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Oración del 13 de Junio de 2007

Entonces, el Señor es el que no está esperando en este lugar y su Mamá pero para darnos mucho más que la sanación de un intestino con divertículos o un ano con hemorroides o un juanete con el callo, mucho más que todo eso, mucho más. Mensaje del 13 de Junio de 2007

Habla Artemio:

Como todo lo del Señor empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, Amén.

Como todo miércoles veneramos a San José ¿mmm?, y hoy también es San
Antonio de Padua, bueno empezamos dándole gracias al Señor por todo, por haber llegado a su Casa y le alabamos profundamente con todo nuestro fervor, diciendo: que viva Cristo…. Otra vez: que viva Cristo….

En número 3 decimos, con un profundo recogimiento y tratando de entrar dentro de la dimensión del Señor en este día, porque todo consiste en acercarnos a Él, en entrar dentro de su orbita, el poder estar realmente cerca de Él y más aún, hacer que entre en nuestro corazón, 3 decimos: mirarte solo a ti Señor….

Ahora antes de leer el Evangelio, pensemos un poquito, tenemos que abrir nuestro corazón para escuchar realmente la palabra del Señor, la mayoría de los rostros que veo hoy son personas que vienen por primera vez, entonces entramos del clima de este lugar, estamos pisando un lugar Sagrado, el lugar donde el Señor de la Misericordia y su Mamá hicieron de este lugar su Casa, entonces tenemos que olvidarnos de todo nuestra vida, nuestros problemas, nuestras cosas, así como cuando uno ve que llega alguien a la casa, que es una visita, uno deja de lado todas las otras cosas y atiende a la visita que llegó, deja los problemas para después, deja las inquietudes y si había discusiones o lo que sea deja de lado porque ha llegado una visita.

Ahora, pensemos que si el Señor nos trajo, nos trajo aquí, quiere decir que Él quería que viniéramos, más allá de nuestras intenciones de sanarnos de esto o de lo otro, el Señor quiere que lleguemos hasta su Casa porque Él quiere darnos más que la sanación de cualquier enfermedad que esté circulando por nuestro cuerpo, mucho más que eso, porque de esa manera pensando solamente en la sanación de nuestros problemas, de enfermedad, podemos llegar hasta del médico y el médico nos dice: bueno, tome esto, lo otro y ya está, pero no nos confundamos, esto es otra cosa, estar en una dimensión diferente. Entonces, el Señor es el que no está esperando en este lugar y su Mamá pero para darnos mucho más que la sanación de un intestino con divertículos o un ano con hemorroides o un juanete con el callo, mucho más que todo eso, mucho más. Él quiere que nuestra vida gire ciento ochenta grados, a Él le gusta que estemos sanos, por supuesto, porque él dice siempre que el hombre enfermo es un quejoso que ni se atiende a sí mismo ni atiende a los demás, por supuesto, Él quiere que nos amemos pero lo que el Señor quiere es que tomemos conciencia que Él es nuestro Padre, nuestro amigo, nuestro hermano, porque si solamente pensamos en la enfermedad que tenemos se sana la enfermedad y punto y después todo sigue como está hasta ahora, no, Él quiere sanarnos, sí, pero también sanarnos de otra forma, que Él llama convertirnos, que significa girar, girar mucho, ciento ochenta grados, es decir no una vuelta entera sino media vuelta para decirlo con otras palabras y podamos aceptarlo como Padre, como amigo, como hermano, como compañero, para ponerlo a nuestro lado siempre, Él está, estuvo siempre, pero Él nos quiere de otra forma, quiere ser compañero con nosotros en el sentido que sabemos ya que la palabra compañero significa: el que come el mismo pan, ¿y que pan comemos nosotros?, comemos el pan de la alegría, de la tristeza, de la angustia, del dolor, de la partida de algún familiar que se fue antes y todas esas cosas por el estilo.

Entonces, Él nos está ofreciendo su amistad, Él nos está ofreciendo compartir el mismo pan, todo lo que nos pasa y en la medida que nosotros podamos abrirnos lo suficiente como para darle entrada a nuestro ser allí va a estar nuestro conversión y ahí va a estar el comienzo de una vida distinta. Porque a veces se habrán puesto a pensar que nuestra vida a veces resulta aburrida, siempre haciendo lo mismo, siempre todo igual ¿mmm?, no, Él quiere que cada día se viva como el único día, en el sentido de que cada día tiene que darnos el gusto, el sabor de la vida que nos corre por nuestras venas en nuestro ser. La gente piensa en años, piensa en meses, el Señor piensa en días, no en años ni en meses ¿mmm?, a veces nosotros cumplimos años y estamos ansiosos para cumplir otros o descumplirlos pero el Señor quiere que vivamos días, días ¿mmm?. Por eso Él habla que a cada día le basta su propio afán y mañana, mañana ya el sol saldrá nuevamente y le dirá a todas las cosas que se hagan de nuevo. Nos invita el Señor a saborear el día, a saborear que estamos bien o que nos estamos sanando o que nos hemos sanado, saborear como crecen los hijos, como sonríen, como son felices, como nuestra vida tiene un sentido, tomando conciencia que estamos de paso hacia otra vida ¿mmm? que durará para siempre.

Pero ¿qué ocurre?, a veces nos asaltan tantos miedos y tantas cosas porque tenemos miedo de lo que puede ocurrir cuando cerremos los ojos, pero el Señor dice: no tengan miedo, Yo estoy con ustedes hasta la consumación de los tiempos, no tengan miedo, nunca ¿mmm?.

Entonces, rebobinando y resumiendo, decimos: el Señor nos trajo a su Casa, Él estaba ansioso para que llegáramos, ahora estamos dentro de su Casa y ahora tenemos que ver qué es lo que Él nos ofrece, y por supuesto si es Dios nos ofrece todo lo mejor.

Es hermoso piensen estar en la Casa del Señor, como un anticipo de la Casa Celestial donde vamos a vivir para siempre, es hermoso, por eso, venir a su Casa es tener unas ganas bárbaras de disfrutar el momento, cada instante y por supuesto disfrutar el día como los que llegaron muy temprano y no solamente disfrutar sino vivir intensamente, porque nuestra vida es en la medida en que vivamos intensamente ¿mmm?, no esperando mañana, el mes que viene, el año próximo para cumplir años, no, este día y demos gracias al Señor si podemos cumplir un día y mañana cumpliremos otro día y pasado también, lleno de todas las novedades que tiene un día, eso es lo que quiere el Señor, que se vayan de aquí pero no como vinieron, no, que se lo lleven a Él de amigo, de compañero, de Padre, de hermano.

Entonces estas palabras iniciales que sean una introducción así como cuando uno lo saluda al llegar a una casa cuando va de visita, con la diferencia que uno va de visita a casa de las personas, pero la casa ya no es de uno sino es de los que uno visita, pero aquí ocurre exactamente lo contrario, Él dice: vengan a Mi Casa que es vuestra casa ¿mmm?, vuestra casa.

Y para leer la palabra del Señor de este día pedimos la presencia del Espíritu Santo para que nos de todo lo que necesitamos, diciéndole con 18: ven, ven, ven, Espíritu divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Aquí, ahora, en este lugar vamos a ponernos de pie, si podemos, para leer el Evangelio, por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. El Evangelio de hoy es de San Mateo, capítulo 5, versículo 17 al 19, dice: “no crean que he venido a suprimir la ley o los Profetas. He venido no para deshacer nada, sino para llevarla a la forma perfecta. En verdad les digo, mientras dure el Cielo y la Tierra no pasará una letra o una coma de la ley hasta que todo se realice. Por tanto, el que ignore el último de estos mandamientos y enseña a los demás a hacer lo mismo será el más pequeño en el Reino de los Cielos, en cambio, el que los cumpla y los enseñe será grande en el Reino del Señor” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Vamos a tratar de entender lo que San Mateo nos dice ¿mmm?, como toda la palabra del Señor necesita siempre de una aclaración, de una explicación ¿no es cierto?, porque sino parecería que no se entiende tanto, la ley, los Profetas, y uno dice: ¿y eso a mí qué? ¿eh?, pensemos entonces ¿mmm?. Cuando el Señor habla de la ley se refiere a todo lo que pasó en el Antiguo Testamento, que es todo lo ocurrido hasta la llegada de Jesús, entonces todos aquellos que están registrados en el Antiguo Testamento se llaman Profetas y los Profetas interpretaron su tiempo, porque tenían un tiempo para vivir y dieron normas o ideas o formas de conducta para cómo debían conducirse los hombres, claro, a veces los Profetas eran muy sinceros, demasiado sinceros, tanto que a la mayoría de ellos, que son muchos, se los eliminó, se los mato, excepto dos, todos los demás murieron y murieron con muertes violentas en manos de las mismas personas que a veces escuchaban sus palabras pero que llegado un momento cuando ya no les gustaba las cosas que decían entonces los eliminaban ¿mmm?.

Ahora, todo lo que decían los Profetas está contenido en el Antiguo Testamento y a eso llama el Señor la ley ¿eh?, aquí en el Evangelio de hoy y en todos esos discursos, palabras, cartas y cosas del Antiguo Testamento entre todo está lo de Moisés y dentro de lo de Moisés porque es muy largo, están los diez mandamientos ¿mmm?, los diez mandamientos. Ahora, Jesús dice: Yo no vine a suprimir nada, pero vine a darle un sentido más completo, un sentido perfecto, porque cumplir con la ley, o se lo digo de otra forma, a veces lo pueden escuchar por televisión en el programa de Infinito, hablan de la Torá, la Torá también es la ley en el Antiguo Testamento y otro libro también que contienen las enseñanzas de todos los tiempos, de aquellas épocas ¿no?, bueno.

Jesús no suprime nada, al contrario viene a hacer cumplir la ley, pero ¿mmm?, cuando llega el momento de decir las cosas como son, dice: ustedes aprendieron los mandamientos, pero Yo les doy un mandamiento nuevo, es una de las últimas cosas que dice el Señor antes que lo tomen preso, y ¿cuál es ese mandamiento nuevo?, ¿está dentro de los otros?, de alguna forma al comienzo está pero Jesús es muy claro cuando dice: ”ámense unos a otros como Yo los he amado”, todo puede concretarse, los diez mandamientos dentro de la boca de Jesús con esto: ”ámense unos a otros como Yo los he amado” ¿mmm?.

Piensen, en el Antiguo Testamento ¿había alguien que daba la vida por los demás?, bueno, sí, hubo pero en general se la quitaban a la vida, pero Jesús viene a dar la vida por todos nosotros para pagar todas nuestras deudas de todos los tiempos que había vivido el hombre, hoy y siempre, por eso Jesús muere en la cruz ¿verdad?, pero no tenemos que olvidar nunca que Él dice: “Yo les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado”. Y por ahí van a encontrar en algunos programas, porque hay dos programas en televisión que a veces algunos los miran y que les hablan que no son diez mandamientos, que eran seis, que eran ocho, que alguno se suprimió, que alguno le cambiaron el significado, que alguno le cambiaron la redacción ¿mmm?, pero atengámonos a lo que dice el Señor, les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como Yo los he amado, en eso resume el Señor todo y más aún, los Evangelios, sobre todo el de San Juan ¿mmm?, se puede concretar en eso: ámense unos a otros como Yo los he amado, punto.

Claro, esto no es tan simple ¿mmm?, piensen, dentro de esta Casa y de la Madre y de Jesús hay un montón de personas de lugares de los más extraños y más lejanos y más cercanos también y de repente uno se da cuenta que el que tiene sentado al lado es su hermano, de repente uno se da cuenta que Jesús está en la cruz por mí pero también por el que tengo sentado a mi lado o cinco hileras más atrás o lo que sea ¿mmm?.

Eso es fundamental y es el comienzo de toda nuestra conversión, es decir nuestra manera distinta de empezar a ver las cosas, el amor tiene que ser lo más importante en nuestra vida y nuestra vida en relación con los demás. Como ya en el siglo 5º San Agustín decía: tenés que amar y después hacé lo que quieras porque el que ama no se equivoca nunca, nunca, piensen, una madre ama a su hijo con toda su alma y todo su corazón y no se equivoca, ¿por qué?, porque hay una compensación natural, todo el amor de una madre, de un padre por su hijo, el Señor lo aprovecha de tal forma que incluso si hay algo que no esté bien Él lo
transforma para bien ¿verdad? porque el amor es lo máximo que podemos decir.

No hay nada más grande para relacionarse los seres humanos que el amor y por el amor ¿no es cierto?, nosotros andamos toda la vida mendigando, mendigando, lo necesitamos porque sin él no podemos vivir ¿mmm?, ya pensamos que en el acto en que papá y mamá nos tuvieron, en la relación íntima fue un acto de amor, esperemos, porque a veces para que uno venga, pero de cualquier forma, pensemos que es un acto de amor ¿mmm?, en ese momento tan sublime cuando papá entró en mamá ¿verdad? y los dos fueron y son un solo cuerpo y una sola alma. No hay momento más importante en la vida que esa unión de papá y mamá al tenernos a nosotros y en adelante siempre y antes de nosotros también ¿mmm?, el Señor privilegia, es decir tiene en cuenta especialmente la relación de afecto y por ese afecto que a veces ya no lo tenemos tan bueno porque a lo mejor en nuestra familia papá y mamá se culpaban, se golpeaban, discutían, hacían tantas cosas, bueno a cada uno le fue en la vida de una manera pero nosotros, en este momento, nos damos cuenta que si miramos para atrás, miramos este día y miramos hacia delante ¿qué es lo más importante que nos puede pasar?, que alguien nos ame, también tenemos mucho deseo de dar afecto a los demás, sí, pero nuestra idea fundamental y principal es que nos amen, por eso el ser humano para tener una caricia cuántas veces hasta llega a pagarla para que le den una caricia, aunque el valor que puede tener es tan poco una caricia pagada ¿verdad? pero antes que nada algo es ¿mmm?, algo es.

Por eso yo digo siempre que aquellas personas ubicadas en ciertos lugares que venden sus caricias yo no pienso que son malas personas ni mucho menos, porque así lo ve el Señor, en todo caso son samaritanas del amor ¿verdad?, porque muchos tal vez vivan sosteniéndose de ese pequeño, frágil y casi no sé, nada, que es una caricia pagada, pero al fin y al cabo es, mientras que quien no la tiene tal vez la añora. Esto nos indica hasta qué punto si miramos las cosas desde el ángulo que las mira Jesús no podemos juzgar a nadie ni pensar mal de nadie porque como decíamos recién: en la vida nos va de una manera ¿verdad?, y nosotros si no tenemos el afecto que nos sustenta y nos alienta a seguir adelante morimos por dentro, hay que tener cuidado, porque lo dice también la ciencia.
Todo ser humano que no tiene la sufriente cantidad de afecto empieza a morirse por dentro, entonces muchas veces nos encontramos con muchas personas que son como muertos sin sepultura, es decir personas que ya están en el mundo como digamos, si fueran lo último porque están muertos por falta de amor, eso es una ley natural que no tenemos que olvidar nunca porque va en contra, en desmedro, en contra de nuestra propia naturaleza, el Señor humano ha sido engendrado con amor por amor y los sustenta siempre el amor y de parte del Señor también el sustento es amor porque cuando Él envía en nosotros el Espíritu Santo para que hable, nos aconseje y nos guíe, el Espíritu Santo ¿qué es?, el amor entre el Padre y el Hijo, que está siempre a nuestra disposición para darnos todo aquello que nosotros necesitemos para vivir realmente como seres humanos.

Por eso, todo eso que les estoy diciendo es para aclararles lo que dice Jesús: Yo no vine a suprimir la ley, sino que vine a enriquecerla, si antes se cumplían las cosas por obligación, en adelante después de Jesús todo se cumple por amor ¿mmm?, por amor, ya no hay nada que se haga por obligación, ¿a quién le gusta que lo amen por obligación, o lo respeten por obligación?, a nadie ¿mmm?, eso lo puede hacer cualquiera ¿eh?.

Entonces pensemos: Yo no vine a suprimir la ley sino a enriquecerla ¿mmm?, por eso, si te dijeron: devolvele a tu enemigo lo que te dio, yo te digo dirá Jesús: devolvele bien por mal, a aquél que te pide diez dale cincuenta y aquél que te pide el saco dale también la camisa, ustedes dirán: pero no es cuestión de quedarse desvestido por ahí, es una forma de decir, que siempre tiene que haber una forma de compensar con los dictados de nuestros afectos la vida de los demás y en consecuencia, nuestra propia vida, pero siempre decimos: cuando hablan los grandes los pequeños deben callar, porque son grandes, así de simple, y uno supone y supone bien que todas las palabras que se dicen dentro de la Casa del Señor por Él son inspiradas y cada pensamiento que pasa por nuestra mente Él lo está sustentando, por eso agudicemos nuestros oídos, quedemos como petrificados, es decir hecho como una piedra de inmóvil y de silencioso porque el Señor seguramente si estamos en condiciones nos va a decir alguna cosa y el Señor nunca se niega a hablar cuando nosotros se lo pedimos, cuando Él ve que hay en nosotros una intención magnífica para dejar que entre en nuestra vida.

Dice Jesús:

Aquí estoy con ustedes desde siempre y para siempre, aquél que creyó que hoy venía a este lugar, tal vez por muchos motivos, buscando solución a sus problemas, tal vez pensando que visitaban a un curandero, tal vez pensando: y bueno, vamos a ver que pasa, la curiosidad siempre es importante cuando no se exagera pero Yo Mis queridos, los he traído a este lugar porque quiero que tengan vida y la tengan para siempre.

Algo tienen que entender desde el comienzo, ¿y qué es?, que Yo estoy disponible para que vuestra existencia a partir de este día ya nada sea igual, ¿por qué?, ya no vamos a tener pequeños grandes problemas, ya no tenemos que cuidarnos si cruzamos la calle, no Mis queridos, las pequeñas cosas tienen que resolverlas ustedes por eso Mi Papá los creó libres y eso lo dije en estos días en los Mensajes pero ya lo dije en el año ’95 cuando venía las primeras veces que más que hacer las cosas las hago hacerse.

Por eso Mis queridos, si ustedes tomaron un resfrío, si ustedes están engripados, si ustedes se dislocaron el pie o se golpearon con una rama porque era de noche y no la vieron son problemas que ustedes tienen que resolver porque son las pequeñas cosas de la vida, no crean que Yo estoy para resolver las cosas que ustedes pueden resolver por sí mismos, porque si Yo hiciera eso estaría ofendiéndolos, si Yo les di inteligencia para que pensaran, voluntad para que decidieran, amor para transformar todo, cómo les voy a estar solucionando esas cosas que ustedes solitos pueden hacer, se sentirían ofendidos y por otra parte, es muy cómodo esperar que el Señor nos de hasta las pequeñas cosas, noo, así no.

Todo aquello que puedas hacer por vos mismo Yo no intervengo, sí puedo intervenir para que toda tu vida esté dentro del Señor, pero las cosas que vos podes hacer porque tenés entendimiento, discernimiento, porque si podes armar ciertas cosas por qué no pensar que también podes armar tu vida, dije armar no desarmar.

Entonces, ¿cuál sería la posición que hay que tomar delante de la Divinidad, delante de Dios?, ¿cuál es la posición?, decir simplemente: aquí estoy Señor, este soy yo Señor, mirá que débil que soy Señor, cualquier brisa, cualquier pequeño viento me tumba, cualquier disgusto me hace trastabillar, cualquier tontería altera mi ánimo, entonces Yo estoy siempre dispuesto para llegar a tu vida y decir: desde este momento si vos me lo pedís vas a tener fuerza, vas a poder vencer las dificultades, que es muy distinto que si Yo las venciera a las dificultades, porque cuando uno lucha para conseguir vencer, se saborean las cosas de otra forma y además estás ejercitando, estás ejercitando la inteligencia que te regalé y la voluntad libre para decidir, Yo nunca te voy a obligar a nada Mi querido, nunca te voy a obligar, porque si hay algo que respeto es tu libertad, si hay algo que Yo amo como amás vos es tu libertad de hacer y deshacer, por eso podés amarme o escupirme en la cara, podés amarme o golpearme.

Mi querido, Yo soy la resurrección y la vida, quien come Mi cuerpo en la sagrada forma tiene vida para siempre, quien escucha Mi palabra no se pierde en los caminos del mundo, quien pone todo Mis pies Yo les aseguro que es quemado por Mi amor porque Mi Misericordia está ansiosa de quemar todas aquellas cosas que les atormenta el alma y no los deja vivir en paz, Yo estoy ansioso de que me regalen todo a Mí, porque esa es Mi misión, amarlos Mis queridos y al amarnos ¿eh? hacer todo lo vuestro sea más fácil pero no me pidan que los reemplace en el esfuerzo que tienen que hacer ustedes, en todo caso digan: ayudame Señor en el esfuerzo, dame vida y salud para poder resistir porque necesito estar sano Señor, díganmelo, díganmelo, necesito criar a mis hijos, darles el amor que ellos precisan para criarse bien y normales, díganme todas esas cosas, entonces van a ver que si bien ustedes van a seguir conservando vuestra libertad pero Yo les tomaré de la mano y los llevaré por el mundo y ya sé que les cruza por la mente: ¿y qué me va a pedir el Señor a cambio?, ¿qué le regale la vocación de mi hijo, que pague las cosas que debo, morales y de las otras también?, no Mis queridos, nunca piensen, porque todo aquello que sale de Mí es amor gratuito, gratuito y siempre es a cambio de nada, a cambio de nada.

Ustedes dirán: pero ¿cómo alguien me da algo sin recibir?, y sí, ese es el amor auténtico, el dar sin esperar, el ofrecer sin que me ofrezcan nada, el perdonar aunque me estén clavando una espada en el corazón, el perdonar más allá de todo perdón las ofensas que nos hacen, el dolor que nos causan, ¿acaso no les di el ejemplo a lo largo de toda Mi vida y sobre todo en el camino del calvario y en la cruz?, ¿me quejé alguna vez?, no, en realidad no fueron quejas sino fueron conversaciones que tenía con Mi Papá como queriendo decir, no se olviden que Yo era mitad humano y mitad divino, pero esa parte humana que tenía y que tengo ¿mmm?, es como si le dijera al Padre, en esa exclamación: dame fuerzas porque quiero consumar esto que Yo elegí, porque Yo elegí la cruz, Mi Padre me envió para eso, para que Yo eligiera la cruz, y ¿por qué?, ¿para qué?, por ustedes, para pagar todas las deudas.

Quiere decir entonces, ustedes se preguntarán, que todos aquellos cargos de conciencia, aquellas culpas que tengo almacenadas en Mi alma, aquellas cosas que todavía no pude resolver ¿vos pagaste por ello Señor? dirán ustedes, sí Mis queridos, Yo pagué por todos, por eso saquen de vuestro corazón todo resentimiento, todo odio, toda venganza, todo lo que no es bueno sáquenlo… (se dio vuelta la cinta) …, enfermedad, ¿y qué les estoy diciendo Mis queridos?, estoy hablando de toda tu vida, de todas tus cosas, de todas tus necesidades, todas tus necesidades ¿o acaso no has leído en los libros Sagrados que Yo al llegar a cualquier lugar decía: dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, ¿dónde están?, y ahora les digo lo mismo, pero entiéndanlo bien, no solamente los males del cuerpo sino también los del alma porque si no se sanan los males del alma no es fácil, no es fácil sanar el cuerpo.

Yo los amo profundamente y quiero para ustedes todo lo mejor, ábranme vuestro corazón, ábranmelo, quiero llegar, quiero estar en ustedes, no dejen que pase este día, si hasta ahora tal vez estuvieron un poco aburridos o pensando en otra cosa, no dejes pasar más tiempo, abrí tu corazón, no sea cosa que después tengas que decir esta noche cuando te vayas a dormir: tarde te amé Señor y cuánto que perdí, yo que busqué el amor siempre y tenía todo el amor al alcance de mi mano y no lo tenía en cuenta, estaba en medio del río caudaloso y me moría de sed. Dejame que te ame, hoy y siempre, dejame que te sane, no pienses más en tus dolores, yo ya lo conozco todo, lo se todo, solamente quiero que me lo ofrezcas a Mí, ofrecemelo a Mí.

Habla Artemio.

Sí, Jesús, todo lo que tenemos, lo que somos, lo que vivimos te lo ofrecemos Señor porque aunque sea pequeñito pero también nosotros te amamos Señor, te amamos Señor, claro que sí, te sentimos tan cerquita Señor, estás tan junto a nosotros, estás tan pegado a nosotros que no tenemos otra cosa que decir: tan cerca de mí….

Ahora nos pasamos a 13 y decimos: los que esperan, los que esperan en Jesús….

Ahora lo vemos al Señor pasar, ya pasó la Madre, la Virgen entre todos bendiciéndolos y hoy como estaban tan atentos la Madre no tuvo que demorarse, porque a veces cuando están en otra cosa se demora un momento antes de darle la bendición y muy simple sino la recibiría pero hoy sí. Y ahora lo vemos pasar al Señor, al Maestro de Galilea, pongamos todo nuestro esfuerzo para presentarle todo lo que nos pasa, Él nos dijo que Él ve todo, pongámoselo a sus pies para que Él pase sanando: el Maestro de Galilea va pasando ya….

Sí Señor, estamos ansiosos porque el Espíritu Santo ha entrado en nosotros para quedarse, aceptémoslo y pensemos que nos dirá todo lo que necesitamos para sanarnos, para estar felices y contentos, para superar todas las cosas de nuestra vida que no están bien, piensen Mis queridos, el Señor los trajo, no se van a ir como vinieron, confíen, Él todo lo puede.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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