Si el cristiano no vive de esta manera le resulta muy difícil vivir ¿eh?, muy difícil, además piensen en esto, Jesús dice siempre: Yo quiero ser eficaz en la vida de ustedes, quiero ser eficaz, la palabra eficaz significa: quiero servir, no quiero estar junto a ustedes así como nada, no, no, ese Jesús no es el Jesús verdadero. Oración del 05 de Abril de 2008
Habla Artemio:
Buenas tardes.
Tomen la hoja de los cánticos, para empezar decimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Con número 6 decimos: hoy perdóname….
Vamos a pedirle al Señor que nos de la gracia que necesitamos todos los días para vivir, en la vida nos va de una manera y los que estamos aquí presentes no tan bien ¿mmm?, por eso, así como decimos que ponga aceite en nuestra lámpara le pedimos al Señor que nos llene de su gracia para seguir, para sanarnos, para estar bien, para avanzar en todo ¿eh?, entonces simplemente decimos: pon aceite en mi lámpara Señor…. Se lo vamos a decir con un poco más de ganas porque sino parece: pon aceite en mi lámpara Señor….
Ahora vamos a pedir para leer el Evangelio que el Espíritu Santo nos llene para tener el fervor necesario, la lucidez que necesitamos, el discernimiento para distinguir las cosas, para realmente sentir en nuestra alma la palabra del Señor y no solo para eso sino que cada uno piensa: vení Señor con tu Espíritu Santo a llenar mi vida porque me has traído Jesús aquí desde lejos, muy lejos, no tan lejos y cerca para sanarme Señor, porque vos dijiste: dónde están los enfermos que Yo quiero sanarlos, por eso, yo te digo Señor: aquí están los enfermos, aquí, y no solamente Señor sanarlos sino darles la confianza para que ellos realmente crean que vos podes sanarlos Señor, por una razón muy simple, todos estamos aconsejados por los especialistas, los médicos, o quien sea pero sin desautorizar nada de eso que nos parece muy bien, te pedimos a vos Señor que ilumines a los médicos, que llenes nuestro cuerpo y nuestra alma de todo lo necesario para sanarnos de las cosas que nos pasan, chiquita o grande. Señor, el hecho de que vos hayas traído alguien acá significa que vos queres sanarle, pues bien, al pedir tu Espíritu Santo Señor estamos pidiéndote también la sanación de nuestra alma y de nuestro cuerpo ¿mmm?, sí Señor, decimos así simplemente: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Para estar a tono con los que no pueden levantarse entonces todos nos quedamos sentados, a pesar de que en el Evangelio tendríamos que levantarnos ¿no?, sábado 05 de Abril, conmemoramos Santos Vicente Ferrer y Santa Irene. El Evangelio de hoy es de San Juan, capítulo 6, versículo 16 a 21: “al llegar la noche, sus Discípulos bajaron a la orilla y, subiendo a una barca, cruzaron el lago rumbo a Cafarnaúm. Habían visto caer la noche sin que Jesús se hubiera reunido con ellos, y empezaban a formarse grandes olas debido al fuerte viento que soplaba. Habían remado como unos cinco kilómetros cuando vieron a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y se llenaron de espanto. Pero Él les dijo: soy Yo, no tengan miedo. Quisieron subirlo a la barca, pero la barca se encontró enseguida en la orilla adonde se dirigían” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Algunas palabras para entender el Evangelio de hoy, aunque lo entendemos pero tenemos que decir muchas cosas basándonos en la palabra que Él nos da.
La situación es muy simple, ellos no habían visto durante la tarde a Jesús y claro, como pescadores habían salido mar adentro y se preguntaban dónde estará el Señor ¿no?, de repente ven que Jesús viene caminando sobre las aguas, les da un poco de temor porque los Discípulos eran personas bastante, la mayoría analfabetos, que entendían pero no entendían tanto porque todavía sobre ellos no había soplado el Espíritu Santo ¿verdad?, después ya todo cambia, todo es diferente cuando viene el Espíritu Santo en Pentecostés, entonces ven que Jesús se acerca, quieren ellos de alguna manera como mostrar sorpresa pero Él le dice: no teman que soy Yo, imagínense ustedes, nunca habían visto una cosa igual que el Señor viniese caminando sobre las aguas.
A lo largo de toda la Sagrada Escritura, incluso en el Antiguo Testamento, el Señor es un ser que domina todo ¿mmm?, desde los comienzos del Génesis, comienzo en el Antiguo Testamento, ya en el cuarto párrafo dice: el Padre miró todo lo que había hecho y vio que todo estaba bien, es decir con orden y todos los movimientos a lo largo del Antiguo Testamento y después del Nuevo, siempre es tendiendo a que todo esté bien, en orden, por ejemplo cuando Jesús quiere sanar a los enfermos, por qué esa preocupación tan grande en sanar a los enfermos, muy simple, Él dice: un cuerpo enfermo tiene un desorden adentro y entonces hay que poner el orden que le falta ¿mmm?, y en todas las cosas a lo largo de la Sagrada Escritura se ve que en el Señor, sea en el Padre, en el Antiguo o el Hijo en el Nuevo Testamento, siempre hay esa preocupación para que todo esté en orden, incluso las Bienaventuranzas que son como una hoja de ruta dentro del Nuevo Testamento son justamente: felices, bienaventurados los pobres porque ellos serán recompensados ¿eh?, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán hartos, ¿ven?, siempre dirigiéndose hacia lo que no está en orden para ponerlo, bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la Tierra. El mismo Jesús que se enoja mucho en el Templo cuando los mercaderes están negociando ¿eh?, es el Jesús que en unas páginas antes dice: bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la Tierra ¿mmm?.
Entonces, pensemos en ese orden que el Señor vino a traer en todo, que los Discípulos no lo comprenden tanto o diría yo que no lo comprenden porque incluso Pedro faltaba poco para morir y lo niega al Maestro ¿mmm?, alguien que le había jurado amor: cómo no te voy a amar Señor, si yo te amo un montón ¿eh?, sin embargo lo niega ¿mmm?, y concretamente en el Evangelio de hoy ellos se alarman de que Jesús venga caminando sobre las aguas, era un esquema de vida o una forma de proceder que no habían visto nunca, donde el Señor domina todas las cosas, así como el Padre vio que todo estaba en orden al comienzo, así también vemos que Jesús trata de hacer ver que Él pone orden en todo, desde las cosas más simples a las más complejas.
Yo les referí ya otras veces y lo vuelvo a hacer porque la gente es diferente, la mayoría, cuando una noche viene el Señor, porque como ustedes saben hace trece años en el mes de Marzo, el día 10, viene todos los días junto con su Mamá ¿mmm?, Él es como esta mañana, es el encargado de llamarme, de decirme las cosas, justamente esta mañana me hizo levantar porque al rato llegaron dos personas que eran de Rufino, venían con muchos problemas de salud, bueno, entonces les decía, una noche me dice: qué lástima ese pececito que está muerto al lado de la fuente, un pez chiquito que habían sacado los chicos y se había muerto ahí, y entonces le digo: Señor, pero no te entiendo, cómo puede ser que me hables de ese pez que está muerto, que estaba muerto y no me digas que hoy pasaron 26 personas con cáncer acá en la Capilla, no entiendo Señor, y Él me dice: es lo mismo, le digo: ¿qué es lo mismo?, y tanto se rompe el orden que Mi Papá impuso en todo en la muerte del pez o en la persona enferma ¿eh?, todo es desorden, y lo que quiere el Señor desde el comienzo mismo de la Sagrada Escritura es poner en orden las cosas ¿mmm?. Más aún, cuando rezamos el Padrenuestro, decimos: Señor hágase tu voluntad, ¿y cuál es la voluntad del Señor?, que seamos felices.
Hubo tiempos en que el ser humano creía que la voluntad del Señor era que asumiéramos pesadas cruces y pagáramos deudas y que se yo, nada que ver, el Señor es un Señor de amor que viene a ayudarnos a llevar las cruces que tenemos, sacarlas si uno se lo pide ¿verdad? y seguir apoyándonos en la vida y en todo ¿mmm?.
¿Por qué no confían?, soy Yo, confíen en Mí les dice a los Discípulos, como aquella vez que se levanta el oleaje y Jesús está en el barco dormido y los Discípulos lo despiertan y Él dice: ¿de qué tienen miedo?, si están conmigo ¿eh?.
Entonces, tomo esas palabras del Evangelio, del otro Evangelio que es parecido ¿verdad? y también tomo palabras del Evangelio de mañana, el Evangelio de mañana es de los compañeros de Emaús, Jesús se pone al lado de los compañeros de Emaús, no lo vamos a explicar, porque es de mañana, pero dos palabras ahora, y los acompaña hasta Emaús y ellos no se dan cuenta que está Jesús con ellos ¿eh?, no se dan cuenta, cuando Jesús parte el pan lo conocen y quieren decirle: Maestro, pero ya no estaba más, era después de la Resurrección.
Bueno, entonces tomando las palabras de este Evangelio, del otro que les cité y del Evangelio de mañana, porque en última instancia mañana lo vamos a escuchar también en la Santa Misa ¿no es cierto?, a la cual debemos ir y comulgar ¿eh?, tomar el cuerpo del Señor, no se olviden ¿eh?, hay que venir a la Capilla pero hay que ir a Misa también, a comulgar y recibir el cuerpo del Señor ¿eh?, acuérdense siempre de eso, si no pueden bueno, pero si pueden háganse un lugarcito ¿eh?.
Volviendo al Evangelio les digo, Jesús mira que los Discípulos parecerían no confiar, por eso en las dos oportunidades dicen; no tengan miedo, soy Yo ¿eh?, incluso cuando en la barca el viento la mueve tanto, Él les dice: ¿de qué tienen miedo?, ¿no están conmigo?, entonces todas estas palabras las paso, las transfiero, las digo aquí a cada uno de ustedes, estén como estén en este momento, tengan la enfermedad que tengan, les pase lo que les pase, tengan la familia destruida, los hijos alejados, tengan la falta de trabajo, la pobreza, bueno, cualquier cosa, y las enfermedades, cualquiera de ellas ¿no?, y le digo lo mismo que dice Jesús en el Evangelio: ¿de qué tienen miedo?, si Yo estoy con ustedes ¿eh?, o bien confíen, soy Yo, el que viene caminando sobre las aguas.
Es algo que tenemos que comprender porque sino la vida se nos vuelve una cosa tan difícil, tan terriblemente difícil que nos cuesta vivir, nos cuesta un montón vivir, a todos nos cuesta un montón vivir, porque en la vida nos va de una manera, cada uno tiene su libertad y a veces se pasa en la vida del otro usando mal su libertad ¿mmm? ¿verdad?.
Entonces, yo digo las mismas palabras del Evangelio: ¿de qué tienen miedo?, tengan la vida que tengan, por difícil que sea, ¿de qué tienen miedo?, si Yo estoy con ustedes ¿mmm?, y uno también piensa en los que están sentados aquí delante ¿no es cierto?, en su silla de ruedas, por qué no participamos también con ellos de esto, no es fácil vivir de esa manera ¿eh?, pensemos un poquito, no es nada fácil ¿eh?, pero a ellos también o a sus familiares uno les dice: ¿de qué tienen miedo?, Yo estoy con ustedes ¿mmm?.
Y entonces le empezamos a dar al dolor, al sufrimiento, a todas las cosas que nos ocurren en la vida, empezamos a dar un valor grande porque eso de sufrir a solas es insoportable, el ser humano que sufre a solas y no se lo cuenta a nadie es insoportable, ahora, cuando uno sufre y el Señor viene en nuestro auxilio o dicho de otra forma, cuando uno toma conciencia que Dios está con nosotros ¿mmm?, entonces uno piensa en aquellas palabras: ¿de qué tienen miedo?, o como dice el Evangelio: soy Yo ¿eh?.
Si el cristiano no vive de esta manera le resulta muy difícil vivir ¿eh?, muy difícil, además piensen en esto, Jesús dice siempre: Yo quiero ser eficaz en la vida de ustedes, quiero ser eficaz, la palabra eficaz significa: quiero servir, no quiero estar junto a ustedes así como nada, no, no, ese Jesús no es el Jesús verdadero, Jesús quiere ser eficaz en nuestra vida, quiere servir nuestra vida, por eso, hagamos lo que hagamos ¿mmm?, me pongo aquí porque quiero mirarlo de frente, no darle la espalda. Hagamos lo que hagamos Él quiere ser eficaz en nuestras vidas, en cualquier momento, en cualquier circunstancias, que estemos bien o mas o menos, que estemos re mal o no sé cómo, quiere servirnos a nosotros, pero para eso uno tiene que darle entrada ¿eh?, en su corazón, o al menos digo yo a veces refugiarnos en el hueco de su mano ¿mmm?.
Por eso, es tan hermoso pensar que ese ser tan maravilloso que quiere estar siempre disponible para nosotros, quiere darnos lo que nos falta, quiere asistirnos, quiere ayudarnos a llevar la cruz que tenemos con la condición de que nosotros hagamos todos los días más liviana esa cruz, quiere llegar hasta nosotros para sanarnos, en todo sentido, eficaz en nuestras vidas, quiere servirnos, no ser alguien lejano, ausente.
Si no lo pensamos al Señor así no es el Señor verdadero, es alguien que está como de adorno en nuestra vida, no, no está de adorno, Él quiere darnos todo lo que nosotros necesitemos, pidan y les daré, rueguen, ahora ustedes dirán: pero mi vida un poco así desparramada como tenemos, pero Él no nos está pidiendo nada, solamente que confiemos en Él, nada más, tengamos siempre presente en eso, Él no nos está pidiendo que ordenemos nuestra vida para llegar hasta nosotros, no, nos pide nada, nos quiere dar todo a cambio de nada ¿mmm?, porque ese es el planteo, o la forma de pensar o la manera de vivir de los que aman, dan, no piden, nunca piden, dan, dan y dan; ustedes dirán: pero quién da siempre llega un momento que se agota, no, ¿por qué?, porque en las cosas del Señor si uno está a su servicio siempre hay un crecer nuevamente la gracia interior para seguir dando ¿mmm?, Él nunca pide, da, como los que aman en serio, es decir los que aman porque sino no es la forma. No pide, da ¿mmm?.
Pensemos en esto, no tengamos en cuenta que a lo mejor nuestra vida estuvo muy alejada tal vez de Él, no, ocurre que nos aturdimos tanto, tanto nos aturdimos con las cosas del mundo, en el trabajo, en tener todos los días un poco más, en llevar a casa el pan con el sudor de la frente, el que alcance el pan para todos y no solamente el pan para nosotros sino para otros hombres de otros lugares lejanos donde están hambrientos, estamos tan metidos en todas esas cosas ¿mmm?, estamos tan metidos con eso que nos olvidamos un poco del Señor, no, a Él no le importa, no se olviden nunca que Él siembra y cosecha pero también cosecha donde no siembra y saca donde no pone, lo dice el Evangelio.
Entonces, si ustedes en algún momento de la vida les parece que, o en este momento, de que uno no es tan digno de pedirle al Señor que uno tuvo una vida…, no, no, no, eso es problema de uno, para el Señor no hay ningún problema de esa naturaleza ¿eh?.
A veces conversando así por las tardes con Él, no grabando sino directamente conversando nada más cuando uno sale a caminar y yo digo: Señor ¿qué hacés vos cuando ves tantas cosas malas?, y Él me dijo: y miro para otro lado, no digo: eso es desentenderte, no, no, dice, no, miro para otro lado para que la persona que está haciendo algo malo no tenga la mirada de reproche Mía sino que piense: el Señor no vio, yo tengo tiempo de corregirme todavía.
Si ustedes pensaran un poquito en todo el amor enorme que el Señor nos tiene, si ustedes tomaran conciencia un chiquito de cuánto nos ama, de la felicidad que tiene cuando uno se refugia en el hueco de su mano y mucho más de su Corazón, cuando uno le dice en la hora más dura: Señor, tené compasión de mí, Jesús tené compasión de mí, o en la hora feliz cuando uno dice: te doy gracias Señor porque todo esto no esperaba tenerlo y lo tengo pero también pensemos, muchas veces enumeramos solamente aquellas cosas que nos faltan, no enumeramos las cosas que tenemos porque siempre son más las que tenemos que la que nos faltan ¿mmm?, es una cuestión de cómo se mira nada más. Y hasta en eso el Señor quiere ser eficaz en nuestras vidas, se acerca para decirnos: Yo cosecho donde no siembro y saco donde no pongo ¿mmm?, eso es para alentarnos a cada uno de nosotros a mirar la vida, las cosas, los acontecimientos, cada una de las cosas que pasan de otra manera ¿verdad?, Él no está como alguien que contabiliza todas las cositas malas que podemos hacer o cosas grandes malas, no, Él en la cruz murió por todos, absolutamente por todos, ¿y por aquellos que tienen crímenes y cosas terribles?, sí, también por ellos, mirá que fácil hubiera sido morir solamente por los que se portan bien ¿eh?, como Él dice: los enfermos no necesitan médicos, perdón, los sanos no necesitan médicos, los enfermos sí.
A veces yo uso las palabras así cambiadas para que cuando uno está atendiendo a veces se adormece un poco entonces algo que se dice fuera de lugar hace reaccionar al ser y lo pone otra vez con la atención debida ¿mmm?, por que más de media hora, cuarenta minutos uno no puede atender muy bien ¿mmm?.
Jesús está ahí presente, la Madre ya ha pasado, más de la mitad de ustedes les ha dado la bendición, si ustedes lo creen o no es problema de ustedes, yo les digo lo que estoy viendo y otras personas que están adentro también lo ven, es decir, pueden tener esa visión preciosísima o sienten cuando la mano de la Madre se posa sobre vuestro hombro, dichosos de ustedes pero también les digo: bienaventurados o felices aquellos que no ven y creen.
Bueno, ese es nuestro Señor, aquél que nos dice: no tengan miedo, estoy con ustedes, pero no hoy solamente, no mañana, sino hasta la consumación de los siglos, por toda una eternidad, aquél que nos creó a su imagen y semejanza y nos hizo pequeños diositos, porque somos hechos a imagen y semejanza del Señor.
Él nos ama tanto, nos amó desde siempre, desde hace milenios ya en su mente, nos siguió amando hasta, repito, en el momento que hemos sido engendrados, nos miró a los ojos, nos llamó por vuestro nombre y nos dio un alma inmortal, tendría más explicación esto pero hagámoslo simple ¿mmm?. Y quedarnos siempre con su presencia en nuestra vida, todo el tiempo que dure y también por toda una eternidad, cuando pasa a veces un día uno dice: cuánto tiempo, lo que debe ser la eternidad ¿no?, es decir cuando el tiempo se vuelve siempre o para siempre. Bien vale la pena a veces tener algún dolor y ofrecerlo, pasar algo y darlo ¿eh?, porque hay toda una eternidad que nos espera, pero cuidado, el Señor quiere que seamos felices ya aquí en la Tierra, por eso tan gentilmente Él viene y nos dice: aquí estoy, soy Yo, no tengan miedo, es la palabra del Evangelio de hoy, soy Yo, soy Yo.
Sí Señor, sabemos que estás con nosotros siempre, incluso cuando nosotros te ignoramos o nos creemos tan sabiondos que decimos: si, total, no ¿eh?, vos mirás para otro lado esperando que nosotros cambiemos de idea o sigamos creciendo, porque en esto también, cuando uno más conoce más ama, siempre, claro.
Sí Señor, nosotros queremos conocerte todos los días más para amarte más, pero mientras tanto te decimos: mirá como estamos, mirá nuestro cuerpo y nuestra alma, mirá este cuerpo enfermo, cada uno piensa en sus problemas, mirá este cuerpo enfermo Señor, yo sé que vos ya me lo estás tocando y si me has traído aquí, si me trajiste a este lugar es porque querés sanarme, sí Señor, desde las primeras Revelaciones allá en el año 95, decías: que vengan todos que Yo quiero sanarlos, así como cuando en el Evangelio…, cuando en el Evangelio… (nos distrae esa criaturita, Dios la bendiga) …, Yo quiero sanarlos, Yo soy el que da la vida en abundancia, pídanmela, Yo soy el Señor de todas las cosas, úsenla bien, usen las cosas para vuestro beneficio, pero no hagan daño a nada dice el Señor. Yo soy la Luz del mundo quien me sigue a Mí no anda en tinieblas, ese ser que nos ama tanto es Jesús que hoy nos dice en el Evangelio: soy Yo, no tengan miedo.
Sí Señor, te sentimos tan cerca de nosotros Jesús y nos sentimos bien porque vos querés ser eficaz en nuestras vidas, querés servirnos, tu tarea es esa Señor, servirnos ¿mmm?.
Que lindo Señor que seas nuestro Padre, nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro compañero, que lindo Señor, cuánta suerte tenemos ¿eh?, y te sentimos cerquita nuestro, pero tan cerca, ya no es como en otros tiempos que tal vez yo andaba en otras cosas, noo, cada uno dirá: y yo nunca me acordé, no importa, Él se acordó y ahora sigue acordándose, te trajo aquí, porque quiere estar cerca, si se esfuerzan un poquito hasta pueden sentir la respiración en vuestra cara y en vuestro cuello y el calor de su cuerpo, porque Él también es hombre además de Dios, el hombre que nos dice: Yo soy la Luz del mundo, quien me sigue a Mí no anda en tinieblas.
Que cerca estás Señor, que cerca estás, que cerca, por eso te lo decimos todos juntos: tan cerca de mí…. A ver con mucho fervor: tan cerca de mí….
Y si está aquí, si decimos que hasta podemos sentir su respiración en nuestro rostro, si sentimos el calor de Él que nos invade, ya nomás digámosle con fuerza, confiando plenamente, digámosle: sáname Señor con tu Espíritu….
Sí Señor, yo quiero sentir el fuego tuyo en mi corazón porque sé que me vas a dar la sanación que busco, la alegría que perdí, la felicidad que pasó de largo, las frustraciones que me trajo la vida y todos aquellos que no me entendieron. Yo te amo Señor, por eso sé que vas a llegar… (se dio vuelta la cinta)…, no tengan miedo, soy Yo ¿mmm?.
Él nos va a poner en el hueco de su mano y nos va a llevar a su Corazón y quedaremos siempre allí al amparo de su Misericordia, de todo el amor que Él nos tiene, no desaprovechemos todo el amor que el Señor nos ofrece, es tanto, es tan maravilloso todo, tan maravilloso, si nosotros creyéramos plenamente hasta las cosas más terribles desaparecerían en un momento, hagamos un esfuerzo, confiemos, hagamos un esfuerzo para que Él entre en nuestro corazón y se quede allí para siempre, sí Señor.