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Mensaje del 07 de Diciembre de 2006

En este mismo momento que estamos sentados vos y Yo, frente a frente, el mundo sigue debatiéndose entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, entre el amor y el odio, entre lo contingente y lo necesario.
Mensaje del 07 de Diciembre de 2006

Habla Artemio:

07 de Diciembre.

Dice Jesús:

Son más de las 12:00 de la noche y estamos aquí, en esta biblioteca, que fue testigo de tantas cosas hermosas y que seguirá siéndolo.

Aquí estamos, vos, Mi humilde siervo y Yo, Jesús de la Misericordia, más allá duermen los perros, en la otra pieza también duermen los pájaros y la casa está sola, teniéndonos a nosotros dos aquí. Los animalitos duermen, pero no les dan calor los rayos que salen de Mi Corazón.

En este mismo momento que estamos sentados vos y Yo, frente a frente, el mundo sigue debatiéndose entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, entre el amor y el odio, entre lo contingente y lo necesario.
En este mismo momento toda Latinoamérica, en su mayoría, sufre dolores de parto para sistemas de gobiernos distintos, para llevar el gozar de la dignidad esencial de la persona humana.
En este mismo momento, en las sombras de la noche cuántos hombres se preparan y cargan sus armas para destruir a sus hermanos.
Y en este mismo momento, la justicia en el mundo es algo tan relativo y tan increíble que los hombres siguen oprimidos por los que más tienen y más quisieran tener, los que manejan el mundo a su antojo.
En este mismo momento, en distintos lugares de la Tierra se están haciendo planes para poder dominar a los hermanos y conseguir tener más.
En este mismo momento muchos Sacerdotes levantan la hostia que es Mi Cuerpo y todos dicen: Señor mío y Dios mío.
En este mismo momento, cuántas Religiosas dentro de los Conventos, en todos los lugares del mundo, algunas contentas con su vocación pero recordando su hogar lejano, tal vez la Madre que no tuvieron, la esperanza que no anidó en su casa y el hambre que caló hondo y por eso decidieron entrar a un Convento, como un inmenso útero que les protegería para siempre.
Y en este mismo momento otras religiosas, estarán masticando bronca y odio por algunas de esas superioras que no las tratan como deberían.
Y en ese mismo momento, la madre, miles y miles y miles y miles de madres acunan a sus hijos para que duerman en paz, pero en su corazón está la incertidumbre: ¿lo tendré mañana?, ¿cuál será su futuro?, las cosas en el mundo no están bien.
En este mismo momento, alguien está masticando en silencio, rumiando el pasado de sus progenitores y sintiendo correr en su sangre el dolor de la guerra, de la destrucción, de los bombardeos.
En este mismo momento cientos de miles o millones son descendientes de las grandes guerras que padeció el siglo XX, algunos descendientes y otros protagonistas.
En este mismo momento, los presidentes siguen con sus planes de guerra para dominar el mundo, quieren tener más. Les preocupa el petróleo, les preocupan riquezas como el cobre y todos los metales, sobre todo aquellos que pueden servir para construir armas o envenenar en caso de guerras.
En este mismo momento, la pobre anciana y el niño y el viejo y el adulto y el chico y el bueno y el malo y el blanco y el negro y el amarillo y el azul y el verde, están muriendo en algún Hospital.
Y en este mismo momento cientos de miles y miles y miles cierran sus ojos sin ninguna esperanza.
En este mismo momento, Mi Misericordia llama a la puerta de los hombres, llama a la puerta de los gobernantes, de todos los que tienen poder y tiene que replegarse porque nadie le abre.
En este mismo momento alguien dirá: ¿por qué el Señor no alecciona a los hombres para que dejen de hacer tantas cosas malas?, pero también en este mismo momento otros piensan: el hombre fue creado libre, tan libre como para amar a Dios o destruir su idea, tan libre como para plantar el árbol o cercenarlo, tan libre como para engendrar un niño o para destruirlo.
En este mismo momento, las cárceles están repletas de hombres que según dicen cometieron atrocidades, pero los otros que cometen atrocidades, que están amparados por la ley y por una justicia malsana siguen gozando de comidas refinadas, siguen gozando de licores exquisitos, de hombres y mujeres candidatos para una noche de placer.
En este mismo momento, aquí adentro, en esta biblioteca, Artemio y Yo seguimos pensando cuándo podremos hacer, decir Misas en esta Casa de Mi Madre y Mía. Y también en este momento, tanto Artemio como Yo, estamos como desanimados porque los hombres no quieren que haya Misas aquí, los hombres mandan a otros hombres para destruir.
En este mismo momento alguien, muchos, se alarman porque en la Casa de Mi Mamá y Mía siguen repitiéndose los milagros, las gracias, la solución de los problemas, los tullidos caminan, los sordos oyen, los ciegos ven y los desamparados tienen dónde cobijarse.
Y en este mismo momento, grandes aviones surcan los aires con blancos bien, bien claros para destruir, otros para aterrizar en poderosísimos portaviones que en la construcción y lo que gastan en cada uno de ellos, habría para llenar un tercio de todos los hambrientos.
En este mismo momento, África se debate en luchas intestinas, porque siempre fueron colonias y nunca aprendieron, pasaron del estado de tribu a la universidad y no estaban preparados para ello.
En este mismo momento, esos hombres en África no concientizados organizan la vida de los otros y comercian con los hombres como si fueran paquetes de mercadería.
En este mismo momento me asaltan los pensamientos que tenían los hombres ilustres respecto a los africanos, cuando demoraron la redención porque los consideraban a los negros un grado inferior o varios grados a los demás seres humanos, cosa que no pasó con los indios o si pasó, aquí había muchas riquezas como para cambiar la perspectiva.
En este mismo momento, las bases norteamericanas en todas partes del mundo “custodian” entre comillas a los pueblos donde están asentadas.
En este mismo momento, los ingleses piensan en la soberanía de las Islas Malvinas.
Y en este mismo momento, Estados Unidos no piensa solamente en el petróleo que se termina, piensa en el agua que no alcanzará dentro de no muchos años.
En este mismo momento, un témpano inmenso se desprende de la Antártida y empieza a navegar pero antes que se derrita llevará diez años por lo menos.
En este mismo momento, el río de lágrimas de los que sufren supera el caudal de todos los ríos más caudalosos del mundo.
En este mismo momento, unas cuántas viejecitas rezan el Rosario en esa Iglesia llena de oropeles y señalizadas donde están los lugares donde descansan los hombres ilustres que pasaron por allí como autoridad, pero no entienden eso.
En este mismo momento, turistas entran a Notre Dame de París para mirar las obras de arte y los monumentos históricos y alguno que otro mira el Sagrario donde estoy Yo. Lo mismo pasa en la Catedral de Colonia, o la de Innsbruck, o en la de Zurich o en la Sagrada Familia con sus formas tan especiales mirando al Cielo.
En este mismo momento, muchos hombres se refugian cerca de las paredes del Sagrado Corazón de Montmartre.
En este mismo momento arrullan cientos de palomas en las Cúpulas del Duomo de Milán o la Catedral de Venecia, miles de palomas sueñan con sus pichones igual que los hombres sueñan con sus hijos.
En este mismo momento siguen levantando sus cúpulas al Cielo estas Iglesias en Londres con sus agujas que miran el infinito.
En este mismo momento, muy cerca de la corriente del Támesis, se refugian algunos linyeras para pasar la noche, qué importa si en promiscuidad, o bien en este mismo momento las Iglesias de Escocia siguen habitando espíritus maravillosos, unido a toda esa gente maravillosa.
En este mismo momento, en las restauradas Iglesias de Moscú y las diseminadas por el resto de Rusia organizan para celebrar la Navidad en este tiempo de Adviento.
En este mismo momento, Nuestra Señora de Guadalupe sigue pensando: ¿por qué demoraron tanto en elevar a los altares al indiecito?.
En este mismo momento muchas calles de Lima y el Convento de los Dominicos tendrán nostalgia del negro de la escoba San Martín de Porres y también tendrán nostalgia de Santa Rosa de Lima.
En este mismo momento ya el llanto está cerrándome el pecho así como se cierra el pecho de Artemio por pensar en todas estas cosas.
En este mismo momento, en la Catedral de Luján, muchos hombres y mujeres se ocultan, se resguardan dentro de la Catedral para pasar la noche. Y otros también se resguardan en la Catedral de la Plata, esa hermosa Catedral que vio tantas cosas, buenas e indecibles.
En este mismo momento, los tesoros de la Catedral de Córdoba siguen pensando en que quisieran ojos que los miren y se aclaren los objetos perdidos o robados. Cuántas Catedrales que hay en Córdoba, cuántas Iglesias, cuántas; cualquiera diría que está toda la Santidad acumulada, pero en algunas de esas Iglesias se dieron listas de hombres y mujeres que tenían que morir.
En este mismo momento estoy pensando cuándo los pueblos de América podrán decir basta a las opresiones, cuándo podrán decir basta a tanta vida indigna a través del tiempo.
En este mismo momento los Templos de los Incas, los Mayas, los Aztecas, los espíritus llenos de Luz juegan a la luz de la luna, añorando otros tiempos hermosos donde no había enfermedades, donde nadie se contaminaba pero después llegaron los de la civilización europea para llenarlos de todo y no de todo lo bueno.
En este mismo momento, recorro los escritorios donde duermen Documentos muy importantes sobre el futuro del universo, no digo de la Tierra solamente, del universo.
En este mismo momento quisiera dejarme llevar por la corriente del Río Amazonas y a medida que voy pasando me gustaría plantar árboles y toda clase de plantas, aquellas que destruyeron los que tienen la fuerza.
En este mismo momento estoy pensando cuánto tiempo les durará la fuerza a los países del Norte, a las distintas organizaciones de los poderosos, de los países poderosos del primer mundo.
En este mismo momento estoy pensando en que los imperios por fuertes, por bien plantados que estén el paso del tiempo los hace caer, o más aún, las injusticias los hacen desaparecer.
En este mismo momento, entro en las cárceles de todo el mundo y no sé con cuál quedarme para no sufrir tanto, si las de América, la de Estados Unidos, las de Europa, de Oriente, cuánta crueldad que hay Mis queridos, cuánta crueldad, no sabría con quien quedarme, en el sentido de ser menos peligrosas y menos malditas.
En este mismo momento, montones de personas cierran los ojos y duermen tranquilos, mientras en Guantánamo las atrocidades son indecibles, donde los países en guerra hacen pasar las peores humillaciones a los dominados.
En este mismo momento estoy pensando cuánto puede vivir un hombre sin tomar nada de agua y también en este momento estoy pensando que hay miles y miles y miles y miles que no pueden tomar agua y si la toman está contaminada y si la toman los llevará a la muerte.
En este mismo momento estoy pensando qué poco se hizo científicamente para sanar a los enfermos mentales, para prevenir el nacimiento de infradotados.
En este mismo momento estoy pensando en todas las universidades del mundo, cuánto han hecho por los enfermos mentales y por los enfermos en general.
Y en este mismo momento también estoy pensando en los laboratorios que fabrican los remedios y que inventan enfermedades y originan enfermedades para poder vender más.
En este mismo momento también se abren las flores, el rocío riega la faz de la Tierra.
En este mismo momento, millones de hombres tienen una flor en la mano para dársela a la otra mitad que está por esa flor esperando.
En este mismo momento estoy pensando, este diálogo con este hijo querido Mío me gustaría mantenerlo con tantos hombres pero saben que no los encuentro, hombres y mujeres, ancianos y niños, adolescentes y adultos.
En este mismo momento también estoy pensando en las palabras de Mi Madre en los Mensajes de ayer y antes de ayer, en esas alabanzas maravillosas, que harían hasta envidiar sanamente a San Juan de la Cruz, a Santa Teresa de Ávila, a Sor Juana Inés de la Cruz, a San Bernardo, a San Agustín.
En este mismo momento también es tanta la bondad de los hombres.
En este mismo momento es tanta la Misericordia que estoy derramando en todos los lugares para sostener al mundo.
En este mismo momento, el Espíritu Santo está tan atareado en llegar a cada uno de los hombres para decir en su conciencia qué camino seguir.
En este mismo momento, estoy pensando todo lo que pasa en esta Casa, la de Mi Mamá y Mía que no quiere ser reconocido por nadie, incluso hasta aquellos que reciben milagros del Señor, lo ocultan como si fuera una mala palabra.
En este mismo momento, veo que el hombre avanza en su humanización.
En este mismo momento veo como el hombre a pesar de todas las apariencias, tienen en su alma el germen de la Vida Eterna, de la Visión Beatífica, de la Bienaventuranza.
En este mismo momento estoy pensando en todos los Sacerdotes y Religiosas que en distintos lugares del mundo están entregando sus vidas, derramando su sangre y sonriendo a pesar de los lanzazos y la muerte pronta.
En este mismo momento también veo las terribles luchas de los Sacerdotes, de los Obispos y de los Cardenales, que tengo la seguridad que habla en ellos el Espíritu Santo pero no se animan a hacer algo distinto de lo que tienen entre manos… (se dio vuelta la cinta) ….
En este mismo momento, a pesar de todo lo que dije ocurren cosas tan maravillosas en el mundo, sé que algunos como dice en la Sagrada Palabra, están trazando camino en el mar y vereda en aguas impetuosas.
En este mismo momento sé hasta qué punto, aquellos que saben que están en el camino equivocado no les va a durar.
En este mismo momento, estoy pensando en toda la Misericordia de Mi Papá, Mía y del Espíritu Santo derramándose sobre el mundo, para que a pesar de todo avance hacia el bien para que, como antes dije: hay medio mundo esperando con una flor en la mano y la otra mitad por esa flor esperando.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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