Hablo de la segregación en todos los órdenes y en todos los aspectos.
Mensaje del 16 de Junio de 2007

Habla Artemio:
16.

Dice Jesús:

Hice una breve introducción en el idioma de los tiempos en que Yo andaba caminando en la Tierra.

Repasando lo de estos días y lo de ayer, me hacen mucho daño los esquemas rígidos, las estructuras que no se pueden desarmar, el legalismo, el puritanismo, el fanatismo, me hacen mucho daño, claro, la mayoría no entiende que están en esa posición, eso es porque como el orgullo y la soberbia se ha enquistado a lo largo de los tiempos, incluso como una forma que adopta el querer tener la exclusividad, un corazón en esas condiciones no se abre a nada bueno, vive sin vivir, respira sin respirar, actúa sin actuar, ¿por qué?, repito porque privilegian la ley antes que el hombre.

De algo tienen que tener absoluta seguridad, se encuentren en el mundo con lo que se encuentren, el ser humano más terrible en sus acciones, más desastrosos en sus actos, más impotente en reconocer a los demás como hermanos, ¿qué debe hacer un cristiano delante de esos seres?, que para todo el mundo son desagradables y si pudieran, si no estuviera penado, los pisarían como se pisa un bicho, pero como eso está penado, en general, entonces de alguna manera al segregarlo se lo destruye o se le hace la vida muy difícil, hasta imposible. Hablo de la segregación en todos los órdenes y en todos los aspectos.

Entonces, antes de llamarme, antes de decir Mi nombre, piensen, lo llamaré al Señor y todavía en mi corazón existen posiciones espantosas respecto al ser, a la vida y a la conducta de los hombres, por no decir quien cree que está libre de caer en lo peor o acaso muchos que miran desde arriba todo, dicen: la corrupción de los mejores es la peor de las corrupciones, esto es viejo pero no por serlo deja de ser actual.

Ahora, Yo no sé si se puede hablar de corrupción de los mejores, porque muchos aparentan ser los mejores, pero en el fondo no lo son, ahora, más allá de todas estas cosas terribles Yo les digo y abarcando no solamente el Mensaje de hoy sino muchos Mensajes, les digo: tengan en cuenta que Mi Misericordia plantea y resuelve las cosas de otra manera, totalmente distinta a lo que la mayoría de los hombres hacen, porque repetiré hasta el cansancio, Mi Papá me envía al mundo para que todo y todos se salven y nada se pierda, entonces, si San Juan es tan claro en esto como días atrás se los dije ya pero siempre hay que volver a repetir estas cosas, si esto, al menos fue entendido uno en un millón, ya tienen como para elaborar respuestas diferentes, respuestas distintas de los hombres entre sí. El día que el hombre cae en la cuenta de lo que es Mi Misericordia o al menos barrunta tener noción de ella, toda la dimensión del hombre es diferente al mirar las cosas, los seres, plantas y animales y los hombres. Todas las divisiones en esto que acabo de nombrar entre cosas, animales, plantas y el hombre, el hombre lo hizo, Mi Papá no, cuando miró todo lo creado vio que todo estaba bien, en orden.

Y cuando les digo esto estoy pensando en las palabras de hace doce años cuando empecé a pedirle la voz prestada a Artemio para hablarles, tengan en cuenta que todo será hecho nuevo, ¿a qué me refería?, a que les estoy dando las pautas de conducta para hacer un mundo nuevo, en la Tierra y en el Cielo. Porque los seres humanos, hablo siempre en general, hay maravillosas y montones de excepciones, pero el ser humano tiene conceptos tan cerrados, tan lejos de Mi Misericordia, por eso muchos caminan por la vida con un miedo pánico a la muerte, ¿por qué?, es que les han hablado en forma tan terrible que es normal que sientan un temor, un miedo tan grande, pero como Yo les decía en la Capilla, en Mi Casa y la Casa de Mi Madre, les decía: saben que cuando cierren los ojos y entren en esta dimensión, lo primero que van a ver es a Mi Madre, ¿y cómo puede ser la mirada de una Madre?, siempre amorosa, siempre comprensible, siempre de amor. Cuánto deben trabajar Mis queridos para sacar de los hombres el concepto de que Yo los castigo o les pongo piedras en el camino para que tropiecen, cuánto tendrán que trabajar para hacer realidad que Mi Misericordia
todo lo comprende, todo lo ama y todo lo perdona.

Amén.