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Mensaje del 04 de Octubre de 2006

Un sembrador recogió el saco de semillas, semillas que había seleccionado entre cientos de miles y con todo el entusiasmo soñando en las plantas que nacerían, soñando cuando esas plantas crecieran y se multiplicaran. Mensaje del 04 de Octubre de 2006

Habla Artemio:

04 de Octubre de 2006. Hoy es el día de San Francisco de Asís.

Dice Jesús:

Un sembrador recogió el saco de semillas, semillas que había seleccionado entre cientos de miles y con todo el entusiasmo soñando en las plantas que nacerían, soñando cuando esas plantas crecieran y se multiplicaran, cuando todas esas plantas se convertirían en espigas llenas de granos fecundos para convertirlos en harina y así tener alimentos para su pueblo y otros pueblos también. Ya había trabajado la tierra lo suficiente como para que fuera prometedora y comenzó a arrojar las semillas y mientras sembraba seguía soñando, seguía soñando en el tiempo de la cosecha; pero ni bien cayeron las semillas en tierra, algunos animales escarbaron y se la comieron, y bueno dijo él: y son las aves del Cielo a las que también hay que alimentar.
Después vinieron otros hombres que no sembraban y escarbaban en la Tierra para robar los granos, siguió el sembrador sembrando y siguieron los demás hombres revolviendo la tierra para sacar los granos allí depositados. Entonces dijo el sembrador: ¿adónde van a ir a parar todos mis sueños?, si ya estoy viejo como para seguir pensando en otros años y las semillas que derramaría en tierra, entonces pensó: ¿cómo puedo hacer para que nadie se de cuenta dónde están las semillas?.
Entonces el sembrador con su espalda encorvada y sus ojos perdidos en el horizonte oyó una voz que le decía.
Sigue sembrando hijo Mío, los animales todo no se comerán, los hombres tampoco destruirán todo, algo siempre quedará.
Sí dijo el sembrador: pero ya no me quedan fuerzas por la frustración de tantas ocasiones similares, ya no me quedan fuerzas para seguir sembrando.
Y la voz volvió a oírse.
El sembrar le da sentido a tu vida y todo ese sentido que fuiste acumulando a lo largo del tiempo, así como las plantas, Mi Misericordia tomará todo eso y lo hará fructificar.
Es cierto, dijo el sembrador, el sembrar le da un sentido a mi vida pero también necesito ver las mieces ondulantes y las espigas cargadas de grano.
Yo te propongo que tengas en cuenta que quien te está hablando, el mayor atributo que tiene es su Misericordia, confiá plenamente en Mi Misericordia, tan ciegamente, tan terriblemente como el que se arroja al vacío desde lo alto de un cerro y Mi Misericordia, seguía diciendo la voz, hará producir el mil en uno a esta tierra y la producción, montones de veces la hará invisible a los hombres para que no la destruyan, sigue sembrador arrojando tus semillas, aunque te parezcan que los animales se alimentan con ellas y los hombres destruyen todo lo que has sembrado.
Llegará el momento de recoger y entonces se llenará tanto el granero que habrá que construir otros graneros para poder dar cabida a semejante cosecha.

Allí terminó de oírse la voz y el hombre, el sembrador, siguió mirando el horizonte sin fin y después miró sus manos y vio en ellas no una sino cientos de cosechas y sonrió complacido, tan complacido que llegó a su hogar y le dijo a sus familiares: que abundante será la cosecha.

Quien tiene oídos para oír que oiga, quien tiene ojos para ver que vea, quien tiene humildad para entender que entienda.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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