Palabras más, palabras menos, esto lo dice el Profeta Jeremías, que viene un poco a decir lo mismo de días atrás cuando Yo, Jesús, dije: ¿por qué me pegan?. Mensaje del 22 de Enero de 2006

Habla Artemio:

22 de Enero.

Dice Jesús:

Te pido que repitas las palabras de Jeremías, del Profeta Jeremías porque si cambiando algunas palabras se adecuan plenamente.

“Me has seducido Yavé, y me he dejado arrastrar por ti. Me has tomado siendo tú el más fuerte. Continuamente me insultan, muchos se burlan de mí. Pues cada vez que tengo que hablar debo anunciar ataques y pedradas de los pastores y todo por anunciar tu palabra. He pasado a ser objeto de mofa y de burla cada día. Loco, delirios místicos, anormalidad. Entonces, en algún momento decidí: no volveré a recordar a Yahvé ni hablaré más de parte de Él. Pero había en mí algo así como un fuego ardiente aprisionado en mis huesos, y aunque yo trataba por apagarlo no podía. Yo oía a mis adversarios que decían contra mí: denunciemos, denunciemos a este profeta de los horrores, a este que se aparta de la Sagradas Escrituras, que hace casa aparte. Los que antes me saludaban ahora observan mis pasos en falso, esperan que yo tropiece para triunfar y vengarse de mí. Oigo las palabras más ultrajantes, siento los dardos más envenenados. Si pudieran destruirme lo harían, si pudieran hacerme callar lo harían. Pero Yahvé está conmigo, Él es mi defensor poderoso, los que me persiguen tropezarán vencidos. Tendrán la vergüenza de su fracaso, y serán humillados para siempre. Claro, para esto tal vez tendré que esperar que mis músculos se pudran y mis huesos se pulvericen. Pero el Señor me asegura que ellos serán humillados para siempre. Yahvé, Señor, tus ojos están pendientes del hombre justo. Tú conoces las conciencias y los corazones, haz que yo vea en mi propia vida y antes de cerrar mis ojos en la Tierra cómo triunfarás sobre ellos, porque a ti he confiado mi defensa. Canten y alaben a Yahvé, porque ha salvado la vida del desamparado de manos de los malvados”.

Palabras más, palabras menos, esto lo dice el Profeta Jeremías, que viene un poco a decir lo mismo de días atrás cuando Yo, Jesús, dije: ¿por qué me pegan?, ¿qué les hice?, ¿por qué me pegan?. Si lo único que Mi hijo pide es un poco de sol para vivir, un poco de pan y una hora no muy contraria.

Piedad Señor, piedad, piedad por todos Señor.