¿Por qué digo todo esto?, porque detrás de esos pasos de Mi Hijo en el calvario, las caídas, los golpes, todas esas atrocidades que Él sufrió las sigue pasando todos los días. Mensaje del 24 de Marzo de 2007
Habla Artemio:
24 de Marzo de 2007.
Dice la Virgen María:
Pasan todos estos días de Cuaresma que sirven de preparación para la Semana Santa o Semana Mayor, entonces veo como en tantísimos lugares hay ceremonias para ir tomando conciencia más aún de lo que significa la Semana Santa, entonces aparece clarísimo la imagen de Mi Hijo sufriente, claro, sufriente, dolorido, extenuado, como si ya no pudiera dar un paso más en su vida.
Está muy bien todas las cosas que hacen para Semana Santa o los días de Cuaresma para prepararse, sí, pensando que tenemos que pasar el Viernes Santo para que haya Pascua de Resurrección para que Mi Hijo resucite, como una conmemoración de todos estos acontecimientos.
Ahora bien, cuando hacen el Via Crucis o piensan simplemente en las distintas estaciones del Via Crucis Yo comprendo que tienen un fervor grande al acordarse de los sufrimientos de Mi Hijo, pero las estaciones del Via Crucis deben hacerse no como algo que ocurrió allá en el tiempo hace dos mil años y después se terminó, me refiero a que no podemos dejar así como un acontecimiento más que nos mueve a reflexión, sí, que nos provoca un fervor y una pena grande por todo lo que tuvo que soportar Mi Hijo, pero para realmente vivir todos estos acontecimientos hay que pensar con el corazón y con la mente sobre las diversas formas que a esta altura del Tercer Milenio se están dando en las más diversas partes del mundo.
Mi Hijo sigue viviendo el calvario en cada una de las personas que sufren en el mundo, ¿a qué me refiero?, a Mi Hijo lo crucifican todos los días con las muertes que se dan en Irak, todo el sufrimiento de esa gente está diciéndonos cómo Mi Hijo vuelve a revivir su Pasión en cada uno de los perseguidos, de los torturados, de los asesinados y de todo lo que ocurre en el mundo. Si todas estas cosas no se miran así es posible que los recuerdos de la Pasión sean bastante, no digo incorrectos pero sí desubicados.
¿Por qué digo todo esto?, porque detrás de esos pasos de Mi Hijo en el calvario, las caídas, los golpes, todas esas atrocidades que Él sufrió las sigue pasando todos los días, en todos los lugares donde hay guerras, pequeñas o grandes, guerras declaradas o guerras disimuladas. Mi Hijo sigue sufriendo la Pasión en la mayoría, en todos diría, los países del mundo.
La Pasión se repite en todos los condenados de la Tierra, en todos los seres marginales que hay a lo largo y ancho del planeta y los acontecimientos se vuelven a tener presente. Aquí, en este lugar donde Yo estoy con Mi Hijo acampando es la misma tierra que nutrió de jóvenes que murieron en la guerra del Atlántico Sur porque no se hizo aún justicia sobre todo, ¿y quien quita el dolor de los que murieron?, de los familiares que quedaron y de los que quedaron con un montón de problemas ocasionados por esa guerra.
Estamos aquí en la pampa gringa donde muchos de los hijos de esta tierra están allá en el Sur enterrados en las frías tierras, Mi Hijo sigue sufriendo por todo eso, por los que los mandaban y por los que sufrieron las consecuencias de todo esto, ¿o creen que a Mi Hijo no lo siguen crucificando cuando se vuelven a repensar todos los problemas que hubo con la subversión y el proceso, con todos los dramas de ambas partes, Mi Hijo está siempre sufriendo por todo eso ¿o acaso ustedes creen que pasó y ya está?, no, ustedes creen que Mi Hijo no fue crucificado también y sigue siéndolo, mientras no se haga justicia y aunque se haga, con Monseñor Angeleli y otros Sacerdotes que murieron y también crucificado con aquellos que se prestaron en forma silenciosa o no tanto consintiendo a veces directamente y otras veces con el silencio por todas las cosas que pasaron.
Es hora de que todos aquellos que pudieron haber hecho y no lo hicieron, que pudieron hablar y no hablaron, que pudieron salir en defensa de la vida y no salieron, todo eso sigue crucificándolo a Mi Hijo y también lo siguen crucificando todos los condenados de la Tierra, todos los marginales, no es cuestión de andar mucho por este país para llegar a lugares donde no en Semana Santa sino todos los días del año Mi Hijo vuelve a ser crucificado; mientras no entendamos esto, no entendimos la Pasión de Mi Hijo.
La tierra quitada a sus dueños, las opresiones diarias de sueldos miserables, de condiciones de vida deplorables, no pobreza, miseria y de las peores, donde hay montones de gente que su tatarabuelo ya estaba programado, su abuelo, su padre, su hijo, su nieto, bisnieto, tataranieto y sigan enumerando, siguen programados y toda esa gente, todos están viviendo una crucifixión diaria y por ellos sufre una enormidad Mi Hijo, pero no solamente, he hablando primero de aquí donde estamos acampando, pero revisen todos los pueblos de América, revísenlos y van a ver que son tantas las cosas que se pueden contar de crucifixiones cotidianas, ¿o ustedes qué creen?, que pueden pasar desapercibidos para Mi Hijo aquellos que no tienen ni comida, ni remedios, ni techo, en condiciones de vida tan, tan inferior que lo único que late es un corazón que ya ni tiene esperanza de ninguna naturaleza; los condenados de la tierra.
Y no me detengo solamente en la América Latina, porque tendría para hablar días de toda la América Latina, de toda la América Central, luchas interminables, opresión infinita de los que todo lo tienen, todo lo pueden, todo, todo, todo, ¿o creen que no hay una crucifixión diaria con todos los temas raciales de los países de Estados Unidos de América y de alguna forma también del Canadá?. Si me pongo a hablar de África, bueno ya muchas veces se los dije pero, se los recuerdo ahora en esta Cuaresma y en Semana Santa, cuántos hijos Míos, Jesús multiplicado por miles y por millones en cruces cotidianas, en cruces diarias.
Si ustedes recorren repito las estaciones del Via Crucis y no tienen en cuenta estas cosas, entonces de poco vale esa recorrida, porque en esa recorrida Mi Hijo salió de ella triunfante, trayendo la esperanza pero por todos los que Yo nombré, todavía no hay esperanza de la resurrección, no, dije África para no decir Asia, por no decir también Oceanía y por qué no decir de todo ese mundo Europeo que no sé si por pasar tanto dolor se ha hecho insensible a montones de cosas pero las crucifixiones son diarias en todos los países del mundo sin excepción y mientras no veamos en todos esos hombres nuevamente a Mi Hijo crucificado estamos al margen de tantas posibilidades, estamos al margen de la resurrección.
¿Qué puedo hacer yo en mi lugar dirá alguno?, por lo menos acompañar con el corazón y con la mente a todos los condenados de la Tierra.
Me acuerdo que no hace mucho mientras veía en un film sobre la Pasión de Mi Hijo y muchos no pudieron resistir y salían de la salas de espectáculos porque tanto dolor les alienaba, Yo les pregunto: ¿no les produce también dolor que montones de familias a lo largo y a lo ancho de América, del África y de todos los países del mundo, pero especialmente en algunos; los padres tienen doce o quince hijos, para criar dos o tres porque el resto se muere antes por la pobreza, la miseria, la falta de todo, las enfermedades de cada lugar y en otros países las luchas triviales de países que vivieron siempre sometidos, que fueron colonias y que fueron aprovechados mientras pudieron rendir réditos económicos y después fueron dejados así y aquellos que han recibido algún beneficio siguen recibiéndolo es porque a lo mejor sobre la tierra o en las entrañas de la tierra… (se dio vuelta la cinta) …, ¿o ustedes qué creen, que la Pasión de Mi Hijo se reduce a lo acontecido en la Semana Santa o en la Cuaresma?, la Pasión de Mi Hijo se da todos los días, a cada instante, en la muerte de cada niño sin los medios para vivir, en los solitarios y los que no lo están, en los países del primer mundo o de los otros mundos, denominaciones que para Mi Hijo no tienen mayor importancia, sí tiene importancia cómo Él ve que los grandes servicios, una forma de decir, que se prestan a los hombres, cada día se concentran más, en algunas o en la mayoría de los que llaman: compañías multinacionales, donde la vida del hombre tiene un valor tan relativo, donde la vida del hombre se cotiza tan poco o nada, por supuesto que hay honrosas excepciones en todos lados, por supuesto, pero globalmente visto el mundo padece dolores, pero no dolores de parto donde los niños nacerán y su llanto o risa alegrará a las madres que los tuvieron, noo, este es un parto diferente, donde los que nacen no nacen sino que mueren.
Mientras no tomemos conciencia de estas cosas, mientras no entendamos por quién vino Mi Hijo a la Tierra, mientras no entendamos de las miles y miles de crucifixiones diarias, no sé si decir duramente o ásperamente se está fuera de lo que es el amor cristiano, mientras la vida es solamente que el conformarse así diariamente con lo que uno tiene en mano, entonces se está viviendo al margen y no hay resurrección. Mi Hijo resucitó y está triunfante pero les pide a todos los hombres del mundo que hagan posible la resurrección de todos los condenados de la Tierra y si hay cosas que ya no se remedian como lo que dije al comienzo, la de todos los muertos en la guerra del Sur o en la guerra que libraron después ambos bandos, mientras no se toma partido por eso y se ve con claridad meridiana la necesidad de una justicia no intermitente, sino continuada. Pero sería para hablar otra vez en otra oportunidad hasta que punto las leyes de la mayoría de los países están de parte de todos los hombres, la mayoría de las leyes benefician a unos pocos. Ustedes dirán: y bueno, pero los hombres son pecadores, hay que hacer distinción; Mis queridos, una cosa es cometer pecados y otra cosa es institucionalizar en la vida de cada uno la corrupción, son cosas muy diferentes, es cierto que cada hombre es pecador.
Mis palabras tienen mucho dolor porque los condenados de la Tierra no pueden esperar, no pueden esperar, el que tiene un hijo que se está muriendo porque las estructuras sociales en las que vive lo han condenado, ese ser no puede esperar; pero es tanta la hipocresía de los que mandan, es tanta, que volviendo a los temas y acciones de aquél film que a tantos horrorizó, uno les vuelve a preguntar: y las muertes así cotidianas ¿a nadie le horroriza?, toda la inseguridad que se vive en los países del mundo, especialmente en esta América irredenta es un clamor que llega hasta el Cielo.
¿Se puede permanecer insensible?, recorran con vuestra mente la faz de la Tierra y sean conscientes de todo lo que pasa, ¿a cuántos les llega la resurrección de Mi Hijo?, ¿a cuántos?, Yo les pregunto: ¿a cuántos?, y hace dos mil años que Mi Hijo resucitó porque como dice Pablo: si Él no hubiera resucitado vana sería nuestra fe.
Ahora, tendremos el Domingo de Ramos y tendremos también la Semana Santa, la muerte de Mi Hijo y su resurrección, que conmemoramos con fervor pero si se olvida todo aquello que acabo de decir, que no es nada más que algunos indicadores porque si comenzara a dar detalles ¿verdad?, entonces sería para
llorar en forma interminable.
No hay resurrección mientras no haya resurrección para todos los condenados de la Tierra, ya sé que es una forma de decir, pero es real y concreta, ¿a cuántos llegan la resurrección de Mi Hijo?, ¿a cuántos llega las acciones concretas de una vida mejor?, ¿a cuántos?, ¿a cuántos?.
Les repito, los condenados de la Tierra no pueden esperar, a que el hombre que les acabo de citar recién, que dice haber tenido quince hijos porque pudo criar dos o tres nada más, está comiendo diariamente, si es que tiene el pan de la injusticia. La injusticia de la realidad en la cual viven, la injusticia de aquellos que miran hacia otra parte y que tienen el deber de mirarlos a los ojos pero miran hacia otra parte porque tienen que saberlo, todos aquellos que detentan el poder religioso, en todos los órdenes, le tienen un miedo pánico a los pobres, a los pobres en todos los aspectos y en todos los sentidos, le tienen miedo a los pobres.
Estas reflexiones, apelando a la Misericordia de Mi Hijo espero que lleguen a todos los corazones de buena voluntad, que a veces obran mal o siempre obran mal porque aún no se dieron cuenta, no se dieron cuenta aún.
Amén.
Mensaje del 24 de Marzo de 2007
- Visto: 417