Perdonen Mi sintaxis pero, la desesperación me hace decir las cosas así como dicen acá: como agua de manantial; y necesariamente no tiene por qué ser perfecta la sintaxis o la construcción de frases bellas.

Mensaje del 28 de Diciembre de 2006

Habla Artemio:

28.

Dice Jesús:

Estamos terminando los días de este año pero Yo estoy fuera del tiempo, tengo adelante de Mí las injusticias y todo el dolor de la humanidad a través de los siglos y los tiempos y quiero darles Yo un Mensaje de esperanza, porque les puedo asegurar que dar de comer al hambriento, dar techo al que no tiene, comprensión al que no puede, asistencia médica al enfermo, asistencia espiritual a todos, dar lugar en la casa a los peregrinos, pero no solo en la casa física sino en la casa del corazón.

Quiero que la hierba vuelva a crecer en paz sin que los plaguicidas le trastornen la vida, quiero que los árboles puedan crecer sanos y robustos sin que nadie los esté mirando para cuando los van a hacer caer para utilizarlos en algo, quiero que los animales crezcan sanos y no contaminados por todas las cosas que arrojan sobre la Tierra y sobre el pasto en el que ellos se alimentan y luego como tantos deben vivir de la carne de esos animales se infectan de todo, cuántos pájaros menos surcan el espacio porque los granos de las espigas llenas de plaguicidas los han matado, para poder tener más han trastornado la naturaleza, para poder vender más… (se dio vuelta la cinta) …, quieren sembrar lechuga debajo de la cama, todo está trastornado. Yo no quiero todas esas cosas, las aguas infectadas, la mayoría de los hombres de la Tierra toman aguas infectadas y los que ni siquiera pueden tomar agua.

Perdonen Mi sintaxis pero, la desesperación me hace decir las cosas así como dicen acá: como agua de manantial; y necesariamente no tiene por qué ser perfecta la sintaxis o la construcción de frases bellas.

Han perdido la alegría los hombres, han perdido la alegría para vivir y Yo soy sinónimo de alegría, soy sinónimo de vida, soy sinónimo de paz y soy sinónimo de la plenitud del ser humano. En cualquier lugar o sitio, pertenezca al grupo humano que pertenezca, a la religión que posea y por supuesto vivan donde vivan.

Mi Madre les decía que quería hombres locos y disparatados para que ella pudiera lograr ser realmente la Mensajera del Espíritu Santo para que entiendan qué es la Misericordia.