Por eso, esto tiene que ser de base para pensar: pero yo estoy enfermo, yo tengo dramas, yo tengo problemas, la tristeza me persigue, mi familia está desunida, las cosas van muy mal, el mundo parece un desastre, pero por otra parte pienso: pero el Señor me creó, me amaba desde siempre y me sigue amando por toda una eternidad. Oración del 02 de Marzo de 2008
Habla Artemio:
Hemos venido desde lejos, no tan lejos y cerca y también esta presente un señor
de EE.UU, de California, que vino el otro día pero yo no estaba y va a volver dentro de dos meses, venía a dar testimonio de que se había sanado de su cáncer de próstata. Todo entonces para darle gracias al Señor porque es tan bueno con nosotros y nos ama tanto y cuando venía para acá, recién, había tantos Ángeles esperando, por eso vemos con el número 22 y decimos, aunque no estamos tan acostumbrados con este canto: hay Ángeles volando en este lugar….
Bueno, ahora vamos a pedir al Señor que llene nuestra ser con el aceite de su gracia para que se alimente nuestra lámpara, entonces con todo nuestro fervor le decimos a Jesús: pon aceite Señor en mi lámpara Señor…. Y cuando pensamos así ¿no es cierto?, no podemos estar tristes, imposible ¿no es cierto?, entonces le decimos al Señor y nos decimos entre nosotros: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. Y no le decimos nada a la Madre ¿eh?, sí, estamos convencidos de una cosa, ¿de qué estamos tan convencidos?: tenemos una Madre que nos ama….
Bueno ahora antes de leer la palabra pedimos al Espíritu Santo llene nuestra alma de comprensión y discernimiento porque aunque el Evangelio se lee siempre uno lo lee todos los días, abre la Biblia en cualquier lugar y lee o lee el Evangelio del día pero uno no es, o está igual que ayer o antes de ayer por eso el Evangelio siempre es nuevo para uno, porque cada uno está dentro de una realidad distinta cada día, han pasado un montón de cosas de ayer a hoy o de esta mañana a hoy. Por eso, con todo el fervor, así como no teniendo ninguna duda de nada, nada, nada de dudas, le decimos al Espíritu Santo que venga, pero no hoy solamente, a cada rato hay que hacerlo y hay que vivir siempre en la presencia del Señor, hay que vivir siempre en la presencia del Señor pidiendo al Espíritu Santo que llene nuestra vida, por eso, a ver como le decimos con suavidad y ternura: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a
mí….
Bueno como hay muchos que están enfermos y no pueden pararse entonces el Señor nos acepta que leamos su palabra sentados ¿eh?, muy bien. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Hoy es el día 02 de Marzo, cuarto domingo de Cuaresma, los Santos de este día son Lucio y Genara, el Evangelio de hoy es de San Juan, capítulo 9, del 1 a 41 ¿mmm?: “al pasar, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Hizo un poco de lodo, barro, con tierra y saliva, untó con ese barro, los ojos del ciego y le dijo: vete y lávate en la piscina de Siloé (qué quiere decir Enviado). El ciego fue, se lavó, y cuando volvió, veía claramente. Sus vecinos y los que lo habían visto pidiendo limosna decían: ¿no es éste el que se sentaba aquí y pedía limosna?. La gente llevó ante los fariseos al que había sido ciego. Pero coincidió que ese día en que Jesús hizo lodo y abrió los ojos al ciego era día de descanso. Y como nuevamente los fariseos preguntaron al hombre cómo había recobrado la vista, él le contestó: me puso barro en los ojos, me lavé y veo. Algunos fariseos, pues, dijeron: ese hombre, que trabaja en día sábado, no puede venir de Dios. Pero otros decían: ¿puede ser un pecador el que realiza tales milagros?. Y todos estaban divididos porque cada uno pensaba. Jesús se enteró de que lo habían expulsado. Cuando lo encontró, le dijo: ¿vos creés en el Hijo del hombre?. Le contestó: ¿y quién es, Señor, para que crea en Él?. Jesús le dijo: tú lo has visto, y es el que está hablando contigo. Él entonces dijo: creo, Señor. Y se arrodilló ante Él” . Esta es palabra del Señor ¿eh?, te alabamos Señor y te damos gracias.
Que precioso es todo lo que hemos leído ¿no?, y al mismo tiempo como vemos allí el problema que tenía siempre el Señor, de hacer las cosas el día en que los judíos no querían trabajar, no querían hacer nada ¿verdad?, era el día consagrado pero el Señor pensaba: si alguien necesita algo qué importa, qué importa cuándo, el hombre está antes que la ley, el hombre vale más que algo escrito, el hombre tiene un montón de cosas, además nosotros no podemos dejar de pensar que ya hace miles de años ya estábamos en la mente del Señor y Él nos amaba, tenía un proyecto con nosotros ¿eh?. Entonces todo lo que se oponga a ese proyecto que el Señor tuvo siempre con nosotros está mal, el hombre vale y vale un montón, cada uno en lo más profundo de su ser piense: el Señor me creó, Él miró mis ojos, Él me llamó por mi nombre y no solamente soy hijo de Él, cada uno piensa, sino que además me hizo heredero de su Gloria, que maravilla ¿eh?.
Entonces ¿qué puede asustarnos?, ¿qué puede dolernos?, qué puede preocuparnos?, qué puede pasar con nosotros si desde siempre el Señor nos tuvo en su mente y nos amó, nos miró a los ojos, nos llamó por nuestro nombre y seguimos viviendo en la panza de mamá, nacimos y Él sigue amándonos, siempre con nosotros, siempre. Ustedes dirán: pero ¿tanto es así?, ¿tanta es su preocupación, preocupación y ocupación por nosotros?, claro, porque somos creados a su imagen y semejanza y cuando uno es fruto del amor, quien a uno le ama nunca lo olvida, no puede olvidarse, ¿o ustedes olvidan algún momento a alguien que están amando mucho?, no, uno ve por los ojos de aquellos a quien uno ama.
No me importa lo que tenés ni lo que sos, me importa lo que sos vos, porque el amor no puede dar explicación: por qué esto o lo otro, no, el amor siente así simplemente, quién puede explicar por qué ama a alguien ¿mmm?, nadie porque lo siente directamente y lo siente con toda su alma ¿eh?, o de acuerdo a las luces que cada uno tiene.
Por eso, esto tiene que ser de base para pensar: pero yo estoy enfermo, yo tengo dramas, yo tengo problemas, la tristeza me persigue, mi familia está desunida, las cosas van muy mal, el mundo parece un desastre, pero por otra parte pienso: pero el Señor me creó, me amaba desde siempre y me sigue amando por toda una eternidad, jamás podremos separarnos de Él porque uno no quiere separarse de aquello que ama, o no es la gran preocupación de los esposos entre sí cuando dice: ay, si me faltara ella yo me muero, o si me faltara él yo me muero, ¿qué quiere decir eso?, no podemos aceptar la idea de que quien amamos se pierda pero en el caso de Dios es distinto, ¿por qué?, porque tenemos la seguridad que Él nos amó desde siempre y para siempre, solamente esto que acabo de decir tiene que ser algo tan tremendamente grande como que nos aliente y nos sustente a lo largo de la vida y del tiempo para no temer nada, para pensar que todo es posible y solucionar para que la vida sea hermosa ¿eh?, a la mañana cuando uno abre los ojos: otro día más Señor, que hermoso, estoy como sintiendo tu voz diciendo: hágase todo de nuevo cuando el sol sale, también lo dice para nosotros, todo nuevo, ¿qué es todo nuevo?, lo de ayer ya es historia, ya pasó, el futuro todavía no está con nosotros pero este momento lo tenemos aprisionado entre las manos y en nuestro corazón.
Y volviendo al ciego, es más largo este Evangelio ¿no?, pero aquí está un poco resumido pero hacen una serie de problemas y problemas porque se había sanado este hombre, ¿por qué?, entonces este es un momento para decir pero: a mi no importa quién es el que me sanó, yo sé que antes no veía y ahora veo y punto ¿mmm?, ¿qué importancia tiene esto para nosotros?, yo no sabía que Dios me amaba tanto, desde toda una eternidad, de repente lo sé y entonces toda mi vida cambia, todo es diferente, qué me importa el cáncer que está comiendo las entrañas, o las piernas hinchadas, o los juanetes, o las hemorroides o los ojos que están mal tal vez, ¿qué me puede importar?, si el Señor me ama, ¿o acaso alguno de ustedes alguna vez vivió para otra cosa que no sea el amor?, bueno, hay que trabajar, hay que hacer esto, lo otro, pero en el fondo, lo que a nosotros nos preocupa siempre es que nos amen y amar ¿mmm?, cuando uno no ama y no siente que alguien lo está amando empieza a morirse por dentro, esto se los dije tantas veces y lo repito, está comprobado por la ciencia, que no se puede vivir más de un mes sin sentir el afecto y el amor de alguien porque uno empieza a morirse por dentro y después anda sí pero es como un muerto sin sepultura ¿eh?.
Ahora, a veces es cierto, nos faltan los amores humanos, como son los humanos necesitamos a nuestro lado alguien humano que nos ame ¿verdad? y nosotros poder corresponder, pero también esto nos lleva a una conclusión, esto no es duradero, algún día termina, lo disfruto mientras tanto pero no sé qué va a pasar mañana. Entonces el gran drama del hombre ¿cuál es?, la inseguridad del día de mañana, pero el día ¿de qué, del trabajo, de esto?, no, no, la inseguridad de que alguien deje de amarnos, alguien que me amaba, ¿o acaso ustedes cuando alguien dejó de amarlos por cualquier cosa, cuántos hay acá dentro, no sintió que el mundo se le viene abajo?, tanto le quise ¿eh?, tanto, y ya no está, o bien porque partió antes hacia el otro lado o bien porque no me entendió y me dejó y ya la vida dice uno: no tiene sentido para mí, despacio. Los amores humanos van y vienen, no duran siempre, ¿por qué?, porque estamos sujetos a tantas cosas difíciles, el mundo es un poco cruel con nosotros tantas veces, pero también depende de nosotros que no sea tan cruel.
Cuando nosotros logramos entender que debemos amar a pesar de todo, ¿de todo qué?, de todo, entonces ahí, en ese momento es cuando nuestra vida empieza a tener sentido, no antes, o acaso como decimos siempre también: nos alcanza tres comidas al día, un trabajo y un amorcito por la noche, puede que un tiempo no sea malo eso ¿no?, pero llega un momento que el hombre dice: pero caramba, el mundo, las cosas, es mucho más que todo esto. Yo siento allá en el fondo de mi corazón que Jesús tiene un proyecto conmigo, tiene un proyecto grande, Él me pensó, cuando me amó desde el principio de los tiempos Él pensó en mí, Él pensó un proyecto para mí, entonces ya eso tiene que ser un motivo como para decir: ¿cómo?, yo no me quiero, tengo mi autoestima baja, estoy mal, sí pero tengo derecho a estar mal?, ¿tengo derecho a deprimirme, a estar triste, a pensar en el pasado, en aquella vez que me violaron, en la otra vez que pasó tal cosa?, no, no tengo derecho porque aunque duela, porque Señor vos me estás amando, tenés un proyecto conmigo, como si uno no pudiera demorarse con el proyecto que el Señor tiene con uno ¿mmm?.
Y cuando uno se hace esa pregunta y se da esa respuesta, en lo más profundo de nuestro ser ¿qué empieza a aparecer?: los amores que tengo ¿son realmente amores?, ¿me traicionan?, ¿me hacen daño? y entonces uno empieza como a seleccionar, a decir: esto sí, esto no, esto me conviene, esto no me conviene, siempre acompañado por lo que decíamos antes: ven Espíritu Santo, decime qué tengo que hacer, porque a mí mi impulsividad me puede decir muchas cosas pero hay algo que solamente vos me lo decís Señor y a lo mejor te estás valiendo de algo, de alguna cosa que a veces no es tan buena para que se despierte en mí cosas mucho mejores de las que tenía. Partiendo siempre de la base que Dios no nos manda cosas malas pero al recibirlas, porque vivimos en el mundo y estamos sujeto a tantas cosas, entonces lo mejor que puede pasarnos es preguntarnos y preguntarle al Señor: ¿por qué Señor pasa esto?, ¿qué me querés decir con lo que está pasando?, mirá, me hicieron una chanchada grande, enorme, me hicieron sufrir eternamente, mi suegra fue alevosa conmigo, mis hijos me dejaron aquí en un geriátrico tirado, Señor ¿qué me querés decir con esto?, vos me estás queriendo decir algo, vos no provocaste el mal pero me estás queriendo decir algo, ¿qué me querés decir Señor?, es decir cómo lo aprovechás esto que pasó.
Este es el razonamiento que debe tener todo cristiano, cada cosita ¿eh?, Señor ¿qué me querés decir?, ¿de qué me estás avisando?, esto que pasó yo sé que vos vas a sacar mucho beneficio de ello, un montón de beneficio ¿mmm?.
Ahora, pensemos en el ciego del Evangelio, él no creía y de repente le dice Jesús: pero si Yo soy, bueno, entonces se arrodilla y le adora y cuando le pregunta a los otros: pero ¿quién te sanó?, ¿quién es ese?, fijate vos que a lo mejor es alguien, un pecador, que está poseído del demonio, no, el ciego dice: a mi no me importa lo que Él es, yo lo que puedo decirles es que antes no veía y ahora veo.
Y si Jesús los trajo aquí, porque yo no traigo a nadie, nunca invité a nadie, el que viene, viene porque quiere, porque el Señor lo trae, entonces, Señor me trajiste acá, ¿para qué?, ¿qué me querés hacer ver hoy?, ¿qué?, o como decíamos en el Evangelio de ayer, del publicano y del fariseo, que uno decía tantas cosas y el otro humildemente decía: Señor, ten compasión de mí. La palabra compasión a veces puede sonar un poco fea porque es sinónimo de lástima, pero compasión quiere decir sentir junto, entonces vamos a usar esa palabra del Evangelio de ayer asociándolo al ciego de hoy ¿no?, Señor, tené compasión de mí, Jesús mira mi enfermedad, mirá estos dolores que tengo desde siempre, mirá mi vida desgraciada, nunca la felicidad, la alegría que no tuve, la felicidad que pasó a mi lado y no se quedó nunca conmigo, las privaciones de todo tipo. Señor ¿qué pasa?, explicame Señor, decime, yo le estoy pidiendo a Jesús que tenga compasión, le estoy pidiendo sentí conmigo Señor lo que me pasa, sentí también vos este dolor que siento, vos fuiste mitad humano, mitad hombre, que pena que nos hayamos olvidado tantos siglos eso ¿no?, de que Jesús también sintió. Como dice una de las primeras Revelaciones porque el 10 se cumplen trece años de las Revelaciones del Señor, trece años en que Él y su Madre y los Santos vienen todos los días, es decir hicieron su carpa aquí, acamparon en el lugar para pagar las deudas, que hermoso.
¿Qué me querés decir Señor con esto?, mirá Señor todo lo que me pasa, cuánto sufrí, tené compasión de mí Señor, mi hijo está en una situación dolorosa porque a lo mejor está en una silla de ruedas o es un ser diferente, tiene otras capacidades, Señor tené compasión de mí, sentí lo que yo siento Señor y recién le decía de las Revelaciones, Jesús dice: ustedes tienen que entender que Yo soy humano y siento todo, o creen que no me levantaba con mal aliento dice el Señor, o creen que Mis axilas siempre olían bien, cuántas veces tomé yuyos del campo y me froté las axilas para no oler mal ¿eh?, esas expresiones así que parecen un poco comunes y algunos los escandaliza, pero no es nada más que una forma que tiene Jesús de decirnos: soy humano como ustedes, los entiendo, ¿qué es lo que te pasa?, porque a Él le gusta que uno se lo diga, le encanta que uno le diga lo que pasa, acuérdense el ciego cuando le dice: Señor, tené compasión de mí, dice ¿qué te pasa?, no veo Señor, bueno ve, parecería como en esa expresión de deseo que uno tiene se cumpliera en nosotros la palabra, bueno ve, bueno, sanate, bueno todo está bien, bueno tenes que esperar un tiempo porque las cosas buenas tienen un proceso, es decir un tiempo, a veces muy rápido, muy pronto, otras veces no tanto, a veces hay que esperar muchos años algo, ¿qué me querés decir con esto Señor, que tengo que esperar tiempo para lo que tanto ansío?. Algunos dicen: nunca tuve una hora de amor sincero en mi vida, Señor es muy dura mi vida, pero por debajo ¿qué me querés decir Señor con esto?, ya sé que vos me amás y me amás mucho pero también necesito un amor humano, quiero sentir la caricia sobre mi piel, tengo necesidad de una mano sobre el hombro, tengo necesidad de que alguien me diga te amo mucho, vos dirás que a veces esas palabras son falsas pero los seres humanos somos tan mendigos del amor que a veces hasta nos creemos las mentiras que nos dicen cuando nos dicen: te amo mucho, uno sabe que no, pero uno lo acepta porque tenemos tanta falta y agregamos: a falta de pan buenas son las tortas ¿eh?, y a veces muchos pagan una caricia, pagan un poquito de afecto y saben que lo pagan, saben que no es sincero todo eso, sin embargo como el hombre lo necesita como el aire que respira el sentirse amado entonces paga y a veces hasta paga con la vida misma.
Por eso, yo no sé quién es el que me sanó, no sé, pero yo les puedo asegurar que antes no veía y ahora veo, basta, se terminó, Señor, yo no sé, no alcanzo a entender, estoy hablando por cada uno de ustedes, no alcanzo a entender toda tu Divinidad, sé que tengo que adorarte pero nadie me dijo ni cómo ni de qué forma, tengo que adorarte Señor porque sos mi Papá, sos mi amigo, sos mi compañero, sos mi guía, sos todo, pero no sé Señor, soy como un chico que no sabe por donde empezar, enseñame Señor, enseñame cómo querés que sea nuestra relación.
Yo quiero ver por tus ojos Señor, quiero sentir con tus manos, quiero que tu Corazón lata junto al mío, Señor, esa es mi aspiración, porque ya llegué a la conclusión de que los amores humanos no duran siempre, como dice el poeta: cuánto, cuánto le quise, por diez años fue mía pero amores tan bellos nunca pueden durar, amores tan bellos, pero se refería a un amor humano pero el amor tan bello del Señor dura desde siempre y para siempre, ustedes imagínense un poquito nada más cuando se sienten tan felices por sentirse amados, piensen: y esto es lo que me espera toda una eternidad, pero para que eso ocurra tengo que hablar el mismo idioma tuyo Señor, y como yo no sé enseñame porque no sé pero sé que tu amor es muy grande y por mas que me esfuerce siempre va a ser
nada al lado del que vos me tenés, pero enseñame.
Días atrás estuve paseando, bueno y creía que, bueno el Señor siempre está con uno y la Madre también pero la Madre venía, esto pueden creerlo o no, miren a mi me da exactamente lo mismo, me gustaría que lo creyeran porque yo lo experimenté pero si no lo creen no se preocupen, ahora eso sí, cuentitos no, nunca cuento cuentitos con algo de esto, y a eso de las tres, cuatro de la mañana, la Madre venía y me acomodaba la frazada, la sábana para que no sintiera frío y venía toda presurosa para hacerlo, y le pregunté: Madre ¿por qué?, hay un mundo lleno de dolor y vos te demoras en alisarme la frazada que me cubre, Madre pero no lo entiendo, explícamelo, ella sonrió y no dijo nada, después al día siguiente me dijo: Yo tengo que estar en todo, hasta en esas cosas que parecen pequeñas pero Yo tengo que estar en todo, ¿no es así la tarea de una madre, estar en todo?, le digo: Madre, debés tener razón, yo no tengo el ser mujer para sentir lo que siente una mujer, pero comprendo que la mujer es el ser más privilegiado que hay y nos aventaja de los hombres totalmente, ¿por qué?, porque en ella está el germen de la vida, del amor y de todo y todos los que estamos aquí no salimos de un repollo, salimos de la panza de mamá, de una mamá que nos llevó nueve meses para que seamos los que somos, ¿y todavía nos animamos a llevar a alguien al geriátrico?, no sé, digo, o dejarlo abandonado en su casa solo ¿mmm?, no sé, digo, digo.
Y volviendo al relato: ¿por qué Madre venís a ordenarme la ropa?, si no hay necesidad, pero ella no respondía, sonreía y se iba. Hay que sentirlo ¿saben?, y entonces en un instante parecería que el mundo se te pone totalmente de otra forma, parecería que hasta las cosas más tontas tienen un sentido extraordinario en las manos del Señor, como aquella vez que encontré un pez muerto de la fuente, porque como aquí vienen muchos chicos y los agarran, bueno, ahora no hay más, había un pececito muerto en el suelo, a la noche cuando viene Jesús empieza así: que lástima que ese pez, que ese pececito se murió, Señor le digo, no me defraudes, hoy pasaron como veinticinco personas que tenían cáncer y vos me hablás del pececito, y Jesús me dice: es lo mismo, no entiendo Señor explicame, ¿qué es esto?, dice: la muerte de ese pez es un desorden y un cáncer en la vida de un ser humano es un desorden también, Mi Papá hizo al mundo con orden en todo ¿eh?, y entonces a los hombres les corresponde volver a tener ese orden que Mi Papá imprimió, que ustedes lo pueden leer en las primeras partes del Génesis cuando dice que el Señor miró todo lo que había hecho y vio que todo estaba bien, ¿qué quiere decir que estaba bien?, y que todo estaba en orden, por eso Él dijo: la muerte del pez como los cáncer, todo es desorden, pero eso nos hace pensar qué es lo que no tiene en cuenta el Señor.
Y piensen un poquito con el corazón, yo estoy aquí, el Señor me trajo, ¿qué me estás queriendo decir?, ¿que mi vida pasada termina hoy?, sí, eso te está queriendo decir siempre que vos digas en el fondo de tu corazón: Señor, tené compasión de mí, mirá todo lo que sufro, todo lo que me pasa, el afecto no me sonríe, las lágrimas llenan mi rostro, mi alma está destrozada, he pasado toda una vida para qué, para nada, siempre sufriendo, Señor tené compasión de mí, es decir, sentí lo que siento yo, porque el amor no llamó nunca a mi puerta, jamás llamó a mi puerta, tené compasión Señor, tené compasión, es decir sentí lo que yo siento, hagan ese razonamiento con el corazón y ya las enfermedades van a ser una tontería y ya las cosas más difíciles, bueno, todo se soluciona porque en esa expresión de entrega: Señor, tené compasión de mí, sentí lo que yo siento ¿eh?, en ese momento si lo hacés con todo tu corazón todo se transforma, todo hecha flor y hasta las piedras brillan cuando el Señor entra.
No son palabras lindas porque sí, son apenas un balbuceo de niño que está
queriendo entender un poquito todo el amor que el Señor nos tiene, si quiere que hondemos más, piensen, estamos en Cuaresma, preparándonos para conmemorar los días de tanto sufrimiento del Señor ¿verdad?, entonces… (se dio vuelta la cinta) …, tené compasión Señor, que cerca está de nosotros el Señor, Él está allí presidiendo la asamblea por eso me pongo aquí para mirarlo de frente, Señor me trajiste de tan lejos acá y vos prometiste ya al comienzo hace trece años: nadie viene a este lugar y se va como vino, porque ha pisado suelo Sagrado, donde Yo y Mi Mamá acampamos para quedarnos para siempre, no sé cuánto será ese para siempre, pero son palabras del Señor ¿eh?.
Jesús, que maravilla es todo esto, como te amamos Señor a pesar de estar destruido nuestro cuerpo y nuestro espíritu, el amor nos falta, la vida no nos sonríe, la alegría ya es una historia, la felicidad ni pasó por mi corazón pero sin embargo siento que hoy todo es diferente porque vos estás entrando Señor a mi corazón y le traes todo lo que yo necesito y te siento cerca Señor, tan cerca, por eso te lo decimos todos: tan cerca de mí…. Ahora díganlo pero sintiéndolo con el corazón, con fuerza: tan cerca de mí….
Y pensemos un poquito, el Señor está también en mi hermano que tengo sentado a mi lado, este señor o esta persona que es de tan lejos que no sé de dónde viene pero es mi hermano y Señor no me puedo quedar con los brazos cruzados ¿eh?, y no sé quién es, no lo miré bien, ni se la cara que tiene pero es mi hermano Señor y vos me dijiste que nos amáramos todos como vos nos habías amado ¿eh?, no puedo menos Señor que tomar a quien tengo cerca y darle un abrazo y decirle: te amo mucho y te estoy descubriendo que sos mi hermano ¿eh?, porque el Señor está en la cruz tanto por vos como por mí, no puedo privarme de darte un abrazo, háganlo entonces, a ver, con toda la fuerza que tienen, con todas las ganas que se pone cuando se da un abrazo de corazón, háganlo en serio, en serio háganlo, en serio, háganlo, abrácense, con toda la fuerza háganlo, háganlo con toda la fuerza, te he descubierto Señor en mi hermano, te amo Señor en mi hermano, no sé quién es ni como se llama pero te amo Señor, te amo en mi hermano, cómo es posible que me haya perdido esto, estar lleno de hermanos por todos lados ¿mmm?, te amo hermano, te amo, no te conocía yo y de repente te descubrí, no sé cómo te llamás pero sé que Jesús por nosotros ha muerto en la cruz por nosotros.
Y ahora que nuestro corazón tembló de fervor descubriendo a los que tenemos cerca, que son todos nuestros afectos, hay algo más lindo que de repente ver que es posible amar a los demás ¿eh?, se mira todo desde otro ángulo, por eso en este momento así tan emotivo le decimos a Jesús: sáname Señor con tu Espíritu…. De nuevo: sáname Señor con tu Espíritu….
Sí Señor, siento en mi corazón Jesús que nació otra vida en mí, hay otra persona que yo no conocía, esa persona de un corazón abierto, que entiende, que comprende, que sabe discernir, que sabe perdonar, que sabe amar, Señor tengo un corazón nuevo y te doy gracias porque me lo diste Señor, tengo un corazón nuevo, que hermoso es sentirse así Señor y es obra tuya Señor, es obra tuya que mi corazón esté latiendo de otra forma, todo el mundo ya es diferente, todo me da alegría Señor, porque más allá de todo lo que tengo estás conmigo Señor, estás conmigo.
Antes que yo de la bendición vamos a pedirle a Monseñor Aguirre que nos visita y siempre su visita es memorable porque, bueno, es toda una vida de dedicación y de servicio al prójimo, en ese abrazo que ustedes se daban recién bueno él lo hizo durante más de sesenta años de sacerdocio ¿eh?, que no es uno ¿eh?, es más que la edad que tienen ustedes ¿mmm?. Entonces su bendición tendrá sobre nosotros, es la misma bendición de todos, pero cuando viene de manos y de corazón que toda una vida la ha dedicado al servicio del prójimo tiene otro valor, ¿por qué?, porque está como el hombre avalando con toda su vida todo lo que hemos dicho hoy. Tal vez eso nos haga entender muchas cosas las personas consagradas ¿eh?, toda una vida prestando las manos, prestando el corazón, los ojos, los pies, todo, ¿por qué?, por vos Señor.
Por eso, antes de que yo humildemente haga la bendición en nombre del Señor, le vamos a pedir a Monseñor Aguirre que lo haga, yo creo que todos se sienten muy felices de que él pueda bendecirnos.
Habla Monseñor Aguirre:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Quisiera traerles todas las bendiciones posibles que humanamente son limitadas pero en este lugar, donde se siente la presencia de Dios y de la Virgen, ya prácticamente no hay límites para los deseos cordiales que un sacerdote tiene de repartir las bendiciones de Dios y de su Madre, la Virgencita, sobre todos aquellos que vienen aquí, por diversos motivos pero fundamentalmente porque están buscando algo más que no se encuentra normalmente en la vida cotidiana, algo que supera todas las fronteras de nuestras ilusiones porque ya se comunica con la vida divina, con aquello que los grandes místicos decían: como una chispita de Dios que cada uno lleva en su corazón.
Y con esa intención los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, Amén.
Habla Artemio.
Muchas gracias Monseñor y lo valoramos enormemente y estamos ansiosos de
ver su próximo libro que el día 25 de Marzo aparece ¿mmm?, trayéndonos montones de cosas hermosas, una riqueza enorme, no estamos haciendo la promoción del libro, estamos diciendo que la palabra de Dios está en ese libro que aparecerá el 25 de Marzo.
Bueno, ahora voy a llamar a las personas que trajeron a Monseñor así les doy la bendición y pueden viajar.