• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Oración del 21 de Abril de 2007

Entonces, parecería que hay una necesidad tremenda que hagamos grande a nuestro corazón, inmenso, para darle cabida a todos los que sufren, todos los que gimen, todos los que tienen hambre y no solamente hambre de pan de trigo sino hambre y sed de justicia que nunca les llegó de ninguna parte. Oración del 21 de Abril de 2007

Habla Artemio:

Una señora dio un testimonio…

Bueno le agradecemos a Dios todas estas cosas lindas que cuentan ¿mmm?.
Hoy el día de Nuestra Señora del Valle, la Patrona de Catamarca, tengamos en cuenta, bueno todos los sábados es para conmemorar cosas de la Madre pero hoy es Nuestra Señora del Valle, bien.

Empezamos alabando al Señor y muy emocionados, con mucho fervor, pidiendo por todas las necesidades nuestras y de todos aquellos que amamos, te damos gracias por todo y le pedimos por todos, acuérdense que no solamente deben pedir por ustedes sino por todos aquellos que en este momento están necesitados, por supuesto los parientes, todos los que aman y los que están más allá, simplemente le decimos al Señor: mirarte solo a ti Señor, mirarte solo a ti Señor, mirarte solo a ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás. Amarte solo a ti Señor, seguirte solo a ti Señor, confiar solo en ti Señor y no mirar atrás. Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar Señor y no mirar atrás.

Esperamos que así como en la peña de Oreb el agua dejó satisfecho a todos los que andaban por el desierto cuando Moisés tocó la piedra y hoy estamos pidiendo el agua de la vida de parte de Jesús ¿mmm?, ese es el simbolismo de esa cascada que tienen delante de los ojos, el Agua Viva, eso está hecho así por pedido de la Madre, para recordarnos todo el Espíritu Santo que puede entrar en nosotros si realmente nosotros queremos y lo dejamos hablar, decimos entonces: Cristo es la peña de Oreb que está brotando, agua de vida saludable para ti. Cristo es la peña de Oreb que está brotando, agua de vida saludable para ti. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca todo tu ser. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca todo tu ser. Cristo es el lirio del valle de las flores, Él es la rosa blanca y pura de salón. Cristo es la vida y amor de los amores, Él es la fuente de la eterna salvación. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca todo tu ser. Ven a beberla que es más dulce que la miel, refresca el alma, refresca toda todo tu ser.

Eso es lo que quiere hacer el Señor con nosotros, entrar y poner todo en orden, que no sé lo que cada uno tenga para poner en orden. ¿Saben?, en el ’95, en una de las Revelaciones Jesús decía: Yo vengo para que todo sea hecho nuevo, y hablando con Él decía que su Papa, Dios Padre, había creado el mundo con orden, es decir miró todo y vio que todo estaba bien después de la creación, es decir bien, ese bien significa orden, cada cosa en su lugar ¿verdad?, y todo aquello que nos es difícil en la vida, las enfermedades, los problemas de todo tipo es desorden ¿mmm?, por eso las promesas del Señor desde el comienzo cuando empezó a aparecer aquí: vengo a poner el orden que Mi Papá le dio a todas las cosas ¿eh?.

Entonces, estamos en un terreno Sagrado donde el Señor dijo: quien pisa este lugar ya no se va como vino ¿mmm?, no solamente este lugar sino el teléfono que suena, los correos electrónicos, todo, todo está supeditado a la gracia del Señor ¿mmm?. Lo único que tenemos que hacer es tener confianza plena en Él, olvidarnos en este momento de todo, ponernos delante del Señor así con simpleza, lejos de la soberbia, del orgullo, del egoísmo, nada tiene que perturbar nuestro corazón, nada ni nadie. Es tanto el silencio que oímos el murmullo del agua al caer por las piedras, esa es para la Madre el Agua Viva que quiere que sane nuestro corazón de todos los problemas, de todas las cosas, porque el Señor dice siempre: cuando uno llega a este lugar es como si empezara a vivir de nuevo, por lo menos Él los invita a todos a que empiecen a vivir de nuevo, ¿porqué?, porque siempre hay algo que descubrir o un montón que descubrir en el amor que el Señor nos tiene y quiere para nosotros todo lo mejor, quiere amarnos.

Le pedimos la presencia en nosotros del Espíritu Santo para poder leer el Evangelio del día, le decimos así nomás, simplemente: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí. Ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí. Apodérate, apodérate, apodérate de todo mi ser. Apodérate, apodérate, apodérate de todo mi ser. Aquí se siente la presencia de Dios. Aquí se siente la presencia de Dios. Siento el fuego del Espíritu Santo. Siento el fuego del Espíritu Santo. Siento gozo, siento paz, siento el amor que Dios me da. Siento gozo, siento paz, siento el amor que Dios me da. Aquí se siente la presencia de Dios. Aquí se siente la presencia de Dios.

El que puede se pone de pie porque vamos a leer el Evangelio del día, por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Evangelio del día de la fecha, sábado 21 de Abril, día de San Anselmo y una festividad en la República Argentina que es de Nuestra Señora del Valle, de San Fernando del Valle de Catamarca ¿eh?, la Virgen morenita ¿mmm?, es decir está así oscura por tantos años que está en ese lugar y la madera se ha puesto así. Confiemos en la Madre ¿eh?, en este día de Nuestra Señora del Valle. El Evangelio es de Juan 6, y los versículos van del 16 al 21: “al llegar la noche, sus Discípulos bajaron a la orilla y, subiendo a una barca, cruzaron el lago rumbo a Cafarnaún. Habían visto caer la noche sin que Jesús se hubiera reunido con ellos. Acuérdense que Jesús ya se venía apareciendo después de la Resurrección ¿mmm?, bueno. Y empezaron a formarse grandes olas debido al fuerte viento que soplaba. Habían remado unos cinco kilómetros cuando vieron a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y se llenaron de espanto. Pero Él les dijo: soy Yo, no tengan miedo. Quisieron subirlo a la barca, pero la barca se encontró enseguida en la orilla adonde se dirigían. Soy Yo, no tengan miedo. Las tinieblas se apoderan de los Discípulos y tienen miedo, el mar se alborota y la barca está a la deriva. Y vuelve Jesús al encuentro: soy Yo, no tengan miedo” .
Cuántas veces nos pasa lo mismo, estamos inseguros, mal, tenemos miedo, buscamos refugio y seguridad y el Señor siempre sale a nuestro encuentro. Esto es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Con toda nuestra fuerza y fervor, tratemos que el Espíritu Santo hable en nosotros para traernos todo lo que necesitamos, para entender la palabra, para poder llevarla, para poder aplicarla y sobre todo para que la palabra del Señor esté siempre nutriéndonos ¿mmm?.

Soy Yo, no tengan miedo, ¿quién de los presente no tiene miedo a algo o a mucho?, ¿quién?, todos estamos aquí pero pensamos en los que dejamos en casa, en que tenemos que hacer un camino de regreso, pensamos en los problemas que tal vez tenemos, en la enfermedad que nos está consumiendo la vida ¿mmm?, pensamos en tantas cosas, también pensamos en la Misericordia del Señor como se ha manifestado en este hermano nuestro que vino desde Córdoba para decirnos que su diabetes ya no estaba más y ustedes saben muy bien que la diabetes si no la cura el Señor, la insulina te mantiene pero ¿mmm? ¿verdad?, bueno.

Quién no está pensando en cincuenta cosas, la vida que estamos llevando, ¿qué futuro tendremos?, ¿qué nos pasará mañana?, ¿qué pasará dentro de un rato?, ¿nos levantaremos?, quién nos puede decir ¿eh?, entonces si vemos que las cosas son tan así ¿verdad? seamos conscientes de tomar cartas en el asunto en todo lo que se refiere al Señor, no sea cosa que algún día tengamos que decir: tarde te amé Señor, tarde ¿mmm?. Piensen, en este mismo instante que nosotros estamos acá cuántos están sufriendo, hay enfermos, simplemente enfermos, otros más o menos graves, otros graves y tal vez todo esté pendiente, fíjense, por lo que dice el Señor, tal vez esté pendiente de nosotros, de nuestra generosidad por pensar en esos hermanos que están necesitando de una oración, de un recuerdo para que todo en su vida cambie ¿eh?. Esta unión tan grande de los seres humanos que sienten como propios los dolores ajenos, aunque esté muy lejos el enfermo y aunque ni lo conozcan ni por casualidad, pero sin embargo si entendemos las cosas como deben ser todos formamos parte del Cuerpo Místico de Jesús, porque ese hombre que está muy lejos también es nuestro hermano y el Señor estuvo aquí en la cruz por todos y por cada uno y también por esos hermanos que en este momento están en tan malas condiciones y están tan mal o tan preocupados o tantas cosas por el estilo.

Entonces, parecería que hay una necesidad tremenda que hagamos grande a nuestro corazón, inmenso, para darle cabida a todos los que sufren, todos los que gimen, todos los que tienen hambre y no solamente hambre de pan de trigo sino hambre y sed de justicia que nunca les llegó de ninguna parte, los que se pudren eternamente en una cárcel sin que nadie se acuerde de ellos o aquellas personas solas que nunca nadie los visita ni sus hijos porque tal vez se han olvidado un poco o del todo muchas veces ¿eh?. Entonces nosotros pensamos y pensamos bien que nuestro corazón se debe agrandar pero enormemente y dejar entrar en él a todo el sufrimiento de nuestros hermanos y por qué no también la alegría de los que están bien, todo, dejarlo entrar, porque es de ellos pero es nuestro porque son nuestros hermanos ¿mmm?.

Eso es lo que nos pidió el Señor ¿mmm?, si no lo hacemos estamos como en falta con nosotros mismos y con los demás por supuesto, ¿por qué?, porque todavía no entendimos por donde van las cosas, no sabemos lo que es esencial ¿eh?, es decir lo que es más importante de todo ¿verdad?. Tal vez en este momento nuestro problema o nuestra preocupación sea chiquitita en comparación con otros dolores enormes que tienen algunos, como lo tenemos aquí presente también ¿no?, es cuestión de mirar nomás, ya sé, a cada uno le duele su propio dolor pero eso no quiere decir que uno no se acuerde de todos los demás que están sufriendo de alguna manera, o están alegres, o están disgustados, o están peleados, o están… quien sabe de qué forma y tal vez en este momento el Señor nos está pidiendo a nosotros que hagamos mucho por ellos y que esa expresión del Evangelio: soy Yo, no tengan miedo ¿mmm?, tal vez la Misericordia del Señor lleve esa expresión a montones de personas para decirle exactamente lo mismo: soy Yo, no tengan miedo ¿mmm?.

No hay otra forma mis queridos de ver las cosas, no hay otra, uno empieza realmente a ser uno ¿eh?, cuando se acuerda de todos los demás, sino uno sirve de poco o nada ¿mmm?, pero no es porque uno sea malo sino porque a lo mejor todavía uno no lo supo, todavía uno no lo aprendió ¿eh?, porque todos los días tenemos que conocer más al Señor y a nuestros hermanos ¿mmm?, y es cierto que a mayor conocimiento más amor, si uno no conoce algo no lo puede amar tanto, pero a medida que uno lo va conociendo lo ama mucho más. Tener en cuenta estas cosas, lo nuestro es importante pero tal vez lo que le pase al hermano que tengo sentado al lado o al frente sea mucho más serio que lo mío, no por eso voy a dejar de pensar en lo mío, pero tengo que pensar en los demás, lejos o cerca ¿mmm?.

Ustedes ven que hay un globo terráqueo ahí ¿no?, bueno, porque nuestra mirada está dirigida a todas las naciones, Jesús habla aquí desde hace doce años, todos los días como su Mamá, a veces habla uno, a veces habla el otro, a veces los dos, pero son palabras para todos los hombres de la Tierra ¿mmm?, entonces si nosotros venimos a este Santuario entran a formar parte de nosotros todos los hombres de la Tierra, no hay vuelta de hoja, nos guste o no, lo querramos o no, lo entendamos o no, empezamos a tener en nuestro corazón todos los hombres de la Tierra, son palabras del Señor, no son palabras mías. Y por otra parte, Él dice: la gente no viene a este lugar, Yo los traigo y si los traigo por algo debe ser ¿mmm?, bueno, chiquita la invitación, el Señor mismo los trajo, ¿por que estoy yo aquí?, por Dios, es porque está Él en este lugar que eligió para acampar y quedarse para siempre, así de simple y así de grande ¿mmm?, y uno es tan estúpido y tan sabio como para creerse todo eso para siempre ¿mmm?, digo estúpido o sabio en sentido figurado, como una forma de expresión nada más; pero viendo todo lo que pasa en este lugar, por obra del Señor, uno ve que es cierto ¿mmm?, que es cierto. Entonces, por algo estamos aquí, porque Él nos trajo ¿mmm?, para decirnos como en el Evangelio: soy Yo, no tengan miedo ¿mmm?, soy el que resuelve todo dice el Señor, el que pone todo en orden, el que te da la vida, la salud, el que transforma tu enfermedad en un recuerdo nada más, el que te ama tanto y quiere para cada uno de nosotros todo lo mejor, para eso se viene aquí, para eso Él nos trae aquí ¿eh?.

Que generoso que es el Señor con nosotros, que generoso, nos trae para decirnos: no tengan miedo, Yo estoy con ustedes, ante cualquier cosa, no tengan miedo ¿mmm?. Entonces, en esta dimensión ya la mismísima muerte deja de tener sentido, como dice Jesús: tendría que borrarse de nuestras palabras la palabra muerte, porque no existe, lo que existe es un cambio de estado nada más, estamos de esta forma y pasamos a estar de otra pero la muerte no debe preocuparnos porque no existe la muerte ¿mmm?, cambiamos de estado, simplemente ¿mmm?. Hasta en eso es lo único que a veces muchos le tienen miedo, hasta en eso el Señor es claro, ¿miedo a la muerte?, noo, si Yo estoy con ustedes, ¿por qué tienen miedo?.

Y ese estado llegará algún día, pero no se olviden que lo principal que el Señor
vino a hacer a la Tierra es sanar a los enfermos. En un Evangelio de dos o tres domingos atrás o sábados ¿mmm?, el Señor dice, mejor dicho, los Discípulos le preguntan: Señor ¿cuándo estemos en lejanas tierras, cómo van a saber que somos cristianos?, porque Él los manda de a dos en dos a predicar y entonces Jesús dice: van a saber porque ustedes se aman, por eso lo van a distinguir y ¿no?, por eso, sanan a los enfermos, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos ¿mmm?, lo primero para el Señor: sanan a los enfermos, más aún, cuando Él llega a cualquier lugar lo primero que pregunta es: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, entonces la gente se apretujaba porque quería estar cerca de Él. Entonces Jesús es el Señor de la vida, nadie piense: sí, porque tenemos que morirnos, noo, el Señor no quiere que usemos esa expresión, en todo caso digamos: tenemos que cambiar de estado, pero en todo caso para mejor y no para peor ¿mmm?.

Por eso, ¿vieron?, así como el agua en la cascada que tenemos aquí sigue cayendo y dando ese pequeño murmullo, así también corre nuestra vida ¿verdad?, y también la posibilidad de que el Espíritu Santo esté siempre dentro de nosotros para darnos todo lo que necesitamos, todo lo que perdimos, todo lo que no tenemos ¿verdad?; y ustedes dirán: ¿a cambio de qué?, a cambio de nada, porque así es el amor, es generosidad total o no es amor, si el amor tiene un precio ya deja de ser lo que creíamos porque se está pagando un precio por ello, pero el Señor nos ama gratuitamente, a cambio de nada, ¿habrá que portarse mejor?, ni sé, ni sé si eso será necesario porque Él como nos conoce tanto ya sabe de antemano cuáles son nuestras cosas, nuestros problemas, nuestras macanitas, nuestras cosas, porque ya incluso las perdonó ante que las hiciéramos y muchas veces las hacemos porque somos ignorantes o no conocemos o somos distraídos o no sé qué nos pasa y a veces eso nos hace que algún digamos: tarde te amé Señor, que pena.

Por eso, Él los trajo aquí para que las palabras del Evangelio de hoy no caigan en saco roto, es decir no se pierdan, Él vino a decirles: soy Yo, no tengan miedo, no tengan miedo, ¿para qué?, para todo, ¿de qué?, de todo, ¿algún día?, no, siempre, bueno.

Pensando en todo este amor que el Señor nos regala con tanta generosidad, humildemente empezamos a dialogar con Él, yo lo hago pero así como lo hago yo, lo hace cada uno de ustedes en silencio ¿mmm?, cada uno de ustedes va haciendo lo que yo hago.

Señor, vengo de lejos o no tan lejos o cerca o muy cerca, eso no importa porque vos me trajiste Señor y por algo debe ser, ¿qué me tenés preparado Señor como sorpresa?, porque vos sos siempre el de las sorpresas lindas cuando uno realmente quiere tenerlas, a veces Señor nos pasa que nosotros ahuyentamos las sorpresas lindas porque no creemos que pueden ocurrir, pero el que está abierto al mundo y a las cosas Señor sabe que todos los días vuelve a amanecer, aunque haya nubes, que todos los días se puede empezar de nuevo, que todos los días siempre hay un motivo o diez o cincuenta para hacer una cosa o montones de cosas y que es tan linda, tan sabroso el vivir, tan preciosamente sabroso el vivir Señor que, cada momento que pasa te damos gracias porque esta vida que nos corre por las venas y las arterias y ese motorcito que tenemos en el pecho que sigue latiendo ¿mmm?, Señor es una manifestación de la vida. Esa misma vida que vos la pensaste hace miles de años cuando ya en tu mente fui una idea para vos, ya pensabas en mí Señor, pero no solamente que pensabas sino que me amabas, vos decís: ¿pero a todos?, sí, a todos.

Y un buen día papá y mamá se dispusieron a tenerme y entonces vos llegaste en ese momento, me miraste a los ojos, me llamaste por mi nombre, pusiste en mí un alma inmortal, alguien que me cuidara y por supuesto, pensando en que esa idea de hace miles de años que tenía sobre nosotros empieza como proyecto de vida, ¿qué pensabas Señor para mí?, ¿qué proyecto tenías cuando me miraste en la panza de mamá y me llamaste por mi nombre?, ¿qué proyecto tenías Señor para mí?, porque a lo mejor con el paso de los años, por tantas cosas uno vivió distraído y no se da cuenta qué pensaste para uno, porque para cada uno pensaste algo precioso, bueno ya es preciosa la vida pero mucho más que eso, pensaste qué podíamos ser y hacer en el mundo, en las cosas, entre los hombres ¿eh?, pensaste tanto en mí Señor, pero lo importante es que me amaste siempre Señor, quiere decir entonces que yo tenía siempre ese caudal del afecto tuyo que era el mejor salva vida que podía tener.

Por eso, en esta tarde Señor y todas las tardes a que alcance nuestra vida, yo te digo Señor y cada uno de los que están aquí presente también te dicen Señor, así como nos miraste a los ojos cuando empezamos a vivir en la panza de mamá, miranos otra vez a los ojos, que eso significa para vos todo, como dice el canto Señor: nos miraste a los ojos ¿mmm?. Sí Señor, otra vez necesitamos que nos mires a los ojos señor y que nos infundas la vida, que nos infundas las ganas de seguir adelante en todo, que nos infundas un montón de motivos para vivir, que nos infundas las ganas tremendas de poner nuestra vida en orden si hay algo que
quedó allá entre las ramas en el pasado.

Por eso Señor, en esta tarde vamos a hacer como si naciéramos de nuevo, por
eso mientras yo voy diciendo cada uno lo dice, por eso Señor, vuelvo a pensar en el momento en que me miraste y pensaste en un proyecto para mí y sigo pensando: ¿me habrá querido papá y mamá cuando decidieron tenerme?, bueno pero ahora Señor eso ya pasó y ahora tengo que remediarlo en todo caso si no me querían, ya pasó, entonces te empiezo a decir Señor: pasá sanando, porque hay tanto que sanar en toda la vida, por eso veo que va pasando el tiempo, meses, nueve meses, la vida, el parto y todo lo que nos va ocurriendo a través del tiempo hasta llegar a hoy y cada uno de nosotros Señor, yo también por supuesto, sabemos qué todavía no tenemos ordenado dentro de nosotros.

Por eso, en esta tarde Señor y todas las tardes a que alcance nuestra vida tenemos ganas de hacer lo mismo y ante cada problema, ante cada cosa, ante cada nudo no desatado del pasado vamos a pensar en las palabras del Evangelio de hoy: no tengas miedo, soy Yo el que llama a las puertas de tu corazón, el que está dentro de vos y quiere para vos todo lo mejor, no tengas miedo. Sí Señor, pero me fue tan mal en la vida, sufrí tanto Señor, alguno dirá: con los padres, otro que no los tuvo, otro que lo dejaron temprano, bueno, Señor pasá sanando, a cada uno le va en la vida de una manera y a la mayoría no le va tan bien ¿eh?, no, por eso, pero si vos me trajiste aquí Señor es para pasar sanando todo, tanto Señor, tanto que incluso hasta pensás borrar mi enfermedad de mi cuerpo porque a lo mejor esa enfermedad sea una consecuencia de las cosas que me pasaron, y sí, es así, si me faltó amor de chiquito tal vez hoy ande buscando el amor desesperadamente por todos lados. Si todo lo que me faltó para realizar ese proyecto que vos tenías conmigo Señor tal vez es el origen de mis enfermedades y de mis cosas malas que tengo dentro de mí y que me atormentan tal vez, no sé.

Señor, vos que ves todo, desde antes de nacer hasta hoy y ves nuestro futuro porque para vos siempre estás en tiempo presente, ves todo ¿mmm?, yo te lo ofrezco y lo pongo a tus pies, todo lo que pasó a lo largo de los años, montones de cosas y te digo: pasá sanando Señor porque ante todas esas cosas yo tomo las palabras del Evangelio de hoy y digo: con vos, no tengo miedo porque Jesús está conmigo, como Él le dijo a los que iban en la barca. Piensen, la barca es la vida y los que están sobre la barca somos nosotros y Él se acerca y dice: no tengan miedo, y esos que estaban medios perdidos porque navegaban mar adentro, de repente se encuentran en la orilla y resuelto el problema de la tempestad, que las olas se levantaban y querían destruirlo, no tengan miedo, y de repente ya estaba en la playa como para desembarcar; y nosotros diríamos: ya estamos en la vida para seguir viviendo sanos, tranquilos, con las cosas ordenadas ¿eh?, más allá de cualquier problema o de cualquier cosa, Señor, si vos me decís que no tenga miedo cómo no te voy a creer, si sos Jesús, el Hijo de Dios y Dios mismo y me estás prometiendo enviarme el Espíritu Santo para que siempre me de indicaciones justas y adecuadas para vivir. ¿Cómo es tener miedo?, ¿de qué?, ¿a quién?, ¿por qué?, por esta enfermedad que tengo dirán algunos, y también: ¿por qué miedo?.

Entonces, agudizamos el oído para escucharlo al Señor que nos dice:

Dice Jesús:

Mis queridos, aquí están todos ustedes, pero no están solamente ustedes, hay miles y miles y miles, ¿por qué?, porque ustedes han pensado en todos vuestros hermanos, los que están lejos, no tan lejos y cerca, los que están enfermos, presos, los que están desaparecidos, los que están aparecidos, los que están en el mar, los que están en la tierra, en el desierto, ustedes han pensado en todos, entonces acá dentro hay miles, y esto como decían antes ustedes: forma Mi Cuerpo Místico ¿eh?, de hermanos… (se dio vuelta la cinta) …, lo que a veces les quita el sueño durante la noche, así todo.

No, no te pongas a contarme todas esas cosas que cuando no te podés dormir te aparecen cosas feas, que la tristeza te invade y ya se está volviendo depresión, que el cáncer avanza, que la soriasis está cubriendo el cuerpo, que en los riñones hay alguna cosa que no funciona bien, que en el páncreas, que en los intestinos, que en el estómago, en todo el cuerpo.

Habla Artemio:

Y sobre todo en el corazón Señor, sí, seguí hablando Señor, seguí hablando.

Dice Jesús:

Estoy mirando Mis queridos cada una de las partes de vuestro cuerpo para pasar sanando y estoy mirando cada parte de vuestra vida espiritual y la vida psíquica para ir sanando todo, Yo no quiero más que haya esos problemas de la niñez que estén allí abajo como pus en un forúnculo que quiere estallar en cualquier momento.

Yo paso sanando, Yo paso sanando, tengan confianza, el Evangelio de hoy lo dice: soy Yo, no tengan miedo.

Habla Artemio:

Señor, pero a todos nos es muy difícil vivir, en todos los órdenes.

Dice Jesús:

Nunca se han acordado de decirme: Señor, mirá todas mis penas, mirá todo mi dolor, mirá toda mi angustia, mirá todo mi pasado, acompañame Señor, ¿nunca se les ocurrió decirme eso?, y si Yo vine para eso al mundo, ¿o qué creés que pensaba mientras caminaba el camino del calvario y cuando me clavaron en la cruz?, ¿en quién pensaba?, pensaba en vos Mi querido, en vos estaba pensando; vos dirás: pero éramos tantos y somos tantos y fuimos tantos, pero vos no podés abarcar la mente de Dios que es infinita.

Por eso, mientras sentía los golpes en la cruz de los clavos en vos pensaba Mi querido, tanto dolor sentía pero sabía que era el precio que tenía que pagar por vos, sí, el precio.

Después de entender esto Mi querido ¿te das cuenta que el miedo, los problemas, las cosas que no funcionan ya no funcionan porque Yo no quiero que funcione? porque Yo he pasado sanando y como antes dijeron: ¿qué te pido a cambio por todo lo que verás?, ¿qué te pido a cambio te preguntarás?, porque los hombres están acostumbrados que todo tiene que pagarse, pero Yo no te pido nada, nada, porque así es el amor auténtico, dar sin pedir, por eso Yo no te pido nada, ni siquiera que me digas disculpas cuando me escupís en la cara, no, me limpio y sigo a tu lado esperando hasta el día en que te des cuenta y digas: tarde te amé Señor, pero por suerte llegué a tiempo, tu amor es tanto, no me lo puedo perder dirán ustedes.

Esta sanación que les estoy haciendo, lo único que les estoy proponiendo simplemente es que abran vuestro corazón y me dejen entrar en él con toda la fuerza con que Yo entro en la vida de los seres humanos, acompañado de Mi Mamá, que es la Mediadora de todas las Gracias, déjenme que los ame, no les cuesta nada, déjenme que los ame, quiero sanarlos, quiero hacerlos felices, no tienen por qué sufrir, todo consiste simplemente en tomarse de Mí, cuando se toman de Mí y me dejan entrar, vuelve a oírse lo que digo en el Evangelio: soy Yo, no tengan miedo.

Habla Artemio:

Nosotros Señor te amamos también pero queremos que vos nos ames porque lo nuestro es tan chiquito, tan pequeñito que queremos que vos nos des todo tu amor, porque estás entre nosotros así como tu Mamá que ya pasó y los bendijo a todos acá dentro y el San Pío de Pietralcina y la Santa Faustina también, todos nos han bendecido pero vos querés quedarte siempre con nosotros porque estás con nosotros, por eso nos gusta decirte siempre: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. A ver con mucho amor: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. No lo busque a Cristo en lo alto, ni lo busques en la oscuridad, muy cerca de ti, en tu corazón, puedes adorar a tu Señor. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Y ¿nosotros qué hacemos?. Le hablaré sin miedo al oído, le contaré las cosas que hay en mí, y que solo a Él le interesarán, Él es más amigo para mí. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Búscalo sin miedo por la calle, caminando entre la multitud, muchos ciegos van, sin quererlo ver, llenos de ceguera espiritual. Con fuerza: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí.

Te tenemos aquí Señor, estamos tan contentos ¿mmm?, entonces te decimos así con todo nuestro fervor: enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Él, enamorado de Él, en mi corazón tengo escrito, Jesucristo de Nazareth, en mi corazón tengo escrito, Jesucristo de Nazareth. Enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Él, enamorado de Él, en mi corazón tengo escrito, Jesucristo de Nazareth, en mi corazón tengo escrito, Jesucristo de Nazareth.

Sí Señor, te tengo en mi corazón por eso vemos como completas este día Señor cuando vemos que: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Con qué gusto Él pasa sanando, por eso le decimos: el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Ahora el Señor nos libera de todos nuestros problemas, nuestros males, con fervor le decimos: el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. El Señor ahora como en el Cenáculo nos va a enviar el Espíritu Santo como fuego, por eso decimos: el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará. Déjalo que te queme, déjalo que te queme, déjalo que te queme y recibe su bendición. Déjalo que te queme, déjalo que te queme, déjalo que te queme y recibe su bendición.

Sentimos cómo el Espíritu del Señor entró en nosotros, está en nosotros, es hermoso sentir cómo el Señor se adueña de uno y nosotros tenemos esa paz que no es igual a ninguna otra paz, por eso mientras pasamos a recibir la bendición, que no se altere ese estado de ánimo ¿eh?, que esté siempre así en paz, tranquilo, porque sino la bendición no tiene valor.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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