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Mensaje del 05 de Diciembre de 2006

Cuántos dirán: ¿cómo es posible este, o esta forma de alabanzas?, sí, es posible porque la Misericordia saca Luz de la oscuridad, saca néctar del veneno de algo, saca miel de la hiel, porque la Misericordia del Señor lo puede todo. Mensaje del 05 de Diciembre de 2006

Habla Artemio:

05 de Diciembre de 2006.

Dice la Virgen:

Alaben al Señor porque es bueno.
Alábenlo porque hizo maravillas.
Alaben al Señor en su mayor atributo que es la Misericordia.
Alaben al Señor, alábenlo, al levantarse y al acostarse, en la plenitud de la mañana y en el ocaso de la tarde, en la flor que se abre o en aquella que cierra lo pétalos, en el fruto que madura y en aquellos que aún están verdes.
Alábenlo también en la pobre plantita que nació entre las piedras y no puede criarse, ni florecer ni dar frutos.
Alaben al Señor en la piedra que hace millones de años está allí testigo de todo... (se dio vuelta la cinta) ….
Alaben al Señor las estrellas de todas las galaxias.
Alaben al Señor todos los animales, incluso los más feos y horribles de presencia, pero tienen vida que el Señor les dio.
Alaben al Señor.
Alaben al Señor en el niño que sonríe, en el sol que brilla, en la tierra caliente por el sol que hace germinar las semillas.
Alábenlo en la siesta, porque es como si el mundo descansara un momento aunque todo sigue igual.
Alaben al Señor por la noche, porque grandes son sus recorridos y además está en todos lados como en el día, como…, pero por la noche parecería que se filtrara hasta por las más pequeñas hendiduras.
Alaben al Señor las arenas del desierto y las aguas de los mares.
Alaben al Señor los peces del mar, alaben al Señor los peces del mar y las pequeñas hormiguitas que llevan su comida a su casa.
Alaben también la comida de las pequeñas hormigas.
Alaben al Señor todas las cosas, desde las más simples a las más complejas, desde los animales unicelulares o los pluricelulares.
Alaben al Señor los glóbulos rojos de la sangre humana y los glóbulos blancos.
Alaben al Señor todos los componentes de un organismo humano.
Alaben al Señor en este llamado a todos.
Alaben al Señor las nubes y la lluvia, los vientos y las brisas.
Alaben al Señor las ondas que forman las olas y también las olas gigantes que se estrellan contra las rocas y las olas que se expanden sobre las arenas de las playas.
Alaben al Señor aquellos peces que quedan fuera del agua y ya no tienen más vida o aquellos otros animales que el agua saca fuera del mar y los deja al sol donde se secan.
Alaben al Señor todas las alimañas porque para el Señor no hay alimañas, son seres que se defienden o se procuran el alimento.
Alaben al Señor las letras del abecedario y alaben al Señor también todas las palabras de los libros.
Alaben al Señor todas las letras de los libros que existen en el mundo.
Alaben al Señor todas las letras de los libros que forman los 87 kilómetros de bibliotecas de la Ciudad Santa.
Alaben al Señor no solo las letras sino las hojas, no solo las hojas sino los muebles que la contienen, y no solo los muebles que la contienen sino también los hombres que allí la pusieron.
Alaben al Señor todos los Evangelios Apócrifos.
Alaben al Señor los libros de todas las religiones y todos los personajes y personas enumeradas en esos libros.
Alaben al Señor.
Alaben al Señor lo que no se puede medir y lo medible, lo finito y lo infinito, lo corpóreo y lo etéreo.
Alaben al Señor.
Alaben al Señor, los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y todos los Ángeles.
Alaben al Señor.
Alaben al Señor todas las flores del paraíso, todas las flores que están en el Cielo y los frutos y las plantas que dan esos frutos.
Alaben al Señor.
Alaben al Señor las aguas cantarinas que van cayendo entre las piedras, en ese mundo que todavía no vemos.
Alaben al Señor porque es bueno.
Alábenlo porque hizo todo bien.
Alaben al Señor incluso aquél que porque no sabe, no entiende, no comprende y todavía no le llegó la palabra, alábenlo.
Alaben incluso aquél que pone bombas o explosivos para que sus explosiones se conviertan en rosas y claveles, en anémonas y en margaritas del campo.
Alaben al Señor.
Alábenlo todos aquellos que van por caminos torcidos y ellos creen que son derechos.
Alaben al Señor, alaben.

Cuántos dirán: ¿cómo es posible este, o esta forma de alabanzas?, sí, es posible porque la Misericordia saca Luz de la oscuridad, saca néctar del veneno de algo, saca miel de la hiel, porque la Misericordia del Señor lo puede todo, tanto como hacer crecer un árbol que se secó, hacer florecer una piedra que no tiene nada de vida. La Misericordia del Señor que más allá de todo lo que el hombre ve construye a pesar de todo.

Alaben al Señor, alaben, alaben al Señor, porque en las manos de la Misericordia todo se vuelve amor, todo se vuelve amor.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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