Yo les pregunto: ¿qué sería de tantos hombres y mujeres y niños, a lo largo y a lo ancho del mundo, si no tuvieran la asistencia de Mi Hijo?. Mensaje del 13 de Abril de 2008

Habla Artemio:

13 de Abril.

Dice la Madre:

Más allá de lo que los hombres quieren o no quieren, calculan o no, más allá de los proyectos y muchos y los vaticinios negativos de tantos, la Misericordia de Mi Hijo sigue avanzando en todos los órdenes y en todas las latitudes, aquél que pensó por casualidad: las cosas se dan de otra manera, se equivocó y se sigue equivocando porque el hombre tendrá nada más que mirar arriba de sus propias narices, el mismo ser que invoca a la Trinidad, el mismo ser que reza y dice estar confiado en la Providencia, el mismo ser que cree estar iluminado por el Espíritu Santo le está como prohibiendo a Mi Hijo que Él maneje su Misericordia como le parece bien. Yo les pregunto: ¿qué sería de tantos hombres y mujeres y niños, a lo largo y a lo ancho del mundo, si no tuvieran la asistencia de Mi Hijo?, la Misericordia filtrándose hasta los espacios más inverosímiles y los espacios infinitos.

Los hombres deben cambiar su forma de mirar las cosas y en esto Yo diría que no hay excepciones casi en cuanto a la forma de mirar las cosas, todo está lleno de inmediatez, todo es como si dependiera solamente del hombre, es cierto, las cosas dependen del hombre, tanto como dependen de Dios. Cuando hablo que dependen del hombre me estoy refiriendo a la disponibilidad absoluta, total y completa que deben tener aquellos que se dicen creyentes, aquellos que dicen estar siempre pegados al Señor. Por ahí se oye la expresión, muy rica por cierto, de un ojo o un oído en el pueblo y otro en el Evangelio, sí, pero muchas veces ojos y oídos ni siquiera oyen la voz del pueblo.

Pensar Mis queridos esto que a Mí me ocupa, y por qué no, me duele mucho.