Ya desde el comienzo, hace trece años, Jesús dice: Yo quiero hacer todo nuevo, porque los Mensajes de aquí son para el Tercer Milenio, bueno y en esas cosas de hacer todo nuevo, ¿cuál era la principal preocupación de Jesús cuando llegaba a cualquier lugar?, sanar los enfermos y la primera preocupación de Jesús es esa, que los enfermos se sanen. Oración del 08 de Marzo de 2008
Habla Artemio:
Todas las cosas del Señor se empiezan, es decir toda la vida nuestra se empieza en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, Amén.
Con el número 6 empezamos diciendo: hoy perdóname…. Si venimos a la Casa del Señor y de su Madre ¿mmm?, no podemos estar triste porque cuando visitamos la Madre y el Señor uno se alegra necesariamente, entonces lo decimos así: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. Ahora pensando que necesitamos tanto la gracia del Señor pero tanto la necesitamos, porque es lo que nos mantiene en pie, si no tuviéramos al Señor nuestra vida sería una pobre cosa, con 8 decimos que el Señor ponga aceite en nuestra lámpara, es decir ponga la gracia en nuestra vida, entonces decimos así: pon aceite en mi lámpara Señor….
Ahora vamos a pedir que el Espíritu Santo nos de la fuerza suficiente para tener una especial atención y también un fervor muy grande para escuchar la palabra.
A veces uno piensa que el estar repitiendo las cosas que se dijeron ya desde hace dos mil años pero ocurre que las personas siempre son distintas y nosotros aunque lo hayamos escuchado montones de veces pero ayer uno no estaba como está hoy y está diferente porque cada instante que pasa uno va teniendo un proceso de maduración y de mayor conocimiento del Señor, por eso más conocemos al Señor más le amamos, entonces cada vez pensemos como si fuera la primera y la última vez porque tenemos que poner todo, no, otra vez voy a pensar, no, no, no, como si fuera la primera y la última escuchando la palabra del Señor. Porque la mayoría de las caras que veo son todos nuevos o la mayoría, no todos, y entonces no sé cuándo van a estar otra vez en la Casa de la Madre porque no es fácil cuando uno vive tan lejos, aquí hay una señora de España en este día, está aquí presente, entonces todos los días no se puede venir de España ¿no?, para estar en las reuniones ¿verdad?.
Entonces, es decir para nosotros cada día es el último y el único día, hay que vivir así, porque es la forma de vivir pensando en que a cada día dice el Evangelio le basta su propio afán, su propio esfuerzo, su propio fervor, el mañana es de Él, el mañana es del Señor, vivamos este día, hoy, este momento, no más luego, este momento con intensidad, siempre suponiendo que en todo Templo vivimos así pero sobre todo en este yo recomendaría, no porque yo lo diga sino porque Él lo dice: Él acampo aquí hace trece años, hoy es 08, el día 10 se cumplen trece años de la primer venida de Jesús y su Mamá a este lugar y prácticamente es el festejo de los trece años hoy y mañana y siempre el Señor, aunque siempre es generoso pero siempre se muestra mucho más sobre todo en el Aniversario de su primer aparición y para los que no conocen esto les digo que el Señor y su Madre acamparon aquí porque a ellos les pareció bien y como dice Jesús: a Mi Papá, y al Espíritu Santo también les pareció bien que acampáramos aquí y nos quedáramos para siempre, ese siempre no sé cuánto durará, pero no estamos en cualquier lugar. Todo Iglesia tiene un Sagrario, es decir Jesús está allí presente, pero aquí no solamente está presente sino que además viene, hizo de este lugar su carpa, ¿por qué la palabra carpa?, porque en el desierto de los países de Oriente hay muchos desiertos y normalmente cuando alguien quiere quedarse en un lugar dice: arma su carpa ¿mmm?, entonces por eso el Señor dice: armé la carpa aquí, con Mi Mamá, adonde ustedes están sentados, primero fue dentro de la casa, después aquí, es decir esta es la Casa de la Madre, yo cuando entro a la mañana y vengo a abrir a las 06:00 directamente pienso, hasta pido permiso porque no es mío, es de ellos ¿mmm?, es una forma de decir pedir permiso pero ellos son dueños de todo, cada hoja de los árboles, cada flor, cada pétalo, cada cosa, ellos son dueño de todo, absolutamente, la Madre lo dijo y lo repite ¿mmm?.
Entonces, estamos en un Templo, como otros Templos, pero aquí especialmente estamos en un lugar donde Jesús y su Mamá lo eligieron para tener su carpa, es su lugar de estar siempre, no lo olvidemos eso, y si están aquí es porque el Señor los trajo y si el Seños los trajo hoy el Señor quiere en ustedes honrar la vida, ¿eso qué quiere decir?, quiere que en ustedes comience la buena salud si no la tienen, tanto física como espiritual o psíquica, eso es lo que quiere Jesús, por eso los trajo. Ya desde el comienzo, hace trece años, Jesús dice: Yo quiero hacer todo nuevo, porque los Mensajes de aquí son para el Tercer Milenio, bueno y en esas cosas de hacer todo nuevo, ¿cuál era la principal preocupación de Jesús cuando llegaba a cualquier lugar?, sanar los enfermos y la primera preocupación de Jesús es esa, que los enfermos se sanen, algunos dicen: pero ¿cómo aquí se sanan tantos enfermos?, y muy simple, porque el Señor quiere que así sea, nosotros somos como testigos de Él nada más.
Por eso, tomemos conciencia del lugar en el que estamos, esto es Sagrado y ya Jesús está allí presidiendo la asamblea y la Madre ya entró por la otra puerta y empezó a dar la bendición, cuando yo miraba tanto para el otro lado es porque había empezado a dar la bendición. Dentro de ustedes hay muchos que lo ven, otros no, no importa, pero entiendan que es así, cuando nos encontremos del otro lado se van a dar cuenta, tenía razón ¿mmm?, tenía razón, pero mientras tanto bienaventurados los que no ven y creen ¿mmm?, bienaventurados, felices los que no ven y creen.
Entonces pedimos al Espíritu Santo, que tiene número en la hojita, bueno ya todos lo saben: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Por la señal de la cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestros. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Nos quedamos sentados aunque en el Evangelio se levanta pero aquí hay muchas personas que no pueden levantarse entonces estamos todos en la misma forma. El Evangelio de hoy es de San Juan, capítulo 7, versículo del 40 al 53: “muchos de los que escucharon esto decían: realmente este hombres es el Profeta. Unos afirmaban: este es el Mesías. Pero otros decían: ¿cómo va a venir el Mesías de Galilea?. ¿No dice la Escritura que el Mesías es un descendiente de David y que saldrá de Belén, la ciudad de David?. La gente, pues, estaba dividida a causa de Jesús… (Oigo un murmullo por ahí, por favor no hablen ¿eh?, y si alguno habla va a afuera así toma aire y se despeja)… La gente, pues, estaba dividida a causa de Jesús. Algunos querían llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima. Cuando los guardias del Templo volvieron a donde los sacerdotes y los fariseos, les preguntaron: ¿por qué no lo han traído?. Los guardias le contestaron: nunca hombre alguno ha hablado como este. Los fariseos les dijeron: ¿también ustedes se han dejado engañar?. ¿Hay algún jefe o algún fariseo que haya creído en Él?. Pero esos que no conocen la ley, son unos malditos. Les respondió Nicodemo, el que había ido antes a ver a Jesús y que era uno de ellos. Dijo: ¿acaso nuestra ley permite condenar a un hombre sin escucharlo antes y sin averiguar lo que ha hecho?. Le contestaron: ¿también tú eres de Galilea?. Estudia las Escrituras y verás que de Galilea no salen Profetas. Y se fue cada uno a su casa” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Primero la aclaración de algunos nombres, descendientes de David se refiere al Santo Profeta David ¿mmm?, y después tenemos otro nombre como el de Nicodemo, Nicodemo sale en defensa de Jesús, pero Nicodemo era como algunos de nosotros, no iba a la luz del sol a verlo a Jesús, iba de noche para que los demás no lo vieran, qué lástima ¿no?, no sé si tenía vergüenza este hombre o si no quería fomentar las iras de los sacerdotes pero iba de noche y Jesús lo aceptaba así y hablaba con Él a la luz de la luna, bueno.
Aquí se nota claramente una cosa, que los que están en contra del Señor no es el pueblo, no es la gente en general son los sacerdotes y los fariseos ¿mmm? están en contra de Él, ¿por qué?, tenían muchos argumentos, los mismos que hemos tenido en cuenta estos días desde el comienzo de la Cuaresma, incluso se decían: pero ¿cómo, todavía no lo han puesto preso, cómo todavía no lo han castigado?, pero ninguno se animaba porque decían: ningún hombre antes ha hablado como Él ¿mmm?. Se confabulan ellos pero los sacerdotes siempre estuvieron en contra de Él, los sacerdotes del pueblo judío me refiero ¿no es cierto?, y también los fariseos, siempre en contra y buscaban el momento para poder echarle la mano arriba y tomarlo preso, cosa que concretan el Jueves Santo… (se escuchan balbuceos)....
Por otra parte había algo, no creían que de Galilea podía salir algún Profeta ¿mmm?, porque era un pueblucho nomás Galilea… (esos chicos que están nerviosos ustedes ni atienden, ni hacen atender a los otros, llevalo afuera para que de una vueltita en una de esas se calman ¿eh?, porque no pueden atender así con un chico que está inquieto. Los chicos uno los ama mucho pero que no distraigan a los demás ¿no es cierto?, bueno)…. Está muy claro lo que se ve en el Evangelio de hoy, que la gente del pueblo, es decir, nosotros, veían siempre con buenos ojos al Señor, la gente necesitaba de Él, la gente necesitaba de alguien que realmente estuviera de su parte, alguien que les dijera como Jesús les decía: bienaventurados, felices estos, felices los otros, felices los mansos porque ellos tendrán la tierra de abundancia. Es decir, las palabras de Jesús eran diferentes a las palabras pronunciadas hasta ese momento, todo el pueblo judío si bien preparó la venida de Jesús pero era un pueblo que estaba muy sujeto a la ley, a la ley de Moisés, nada podía salirse de la ley, mientras que Jesús, dos por tres hecha por tierra todo lo de la ley; ustedes dirán: pero ¿qué es eso?, y muy simple, Jesús si tenía que elegir entre seguir un precepto de la ley, algo que la ley decía o el hombre, prefería siempre al hombre y en todo caso es lo que hacemos nosotros. Todos aquellos que tal vez les rodean a ustedes ¿no es cierto?, y siempre ponen peros para atenderlos y peros para atender vuestros problemas ¿no?, son los que están con la ley todavía. Es decir si la ley dice esto y la ley condena, condeno yo también, pero Jesús dice: Yo no vine a quitar la ley, la vine a enriquecer con el amor, ustedes cumplían porque la ley los mandaba pero Yo quiero que cumplan por amor a lo que hacen. El planteo de Jesús es totalmente renovador dentro del pueblo de ese entonces pero a la mayoría de los encumbrados, como siempre pasa ¿eh?, esos que tienen, ya conocemos en los pueblos y en todos lados, esos que creen que pueden dominar al resto son los que no creen, nunca han creído pero sí figuran, sí figuran, son los que están cerca del culto, cerca de la Iglesia, cerca, cerca en todo, entonces tienen la apariencia de gente magnífica, como en aquél entonces de Jesús, los fariseos y los sacerdotes, tienen la apariencia de una religiosidad íntima, ahhh son católicos cristianos, yo estoy en Caritas, yo pertenezco al apostolado de la oración, ¿a mí me van a hablar de Jesús que pertenezco al apostolado?, y sí, se puede pertenecer a cualquier cosa pero la cuestión no es pertenecer al apostolado, estar en Caritas o en la fundación de Nuestra Señora de Schoenstatt, o en lo que quieras, lo fundamental es con qué amor tratás a tu hermano ¿eh? ¿verdad?.
Fíjense ustedes para que vean la diferencia, cuando días atrás en el Evangelio dice que le da la luz a un ciego ¿mmm?, entonces hacen un lío bárbaro, pero fijate, este hombre, de aquí o de allá, entonces el ciego dice: pero yo no sé si será un Profeta, no sé quién es pero yo antes no veía y ahora veo, as{i de simple, lo que pasa que la persona simple, inocente, buena, directa entiende al Señor, la persona llena de humos no. Todo aquél que sea soberbio, vanidoso, egoísta no puede entender a Jesús, nunca, por eso Él dice con claridad que vino por los pobres y los enfermos y muchas veces usa la palabra pobre como sinónimo, es decir, queriendo decir la misma cosa que enfermo ¿mmm?.
La preocupación principal de Jesús era los enfermos: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos? ¿eh?, ¿han escuchado alguna vez que la principal preocupación de Jesús era esa?, cuando los Discípulos le preguntan: Señor ¿cómo nos van a conocer cuando estemos en lejanas tierras?, cuando los manda de a dos en dos para predicar el Evangelio, ¿cómo nos van a conocer Señor?, y Él les dice simplemente, porque se aman, quiere decir que ya en aquél entonces la gente no se amaba, porque si el hecho de amarse los identificara como cristianos es grandioso y agrega el Señor: sanan a los enfermos, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos, la base de todo ¿mmm?, sanar a los enfermos.
Por eso que cuando viene el Señor aquí, ahora que se cumplen trece años, trece años es toda una vida ¿se dieron cuenta?, toda una vida ¿eh?, que pena que todavía algunos no lo sepan porque se pierden tantas cosas lindas, bueno, cuando uno piensa en las palabras del Señor se da cuenta que Él ha prendido esta lucecita en la pampa gringa, de este lugar, es para que todas las personas de todos los lugares del planeta vengan aquí a buscar la salud que no tienen, el amor que les falta, la alegría que no conocen, la felicidad que pasó de largo y el dolor que los abruma, que los pone mal ¿eh?, eso quiere el Señor que vengan a buscar aquí ¿mmm?.
Cuando el corazón de ustedes está triste y opaco, no hay futuro, no hay nada que motive para seguir viviendo, el Señor nos trae, ¿por qué?, porque quiere encender en ustedes la chispita de su amor que es justamente lo que cantábamos recién: poné aceite en mi lámpara Señor, poné tu gracia para que mi vida continúe y continúe cada vez mejor. Ustedes dirán: ¿por qué esa preocupación del Señor por los enfermos?, para Jesús la enfermedad es un desorden, como tantas cosas son desórdenes y Él dice: Yo vengo enviado de Mi Padre y su Papá, Dios Padre, cuando creó las cosas, creó todo, miró todo lo que había hecho y vio que todo lo había hecho bien, con orden ¿eh?, los enfermos no existían, las cosas iban perfectamente bien, pero después el hombre como usa mal su libertad empieza a traer problemas entre sí y a los demás ¿verdad? y ha roto el orden, porque la enfermedad es un desorden ¿mmm?.
Por qué la otra noche, anoche, cuando vimos los abrazos de los Presidentes Latinoamericanos allá en Santo Domingo nos sentimos muy buen, ¿por qué?, porque de repente vemos que la paz era posible, incluso por las mediaciones que hizo nuestra querida Presidenta ¿mmm?, porque lo que hizo ella vale mucho ¿mmm?, yo creo que quien lo ablandó mucho a Chávez fue nuestra Presidente, a la cual amamos mucho; ustedes dirán: ¿por qué?, y bueno porque nos manda, porque es nuestra Presidenta, así de simple, podemos estar de acuerdo o no con ella pero es quien nos da las cosas que tenemos y además hemos visto hasta qué punto en esta reunión de los Presidentes habla el mismo idioma que hablamos nosotros aquí en la Capilla, no estoy pasando un aviso para nadie porque aquí nadie, no necesita ella que yo pase el aviso, no, no, pero sí lo que es, es y hay que reconocerlo ¿mmm?. Yo sentía en sus palabras las palabras que decimos aquí en la Capilla ¿eh?, es decir, porque pienso que tanto ella como su familia está muy compenetrada en todo lo que pasa aquí y nos alegramos mucho con eso, muchísimo ¿mmm?, esta mañana justamente me hablaban por teléfono y me decían estas cosas que les estoy diciendo, alguien que en muy poco va a estar aquí con nosotros también.
Bueno, entonces el Señor quiere orden y la falta de salud en un desorden, por eso, así como en aquél entonces el Señor decía: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, aquí también viene a decir lo mismo, lo único que el Señor nos pide que tengamos confianza en Él, así de simple, confianza en Él. Pero cada uno de ustedes, incluso viendo lo que dice el Evangelio y cada uno de nosotros que somos pueblo, que somos los que estamos abajo, no estamos ni encumbrados ni estamos allá arriba mirando desde el alto a las personas sino que estamos al lado porque los amamos y nos amamos entre nosotros, entonces pensamos: el Señor me trajo aquí, ¿qué me está queriendo decir esto?, si el Señor me trajo aquí es porque quiere sanarme sino no me traía, y vos decís: y si alguno por ahí se muere también?, y bueno, también una buena muerte es una sanación, pero son tan pocos los que se mueren de los que vienen acá, si ustedes me dijeran que les diga algún nombre no podr{ia decirles porque no me acuerdo que nadie que haya venido y haya seguido son su enfermedad ¿eh?.
Y eso nos alegra, nos alienta y nos sustenta para seguir adelante, hay montones que se oponen a nosotros como el Evangelio de hoy dice ¿mmm?, que los sacerdotes y los fariseos buscaban el momento para tomarlo preso y matarlo ¿mmm?, nosotros hace trece años que vemos eso ¿eh?, ahora no tanto pero las amenazas de muerte fueron tantas, se está repitiendo la historia, salvando las distancias porque es enorme la distancia que hay entre lo que pasó allá y lo que aquí pasa, pero estamos tan contentos porque el Señor está con nosotros y se muestra evidente cuando cada uno de los que pasan al frente da su testimonio de su salud recuperada, uno dice: gracias Señor porque las palabras que vos dijiste y las promesas que nos hiciste se da, se dan, así de simple.
¿Qué es lo que pide el Señor?, confianza en Él ¿mmm?, por eso decíamos recién para leer el Evangelio: tengamos el fervor necesario, abrámonos para escuchar la palabra del Señor, es tan maravilloso estar cerca de Él, tan hermoso, tan hermoso; vos dirás: pero cada uno en su lugar como yo, todos, nos sentimos tan chiquitos pero sin embargo el Señor y su Madre nos tienen tan en cuenta, pero tan en cuenta ¿eh?, que no nos abandonan nunca, nosotros a veces somos los que lo abandonamos, pero Él está siempre disponible para darnos todo aquello que necesitemos.
Ahora bien, y todo esto es para testimoniar los Mensajes que el Señor empezó a dar en este mes de Marzo hace trece años ¿mmm?, los ciegos ven, los sordos oyen, los tullidos caminan, las enfermedades más diversas se sanan y la palabra del Señor es explicada a las personas para que encuentren en ella el sustento de su vida y la solución para todos sus problemas. Es decir, quien no lo encuentra es porque habrá cosas que sanar, de ahí entonces que hoy para algunos tiene que empezar una verdadera conversión y preguntarse en lo más profundo de su corazón: Señor, ¿qué tengo que hacer? ¿eh?, ¿qué querés que haga?, y si no sé qué hacer bueno Señor hacé que vea con los ojos de mi mente qué tengo que hacer.
Partamos siempre de la base que el Señor tiene un proyecto con nosotros, un proyecto preciosísimo, vos dirás: pero ¿a todos?, sí, todos, para todos tiene un proyecto hermoso ¿mmm?, vos dirás: sí, pero yo, de mí ¿quién se acuerda?, nada, nada, el Señor tiene con cada uno de nosotros un proyecto, no podemos negarnos a ese proyecto del Señor, Él nos quiere felices, sanos, bien, por eso habla de que el hombre no tiene que morirse por enfermedad sino morirse de viejo ¿mmm? y entonces lo que digo cincuenta mil veces y lo sigo repitiendo, cita las palabras del Profeta Isaías, que en el año 740 antes de Cristo decía: que morirse de cien años es una injusticia y una estupidez, porque el hombre nació para vivir muchos años y que yo sepa en aquél entonces no había ni rayos x, ni drogas, ni centello grama, ni tomografía computada, ni rayos x, ni antibióticos y sin embargo los hombres cumplían ciento treinta, ciento cincuenta o doscientos y pico, ¿qué pasa?, había armonía en su corazón y en su alma respecto a las cosas del Señor.
Es decir, cuando uno logra hacer que en nuestra conciencia ¿no? se establezca ese orden que el Señor puso en el comienzo de los tiempos, nuestra salud se acrecienta y cada día estamos mejor, pero para eso hay que vivir haciendo equilibrio con la palabra del Señor, y ¿quién sabe cómo se hace?, porque el Espíritu Santo está hablando en nosotros para decirnos: ahora esto, ahora lo otro pero tenemos que ser dócil para escucharlo ¿mmm?, si sabemos que el Señor tiene la verdad no podemos ir a otro lado a buscarla sino del Señor
¿verdad?, no se olviden nunca de eso ¿eh?.
Ahora, y las promesas del Señor ¿se cumplen?, mirá, aquellos que quieran revisar los Mensajes que son, no sé pero como veinticinco mil hojas o treinta mil hojas en estos trece años, se va a encontrar con cada preciosura ¿eh? de las palabras del Señor, por ejemplo, en el 2003, Jesús ya había anunciado esto que pasó con los Presidentes estos: Venezuela, Ecuador y Colombia y en aquél entonces les dijo que los invitaba a consagrar sus países a la Inmaculada Concepción y después les dice una serie de cosas, que si vos lo lees, está en internet, pueden verlo, te das cuenta que es calcado de todo lo que pasó en estos días ¿verdad?, está calcado todo, y hace como cuatro años que lo dijo ¿eh?.
Por eso, todo cierra, es cuestión de interesarse un poquito ¿eh?, pero mientras tanto ustedes dirán: pero yo vine de tan lejos y busco una solución para mi vida, para mis problemas, yo sufro tanto, pues bien, vamos a decirle al Señor que mire lo que nos pasa ¿eh?, Él quiere darnos lo que nos hace falta, pues bien.
Vamos entonces a decirle mirá Señor, yo nunca te hablé así tan directamente pero hoy animado por las palabras que escuché y quiero hacer una revisión, es decir quiero volver a ver toda mi vida, ¿qué pasó en mi vida?, y habrá que empezar desde el comienzo ¿eh?, fui un niño deseado o me tuvieron porque sí nada más ¿mmm?, cómo fue la época anterior al embarazo de mi mamá, cómo fue el embarazo de mi mamá, algunos que están presentes ya escucharon estas palabras pero muchos no, entonces tengo que repetir algo aunque de otra manera. Cómo fueron los nueves meses que estuve en la panza de mamá, ¿qué ocurría en ese tiempo?, ¿había un clima de amor y comprensión?, o directamente yo tuve que pagar las consecuencias de un padre violento, una vida triste, el hambre de pan y el hambre de amor, etc., y así empezar a revisar toda nuestra vida, porque sino no podemos hacer que el Señor pase sanando todas las heridas que hemos recibido a lo largo del tiempo, entonces en este momento o cuándo se les ocurra ¿mmm?, tendrán que ponerse a pensar e ir ofreciéndole al Señor como quien dice cada una de las cosas que uno ve, por ejemplo, decirle: mirá, yo sé que mi mamá no me quería pero ya pasó el tiempo, soy una persona grande, yo no puedo tener todavía dentro de mí esos malos deseos de mi pobre viaja que hizo lo que pudo, entonces yo la voy a perdonar porque quiero estar en paz, entonces irán apareciendo a lo largo de nuestra vida todas esas personas que de una u otra forma dejaron una huella, muchos positiva pero muchos muy negativa entonces Señor, mirá todas estas injusticias que pasé yo te las ofrezco, todos estos dolores que viví aquí están, te los doy Señor, todas las angustias, toda la tristeza que tuve, el pan que no comí porque no había, casi, la escases que padecí, la falta de amor que era lo principal, el dolor de mi madre ante un padre violento, el dolor de la pérdida de los seres queridos que estaban cerca, la falta de los que partieron antes, la presencia en la familia de algún niño que no es normal, que tiene capacidades diferentes.
Todo se puede concretar en aquello: el amor que no tuve, la alegría que nunca pude gozar ¿eh?, ir diciéndole al Señor cada una de estas cosas para que, Él las sabe ya, las sabe pero a Él le gusta que uno se lo diga ¿mmm?, acuérdense cuando le pregunta al ciego: ¿qué te pasa?, ¿en qué puedo ayudarte?, mirá si Él no va a saber que el otro estaba ciego, pero le dice: Señor, no veo, bueno, desde ahora en adelante ve ¿eh?. Ahora y todo es así, hay que decirle las cosas al Señor y enumerar todo aquello que no tuvimos, no puedo decir: no tuve juguetes porque el niño ingenioso se las arregla muy bien para tener algún juguete, no puedo decirle al Señor cosas que me faltaron que eran una pavada, no puedo decirle: me faltaron las zapatillas nike, noo, sería una estupidez eso ¿no es cierto?, porque millones andan en pata.
Ahora, entonces todo aquello que dejó una huella en mi vida y que no es agradable, pues bien, no puedo demorarme una eternidad: ayy por lo que pasé yo, uyy las que viví, uyy la vida cómo me fue, no podemos una eternidad, pues bien, si tenemos dolores descarguemos al Señor todo, Él me está esperando para, por cada dolor que tuvimos darnos un montón de gracias ¿eh?, mirá si le vamos a decir a Él qué es sufrir, Él que padeció tanto y sufrió tanto por nosotros.
Hay que hacer una revisión de la vida, si ahora les alcanza el tiempo háganlo pero sino ¿mmm?, háblenle en la casa o delante del Sagrario, en cualquier Iglesia y piensen incluso qué cosas hay que no están bien porque la enfermedad que tengo obedece a algún problema que tuve ¿mmm? ¿verdad?, no hay ninguna enfermedad en el cuerpo que no sea fruto de algo que me haya pasado a lo largo de la vida, pues bien, sanemos entonces las heridas que tenemos diciéndole al Señor, pidiéndole su sanación, sanemos las heridas para poder así tener un cuerpo ¿mmm? y un espíritu que realmente esté en manos del Señor.
Por qué no ofrecemos todo lo que tenemos, por qué tanta preocupación por los hijos, por los hermanos, por los padres, sí, tengamos preocupación por supuesto, pero ofrezcámoselo al Señor, mirá Señor, yo no puedo saber que hace mi hija o mi hijo hasta las cuatro, cinco o seis de la mañana, te lo ofrezco a vos Señor, cuidalos porque la verdad es que no sé si no anda en alguna que no es buena y además aceptar la realidad de la familia, aceptar que a veces los hijos tienen sus problemas, aceptar que a veces puede nacer un hijo que es medio rarito y entonces pero también es un fruto del amor, aceptar que otro a lo mejor cayó a casa diciendo: no estoy bien y después de los análisis dijo: tengo SIDA, aquí pasan varias personas con SIDA todos los días de la Oración, lo que pasa que no se publica, no se dice fuerte porque cada uno le parece que tiene toda la peste arriba con el SIDA.
Es decir, lo que nos conviene hacer es decir: Señor, como decíamos al comienzo, cada día le basta su propio afán, yo en este momento quiero abrir mi corazón y decir: Jesús de la Misericordia, tené compasión de mi vida porque mirá así me fue, esta es mi vida, aquí te presento todo, vos conoces mejor que yo los dolores que tuve, lo que padecí, el hambre de amor, la falta de amor, pero no puedo eternamente lamentar eso, alguna vez tengo que ofrecerle, basta, se terminó Señor es tuyo, cuando uno da algo que yo sepa ya no lo tiene, si uno se lo da al Señor pues bien, si vamos a ver cada uno de los presentes tienen montones de cosas en su vida, si mirándolos así se ve que cada uno es un montón de dolor apilado, vamos che, no jodan, que se nota de lejos, se le nota en el rostro las cicatrices del dolor que han padecido a lo largo de la vida, no quieran mentir, es así, entonces pues bien.
No trasmiten a vuestros hijos toda esa vida llena de tristezas y de… (se dio vuelta la cinta)…, preparándonos para recibir todas estas cosas preciosas que van ocurriendo en la liturgia de este tiempo, pensando en nuestra enfermedad, pensando en los dolores que tenemos, en los médicos que nos atienden, en todos aquellos paramédicos, es decir los que ayudan a los médicos para que realmente nos tengan en cuenta como seres humanos, como personas.
Entonces que salga como un grito desgarrador desde lo más profundo de nuestro ser, Jesús de la Misericordia, tené compasión de mí Señor, que es decirle: Señor, sentí lo que yo siento y vos la mitad tuya es humana entonces vos vas a sentir lo que yo siento, pues bien Señor, tené compasión de mí, mirá como estoy, fijate las cosas que me pasan, no tengo ganas de morirme todavía, yo tengo tanto por hacer y además soy tu proyecto, soy tu hijo Señor ¿eh?, además no decís vos que el hombre tiene que morirse de viejo, pues bien aquí estoy diciendo: dame muchos años de vida y una vejez sana y feliz, eso te vine a pedir Señor, o qué creés que vine a hacer desde tantos kilómetros, eso Señor ¿eh?. Además Jesús liberá mi casa de todas las fuerzas malignas que hay, fruto de a veces ir de los curanderos, de los mano santas y de todas esas personas, liberá Señor las maldades que hay en mi hogar, en mi casa. Yo personalmente le pido Señor de la Misericordia instalate en el hogar de cada uno de los presentes y en cada uno de los familiares de los presentes, instalate en su casa y de ahí dirigí todo, corré todos los males que hay, las cosas que hicieron, todo Señor, danos Jesús la tranquilidad de que vos estás con nosotros y nada malo nos puede pasar.
Señor, ayudanos a resolver nuestros problemas tremendos, la desunión de la familia, pero no me puedo poner a llorar Señor por esto, tengo que decírtelo y vivir y hacer mi vida, vos me vas ayudar a que mi familia se ordene, a que mis hijos no sean tan desgolletados, que no me internen en un geriátrico ¿eh?, todo esto Señor.
Entonces cada uno se va explayando, es decir se va explicando de todo lo que le pasa y de vez en cuando: Jesús, tené compasión de mí, sentí lo que yo siento Señor ¿eh?, no quiero hacerme el víctima de que tuve una vida jodida pero Señor mirá lo que me pasó y lo que me pasa. Si alguno se sintió violado en sus ideas o en su cuerpo a lo largo del tiempo, no puede vivir eternamente con ese dolor en el alma, tomá Señor, te lo entrego ¿mmm?, que si fui injusto con alguien Señor tengo que reparar las injusticias, acá dentro hay como siete u ocho hombres que son castigadores de sus esposas ¿eh?, algunos dos, tres psicológicamente y los otros le pegan de otra manera, basta che, no van a seguir haciendo eso, ¿cómo, van a malquistar a vuestras esposas?, y aquí parecería que todo está bien, noo, pará, pará, entonces liberame Señor de un esposo jodido o liberame de una esposa que a veces salta el alambrado o la tapia ¿mmm?. Y Señor sobre todo enseñame a perdonar porque el gran drama del ser humano montones de veces es eso, no saber perdonar, nosotros no sabemos perdonar, que no es lo mismo que decir olvidar porque las cosas tenemos memoria y las recordamos siempre, pero una cosa es recordarla con bronca y otra cosa es decir: y sí, me pasó esto, pero esto ya pasó, perdono y sigo adelante.
Entonces los invito a lo más profundo de vuestra conciencia tener un grito desgarrador adelante del Señor de la Misericordia, que para eso nos trajo acá, Jesús de la Misericordia tené compasión de mí, mirá mi vida, mis cosas, mi familia, mis necesidades, no tengo trabajo, no tengo familia, no tengo quien me ame, no tengo, no tengo, no tengo, Señor, tené compasión de mí, mirame Señor y te lo digo ahora Señor y te lo voy a decir dentro de un rato y mañana y pasado Señor para que me oigas, porque he sido creado por vos a tu imagen y semejanza y entonces soy tu hijo, no me podes hacer a un lado ni no escucharme, tenés que escucharme Señor y para eso necesito demostrarte que te tengo confianza, sí Señor, te tengo confianza, hasta las últimas consecuencias Señor, te tengo confianza.
Entonces, sí Señor, vos vas a limpiar mi alma, mis casa, mis cosas de todo lo malo, yo humildemente te propongo de aquí en más ser humilde, sencillo, simple, no andar con atajadas ni cosas extrañas, no andar haciendo injusticias, pagándole a mi empleado menos de lo que corresponde y tratando a la gente que me está sirviendo en la casa como si fuera un trapo, noo, pará, pará, así no, yo tengo que empezar por mí, no puedo ser un injusto, yo no puedo ir a visitar a los enfermos y a mi padre y a mi madre los tengo arrinconados en una casa ni los voy a visitar, noo, no hagamos como los fariseos del Templo que mucho golpearse el pecho pero en la practica nada.
Por eso Señor, nuevamente te digo con toda mi fe, con la fe poca o mucha que tenga, con eso nomás te digo: tené compasión de mí Señor, sentí lo que yo siento, amá lo que yo amo, queré lo que yo quiero, mirá mi trabajo, mis necesidades, la gente con la que me relaciono, las personas que me ayudan, los que tengo cerca y no tan cerca, mirá Señor, mirá, hay tanta necesidad Señor, en mi familia y alguno dirá: ¿y yo que estoy en una silla de ruedas?, pues bien, abrí tu corazón al Señor y decile: mirá en la vida me fue así, yo te pido que me sanes pero si parece que la cuestión no es tan simple, Señor dame el esfuerzo y la entereza para seguir adelante con toda la fuerza necesaria, que no sea una sill