Felices, aquellos que los llena de felicidad pronunciar en silencio Mi nombre y el de Mi Madre.
Mensaje del 23 de Febrero de 2007

Habla Artemio:

23 de Febrero de 2007.

Dice Jesús:

Felices, los que por Mí padecen muchas injusticias, porque llegará el momento de la reparación.
Felices, los que sufren por Mi palabra, por llevar Mi palabra a los hombres tienen que sufrir toda clase de injusticias, porque verán el huerto con flores y frutos.
Felices, los que torpemente o sutilmente se ven acorralados por un mundo donde el maligno no descansa para lograr sus propósitos.
Felices, todos los hombres de esta América irredenta porque verán por fin que el sol sale para todos y que su sangre derramada no fue en vano.
Felices, los que son pordioseros del amor, porque encontrarán la fuente que los colmará y plenificará.
Felices, todos aquellos que durante el día y durante la noche ven que Yo estoy a su lado y suavemente los conduzco.
Felices, todos los que sufren a causa de todos los males que están proliferando sobre la Tierra porque verán otro mundo.
Felices, los que cierran los ojos, porque los abrirán delante de Mí para ir al Padre.
Felices, aquellos que peregrinan hacia la Jerusalén Celestial llevando un peso enorme sobre sus espaldas y a pesar de ello sonríen siempre y están alegres y contentos.
Felices, todos aquellos a quienes Yo llamé para llevar Mi palabra.
Felices, a quienes no les importan los ataques en el mundo del maligno, porque saben que esos ataques durarán como una flor que se deshoja con el viento.
Felices Mis queridos, hombres de todas las latitudes, que padecen un dolor enorme y en silencio caminan.
Felices, los que según ellos llevan una vida miserable, llena de dolor y de errores porque Mi Misericordia lentamente quitará todas esas cosas en apariencia oscuras.
Felices, los que han comprendido siquiera algo de lo que es la Misericordia de Dios.
Felices, aquellos que pueden terminar su día diciendo: aquí estoy Abba, Papá, Papito.
Felices, todos los que padecen enfermedades de todo tipo y confían en que Yo los sanaré.
Felices, aquellos que los llena de felicidad pronunciar en silencio Mi nombre y el de Mi Madre.

Amén.