Entonces entre hoy que es las vísperas de tu Misericordia y mañana que es el día de tu Misericordia, me presento delante tuyo Señor y despliego toda mi vida, pongo toda mi vida a tus pies Jesús, todo, las cosas que me parecen malas, las más o menos malas, las buenas y las mejores, todo Señor te doy porque vos dijiste, vos dijiste Señor que por muchas faltas que hayamos cometido que te entreguemos todo a vos Señor, que te demos todo Jesús porque vos estás ansioso de perdonarlo todo.
Oración del 14 de Abril de 2007

Habla Artemio:

Bueno, muy bien, vamos a empezar este día, estamos en las vísperas del día de la Misericordia y aquí tienen, se les ha dado y se les va a dar unos papeles para que ustedes lean, este chiquito por ejemplo es un papel que hay que leer todos los días porque van a ver que hasta uno tiene necesidad de leerlo todos los días ¿eh?.

Es decir, no podemos hacer con el Señor lo que hacíamos hace muchos años cuando éramos chicos, si en todo crecemos también tenemos que crecer en la fe y en las manifestaciones de la fe, algunos creen que es cuestión de un Ave María nada más y persignarse y se terminó, pero ¿y todo lo demás?, cuando uno conoce más algo o a alguien más lo ama ¿eh?, bueno.

Vamos a alabar al Señor antes de empezar o empezando con esto mejor dicho, número 3, a ver vamos a decirle al Señor: mirarte solo a ti Señor, mirarte solo a ti Señor, mirarte solo a ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás. Amarte solo a ti Señor, seguirte solo a ti Señor, confiar solo en ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás.

Ahora nos pasamos a l3: los que esperan, los que esperan en Jesús. Los que esperan, los que esperan en Jesús. Como las águilas, como las águilas, sus alas levantarán. Como las águilas, como las águilas, sus alas levantarán. Caminarán y no se cansarán. Y correrán, no se fatigarán. Nueva vida tendrán, nueva vida tendrán, los que esperan, los que esperan en Jesús. Nueva vida tendrán, nueva vida tendrán, los que esperan, los que esperan en Jesús. Si tú esperas, si tú esperas en Jesús. Si tú esperas, si tú esperas en Jesús. Como las águilas, como las águilas, sus alas levantarán. Como las águilas, como las águilas, sus alas levantarán. Caminarán y no se cansarán. Y correrán, no se fatigarán. Nueva vida tendrán, nueva vida tendrán, los que esperan, los que esperan en Jesús. Nueva vida tendrán, nueva vida tendrán, los que esperan, los que esperan en Jesús.

Bueno, antes de leer el Evangelio vamos a pedir la presencia del Espíritu Santo, hacemos las cosas de esta manera ¿mmm?, Jesús dice en un Mensaje porque aquí todo lo que se hace lo dice Él y su Madre, no hacemos lo que se nos ocurra a nosotros, todo lo va diciendo, desde la primer cosa hasta la última, va como indicando todo y decía Jesús hace ya unos cuantos días, que hay que tener en cuenta que desde que se entra a la Capilla, a la Casa de la Madre o de Él ¿mmm?, ya empieza nuestro proceso de sanación, a veces nosotros como hemos frecuentado tantas veces a curanderos ¿no?, entones parecería que estamos pidiendo que se nos adelante las cosas, qué va a pasar, qué va a pasar con esto, qué va a pasar lo otro, no, Jesús dice, el Evangelio es clarísimo: tengan el hoy y dejen el mañana al Señor, con otras palabras del Evangelio a cada día le basta su propio afán ¿eh?. Cuando uno quiere saber qué va a pasar mañana, pasado, la semana que viene eso no es grato al Señor, eso es propio de los curanderos que tiran cartas y otras cosas y te van diciendo, no, esto no es de Jesús, a cada día le basta su propio afán, es decir su propio trabajo, su propio esfuerzo, no se olviden ¿eh?. Ahora bien, el mañana tiene que estar en el Señor, si nosotros estamos acostumbrados a otro tipo de cosas tenemos que ir cambiando ¿eh?, porque de esa manera estamos procediendo lo mismo que con los mano santas y Jesús no es un mano santa, es Dios ¿mmm?.

Entonces, entonces ¿mmm?, si a cada día le basta su propio afán no nos esforcemos tanto qué va a pasar mañana, la semana que viene, sí, uno puede pensar pero tiene que dejarlo en manos del Señor y si uno está enfermo mucho más, ¿qué va a pasar conmigo dentro de un mes?, no lo sé, si todavía no terminé esta tarde; ustedes dirán: ¿pero usted lo sabe?, yo aunque lo sé no lo digo, por una razón muy simple, el futuro mirado en el presente se desfigura porque faltan un montón de cosas que pasen ¿eh?.

Entonces, pongámonos de acuerdo, a cada día le basta su propio afán, su propio esfuerzo, mañana, mañana aparecerá el sol y ya el Espíritu Santo nos dirá qué hacer ¿mmm?, cuando alguien piensa: y si pero si yo no pienso en mi trabajo, en las cosas que pueden ocurrir, pero también el Evangelio te responde: miren los lirios del campo que tienen unos colores preciosos que ni el Rey Salomón vistió con tanta preciosura o bien miren los pájaros silvestres que ni siembran ni cosechan, sin embargo el Señor los alimenta. A veces nos ocurre que nosotros tenemos una tendencia a querer resolver todo haciendo en el trabajo al Señor y eso no está bien, no tenemos que nosotros hacerle el trabajo al Señor ¿mmm?, tenemos montones de ejemplos para dar, esa familia de Río III que todos los días cuando se le termina el azúcar, la yerba o el pan o los fideos o el aceite o la gaseosa y el Señor se las provee, eso les está indicando claramente, primero que son gente de una tremenda fe, segundo, este día lo pasamos con lo que tenemos, mañana el Señor se encargará y mañana el Señor se encarga de traerle el alimento, eso no es una cosa ni un cuentito lindo ni nada por el estilo, es directamente algo que todos pueden ver porque montones de personas lo han visto ¿eh?, bueno.

¿Qué va a pasar mañana?, ¿qué me ocurrirá en la próxima quimio?, ¿qué me pasará cuando me pongan las drogas o esta inyección o lo que sea?, no sé, el Señor lo tiene todo en sus manos, el Señor lo tiene todo en sus manos, incluso con los problemas mínimos que se nos presentan vivamos este momento, porque nosotros para vivir mañana ¿no es cierto?, y teniendo montones de pensamientos del día de ayer se nos escapa el hoy, se nos escapa porque vivimos ansiosos qué va a pasar, qué va a pasar, me querrá, no me querrá, vendrá, no vendrá, me sanaré, no me sanaré, no, no es la forma, no es la forma, entiendan esto, a cada uno dice el Señor, le basta cada día su propio esfuerzo, su propio afán, quien sabe si se va a levantar mañana, yo no lo sé, ustedes tampoco ¿mmm?, entonces por qué tanta preocupación por mañana, si tenemos este momento entre manos ¿mmm?. Y este momento que tenemos entre manos es el que nos empieza a sanar, ¿o ustedes qué creen por ventura, que aquí el que sana soy yo?, eso es una torpeza, no lo ofendan a Jesús, el que te sana es el Señor, yo soy nada más que un simple alambrecito entre el Señor y la persona ¿mmm?, incluso muchos se desviven para querer contarme cosas, ¿te creés que ya no la sé?, ¿te creés que el Señor ya no la sabe?, claro que lo sabe y mucho mejor de lo que vos creés, porque vos me estás diciendo una cosa pero el Señor sabe su origen y el futuro de eso que me estás diciendo. Por eso, a través de la bendición ¿verdad?, que también se la da la Madre y Jesús, pero como muchos no lo ven tengo que hacerlo yo también, entonces váyanse en paz con esa bendición, ¿o ustedes creen que se van a mejorar de otra manera o que se yo?, porque me cuenten así con lujo de detalle, vino, no vino, me enfermé, no enfermé, esos son anécdotas nada más, tienen que ser adultos en la fe, confiar en el Señor más allá de todas las cosas nuestras de todos los días ¿mmm?, bueno.

Y ahora: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí. Ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí. Apodérate, apodérate, apodérate de todo mi ser. Apodérate, apodérate, apodérate de todo mi ser. Aquí se siente la presencia de Dios. Aquí se siente la presencia de Dios. Siento el fuego del Espíritu Santo. Siento el fuego del Espíritu Santo. Siento gozo, siento paz, siento el amor que Dios me da. Siento gozo, siento paz, siento el amor que Dios me da. Aquí se siente la presencia de Dios. Aquí se siente la presencia de Dios.

El que puede se pone de pie, vamos a leer el Evangelio, por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Evangelio de Marcos, 16 y los versículos del 9 al 15: “Jesús resucitó en la madrugada del primer día de la semana. Se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a los que habían sido compañeros de Jesús y que estaban tristes y lo lloraban. Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no le creyeron. Después Jesús se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos que se dirigían a un pueblecito. Volvieron a contárselo a los demás, pero tampoco le creyeron. Por último se apareció a los once Discípulos mientras comían, y los reprendió por su falta de fe y por su dureza para creer a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación” . Esto es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Yo el día miércoles conté, habría tantas cosas para decir, pero hoy les digo de nuevo, lunes a la noche, martes a la siesta y a la noche, miércoles a la siesta y hoy nuevamente a la siesta, Jesús con toda la cabeza ensangrentada como está en esta foto al lado mío, la apoyó sobre mi pecho y ahí se quedó sin decir ni una palabra como los otros días… (se interrumpe la grabación, ruido de niños) …, bueno tratemos de que los chicos no hagan desorden porque la gente se distrae ¿no es cierto?, seamos conscientes con nuestros hijos, enseñémosle ¿eh?, en todo caso nos vamos un ratito afuera para que se calmen porque no podemos echar a perder la oración de todos, por amor al Señor tenemos que hacer las cosas bien ¿eh?, bueno.

Ahora, yo trato, todavía el Señor no dijo nada ¿eh?, trato de interpretar yo un poco esa presencia y es evidente que Jesús se aparece así todo ensangrentado todavía ¿no?, porque estos días los Mensajes los dio la Madre, Él no, Él aparece pero ahí nomás, y yo quiero creer que lo que está pasando es que Él todavía muestra su rostro todo así ensangrentado, un ojo abierto, el otro semi cerrado por la sangre ¿mmm?, porque está esperando todavía que en muchos corazones nuestros Él resucite. Porque ¿ustedes se pusieron a pensar si realmente lo han dejado resucitar a Jesús en vuestro corazón?, piensen en eso, felices pascuas decimos, felices pascuas, pero ¿realmente el Señor resucitó en nosotros?, ¿ha resucitado en nosotros?, ¿ha renovado nuestro corazón?, ¿la vida nuestra es diferente?, ¿está mejor que antes? ¿mmm?, y si Él lo hace conmigo porque me dijo que tenía que ser el Celoso Custodio de su Mensaje por lo tanto Él sabe que esto lo voy a decir porque Él quiere que lo diga aquí en la Casa y yo se lo digo a ustedes, ¿qué pasa en nosotros que el Señor todavía parecería que no resucitó porque está todo ensangrentado?, de hecho que las heridas de Jesús permanecen siempre, aunque se las hicieron hace dos mil años, pero, pero, tenemos que pensar que habrá que revisar en nuestro corazón si esto de la resurrección, de la Pascua de Resurrección es en serio o es algo que apenas nos rozó: y sí, está bien, pero… ¿eh?, no, no, con las cosas fundamentales de la vida no se puede jugar, no se puede jugar, por una razón muy simple, porque cuando uno está ante una verdad grande y no le pasa bolilla, la verdad termina aplastándolo porque se impone a nosotros ¿eh?. Por eso, revisemos nuestro corazón a ver cómo está.

Digo esto y después sigo hablando, estoy muy contento con lo que pasa en algunos grupos de oración que se han formado en otros lugares, han recibido cosas muy lindas, me siento muy alegre por eso ¿eh?, y Dios los siga colmando de bendiciones ¿eh?; ustedes dirán: ¿y qué hay que hacer para que el Señor se manifieste tanto en uno?, mirá la base de todo es la humildad, que es la madre de todas las virtudes, si uno tiene algo de orgullo, o algo de egoísmo o ciertas cosas enredadas en uno seguramente el Señor no puede aparecer en nosotros pero cuando uno es humilde, tiene mucho amor por los que están cerca y no están tan cerca, el Señor se manifiesta y nos da cosas preciosísimas, por eso me alegro tremendamente, más no puedo decir, me alegro tremendamente por todo lo que está pasando ¿mmm?, me alegro tremendamente porque así realmente vale la pena ver hasta qué punto el Señor ha entrado en muchos y permanece.

Como ustedes pueden ver en el Evangelio de hoy los Discípulos no están todavía convencidos de la resurrección, lo dije el otro día pero lo digo de nuevo porque en la forma de pensar, de la gente de ese tiempo, la cultura de ese tiempo ¿mmm?, no creían en la resurrección, entonces era un verdadero problema, por eso se le presenta a María Magdalena, se le presenta a los compañeros de Emaús, se presenta también en el Cenáculo, pero no hay vueltas, todavía no están convencidos, ¿cuándo se van a convencer plenamente?, para Pentecostés, ¿por qué?, porque en Pentecostés el Señor envía a su Espíritu Santo sobre María Santísima y los Apóstoles, entonces de repente cada uno de ellos con el Señor dentro ve con claridad, habla todas las lenguas y puede…, las lenguas de los países donde ellos van a ir a predicar ¿verdad?, y de esa forma parten ¿eh?, por eso que cuando uno habla en lenguas, que es un carisma del Espíritu Santo ¿eh?, según Jesús es la forma más hermosa de alabar al Señor ¿eh?, hablar en lenguas, ¿y qué lenguas?, y pueden ser lenguas viejas o lenguas modernas, según lo que el Señor quiera ¿verdad?. Claro, cuando uno hace muy bien las cosas y realmente abre su corazón para que Jesús entre en él es muy fácil hablar en lenguas, pero ¿qué supone esto?, supone toda una vida de humildad, de sencillez, de amor al prójimo, libre de egoísmo y todas las cosas, entonces el Señor le regala ese carisma del Espíritu Santo, como puede regalarle el carisma de la sanación, o del consejo, o de decir la verdad, o de ser una buena compañía, sesenta son los carismas distintos, sesenta ¿mmm?. Nosotros decimos los carismas con su siete dones, siete quiere decir un montón, tanto que ni podemos contar, por eso incluso a lo mejor ustedes ya tienen muchos carismas y a lo mejor no lo saben ¿eh?.

Por eso, hay que estar muy atento a lo que dice el Señor en nuestra conciencia porque Él está esperando de nosotros, vieron que dice aquí, en la última partecita: ” que los manda a todos a predicar la Buena Nueva”, ¿qué es la Buena Nueva?, es la buena noticia del Evangelio ¿mmm?, ¿y qué es lo que hacen aquellos que hablan en lenguas, rezan y hacen montones de cosas? ¿eh?, están respondiendo a la Buena Nueva, creciendo personalmente y ayudando a crecer a los demás en el proceso de conversión de todos los días, pero para eso hay que quererlo. El Señor no tira los dones así como si tiraran monedas para arriba, el Señor da los dones a quien se lo pide y uno no sabe que lo tiene hasta que se manifiesta en uno los dones ¿eh?, tanto sea el de sanación, el de hablar en lenguas, como aconsejar bien, bueno todo aquello que sea bueno, la humildad también es un don del Espíritu Santo, con una persona humilde uno siempre se entiende ¿no?, con los orgullosos, soberbios y que se yo no, no se entiende uno, hay que tenerlos para hablarles ¿eh?, bueno, muy bien.

Vamos a hacer una oración para pedirle al Señor de la Misericordia, fiesta que instituyó Juan Pablo II cuando la canonizó a Santa Faustina, es esa Santa que está en el vidrio, qué extraño, el mismo hombre que había prohibido esto, el retrato de Jesús y a Santa Faustina durante muchos años, cuando era Obispo de Cracovia en Polonia, después fue justamente el Papa que la eleva a los altares a Santa Faustina, es la Santa que está en el vidrio ¿eh?, bueno, que extraño ¿no?, que esto, él lo prohibió y después él elevó a Faustina a los altares e instituye el domingo después de Pascua como el domingo de la Misericordia para siempre y por supuesto de Faustina, de Santa Faustina, aunque hay otro día también para Santa Faustina, bueno.

Cuando yo hablo ahora en primero persona, digo yo esto, yo Señor, yo, yo, estoy usando el yo de ustedes ¿no es cierto? ¿eh?, todo lo que ustedes deben decirle al Señor, a lo mejor con vuestras palabras, a lo mejor con palabras que han leído en algún lado ¿mmm? pero…, bueno, cerramos un poco los ojitos, porque cuando uno cierra los ojos parecería que mira más por dentro ¿no?.

Señor de la Divina Misericordia, no hace tantos años que te conocen Señor y a veces, en algunas Iglesias hace tres años o cuatro que apareció tu retrato que pintó Santa Faustina, que lástima Señor, por supuesto que la gente pensaba en tu Misericordia, lo mismo la Misericordia de tu Papá, pero es muy distinto cuando uno te acepta Señor y muchos no te aceptaron Jesús como enviado a Faustina por el Padre a darle los Mensajes de la Misericordia y luego esos Mensajes de la Misericordia a Santa Faustina los sigue aquí, en este lugar, desde hace doce años, bueno, que pena que no te quieran reconocer. Ocurre que los hombres somos muy testarudos y además de testarudos nos pasa que queremos dominar la vida de los otros y el Señor, vos Jesús, nos estás diciendo que has venido, no ahora sino hace dos mil años para comprenderlo todo, amarlo todo y perdonarlo todo, parecería que aquellos que son cerrados ¿no?, no pueden aceptar que el Señor perdone todo, a ellos les gusta perdonar, a ellos les gusta, que pena Señor, que pena.

Entonces entre hoy que es las vísperas de tu Misericordia y mañana que es el día de tu Misericordia, me presento delante tuyo Señor y despliego toda mi vida, pongo toda mi vida a tus pies Jesús, todo, las cosas que me parecen malas, las más o menos malas, las buenas y las mejores, todo Señor te doy porque vos dijiste, vos dijiste Señor que por muchas faltas que hayamos cometido que te entreguemos todo a vos Señor, que te demos todo Jesús porque vos estás ansioso de perdonarlo todo.

Entonces pensemos en esto: qué puede haber en mi vida, cuando digo mi, digo la vida de cualquiera, ¿qué puede haber en mi vida que el Señor no haya perdonado ya?, porque es parte de una base que cuando no hacemos las cosas bien es porque somos ignorantes, porque somos despistados, o estamos enfermos o nuestra mente no nos alcanza para pensar algo mejor. Entonces Él como dijo quiere amarlo todo y perdonarlo todo y nos está pidiendo que le acerquemos toda nuestra vida, todas nuestras preocupaciones, nuestras enfermedades. Señor, te presento las enfermedades de las personas que estamos aquí presente, nos duele estar enfermos, así como también nos duele que nuestra familia no viva en armonía, nos duele que nuestros hijos o nuestros padres no nos comprendan, que cada uno haga su vida sin pensar en la de los demás, nos duele Señor. Nos duele los problemas de las parejas que por pequeñas cosas se llevan tan mal, a veces por celos, a veces por ignorancia o por no tener la suficiente confianza en la persona que tienen a su lado, siempre los celos son una forma de inseguridad, si yo estoy seguro de lo que tengo a mi lado o de lo que hago no tengo por qué sentir celos de los otros, porque eso está revelando una falla en mi mente que no me deja ver las cosas claras.

Señor Jesús, ten compasión de mí, que se haga eco Señor en los espacios infinitos la voz de cada uno de los que estamos aquí presentes para decirte con toda la profundidad y con todo el afecto que te tenemos Señor: ten compasión de nosotros Señor. Compasión quiere decir: sentí lo que estamos sintiendo nosotros, con junto, pasión sentir, sentí lo que estamos sintiendo, ¿y qué estamos sintiendo nosotros?, que tenemos enfermedades en nuestros cuerpos, que tenemos montones de problemas que resolver en nuestra alma, que tenemos las cuentas no bien hechas en nuestro pasado, me refiero a todo tipo de cuentas, no solamente la que pueden ser de números sino haber traicionado en los afectos, me amaban tanto pero yo traicioné con mis afectos dirigidos hacia otro lado. No sé si crié bien a mis hijos pero como está la sociedad actual, se ve claramente que no estoy criando bien a mis hijos, los hijos de hoy tienen todo permitido y los chicos tienen que tener límites, te lo dice alguien que estuvo cuarenta años delante de las aulas, los chicos tienen que tener límites y los chicos de hoy no tienen límites, de ninguna naturaleza, mandan más que los padres, tampoco es cuestión de golpearlos, la cuestión es de hablarles y ser firmes en nuestra conducta. Por eso Señor ayudame a criar bien a mis hijos, a entenderme bien con mis padres, a agotar todos los medios para que no terminen en un geriátrico, para que puedan vivir siempre con el afecto nuestro y cerquita de nosotros.

Señor Jesús, necesitamos aprender tantas cosas de vos, queremos Señor que nos enseñes Señor, que veamos claro con nuestra mente, que veamos claro todo el dolor que hay en el mundo Señor, aunque en apariencia no podamos hacer nada pero si pasa por nosotros, por nuestro corazón la preocupación de las cosas que ocurren en el mundo ya tu Misericordia Jesús, tu Misericordia toma esa
expresión de deseos nuestra para hacer con ellos todo tipo de maravillas.

Señor, mirá nuestra alma, fijate Señor, estamos envejeciendo porque no creemos que podemos vivir muchos años porque creemos que la vida del hombre tiene un tiempo y nada más, mientras que ese tiempo lo estamos estableciendo nosotros.

Jesús nos habla y nos dice:

Dice Jesús:

Hijos míos, Yo conozco todo vuestro pasado, vuestro presente y vuestro futuro, conozco todo porque Yo me manejo siempre con el tiempo presente, en Mí no hay pasado ni futuro, yo los tengo presente desde el momento en que aparecieron con vida en la panza de mamá y los sigo teniendo presente para que cada uno pueda hacer su proyecto personal, el proyecto que Yo tengo con cada hombre, como una consecuencia de Mi Misericordia, porque Mi Misericordia es Mi mayor atributo, la más grande condición que tengo.

Por eso Mis queridos, abran vuestros corazones, tengo tantas ganas de entrar, tengo tantas ganas de entrar en ustedes, en vuestros hijos, en vuestros parientes, en todos los que ustedes aman, tengo tantas ganas de entrar, háganme un lugarcito y también un lugarcito para Mi Mamá, así estando en vuestro corazón podré guiarlos bien, decirles las cosas que deben hacer sin necesidad que tengan que preguntarle a nadie cómo debo hacer esto porque Yo te lo voy a decir en tu corazón.

Dejate amar, ¿no te das cuenta que si no te dejás amar Mi Misión no se cumple?, si vos no te dejás amar Yo fracaso en vos, fracaso ¿por qué?, porque es Mi naturaleza amarte desde hace milenios, ahora y por toda una eternidad. No me hagas fracasar con vos, pensá en el Evangelio de hoy que dice: que los Discípulos van a predicar a todos lados llevando la palabra de la Buena Nueva, que es el Evangelio.

En estas vísperas de Mi Misericordia y mañana el día de la Misericordia, que no sea un día más en tu vida, no, un día más no, quiero que te dejes amar por Mí y por Mí Madre, ¿y cómo se hará eso dirán?, y simplemente abriendo el corazón y dejándome entrar, no hay mucho secreto en eso, solamente que para abrir el corazón hay que ser humilde, no se puede ser ni soberbio, ni maldito, ni odioso, ni repugnante, ni egoísta, y cuando pensamos demasiado en nosotros ya estamos pensando en nosotros y nos olvidamos que delante de nosotros está el Señor. Por eso, no piensen en vuestras enfermedades, no piensen en vuestros problemas, ofrézcanmelo a Mí, ofrézcanme todo a Mí pero en serio, no así te ofrezco Señor, todo el mundo dice: yo soy católico, yo esto, Yo no mido las cosas desde ese ángulo Mis queridos, Yo mido si me aman o no de acuerdo a lo que hay en vuestro corazón.

Les recuerdo palabras que decía Mi Mamá: estoy cansada… (se dio vuelta la cinta) …, pero tienen el corazón en otra parte, ¿en dónde?, en las modas, los vestidos, la ropa de calidad, el alternar con gente que tiene otra estatura para darnos importancia, Mis queridos, Yo no los llamé a esto, Yo he venido por cada uno de ustedes y por eso he estado seis horas en la cruz, seis horas, ¿y en quién pensaba en esas seis horas?, estaba pensando en vos Mi querido.

Habla Artemio:

¿Cómo en mí Señor?.

Dice Jesús:

Sí, estaba pensando en cada uno de los hombres, los que vivieron, los que viven y los que vendrán, si Yo soy el amor, si Mi mayor atributo es el amor, entonces Yo soy en el mundo el que tiene que realmente acordarse de todo y amarlos a todos.

Habla Artemio:

Señor ¿cómo sentís cuando tenés que amar a alguien que te escupe en la cara Señor?.

Dice Jesús:

Mis queridos, qué hombre no me escupió en la cara alguna vez.

Cuando rechazan a sus hermanos, cuando hacen diferencias de clases, cuando tienen en cuenta para dividir el color de la piel, cuando no toleran que haya otros sexos raros, cuando se pasan de una nación a otra y son extranjeros para siempre, los que provocan todas esas cosas me están escupiendo en la cara pero Yo eso no lo tengo en cuenta, Yo tengo necesidad de amarlos y de amarlos para siempre. Díganme todo lo que les pasa, ya sé que a todos no se les puede contar las cosas esenciales, pero conmigo no tienen que tener reparo Mis queridos, no tienen que tener reparo, porque estoy siempre dispuesto a atender, a ponerles el oído para escucharles siempre.

Decime todo lo que te pasa, qué te angustia, qué te preocupa, qué te molesta, por qué estás sufriendo, nombrame también los médicos que te atienden, las personas paramédicas que también te atienden y Yo te voy a aconsejar y voy a aconsejar a esas personas para que cuiden de tu vida y de tu salud.

Mis queridos, seguiría hablando todo el día con ustedes, por una razón muy simple, uno quiere estar con aquellos que ama, uno no quiere irse cuando está con alguien al que está amando, ¿no les pasa a ustedes cuando tienen cerca alguien que aman?, quisieran tenerlo siempre a vuestro lado, conservar su sonrisa, sentir su carcajada, sentir sus opiniones y todo, pero lo Mío va mucho más lejos Mis queridos, Yo los he visto desde hace milenios, los llamé por vuestro nombre cuando empezaron a vivir en la panza de mamá y les puse un Ángel para que los cuidara y después seguí adelante con ustedes y seguiré por toda una eternidad.

Por eso, lo fundamental puede ser lo que me contás o lo que me decís pero lo fundamental está en que me dejés entrar en tu corazón para amarte hoy y siempre, no te cuesta mucho, teniendo en cuenta de los beneficios que vas a recibir, las gracias que vas a tener y toda la Misericordia que va a ser como un escudo en tu vida para protegerte de todo mal. Cuando estás conmigo todos los problemas se solucionan porque Yo desde siempre te amé y te amo y no puedo permitir que vos estés sufriendo. Lo que me da pena es que no me ofrezcas tus enfermedades y tus problemas, me da mucha pena, dejate amar, dejate amar.

Habla Artemio:

Vemos entonces que el Señor está tan cerca de nosotros, tan cerca y le decimos: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. No lo busque a Cristo en lo alto, ni lo busques en la oscuridad, muy cerca de ti, en tu corazón, puedes adorar tu Señor. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Le hablaré sin miedo al oído, le contaré las cosas que hay en mí, y que solo a Él le interesarán, Él es más amigo para mí. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Búscalo sin miedo por la calle, caminando entre la multitud, muchos ciegos van, sin quererlo ver, llenos de ceguera espiritual. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí.

Señor, ahora pasarás sanando Señor, como ya lo hizo tu Madre, que mientras vos hablabas tu Madre pasó por cada uno dándoles la bendición, además está Santa Faustina a mi derecha y la Madre Teresa de Calcuta, también en la puerta está el Arcángel San Miguel y en la otra puerta el Arcángel San Rafael, Patrono de los enfermos, de este lado a mi izquierda está Santa Rita y otras religiosas, está San Pío de Pietralcina y muchos Santos y Ángeles y familiares de ustedes y míos, supongo que deben ser de ustedes.

El Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. El Señor pasa sanando: el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. El Señor nos libera de todo mal, hoy y siempre. El Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Él va a enviar sobre nosotros el Espíritu Santo, con el fuego. El Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará. Déjalo que te queme, déjalo que te queme, déjalo que te queme y recibe su bendición. Déjalo que te queme, déjalo que te queme, déjalo que te queme y recibe su bendición.

Sí Señor, tenemos tan presente todas las palabras que nos dijiste recién, tan presente Señor, por eso estamos confiados y cuando nos vayamos de aquí tenemos la seguridad total y completa Señor que ya voy a pensar nada más que en este día, porque el mañana es tuyo Señor, con todas las novedades que traiga y justamente por ser novedades van a ser siempre hermosas.

Ahora vamos a hacer la sanación de cada uno, con la bendición personal, algo que ya hizo la Madre pero como muchos no la ven entonces tengo que hacerla yo.