El hombre no debe perder de vista nunca que un momento es un momento, porque así es de corta la vida y la eternidad es eso, siempre, así es de larga la eternidad. Mensaje del 22 de Enero de 2007

Habla Artemio:

22 de Enero.

Dice la Madre:

Ayer meditamos este Salmo y al hacerlo lo hacemos con palabras de nuestros días, es decir adaptamos las palabras a nuestro tiempo.

Todos aquellos que se sienten desilusionados, estafados, demolidos y sus ojos tratan de traspasar las tinieblas en que se encuentran, Yo quiero decirles que estoy con todos como lo está Mi Hijo, desde siempre.

El Salmo que ayer meditamos tiene que llevarnos a muchas conclusiones, ¿qué son algunos tiempos, pequeños, de toda esa vida sin sentido de tantos?, ¿qué pasará con toda una eternidad que hay por delante?, ¿qué pasará?, la palabra es del Señor, la palabra sabia y justa es la del Señor. Hay toda una eternidad por delante y esto no es para conformar a los que ven ante sus ojos como danzan los demonios sino, sino para hacerles ver hasta qué punto ese tiempo que viven en apariencia tan abundantes y llenos de todo es un pequeño punto al lado de una inmensidad.

El hombre no debe perder de vista nunca que un momento es un momento, porque así es de corta la vida y la eternidad es eso, siempre, así es de larga la eternidad. Si no hubiese un Dios que nos asegura esa Bienaventuranza Eterna se perdería hasta la noción total y completa de lo que es la compensación. Es cierto que el que tiene dolor y padece miseria y vive en la incertidumbre y ve todas las otras cosas, es lógico que tal vez llore por fuera o por dentro, por eso está la palabra de Mi Hijo para acompañarlos siempre, para que el llanto se convierta en sosiego, las lágrimas sean como perlas que van tapando todo un cuerpo que resplandecerá para siempre en toda la eternidad y para todos los tiempos.

Ya sé que muchos dirán: pero mientras tanto ¿qué?. Todos aquellos, dice Mi Hijo: que estén cansados y agobiados que vengan a Mi, que Yo los aliviaré, todos aquellos que tienen necesidad de justicia serán colmados y si miran bien, aunque a veces no lo parezca, pero ya en la Tierra son colmados, nada hay superior al momento en que el Espíritu se adhiere a su Creador y goza de su presencia en su alma y en las cosas.

Amén.