Entonces, la mayor o menor cantidad de afecto en los gestos, palabras, en todas las formas en que hemos sido tratados a lo largo de la vida influyen en este momento presente Oración del 22 de Enero de 2006
Habla Artemio:
“Pedro: ¿me amás?, sí Señor, si vos lo sabés demasiado bien”, pero ese mismo Pedro horas después lo niega varias veces ¿mmm?, cuando lo toman prisionero a Jesús se hace humo ¿mmm?, Pedro se hace humo, luego cuando lo ve una mujer en un lugar determinado, para no entrar en detalles, dice: ¿no eras vos que andabas con los galileos?, no, yo no, yo no.
Entonces, esto nos muestra que algunos seres humanos tienen un amor muy frágil o le parece que es amor pero no es, es un sentimiento dulzón, como una limonada desabrida lo que muchos sienten por otros, mientras eso sea por un extraño y bueno, pero cuando ese amor así verdadero y profundo falta en la pareja, en los padres, en los hijos, entre los hermanos, entre los que están cerca, entonces ahí viene amontonados una serie de problemas, un montón de problemas. Quién puede decir por ejemplo que lo que padecés en este momento hay que remontarlo a la edad en que vos tenías pocos meses o estabas en la panza de tu mamá y no te fue tan bien porque a lo mejor tu viejo le daba unas palizas bárbaras ¿no es cierto?, y así ¿mmm?.
Es decir, todo lo que se consuma en el ámbito del amor es sumamente delicado, que hay que cuidar muy bien ese campo del afecto, no solamente en la pareja, padres e hijos sino también entre los amigos, en las personas que se conocen ¿verdad?. No se puede amar un día y el otro dar un garrotazo, vos dirás: no, no se nos ocurre eso, sí, ocurre porque no hace falta tomar un palo para dar un garrotazo, con una mirada indiferente estás haciendo mucho daño ¿mmm?.
“Pedro: ¿me amás?, sí Señor, si vos lo sabés todo, sabés que te amo y mucho” ¿mmm?, fue cuando Él le dice: “ante que cante el gallo vos me vas a negar tres veces”; ahora, yo pregunto a cada uno de ustedes y me pregunto yo también: cómo es nuestro amor, en la familia, en todo y también por Jesús, ¿cómo el de Juan o como el de Pedro? ¿mmm?, porque el de Juan en las horas más difíciles fue siempre igual, estaba al pie de la cruz junto a su Mamá ¿verdad?, junto a Susana, junto a María, María la señora de Cleofas y otras mujeres ¿mmm?, los otros Apóstoles no, brillaban por su ausencia, no estaban ahí, estaba Juan con las mujeres nada más y eso lo sabemos por el Evangelio de San Juan porque en el Evangelio de Mateo, Marcos y Lucas esto no está, no está, directamente no está porque Mateo, Marcos y Lucas no quieren quedar mal con nadie entonces obvian ¿no es cierto? el poner que había mujeres al pie de la cruz, pero lo principal, los principales que estaban al pie de la cruz eran las mujeres que lo habían acompañado siempre. ¿Quiénes recogen del suelo toda la sangre que salía de Jesús?, las mujeres, ¿quiénes están allí para que Él vea un rostro amante cerca?, las mujeres ¿mmm?, repito: María, María Magdalena, María la señora de Cleofás, Susana, ¿quién es Susana?, Susana la nombran dos veces en el Evangelio nada más pero Susana era una mujer muy hábil con las manos, sumamente capaz y muy hábil con las manos y era la que se ocupaba de hacerle comidas a Jesús ricas para que Él comiera cuando llegaba de los viajes o cuando estaban cerca o cuando iba con Él porque los Apóstoles iban con mujeres también en el grupo, aunque no lo dicen los Evangelios, Juan sí lo dice pero los otros Evangelios no, como aquí estamos para ver la verdad ¿no es cierto?, no nos asusta nada, bien.
Entonces, yo pregunto: ¿cómo es nuestro afecto en la relación familiar, entre hermanos, padres e hijos, hijos y padres, cómo es la relación?, ¿la que tenía Jesús con Juan o la que tenía Jesús con Pedro? ¿mmm?. Y fíjense que lo consideraba muy valioso Jesús a Pedro, porque le dijo: “tu eres Petrus, es decir Pedro-piedra y sobre esta piedra edificaré Mi Iglesia”, `porque fue el primer Papa ¿verdad?, es decir, no era cualunque, no era cualquiera, era alguien para tener en cuenta ¿verdad?, pero es el que lo niega tres veces en los momentos difíciles.
No nos vamos a poner a pensar nosotros acá si negamos o no negamos al Señor en los momentos difíciles, no, no, no, eso no lo vamos a pensar pero sí vamos a ver ¿no es cierto?, qué tipo de amor tenemos los seres humanos, los que estamos acá, o los seres con los que convivimos o aquellos que se relacionan con nosotros, etc. ¿mmm?, ¿qué tipo de amor es el nuestro?, con gestos, solamente con gestos y actitudes, ¿entienden?, ¿uno entiende todo el afecto que existe o no se entiende? ¿mmm?; ustedes dirán: ¿por qué todo esto?, porque nosotros, ustedes peregrinan desde muy lejos, hasta de Catamarca mirá y cada uno busca una solución para sus problemas y el Espíritu Santo me está diciendo a mí que ayude en la búsqueda de esa solución ¿verdad?.
Entonces es muy duro pensar que tal vez por el tiempo en que uno vivió en la panza de mamá, cuando papá no la trataba muy bien o directamente la trataba, en los años de la niñez, los tiempos en los cuales uno fue a la Escuela, las personas que le rodearon a uno parientes, etc., todo, cada uno vivió en un mundo de personas y a cada uno le fue de una manera y nos encuentra hoy en este día analizando para ver cómo nos fue; dirán ustedes: y por qué todo esto?, y muy simple, porque nuestras enfermedades no se sanan como si uno tuviera una varita mágica, lo toca en la frente y ya todo está listo, no, hay que revisar un poco el pasado para ver que hay allá, como si fuera un baúl viejo lleno de cosas, qué hay allá en el pasado nuestro. Porque si a esta altura de la vida no tenemos paz, andamos mendigando un poquito de afecto de cualquiera, de cualquiera que quiera darlo ¿mmm? y a veces hasta se paga el afecto de alguien, porque ustedes saben muy bien que se paga el afecto de mucha gente ¿mmm?, no hace falta que yo se los diga porque lo saben… (se interrumpe la grabación) …, bueno.
Entonces, la mayor o menor cantidad de afecto en los gestos, palabras, en todas las formas en que hemos sido tratados a lo largo de la vida influyen en este momento presente, detrás de esta caparazón gruesa y de muchos años siempre está un niño pequeño que vive sufriendo lo que sufrió, porque las cosas se repiten, pero tiene que llegar un día en que uno saque de adentro todo eso que constituyó un drama o algo feo ¿verdad?, porque sino no nos deja de molestar.
Ahora bien, por ejemplo quienes estuvieron siempre como lo estuvo uno cerca de jóvenes saben cómo deben ser iniciados los jóvenes en todos los misterios del amor ¿verdad?: es decir, en nuestras Escuelas se enseñan: historia, geografía, matemática, etc., ¿no?, pero a vivir no se enseña, y los que quisimos hacerlo no nos fue tan bien a veces porque teníamos en contra muchas cosas, pero en cuanto a matemática, historia y geografía, ta, ta, ta, todo, vivir, vivir bien, en paz, no, nadie, por eso yo digo siempre que había que fundar Escuelas para desaprender ¿mmm? de todo lo mal que nos hizo la Escuela. Ustedes dirán: pero usted estuvo treinta y ocho años dentro, y sí, tratando de hacer todo lo posible para que las cosas fuera bien, tratando por lo menos, tratando.
Bueno, parecería como si toda esta charla se diluyó un poco pero volvamos otra vez al comienzo: “Pedro: ¿me amas?, sí Señor, te amo, vos lo sabés”, pero Jesús sabía que el afecto de Pedro era muy relativo ¿mmm? y yo ya directamente preguntaría a cada uno de ustedes que en su interior se pregunte ¿verdad? con su esposo, o la esposa con su esposo, o con los hijos, o con las relaciones, ¿cómo es el afecto que se tienen?, ¿cómo funciona todo eso tan maravilloso que debe existir?, ¿cómo funciona?, porque en la medida en que funciona bien y funcionó bien tendremos ¿no es cierto?, un ser humano adulto sin problema, feliz, sin complicaciones, en la medida en que no haya habido ese clima no; ustedes dirán: pero y ya pasó el tiempo, no hay remedio, si estamos acá porque hay remedio sino no estaríamos, es una pena que no se preocupe la gente por pensar que muchos, muchos males y enfermedades no se curan con antibióticos ni con cualquier medicamento ¿mmm?, sino con una actitud de amor muy grande de parte de la familia ¿mmm?. Cuando uno ve una persona enferma de cáncer o de cualquier enfermedad difícil, grave y uno observa cómo es la familia uno enseguida tiene presente: se salva o se muere, porque, no solamente con el cáncer sino con la mayoría de las enfermedades tienen los familiares un montón de cosas que ver ¿mmm?.
Te lo dice alguien que estuvo toda una vida en medio de los chicos y los chicos llevaban a la Escuela todos los dramas de sus padres, porque en general la gente no tiene conciencia, se ayuntan, tienen hijos pero un hijo no puede ser fruto así de un rato de estar calentitos, un hijo es otra cosa, un hijo es algo deseado, amado, incluso antes de que nazca, antes de ser engendrado, no es lo mismo nacer de alguien que lo deseó a uno tenerlo que porque vino así nada más, vino, vino, y sí, como es la naturaleza, es tan fácil todo ¿no?, tan simple.
Entonces, este llamado es para todo, porque nosotros creemos que el ámbito de la religión es para un tipo de cosas y nada más, si nos pusiéramos a pensar bien ninguno de nosotros sabríamos para qué esto de Jesús, la religión, la Iglesia, voy a Misa, comulgo, etc., etc., me parece que no sabemos nada, ese es un drama y lo peor es que nadie no nos enseña tampoco ¿mmm?. Entonces para eso estamos acá ¿mmm?, para eso estamos acá, ¿habrá en otros lugares también así?, sí, sí, por supuesto, no tenemos la exclusividad pero, no podemos hablar de sanación de enfermedades cuando hay todo un pasado tenebroso ¿mmm?, algún día tenemos que vaciar el baúl de recuerdos horribles o de recuerdos feos ¿verdad? y entregárselos al Señor. Fíjense ustedes, cuando las personas durante la bendición se caen al suelo, que no es desmayo sino que es justamente entrar en sueño blanco, sueño del Espíritu, que ya los primeros cristianos de los primeros siglos lo practicaban ¿verdad?, en ese momento que uno se cae le toma el Espíritu Santo ¿verdad? y le limpia a uno todo lo que hay en el pasado que tal vez nos esté molestando en este momento, directamente o indirectamente; porque hay cosas que si nos pasó en la panza de mamá no las conocemos hoy ¿verdad?, pobre, no estamos buscando culpables, estamos buscando las causas de nuestros males ¿verdad?, y más aún, no podemos pensar en sanarnos si no hay una revisión de todo el pasado ¿mmm?. Jesús en un Mensaje dice: muchos se preguntan ¿por qué no termino de sanarme? ¿mmm?, y respondió también: porque todo el pasado tenebroso que hay en cada uno ¿verdad? hace que uno tenga problemas de los más diversos, algo que todo entienden, por ejemplo llegó un hermanito a la casa y los otros hermanitos, no tan grandes por supuesto, porque la madre quiere al que llegó y le da toda su protección ¿verdad?, ese niño hasta puede tener fiebre a veces ¿mmm? y cualquiera de ustedes que ha estado algunas vez cerca de una Casa Cuna saben muy bien que hay niños totalmente sanos pero cuando les falta el afecto porque los padres los dejaron allí se mueren de un día para otro, de una enfermedad que los médicos llaman: marasmo, es decir falta de amor ¿verdad?, porque el afecto es, el amor es el elemento fundamental para poder desarrollarnos como corresponde y tarde o temprano en nuestra vida vamos a tener que revisar nuestra vida para encontrar qué es lo que no está ordenado sino no nos hagamos la ilusión de sanarnos plenamente, ¿por qué no termino de sanarme?, por algo debe ser, habrá que buscar. Por supuesto a veces en un retiro de tres días es más fácil encontrar ¿no es cierto?, las cosas que uno tiene adentro que no están en orden, o dos días o un día o a veces basta una charla de dos o tres horas pero uno no tiene tiempo para dedicarle a las personas dos o tres horas, por eso uno apela al sentido común de cada uno de ustedes para que marido y mujer, padres e hijos, hijos y padres replanteen su vida, sus cosas y sientan dentro de ustedes aquello de: “Pedro ¿vos me amás?, sí Señor, yo te amo”, pero parece que tanto no lo amaba y por otro lado Juan no le dice al Señor cuánto te amo, sin embargo el Señor se da cuenta porque, se recuesta sobre Él y los demás se dan cuenta porque dicen: “miren cuánto se aman”, porque no hace falta decirlo, se ve en la mirada, en los gestos, en como una mano toca a la persona, como una mano está sobre el hombro de otra, etc., etc., ¿verdad?.
Los que se aman tiernamente normalmente no se dicen muchas palabras, lo expresan o se miran nada más, aquél que te dice tantas veces: te quiero, te quiero, te quiero, te da a entender que no te quiere, porque no hace falta decirlo, se siente, se siente y ustedes cuando van a cualquier lugar religioso, sea cualquier tipo de Templo, cristiano, de cualquier secta o bien la religión católica a la cual pertenecemos todos los que estamos presentes ¿no es cierto?, ustedes se dan cuenta si quien está dando la Homilía y la Misa los ama o no, se dan cuenta o si son un objeto sentados ahí nada más, el ser humano no es tan tonto como muchos creen, el ser humano se da cuenta cuando es amado o no es amado, que a veces lo disimule muy bien porque los hijos andan en la suya, van y vienen y los padres están casi solos ¿verdad?, sí les acepto pero que los padres saben cuando un hijo le ama aunque esté lejos lo sabe muy bien ¿verdad? y no se demuestra con llevar un regalito un día en el año, dos, se ve siempre ¿mmm?, “miren como se aman”.
¿Por qué decimos todo esto?, decimos todo esto porque nosotros no podemos pensar ¿no es cierto?, como mucha gente dice: ¿qué venís a buscar al Santuario?, y te dicen: luz y paz, pero la paz no es algo que se da como si uno repartiera naranjas o manzanas, no, la paz es algo que hay que buscarla dentro de uno con la ayuda del Señor y si es necesario empezar desde cuando uno se acuerde ¿mmm?. Hay montones de métodos para esto, montones de cosas para hacer, para encontrar eso pero con una varita mágica así no se da la paz ni la luz a nadie, aquí tenemos nuestra conciencia que tiene que buscar ese estado y preguntar y preguntar y volver a preguntar y además también ¿no es cierto? y yo diría especialmente, se da cuando somos conscientes de los roles que tenemos, si soy papá o soy mamá bueno y tengo tantos hijos o voy a tener hijos, un hijo tiene que ser algo querido, deseado, amado antes incluso de engendrarlo, entonces yo a ese hiño le voy a dar la seguridad de una vida adulta feliz pero sino no o no. Y eso que las cosas han cambiado mucho, yo me acuerdo y no tengo tantos años para decir pero treinta años atrás muchas mujeres embarazadas a veces no pasaban en una esquina donde había varios hombres reunidos, porque siempre había alguno que tenía que decir alguna torpeza y no tantos años atrás, las mujeres evitaban pasar, ahora felizmente hasta llevan la panza al aire ¿no es cierto?, felizmente ¿mmm?, con todo orgullo y sin que nadie diga nada ¿mmm? y fíjense ustedes que hasta en los reglamentos de las Escuelas ¿verdad? para que no hubiese problema siempre se pidió, lo hice yo cuando tenía la rectoría de la Escuela, se pedía que un mes y medio antes y un mes y medio después del bebé el personal tomara vacaciones, ¿por qué?, porque en aquél entonces, ya ahora no tanto, pero en aquél entonces había serios problemas cuando una mujer embarazada enfrentaba a los adolescentes, reaccionaba mal ante el embarazo de alguien ¿mmm?, eso es por toda una cultura que no valora la vida ¿se dan cuenta?. Yo en todo ese tiempo he tenido un solo problema grave, y ahí fue justamente una vez cuando alguien dijo: no, me tomo las vacaciones los tres meses juntos y quedo hasta el final dentro de la Escuela y hubo una serie de problemas por eso porque los adolescentes no aguantaban ver la panza esa enorme, ahora no, no, ya no es problema casi, pero no tanto años atrás era un problema serio.
Entonces quiere decir que hay un concepto de la vida muy relativo, que habrá que pensarlo, los que están más grandes tendrán que aconsejar a los más jóvenes, los que son jóvenes tendrán que pensar: ¿qué quiero para mi hijo?, ¿qué futuro quiero para mi hijo?, un futuro…, yo quiero que mi hijo sea un hombre feliz, quiero que no sea un desgraciado, que tenga toda clase de problemas, si tu hijo es fruto de una noche de joda pues bien, así será la vida de él, qué querés, no es un ser amado.
Entonces, de estas palabras del Evangelio, refiriéndonos a los Apóstoles: “miren cuánto le aman”, por un lado Juan, y el otro: “Pedro ¿me amás?”, por otra parte, no hay que preguntar a uno si lo aman, porque no hace falta, se sobreentiende, quien tenés cerca y te ama te mira de una forma, tiene gestos, tiene actitudes, tiene movimiento, tiene todo para demostrarte que te ama, no hace falta preguntar: ¿me amás?, ¿me amás?, ¿me amás?, o tengo que cuidarte que no me vayas por ahí, eso no es del amor, el amor es una cosa exigente, hemos contraído un compromiso, pues bien, tanto sea en la pareja como con Dios, no hace falta que alguien me esté regulando ese compromiso, yo sé que el amor es exigente y si yo amo a alguien tengo que respetarlo hasta las últimas consecuencia, sino no me puedo hacer la idea, salvo que yo quiera que la vida sea cualquier cosa, que la vida vaya porque va nomás, así como ¿eh?, en ese sentido tenemos más pureza en los animales y las plantas que en los seres humanos ¿mmm?, mucho más, mucho más. Es muy difícil que entre los seres humanos nazca alguno defectuoso, sí puede haber también porque con todos los elementos que van apareciendo ¿no es cierto? los animales también sufren las consecuencias… (se dio vuelta la cinta) …, no, porque son concebidos ¿mmm? como corresponde, es decir, en el tiempo justo, en el momento propicio y se le alimenta, los padres alimentan a sus hijos con el alimento que corresponde, ellos no se confunden en el alimento, saben que le hace bien a sus hijos y que no, y por qué nosotros no?.
Bueno, no quiero extenderme demasiado porque el tema puede ser bueno pero tampoco es cuestión de insistir tanto ¿no?, pero piénsenlo y si algún día se preguntan ustedes: ¿por qué no termino de sanarme de estos problemas que tengo en mi alma?, habrá que buscar, ir delante del Sagrario ¿mmm? donde está Jesús Sacramentado o directamente cerrarse en una pieza o por la noche y empezar a revisar el pasado de uno para ver qué es lo que no está bien, porque llega un momento en que la bolsa que llevamos en la espalda se carga de tal forma que hasta nos hace ir ¿eh? ¿verdad?.
“Pedro: ¿me amás?” y la otra expresión: “miren cuánto se aman”, no hubo necesidad de ninguna pregunta, yo les tiro a ustedes esto: ¿ ustedes tienen necesidad de preguntarse si se aman?, ¿tienen necesidad de decirle a vuestros hijos: tenés que querer a tu papá y tu mamá, hace falta?, no, no debería por lo menos porque se sobreentiende que un hijo debe querer a sus padres, tanto se da como un hecho natural que el hijo que no quiere a sus padres y ni los respeta se auto maldice y maldice a siete generaciones más adelante, fíjense ustedes. Es decir, debe surgir espontáneamente el amor por aquello que nos dio la vida, pero de una forma profunda, real, completa y si no surge pues bien, tiene que darnos compasión, lástima la persona que no lo siente porque no entendió nada todavía ¿mmm?. Nosotros no podemos conformarnos: si, yo me he leído la Biblia al derecho y al revés, pero no tiene valor eso si yo no lo siento acá ¿eh?, puedo rezar cincuenta Rosarios diarios pero si no los siento ¿verdad? no vale, no sirve, no me produce nada ¿verdad?.
Entonces, por eso yo les propongo siempre en las sanaciones hacer aquello del ciego: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí”, pero le salía desde adentro, lo querían hacer callar pero él no, seguía: “Jesús de Nazareth ten compasión de mí”, compasión quiere decir sentir junto, compasión, sentir junto ¿eh?, y Jesús llega y le dice: “¿qué te pasa, qué necesitás?, que vea Señor”, pero se lo dijo con tanta fe y con tanto amor que Jesús le responde: “bueno, ve”, y empezó a ver y yo lo veo aquí en la Capilla, aquél que trae así esa misma actitud de entrega ¿no es cierto?, le es fácil sanarse de todo, incluso de las enfermedades más horribles, más tremendas, por muy avanzadas que estén ¿mmm?, pero tiene que darse aquello de: “miren cuánto se aman”, es decir, Jesús no puede ser alguien que tomás y dejás, que sirve de trueque en un momento porque andás necesitando algo, porque me duele las rodillas digo tres Ave Marías a ver si me pasa, no, no es así. Así como a papá y a mamá lo tenés que querer desde adentro y aunque no se lo digas se debe ver en tus ojos ¿verdad?, así también es con el Señor ¿mmm?.
No está aquí hoy entonces puedo decirlo, antes de anoche eran las 22:10 una señora vino y la criatura de quince años se le había torcido el cuello por un desplazamiento de vértebras entonces fue, le pusieron un aparato ¿verdad?, vino acá, tomó agua de la Madre, de la Virgen, la criatura la sintió tan dulce que dice: pero mamá, cómo es posible que hayas puesto tanto azucar, no hija, si la saqué de la canilla ¿mmm?, y al terminar de tomar el agua enderezó el cuello, le sacaron el aparato y tenían que llevarla a Bell Ville para internarla porque el médico incluso hasta creía que podía haber sido un cáncer pero a las 23:15, una hora después, volvió a Hospital pero a devolver el aparato y ayer estuvo en la oración, no sé si estará hoy, no la veo, bueno. Pero ¿qué vi yo en la mamá y en la criatura?, una confianza total ¿mmm?, yo mirando desde la puerta podía haber dicho: miren cuánto aman al Señor ¿verdad?, miren cuánto aman al Señor y fueron después del médico, le devolvieron el aparato y le dijeron todo lo que había pasado ¿mmm?, bueno, muy bien.
Entonces, no hace falta que digamos tanto más, busquemos Jesús llama a nuestra puerta ¿mmm?, llama a nuestra puerta, la puerta de nuestra alma para que salga de nosotros todo el amor que conviene, pero no solo para él sino para todas las personas que nos rodean, las personas que amamos, el mundo sería tan distinto ¿mmm?, y se lo decimos así al Señor: que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Te acercaste a mi puerta y pronunciaste mi nombre, yo temblando te dije: aquí estoy Señor. Tu me hablaste de un Reino, de un tesoro escondido, de un mensaje fraterno que encendió mi ilusión. Yo no puedo pensar en sanarme de nada si no estoy escuchando la palabra del Señor ¿mmm?. Por eso: que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura, codo a codo contigo comencé a caminar. Han pasado los años y aunque apriete el cansancio, paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Que alegría yo siento cuando digo tu nombre, que sosiego me inunda cuando oigo tu voz, que emoción me estremece, cuando escucho el silencio, tu palabra que aviva mi silencio interior. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo.
Entonces, estamos seguros de una cosa, que el Señor está tan cerquita de nosotros pero tan cerca, no es ese ser lejano y extraño que no me entiende las palabras, que no sé si me lleva el apunte o no, no, no, no, Jesús es mi hermano, es mi amigo, es también mi Padre, mi compinche, es todo conmigo, como Él dice: yo quiero que digan que no sepan dónde termino yo y dónde comienzan ustedes, por eso le decimos: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Si Jesús está representado en mi hermano por qué no tengo que ponerle la mano arriba de mi hermano ¿eh?, toquen a vuestro hermano que tienen cerca, tóquenlo, tóquenlo ¿mmm? y entonces le decimos: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Ni lo busque a Cristo en lo alto, ni lo busque en la oscuridad, muy cerca de ti, en tu corazón, puedes adorar a tu Señor. Y pensar que miramos el Cielo para decir: Señor acordate de mí, miramos lejos como si estuviera lejano ¿eh?, mientras que acá dijimos: no lo busquemos en lo alto, muy cerca de ti en tu corazón puedes adorar a tu Señor y cuando uno lo tiene allí le dice: le hablaré sin miedo al oído, le contaré las cosas que hay en mí, y que solo a Él le interesarán, Él es más amigo para mi. ¿Quién te pone la oreja para escuchar tus problemas?, nadie, pero Jesús está siempre dispuesto porque: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Míralo a tu lado por la calle, caminando entre la multitud, muchos ciegos van, sin quererlo ver, lleno de ceguera espiritual. No, no, nada que ver todo eso, Jesús está: tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí. Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí.
Les digo más, aquellos que han puesto la mano sobre el hermano con mucho afecto le han producido un bien muy grande, dichoso aquel que puede ver en su hermano el rostro de Jesús. Decía San Benito de Nursia, Benito Abad, ya en el año quinientos decía: todo aquél hermano hospedero que no está dispuesto ver el rostro de Jesús en el que llega como viajero más vale le diga al hermano que vaya él porque siempre tenemos que ver en el otro el rostro del Señor; ustedes dirán: y qué tiene que ver todo esto con la sanación, pongan el alma en paz ¿no es cierto?, tengan buenas intenciones, amen a vuestros semejantes y van a ver que vuestra vida se vuelve una fiesta constante. La vida para el que ama al Señor debe ser una fiesta aunque uno esté solo o acompañado por cientos de personas, el amor de Jesús debe producir en nuestro corazón una verdadera fiesta ¿mmm?.
Señor Jesús, nosotros estamos aquí, hemos venido de lejos, cada uno traemos en nuestro corazón nuestras penas, nuestros dolores, nuestras angustias, nuestras preocupaciones, nuestras enfermedades y también las enfermedades de nuestros parientes, familiares, amigos, te los presentamos a todos Señor delante del altar, si estás tan cerca Señor de nosotros Señor que fácil es para vos pasar sanando ¿mmm?. Sobre la mano que tienen sobre el hermnao digan por dentro: Jesús pasa sanando, Jesús pasa sanando. Dice la Sagrada Escritura como mandato de Jesús: “pondrán las manos sobre las personas y al rezar con fe las personas se sanarán”, si el Señor nos da todas las posibilidades, si el amor del Señor hace posible que nuestra vida a cualquier edad sea una fiesta, por qué no lo aprovechamos, tenemos todo servido como en una bandeja, por qué no aprovechamos, por qué los temores, las angustias, las preocupaciones, los miedos, qué va a pasar mañana, tendremos que comer y pasado y el año que viene y mi enfermedad y mis cosas, nada, nada, nada, si estoy con Jesús yo no tengo que tener miedo a nada porque Él es Dios, Él es mi amigo, mi hermano, mi Padre, mi compañero, mi compinche, cómo Él me va a abandonar, pero cómo me va a abandonar, yo no puedo hacerle eso, de disgustarlo de esa forma pensando que me va a abandonar y sin embargo cuando tengo miedo, cuando veo que busco otras soluciones por ahí, cuando estoy temblando porque no sé qué estoy dudando, entonces ya no puedo tener esa fiesta interior, cuando confío plenamente que el Señor está dentro de mi corazón o me cobija en el hueco de su mano puedo tener la seguridad de todo y así como el niño pequeño toma la mano de su papá para salir a la oscuridad sin ningún temor también nosotros hagamos lo mismo, tomémonos de la mano del Señor y de su Santísima Madre la Virgen, para no tener ningún temor; ustedes dirán: ¿ni siquiera a la muerte?, ni siquiera, porque no es muerte dice Jesús sino es un cambio de estado donde la felicidad se da aún mayor que la que tenemos aquí, entonces nada hay que nos haga sufrir, que nos de temor, no hay nada, absolutamente nada, la vida se me transforma una fiesta y tengo que contagiar esa fiesta a los otros, si yo he descubierto al Señor, si sé que Jesús está conmigo y no allá lejos, pues bien tengo que hacérselo descubrir a otro también, mientras no me crean mis palabras, le tocaré en el hombro o buscaré un motivo para pasar la mano cerca pero no puedo guardarme para mi un tesoro tan grande, tengo que compartirlo y de qué forma tengo que compartirlo ¿mmm?.
Por eso, ahora vamos a pensar que el Señor está pasando entre nosotros, está pasando sanando todo, no tengan ningún temor de darle a Él todo vuestro mundo vivido, las cosas que les pasó, no hace falta que yo se los diga, ustedes saben de que se trata, aquellos problemitas de la infancia, aquellas situaciones violentas que hemos vivido, aquella vida sin amor que, que fue casi todo el común denominador de mi vida, se lo regalo todo al Señor porque yo quiero estar bien, ya sé que en la vida me fue de una manera, pero yo ahora quiero estar bien, no me interesa, los dolores te lo ofrezco Señor, son tuyos, vos me pedís que te los des para quemarlo con tu amor, bueno, te los doy Señor, porque ahora: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Déjalo que te toque, déjalo que te toque, déjalo que te toque y recibe su bendición. Con toda la generosidad, “miren como se aman”, con toda la generosidad que tiene el Señor, con todo el amor que nos tuvo siempre porque somos creados a su imagen y semejanza, somos un proyecto de Él y Él nos va a llevar adelante y Él puede infundirnos todo el amor y convertir nuestra vida en una fiesta, preséntenle todo al Señor, que Él es el que sana. El Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya, el Maestro de Galilea va sanando ya. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Déjalo que te sane, déjalo que te sane, déjalo que te sane y recibe su bendición. Ahora el Señor pasa liberando de todas las cosas que nos mantienen atados al pasado con dolor, si hay amores que nos tienen atado al pasado en hora buena, todo lo que no sea bueno, lo que no nos trae felicidad se lo entregamos a Él para que lo libere de todo y Él puede hacerlo. Cuando nos pregunte: Juan, Pedro, María ¿me amás?, sí Señor, cómo no te voy a amar, cómo no te voy amar Señor, si sos lo más grande que tengo, tengo muchos amores Señor pero no son comparables al tuyo, lo tuyo es único Señor, por eso pasarás liberando todas mis ataduras viejas, todo un mundo que ya no quiero saber porque entra tu amor en mi vida y la convierte en luz. El Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está, el Maestro de Galilea liberando está. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Déjalo que libere, déjalo que libere, déjalo que libere y recibe su bendición. Sí como en Pentecostés Jesús llega a los Apóstoles y a María Santísima en forma de lenguas de fuego, ¿por qué?, porque les trae el Espíritu Santo que es Dios también, tercera persona de la Santísima Trinidad, a partir de ese momento quedaron todos dice el Evangelio como borrachos, que es lo mismo que pasa cuando uno se cae o cuando uno le impone las manos y le dice: sentate, porque estás mareado, así estaban los Apóstoles también, como medio borrachos, eran las nueve de la mañana y decían: pero ¿qué les pasa a los galileos, que son las nueve de la mañana y andan como borrachos en la calle?, es que habían recibido el Espíritu Santo, que es Dios también, tercera persona de la Santísima Trinidad, por eso tenemos muchas ganas de sentirnos borrachos como los Apóstoles. El Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará, el Maestro de Galilea fuego mandará. Déjalo que te queme… (se terminó la grabación) ….