlo crecer, de pasearse entre las espigas de noviembre ¿no?, le canta a ese trigo que está tan lleno de granos, le canta una hermosa canción y dice el Señor: parece una tontería pero el pan que se hace con la harina de esos granos que oyeron la voz de quien les cantaba mientras crecían y maduraban va a tener un gusto diferente, ustedes dirán: pavadas, cosas que no tienen importancia, no es así, no es así.
Tendremos que aprender mis queridos a tratar las cosas de otra forma, ¿alguno pensó que hay que acercarse a las plantas y antes de cortarlas hay que pedirles permiso, y una vez que se cortó algo darle las gracias por los servicios prestados? ¿mmm?, ¿alguien pensó que los animales tienen que ser tratados con todo el amor?, y aunque esos animales nos alimenten pero tratarlos con el amor suficiente, sí, van a morir en el matadero pero hay formas y formas de morir. La carne que nosotros comemos es carne envenenada porque los animales pasan de todo antes de morir ¿verdad?, yo no sé si ustedes han visto esas jaulas cargadas con animales la forma de mirar que tienen, como si supieran que van al matadero.
Ustedes dirán: ¿a qué nos quiere llevar con todo esto?, a que vivamos cristianamente, respetando y amando todas las cosas como debe ser, no podemos abusar de la naturaleza, en nada, San Pablo dice: todo lo que está sobre la Tierra les pertenece y ustedes pertenecen al Señor, pero nos pertenece todo lo que está sobre la naturaleza sin abusar de esas cosas, sino usarlas como corresponde y el debido respeto, no sé, a mi me parecerá, pero cuando yo corto lechuga en mi huerto lo hago con mucho respeto, para que me caiga bien al estómago porque sino no me cae bien si la arranco como si estuviera robando algo ¿eh?, no; ustedes dirán: está hilando muy fino, noo, sería la forma de vivir que todos deberíamos tener ¿eh?. El Señor es muy sabio cuando me dice un día, cuando viene a la noche, porque viene todos los días para aquél que no lo sabe ¿eh?, y la Madre también, me dice: me da pena ese pez que estaba muerto al lado de la fuente, (esos peces que ya no existen porque los chicos los mataron a todos) entre paréntesis, me da mucha pena ese pez, le digo: Señor, pero, explicame, yo no entiendo, hoy en la Oración han pasado 26 personas que tenían cáncer ¿y vos me hablás de un pez muerto?, y Jesús dice: es lo mismo, ¿qué es lo mismo Señor?, explicame porque no te entiendo, y Él me dice: cuando Mi Papá creó todas las cosas, al séptimo día, es decir después de un tiempo, miró todo y miró que todo estaba bien hecho, en orden ¿mmm?, todo lo que pasó después y que perjudica al hombre de alguna forma es desorden, de ese orden primero que el Padre imprimió en todas las cosas, la enfermedad que tenemos en nuestro cuerpo es un desorden, el no ver bien es un desorden ¿mmm?.
Entonces, lo que quiso decir Jesús es lo mismo el pez que las personas, tanto en el pez como en la enfermedad hay desorden. Cuánta importancia le da el Señor hasta las cosas más simples porque Él dice: es lo mismo, son seres creados por Mi Papá, entonces todo lo que nos rodea no podemos abusar de ello, usarlo sí con respeto y todo el amor que corresponde; ustedes dirán: pero ¿no empezó con que el buen pastor da la vida por sus ovejas?, bueno, estamos hablando de cómo tienen que vivir las ovejas y estamos hablando también qué deben enseñarle a las ovejas los pastores, porque dijimos: por las obras los conoceréis, ¿qué obras, las grandes cosas, los grandes monumentos?, no, la grandeza está hasta en esas pequeñas cosas. Antes de arrancar una planta de lechuga pedir permiso para no alterar el orden, vos dirás: ¿tanto?, y sí, hay que entrar dentro del secreto de las cosas, hay que aprender, el Señor nos pone delante de nosotros las cosas más maravillosas y nosotros ¿qué hacemos con ellas?, las estropeamos, las mal usamos, las destruimos, sino miren todos los árboles arrancados en nuestro Chaco o Santiago o todo el Amazonas está sufriendo dolores de parto por la muerte de sus árboles y sigan pensando y de los animales como son tan mal tratados, animales que una vez muerto nos hacen un daño muy grande con la carne que comemos de ellos, porque hay injusticia en la forma de tratarlos, nadie dice de no comer carne, bueno para el que quiere ¿no?.
Pero cómo es que muere un animal, muchas veces me pasó siendo presidente de la cooperadora de animales, ir al matadero para ver cómo matan los animales y con buenas palabras decirles: no podría hacerse de otra forma para que no sufran, si no lo quieren hacer por el animal háganlo por ustedes porque un animal lleno de rabia y dolor, porque no ha comido durante varios días ni tomaba agua, tiene la carne envenenada por todo lo que sufrió ¿mmm?; ustedes dirán: pero todo esto es muy chiquito, y nosotros cuando hablan: por las obras los conoceréis, queremos cosas más grandes, mirá, quien no respeta hasta un planta de lechuga tampoco respeta al hermano, quien no ama la naturaleza hasta en sus pequeñas cosas no ama a sus hermanos, de eso estoy más que convencido.
Por eso, me parece tan hermoso, tan hermoso que los campesinos rusos antes de sembrar sus granos se ponen un poco de tierra en la boca, la saborean y dicen: ya es tiempo o todavía no es tiempo ¿mmm?, de acuerdo a cómo esté la tierra, no parece hermoso esa escena de ver un hombre que se agacha, recoge un poco de tierra y la saborea para ver si es hora de la siembra, o aquél que canta a los trigales de noviembre donde después esos granos serán harina de trigo y serán pan para alimentar a tantos hombres, a niños, a medianos, a grandes, ancianos, etc.
Tenemos que ir despertando a todas estas que parecen pequeñas cosas porque nosotros no conocemos las pequeñas y tampoco las grandes ¿mmm?. Yo veo por ejemplo en estos días cuántos avisos hay sobre la violencia en las escuelas, y es muy simple mis queridos, cuando los educadores no enseñaron a amar la vida, cuando no enseñaron a amar la vida los chicos no lo saben. Yo me acuerdo cuando yo estaba enseñándole a esa gente que iba a enseñar después les hacía pensar que esos niñitos pequeños de la guardería ya tenían que empezar a respetar los animales, hacer nacer plantitas, alegrarse y cantar con la simiente de esas pequeñas plantas para ir descubriendo el sentido de la vida y a todos esos chicos, esa es la ventaja de cumplir años, uno los ve ya grandes y los ve hombres extraordinarios porque valoran la vida ¿eh?, si no se aprende desde la cuna el valorar la vida no se aprende más, salvo haciendo un gran esfuerzo.
Por las obras los conoceréis, sí Señor, claro que sí, el buen pastor da la vida por las ovejas, ¿y cómo conocemos a los buenos pastores?, por las obras que hacen, no queda otra, porque es la manifestación exterior de lo que nos pasa en lo interior, mirá que simple ¿eh?.
Bueno, con estos conceptos de que por las obras los conoceréis, pensemos cada uno en las cosas que hacemos, cuánto amor ponemos en ellas y si hacemos cosas donde tratamos con gente, con mucha gente: ¿cómo tratamos a las personas, de acuerdo a cómo nos levantamos ese día o siempre hacemos un esfuerzo para tratarlos bien?, con una sonrisa, siempre disponibles para que el semejante se sienta cómodo, esté bien donde está. Estas son las cosas básicas del cristiano ¿o ustedes qué creían que ir a Misa una día entre siete como hago yo y el resto de la semana cualquier cosa?, noo, eso está muy bien y debemos todos ir a Misa y comulgar el que puede ¿verdad?, pero en la obra de todos los días debe verse nuestra religiosidad, nuestro amor al Señor y debemos manifestarlo en el amor que tenemos a nuestros hermanos.
Despacio ¿eh?, despacio, nosotros queremos tantas cosas que no son las que realmente hacemos, como dice la Madre: en América hay tantos Santuarios dedicados a Mi nombre pero ¿por qué, dice, están haciendo esto?, me alaban de la boca para fuera pero el corazón lo tienen en otra parte, nosotros ¿dónde tenemos el corazón hoy, con la Madre que vinimos a ver o lo tenemos en otra cosa?, porque si tenemos en otra cosa ni pidamos la bendición hermano porque es como un sacrilegio pedir algo que no lo merecemos ¿eh?, nosotros vinimos a ver a la Madre, pues bien, ¿vinimos realmente o de la boca para fuera vinimos?, ¿qué está pasando con nosotros?.
Entonces, cuando no vivimos de una manera, cuando las cosas están desordenadas en nuestra vida nos enfermamos, claro que sí, porque se rompe el orden, ¿o ustedes qué creen?, ¿por qué en la antigüedad…, por qué en la antigüedad la gente vivía tanto?, y sin embargo no había ni antibióticos, ni rayos X, ni cámara gamma ni nada de eso, sin embargo cumplían ciento treinta, ciento ochenta, doscientos años, era el hombre que estaba en una buena relación con el Señor, un hombre que amaba a Dios y a todas las cosas. Cuando Jesús vino aquí por primera vez, en los primeros días de Marzo, del 95, dice: Yo vengo para que todo sea hecho nuevo y vuelva a encontrarse ese orden que Mi Papá imprimió en todo, entonces aquí habrá un Templo, aquí vendrá la gente para sanarse dijo el Señor, porque Yo quiero que se sanen todos, porque es Mi principal preocupación, sanar a los enfermos, ¿por qué?, porque quiero restablecer el orden que me pidió Mi Papá.
Entonces sí podemos escuchar al Profeta Isaías cuando dice en el año 740 antes de Cristo: morirse de cien años es una estupidez, porque el hombre nació para vivir mucho más, pero ¿qué ocurre?, si uno está cerca del Señor vive de una manera y sino, termina depositando en el cuerpo todas las porquerías que hacemos con la mente, si nuestro corazón está lleno de odio, rencor, bronca, soberbia, egoísmo, si somos un puente roto porque nadie nos pasa ¿no es cierto?, eso todo va a canalizar en nuestra salud y vamos a estar muy mal, si en el hogar alguien se porta de una forma inadecuada, hablo de golpes, discusiones, una vida difícil, yo todos los días veo aquí mujeres que son verdaderas víctimas de sus maridos que les pegan, las golpean y veo en este momento un montón de ustedes que vuestra madre fue golpeada cuando ustedes estaban en la panza, decime, no es fácil afrontar el futuro cuando uno fue golpeado hasta en la panza de mamá ¿eh?, despacio, despacio que por las obras los conoceréis, no se puede uno decir: Señor, Señor, y después darle patadas en la panza a la mujer embarazada o hacerle pasar disgustos o malquistarla psíquicamente, no mis queridos.
Ustedes dirán: ¿por qué dice todo esto?, es muy simple, porque todos los días veo la mayoría de la gente que es nueva, que viene de muy lejos, a veces ¿no?, hay un diez por ciento que se repite, pero tenemos que hablar qué es lo que quiere el Señor, no solamente una expresión que Él dijo ya en Marzo del 95: quiero que seas un Celoso Custodio de Mi Mensaje y por eso hablo de esta manera, por eso saco a relucir las cosas que tenemos todos ¿mmm?, y si yo veo por ejemplo acá a ocho drogadictos acá dentro por qué no lo voy a decir, si veo que de los varones grandes y no tan grandes que están acá dentro, dos veces golpearon y otros golpean a sus mujeres, mientras estaban embarazadas y también en otro momento, malquistan a vuestros hijos, le dan todos los gustos y después pretenden que les obedezcan, quién le enseña el respeto por la vida, el respeto por las cosas y no me digan que no sino no tendría muerto tantos pájaros yo después de las reuniones y tantas plantas rotas ¿mmm?, lo compruebo eso yo ¿eh?.
Por eso, cosas que producen mucho dolor, mucho dolor, los invito mis queridos a poner orden en todo, ordenemos todas las cosas, nuestra vida, nuestra relación con las plantas y los animales, pero sobre todo nuestra relación con los hombres, dejemos de ser egoístas, soberbios, orgullosos ¿mmm?, siempre les digo, pasan al frente a recibir la bendición y me enumeran tres o cuatro enfermedades pero nunca nadie me dijo: soy egoísta… (se dio vuelta la cinta)…, pero no confundamos los tantos, no tengamos a los demás como esclavos de nosotros, ¿qué tal andan los sueldos de vuestros empleados?, los que tienen muchos empelados, ¿cómo es el tratamiento que les dan?, ¿los tienen en blanco o en negro?, ¿tienen obra social o los pobres tienen que arreglárselas como puedan para llegar a fin de mes?, ¿cómo están los empleados de cada uno de ustedes? ¿eh?, yo quisiera verlo ¿eh?, porque: Señor mío y Dios mío y Rosario en familia, bendecir la comida pero el empleado se lo trata como si fuera una cosa, se lo tiene en negro, se le paga poco sin mutual y sin nada, no mis queridos, si vivís así estás equivocado, yo porque te amo te lo digo, no soy juez tuyo, por Dios, alguna vez alguien tiene que decirlo ¿eh?, y también al que es empleado ¿cumple con sus deberes?, ¿hace las cosas bien?, o directamente hace como uno ve en la mayoría de los negocios, ese contrabando hormigas y se roban todo ¿mmm?, también está eso ¿eh?, no crean que ponemos las tintas de una sola parte sino de las dos ¿eh?, bueno.
Hasta hoy muchas cosas pero desde hoy en adelante todo tiene que ser distinto, estamos delante de la Madre y del Señor, su Misericordia es tanta che, tanta, tanta es su Misericordia que Él te dice ya nomás que te perdonó todo pero cuidado, tenés que mejorarte, no te podes seguir haciendo eso ¿eh?, ¿cómo tratás a la chica que tenés ocupada?, ¿cuánto le pagás, bien?, o total, no, bueno, el Señor te perdona todo, ya te lo perdonó, incluso antes de que lo hubieras hecho, porque Él se daba cuenta que a lo mejor no entendías, pero ahora te lo hemos dicho ¿eh?, ahora lo entendés, pues bien.
Grande es su Misericordia para perdonarlo todo, que hermoso que tengamos alguien que nos haya creado y que nos ame tanto, incluso antes de que hagamos las macanas ya nos ha perdonado, así es la Misericordia del Señor, pero y nosotros ¿cómo respondemos a ese amor?, ¿le damos entrada a nuestro corazón el amor del Señor o seguimos viviendo de cualquier forma? ¿eh?. Mis queridos, la vida pasa, aunque es larguísima y debe ser mucho más larga todavía pero decía Teresa de Jesús: la vida sobre la Tierra es como pasar la noche en un hotel de corta, como podemos vivir esta vida mejor todos los días, Él puede decirnos porque es el buen pastor, el que da la vida por sus ovejas, es cuestión de estar siempre bajo su mirada, es cuestión de acercarse a Él y decir: Señor ¿qué querés que haga?, y por otra parte si no veo claro las cosas porque a una altura de la vida puede que uno esté ya endurecido: Señor, hacé que vea ¿eh?, como el ciego de Jericó, pero el ciego le pedía la visión de los ojos, nosotros le pedimos la visión de nuestra mente: Señor que vea, ¿qué?, no sé Señor, que vea, por dónde debe ir mi vida y decime qué querés que haga, las mismas palabras que dijo San Pablo cuando se convirtió de perseguidor en el que llevaba la palabra: ¿qué querés que haga Señor?, tengo que dejar todo…, noo, todo lo que tengo entre manos puedo santificarlo, puedo hacerlo maravilloso o puedo seguir así haciendo las cosas de cualquier forma.
Por las obras los conoceréis, no solo al buen pastor sino a cada una de las personas ¿eh?, por las obras, por eso Señor queremos hacer buenas obras, ¿cómo debemos hacer Señor?, y por toda nuestra vida pasada hemos cometidos muchas injusticias pero vos tené compasión de nosotros Señor, tal vez no teníamos conciencia de eso, bueno por ahí uno la tenía y se hizo el sonso ¿no?, pero no teníamos conciencia Señor.
Por eso, decime cómo queres que viva Señor, decime Señor porque, incluso mis hijos el día de mañana me van a mirar y me van a decir: me servís de ejemplo papá, o: no me servís de ejemplo para nada, porque los hijos son muy tremendos en cuanto a darse cuenta si los padres son de una manera o de la otra.
Te amamos Señor, de repente nos damos cuenta que si no te tuviéramos Señor nuestra vida andaría rodando como una piedra que cae en la cima de la montaña, pero porque te tenemos a vos Señor sabemos que todo puede cambiar, sí, por supuesto, por supuesto, pero tengo que empezar al mismo tiempo desde las pequeñas cosas y de las cosas grandes, tengo que hacer todo bien porque Señor ahora estoy enfermo, un cáncer me está comiendo, o tengo las hemorroides afuera que no me permiten sentarme, o tengo dolor de muelas o veo muy poco, o las piernas no me tienen, sí Señor, pero yo te pido que me sanes pero también mirá mi corazón Señor, no sea cosa que todo, porque eso está demostrado que todos los dolores de los huesos primero fueron algún problema psicológico, de la mente, está demostrado eso.
Entonces, enseñame Señor, yo quiero Señor que entres a mi vida y me enseñes Señor, necesito tanto de un buen pastor, ya diste la vida por mí Señor en la cruz y seguís pagando mis deudas con la sangre que derramás todos los días pero yo quiero vivir de otra forma Señor, ¿cómo hago? ¿eh?, ¿cómo hago Señor?, enseñame, yo voy a ser dócil para escucharte Señor, voy a ser inteligente para aprender lo que me decís y además quiero ser muy bueno con mis hermanos, yo quiero amarlos, enseñame amarlos Señor porque yo no sé, a mi me enseñaron a amar los que tengo cerca pero ¿y los que están más allá?, también son mis hermanos y vos dijiste que el máximo mandamiento era amar a los demás como vos nos habías amado, hasta la muerte, ¿y nosotros seríamos capaz de dar la vida por lo que amamos y los que amamos?, pensemos ¿eh?, pensemos, las madres sí lo hacen al tener sus hijos porque se entrevistan con la muerte, pero pensemos ¿eh?, pensemos.
Jesús está allí presidiendo la asamblea y la Madre ya pasó por todos bendiciéndolos, no sé los de afuera porque no la veo de acá, pero ya ha pasado bendiciéndolos ¿eh?, ¿no la sintieron tocarles el pelo o la frente?, ¿no la sintieron?, muchos la sienten, ¿ustedes no?, ¿ustedes no?, bueno, pero sí, no me van a decir que no sienten la respiración del Señor en la nuca, en el rostro, es el calor del cuerpo del Señor que está cerca, porque aquí vive Jesús che, ¿no sabías que está triunfante aquí?, desde siempre, pero sobre todo desde hace trece años eligió este lugar como su Casa, su Casa, están pisando suelo Sagrados hermanos, nada menos y nada más.
Jesús, sintiendo el calor de tu cuerpo, tu respiración en mi rostro, tu mano sobre la espalda acariciándome, te digo así simplemente Señor: tan cerca de mí…. Che, díganlo en serio, como si realmente está cerca de ustedes porque no tienen ganas, a ver, con ganas: tan cerca de mí…
Está aquí, al lado nuestro, dentro de nosotros, aprovechemos para decirle con toda nuestra alma pensando en lo que nos pasa, aprovechemos para decirle con toda la fuerza de nuestro corazón, no solo por nosotros sino por todos los que amamos, a ver, digámosle: sáname Señor con tu Espíritu…. Digámoselo con todo el alma, así como si de repente descubriéramos toda la belleza que Él tiene y todo el amor que nos da: ámame Señor con tu Espíritu…. Así con fuerza pasá tu mano Señor sobre la enfermedad que tengo, el órgano que está mal, pasá tu mano Señor, pasá tu mano: úngeme Señor con tu Espíritu….
Cada uno se toca donde le duele o piensa donde le duele, cada uno piensa que es la mano del Señor que lo está tocando, porque yo estoy seguro que es la mano del Señor que los toca para sanarlos, mientras que le decimos con fuerza, ustedes tóquense lo que les duele, piensen lo que les duele y no solo de ustedes sino en todos los que aman y los que no aman también, entonces le decimos: sáname Señor con tu Espíritu….
Además de la bendición las personas que me ayudan le van a hacer la unción de los enfermos, hasta hace sesenta años solamente recibían este Sacramento los que estaban enfermos muy mal, pero partir del Concilio Vaticano II todas las personas y las veces que quieran pueden recibir la unción de los enfermos, la unción completa sería la frente, la palma de las manos, el pecho y la planta de los pies, pero por una razón obvia de practicidad se hace la señal de la cruz, es un Sacramento que se hace con aceite consagrado en la vigilia pascual cuando consagran el aceite ¿eh?, se hace con aceite consagrado, es un Sacramento, piensen que es una bendición enorme, es recibir al Señor en ese aceite también, tómenlo muy en serio, porque es muy importante esta unción de los enfermos ¿eh?.