Hoy pensemos en esto y siempre pensemos en esto porque es una realidad que nos pasa por arriba y muy seguido, ¿por qué les va bien a los malos?, pensemos este Salmo:
Mensaje del 21 de Enero de 2007

Habla Artemio:

21 de Enero de 2007

Dice la Virgen María:

Hoy pensemos en esto y siempre pensemos en esto porque es una realidad que nos pasa por arriba y muy seguido, ¿por qué les va bien a los malos?, pensemos este Salmo:

“Que bueno es Dios con Israel,
que bueno que es el Señor con los limpios de corazón.
Sin embargo, yo por poco tambaleo,
casi resbalaron mis pies cuando envidiaba a los malos,
contemplando cómo prosperan.
Para ellos no hay sufrimientos,
están sanos y gordos;
no saben de las desgracias de los mortales
y los alcanzan las penas comunes.
Por eso andan coronados de soberbia,
vestidos de violencia;
de su grasa transpira la maldad
y su corazón encierra proyectos presuntuosos.
Se burlan y hablan con lengua venenosa;
desde arriba profieren sus mentiras;
todo lo quieren mandar,
las cosas del Cielo y de la Tierra.
El pan no les falta, están satisfechos,
sentados al lado de abundantes aguas, y dicen:
¿cómo puede saber Dios?.
¿Acaso tendrá conocimiento el Altísimo?.
Así están los pecadores y siempre tranquilos aumentan sus riquezas,
entonces ¿para qué conservo yo puro mi corazón?,
en vano me quedo con las manos limpias.
Ya que cada día soy apaleado y cada mañana recibo castigos.
¿Acaso diré yo: hablaré como ellos?,
sería traicionar la raza de tus hijos.
Asi que me puse a pensar para entenderlos,
me pareció cosa difícil.
Hasta que entré en los secretos de Dios
y descubrí cuál sería su fin.
Seguramente tú los pones en una resbaladero
y los empujas a su perdición .
Cómo se derrumbaron en un punto,
en un instante desaparecieron espantados.
Como un sueño cuando uno se despierta,
así tú, Señor, al levantarte disipa su imagen.
Por eso, cuando me amargaba y sentía herido el corazón,
era un torpe y no entendía semejante a los animales.
Pero yo estaré siempre contigo,
pues me tomaste por la mano derecha;
tu me guiarás con tu consejo
y de la mano me llevarás tras de ti.
¿Quién hay para mí en el Cielo fuera de ti?.
Ya no deseo nada en la Tierra.
Mi corazón y mi carne desfallecen por ti,
mi roca, mi Dios es mi parte para siempre.
Sí, los que se apartan de ti se pierden,
tú acabas a los que te traicionan.
Yo en cambio estaré feliz junto a ti:
en el Señor he puesto mis esperanzas
y en Jerusalén cantaré toda sus obras” .