Entre todos los Mensajes del Señor voy a injertar esto como algo sumamente personal y que si bien no se adapta en su totalidad, salvo algunas cosas, siento la necesidad de decir esto.

Mensaje del 29 de Julio de 2006

Habla Artemio:

Entre todos los Mensajes del Señor voy a injertar esto como algo sumamente personal y que si bien no se adapta en su totalidad, salvo algunas cosas, siento la necesidad de decir esto. Parecería que los que estamos con el Señor nunca deberíamos hundirnos en la desesperación, sin embargo hay días en que para nosotros el Cielo está tapado como lo estuvo para Cristo en su agonía.

Señor, Dios mío, en el día grito y de noche me lamento en tu presencia, mi oración llegue a ti, inclina tus oídos a mi voz. Yo estoy colmado de males y por caer entre los muertos, me cuentan entre los que bajan al sepulcro, soy semejante a un hombre ya sin fuerzas, mi cama está entre los muertos, soy como los cadáveres acostados en el sepulcro de quienes ya no te acuerdas desde que tu mano los suprimió. Me pusiste en lo más profundo de la fosa, en lugar oscuro, en un abismo intenso, tu enojo pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas, alejaste de mí a mis conocidos, me hiciste repugnante a ellos. Estoy encerrado y no puedo salir, los ojos se me nublan de pesar. Señor, a ti clamo todos los días, hacia ti extiendo mis manos, ¿acaso haces tus milagros para los muertos o se levantarán ellos para alabarte?, ¿se hablará de tu bondad o de tu fidelidad en el sepulcro?, ¿acaso conocen tus maravillas en el lugar de las tinieblas?, ¿celebrarán tu justicia en la tierra del olvido?, pero yo Señor clamo a ti y de mañana a ti sube mi oración. Señor, ¿por qué me rechazas?, ¿por qué me escondes tu cara?, soy pobre y maltratado desde niño, tengo que soportar tus terrores y me quedo sin fuerzas. Tus enojos han pasado sobre mí, tus espantos me han acabado, me rodean como las aguas todo el día, todos me estrechan al mismo tiempo. Alejaste de mí amigos y compañeros y las tinieblas son mis familiares.

Esto que digo yo no tiene fecha porque no sabría qué fecha ponerle.

Pero yo Señor clamo a ti y de mañana a ti sube mi oración. Señor, ¿por qué me rechazas?, ¿por qué me escondes tu cara?, soy pobre y maltratado desde niño, tengo que soportar tus terrores y me quedo sin fuerzas.

Cómo es posible, sin embargo Dios es fiel, construye la historia y dirige nuestra vida conforme a sus promesas que nunca fallan. Por eso a lo anterior agrego:
Eternamente cantaré los favores del Señor, proclamaré su fidelidad de generación en generación, sí, tú dijiste: mi favor es un edificio eterno y mi fidelidad se alza en los Cielos. Juré a David mi servidor mantener eternamente su descendencia y afirmar su trono a través de los tiempos, Señor, los Cielos celebran tus prodigios y tu fidelidad cuando te sientas entre los Santos, pues, ¿quién es igual a Dios allá en las nubes?, ¿quién es como Él entre los que viven en el Cielo?. Dios se muestra terrible en la asamblea de los Santos, grande y tremendo para toda su corte, Señor, Dios de los ejércitos, ¿quién es igual a ti?, eres potente Señor y la fidelidad es tu vestido. Tú dominas el mar y su braveza, cuando levantas sus olas tú las apaciguas, tú venciste a Raab y lo atravesaste, tu fuerza dispersó a sus contrarios, tuyos son los Cielos y tuya la Tierra. Colocaste el mundo con todo lo que encierra, tú has creado el Norte y el Sur, el tabor y el hermón aclaman tu nombre, tuyo es el poder, tuyas las hazañas. Tu mano es fuerte, invencible tu derecha, justicia y derecho son las bases de tu trono, favor y fidelidad van delante de ti. Señor, dichoso el pueblo que sabe aclamarte, pues camina a la Luz de tu rostro, se siente feliz con tu presencia y sabe que tú lo salvarás. Tú, nuestra joya y nuestra fuerza, no podemos nada sino por tu gracia.