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Oración del 06 de Abril de 2008

Yo les pregunto a ustedes y me pregunto yo: ¿no nos pasa así a nosotros?, cuántas veces el Señor está con nosotros, nos alcanza todo lo que necesitamos y nosotros vivimos como aturdidos, sin darnos cuenta que el que nos habla es Él. Oración del 06 de Abril de 2008

Habla Artemio:


(… y a ella le ha hecho tener algo, preguntale a los doctores está viviendo por un milagro, pedile, ya vas a ver que la Madre te va a curar. La mujer le pide, cuando la pasan después a la habitación, a la sala para operarla, bueno los médicos ya entran a dudar, está deshinchada, no está morada, le hace un estudio, no tiene diabetes, dicen los médicos: pero ¿qué pasa acá?, la mujer se empieza ya a alborotar. Otra persona también con una diabetes fulminante que no sé que le iban a cortar también, no, otra con una anemia, no, otro en una sala, hijo de un médico del corazón ahí que Favaloro estudia del corazón, uno de los hijos de ellos esperando en una terapia intensiva, esperando que se muriera, también le piden a la Virgen y el chico revive, tiene 17 años, totalmente sano, esto ya es una revolución. Entonces me mandan a llamar a mí, yo viajo para allá, me voy allá, tuve dos días, entonces hablo con estas personas, cuando yo llego le digo: bueno, mire esto es así, ahí desde hace tiempo que el señor Artemio tiene los estigmas, en ese lugar hay un pedazo de Cielo en la Tierra, yo le cuento lo que a mí me sanó. Cuando yo vine acá estaba muy enferma de la vesícula, estaba tapada de piedras, la piedra más chiquita tenían dos milímetros, yo tengo ecografía para mostrarla. El 06 de Septiembre yo vengo estoy aquí, me bendice, le pido a la Madre, me iban a operar el 14 de Septiembre. El 14 voy a Río IV me voy al Hospital, donde me iba a operar, a las 06:00 de la mañana me hacen el estudio, el médico me llama y me dice: mirá esta ecografía, la que vos tenés acá no tiene nada, pero vení vamos de nuevo arriba, pensando el médico que me la habían hecho mal. Me suben arriba, me hacen la nueva, la otra y dicen: no evidentemente andate a tu casa dice porque no tenés nada y le digo doctor deme la que no tengo nada y deme la que tenía, tengo las dos. Entonces yo les cuento a ellos lo que hizo conmigo, esta gente dice, sí, evidentemente lo que nosotros estamos viendo acá, estamos viendo maravillas que pasa esto y aquello. Bueno, estamos en la habitación, yo le di la dirección para que ellos vengan aquí, conozcan este lugar, claro tenían sed de conocer esto, unos doctores que ven grandes maravillas, cosa que ellos no se explican, querían saber qué es lo que era. Esta mañana me han hecho reír porque me llamaron de allá y dice, me dice una chica que está allá dice que la doctora le dice a una señora que le iban a cortar la pierna y no se la cortan porque está sana, dice bueno doctor, dígame, yo ya me voy porque estoy sana, a mi no me duele nada, no tengo más nada, no dice, tiene que quedarse vamos a seguir tratamiento, ¿qué tratamiento doctor?, qué quiere usted, a mi me curó Jesús y me curó la Virgen, dice yo ya me voy si estoy sana, no dice la doctora, qué la va a curar Jesús y la Virgen, quédese nomás acá, claro, la doctora tiene ya problemas porque está quedando vacío el hospital, imagínense, se sanan todos, no tienen que cortar las piernas, la otra tiene diabetes y no está más. Cuando yo voy a la chica que la voy a ver tiene una compañera de habitación que la llevaron muy mal con un problema que no le trabaja los riñones porque tenía una piedra, dice que tenía piedra, cálculos no piedra, bueno, le hacen un estudio, cuando yo llego le hablo a la chica le hablo de la Madre y de acá y le doy para que lea los Mensajes de la Virgen y de Jesús que yo había llevado. Esa noche la chica se pone a leer, cuando le hacen los estudios a la tarde viene el médico: vos sabés que no tenés más la piedra, pero debés tener arenilla vos por estás tan mal, vamos a hacer otra más, le hacen otro estudio y sale que no tiene nada, totalmente sana, la mujer está sana, doctor le dice: yo no tengo fiebre, no me duele más, no tengo piedra, no tengo arenilla, ¿qué tengo?, no dice: tenés una infección, claro, no saben qué decir los médicos, porque ven la sanidad que la Madre hace pero la chica resulta cuando le pide a la Madre un problema que ella tenía, la sanación esa. El otro día a la mañana cuando yo voy me encuentro con la chica y me dice: mira te presento a mi mamá, oh que parecida, cierto, muy parecida la madre y la hija, parecen hermanas, le digo mirá que bien, que parecida tu mamá, dice: sí, dice la mamá, tanto tiempo separado dice, no señora, todas las casas siempre hay problemas, en realidad me quería dar una explicación a mí, quién no tiene problema en la casa, que tenga una discusión con alguien, todas las familias las tenemos, eso es normal, le digo no señora, pero no sabía como había sido la cosa. Bueno, viene que la señora se va, hábleme dice, yo tengo mi hijo que tiene diabetes, tengo esto, tengo lo otro, bueno señora, yo lo que le puedo dar son los Mensajes de la Virgen que traigo acá, el lugar donde queda, búsquelo en internet, se fue la señora, me besaba la mujer, me abrazaba, bueno se va la señora. Y se larga a llorar la hija con todo, como lloraba la hija, ya se vienen los médicos de guardia porque ahí hay médicos permanentes cada ratito, viene, entra corriendo la enfermera, qué te pasa le dicen las enfermeras, no dice, déjenme llorar porque yo lloro de alegría, yo nunca había visto sentir llorar de alegría y es algo tan hermoso, uno siente algo tan distinto del que llora por dolor, es una sensación maravillosa ¿no?, llorar de alegría, entonces me cuenta la historia la muchacha. Dice que ella pierde el padre a los 12 años y con la madre, la madre no lo quería al padre, entonces la madre le hacía la vida imposible a esos siete chicos, era un infierno vivir en la casa. Ella ya tiene 15 años y la madre le dice: únicamente te vas a ir de esta casa casada, te vas a ir de esta casa. Entonces ella con el primer hombre que encontró en la calle se casó, porque era un infierno vivir, se casa, ella a los seis meses se tiene que separar, está embarazada porque era un infierno vivir con la suegra, sale de la llama y cae a la brasa pobre mujer, quince años, se viene a la casa de la madre y la madre dijo: noo, vos te fuiste de acá, la echó como perro, andate a vivir bajo el río, pero acá nunca más. La cuestión es que la madre la echa nunca la vio en veinte años, nunca la miró, a ella la recoge una tía, bueno, ahora tiene tres hijos con otra persona, pero ella siempre quiso, soñaba con tener la madre con ella, ahora que ella es madre y todo y reunirse con sus hermanos. Esa noche le pide a la Virgen ella, de verla a la madre, de que la madre le perdone que ella se casa y se va de la casa, por eso lloraba tanto, porque la madre a la noche, ella le pide a las 11 de la noche, al otro día la madre a las 09:30, 10:00 de la mañana estaba ahí, hincada en la cama de la hija pidiéndole perdón por lo que le había hecho, ella con una sobrina habían ido, le decía: hija perdóname, que lo que yo te hice, yo quiero que me perdones, si mamá, cómo no te voy a perdonar, después de veinte años, siete personas separadas, con la madre ocho, ella enferma en ese lugar, la Virgen hizo ese milagro, que la madre se abuenó con ella y unió toda la familia, ese milagro que yo ya sentí, ese día último de venirme, claro si había revolucionado todo, entran con fiebre, salen sanos. Entonces ya los médicos, esta mañana me llama la chica, vos sabés que acá ya están enojándose los médicos, están quedándose sin gente y bueno qué vamos a hacer, que se enojen con la Madre qué vamos a hacer nosotros, nosotros decimos ella acampa acá en Posse y que es la verdad y que ella la demuestra sanando, pero es una sanación, aparte de las enfermedades, que yo quiero decirle a todos ustedes, que lindo cuando curan el alma, porque la enfermedad del alma Artemio no se ve pero que triste es tener el alma enferma, de dolor, de tanta tristeza y que le dio tanta alegría esta muchacha, estoy muy feliz por eso lo quiero compartir con ustedes en este lugar) ….

Le doy gracias a la gente que trajo el Ángel, el Niño Jesús y el tapiz ese bordado, cada puntada dada en ese tapiz que la Madre le devuelva y Jesús todas las gracias y bendiciones por siete generaciones, los que traen regalos también, por siete generaciones Jesús y la Madre les devuelva las gracias ¿eh?, bueno. Un agradecimiento especial, porque hay tantas cosas hechas con tanto amor ¿no?, a veces el mal hace mucho ruido pero el bien es superior siempre a todo, realmente, muchas gracias.

Número 6 en el cancionero decimos: hoy perdóname…. Pensemos en todo lo que hace el Señor por vosotros y todo lo que necesitamos de Él y que cada día que pasa el Señor llene nuestra alma de la gracia necesaria para seguir viviendo, es difícil vivir y mucho más cuando uno está enfermo, el estado más triste del ser humano es cuando está enfermo, tanto sea del cuerpo como del alma, por eso el Señor tiene que darnos aceite para nuestra lámpara, es decir la gracia para nuestra vida, para mantenernos en pie, tengamos siempre presente eso, sufrir a solas es terrible, cuando uno sufre acompañado las cosas son muy diferentes, entonces le decimos con número 8: pon aceite en mi lámpara Señor…. Que lindo es poder decir: estoy sufriendo pero el Señor me está viendo, me está acompañando, Él va renovando mis fuerzas, me da esperanzas, me da coraje, a pesar de las palabras que a veces pueden decirnos los médicos que son muy realistas en decirnos las cosas, que no pueden mentirnos, pero a pesar de todo ese dolor es hermoso pensar: el Señor está conmigo y si uno pide su presencia constante en nuestra vida Él nos va a ir indicando qué tenemos que hacer, cuándo hacerlo, cuándo necesitamos tomar alguna medida con nuestra salud, cuándo o adónde tenemos que ir para mejorarnos porque el Señor nos habla a través de los hombres ¿verdad?, nos habla a través de los médicos, de los paramédicos, de los que analizan nuestra sangre y todo nuestro cuerpo para decirnos qué nos pasa, también nos habla a través, es decir todos los profesionales tanto de la salud como de la leyes, como de la economía. Entonces y no solo por nosotros, pensemos que tenemos que pedir el Espíritu Santo para que llegue a cada uno dentro de su profesión porque después vemos que cada uno de ellos nos hablan y es la palabra del Señor, cuando uno ha dicho al Espíritu Santo que me aconsejen bien, que me guíen bien, que hagan bien las cosas conmigo.

Por eso, no todos son buenos para todos pero de cualquier forma siempre cada uno pone su granito de arena en nuestra vida, con nuestra salud y nuestra vida espiritual, nunca pensemos mal de nadie, nunca, nunca, porque a lo mejor detrás de esa persona que en apariencia puede a lo mejor no caernos tan bien existe un alma hermosa, un ser humano muy valioso y el Señor puede hablarnos a través de cualquier persona, a través de las cosas, a través de los acontecimientos, eso es posible cuando uno pide que le asista siempre el Espíritu Santo, que es Dios también, tercera persona de la Santísima Trinidad.

Ahora bien, ese Espíritu Santo viene a nosotros y podemos reforzar eso yendo a los servicios religiosos, así como se viene acá, yendo a la Iglesia, escuchar la Santa Misa, tomar el Cuerpo del Señor, porque todo es lo mismo, forma parte de nuestra creencia, de nuestra fe y la razón de nuestra vida. Entonces, siempre pensando, bueno, este paso que doy, si yo así lo quiero, el Señor me está inspirando para que lo de bien, Él me aconseja y cuando hay algo que parece que no está bien, que es fruto de las personas que pueden estar cerca de nosotros y que a veces no nos hacen tanto bien, habrá que preguntarse: ¿qué me quiere decir el Señor con esto?, porque el Señor saca provecho incluso de las cosas malas que nos hacen ¿mmm?, ¿qué me está queriendo decir el Señor con esto?, porque seguramente el Señor saca bien de mal, porque Él cosecha donde no sembró y saca done no pone.

Para poder entender con el corazón la palabra de este día, que es hermosísima, es de los compañeros de Emaús, vamos a pedirle al Espíritu Santo que venga a nosotros, pero hagámoslo en serio ¿eh?, a ver: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Domingo 06 de Abril, tercer domingo de Pascua, Santos Guillermo y Celestino, el Evangelio de hoy es de San Lucas, el capítulo 24 del 13 a 35: “aquél mismo día dos Discípulos se dirigían a un pueblecito llamado Emaús, que está a unos doce kilómetros de Jerusalén, e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos. Entonces les dijo: que poco entienden ustedes y que lentos son sus corazones para creer todo lo que anunciaron los Profetas. ¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su Gloria?. Y les interpretó lo que se decía de Él en las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los Profetas. Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como quien quisiera seguir adelante, pero ellos le insistieron diciéndole: quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día. Y Jesús entró a quedarse con ellos. Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Él desapareció. Entonces se dijeron uno al otro: ¿no sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba?. Se levantaron y volvieron a Jerusalén, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Veamos un poquito más porque el Evangelio está un poco resumido ¿no?, entonces yo les amplío, los Discípulos iban camino de Emaús, entonces se acerca un hombre que encuentran, era Jesús pero ellos no lo conocen, y ¿qué están conversando? dice Jesús, pero cómo le dicen: ¿vos no sabés todo lo que pasó en estos días?, no dice el Señor, sí, un hombre muy importante, el Hijo de Dios fue crucificado en medio de ladrones, el pueblo de Israel que esperaba un libertador, pero creyó que Jesús lo era pero no fue así y fue crucificado y bueno, siguieron diciendo: pero ¿cómo puede ser?, ¿vos donde vivís?, si todos hablan de lo mismo. Entonces Jesús empieza, como dice el Evangelio, explicar las Sagradas Escrituras, les hace entender que ya Moisés y otros Profetas, Isaías por ejemplo habían venido diciendo todo lo que iba a pasar, y por qué Hijo del hombre, se dice Hijo del hombre porque es Hijo de la Virgen María y entonces dice: pero si los Profetas, setecientos, mil años antes ya venían anunciando que esto iba a pasar, que raro que ustedes no lo sepan ¿no?, pero ellos no lo conocieron a Jesús, no lo reconocieron y siguieron caminando mientras Jesús les explicaba todo lo que decían las Sagradas Escrituras ¿mmm?, por ejemplo mil años antes el Santo Profeta David ya decía que el Hijo del hombre, Hijo de María y Dios, por eso se dice Hijo del hombre repito, ya había dicho viéndolo a Jesús en la cruz, mil años antes ¿eh?: han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos, o bien el Profeta Isaías setecientos cuarenta años antes de Jesús decía: el Hijo de Dios nacerá en Belén, de una Virgen, y todas las cosas que después fueron ocurriendo. Por eso se le llama Profetas porque se adelantan al tiempo que viven ¿verdad?, diciendo las cosas que van a pasar.

Ahora, ustedes dirán: qué lindo trabajo es ser Profeta ¿no?, sí, pero también tengan en cuenta esto, que de todos los Profetas que tuvo el Antiguo Testamento los mataron a todos, excepto a dos, porque a la gente no le gusta cuando alguien sinceramente les dice las cosas y molestaban los Profetas ¿eh?, por eso a todos los mataron, pudieron predicar, decir, pero terminaron muertos, menos dos, de montones de hombres que decían.

Esa es la historia de los que siguen la palabra del Señor, seguir la palabra del Señor así a pie juntillas cuesta muy caro, ¿en qué sentido?, en que al predicar la palabra se reciben tantas cosas que a veces no son buenas, por una razón muy simple, todo lo que está en la Luz ¿verdad? molesta a los que están en la oscuridad, eso es lógico, entonces quieren hacerlo desaparecer, eso es tan viejo como la historia de la humanidad. Cuando alguien trae una verdad, o la verdad la dice con palabras que todo el mundo la entienda no le va bien, no le va bien, por eso razón tan simple, traer cosas de arriba, es decir del Señor es muy difícil.

¿Y eso es un signo para no andar en esto?, no, tiene que ser un signo para que cada uno de nosotros se sienta mucho más comprometido en la tarea que hacen, sabiendo que a la corta o a la larga el Señor sabe, Él vio, Él no se va a olvidar, pero a veces la relación con el mundo no es muy buena, ya les digo, como hacíamos referencia hace un rato, quien vive en la oscuridad les molesta a aquellos que van en la Luz ¿mmm?.

Volviendo así concretamente al Evangelio, dice que siguió Jesús avanzando con los Discípulos sin que ellos se dieran cuenta y cuando llegaron al camino que entraba a Emaús Jesús hizo como para seguir caminando, entonces ellos le dijeron: no, quedate con nosotros, porque ya anochece, y según el Evangelio hay palabras más, palabras menos, pero agrega: porque la noche es difícil y está cargada de peligros. Hacían referencia, la noche es la vida ¿no es cierto?, la vida está cargada de peligros ¿eh?, quédate con nosotros porque ya anochece y la noche tiene todos esos peligros, entonces Jesús entra a quedarse con ellos, pero todavía no lo habían reconocido, porque hay un problema que tener en cuenta, porque les costaba, prácticamente la mayoría no lo entendió que Jesús había resucitado. Ya se los dije en otra oportunidad, tal vez no eran ustedes, el pueblo de ese entonces, las distintas culturas que había en los lugares donde Jesús se movía creían en la trasmigración de las almas, es decir creían que el alma pasaba de un cuerpo a otro para ir purificándose, pero la verdad es que nosotros tenemos una sola alma que tiene una vida sobre la Tierra ¿mmm?, y luego va al paraíso o a la oscuridad según como haya vivido ¿no?, pero de cualquier forma siempre hay salvación porque el irse a la oscuridad también es por un tiempo, no mucho ¿eh?. Y los que están en la oscuridad justamente pueden salir antes de ahí cuando nosotros hacemos por ellos oración, sacrificio, ayunos, lo que fuera.
Ahora bien, cuando Jesús está en la mesa y parte el pan ¿mmm?, entonces ellos reconocen en ese gesto, reconocen a Jesús, reconocen, pero cuando van a decir: Maestro, Él ya había desaparecido. Y después reflexionaban mientras seguían cenando, ¿y qué decían? ¿eh?, pero ¿cómo?, hemos caminado mucho con Él ¿y no nos dimos cuenta el ardor que tenían sus palabras?, ¿no nos dimos cuenta de que su presencia no podía ser otra que la de Dios mismo?, pero ¿qué nos pasó?, que hemos estado haciendo tanto camino con el Señor y no nos dimos cuenta.

Yo les pregunto a ustedes y me pregunto yo: ¿no nos pasa así a nosotros?, cuántas veces el Señor está con nosotros, nos alcanza todo lo que necesitamos y nosotros vivimos como aturdidos, sin darnos cuenta que el que nos habla es Él. Él nos sigue siempre, está siempre con nosotros, yo les decía al comienzo que el Espíritu Santo, Dios con nosotros, está siempre, ahora ¿y por qué Jesús, el Espíritu Santo, por qué no Jesús?, por una razón muy simple, el Espíritu Santo está dentro de nuestro corazón y Jesús puede tener apariciones como hombre pero no está siempre como hombre, está el Espíritu Santo que es Dios también.
Ahora, cuando Él asciende a los Cielos, dice: Yo me voy, pero les enviaré al Consolador, es decir aquél que estará siempre con ustedes, es decir el Espíritu Santo.

Por eso, después de ese acontecimiento los Discípulos van a distintos lugares a decir: miren, nosotros hemos comprobado con nuestros propios ojos, oídos, que Jesús había resucitado pero les costaba entenderlo, les costaba mucho.

Los compañeros de Emaús, ¿no seremos también nosotros los que Jesús dialoga con nosotros y no lo entendemos, que nos habla a través de los hombres, las cosas, los acontecimientos y no le pasamos bolilla?, cualquiera de nosotros, ¿qué pasa en nosotros que somos tan ciegos para ver, tan sordos para oír? ¿mmm?, bueno así le pasó a los Profetas no los escucharon y los Profetas terminaron muy mal ¿mmm?, bien.

Entonces, pensando en esto, cuando quedemos a solas o en este momento imaginemos un poquito al Señor que se acerca a nosotros para traernos la buena noticia de una vida nueva ¿mmm?, y como decíamos al comienzo viene a acompañarnos en nuestro sufrimiento, en nuestro dolor o en nuestra alegría, siempre, continuamente ¿mmm?, continuamente.

Yo me acuerdo que mientras estaba internado en una operación muy grande y pasaba durante el día muchos problemas y por la noche Él a mis espaldas me ponía las manos sobre la frente, lo mismo que la Madre y me decía: tené paciencia, tené paciencia, yo no me atrevía a decir nada, a veces me indignaba un poco por los problemas que a veces uno tiene durante el día o el dolor muy fuerte o lo que sea, pero las palabras de Él eran tremendamente calmantes de todo: tené paciencia, tené paciencia, ya pasará esto, ya va a pasar esto, tené paciencia.

Y esas palabras también se las digo a ustedes, aquellos que están sufriendo muchas cosas: tengan paciencia, el Señor está con nosotros, entonces nada malo nos puede ocurrir, tené paciencia.

En este día y todos los días a que alcance nuestra vida tengamos una relación linda con el Señor, no por eso podemos hablarle a veces fuerte ¿eh?, decir: ¿por qué Señor esto?, ¿por qué lo otro?, mirá, no sé, no aguanto mucho los dolores, me pasa esto, lo otro, ¿por qué estoy en una silla sentado?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, y son preguntas a veces que no las puede contestar nadie, pero hay que decirle: Señor, decime por qué esto y cómo se explica y se justifica que sufra tanto Señor, porque en nuestras enfermedades tenemos que encontrar siempre el valor que tiene el sufrimiento ¿mmm?. Es decir, siempre deja en nosotros una huella imborrable y no pasa porque sí, viene el Señor a tomar el sufrimiento y lo aprovecha para montones de cosas maravillas, siempre y cuando nosotros lo ofrezcamos, porque si no lo ofrecemos, bueno, somos libres para hacerlo o no, pero al no ofrecerlo el Señor pasa así como con los compañeros de Emaús ¿eh?, tenemos que decirle: vení, entrá con nosotros, vení a quedarte con nosotros ¿eh?, entonces Él va a entrar a quedarse, vení Señor, te necesitamos Señor, nos es difícil la vida, nos es difícil vivir, nos es difícil ganar el pan con el sudor de la frente, nos es difícil tener los hijos, criarlos y hacerlos hombres, nos es difícil tratar con los demás porque a veces tenemos las mejores intenciones pero los demás no la tienen con nosotros, nos es difícil vivir en todo momento porque parecería que todos están como compaginados como para que suframos más, siempre y cuando nosotros querramos sufrir, porque el ser humano que está con el Señor le encuentra una explicación a todas las cosas ¿mmm?, y si nosotros lo hacemos nos va a pasar como a los compañeros de Emaús que decían pero ¿cómo, no sentíamos nosotros arder el fuego del amor en sus palabras?, pero ¿cómo hemos sido tan tontos y no nos dimos cuenta y desaprovechamos haber estado con el Señor?, ¿por qué habremos sido así?, ¿no nos dimos cuenta?, claro detrás de esto había un problema, ellos no creían totalmente porque el Señor había resucitado y ellos no estaban convencidos de la resurrección pero la verdad es esa ¿mmm?, que nos pasa a nosotros también cuando dudamos siempre: creemos sí pero.

Una cosa está en creer en el Señor y otra muy distinta es entablar una relación de Padre a hijo, mientras creemos en Él decimos alguna oración y pare de contar, eso es una cosa ¿mmm?, pero cuando nosotros establecemos una relación de Padre a hijo cambia totalmente, ¿por qué?, porque ya no es aquél sin nombre sino es aquél que le decimos Padrenuestro que estás en los Cielos, que venga a nosotros tu Reino, eso le decimos: Padrenuestro ¿mmm?.

Y si uno se pone a pensar un poco tal vez no deje nada más que decir esas palabras por el hecho de que al decir Padrenuestro tendríamos para pensar días enteros sobre esa expresión tan hermosa, de alguien que sin necesidad nos ama totalmente, sin necesidad nos ama desde siempre, nos hace a su imagen y semejanza, carga con nosotros toda la vida y nos asegura una eternidad feliz. La verdad es que: ¿quién puede hacer tanto por nosotros?, ni siquiera aquellos que nos aman mucho porque todos somos precarios en los afectos, amamos hoy, mañana más o menos, pasado quien sabe, otro día y no sé, no estoy seguro, los afectos humanos son muy relativos, a veces son profundos pero no siempre, nos cansamos fácil de amar pero el Señor nunca se cansa de amarnos, nunca, Él nos creó a su imagen y semejanza y desde siempre nos amó y nos sigue amando y lo hará por toda una eternidad.

Se justifica incluso su presencia en el mundo y en las cosas porque es el único capaz de dar un amor verdadero, total, definitivo.

A ese ser nos dirigimos en este día y todos los días a que alcance nuestra vida, sí Señor, te amamos Señor, sos nuestro Padre, no una idea en la mente, sos Padre nuestro ¿mmm?, nos creaste a tu imagen y semejanza, vos me amás, hacé despertar en mí el afecto que no tengo, la alegría que das vos y todavía no está en mí, la felicidad que solamente vos podés traer y todavía no la he descubierto, la paz que solamente vos podes dar.

Sí Señor, hoy y siempre, sí Jesús, cuánto te amamos Señor, aunque a veces no lo decimos tan concretamente, a veces somos medio lerdos para decirte Señor que te amamos, tenemos hasta vergüenza y tenemos vergüenza que nos sientan los demás, parecería como si vos fueras algo privado, como si todo moviera nuestra vida, nuestras cosas y todo.

Sí Jesús, estamos tan contentos que seas nuestro Padre, nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro compañero, que como decíamos ayer y decimos siempre: podemos sentir hasta el aliento tuyo sobre nosotros y el calor de tu cuerpo que nos invade, no solo hoy sino siempre, es cuestión de amarte y todo será en la relación con vos.

Sí Jesús, así estás tan cerca nuestro, tan cerquita, que no sé dónde terminás Señor vos y dónde empezamos nosotros, por eso te decimos con todo nuestro fervor: tan cerca de mí…. A ver con fuerza, con ganas, con todo lo que tenemos: tan cerca de mí…. Yo hablé recién de que Él es nuestro Padre, nosotros somos sus hijos, pero la relación que tenemos con Él a veces es distante, es lejana y no sabemos como hablarle, cómo dirigirnos a Él, claro, tenemos como temor porque Él lo puede todo, lo sabe todo, lo da todo entonces estamos como tímidos delante de su fuerza y poder, pero es muy simple dirigirse al Señor, tan sencillo, así como hacemos con cualquiera: le hablaré sin miedo al oído….

Claro, está aquí el Señor, sí Señor, Él está aquí adelante y también la Madre está bendiciendo a cada uno y nosotros con fuerza le vamos a decir, para eso vinimos y también para agradecerle pero para eso vinimos: sáname Señor con tu Espíritu…

Sí Señor, eso es lo que necesitamos, queremos agradecerte Señor la vida, el poder ver, gustar, sentir, el poder tener lo que tenemos, te damos gracias Señor, te pedimos por todo lo que nos falta Señor, tantas cosas, pasá sanando toda nuestra vida, desde antes de nacer hasta hoy y siempre, saná nuestros antecesores para que no tengamos que heredar nada malo de ellos, mirá todo nuestro cuerpo Señor, cada uno de los órganos, cada uno piensa en su enfermedad, en el lugar que la tiene, saná también nuestra alma Señor que tenemos necesidad de estar sanos espiritualmente para poder vivir mejor, sí Jesús. Míranos Señor, fija en nosotros tus ojos y nuestra vida será otra totalmente distinta, fija tus ojos Señor en nuestro ser y todo será diferente, sí Señor.

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