Existe una ley de la compensación que se da naturalmente, que no es castigo del Señor, sino que cada uno va a cosechar lo que siembra, la verdad que nosotros aquí en este país sembramos tantas cosas malas. Oración del 01 de Abril de 2007
Habla Artemio:
Como todo empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
Amén, y como una forma de alabanza al Señor vamos a comenzar, porque sé que algunas personas quieren dar testimonio de lo que viven, de lo que pasan y tienen necesidad de hacerlo, entonces les pediría yo que pasen ¿mmm?, bueno… (se escucha el testimonio de un hombre) …, bueno, había alguien más que iba a decir… (una señora da otro testimonio) …, … (otra señora da testimonio) …, … (otra señora da testimonio) … .
Bueno, empezamos entonces, vamos a alabar al Señor, les rogaría que se instalen en un lugar y no se muevan ¿eh?, porque nos distraemos ¿eh?, estamos en la Casa de la Madre y de Jesús, por favor movimientos no ¿eh?, las cosas muy serias, estamos en un lugar Sagrado y por favor hagan las cosas bien ¿mmm?, porque sino después nos alteramos un poquito y ya se pierde la gracia que debería haber, atención en todo lo que hagamos, se los digo porque la Madre lo dijo, no porque a mí se me ocurra ¿eh?, no.
Bueno, vamos a decirle entonces al Señor: alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor....
Antes de leer el Evangelio vamos a pedir que venga a nosotros el Espíritu Santo para que nos de comprensión, nos de atención, nos haga tomar realmente la palabra del Señor como debe ser tomada y en todo esto tengamos presente un Mensaje que dio el Señor días atrás, que todos tenían que tomar conciencia de algo y esto es así, la sanación se produce en nosotros cuando empezamos la reunión y más aún, cuando entramos en la puertita de calle, allí empieza todo nuestro proceso de entrar en la gracia del Señor ¿mmm?, aquellos que vienen porque yo voy a ser esto, yo voy a hacer lo otro, o contar esta cosita o la otra olvídense un poco, o mucho o todo, porque estamos desvirtuando la cuestión, Dios lo hace todo por intercesión de su Madre, aquí no hay personas que valgan en cuanto a hacer las cosas, todo lo hace el Señor. Yo sé que algunos a veces tienen ganas de descargar sus problemas y cosas pero piensen que tampoco yo puedo escuchar a quinientas personas por una razón elemental, que no se puede por una cuestión de tiempo y también por una cuestión de salud, entonces tengamos presente esto, que nuestro proceso de sanación ¿mmm?, que quede bien claro, empieza ni bien entramos en este lugar que es propiedad de la Madre y de su Hijo, porque ellos han acampado aquí, estamos pisando suelo Sagrado ¿verdad?, y me lo han demostrado, que muchos lo creen así porque cuando yo no estuve en estos días o a veces estaba y a veces no, la gente venía a orar al Señor y a su Madre, no importaba el resto ¿mmm?, bien.
Entonces, incluso el Señor dio algunas directivas, teniendo en cuenta lo siguiente, a veces cuando yo explico el Evangelio o hago las cosas que hago y digo, todo eso forma parte de nuestra sanación, no necesariamente esa ceremonia final donde uno da la bendición, a veces les digo más, me da hasta un poco de calor dar la bendición cuando he visto, como lo hace siempre la Madre, la Virgen, pasar por cada uno bendiciéndolos y me quedo así como a mitad de camino porque yo dije: que voy a dar la bendición si ya la ha dado la Madre.
Entonces, venimos acá, pero no hay ninguna palabra que esté fuera de nuestros objetivos, es decir sanarnos, solucionar nuestros problemas, dar gracias al Señor y todas las cosas que aquí pasan ¿verdad?, entonces no nos equivoquemos, pensemos realmente cómo el Señor viene a nosotros a través del Evangelio, a través de cada una de las palabras que se digan y además, todos formamos parte del Cuerpo Místico de Cristo, el hecho de que tengamos sentado al lado a alguien que también esté pensando en nuestra sanación, eso es tremendamente importante ¿mmm?, entonces el Señor recalco cada una de las palabras que se dice: en Mi Casa y en la Casa de Mi Mamá ¿eh?, todas, todas apuntan a la sanación de las personas.
Por eso, vengan ustedes aquí, esté o no esté yo o toda la gente que colabora conmigo, la cuestión es igual, no confundamos y a veces hasta uno está tentado de dar una bendición general para terminar la ceremonia porque después que la Madre ha pasado dando la bendición a todos, sinceramente a mí me da calor porque es: cómo voy a bendecir yo de nuevo lo que ha tocado la Madre ¿eh?.
Aquí hay una cuestión fundamental, nos entregamos al Señor con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro fervor, ¿el resto?, el resto puede estar o no, pero lo fundamental es eso, nuestra entrega al Señor, no nos confundamos ¿eh?, no le demos a las personas más valor del que tienen ¿mmm?, además se llevan aquí agua y han visto lo que produce el agua, lo que es el Agua Sagrada de la Madre ¿eh?.
El otro día leyendo unos Evangelios que, ustedes saben que tenemos cuatro Evangelios nosotros: Mateos, Marcos, Lucas y Juan, se han seleccionado esos de todos los otros que se llaman Evangelios Apócrifos, que no quiere decir que sean falsos, quiere decir que son oscuros, que tal vez no se entienden muy bien pero malos no ¿mmm?, y en uno de ellos leyendo, se ve que la Madre me guió ¿no?, habla que los cristianos de los primeros tiempos confiaban ¿no?, confiaban en que la saliva de la Virgen sanaba a las personas, entonces esto no hace mucho que me enteré y yo pensando dije: pero que maravilla, justamente cuando la Virgen dijo: el agua que sale de los grifos de este lugar donde Yo estoy viviendo, aunque esté en otros lugares también ¿no?, es Sagrada, y en consecuencia, todo lo puede si es tomada con fe, me di cuenta hasta qué punto tenía cierta analogía o parecido con aquello de los primeros cristianos, que creían que la saliva de la Madre era la que producía muchos milagros ¿mmm?. Bueno, entonces tienen la gracia del Señor, la gracia de la Madre, la bendición de la Madre, el Agua Sagrada para llevar a su casa que ustedes han visto las experiencias que han tenido con eso y hay otras experiencias que por ser tan largas no se cuentan y que me las cuentan a mí, pero hay por centenares de milagros y gracias todos los días.
Entonces, no personalicemos, no me ubiquen a mí como algo así que tienen que dar la bendición, que tienen que decirme hasta las veces que fueron al baño, no, no, porque eso está demás, el Señor lo hace absolutamente todo, uno dirige un poquito la concurrencia nada más, no confundamos, el Señor fue muy claro en todas esas cosas ¿mmm?, y además el Señor se acordó, fíjense que Él está en todo ¿no?, porque dijo: hay gente que viene de lejos y esa gente no se puede ir sin antes tomar algo o jugo o café o mate o te y comer alguna cosa ¿eh?, Él está realmente en todo, como un dueño de casa ¿verdad?, que piensa en sus hijos, si Él piensa hasta en que ustedes se vayan de aquí con un poquito de café en el estómago para que el viaje sea más leve ¿verdad?, ¿no va a tener en cuenta hasta las más mínimas cosas que ustedes pueden tener en vuestro cuerpo, en vuestra alma, en vuestra familia y en todo?, ¿mmm?.
Así que, tengamos en claro estas cosas porque sino vamos a confundir, incluso usamos, usan a veces mi nombre para decir que pasó esto, lo otro, aquí hay alguien solamente que sana y es Jesús, por intercesión de su Madre, aquí no hay otra cosa ¿eh?, y la bendición realmente que yo considero valiosísima y total es la bendición que da la Virgen a cada uno, ya les digo, yo también lo hago porque como muchos no la ven, otros sí, entonces tengo que hacerlo, pero no confundamos ¿eh?, no confundamos porque nuestro fervor debe ser cada día más grande por el Señor y si no lo amamos lo suficiente por lo menos dejémoslo entrar a Él en nuestro corazón que Él nos quiere amar con toda su fuerza y con todo su poder.
Diariamente los milagros que suceden son grandiosos, se da algún testimonio nada más, pero son grandiosos todos los milagros y gracias que ocurren, no solamente de la salud sino de la unión de la familia y otra cosa que Jesús considera un milagro porque lo es, es la conversión, es la conversión, es decir no creer en Dios y de repente empezar a creer eso se llama conversión ¿eh?, el tenerlo a Dios como cualquier cosa sin tener relaciones con Él y empezar de repente a creer, eso se llama conversión y el Señor lo considera tanto eso un milagro como sanarse de un cáncer, o como sanarse de la soriasis o un dolor de garganta.
Así que entendámonos bien, ubiquémonos, no sea cosa que nos perdamos lo esencial y además cuando nos vamos de aquí pensemos: el Señor viene con nosotros, aunque aquí tiene su Casa pero Él nos acompaña.
Entonces le decimos al Espíritu Santo: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí….
Para leer el Evangelio nos ponemos de pie, domingo 01 de Abril, Domingo de Ramos, además la Iglesia conmemora hoy Santos Teodora y Hugo, el Evangelio es de Lucas 22, 14-71; 23, 1-56, por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro: “llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con sus Apóstoles, les dijo: en verdad, he deseado muchísimo comer esta Pascua con ustedes antes de padecer, porque les aseguro ya no la volveré a celebrar hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios. Jesús recibió una copa, dio gracias y les dijo: tómenla y repártanla entre ustedes. Porque les aseguro que Yo no volveré a beber del jugo de la uva hasta que llegue el Reino de Dios. Después tomó el pan y dando gracias, lo partió y se los dio diciendo: esto es Mi Cuerpo, el que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria Mía.
Después de la cena hizo lo mismo con la copa: esta copa es la Alianza Nueva
sellada con Mi sangre, que va a ser derramada por ustedes. Sin embargo sepan, que la mano del que me traiciona está sobre la mesa al lado Mío. El Hijo del hombre se va por el camino trazado desde antes, pero pobre de aquél hombre que lo entrega. Entonces empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos iba a ser tal cosa”. Esta es palabra del Señor.
Este Evangelio que hemos escuchado esta mañana, en las Misas, en todos lados ¿mmm? y que ahora lo escuchamos ¿eh? se refiere a la institución de la Eucaristía, donde el Señor nos deja para siempre su Cuerpo y su Sangre, es decir, cada vez que nosotros vamos a comulgar, o directamente primero vamos a Misa ¿mmm? estamos asistiendo al mismo sacrificio del que estuvimos hablando recién, a la misma escena de partir el pan y el vino. Tengamos en cuenta entonces, cada vez que nos acercamos a comulgar Jesús entra en nosotros como Dios y como hombre a través de la Sagrada Hostia, no olvidemos nunca esto y hermoso es también comulgar bajo las dos especies, es decir de pan y de vino, pero no está muy arraigada esa costumbre, en otros países sí, pero aquí no, en algunos lugares sí, el Señor está siempre con nosotros, siempre, siempre está y cuando no vamos a Misa o no comulgamos pero podemos acercarnos a la Iglesia, ir a aquél lugarcito donde hay una lamparita encendida, eso nos está indicando que ahí cerca está el Sagrario donde se guarda el cuerpo de nuestro Señor ¿eh?, que hermosa es la costumbre de pasar algún momento o más delante del Sagrario para cada uno de nosotros. Cuando nosotros tenemos problemas siempre vamos a consultar a alguien, lo ideal sería que fuéramos delante del Sagrario y le dijéramos al Señor: mirá me pasa esto, o estoy enfermo de esto, o de lo otro ¿eh?.
Tengamos presente estas cosas, acerquémonos a comulgar y acerquémonos también en cualquier momento al Sagrario que está en cualquier Iglesia y para guiarse tienen la lucecita roja que les está indicando que ahí cerca está el Señor ¿mmm?, está en todos lados pero ahí especialmente.
Podríamos hablar mucho sobre esto, pero quiero decirles algunas cosas que dijo el Señor para esta Semana Santa, es una costumbre muy linda y además agrada al Señor que nosotros recorramos todas las estaciones del Vía Crucis, y a propósito de eso la Madre, la Virgen María, dio un Mensaje, hace unos días, creo que el martes…(se dio vuelta la cinta)…, dice por ejemplo: me parece muy bien que recorran las estaciones del Vía Crucis rememorando todas las penas, los dolores, las cosas terribles que pasó Mi Hijo pero tienen que tener en cuenta dice ella, que esto pasó hace dos mil años, Mi Hijo resucitó y está Triunfante, y entonces ahora haciendo el Vía Crucis ¿qué es lo que pensamos?, bueno, pensamos en todos aquellos para los cuales Jesús vino al mundo, es decir todos aquellos que menos tienen, menos pueden, menos, menos, menos todo y la Madre dice así con toda claridad: un Vía Crucis donde se piensen solamente en las penas y los dolores de Mi Hijo tiene valor, por supuesto y mucho, pero tienen que pensar en todos los condenados de la Tierra, que son millones, tienen que pensar en aquellos tatarabuelos, abuelos y padres, hijos, nietos y bisnietos que nacieron programados esperando una vida que nunca les llega, ni les llegó ni les llega.
Entonces, la Madre fue repasando cosas tremendas como la guerra del Sur dijo, o todo el tiempo del proceso donde hubo muertos de ambos bandos y siguió repasando todos los problemas que tiene América Latina y América del Norte y África y el Asia y la India y en todos lados, es decir nosotros tenemos que ver en ese Cristo que está todo ensangrentado, dolorido, estropeado por los golpes, tenemos que pensar en todos los condenados de la Tierra ¿eh?, todo tipo de condenados porque algunos están condenados al hambre, otros están condenados a no poder decir lo que piensan porque alguien cae sobre él y le destruye o casi ¿mmm?, todos aquellos que sufren ¿verdad? tienen que ser recordados recorriendo el camino de la Pasión de Mi Hijo, más aún dice la Madre, tienen que pensar que la resurrección de Jesús es tan maravillosa porque San Pablo dice: que si Él no hubiera resucitado vana sería nuestra fe, pero que cada uno tiene en su conciencia el deber de hacer que todos los condenados de la Tierra también tengan su resurrección ¿mmm?, dice la Madre: si no lo pensamos así se nos escapa la Semana Santa, se nos escapa el Viernes Santo, se nos escapa también la Resurrección, porque mientras haya hermanos nuestros que están padeciendo en algún lugar, ese sufrimiento y ese padecimiento nos compromete a nosotros, a cada uno de nosotros, nosotros no podemos vivir con una felicidad total y completa y todo perfecto porque todo está dentro de los límites de nuestra casa, la Madre dice: ¿son cristianos ustedes o no?, porque si no se acuerdan de todos los condenados de la Tierra en esta Semana Santa y todo el año por supuesto ¿no?, pero ustedes están fuera de lo que es el sentimiento cristiano y la acción cristiana y muchas cosas más ¿mmm?; ustedes dirán: no, no puedo irme al África para hacer no sé qué, pero sí podés poner tu corazón sintiendo los padecimientos de aquellos que no tienen qué comer, que a ellos no les llegó la palabra de amor del Señor, de todos aquellos que son los condenados de la Tierra porque tal vez el vecino que vive cerca de nosotros o a tres cuadras o a mil kilómetros ¿vedad?, está esperando la resurrección a una vida diferente, a una vida distinta y no tenemos que darnos descanso hasta no hacer algo, un montón o muchísimo por todos aquellos por los cuales vino Jesús.
Qué fácil es recorrer el camino de la cruz, derramar alguna lagrimita así como decir: cuánto sufriste Jesús, pero pará un poco, el minero boliviano o el negro en Mozambique que es perseguido y matado o bien los norteamericanos con todas sus cosas de la guerra en Irak, o bien el vecino que vive solo a dos cuadras de nuestra casa y no tiene remedios para poder curar su enfermedad o cualquier enfermo que esté en un Hospital o en un Sanatorio o donde sea ¿eh?.
¿Ven?, entonces, uno es cuando es para los otros, ámense unos a otros como Yo los he amado ¿eh?, entonces, qué fácil es hacer el camino de la cruz así: sí Señor, yo siento mucha pena por tus heridas, claro que las sentimos, vaya que la sentimos pero al mismo tiempo estar recordando a todos los condenados de la Tierra, son tantos, pero tantos, porque ustedes saben muy bien que el sol no sale para todos en el mundo, sale para un cinco por ciento de las personas, para el resto no sale ¿eh?, aquél que vivió una vida miserable siempre, sin alternativas su tatarabuelo, su abuelo, su padre, su hijo, su nieto, bisnieto y todos como programados ¿verdad?, esos son los condenados de la Tierra, entonces para ellos sigue la pasión pero nunca la resurrección a una vida diferente ¿mmm?.
Entonces, las palabras de la Madre estaban cargadas de tristeza, ustedes dirán: ¿por qué?, y sí dice ella, por ejemplo han visto un film donde muchos se desmayaban y otros salían afuera porque no aguantaban ver todas las torturas que sufría Jesús y tal vez esas mismas personas tengan a pocas cuadras de su casa a algún anciano que se está muriendo porque no tiene medicamentos o está padeciendo de una soledad total porque ninguno se acerca a hacerle compañía ¿mmm?, o bien por ejemplo pensar simplemente en todos los que murieron hoy, que mañana los ofrezcamos, en la guerra del Sur, dice el Sur la Madre no dice otra cosa ¿mmm?, todos aquellos chicos de dieciocho años que quedaron con la boca abierta y los ojos más abiertos todavía, hay necesidad de justicia para ellos.
Existe una ley de la compensación que se da naturalmente, que no es castigo del Señor, sino que cada uno va a cosechar lo que siembra, la verdad que nosotros aquí en este país sembramos tantas cosas malas, también la Virgen se acordó de Monseñor Angeleli por ejemplo o de Monseñor Sueldo en Santiago del Estero y en la Rioja, Angeleli, y dijo: pero ¿cómo, sus hermanos demoraron treinta años en reconocer que murió asesinado?, ¿no lo sabían antes?, ¿tuvo que pasar treinta años, toda una vida para reconocerlo? ¿eh?, los condenados de la Tierra, ¿y cuál era el gran pecado de Monseñor Angeleli?, ¿cuál era?, como él decía: tener puesto un oído en el Evangelio y un oído en el pueblo ¿verdad?, pero como ese cinco por ciento de la población para quien sale el sol solamente ¿verdad?, no tolera que los de abajo puedan surgir, nunca, los de abajo por su pobreza, por su condición social, por todo lo que les pasa y también los de abajo que luchan por sus ideas, por darle al mundo claridad en los conceptos y en la forma de pensar también son los de abajo porque no se les puede escuchar su palabra, porque no se los deja hablar ¿mmm?.
Entonces, es inútil nuestra Semana Santa si no hacemos causa común con los condenados de la Tierra, la resurrección de Nuestro Señor va a tener un gusto muy amargo si ni siquiera pasaron por nuestra mente todos aquellos que esperaron, esperan y esperarán una redención y una liberación que no les llega de ninguna parte, no nos confundamos, si creemos que nuestra vida termina en los límites del hogar y que todo está bien cuando nuestra familia todo está en orden y los demás nada entonces nosotros no sé que somos, bueno no sé, cualquier cosa pero cristianos no, no, porque Él dijo claramente: “les doy este mandamiento que se amen unos a otros como Yo los amé” ¿mmm?.
Ustedes dirán: pero ¿qué tiene que ver todo esto con nuestras enfermedades y nuestros problemas?, y hay que pensar mis queridos en una cosa, a veces, no digo siempre, la mala conciencia hace mal a la salud ¿mmm?, es decir cuando no hacemos las cosas bien, sí, no porque el Señor nos castigue sino va a haber una compensación, a veces esas compensaciones son injusticias tremendas también, ya lo sé, por decir ciertas cosas pero hay que hacerlo ¿mmm?, el amor es algo así tremendo, se ama o no se ama y si no se ama dejémonos de joder, pero si amamos tenemos que involucrarnos con el que sufre, con aquél otro pobre que no tiene, que no puede, que…, ya sé, te van a engañar, te van a decir tantas cosas, y bueno ya lo sabemos, ¿no lo hicieron con Jesús? ¿mmm?.
Entonces, que esta Semana Santa no sea una semana más, que sea una semana llena en nuestra vida junto a la imagen del Jesús sufriente, muerto y resucitado, la imagen de todos los condenados de la Tierra ¿mmm?, ¿o ustedes son indiferentes a todos los que mueren en Irak en estos días?, ¿o ustedes son indiferentes que en estos primeros días de Abril es muy posible que Estados Unidos invada Irán dejando la muerte y la destrucción?, tal vez si rezamos mucho no ocurre pero está a un paso de eso; ustedes dirán: me estoy adelantando, y bueno sí, me estoy adelantando ¿eh?, esos son los condenados de la Tierra, o como cuando uno visita lugares del Norte y no tan en el Norte hay padres que te dicen: y tuve que tener dieciocho hijos porque pude criar tres nomás, tuvimos doce hijos pero criamos dos, ¿por qué?, por la diarrea, por las distintas enfermedades, por no tener un medicamento, por no tener comida, por no tener, por no tener, por no tener ¿eh?, ¿y?, ¿eso no nos mueve?, ¿eso no nos hace sufrir viendo la pasión de toda esa gente?.
Pues bien, sigamos el curso de las estaciones del Vía Crucis, esperemos el Viernes Santos la muerte del Señor pero esperemos con más alegría la resurrección, pero el Señor ya resucitó, está triunfante entre nosotros, nuestro gran problema está en pensar en los condenados de la Tierra que están esperando una liberación que no les llega de ninguna parte ¿mmm?.
El otro día pensaba y se los dije también a algunos, por ejemplo a nivel nación tanto que pedimos, yo pienso que también hay pecados a nivel nación ¿no? por ejemplo la Argentina no puede liberarse tan fácilmente y uno hace sacrificios y ayunos para pagar un poco la injusticia tremenda que tuvimos los argentinos cuando hicimos la guerra de la Triple Alianza por ejemplo unidos al Uruguay y al Brasil, le quitamos tierra, le matamos todos los hombres, Paraguay era un lugar donde no había ni lingeras, ni analfabetos, había fábricas, había de todo y nosotros en la misma casa de Gobierno, allí comenzó la deuda externa, la plata que nos dieron para hacer el puerto de Buenos Aires se usó para matar a los paraguayos ¿verdad?, nosotros le quitamos muchas tierras, Uruguay nada, el socio menor no sacó nada pero Brasil se llevó esclavos, todos los que habían quedado se los llevó como esclavos además de quitarles tierras también, nunca más pudo recuperarse Paraguay. ¿Alguno alguna vez pensó en hacer por lo menos un día de ayuno para pagar las tremendas injusticias de haber destruido una nación por orden de nuestro mismo presidente, que en ese momento era Mitre?, ¿se pusieron a pensar en esos condenados?, por nosotros, porque a nosotros se nos ocurrió, vos dirás: sí, eran otros, yo no tengo la culpa, sí pero nosotros somos argentinos y los argentinos los destruyeron, por eso cuando vienen paraguayos aquí lo primero que hago es pedirle disculpas, ¿de qué?, de todo lo que le hicimos, así de simple. No podemos mirar la cara del Señor si no reconocemos ciertas cosas; ustedes dirán: sí pero todo esto sigue y sin resolverse porque yo vine por una enfermedad aquí y de eso usted no habló todavía, ¿te parece que no hablé?, ¿te parece que no dije que la total entrega al Señor en todos los órdenes es el principio de nuestra sanación, de la sanación de todos nuestros problemas? ¿mmm?, ahí está nuestro camino.
Por eso, humildemente y delante del Señor, reconociendo todas las cosas que hicieron los demás y que nosotros también somos responsables, te decimos humildemente, Señor en este día yo quiero entregarte mi cuerpo, mi alma, mi espíritu, quiero dártelo todo Señor, hay una necesidad muy grande de que vos pases sanando toda nuestra vida, la vida de nuestros antepasados, familiares y de los otros, pasá sanando Señor, porque tal vez lo que tenemos en nuestro cuerpo nos viene por herencia o bien nos viene por los nueve meses que pasamos en la panza de mamá.
Pasá sanando todo Señor y tomá como una expresión de deseos muy grande esto que nosotros te estamos diciendo, de que queremos participar para que los condenados de la Tierra tengan su resurrección a una vida mejor ¿eh?. Cuántos problemas nuestros se pasarían si dejáramos de pensar en ellos para pensar en el problema de los otros, a veces magnificamos tanto nuestras cosas, las hacemos tan grandes y a lo mejor a nuestro lado hay alguien que está cien veces peor que nosotros, ya sé, a cada uno le duele su propio dolor, eso está clarísimo, pero a Jesús también le duelen todas las cosas que le hicieron, ¿y nosotros qué?, ¿ni siquiera vamos a trabajar para que aquellos por los que Él vino también resuciten con Él el Domingo de Pascua?, al menos tener el corazón puesto en ellos, ¿para qué?, tener el corazón puesto en ellos para que su Misericordia tome nuestra expresión de deseos, tome lo que pasa en nuestro corazón y lo aplique en los más diversos lugares, Él ve lo que pasa en nuestro corazón y lo aplique en los más diversos lugares, Él ve lo que pasa en nosotros y ve si somos generosos o no somos generosos. Ya sé, no podemos partir hacia los cuatro puntos cardinales para remediar el dolor, pero sí podemos en lo más sereno de nuestra noche hacer causa común con todos los condenados de la Tierra, causa común, es decir el dolor de mi hermano es también mi dolor y también la alegría de él es mi propia alegría.
Entonces, yo no puedo vivir una vida así como tantas veces dijimos: tres comidas al día y un amorcito por las noches y pare de contar y mientras las cosas vayan bien todo sigue, nooo, y todo lo demás ¿qué? ¿eh?. Acá dentro por ejemplo todos estamos, tenemos de alguna forma enfermedades o problemas ¿verdad?, pero dicho acá en este ámbito donde todos quieren sanarse ¿verdad?, piensen ustedes que como somos el cuerpo místico del Señor, un grupo grande así, tiene mucha fuerza delante del Señor porque aunque ustedes me digan que a lo mejor no se conocen pero si estamos aquí es porque nos amamos de alguna manera, poquito o mucho, pero nos amamos ¿eh?, y estamos cumpliendo, no por obligación sino porque nos encanta con aquello de: “ámense unos a otros como Yo los he amado”.
Mientras yo estoy hablando, hace rato ya que veo la Madre que pasa por cada uno, incluso algunos hasta han movido la cabeza porque han sentido que alguien los tocó ¿mmm?, la Madre bendiciéndolos, porque el que no lo reconoció o no lo sabe todavía la Madre y su Hijo han acampado en este lugar, están aquí viviendo ¿mmm?, y hay tantas personas que pasan por la calle a la mañana temprano y ven a la Madre y a Jesús paseando por el jardín ¿verdad?, y se callan, no dicen nada ¿eh?, si a lo mejor Jesús y María estuvieran paseando cerca de la Iglesia o en algún otro lugar lo dirían pero como pasa en este lugar viste, qué lo van a decir, tienen miedo que tomen represalias ¿mmm?, entonces no lo dicen.
Pero entiéndanlo, aquí no hace falta que yo les diga ni media palabra ni les de la bendición, con solamente pisar este suelo Sagrado, que es de la Madre y de su Hijo, ya hemos cumplido todos nuestros objetivos, pero qué pasa, hay que hacerlo con fe, incluso si hoy viniste por curiosidad nada más, no importa, a la Madre no le importa, te lo acepta igual, te lo acepta y sabe que en el fondo de aquí no te vas a ir igual de cómo viniste porque es la promesa del Señor.
Señor, en este Domingo de Ramos Señor, cuando el pueblo te recibió con palmas y tantas manifestaciones de júbilo seguramente no estaban los encumbrados, estaba el pueblo, esos que no tienen nombre ni pasado ni futuro y que ponían ramas y que se yo para que vos pasaras Señor, nosotros también vamos a poner todas nuestras penas, nuestros dolores, nuestras angustias, nuestras enfermedades junto a nuestros agradecimientos para que vos pases sobre este camino nuestro y nos traigas todo aquello que necesitamos.
Tenemos que tener el coraje tremendo de confiar en el Señor con tanta fuerza,
tanta pero tanta fuerza como para pensar en este mismo instante empecé a sanarme, en este mismo instante porque me acordé de mi hermano y lo estoy amando, en este mismo instante que dije basta de orgullo y egoísmos y cosas medias truchas y oscuras quiero abrir mi corazón para que entre Señor en él, déjense amar por Jesús, Él quiere amarlos pero a veces lo sigue toda una vida y uno está con el corazón endurecido y no puede entrar en él, esa es la forma en que uno se sana, no hay otra, dejando que el Señor entre en uno, se meta en nuestra vida, entre por nuestras venas y arterias, recorra todo nuestro cuerpo y lleve la sanidad a todos los lugares que están enfermos.
Es lo más hermoso que puede pasarnos, confiar en el amor sino para qué la vida ni dar un paso más, pero si aparece el Señor en nuestra vida con todo su amor y nosotros le abrimos su corazón entonces todo lo nuestro cambia, es diferente, todo se vuelve distinto, es posible que la lucha por la vida siga, claro, pero una cosa es luchar con el Señor dentro de uno y otra cosa es luchar solo y esperar con la paciencia maravillosa que nos da el Señor porque Él tiene sus tiempos para todo, tal vez algo necesite hacerlo en forma inmediata, tal vez no, Él sabe las cosas, que desde hoy si no lo era que empiece a ser nuestro Padre, nuestro hermano, nuestro compañero, nuestro compinche, que le abramos todo lo nuestro, que le abramos nuestra casa, nuestra vida, que hasta las cacerolas con que hacemos la comida o el televisor que miramos noticias o que se yo lo que hay dentro de nuestra casa esté todo ofrecido a Él para que pase a ser un instrumento en sus manos, no es difícil mis queridos, eso es un momento en que uno dice: bueno, o yo amo tremendamente o directamente no sé voy y tiro la cadena y me pongo en el inodoro para que me lleve el agua. Es decir, como San Juan Bosco repetía, ese gran Santo de la Iglesia: va a llegar el momento que en el mundo va a ver solamente que dos caminos, y esos caminos estamos transitando, o un acto de adoración a Dios o el suicidio, va a llegar el momento en que va a pasar así y ese momento ha llegado y el Señor nos invita a ese acto de adoración porque sino empezamos a rodar por el mundo como una cosa y nos convertimos en tierra, ni siquiera tierra fértil.
Señor, desde lo más profundo de nuestro corazón te decimos: queremos que vengas a nosotros y nos ames Señor y al amarnos nos va a traer la paz que solamente vos podes dar y nos va a traer solamente la salud que vos podes dar como alguien decía antes, al comienzo: no dejen pasar el tiempo, en este mismo momento, no sea cosa que tengan que decir como alguien: tarde te amé Señor, no dejen pasar un momento más, abran vuestro corazón y después enfrenten lo que sea, enfermedades, contradicciones, maldades, incluso la misma muerte, de nada hay que tener miedo, si el Señor está con uno, háganlo, háganlo, entonces se va a dar aquello que dice Jesús: nadie viene a Mi Casa y se vuelve como vino, nadie y yo creo en sus palabras y pienso que ustedes también.
El Señor está con nosotros, el Señor está y le decimos: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí….
Y ahora con toda nuestra fuerza ¿eh?, y nuestro fervor le pedimos al Señor que pase sanando, así como la Madre los bendijo a cada uno ya, ¿y saben quien está a mi izquierda en el patio bendiciendo?, San Pío de Pietralcina, en la parte izquierda y de este lado Santa Faustina y la Madre Teresa de Calcuta ¿mmm?, también ellos están bendiciendo, pueden creerlo o no pero no me pueden negar que lo sienten en vuestro corazón.
El Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Ahora Él pasa sanando: el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Ahora el Señor nos libera de todo mal, confíen en esa liberación que solamente Jesús puede darla, en este Domingo de Ramos ¿eh?, comienzo de la Semana Santa. El Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Ahora el Señor, como en el Cenáculo, viene a nosotros como lenguas de fuego. El Maestro de Galilea fuego mandará, el Espíritu Santo, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea
Oración del 01 de Abril de 2007
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