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Mensaje del 21 de Abril de 2007 (1º y 2º)

Es Mi deseo queridos Míos, una lucha constante y sin cuartel con todo lo malo, no convivan con las cosas malas porque terminan por perderse.

Pero me aparto de esto y llevé a Artemio, a su mamá y las otras pocas personas a un lugar, desde donde podían ver un edificio muy alto y al lado de ese edificio, un palo plantado, que se disputaba la altura con el edificio de muchos pisos.
Mensaje del 21 de Abril de 2007

Habla Artemio:

21 de Abril.

Dice la Madre:

Vuelvo a insistir sobre la lucha contra el maligno, no se dejen sorprender, estén vigilantes, en general si ustedes tienen una vida virtuosa no es tan simple que él se filtre, cuesta mucho, pero como el ser humano tiene montones de variaciones en su carácter y entonces a veces le toma la ira, o bien tiene actos de egoísmo, o bien disimuladamente como amor propio aparece el egoísmo, soberbia y más, muchas cosas más.

Entonces, en esos momentos de ira, de soberbia, de egoísmo, etc., el maligno aprovecha muy bien para adueñarse de uno sino totalmente, al menos en parte, porque hay varias formas en que puede manifestarse el maligno en uno.
Normalmente pueden citarse muchas pero la obsesión, la posesión y la infección son formas que asume el maligno en las personas y hay muchas formas más por supuesto.

Es Mi deseo queridos Míos, una lucha constante y sin cuartel con todo lo malo, no convivan con las cosas malas porque terminan por perderse, ¿les cuesta mucho decir en los momentos peligrosos o en todo momento: Inmaculado Corazón de María?, ¿por qué?, porque en ese momento en que es fecundando Mi Corazón por el Padre empieza la historia de la salvación del hombre, la Nueva Alianza, que el Padre firmaría con los hombres.

Entiendan esto, profundícenlo, pregunten.

Amén.

2º Mensaje del día 21 de Abril…

Mensaje del 21 de Abril de 2007


Habla Artemio:

21 de Abril.

Dice Jesús:

Te llevé para que vieras, estabas junto a tu mamá y otras personas, muy pocas, alguien que vos viste, hizo entrar a todos en un Templo, luego, pasó viendo quiénes eran los hombres, vos has visto quiénes eran los hombres y vos también viste quién estaba dirigiendo todo eso, Yo lo callo por una razón obvia.

Entonces este hombre, llegó hasta vos y dijo: de aquí en adelante vengan conmigo, de aquí hacia atrás, (incluido Yo), vayan donde quieran, incluido Yo lo injerté entre paréntesis, vayan donde quieran, a mí no me interesa, a mí no me preocupa, para mí son igual que nada y agregó, quien los dirigía: estas son las ovejas por las cuales el Buen Pastor da su vida, ustedes dijo, no son ovejas ni son nada.

Yo pensaba, qué será dar la vida por las ovejas porque las llevó a un reducto donde hablaban todos juntos las incoherencias más grandes, y por supuesto, que continuó en una riña, peleas de todo tipo.

Pero me aparto de esto y llevé a Artemio, a su mamá y las otras pocas personas a un lugar, desde donde podían ver un edificio muy alto y al lado de ese edificio, un palo plantado, que se disputaba la altura con el edificio de muchos pisos. En ese palo les mostré, cómo algunos hombres amontonaban paja, como vos viste en los países europeos donde plantan un palo de dos metros más o menos y acomodan el pasto y en la partecita de arriba, ponen un material para que no pase el agua, pequeño, que es el pienzo para el ganado en el invierno, bueno, la paja que estaban amontonando, aunque parezca mentira, tenía prácticamente la altura del edificio y seguían poniendo paja. Esto Yo les mostraba a Artemio, su mamá y algunas personas.

Llegó un momento en que los que ponían paja en ese palo, ven que la última parte del edificio… (se dio vuelta la cinta) …, la última parte del edificio se derrumba y por supuesto, el palo donde habían injertado toda la paja también.

Después les hice ver un desorden general donde muchas personas quedaron atrapadas por los escombros de esa parte del edifico que se cayó. Ahora, el edificio por un lado, la paja por el otro, y la paja quedó, todo así, sembrando el suelo como un pequeño tapiz y entonces Yo le dije a Artemio y a su mamá: cuántos siglos hace que amontonan paja, mientras otros construyen un edificio bien sólido, con buenos cimientos. Pero la causa del derrumbe estaba en que los que amontonaban la paja, tan alto, distrajeron a los que seguían construyendo el edificio y se originó el derrumbe, haciendo un enorme daño.

Le encomendé entonces repito, a Artemio y a su mamá y a las personas que estaban cerca con ellos, que atendieran a todos los golpeados, a todos los que habían sufrido, que no se veían cuántos eran por el humo, por el polvillo del escombro, les dije: reconstruyan, pero vean mientras van reconstruyendo que no se puede edificar con paja, porque miren para qué sirvió la paja.

Todas estas cosas le hice ver a Artemio, a su mamá y a estas pocas personas, mientras se organizaban para sacar las víctimas debajo de los escombros. El suelo, que no era de tierra sino de cemento, allí cerca del edificio estaba mojado, como si recién hubiese llovido, pero no había llovido. Y Yo no le mostré claramente, si todo eso que estaba mojado era agua o era sangre. Y los dejé allí, tratando de recuperar todo lo que se había destruido y construido mal, pero sobre todo aquellos que habían sufrido las consecuencias de todo esto.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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