Como ven Mis queridos traer mensajes que da el Señor resulta siempre muy peligroso, ¿por qué?, porque no se quiere aceptar que el Espíritu puede hablarme a través de los hombres, las cosas y los acontecimientos.

Mensaje del 14 de Mayo de 2006

Habla Artemio:

14 de Mayo de 2006.

Dice la Virgen:

Retomo lo que dije ayer: quiero que esté presente en vuestras vidas el Espíritu Santo, en cada una de las cosas que hacen, en cada obra que realicen, en cada decisión que tomen, antes de resolver cualquier tipo de problemas siempre el Espíritu tiene que aconsejarles, es decir, dejen que les aconseje, sean buenamente dóciles para escuchar su palabra.

Creen ustedes que este hijo Mío Artemio podría hacer lo que hace, mantenerse en pie y brillar siempre si no tuviera el auxilio del Espíritu Santo, por supuesto que él también invoca a los Santos Protectores, por supuesto a las almas que están en la oscuridad, también invoca cuando dice Santos, dice: por los méritos de los Santos, no solo los que están ya con el Señor sino también los Santos vivientes, también invoca la intercesión de la sangre de los Profetas, aquellos enviados del Señor y que la mayoría ha muerto en manos de aquellos a quienes venían a traerles mensajes. Como ven Mis queridos traer mensajes que da el Señor resulta siempre muy peligroso, ¿por qué?, porque no se quiere aceptar que el Espíritu puede hablarme a través de los hombres, las cosas y los acontecimientos.

Repito, este hijo Mío no podría dar más un paso si no estuviera auxiliado por el Espíritu, porque debo reconocer que incluso aquellos que se benefician con sus consejos y sus palabras y su intercesión ante Mi Hijo tienen una conducta que no condice ni con el agradecimiento, ni con el reconocimiento, ni con el deseo de ajustarse a la verdad y entonces cualquiera en cualquier momento y en cualquier lugar y fuera de contexto citan palabras de él, dicen cosas de las más extrañas a veces y malignas en muchos casos, sin pensar nunca que las intenciones de los hombres solamente la ven esos hombres y a veces ni esos hombres ni tan claramente lo ven.

Vayan ustedes a decirle a alguien que tiene hábitos, que dicen ser consagrados, vayan ustedes a decirle algo de lo que dijo alguien que no está dentro de la estructura administrativa de la Santa Madre, es sistemático, no se le hace caso, salvo que lo que diga no tenga trascendencia, pero si tiene transcendencia no se le hace caso, se le odia, se le evita, se le deja de lado, se conjetura sobre él las cosas más inverosímiles, esto pasó en todos los tiempos, no es nada nuevo, pero así son nuevos los dolores que producen todos aquellos que se niegan a escuchar. Es decir, se protegen y se preocupan en la medida en que están dentro de la estructura... (se dio vuelta la cinta) ..., el resto de los hombres son seglares nomás, tienen que obedecer sin cuestionar nada, tienen que obedecer si no se les niega hasta lo esencial, tienen que obedecer a veces hasta en forma denigrante.
Yo pienso que el Espíritu Santo a pedido de Artemio está haciendo sobre muchos una transformación, al menos interior y privada porque todavía falta el paso de que lo que piensan lo puedan decir públicamente, porque si se dice públicamente se cae en desgracia delante de los otros y como el hombre es tan pagado de sí mismo que los ascensos, los cambios de posición, un lugar que no de tanto trabajo, es especialmente tenido en cuenta. Cuando hablo siempre estoy teniendo en cuenta las honrosas excepciones que hay, que permanecen en silencio y siguen adelante, porque en primera y última instancia los hombres tendrían que convencerse que…, en todo caso las acciones que realiza de ellas tiene que dar cuenta al Señor, si ya sé que hay reglamentaciones, ya sé que hay todo ese tipo de cosas. Las reglamentaciones sirven en la medida que no quitan la libertad de las personas, esto no es nuevo, es evangélico, la ley no puede matar al hombre y si tengo que elegir entre el hombre y la ley elijo al hombre, aunque todos se disgusten y yo vaya a parar a cualquier lugar.

Los que les estoy diciendo es muy simple, es como algo lógico y fácil de hacer, solo que hay que posponer los gustos personales y todo aquello que se refiera al crecimiento del yo para abrirse hacia los otros.

Es increíble cuánto daño hacen las personas que no dejan hablar en ellas al Espíritu Santo, lo hacen muchas veces creyendo que de esa forma no faltan a la ortodoxia y Mi Hijo les dijo: ¿y la ortodoxia del amor?, ¿cuándo van a cambiar de forma de pensar en cuanto a la ortodoxia del amor?.

No hagan tanto daño a los seres humanos, les estoy hablando también para este hijo Mío que padece montones de cosas que guarda y no dice a nadie, pero son dolores muy grandes, muy grandes, pero no solamente él sino todos aquellos que quieren seguir los dictados del Espíritu de Amor, tienen que padecer lo indecible y después a veces se pide perdón, qué fácil que es eso ¿no?, por supuesto que algo remedia, pero cuando se obró mal, todo el daño causado son como escupitajos en el rostro de Mi Hijo. Yo no sé para qué tienen en los altares mayores de las Iglesias a Jesús crucificado, mientras que Él debería tener una imagen del Jesús triunfante, bueno, Yo no sé como teniendo al Señor que les recuerda que está en la cruz o que estuvo en la cruz, pero ahí está por supuesto, les está recordando todo lo que hicieron y hacen.

Cuando Pedro le asegura al Señor cuando Él le pregunta: “Pedro, ¿me amas?”, varias veces le pregunta y Pedro le contesta: “claro Señor que te amo, si vos sabes que te amo”, entonces, le decía Mi Hijo: “cuida a Mis ovejas”, cuando Mi Hijo les decía así, se refería a todas las ovejas, no a algunas nadas más, una parte del rebaño. Yo seguiría repitiendo las palabras de Jesús, de Mi Hijo amado: “Pedro, ¿me amas?, Pedro, ¿me amas?”.

Amén.