Cuántas palabras se dicen pero, observen los niños como se crían, los jovencitos, alejados de la vida, no los mueve interiormente nada que sea sensible, nada que sea..., nada que conmueva el corazón. Mensaje del 28 de Noviembre de 2007

Habla Artemio:

28 de Noviembre.

Dice la Madre:

Quisiera agregar más cosas sobre los Mensajes que di estos días.

A ver, pónganse a pensar, el hombre tiene que amar a su semejantes porque Dios lo dijo, porque el hombre es en la medida que es para el otro. Ustedes han dicho en estos días: la mirada del otro conmueve mi ser, el otro en mi vida, el otro como una realidad distinta pero no como objeto de conocimiento sino como objeto de amor ¿verdad?.

Cuántas palabras se dicen pero, observen los niños como se crían, los jovencitos, alejados de la vida, no los mueve interiormente nada que sea sensible, nada que sea..., nada que conmueva el corazón. Qué hay por ejemplo, ¿qué sabiduría puede encontrar uno dentro de los colores?, ¿por qué no ponernos a enseñar de la tremenda profundidad del rojo o del anticipo de la sabiduría divina con el amarillo, para no repetir también la palabra hecha de que el verde es el color esperanza?, porque se dice como nada, pero detrás de ese verde intenso hay tanta vida, hay tanto universo metido en ese verde.

No voy a hablar de todos los colores pero ¿no creen que ya sería hora que en las catequesis también se aprendan el mundo de los colores, el mundo de las plantas, de los animales, el mundo de las flores, el mundo de las semillas, el mundo de los frutos?, qué fácil sería enseñar las palabras del Señor cuando hay toda una infraestructura, con toda la apertura por supuesto, de todas estas cosas esenciales, la vida en las plantas, en los animales, la vida en un fruto que madura, en una semilla que está afianzando todo lo de la planta para poder reproducirse después, abrir su pequeña caja y dejar que las semillas vuelen al viento. No creen Mis queridos teólogos, hombres de ciencias, hombres que son tan capaces en las cosas que hacen, ¿no creen que tendrían que empezar una catequesis profunda sobre cómo viven las abejas?. Cómo es posible que en la jalea real por ejemplo de las abejas haya tanta vida porque el pequeño animal alimentado con la miel vive un tiempo pero la abeja reina vive mucho tiempo.

Mis queridos, ¿algún hombre de esos tan capaces se ha puesto a investigar en profundidad el tremendo alimento de las abejas reinas?, cuántas cosas había allí para prolongar la vida, cuántas cosas había allí para curar enfermedades, pero lo que Yo veo Mis queridos es esa tendencia constante a comercializar todo y se pierden cosas esenciales; porque cuando Mi Hijo aquí les dijo a ustedes en los primeros Mensajes sobre la necesidad de morirse de viejos, es decir con muchos años, como una forma de desgaste natural de la vida y justamente, encaminando todo esto que está sucediendo para salvar a la humanidad herida a través de las personas que vienen con sus enfermedades a cuestas.

¿No habría que plantearse, replantearse y volver a ver todo esto?, porque que Yo sepa la Santa Madre Iglesia no prepara a los hombres como corresponde, no, no pueden enseñar el amor a Mi Hijo si ese hombre no puede conmoverse ante la vida que crece dentro de un simple huevillo, no.

¿Hay que empezar de nuevo todo?, y en tantas cosas sí Mis queridos, les doy un ejemplo, que tal vez los científicos aprueben o tal vez no, piensen cuántos siglos se manejaron con esta ciencia que llaman física y cuántas cosas explicaron todo con la física, pero de repente alguien metido dentro de esa evolución creadora aparece con la física cuántica, ¿y?, ¿dónde queda lo otro Mis queridos?, sirve para hacer pie pero ¿no tienen que replantearse todo de nuevo?. ¿Cuándo van a convencerse que diez más diez no es veinte con total seguridad?, no, no, sino fíjense ustedes en la Sagrada Escritura la significación del siete o del cinco, algo han dicho ya los antiguos sobre eso pero habrá que desentrañar todas esas cosas, dije este ejemplo para hacerles ver que la Madre está bastante ilustrada sobre todo ¿no?, porque, bueno, el Espíritu Santo no solamente sopló sobre Mí para que en Mí naciera el Hijo de Dios llamado el Hijo del hombre, sino también para muchas cosas más. Ese es justamente el gran secreto de saberlo todo, conocerlo todo, abarcarlo todo, cuando el ser humano se nutre con el Espíritu Santo; ustedes dirán: pero estarán siempre los especialistas, bueno, que cada uno aporte lo suyo, sin dejar de ver todo el conjunto, porque las especializaciones en todos los órdenes de la ciencia trajo errores muy grandes y dolores terribles también ¿eh?, cuidado, cuidado.

No, no he agotado el tema aquí ni por casualidad, apenas lo he empezado, pero les pido una apertura hacia el mundo de las piedras, de la tierra, de la arena, del agua, de las plantas, de los animales... (se dio vuelta la cinta)..., de las piedras, de la tierra, de la arena, del agua, de todo, de las plantas, de los animales, el macrocosmo y el microcosmo que los hombres han empezado a desarrollar ahora en forma prodigiosa.

¿Qué diría alguien de la Edad Media si le hablaran de la nanotecnología?, claro del otro lado, o mejor dicho para ustedes del otro lado, pero para Mí de este lado, bueno si no se preofundiza se conoce todo ¿no? pero les hago esta comparación para que vean, si no hay una necesidad de poner todo al día.
Vuelvo a repetir: qué pasaría si un hombre con todos los conocimientos de la Edada Media, con ese nivel de conocimientos alcanzados de repente alguien comenzara a hablarle de nanotecnología, es decir todo lo referente al mundo de lo pequeño, bueno si en las ciencias que son no tan abarcativas y tan precarias porque están manejadas por los hombres, entonces cuántos planteamientos habrá que hacerse de nuevo sobre el hombre, con su realidad tan compleja y a la vez tan simple, con su mente tan difícil de abordar y tan necesario de hacerlo.

Mis queridos, entiendan que el Espíritu sopla donde quiere, cuando quiere y como quiere, pónganse en situación de recibirlo, tengan toda la humildad necesaria y la apertura.

Amén.