Yo tengo la obligación de anunciar por pedido de Él, en forma terminante, que Él vino para salvarlos a todos y a todo, sea un simple animalito o sea a un hombre. Mensaje del 09 de Septiembre de 2007
Habla Artemio:
Bueno, una forma de alabar al Señor es dándole gracias por los favores que nos hizo entonces vamos a escuchar algún testimonio, no es perder tiempo sino es agradecerle al Señor lo que hace por nosotros. Esta señora es F., de Río IV… (habla la señora: bueno yo soy de Río IV y tengo una amiga en Buenos Aires, esta chica decide venir para acá, la vez pasada hace como un mes más o menos, y resulta que el chico que iba a venir con ella tiene un accidente mortal, fatal, queda muerto prácticamente y entonces me llama a mí y dice, mira vos vas a ir a Posse, yo no voy a poder ir porque habíamos quedado en juntarnos acá, no voy a poder ir porque vos sabés que el chico este se llama Pablo está muriéndose, está en terapia intensiva, tuvo un accidente con la moto, mira fatal, bueno entonces yo vine acá, era un domingo, bueno vine a pedirle al Señor y hablé con Artemio, le conté a Artemio, mire pasa esto y esto, está muy grave el muchacho, bueno me dice Artemio le pedimos al Señor. Resulta ser que bueno esta chica a los dos o tres día me habla y me dice: mirá mandame agua urgente para ponerle agua, está en terapia intensiva, se está muriendo. Entonces yo le mandé el agua por correo, de Río IV a Buenos Aires, cuando va allá, la chica entra a terapia intensiva, le pone agua, está muerto prácticamente el chico, le pone agua en la cara, le da a tomar agua ahí porque estaba todo conectado, y empezó a ver que la maquina, empezó a hacer ruido, dice que la máquina se vuelve como loca, dice que ella se asusta, dice que pasa, pero la fe, dejo nomás. Bueno al otro día, a los dos días la llaman por teléfono, dice vos sabes que me voy a mi casa porque estoy bien, me mandan a mi casa, ella asustadísima, imagínense, el agua lo que había sucedido. Entonces viene que ahora le contaba al señor Artemio que me llamo la chica ayer, decile que al muchacho le dieron el alta, que los médicos no se explican, después que le habían sacado el vaso, todo, gravísimo el asunto y que se había sanado, entonces yo señor Artemio le doy el mensaje que ellos me dieron, que el muchacho no lo conoce pero que le manda a agradecer infinitamente porque está vivo y solamente un milagro que pasó aquí)… (Habla otra señora: hola que tal, bueno yo vengo aquí un 08 de Junio, muy enferma, que me habían descubierto que era celíaca, en el mes de Octubre, con síndrome de Meniere, que es un problema en el oído de vértigo, problemas de tiroides, es decir una mezcolanza de cosas. En Octubre cuando me descubren la celiaquía por medio de los estudios, de la biopsia que me extrajeron para hacer la biopsia me dio una atrofia severa grado 4, que eso prácticamente en las puertas de cáncer de intestino. Vengo acá en Junio porque yo no sabía que existía este lugar tan hermoso, me vuelven a hacer la biopsia hace un mes, ah, disculpen, a todo esto cuando me dan los resultados de atrofia grado 4 el médico me dice que con la dieta sin gluten, que así únicamente se cura la celiaquía, en tres años a lo mejor podía estar un poco digamos estabilizada, pero de todas formas el médico el mes pasado me dice: ante la gravedad de tu celiaquía vamos a hacer otra biopsia porque yo quiero ver como está adentro tu intestino. Me hacen la biopsia y los resultados dieron que mi atrofia había bajado a nivel 1 y el médico me dijo que en tres años a lo mejor alcanzaba el nivel 3 y directamente en poquitos meses, o sea, en tres meses, dos meses y medio de grado 4 me bajó a grado 1 mi celiaquía. Por supuesto que sigo con el tratamiento, las otras enfermedades ya han evolucionado mejor también pero esto de la celiaquía quería contárselo a todos ustedes porque para mí cuando yo salí en Octubre de ese consultorio era, era una cosa desesperante porque ya me habían casi detectado cáncer y después de estar acá y de venir las veces que pude venir bueno, gracias a Jesús, a Nuestra Virgen y al señor Artemio tengo una atrofia grado 1 que eso me hace avanzar y tener más esperanza y seguir, como se los pido a todos, seguir siempre insistiendo porque con fuerza y con fe todo se consigue, bueno, gracias) …, ¿algún otro quería decir algo?, bueno… (un señor da su testimonio… y los médicos me habían dicho que ese plomo iba a ir conmigo para el resto de mi vida, que nunca me lo podían sacar de la sangre, que me podían controlar pero no sacármelo, o sea que ese plomo me acompañaba para el resto de mi vida. Entonces cuando yo, con lo de mi señora, Artemio siempre me decía: Miguel te hiciste los controles, te hiciste los controles y yo no me los hacía, hace cosa de quince días, me dieron los resultados, me hice los controles y del 56% que tenía, tengo 10, menos de lo normal, lo normal es hasta veinte, acá hay un bioquímico y me lo he hecho en Buenos Aires, en la Fundación en Córdoba y en Rosario, o sea que no es una cosa hecha local y cuando los toxicólogos de Córdoba cuando me atendieron, porque yo estuve ocho meses en Córdoba, pasé por todos los Hospitales y por todas las Clínicas habidas y por haber, me habían confirmado que eso no me lo iban a sacar nunca de la sangre, así se hace milagros Jesús y la Virgen por eso les pido a ustedes que le pidan, que tengan la confianza porque lo que vengan a buscar lo van a conseguir siempre que abramos el corazón y tengamos fe, por eso yo aparte lo de mi señora tuve lo mío, tuve de mi familia también una hermana, recién el contaba a la chica lo que pasó con una hermana mía, por eso tengan confianza y tengan mucha fe) ….
Bueno, muy bien, los testimonios son una forma de alabar al Señor, acuérdense siempre, cuando Jesús sana a los leprosos, le decían a los gritos: sananos Señor, sananos, y dice: vayan y preséntense al Sacerdote que se van a sanar, en el camino se sanaron los diez y de los diez uno solo volvió a decir gracias Señor porque me sanaste y Jesús le preguntó: ¿y los otros nueve dónde están?, que nunca nosotros estemos entre los nueve, que estemos en ese ser que se acerca a darle gracias al Señor por los favores que Él les dio, no se olviden nunca de eso.
¿Saben qué ocurre?, hay personas que tienen un poco de temor porque dice: qué va a decir el médico que me está atendiendo, qué va a decir, entonces se callan, yo comprendo, alguno no quiere caer en desgracia porque se sanó de otra forma, cada uno quiere lo que hace y el médico quiere que las sanaciones se den con las medicinas que receta ¿no es cierto?, pero hay que distinguir, una cosa es en el campo de la ciencia y otro más elevado en el campo de la fe, porque incluso hay que pensar que el Señor nos habla a través de los médicos, de los bioquímicos, de los farmacéuticos y de todo, por qué necesariamente tiene que hablarlo Él directamente, Él nos habla a través de todos los profesionales, cuando uno tiene problemas legales, va del abogado, cuando uno quiere construir una casa va del arquitecto, cada uno con su especialidad pero el Señor nos habla a través de esas personas, tener en cuenta esto porque uno cree que siempre desliga una cosa de la otra, noo, todo es lo mismo. Es decir si el Señor lo creó todo, lo hizo todo también hizo aquellos que se dedican a estudiar las enfermedades, a sanarlas y todo, por qué le vamos a ocultar ¿mmm?, tendríamos que decir: mire el Señor guió su mano doctor y de esta forma yo me he sanado, ¿no sería lindo hacerlo?, pero nosotros siempre tenemos miedo que alguien se las tome con nosotros ¿no? y ya no nos de la importancia que teníamos antes ¿mmm?, bueno, muy bien.
¿Y los otros nueve donde están?, que no seamos nosotros uno de los nueve.
Estamos en presencia del Señor y que dice uno cuando quiere que alguien esté siempre, que viva ¿no?, que viva, por eso nosotros también con 1 decimos: que viva Cristo….
Y ahora dejamos de lado todas nuestras preocupaciones, todo lo que nos pasó a lo largo de la vida que es tanto, dejamos de lado todo y así desnuditos, como cuando llegamos al mundo ¿no?, es decir sin nada arriba, sin nada que nos proteja físico ¿no?, pongámonos delante de los ojos del Señor, es lo mismo que hacemos nosotros cuando nacemos, una vez que se corta el cordón umbilical uno se queda solito. Estamos afuera ya de la mamá y no nos protege nadie, nos protege la mamá pero ya dependemos de nosotros, lo mismo pasa cuando nos vamos a morir, ¿quién está con nosotros?, sí, lleno de parientes, familiares y todo lo que quieras pero solos, no hay nadie con nosotros, no, y tenemos que enfrentar lo máximo también solitos. Yo pienso siempre: dichoso el ser humano que vive de tal forma creyendo en el Señor que la muerte dejó de ser un problema, porque díganme sino, a todo el mundo le pica la muerte ¿o no?, todos tienen miedo de la muerte, porque es algo desconocido, porque es algo, es algo, todos tenemos miedo.
Dichoso aquél que puede enfrentar la muerte sin ningún temor, y yo no te lo digo teóricamente, como lo saben, te lo digo por experiencia, dos veces estuve del otro lado y es tan lindo che, tan hermoso, tan precioso, porque uno se hace un mundo y no, nada de mundo extraño, nada, uno rodea a la muerte con susto, con miedo, que esto, que lo otro, incluso cuando pasan los años, un año más, estoy más cerca, que tontería. Cuando uno llega está la Madre esperando ahí, la Madre che, la Madre, la Virgen María está esperando y a su lado está Jesús y cerca de él están todos los Santos en los cuales uno depositó su confianza mientras estaba en esta vida ¿mmm?, están esperando ahí pero no con cara fea, es decir: vaya para acá, vaya para allá, así como nos enseñaron ¿eh?: porque cuando te mueras el Señor te va a castigar, noo, por favor, el Señor es un Señor de amor que no está para castigar, por eso dichoso el ser humano que vive su vida sin que se le pase por su mente el temor a la muerte, ¿por qué?, porque vive más feliz y además porque entendió, como dice Jesús no es otra cosa que un cambio de estado, pero no para mal, para bien, para bien; ustedes dirán: sí, pero con las cosas que uno hace anda a saber, a la corta o a la larga cómo será esto ¿no?.
Uno siempre tiene un poco de temor, no lo tengan porque tantas veces el Jesús que nos mostraron era un Jesús que estaba esperando con el hacha para bajarla cuando fuera el momento y es todo al revés, el Señor es un Señor de Misericordia, de amor, que no está para bajar el hacha ni para castigar, está para recibirnos con amor, cuando mucho si uno no está en condiciones de ver al Señor irá un tiempo a la oscuridad hasta que esté en condiciones pero no como castigo sino como una forma de esperar el momento propicio para ver al Señor, si le dijeron otra cosa alguna vez no es cierto, no es que yo diga: tengo la verdad, les cuento mi experiencia personal, simplemente, ni tampoco me pongo como ejemplo, les cuento cómo me va en la vida, simplemente, nada más.
Entonces, perdamos el miedo a eso que nos espera, no sabemos cuándo ¿eh?, perdamos el miedo, vamos a hacer más felices, van a ser más felices los que están cerca nuestro y todo va a ser diferente, todo va a ser diferente. Uno mira las cosas siempre del lado malo porque así nos enseñaron lamentablemente, en la familia, en la escuela, en la Iglesia, en todos lados, esto no, esto no, esto no, esto no, entonces uno cree que todo es malo, no, no.
El Señor mide las cosas de una forma tan distinta como la medimos nosotros, tan distinta, en ese Señor que nos espera allá al término de nuestra vida pero también está hoy con nosotros, humildemente le decimos, a ese ser que tanto nos amó y nos ama, como si fuéramos bebés o como si estuviéramos en el último momento, le decimos, 3: mirarte solo a ti Señor….
Vamos a leer el Evangelio ahora, teniendo presente como recién dijimos: si fuéramos bebés recién nacidos, a lo largo de nuestra vida o en el instante final. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Evangelio de Lucas, San Lucas, el capítulo 14, los versículos son del 25 al 33, me olvidaba decirles que hoy San Pedro Claver y ayer fue la Natividad de María Santísima, ustedes dirán: ¿quién es San Pedro Claver?, el Patrono de las misiones, ¿en dónde?, en todas partes del mundo pero sobre todo en las misiones africanas, algunos a lo mejor recibirán la revista: mi africanito, o el negrito, o el eco de África, bueno, esa es una revista que fundó María Teresa Ledochouskca, una princesa alemana, creo que alemana, no me acuerdo, o checoslovaca, no sé, ahora es Beata, ¿para qué?, en aquél entonces, hace doscientos años y ahora se dedican a las misiones ¿eh?, y yo me acuerdo que desde niño juntaba estampillas, ¿saben de quien?, de las personas que vivían en mi casa porque mi papá refugiaba durante la guerra, la última, a todos sus compatriotas que pedían venir a América, él los refugiaba en casa, les conseguía trabajo, mientras tanto les daba alojamiento y comida y esas personas recibían cartas entonces había estampillas muy valiosas. Bueno, ¿a qué viene esto?, a que yo les pedía a esos hombres, siendo un niño de diez años, les pedía a esos hombres las estampillas de las cartas para mandarles a las monjitas que estaban en Buenos Aires en la calle Amenábar al 250, no me acuerdo y las monjitas, así como mis estampillas u otras las vendían para conseguir fondos para mandar para los africanos ¿mmm?, y todavía eso se mantiene, esa obra de las hermanas, ahora se llama no Soda Licio de San Pedro Claver sino Instituto de San Pedro Claver y siguen estando en la calle Amenábar en Buenos Aires y siguen recogiendo cosas para el África.
Bueno, fue un hermoso recuerdo acordarme de eso y este Santo San Pedro Claver es el Patrono de las misiones, lo eligió María Teresa, bien. Hay también en Córdoba, creo que está todavía en Córdoba, sí, su tarea es mandar cosas al África y hacer tomar conciencia, pero no solamente las misiones africanas sino también las misiones en América.
Pasamos al Evangelio porque al fin y al cabo todo es lo mismo, pero esta es la palabra de Dios: “caminaban con Jesús grandes multitudes. Y dirigiéndose a ellos les dijo: si alguno quiere venir a Mí y no deja a un lado a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y aún a su propia persona, no puede ser Mi Discípulo. El que no carga con su cruz para seguirme, no puede ser Mi Discípulo. Cuando uno de ustedes quiere construir una casa en el campo, ¿no comienza por sentarse a calcular los gastos para ver si tiene con qué terminar?. Porque si pone los cimientos y después no puede acabar la casa, todos los que lo vean se burlarán de él y dirán: ahí tienen un hombre que comenzó a construir y fue incapaz de concluir. Cuando un rey parte a pelear contra otro rey ¿no comienza por sentarse a examinar si puede con diez mil hombres hacerle frente a otro que viene contra él con veinte mil?, no. Y si no puede envía mensajeros, cuando el otro está lejos todavía para llegar a un arreglo. Del mismo modo, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que tiene no puede ser Discípulo Mío” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.
Ustedes dirán: pero cómo es esto de olvidar al padre, a la madre, a todos, no, olvidar no, ubicar en su lugar, un niño cuando crece, lo saben los niños y lo saben los padres, pasan los años y a los niños le crecen alas y llegado un momento levantan vuelo ¿mmm?, se van de casa o se van a estudiar, después arman todo para casarse y construir su propio hogar y continuar ¿verdad?, a eso se refiere, el querer sostener a los hijos pegados es un problema que hasta se puede considerar una enfermedad, las madres o los padres que mantienen ahí agarrados a sus hijos les estropean la vida, no dejan que su carácter se forme, los hacen debiluchos, sin que sepan enfrentar nada, un padre que quiere a un hijo lo deja volar, vos dirás: y pero con tanto peligro, yo no duermo pensando en qué está haciendo mi hijo, si vos sos creyente encomendale tu hijo al Señor y punto y si le tenés tanto miedo es porque no lo formaste bien, porque si lo hubieras formado bien sabrías que él tiene medios como para bastarse a sí mismo.
Entonces cuando dice así, que ya no tiene padre, ni madre, etc., porque en el fondo, no se olviden nunca de esto, estamos solos, como decíamos al comienzo ¿mmm?, es decir solos en cuanto a sí, sabemos que está papá, mamá, nuestros hermanos pero nosotros cuando nos acostamos por la noche ¿verdad?, por más que tengamos cincuenta a nuestro alrededor estamos solos, cuando despertamos vemos que hay muchos cerca pero hemos dormido solos, ¿y quién está allí siempre?, el Señor está con nosotros, eso de: el que no deja a su padre, a su madre, el que depende de todos evidentemente que no puede armar su casa, aquél que dice: puedo mamá, puedo papá, no.
Bueno, entonces a eso se refiere, el que se va liberando de todas las cosas, incluso el que amontona bienes materiales, mientras lo haga honestamente, no perjudique a nadie ¿verdad? y no esté pegado a todas esas cosas materiales está muy bien y no desobedece al Señor, ahora, aquél que se pega a las cosas materiales: ay si me muero, a quien le dejo todo esto, y si me muero qué pasará…, no, no, no, además hay otra cosa, fíjense ustedes, conversando con mi mamá que hace veinte años que murió ya casi veinte años, con mi hermana que hace siete y con otros familiares y con los Santos y todo, cuando uno pasa, cambia de estado, está en la otra vida no le llama la atención mucho las cosas del mundo, la mira de otra forma, un día le pregunté a mi mamá, le digo: mamá a vos te gustaban tanto las plantas, ¿y ahora?, sí, me siguen gustando dice ella pero estoy en otra cosa, sabias palabras, estoy en otra cosa, bueno.
Por eso, ese estar despegado de las cosas materiales, incluso eso nos hace más generosos, porque no amontonamos porque sí, si no estamos pegados a las cosas materiales miramos siempre el ropero y todo aquello que no usamos ya para ponernos afuera, que lo use otro, que lo aproveche alguien, con que tenga lo suficiente para vestirme basta, el resto que se vaya, si tengo cinco y otro no tiene nada, por qué yo cinco y otro nada, yo tengo dos y otro nada, por qué yo dos, compartamos che, ese es el concepto de Jesús de amarle, porque cuando uno le ama a Él ama a los que tiene cerca, no hay vuelta de hoja, y vos dirás: pero si doy tanto al último me voy a quedar sin, qué equivocados están, aquél que da y da y da recibe tanto en retribución, incluso en bienes materiales, incluso bienes materiales, parecería que hay una ley de la compensación, el que se desprende de algo por los otros le vuelve multiplicado, pero uno no lo hace para que le vuelve multiplicado lo hace porque lo siente, lo hace porque lo siente, que bárbaro.
En esto también podemos recodarnos de la Parábola de los talentos de días atrás, del Evangelio de días atrás, el Señor se va lejos y le da a los que quedaron talentos, es decir condiciones que cada uno tiene, a uno le dio cinco, a otro le dio tres y a otro le dio uno, y al tiempo vuelve y les pregunta: ¿y qué hicieron con lo que les di?, el que quedó con cinco lo había multiplicado, el que tenía tres también y el que tenía uno ¿qué hizo?, lo guardo por las dudas lo perdía y cuando venía el Señor ¿qué le devolvía?, entonces dice: no, este no merece ser alguien que trabaja conmigo, ustedes sí, porque han hecho reproducir lo que tenían, mientras este por guardar ¿verdad?, no se hace digno de que Yo le de nada ¿mmm?. Porque ¿qué representa?, los dos primeros confiaron ¿verdad? y el último no: ¿y si después no puedo devolver nada?.
Nosotros en la pampa gringa estamos viendo todos los días ¿no es cierto?, como el gringo, sea italiano, español o lo que sea, qué agarrado que es, decimos normalmente: como mugre de codo, agarrado, no suelta nada, jamás ¿no?, ni con sus hijos tampoco, en la pampa gringa se ve tremendamente, vos dirás: es porque costó mucho hacerlo, sí, claro que sí, porque costo mucho pero está también lo otro que es ser un poco egoísta también ¿eh?, por ejemplo si yo tengo tanto y no puedo compartir con mi hijo y con mis familiares entonces ¿qué? ¿verdad?, como decía alguien muy sabiamente: si sé contar hasta seis por qué quiero amontonar diez ¿no?.
A esto entonces se refiere el Evangelio de hoy ¿eh?, que es lo mismo para comparar aquél Evangelio que dice: si el grano de trigo no cae en tierra y muere no nace la planta, o bien para ganar la vida hay que perderla ¿mmm?, el Evangelio dice: cuando un rey parte a pelear contra otro rey no empieza midiendo, no, fía, del mismo modo cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene no puede ser discípulo Mío; ahora alguno me dirá: pero ¿en todo es esto?, fíjense que en algunas cosas no. Yo notaba por ejemplo en Chile que por casualidad siempre lo visité porque allí en la casa del Padre Hurtado, es una casa de retiros espirituales que tienen los jesuitas, fui muchísimas veces y fui alguna vez a algún entierro y a mí me llamó la atención que los ataúdes de las personas tuvieran en la parte de arriba como una especie de bolsillo, y yo digo: ¿por qué será esto? ¿no?, ocurre que los seres humanos a veces estamos apegados a algunas cosas y no son grandes cosas, son pequeñas cosas, hago esta aclaración para que no confundamos ¿no es cierto?, porque estar apegado a algo no es malo, y ¿qué ponían en ese bolsillo?, el rulito del nene cuando nació por ejemplo, o bien el dientito que perdió cuando tenía siete años, eran todas cosas queridas por el que había muerto, algún cuadrito de algo, plata nunca por supuesto ¿no?, macanitas muy chiquitas. Lo digo esto porque uno se apega a ciertas cosas a veces ¿verdad?, y no hace aquí el Evangelio referencia a eso, esas cosas es legítimo tenerlas porque somos humanos, nos gusta tener a lo mejor una camisa que nos parezca que luce bien, es propio de los humanos, no nos hagamos los santulones de decir: ahh, yo me desprendo de todo, no, eso es falso, como dice Francisco Javier: entre verdad y falsía apenas hay una tilde, una coma, y el ofanarse de humilde modo también de ofanía, es decir el que se la tira de humilde también es orgulloso porque se la tira de humilde ¿verdad?. O bien como decían en la antigüedad, un filosofo: el orgullo lo veo en los agujeros de tu capa, porque decía: yo no necesito del mundo por eso tengo toda esta capa agujereada, entonces otro que lo escucha le dice: tu orgullo lo veo en los agujeros de tu capa, o aquellos que se ponen alpargatas para figurar que están más con el pueblo, y es lo mismo en las propagandas políticas se ponían alpargatas para estar más a tono en algún barrio ¿no?, vamos, a quién vas a jorobar con esas cosas ¿no es cierto?.
Entonces, aquí el Evangelio no hace referencia a esas cosas en las cuales uno se apega muchas veces: un zapato, una camisa, que se yo, un anillo que era de tu tatarabuelo, esas cosas es apegarse a algo que desafina los sentimientos, eso no está mal, el apego a las cosas es todo como aquél que dijo: qué voy a hacer con tanto, voy a hacer graneros nuevos para almacenar todo y tener cereal para vender durante montones de años y ahora me dedico tranquilo a descansar porque nunca me voy a morir de hambre, y esa noche se muere, se refiere a ese tipo de apegos, a ese tipo de apegos. Qué distinto viviríamos si no fuéramos apegados a las cosas, nada más que lo necesario, como decía el poeta español Pemán: un poco de pan para comer, un Cristo para rezar y un libro para leer, eso sólo pedía, que lindo ¿no?: un poco de pan para comer, un Cristo para rezar y un libro para leer, bello ¿no?, preciosísimo ¿mmm?, y eso lo decía ya cuando era un hombre grande y había amasado mucho dinero con sus libros porque se habían vendido en todo el mundo pero él se conformaba con eso en sus últimos días nada más, es hermosa la expresión. Un poco de pan para comer, un Cristo para rezar y un libro para leer, bueno.
Entonces, esta es la dimensión cristiana de lo que es la propiedad, las cosas y todo lo que tenemos, el no estar apegado porque sí, nos cuenta la Madre Teresa que a veces iba al centro de Calcuta, hace, el lunes fue 10 años que murió ¿no?, el lunes o martes, hace poquitos días, iba al centro de Calcuta para buscar pan, calculaba que a algunos le iba a dar pan ¿no es cierto?, tenía más de ciento cincuenta personas que estaban en ese lugar que alimentar ¿no?, y a veces volvía con dos o tres kilos de pan nada más, Señor decía: ¿qué hago?, vos sabrás Señor, yo tengo ciento veinte, ciento treinta personas para darle pan y esto alcanza para algunos, está en tus manos Señor y la Madre Teresa repartía y repartía y repartía y el pan alcanzaba para todos y todavía sobraba, esa es la confianza que todos deberíamos tener en el Señor, esa es la confianza, no sé Señor, tengo que alimentar a tantos y este poquito de pan no alcanza pero vos sabrás Señor ¿mmm?, que bueno ¿no?.
Y también nos refiere tantas cosas, por ejemplo, cuando le daba el pan a las criaturitas, ¿qué le habrá dado?, un pequeño bollito, pequeño pancito ¿no es cierto?, dice que los niñitos sacaban con la uñita miguita por miguita y la comían, ¿por qué?, tan poco veían el pan y hacía que miguita por miguita les durara más. Digo esto para que vean el otro extremo porque apegarse a las cosas, según qué cosas, hay algunas que nos sobran pero otras son indispensables, por ejemplo: el pan, ese niño se apegaba al pan porque tenía que alimentarse, así de simple ¿no?, dice que con la uñita sacaban miguita por miguita ¿mmm?, la misma Madre Teresa, que como en aquél entonces, ahora también hay montones, miles de personas, mucho más que miles de personas, que no tienen la suficiente agua, por eso no es extraño oírla decir: a veces me bañaba cada tres meses porque el agua la necesitaban las personas para tomar ¿mmm?, y a veces nosotros nos bañamos tres veces al día, ¿qué tanta mugre tenemos que sacar? digo yo, ¿o será mugre interior?, no sé, digo, pienso, se me ocurre, pienso, tal vez quien sabe. Y esa misma Madre Teresa a veces sin que se dieran cuenta los que tenían cerca, guardaba su orín para tomarlo, para no quitarle agua a las personas que estaban allí en esos lugares de la muerte ¿mmm?, que te parece, y pensar que nosotros hacemos una cosita así chiquita y ya creemos que hicimos un mundo de maravillas, ¿seríamos capaces nosotros de hacer eso, hasta de tomar nuestro propio orín no?, para que no le falta, no que no le falta, que tenga algo de agua el otro, ese es el mundo que tenemos que mirar ¿mmm?… (se dio vuelta la cinta)….
Sí, pero merecía un momento de silencio porque paso por mi mente una cosa que no me gustó y pensaba no decirla pero la digo, ayer fue el sepelio de Pavarotti, quien pone en duda el genio maravilloso de este hombre, uno de los más grande del siglo XX ¿verdad?, quien no se alegró con: O sole mío, o todos los temas de él ¿no es cierto?, o aquél tema: te voglio bene assai, ¿se acuerdan?, te quiero…, esas cosas que nos llenaron el alma, que maravilla, saben que dijo, el mensaje del Papa, eso está en los diarios, no estoy mintiendo, porque en la Misa que siguieron en Módena, donde sepultaron a Pavarotti, en un cementerio de Módena, mandó a decir esto: que sí, que era un genio importante, que tenía el don de la música pero había sido un hombre que había trabajado solamente que para él, que había amontonado mucho dinero, que había vivido de una manera que a lo mejor no era la conveniente y otras cosas más, cuando todo el mundo se deshacía en alabanzas a Luciano Pavarotti, él dijo eso, ustedes saben que me dolió y seguramente les duele a ustedes también ¿no es cierto?, díganme, suponiendo que él hubiese vivido muy bien, porque le gustaba hasta cocinar él en los hoteles adonde se alojaba, por eso iba con esa condición que le pusieran una cocina porque le gustaba comer los fideos como lo hacía la mamá, y los hacía él y los comía ¿eh?, ese hombre amontonó mucho dinero porque imagínense a nivel mundial cuántos discos y CD y cassette habrán vendido, millones, es lógico que amontone dinero pero también sabemos que dio mucho a tanta gente ¿verdad?, y suponiendo que no haya dado mucho ¿no creen que toda la alegría que puso en los corazones con los temas que él cantó bien vale la pena para borrar cualquier error que pudo haber cometido?, ¿no creen ustedes? ¿eh?, bueno.
Entonces ahora no solamente pensamos alegrarnos con: o sole mío, o mamma, te voglio bene assai, no solamente nos alegramos sino también nos alegramos que la mitad de su fortuna la dejó para beneficiar a los demás, mientras que nuestro querido, su Santidad Benedicto XVI manda ese mensaje, ¿no le da pena?, yo no digo ni bien ni mal, digo, piénselo si les gusta una cosa de esa.
Mis queridos, hay que tener cuidado en la vida, qué valoramos y que no valoramos, y cómo miraría Jesús estas cosas, cuántos corazones lejos de la madre patria habrán gozado con los cantos de Pavarotti: mama soy tan feliz porque me acuerdo de vos, cuántos corazones habrá alegrado y esa alegría ¿no es alegría del Señor?, ¿por qué nuestra Santidad le mandó ese mensaje tan cruel?, no sé, a mi no me cae bien ¿mmm?, no sé a ustedes, a nadie ¿no es cierto?, bueno tendremos que rezar mucho para que lo que dice convine con lo nuestro ¿no?, sí, bueno muy bien y disfrutemos de sus cantos, ahora él estará cantando en un coro de Ángeles, que maravillas, que cosa preciosa, parecería que lo escuchamos ¿eh?, bueno, muy bien.
Cuando nos ponemos a pensar un poco en el Evangelio de hoy y en las cosas que decimos, en nuestra forma de pensar, de cada uno de ustedes y de la mía porque si vinimos acá por algo debe ser ¿no?, entonces uno se siente contento, ¿por qué?, porque este es el Jesús que nos gusta, el Jesús del Evangelio, el Jesús que nos ama, el Jesús que no nos castiga ¿mmm?, uno de los primeros Mensajes del Señor en el año 95, uno de los primeros Mensajes cuando dijo: Yo continuo acá lo que comencé con Santa Faustina en la década del ’30, pero lo primero que te digo es que le digas al mundo, porque los Mensajes de aquí son para todo el mundo: que Yo no vine para castigar, hace dos mil años cuando vine, vine para decirles a los hombres que todo va a ser hecho nuevo en la Tierra y en el Cielo y que vine para que todo se salve y nada se pierda.
Y el trabajo principal que vino a hacer Jesús es perdonar, ese es el Señor de la Misericordia, el Señor que ya lo vemos en el Evangelio de San Lucas pero a lo largo de los dos mil años siempre se quiso empañar un poco la Misericordia del Señor, ¿por qué?, por una razón muy simple, porque si yo digo: el Señor nos castiga, el Señor nos amenaza, el Señor pone piedras en el camino, vivimos con miedo, miedo de castigo, tenemos cargo de conciencia si hicimos alguna macanita por ahí o macanaza, que se yo, noo, Él está en otra cosa, Yo vine a perdonar, y cuando, usa muy pocas veces Jesús en estos doce años y medio, más de doce años y medio ya, usó tan pocas veces la palabra pecado porque Él dice que pecado, el único es ser tacaño y mezquino en el amor, no hay otra, y si hay otro se desprende de eso ¿mmm?, mientras nos metieron tantas cosas en la cabeza porque aquí hay gente grande entonces hay que sacarse de la cabeza esas cosas: que nos va a castigar, que haremos, el infierno, no, nada de eso.
Yo tengo la obligación de anunciar por pedido de Él, en forma terminante, que Él vino para salvarlos a todos y a todo, sea un simple animalito o sea a un hombre.
Un día en un Mensaje, ya lo dije pero lo repito, los chicos habían sacado un pececito del agua, los chicos no saben lo que hacen a veces ¿no?, y estaba el pez muerto en el suelo, ahora no hay más peces porque se terminaron, entonces cuando vino la noche me dijo: me duele lo de ese pececito, y le digo: Señor, pero ¿cómo te duele el pececito?, y hoy vino tanta gente aquí que yo conté dieciséis casos de cáncer, no sé si dieciséis o veintiséis, ¿y vos me hablás del pececito Señor?, y me dice Él: es lo mismo, yo seguía sin entender, y Él me aclara y me dice: y sí, porque en la muerte de ese animal, así como murió se alteró el orden en la naturaleza, Mi Padre cuando hizo todo lo hizo bien y ese pez tendría que seguir viviendo hasta que muriese por muerte natural y la enfermedad en las personas que están enfermas ¿no?, también es un desorden, por eso dijo: es lo mismo, es desorden, por eso el Señor nos llama a que vivamos muchos años pero para eso tenemos que poner el cuerpo en orden, digámoslo con un ejemplo, si se que cuatro milanesas me pueden caer muy mal ¿eh?, comeré una o media porque yo tengo que amarme un poco ¿no?, porque tengo que pensar que si yo abuso de mi cuerpo voy a abusar de todos mis órganos para el día de mañana o el dí
Oración del 09 de Septiembre de 2007
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