Les propongo entonces que reconforten a Jesús en su soledad, no sé de qué forma, no sé de qué manera, cada uno lo hace como puede, en su trabajo, en su casa, en cualquier lado, Señor, vos estás solo, yo quiero acompañarte Señor, yo sé Señor que vos has muerto en la cruz para darme a mí la salvación, tu sangre es vida y vos la derramaste.
Oración del 15 de Marzo de 2008Habla Artemio:
Buenas tardes, tomemos la hojita de los cantos, 6: hoy perdóname….
Bueno como todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, Amén.
Bueno, hemos venido desde lejos, desde que vinimos hasta ahora hemos dicho tantas cosas, que las sillas, que esto, que lo otro, esta hilera no estaba, las trajeron, no me roben las sillas ¿eh?, no corresponde, está la Madre que mira, no sé si se dieron cuenta, no se hace eso, no, aquí esta gente que estaba primero va a pasar primero, ustedes pasarán después ¿eh?, no se hace así, marchemos bien, no podemos andar con mentiras, si le mentimos a la Madre, le mentimos a cualquiera ¿eh?, no, lo hagamos ¿saben?, no se puede vivir en paz cuando uno no hace las cosas bien, bueno.
Entonces a pesar de todo, decimos: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…, ahora le vamos a pedir al Señor que nos de su gracia para seguir viviendo sanos, en paz, si no tenemos la gracia del Señor adónde vamos a ir, solos en el mundo como huérfanos ¿eh?, entonces pensemos que Él tiene que poner aceite en nuestra lámpara, número 8, es decir el aceite sería la gracia, por eso, a ver como se lo decimos al Señor, con todo el fervor, con todas las ganas, con todo: pon aceite en mi lámpara Señor….
Antes de leer el Evangelio vamos a pedir al Espíritu Santo que nos llene de su gracia para poder entender la palabra, en este día sábado, que es víspera de domingo de Ramos, estamos próximos a la Semana Mayor del año, por eso, tenemos que comprender con el corazón todas las cosas que pasan ¿eh?, entonces le decimos al Espíritu Santo que nos llene de gracia para poder entender: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Hoy día sábado como siempre como sabemos dedicado a la Virgen, también conmemoramos Santos Raimundo y Luisa de Marilac, era fundadora de una orden religiosa, el Evangelio de este día es de San Juan, capítulo 11, los versículos son del 47 a 57. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. “Los jefes de los sacerdotes y los fariseos reunieron el consejo supremo, decían: ¿qué vamos a hacer?. Este hombre va multiplicando los milagros. Si lo dejamos que siga, todos se van a entusiasmar con Él, y luego intervendrán los romanos, que terminarán con nuestro lugar santo y nuestras libertades. Uno de ellos, llamado Caifás, que ese año era sumo sacerdote tomó la palabra: ustedes no entienden ni piensan. Les conviene que muera un solo hombre por el pueblo y no que toda la nación perezca. Esto no lo dijo Caifás por propia iniciativa, sino que como era sumo sacerdote profetizó en ese momento; y la verdad que Jesús iba a morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para reunir en uno a los dispersos hijos de Dios. Y en ese mismo día decidieron matarlo. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos. Se fue a Efraím, lugar cercano al desierto, y permaneció allí con sus Discípulos” . Esta es palabra de Dios, te alabamos Señor y te damos gracias.
Bueno, vamos a ver qué nos está diciendo el Evangelio de hoy, la cuestión es simple de entender, Jesús cada vez más hacía milagros y milagros y la gente no podía tolerar que este hombre hiciera tantas cosas, ¿por qué?, y porque se hacía de fama y entonces para ellos le era difícil porque le estropeaba su negocio, sus cosas, su vida, todo, no se olviden ustedes que los judíos esperaban a un libertador ¿mmm?, pero un libertador político y llegó Jesús que de libertador político no tenía nada porque su misión no era liberar al pueblo judío de los romanos, sino que su función era totalmente otra. Y entonces, tanto Caifás como dice el Evangelio de hoy y otros fariseos y sacerdotes del Templo, buscaban algún motivo para terminar con Jesús, ¿cuál era el motivo por el cual querían matarlo?, bueno porque hacía milagros; y ustedes dirán: pero y puede ser esto, y sí, se fue repitiendo a lo largo de toda la historia y aún hoy.
Es decir, normalmente los que están en la sombra queriendo destruir son los incapaces, los mediocres, los que no conocen, no saben, no entienden, entonces cuando alguien aparece y les hace sombra quieren destruirlo, pasa en todos los órdenes de la vida, en lo social, en lo económico, en lo político, en todos los órdenes, si hay alguien que es capaz, si brilla con luz propia, siempre hay alguien que empieza a cavarle la fosa, siempre, se dio a lo largo de toda la historia, debe ser una historia conocida esta, no es ninguna novedad para nosotros. Y con Jesús querían hacer lo mismo, le reprochaban que Él sanaba en día sábado, le reprochaban que era contra a la ley lo que hacía. Porque los judíos tenían una ley dada por Moisés en el desierto, con los diez mandamientos y ellos seguían, además de eso tenían otras leyes, por ejemplo el Talmud, todos libros que los judíos querían mucho y Jesús dijo: Yo no vengo a destruir la ley sino que vengo a llenarla de amor, porque hasta ese momento cumplían con la ley por obligación. Se hace esto porque corresponde, se hace esto porque corresponde, pero Jesús dice: no, las cosas deben hacerse por amor, deben hacerse por amor.
Y por todas estas cosas entonces a Jesús querían matarlo y ustedes dirán: ¿y cómo se aplica en nosotros todo esto?, ¿qué enseñanza podemos sacar del Evangelio de hoy?, ¿qué conclusiones podemos sacar de este Evangelio?, observemos la sociedad, observen la vida que hay donde ustedes trabajan, las luchas sordas que hay entre unos y otros para destacarse o hacerse ver del que manda para escalar posiciones y trepar ¿mmm?, y siempre para perjudicar a algunos, está en todos los órdenes esto, no se lo mata pero se le quita la honra, con la lengua por ejemplo, hablando mal de alguien, no podemos de otra forma pero hablemos, hablemos así le vamos a quitar su buen nombre ¿eh?, hagamos esto, hagamos, porque de esta forma le vamos a destruir. Son todos
razonamientos humanos que hace la persona, desde siempre, porque hay en nosotros, como si alguien que está allí escondido, estuviera siempre como predispuesto a ver lo malo o crear lo mal cerca de los que nos rodean para poder tener todos los días más triunfo.
Ustedes dicen: y ¿quién crucifica a Cristo?, la semana que viene lo vamos a conmemorar, los sacerdotes del Templo y las clases encumbradas que había en Jerusalén, ningún hombre del pueblo atenta contra Jesús, noo, los hombres del pueblo se sentían muy apañados con Él pero los que se confabulan y preparan la muerte son juntamente los sacerdotes y aquellas clases acaudaladas, los que tenían de alguna manera el poder ¿eh?, porque el dinero, las propiedades y todo da poder y el poder se usa para destruir muchas veces, en aquél entonces, a lo largo de la historia y ahora ¿mmm?.
Entonces, nosotros cómo podemos aplicar toda esta Semana Santa, el camino del calvario, lo sufrido por Jesús, no podemos ser tan ingenuos que vamos a la Iglesia y derramamos alguna lagrimita por el Señor que padece tanto, bueno, si quieren derramarla pueden ¿no es cierto?, mal no está, pero el problema va por otro lado, yo pregunto: aquellos que están al margen de la ley, no porque la ley no los contemple sino porque las personas los dejan al margen ¿eh?, y si nosotros no hacemos nada por ellos nosotros también nos confabulamos en contra de Jesús, porque Él dijo: “ámense unos a otros como Yo los he amado”, y en el momento en que nosotros no amamos a nuestros semejantes estamos también traicionando y estamos contribuyendo a hacerle daño al Señor, porque nosotros tenemos que ver en cada hermano al mismo a Jesús. Cuando nosotros le pagamos a una empleado menos de lo que corresponde, cuando no le damos de acuerdo a sus derechos, cuando la chica o las chicas que trabajan en casa son tratadas inferiormente y no se les paga el sueldo que corresponde ¿verdad?, entonces nosotros nos confabulamos con los fariseos y los sacerdotes para crucificar a Jesús, porque en la medida que no atendemos a los que tienen hambre, a los que sufren, a todos, estamos crucificándolo a Jesús.
En uno de los Mensajes del Señor, ya hace un tiempo dijo, porque Él da todos los días Mensajes aquí, lo mismo que su Mamá, vienen todos los días, o no todos los días dan Mensajes, a veces uno, a veces otro, y dice Jesús: van a tener que descolgarme y dejarme vivir entre ustedes. Vos esposo que mal tratás a tu esposa estás crucificando a Jesús porque mal tratás a tu señora, la golpeás y le haces pasar las de Caín, vos estás mal tratando a Jesús, vos esposa que sos infiel a tu marido estás crucificando a Jesús, vos que tratás mal a la gente que es personal de tu casa o que está en tu fabrica o lo que sea, estás crucificando a Jesús, cada golpe que le das a tu esposa, el que te dice: noo, eso no, acá dentro hay ocho que son golpeadores, no me lo nieguen ¿eh?, incluyendo afuera, ocho, cada golpe que le das a tu esposa es un martillazo en la cruz de Jesús clavándolo, sí.
… (Una señora le hace una pregunta) … Una vez a Jesús le preguntaron eso, no podemos dialogar porque se hace muy largo ¿no es cierto?, pero respondo tu pregunta, una señorita o señora la pregunta a Jesús: ¿por qué tanto desastre y tantas cosas?, y entonces dice: ¿qué podes hacer Señor?, y Jesús le dice: te hice a vos, y ahora yo te respondo: Jesús te hizo a vos para que remedias las cosas que hay en el mundo, vos decís: hay muchas cosas, ¿y vos qué hiciste?, ¿hiciste algo alguna vez?..., bueno no importa, ¿vos hiciste de acuerdo a tu conciencia, reparaste algo?, bueno entonces quedate satisfecha, quedate tranquila, tu obra está cumplida, pero pensá si no podías haber hecho más, te contesto con las palabras de Jesús. Es decir, el mal en el mundo va a estar por muchos siglos y tal vez milenios pero el Señor está esperando de cada uno. Si ustedes leyeran los Mensajes de trece años que cumplimos esta semana verían que Jesús dice: necesito tus manos, tus pies, tu corazón, tu cuerpo, ¿para qué?, para hacer las cosas que le falta al mundo… (sigue hablando la señora)…, ¿y vos creés por ventura que el destino del cristiano es otro que el morir todos los días un poco?, ¿acaso no dice Jesús en el Evangelio: si el grano de trigo no cae en tierra y muere nace la planta? ¿eh?. Para realmente vivir hay que morir todos los días un poco, si lo sabrán las mujeres que tienen hijos, para cada hijo ¿no se enfrenta con la muerte?, no hay necesidad de irse a Mozambique, ni al Congo Belga ni a nada para morirse un poquito, cada mujer que tiene un hijo se enfrenta con la muerte, está dejando un poquito de su vida y cada esposo que sale a las 06:00 de la mañana para traer el pan con el sudor de la frente está muriendo un poco también, todos son hijos del Señor que hacen todo lo que pueden; vos decís: pero ellos no lo saben, no me importa, obras son amores y no buenas razones, ¿lo saben o no?, pero a veces yo salgo a caminar a las 06:00 de la mañana y veo como pasan con la bicicleta, pero con una rapidez muy grande para llegar a tiempo al trabajo y cumplir, ¿para qué?, para traer el pan para sus hijos, ese hombre está redimiendo al mundo ¿o no?, esta poniendo su cuota ¿verdad?, bueno.
Ahora, volviendo a lo que decíamos recién ¿mmm?, cada uno tiene que tomar conciencia porque sino sería como en los tiempos de los judíos: por la ley hago esto, porque me mandan hago esto otro, porque si hago, no, no, no, si yo estoy golpeando a mi esposa y sé que con eso hago mal pues bien, dejo, si yo veo que estoy criando mal a mi hijo y ya está usando mal su libertad y va a caer en la droga o ya cayó, yo he descuidado mi deberes de padre ¿mmm?. Es decir, el problema está que en Semana Santa cada uno de nosotros tiene que plantearse hacia su propia conciencia: ¿no estoy crucificando también yo a Jesús con la vida que llevo? ¿mmm?, cuando tengo un genio podrido, cuando trato mal a los que tengo cerca, cuando mis empleados son unos pobrecitos, cuando ese que golpeó la puerta total es un negro, yo no le doy nada o un judío o un árabe, porque saben todos los problemas de árabes y judíos en Medio Oriente ¿eh?, ser árabe es un problema terrible como ser judío, en Rosario nada más si tienen los judíos escuelas para sus hijos.
Entonces, siempre aquél acto de egoísmo, orgullo, esa soberbia como muchos tenemos, esa soberbia de decir: pero cómo no hay sillas para todos, si aquí tuviéramos que tener sillas para todos tendríamos que tener miles y no alcanza, eso es un acto de soberbia, de alguna forma es no estar con Jesús, no te digo que lo clavás en la cruz con eso pero es una incomprensión, te damos todo y no te pedimos nada ¿no se te ocurre pensar que vos estás en falta?, si andás reclamando un lugar hermoso para sentarte ¿no te parece? ¿mmm?. Si yo le estoy haciendo algo a mi compañero ¿mmm?, al que viene de muy lejos, porque aquí hay de todas las provincias, de ciudades y de pueblitos ¿eh?, y si se están tratando mal entre ustedes ¿eh?, qué vamos a pedirle a los otros. ¿Cómo?, aquí debería haber sillas para sentarse, baratas que son y además aunque hubiera mil sillas ¿dónde la ponemos?, llegarán los tiempos en que tendremos un Templo enorme, porque la obra que quiere Jesús y María va a tener cuarenta hectáreas donde va a haber de todo allí, la Ciudad de Dios como llama el Señor, ahí van a poder sentarse mejor, estar más tranquilos, esta es la Capilla del mientras tanto para la Virgen, mientras tanto esto más no ¿eh?.
Pero lo que al Señor le preocupa no es la cantidad de asientos ni el bienestar de estar sentados muy bien, lo que le importa es sanar a los enfermos, porque cuando Jesús llega todos los días aquí hace lo mismo que hizo en los Evangelios a lo largo de tanto tiempo: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, no dice: ¿cuánta plata tienen?, a ver si los voy a sanar, ¿qué cara tienen, son lindos?, ¿tienen una cola como Nazarena Vélez, para dejarla como nueva?, no ¿no es cierto?, Jesús no dice eso, dice: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos, con todo el respeto por Nazarena porque es mi hermana también ¿eh?, eso no quiere decir que tenga muy buenos atributos pero de ahí a que uno se acuerde es otro problema.
Bueno, entonces pensemos en todas estas cosas, en la Semana Santa, hagámonos un planteo muy profundo porque algunos el problema de Semana Santa es la vigilia y el ayuno, ese es el problema, qué comemos el día de la vigilia y después qué comemos el día de Pascua, pero decime: ¿a esta altura de los tiempos, cuando tres cuartas partes de la población del mundo se acuesta con hambre, a nosotros nos preocupa tanto qué vamos a comer el día de Pascua? ¿eh?, además, el ayuno que nosotros hacemos, nadie se preguntó qué es hacer ayuno, hay algunos que comen pan y agua todo el día nada más, no sean exagerados porque eso no lo pidió el Señor, el ayuno es comer una comida fuerte en el día y el resto otra livianita, nada más, no es ayuno, si la mayoría de nosotros ayuna, el problema del ayuno va por otro lado. Es decir aquello de lo que me privo yo para comer lo estoy haciendo o dando para una obra de bien ¿mmm?, o bien para la persona que no tiene qué poner en la boca, pero la preocupación de Semana Santa es la vigilia, el ayuno y qué comemos para Pascua, porque vienen todos los hijos, no, pará, pará, pero y con Dios ¿qué?, con el Señor ¿qué?, con Jesús ¿qué?, ¿vos creés por ventura que en plena Semana Santa yo puedo olvidar esta imagen para acordarme de la comida de Pascua?, esta imagen mis queridos, yo la puedo olvidar, esta es una foto real de un Cristo sangrante que hay en Serrano en la provincia de Córdoba ¿eh?, es una foto que sacaron unas religiosas ¿verdad?, bueno yo me voy a acordar de las comidas de Pascuas ¿mmm?, o si hago vigilia, y si hay pescado, no hay pescado, cuánto vale el pescado y la madre en coche, por favor mis queridos, vivimos como dice Jesús: como bebés de pecho, tenemos una fe de bebés de pecho, nadie se preocupa por las injusticias, por la gente que no come, por los que malquistan a sus hijos, a sus esposas, a sus esposos, eso le preocupa al Señor, no si hacen vigilia o no, dejemos de joder, si la hacen mejor pero tiene otro sentido, esto no hay que olvidarlo ¿eh?, esto, por qué está allí Jesús derramando sangre, la sangre es el símbolo de la vida, Él derrama su vida por nosotros y nosotros ¿qué hacemos?, ¿qué hacemos?, pensamos qué comemos el día de Pascua.
No, estamos torcidos, no entendimos nada, estamos como huérfanos de entendimiento, vos dirás: pero hay que saber tanto, no, no, no, hay que saber con el corazón, si alguien muere por mí, dio su vida, muere en una cruz, pues bien, yo tendré que responderle de alguna forma: Señor ¿qué querés que haga por vos?, ¿qué querés que haga Señor?, hacé que vea Señor, como el ciego de Jericó, hacé que vea Señor, ve, le dice Él, pero hay que pedírselo y vos que estás allí sentado esperando que el Señor te de un milagro, decime: ¿viniste convencido o convencida que el Señor va a hacer un milagro von vos?, ¿tenés esa predisposición para recibir al Señor con toda la fuerza que Él tiene?, entonces si no estás preparado andá sacando de tu corazón el egoísmo, el orgullo, anda sacando la soberbia, andá sacando todas esas cosas que sobran y hacen tanto daño así el Señor va a poder entrar a hacer el milagro para sanarte de tu cáncer ¿eh?, sí, las cosas son así, no son de otra forma, son así.
Jesús nos llama a reflexión con su vida y con su muerte, en la parte última del Evangelio de hoy dice que como ven que lo van a matar entonces se aleja con sus Discípulos como para despedirse, como para bueno, por más que Él sabía que tenía que morir pero debe haber estado triste ¿no?, más aún, fíjense ustedes, cuando se va acercando el Viernes Santo, el jueves por la noche, después de instituir la Eucaristía, Jesús deja a los Discípulos rezando, se va a hacer oración, vuelve, estaban durmiendo, pero ¿cómo, no pueden siquiera una hora rezar? ¿eh?, no entendían, era el Maestro, lo amaban, habían visto que Él había hecho milagros a montones, dormían, piolamente dormían, vuelve otra vez Jesús ¿y?, dormían de nuevo, cuánto habrá sido el dolor del Señor, cuánto ¿no?. Y la última vez que viene a verlos le dice: no, no, no importa si duermen ya porque total la hora llegó ¿mmm?, pero mientras tanto estaba solo.
Los invito en esta Semana Santa a hacerle compañía a Jesús que está solo, ¿por qué está sólo?, porque nosotros no lo recibimos en nuestro corazón, estamos tan llenos de porquerías, de macanitas, ustedes vieron cuando las pirinchas hacen el nido amontonan, amontonan, amontonan un montón de palitos y en la última parte, en un lugar chiquitito ahí tienen el nido, ponen los huevos y tienen los pichones, ¿para qué amontonaron ese montón de palitos?, nosotros hacemos lo mismo, nos rodeamos de tantas porquerías ¿no es cierto?, la casa, el confort, esto, lo otro, el lujo, para cuando la gente viene, esto, lo otro, todas porquerías ¿sirven o se van a llevar algo cuando se mueren?, por favor ¿eh?, bueno.
Entonces, los invito en esta Semana Santa a hacerle compañía al Señor que está solo y triste, sus Discípulos duermen y después cuando llegan los soldados se desparraman y nadie quería saber nada, Pedro, el que es heredero de todos los Papas ¿eh?, le niega tres veces, incluso más, andaba en tratativas para que no crucificaran a Jesús ¿eh?, claro, porque le parecía una indignidad que el Rey muriera en una cruz, no había entendido un comino San Pedro, no había entendido nada, después entenderá mucho cuando viene el Espíritu Santo en Pentecostés, pero mientras tanto no había entendido nada ¿eh?, y los otros tampoco, el único Discípulo que entendió era su Discípulo amado, Juan, del cual leímos el Evangelio hoy. Juan estuvo siempre con el Señor, tenía diecisiete años, era muy pibe, Él lo tenía como un hijo y lo amaba, acuérdense que en la Última Cena recuesta su cabeza sobre el hombro ¿eh?, y los demás dicen: miren cuánto se aman ¿eh?, cuánto se aman. Y Juan es el único Discípulo junto con María, María la señora de Cleofas, María Magdalena, Susana, etc., son los que están al pie de la cruz, los otros evangelistas no nombran a las mujeres al pie de la cruz porque en ese entonces nombrar a una mujer es indigno y se lavan las manos los otros tres evangelistas, Mateo, Marcos y Lucas, pero Juan que no estaba comprometido con el poder de nadie nombra a María y a todas las otras mujeres que estaban al pie de la cruz junto con Él para estar en los últimos momentos del Señor. Si Juan no hubiera escrito eso, nosotros estaríamos pensando: pero ¿cómo y la Madre de Jesús, María, no fue cuando murió su Hijo?, no, Juan resucita todo eso y hace conocer la historia real mientras que los otros tres evangelistas no lo dicen ¿eh?, eso les indica también que hasta a veces los que escribieron el Evangelio escribieron de acuerdo a sus intereses porque está clarito que uno escribió para los judíos, otro escribió para los griegos y otro escribió para los paganos de los tres evangelistas primeros, solo Juan escribió realmente para todos los hombres y Juan es el que nos da, el Evangelio que hemos leído hoy es de Juan, nos da en sí todas las cosas esenciales del Señor, los otros también pero no tanto como Juan: miren cuánto se aman.
Les propongo en esta Semana Santa tener el papel de Juan, que siempre está cerca del Maestro y cuando está por morirse en la cruz también está ahí, tanto es así que le dice a la Madre que lo cuide y a Juan que cuide a su Madre, les propongo que sean Juan en esta Semana Santa, el Discípulo amado de Jesús, ¿por qué amado?, porque hace caso, porque realmente había entendido, los otros no, los otros no, tenían que recibir el Espíritu Santo para entender, pero comprendemos esto y no decimos nada porque si no tenían luces que va ser.
Pero estemos con Jesús en esta Semana Santa, acompañémoslo en los momentos tristes: lunes, martes, miércoles, y todo lo que procede al Jueves Santo cuando Él va a instituir la Eucaristía y el sacerdocio, estemos con Jesús en los momentos tremendos, cuando los Discípulos duermen en el huerto de los olivos y Él suda sangre ¿mmm?, suda sangra. Cuando llegan los soldados le dice Jesús: no se metan con ellos que no tienen nada que ver ¿eh?, entonces los demás desaparecen, lo dejan ahí y no aparecen ni siquiera, el Evangelio no habla cuándo aparecen de nuevo los Discípulos, después cuando le dicen que Jesús resucitó, porque Jesús estuvo seis horas nada más en la cruz entonces sí aparecen ¿eh?, bueno.
Pero pensemos en esta Semana Santa ¿qué papel tenemos nosotros?, Jesús sufre, suda sangre, eso está comprobado porque todo condenado a muerte, incluso ahora, tiene sudor de sangre por el gran sufrimiento que antecede a la muerte ¿mmm?, entonces les pido a todos ustedes, si quieren estar en paz, estar bien, sanarse de vuestras enfermedades, cuidar a vuestras familias, vuestros amigos y a todos y hacer que haya paz en el mundo y haya bienestar para todos, acompáñenlo a Jesús en esta Semana Santa, hagan como Juan y lunes, martes y miércoles y jueves ¿eh?, estén junto a Él en los momentos que está triste porque está solo ¿mmm?, siempre cuando uno está solo si no tiene la compañía de otro está triste, Mi alma está triste hasta la muerte dice Jesús, y ¿quién se compadece realmente?, los Discípulos huyen, Juan solamente ve esto, solamente Juan y las mujeres ¿eh?, María, María, la señora de Cleofas, María Magdalena y Susana, Susana es una mujer que los Evangelios la nombran nada más que tres veces, claro ella es mujer viste, no querían a las mujeres, pero Susana era la que lo regaloneaba a Jesús siempre, le arreglaba un poco el manto que lo cubría, le hacía alguna comida que Él quería, lo atendía, le cortaba las uñas ¿eh?, esa es Susana, pero nadie la reconoce quien es Susana, no se la conocen prácticamente, tres veces la nombran en el Evangelio, sin embargo era alguien que lo amaba al Señor y sin hacer mucho ruido estaba siempre haciéndole cosas para que Él estuviera bien, bueno.
Les propongo entonces que reconforten a Jesús en su soledad, no sé de qué forma, no sé de qué manera, cada uno lo hace como puede, en su trabajo, en su casa, en cualquier lado, Señor, vos estás solo, yo quiero acompañarte Señor, yo sé Señor que vos has muerto en la cruz para darme a mí la salvación, tu sangre es vida y vos la derramaste, casi tres litros perdió Jesús, nadie podría, de nosotros los seres humanos perder tanta sangre y seguir viviendo ¿mmm?, entonces yo quiero estar con vos en esta Semana Santa, yo sé que vos estás vivo y triunfante y está ahí frente a nosotros presidiendo la Asamblea, mientras la Virgen pasa por ustedes dándoles la bendición, si quieren creerlo créanlo y sino problema de ustedes, bueno.
Está ahí adelante, triunfante, pero estamos conmemorando o recordándonos de los momentos terribles de la Pasión del Señor, pónganse a su lado, Señor no sé qué oraciones rezar ni tampoco quiero rezar ninguna oración, quiero estar con vos Jesús, este día y todos los días a que alcance mi vida, quiero hacerte compañía Señor y no por lo que espero de vos, porque vos ves que estoy enfermo, que me faltan tantas cosas, mi marido no tiene trabajo está enfermo también, mis hijos están dispersos no me vienen a ver, pero de eso no me acuerdo, nada, nada, nada, lo que quiero Jesús es hacerte compañía porque estás tan solo antes de morir, quiero estar con vos la noche en el huerto de los olivos cuando sudabas sangre mientras la luna aparecía y desaparecía detrás de las nubes, hasta que viste Señor a lo lejos una hilera de antorchas y adelante venía Judas, che ¿no seremos Judas algunos de nosotros, traicioneros?, no seremos, no, esperemos que no. Bueno, venía Judas adelante y toda una hilerita de luces venían a tomarlo prisionero.
Quiero estar con vos Señor díganle esta noche y todas las noches de mi vida porque quiero consolarte Señor, vos diste la vida por mí, diste todo lo mejor por mí, tu papá te mandó a morir para mi salvación y yo por fin quiero reconocer Señor todo eso, cuánto me diste Señor Jesús, cuánto me diste ¿mmm?, yo quiero estar con vos, dejame que te haga compañía, no voy a rezar nada porque te aturde a vos si te rezamos en ese momento ¿mmm?, vos me miras, yo te miro y ahí vamos a estar, no sé cuánto tiempo, el tiempo que me sobre, dije sobre cuando no trabajo, cuando no estoy con mi familia, no importa que sea el tiempo que sobra el Señor lo quiere igual ¿mmm?, pero quiero estar con vos Señor, dejame que me quede a tu lado Señor, dejá que esté con vos en esta noche tan llena de dolor. ¿Qué pasaba por tu mente Señor y por tu corazón en esos momentos?, todas nuestras faltas, todos nuestros dolores, toda la guerra de la humanidad, la cantidad de los que mueren porque no tienen qué comer, pero más aún los que se mueren porque no tienen agua para tomar o la que toman está impura.
Quiero estar con vos Señor, dejame que me quede con vos Señor, yo no te voy a aturdir con mis rezos ni te voy a decir nada, te voy a mirar todo lo que sufrís Señor y que mi mirada sea la más hermosas de las oraciones Señor porque vos pasaste todo eso por mí Señor, cada uno tendrá que decir, todo lo pasaste por mí Señor ¿mmm?. Quiero secarte las gotas de sangre que corren por tu cuerpo porque estás transpirando sangre, quiero sostenerte Señor cuando los demás empezaron a pegarte, quiero levantarte Señor y ayudarte a que te pongas de pie cuando estás tirado en el suelo y te patean todos… (se dio vuelta la cinta)…, y juntos después pasaremos las cosas tristes y te ofreceré todo el dolor para que lo uses en lo que a vos te gusta, sí Señor, en lo que a vos te gusta, tu Misericordia lo usará para todo lo mejor.
Y así Señor veo que estás tan cerca de nosotros, tan cerquita, siento el aliento en mi cara, siento el calor de tu cuerpo, siento el perfume de tus cabellos, siento Señor tu mirada penetrante en mi ser que me traspasa y le da toda la vida que no tiene, estás tan cerca de mí Señor: tan cerca de mí…. A ver con todo el alma: tan cerca de mí….
Y porque estás aquí Señor vas a pasar sanando a todas las personas que estamos en este lugar, mientras te decimos: sáname Señor con tu Espíritu….
Cuánto te amamos Señor, hacé Señor que este amor que sentimos en nuestro corazón no se agote en este día sino que alcance para toda nuestra vida Señor.
Sí Jesús, te pedimos no solo por nosotros sino por todos aquellos, especialmente por los Sacerdotes, los Obispos y el Santo Padre para que realmente sean dignos de la misión que tienen, por todos los hombres de la Tierra, especialmente por los enfermos, por los que no tienen ni comida ni agua para beber, yo sé Señor que tu Misericordia recoge este pedido y lo cumple.