Que gran cosa es reconocer los errores, que gran cosa es decir alguna vez: me equivoqué. Mensaje del 11 de Marzo de 2007

Habla Artemio:

11 de Marzo.

Dice Jesús:

A veces me pregunto cuánto tiempo desperdician los seres humanos, en todos los órdenes, en todos los aspectos y en todo sentido, cuánto tiempo están totalmente lejos del amor y viven de una manera que tal vez los hombres de la edad de piedra no lo hicieron, pero no, no crean que la humanidad no avanza, a pesar de la imagen exterior, de tapar siempre todo, hay todo un montón de personas, muchísimos de ellos consagrados, que tienen una idea clara de cómo son las cosas porque escuchan el Espíritu Santo que habla en ellos, pero solo algunos se animan a decirlas.

Y por supuesto, algunos se dedican a la pequeña filosofía de argumentar a favor o en contra de esa cantidad de Documentos que dicen encontrar enterrados en cualquier lado, o tumbas escavadas donde me encuentran a Mí y a Mi familia y tantas cosas por el estilo, qué pena da ese sentido de la morbosidad que tienen muchas personas, cuánto se habló de Mi relación con María Magdalena y cuán poco se dijo en verdad, cuánto se habló de tantos temas, pero aquellos que dijeron cosas realmente coherentes y sumamente valiosas fueron acallados, fueron acallados simplemente y la mayoría de las veces no les interpretaron las palabras que decían como también ocurre aquí que si Yo les digo muchas veces lo mismo que Mi Madre, que hay cosas que interpretan mal, por montones de motivos ya explicados pero se usan como argumentos para defenestrar todo, es realmente demoníaco el proceder de tantas personas para buscar aquellas palabras o frases que pueden ser vistas de varios puntos y que en general la mayoría de las veces no aciertan, pero callan todo lo histórico que es comprobable y que estuvo mal y está mal.

Que gran cosa es reconocer los errores, que gran cosa es decir alguna vez: me equivoqué, qué maravilloso es poder delante de una asamblea o delante de una persona o delante de Mí decir: no pensé bien, hubo mala intención en mi pensamiento, hubo intereses creados, hubo orgullo, hubo soberbia, hubo celos, hubo envidia y tantas cosas por el estilo.

Vieron ustedes el destino de los Profetas del Antiguo Testamento, la mayoría, a la mayoría los mataron porque decían verdades, tal vez verdades mechadas con muchas cosas que no entendieron en su tiempo o no entendieron después o fueron arregladas de alguna manera en esos inmensos talleres de transformación de los escritos para que digan lo que cada uno quiere que digan ¿verdad?, porque hay tantísimos de esos, invocan al Espíritu Santo, dicen que lo invocan para poner a gusto y paladar de acuerdo a sus intereses y motivaciones montones de Documentos a lo largo de toda la historia de la cristiandad, cuánto dolor y cuánta podredumbre, cuánto dolor y cuánta miseria.

Amén.